Nos encontramos a poco tiempo de haber cerrado el primer año de gobierno de Pedro
Pablo Kuczynski, una gestión marcada por aciertos y desaciertos en materia de
políticas públicas, incertidumbre política y un clima de desaceleración económica. En
lo que respecta a los derechos de los pueblos indígenas, la presión de las altas
esferas de poder parece mantener vigente la tristemente célebre política del “perro del
hortelano” a través de embates normativos en pro de la flexibilización y desregulación
ambiental para atraer a la gran inversión privada.
Frente a este panorama, si bien la consulta previa[1] es sólo una de las variables para
medir la gestión del actual gobierno en materia de derechos de los pueblos indígenas,
nos permite tomar la temperatura en lo que respecta a atender los intereses de dichos
actores.
Ahora bien, durante este primer año de gestión de PPK se han implementado 8
nuevos procesos de consulta, de los cuales 6 se dan sobre proyectos de exploración o
explotación minera, 1 sobre construcción de una planta hidroeléctrica y 1 sobre
categorización de zona reservada a parque nacional.
El Grupo Aruntani también está detrás de otros dos proyectos auríferos en los
distritos de Chaviña y Sancos (Lucanas – Ayacucho). El primero, el proyecto de
exploración minera “Apumayo”, fue objeto de denuncias de extracción ilegal por
parte del Comité de Defensa del pueblo de Sancos[6]. La consulta previa del
proyecto Apumayo se desarrolló entre agosto y setiembre del 2016 y, como
resultado del proceso, la comunidad campesina de Chaviña expresó su
desacuerdo con la medida y exigió que el Estado adopte garantías para
defender sus intereses. De forma paralela, se dio inicio al proceso de consulta
sobre el proyecto de explotación minera Apumayo, que contó con la
participación de las comunidades campesinas de Para y Sancos. En medio del
proceso, la comunidad de Para renunció a ser parte del proceso y fue
finalmente la comunidad de Sancos la que llega un acuerdo con el MINEM para
el inicio de actividades de explotación.
Estas seis experiencias en el sector minero nos permiten visibilizar que, en cierta
medida, la actual gesti ón carga con los pasivos sociales de períodos anteriores, como
es el caso de El panorama de la consulta previa en minería permanece incierto en
tanto se siguen implementando procesos de consulta en base a resoluciones
directorales previamente pactadas, como en el caso de los proyectos Apumayo I y II, y
Anama.