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Una turbina axial es un tipo de turbomáquina térmica en la que el flujo del fluido de trabajo
es paralelo al eje de rotación, al contrario que las turbinas radiales, donde el fluido circula
alrededor del eje como si se tratase de un molino hidráulico. Las turbinas axiales son el
tipo de turbina más empleado cuando se trabaja con fluidos compresibles, y son las que
dan energía a la mayoría de turbinas de gas -excepto en las de menores caballos de
potencia siendo más eficientes que las de flujo radial en la mayor parte de rangos
operacionales1. Se pueden encontrar turbinas axiales en plantas térmicas, propulsión
aérea, abastecimiento de calor, junto a turbocompresores en general, aeromodelismo...
GENERALIDADES
La turbina axial posee unos álabes fijos que conforman el estátor, y una serie de álabes
móviles sobre el eje rotativo que forman el rotor. En el estátor el fluido se acelera, y al
llegar al rotor, le transmite movimiento en forma de energía cinética.
La forma de operar de la turbina es en algunos aspectos similar, pero de forma opuesta, a
la del compresor. Esto quiere decir que la energía se extrae desde el fluido y también
debido a la caída de temperatura y presión a lo largo del componente. Habitualmente entre
le 70 y el 80 por ciento del aumento de entalpía ocurrido en la cámara de combustión se
emplea para mover la turbina y por tanto al compresor, mientras que el resto acaba
generando propulsión en la tobera. Mientras que en los compresores axiales existe un
gradiente de presión desfavorable que puede dar lugar a entrada en pérdida en los álabes,
en la turbina la presión disminuye teniendo por tanto un gradiente de presión favorable.
Así, la eficiencia de la turbina es normalmente mayor que la del compresor, además de
que requiere un número menor de etapas que éste. La carga aerodinámica por etapa es
mayor para la turbina, sin embargo la temperatura de entrada a la misma es
extremadamente alta siendo la resistencia de los materiales que usan los álabes el primer
factor límite en el diseño estructural.
GEOMETRIA
Al igual que un compresor axial, la turbina se compone de una serie de etapas, extrayendo
cada una de ellas energía al fluido. Una etapa se compone de un conjunto de álabes
formando el rotor (anclado al eje rotativo) y otro formando el estátor (anclado a la
estructura/carcasa que contiene la turbina), siendo el rotor el que extrae la energía del
fluido y el estátor el que redirige el flujo para el siguiente rotor. Como se ha mencionado, el
gas disminuye su presión al recorrer la turbina y por ello, el área que atraviesa el flujo debe
aumentar, es decir, la altura de los álabes. Tras la etapa final se coloca un anillo de álabes
fijos que preparan el flujo dependiendo si solo hay posteriormente una tobera o si se trata
de un motor con postcombustión.
Si una etapa se "desenrollara" y se mirara desde arriba se verían las cascadas de álabes
como se observa en la figura superior. Se le llama U a la velocidad lineal con la que se
mueven los álabes del rotor, la cual se relaciona con la velocidad de rotación de la
turbina W y el radio medio del pasaje R.
Número de etapas
Siguiendo el razonamiento anterior, es claro que se necesitan menos etapas que en el
compresor. Además, todo el trabajo que realiza la turbina se dirige exclusivamente a
mover el compresor, mientras que éste tiene otras funciones dentro de un turbojet.
Envoltorio de álabes
Los envoltorios o "shrouds" son bandas circunferenciales formadas por extensiones en la
estructura de los alabes situadas en los extremos, bloqueándolos de esta forma entre
ellos. Esta forma de protección se utiliza en turbinas por varias razones. En primer lugar
debido a las altas temperaturas de operación, los álabes se debilitan y por tanto necesitan
de un refuerzo para no romperse con presencia de grandes fuerzas de forma estacionaria
resultantes del desvío del flujo. Por otra parte como se ha dicho anteriormente, los álabes
son más grandes que los de un compresor, y con las fuertes cargas que soportan en la
turbina, necesitan estos envoltorios para aumentar su rigidez estructural. También ha de
tenerse en cuenta las grandes vibraciones a las que son sometidos los álabes por lo que
las coronas de protección son indispensables para que no lleguen al fallo mecánico por
este motivo. Otro motivo importante es la fuga de flujo que puede ocurrir de forma radial,
es decir, flujo que rebordearía la punta del álabe pasando de la zona de presión a la zona
de succión, similar a lo que ocurre con los vórtices de punta de ala en los aviones.