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La Agenda de Eric

Año 3 Número 116


15/06/2018

Editorial
Hoy la Agenda de Eric, este boletín que busca en la red, concentra, selecciona e invita a
tod@s a pensar la historia y la sociedad, cumple 3 años. En las líneas del primer editorial
invitábamos a quien quisiera colaborara con reseñas, notas, recomendaciones etc. Y quizás
quienes no leyeron ese editorial sin darse cuenta hoy en este número 116 del tercer año que
cumplimos, colaboran y aportan.

En este número del tercer aniversario, tenemos la colaboración de Manuel Choque Corbacho,
estudiante de 2° año de la carrera de Historia de la FHyCS/UNJu con una nota sobre lo que
fue la presentación del libro Historias Breves de Jujuy publicada en el diario online www.
enfoquejujuy.com. Y el aporte fotográfico de Gustavo Arena, estudiante también del 3° año
de la carrera de Historia de la FHyCS/UNJu.

Este número celebra con un texto extraído del libro de Pablo Buchbinder “Historia de las
Universidades Argentinas” el centenario de la Reforma Universitaria de 1918. Además de un
link para descargar material sobre la misma realizado por Clacso.

Estamos muy contentos de cumplir tres años, nunca nos lo hubiéramos imaginado. Ojalá
sigan siendo muchos años más, y ojala sigan siendo mas los lectores de la Agenda que se
animen a colaborar, por que como dice Gabriela Sica, la Historia la hacemos Todos.

Diego Citterio
La Historia la hacemos Todos
El trabajo de la Historia es fundamental como un elemento para la conformación de
identidades y de reconocimiento de un pasado
Por Manuel Choque Corbacho
Nota publicada en http://enfoquejujuy.com/la-historia-la-hacemos-todos/

En esta ocasión quisiéramos compartir con los lectores, algunas consideraciones que se
expusieron en la Feria del Libro 2018 respecto la presentación del libro “Historias Breves de
Jujuy. Prácticas y experiencias cotidianas” donde participaron investigadores, docentes,
divulgadores, estudiantes y público que gusta de la historia. Dentro de los expositores estaban
las compiladoras del libro Cecilia Fandos y Mirta Gutiérrez, el Lic. Diego Citterio y la visita
especial del director del museo del Cabildo de Bs. As. Investigador, divulgador y docente de
historia Dr. Gabriel Di Meglio, quien prologo la obra en cuestión.

Si bien lo que se presenta a continuación son comentarios de pasillo, si se quiere, en el


trascurso de las próximas publicaciones de esta columna nos ocuparemos de ampliar con
mayor profundidad otras aproximaciones de este trabajo.

“Es sumamente importante cultivar este género de la divulgación y más rescatar la historia
de los olvidados, de los sin nombre, los anónimos que a veces están detrás de los grandes
personajes. Fue maravilloso volcar en un texto como este, cuestiones que venía analizando
desde la investigación científica y vimos la necesidad de realizar un puente entre la academia
de base y llevarla a un lenguaje más ameno sin perder rigurosidad para que la pueda leer todo
el mundo. Es importante que los estudiantes de historia vean como una alternativa seria esto
que es la divulgación y que la vean como una línea profesional de la historia. La carrera de
historia de la universidad es la base, y los jóvenes son la esperanza, para fortalecer estos tipos
de trabajos. La historia es una herramienta de acción social muy importante. Y que haya
gente formándose en el ámbito universitario me parece que es fundamental para el
crecimiento de la sociedad”. (Lic. Cecilia Fandos).
“Para nosotros como historiadores y el equipo de la Unidad de Investigación de Historia
Regional fue un desafío de liberarnos de la carga académica, muy ligada al aparato erudito y
poder escribir a un público mucho más amplio de lectores. No siendo esta la primera obra
colectiva, pero si la primera que muestra la historia de actores individuales, o anónimos. La
divulgación es otra pata en la historiografía de Jujuy, donde nosotros también salimos
fortalecidos, de embates, que tuvimos por ejemplo con otros grupos que entre comillas se
dicen ser historiadores”. (Prof. Mirta Gutiérrez)

“Este tipo de iniciativa me entusiasma, al libro lo leí con interés. En parte porque al ser un
libro de Jujuy y pensado para que lo lean jujeños, me parece que lo interesante que tiene este
tipo de abordaje es que permite ser leído por otro público. Hoy hay mucho para leer, lecturas
cortas o de subte como digo yo, que soy porteño. Donde uno lee un ratito, corta y pasa a otra
cosa. Y ahí está, el entrar a este juego complicado de crear un puente entre la historia
académica y la búsqueda de otro público. Para mi este es un cambio muy importante en el
mundo académico y también es importante para la historia del país, que el hecho que se
pensara antes una historia en función de la formación del Estado nacional argentino y muchas
veces se confundía con la historia de la región pampeana o “porteñocentrica”, donde todas
las otras historias parecieran un condimento más para matizar una historia central. Hoy esto
ya no es así, ahora se puede pensar la historia argentina desde otros lugares, más rica y de
más calidad; por lo tanto, nos obliga a ser más descentrado, y esto es mucho más complejo.
En ese sentido tener un libro de divulgación muestra también la riqueza de una historiografía
que ya no es dirigido a la conformación del Estado nacional, sino que apunta a un campo que
tiene sus propios problemas y esto es más saludable”. (Dr. Gabriel Di Meglio)

“La experiencia fue colectiva. En primer lugar, porque tuvimos que prepararnos, estudiar y
reflexionar acerca la tarea que implica “la divulgación”. Teniendo en cuenta que uno está
acostumbrado a estar encerrado en una escritura académica, que a veces resulta demasiado
pesada que finalmente no llega a todo el público. Aprender del pasado ayuda mucho. Yo
trabajo historia colonial del S. XVII y eso parece estar muy lejano de los problemas del
presente. Sin embargo, uno puede ver procesos de constitución de nuevas identidades en la
etapa colonial, como se las puede ver ahora. Con el resurgimiento étnico, por ejemplo, de las
comunidades indígenas. También lo que veo importante en esta obra, es que se pueden
mostrar las vidas cotidianas, anónimas y nos permite llegar a un sentido en que la historia la
hacemos todos, no solamente los grandes hombres, como en el ámbito escolar que siempre
se nos enseñaba.

Es un sentido mucho más democrático con la historia, como en el caso del capítulo que
escribí, que cuenta la vida de una cocinera negra, que es esclava, que estando en la cocina
está construyendo a través de las técnicas, recetas y la incorporación de diferentes elementos
dentro de la cocina un mestizaje cultural que era tan característico del mundo colonia. Donde
también se puede ver la confluencia, los conflictos, el desarrollo culinario, el papel de la
mujer. Una historia chiquita te permite ver muchos aspectos de la vida cotidiana, que
finalmente también son las cuestiones que desde el presente se le está preguntando al pasado.
(Dra. Gabriela Sica)

“La importancia de esta obra, radica en que un libro de divulgación como este puede llegar
un público más amplio, entendiendo que el lenguaje técnico del ámbito académico es más
difícil de comprender. Mi aporte en la obra es parte de mi tesis de licenciatura, que ocupando
el primer capítulo del libro debido a que habla del pasado arqueológico de un pueblo que no
es muy conocido en la Provincia, pero que tiene una importancia muy significativa para
comprender los desarrollos de las poblaciones de la Puna, donde se pueden rastrear
antecedentes de la población actual en la zona de Casabindo.

El trabajo de la arqueología es fundamental como un elemento para la conformación de


identidades y de reconocimiento de un pasado. Los restos que uno encuentran son parte de
un proceso que se encuentra en el presente. Yo trabajo el área de la Puna, actualmente en
Cochinoca y encuentro que las personas del lugar están muy vinculados a sus espacios, donde
los restos arqueológicos forman parte de este paisaje y muchas veces las sociedades actuales
le dan un significado a ese pasado arqueológico. Esto nos habla de la transición y las
continuidades del pasado y las poblaciones del presente”. (Lic. Diego Martin Basso)
Imágenes de la Presentación del Libro Historias Breves1

1
Un agradecimiento especial a Gustavo Arena quien muy gentilmente tomo las fotografías.
La Reforma de 1918
LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD ARGENTINA

Pablo Buchbinder2
Cuando los estudiantes cordobeses proponían cambios en la organización de la casa de
estudios mediterránea, tomaban como ejemplo a la Universidad de Buenos Aires. Las
propuestas de reforma contemplaban, en principio, una organización similar a la de aquella.
Reclamaban en forma paralela la renovación del profesorado, de los planes de estudios, de
la organización disciplinaria y de la forma de gobierno de la institución. Pedían que se
modificase el sistema de las academias, que éstas dejasen de ser vitalicias y que en la
elección de sus integrantes participasen los profesores. Los estudiantes exigían entonces
para su Universidad un estatuto similar al de Buenos Aires, y para esto apelaban a las
autoridades nacionales.
Como ya señalamos, los estudiantes llevaron a cabo una denuncia que combinaba
acusaciones relativas al atraso científico de la Universidad con otras vinculadas con el
carácter extremadamente arcaico y elitista del sistema de gobierno de la institución. Una
parte relevante de la literatura sobre el movimiento de la Reforma ha señalado a la
Universidad cordobesa de principios del siglo XX como un remedo de la antigua universidad
clerical de los primeros tiempos de la colonia. Se ha sostenido, por ejemplo, que los
estatutos de 1879, entonces vigentes, ponían a la casa de estudios superiores bajo el
patronato de la Virgen Santísima y estipulaban que los estudiantes deberían concurrir a su
festividad de vísperas y misa. Esta imagen de una universidad subordinada a grupos
oscurantistas y clericales proviene de las mismas acusaciones realizadas por los estudiantes
rebeldes del 18. Pero debe, probablemente también, mucho al célebre discurso que el
dirigente socialista Juan B. Justo pronunció en la Cámara de Diputados de la Nación en julio
de 1918 en apoyo al movimiento de Córdoba. Justo denunció en dicha alocución el carácter
sectario de la Universidad de Córdoba y la describió como una institución impregnada de
un “catolicismo ortodoxo e intransigente”. En esta línea de pensamiento Justo centraba su
argumento en el atraso y las deficiencias de la enseñanza de la casa de estudios cordobesa
insistiendo en su decadencia intelectual. Afirmaba que en la provincia mediterránea se
enseñaba todavía el principio de la prelación del matrimonio religioso sobre el civil y se
negaba al Estado el derecho de la instrucción primaria de los ciudadanos sosteniendo que
se trataba de una función propia de la Iglesia. Incluso, argumentaba en una frase que ha
sido recordada y repetida a menudo, que en un programa de la materia Filosofía del
Derecho existía un punto dedicado a la enseñanza de los “deberes para con los siervos”.

2
Texto extraído del libro Historia de las Universidades Argentinas.
El atraso científico que se evidenciaba en el estado de los laboratorios también se advertía
en la Biblioteca, afirmaba Justo. N o había catálogos y además era imposible encontrar,
entre otros autores, obras de Darwin, de Huxley, de Haeckel, de Engels o de Morgan.
Aunque sin duda la impronta católica diferenciaba aún a la sociedad y a la vida académica
cordobesa, las afirmaciones de Justo, pronunciadas en pleno fragor de la lucha política, no
reflejaban exactamente la realidad del medio universitario cordobés. Como ya señalamos,
la provincia mediterránea no había quedado al margen del impacto de los procesos de
modernización cultural impulsados por los grupos gobernantes nacionales desde 1880. El
peso de Córdoba en la formación del conjunto de los estudiantes universitarios argentinos
decayó notablemente durante las últimas décadas del siglo XIX. Sin embargo, seguía siendo
uno de los principales centros de reclutamiento del personal político del régimen
gobernante inaugurado durante el año mencionado. Era uno de los bastiones del
liberalismo de raíz positivista, y esa orientación fue compartida, además, por la mayor parte
de los gobiernos provinciales de las últimas décadas del siglo XIX.
De todas formas, es necesario destacar que en la sociedad y en la vida política cordobesas
convivían dos sectores: uno de ellos liberal, laico y anticlerical, y otro conformado por
militantes católicos. Este último tenía un peso en la vida cultural y universitaria sin duda
mayor que en otras provincias. En más de una oportunidad, la casa de estudios fue
cuestionada desde círculos intelectuales porteños por su raigambre católica, que se
asociaba a la incapacidad de la institución para renovarse desde el punto de vista científico
y cultural. En este contexto se llegó incluso a objetar el hecho de que desde el Estado se
otorgasen recursos para una institución educativa de orientación católica.
Desde el periódico Los Principios, de Córdoba, se cuestionaron en 1912 estas afirmaciones.
Así se reivindicaba la raigambre católica de la Universidad pero se negaba la relación
necesaria entre catolicismo y obscurantismo”. Se destacaba entonces la coexistencia de
profesores católicos y liberales en el seno de la Facultad de Derecho y se señalaba que la
Universidad no había conspirado contra el desarrollo de su conocida Academia y Facultad
de Ciencias. En esta publicación se advertía también sobre los intentos de conquistar a
Córdoba y a su Universidad por parte de los “predicadores del materialismo”. De acuerdo
con esta perspectiva, era preciso evitar que en la provincia se reprodujesen
acontecimientos como los experimentados en la Facultad de Derecho de Buenos Aires en
1906, donde los profesores habían sido “insultados y arrojados de sus cátedras”.
Pero las relaciones en el seno de la Universidad entre la enseñanza y la vigencia de principios
religiosos y científicos eran sin duda complejas y han dado lugar a diversos equívocos. En la
Facultad de Derecho había catedráticos que tenían una inclinación claramente tomista,
pero había otros impregnados del mismo espíritu liberal y positivista que primaba en la
Facultad de
Derecho de Buenos Aires. Por ejemplo, ésa era la orientación de uno de los penalistas más
prestigiosos de la época, Cornelio Moyano Gacitúa. En 1906 se llevó a cabo una reforma del
plan
de estudios en la Facultad de Derecho que incorporó la enseñanza de la psicología
experimental y la pedagogía con una impronta claramente positivista. Como era previsible,
la apertura a corrientes científicas modernas estaba siempre constreñida por un marco
signado por el respeto ajos principios religiosos. Hacia los primeros años del siglo incluso
cobró fuerza una corriente de profesores y graduados que enfocaba el problema y la
cuestión social desde una perspectiva católica. Este sector tuvo notable fuerza, como puede
advertirse a partir de la presentación de las tesis doctorales. Estos hechos expresaban el
impacto en el mundo universitario cordobés de los esfuerzos de sectores vinculados con el
catolicismo por participar en el diseño de programas moderados de reforma social,
siguiendo una tradición impulsada por la publicación, en 1891, de la encíclica Rerum
Novarum, que había fundado la doctrina social de la Iglesia.
Por otro lado, un examen de las publicaciones de la Universidad relativiza también la imagen
de una institución dominada por una cerrada elite clerical. No es posible advertir, por
ejemplo, en la revista de la Universidad, diferencias cualitativas en relación con el tipo de
trabajos publicados con la que paralelamente editaba la Universidad de Buenos Aires. Al
frente de la publicación periódica de la casa de estudios cordobesa estaba ya a mediados
de la década de 1910 Enrique Martínez Paz, el mismo candidato sostenido por el sector
reformista para ocupar el cargo de rector en las tumultuosas sesiones de 1918
Open Acces

Las conmemoraciones activan y ponen en movimiento nuevas interpretaciones de los


acontecimientos. Volver a mirar con preguntas renovadas los procesos históricos habilita
aproximaciones originales. Descubrir nuevos materiales, hacer foco en nuevas problemáticas,
rescatar ideas, figuras y corrientes constituyen operaciones intelectuales a las que nos convoca
una coyuntura particular: los 100 años de la Reforma de Córdoba.

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales y la Universidad Pedagógica Nacional de


Argentina ponen a disposición de investigadores, investigadoras, profesores, profesoras y
estudiantes 100 textos fundamentales sobre la Reforma Universitaria en acceso abierto y libre. El
repositorio busca contribuir con quienes están interesados en conocer la historia, los fundamentos
y el devenir del movimiento reformista, construyendo nuevas miradas que habiliten otras lecturas,
más amplias, problematizadoras del acontecimiento que cimbró las bases de las universidades
latinoamericanas y caribeñas.

https://www.clacso.org.ar/reformadel18/

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