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En esa época, en que la única responsabilidad que el afectado podi ́a invocar era la de la culpa del empleador, fundada
en el Derecho Común, era muy difi ́cil, por no decir imposible, que la vi ́ctima de un accidente pudiera obtener
indemnización, ya que de acuerdo con el principio del onus probandi, la prueba corri ́a a su cargo. Además, la causa de
la responsabilidad –culpa del empleador– era por lo general muy difi ́cil de probar, aun cuando pudiera el trabajador
acreditar el hecho mismo que le ocasionó la lesión.
De acuerdo con la legislación vigente en aquella época, el empleador podi ́a excusar su responsabilidad alegando caso
fortuito, ya que dentro de nuestro Derecho a lo imposible nadie está obligado, o bien podi ́a atribuir el accidente a
culpa o negligencia del trabajador, por lo que siendo más posible al empleador acreditar las circunstancias que
ocurren en el local de trabajo, podi ́a fácilmente liberarse de todo cargo.
Con el transcurrir del tiempo, esta denominada teori ́a subjetiva de la culpa fue perdiendo terreno frente a la realidad,
ya que las vi ́ctimas de accidentes, al no ser indemnizadas por sus empleadores, debi ́an pesar como cargas sobre la
sociedad y principalmente sobre el Estado.
La nueva teori ́a, como se ve, descartaba la idea de culpa del empleador en los accidentes sufridos por sus
trabajadores. Por el contrario, parti ́a de la base de un contrato que uni ́a a las partes, en virtud del cual el trabajador,
al entregar sus servicios al empleador bajo su directiva, mediante una remuneración, pasaba a formar o a integrar la
actividad productora del empleador, y éste, por tanto, debi ́a comprometerse a garantizar su salud desde el inicio y
hasta el término del contrato.
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Estos planteamientos desplazaron la teori ́a subjetiva de la culpa, con enormes ventajas para el trabajador, ya que en
la teori ́a de la culpa, como recién se ha indicado, el peso de la prueba recai ́a sobre la vi ́ctima del accidente, mientras
que en la teori ́a del riesgo creado se invierte el peso de la prueba en juicio
En esta última se parte de la base de que como el empleador debe garantizar la salud de sus trabajadores, al ocurrirle
un accidente a algunos de éstos, se presume responsable a aquél, quien para liberarse de responsabilidad tendri ́a que
probar que no hubo ni culpa ni negligencia de su parte, o que el accidente se debió a caso fortuito –del cual nadie
responde– o que se debió a culpa del trabajador.
Esta teori ́a del riesgo creado o de la imprevisión no satisfizo, sin embargo, las exigencias de las vi ́ctimas de
accidentes; eran muchas las ocasiones en que nada podi ́an obtener frente al empleador que los ocupaba y que
reemplazaba el material humano inutilizado, por nuevos servidores. Siempre el empleador disponi ́a de medios de
prueba suficientemente fuertes para destruir la presunción de responsabilidad o para imputar la culpa del accidente
al trabajador mismo.
Se agrega que la empresa responde por estos riesgos, porque ella los crea con su actividad y porque es la empresa
misma quien se beneficia con la actividad de los trabajadores que ocupa; que si alguno de ellos se lesiona o muere a
causa de un accidente del trabajo, debe la empresa reparar el dañ o, tal como lo hari ́a si se tratara de otro bien de
producción, como una maquinaria o herramienta.
Los autores, al referirse a estas tres teori ́as, dicen que la primera, la de la culpa del empleador o subjetiva, es propia
de la legislación individualista, que pasa en seguida por un peri ́odo de transición – teori ́a del riesgo creado o
contractual–, para llegar a la solución de la teori ́a del riesgo profesional, que es propia del Derecho Social. A la última
teori ́a, la del riesgo profesional, también se le llama teori ́a objetiva, porque parte de la realidad del accidente mismo
y lo acepta como un riesgo propio de la actividad de la industria.
Esta teori ́a objetiva o del riesgo profesional sólo reconoce dos excepciones a la responsabilidad empresarial, que es
ampli ́sima. Ellas son:
a) Cuando el accidente del trabajo se debe a fuerza mayor extrañ a y sin relación alguna con el trabajo, y
b) Cuando el accidente es producido intencionalmente por la vi ́ctima.
Estas limitaciones a la teori ́a de la responsabilidad objetiva del empleador merecen una explicación. En el Derecho
Común, por lo general, son términos sinónimos caso fortuito y fuerza mayor. En materia de accidente del trabajo
cabe hacer un distingo fundamental; es cierto que el caso fortuito es aquel que escapa a la previsión humana, pero
cuya causa reside en el funcionamiento mismo de la explotación o trabajo, por ejemplo, la explosión de un motor. La
fuerza mayor es, por el contrario, la expresión de un fenómeno natural, de orden fi ́sico o moral, que escapa a toda
previsión, también, pero cuya causa es enteramente extrañ a a la explotación o trabajo.
Dentro de la teori ́a de la objetividad, el empleador no responde de las fuerza mayor, siempre que ella sea extrañ a y
sin relación alguna con el trabajo, pero si ́ responde de los accidentes ocurridos por causa fortuita, como son la
mayori ́a, porque ellos son simples riesgos que él ha creado en su actividad productiva
También responderá de los accidentes que se deban a negligencia, descuido o aun culpa del trabajador. Sólo no
responderá cuando el accidente haya sido provocado intencionalmente por la vi ́ctima, o sea, con intención de
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producir las consecuencias que derivan del accidente; es entonces necesario que no sólo haya ejecutado libre y
espontáneamente el acto que determina el accidente, sino que haya querido obtener los resultados propios de un
accidente. Los autores coinciden en que basta el dolo del trabajador para ejecutar el acto mismo y querer producir las
consecuencias propias de un accidente, para liberar de responsabilidad al empleador, aun cuando el accidente se
haya preparado para lesionar a otro trabajador y resulte lesionado el autor.
Esta nueva teori ́a se basa en que una de las consecuencias más significativas del accidente (la interrupción temporal o
permanente para el trabajo que sufre la vi ́ctima, lo que le acarrea la discontinuidad de su ingreso) produce un efecto
en cadena, ya que partiendo de él, afectará también a su grupo familiar, a la empresa y la colectividad misma. En
consecuencia, se dice, el riesgo pasa a ser social y, teniendo este carácter, es lógico que el sistema que lo cubra – a
través de un seguro obligatorio– también sea de carácter social, basado en la responsabilidad colectiva.
De esta forma, es la sociedad quien contribuye al financiamiento del seguro a través de los empleadores, que –como
grupo– son parte importante de la sociedad, concretando asi ́ el principio básico de la Seguridad Social, la solidaridad.
De esta manera se eliminan también los problemas que antañ o se produci ́an en las legislaciones anteriores, cuando el
riesgo era de exclusivo cargo del empleador, ya sea en cuanto a la prueba del siniestro, su evaluación o su
indemnización. Ahora es la sociedad la que debe responder por sus consecuencias.
La Ley No 16.744 empieza por declarar obligatorio el seguro social contra riesgos de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales, y por señ alar quiénes están obligados a él –disposición que es ampli ́sima, como lo
veremos–, e indicar cuáles son las contingencias cubiertas –accidentes del trabajo y enfermedades profesionales–, y
si bien ampli ́a respecto de los accidentes el campo de su ocurrencia a los acaecidos en el trayecto directo de ida o
regreso entre la habitación y el lugar de trabajo de la vi ́ctima, sigue exceptuando los accidentes debidos a fuerza
mayor extrañ a y sin relación alguna con el trabajo y los producidos intencionalmente por la vi ́ctima, con la sola
excepción de que se pueden otorgar los beneficios en caso de fuerza mayor en razón de la necesidad de residir ésta o
desempeñ ar sus labores en el lugar del siniestro.
OBJETIVOS
- Prevenir los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales.
- Otorgar prestaciones médicas para curar o sanar al trabajador y restituirle su capacidad de trabajo.
- Rehabilitar profesionalmente al trabajador accidentado o enfermo profesional.
- Otorgar prestaciones económicas en el peri ́odo de incapacidad como compensación de las consecuencias del
accidente o enfermedad profesional, incluyendo el caso de muerte.
PRINCIPIOS
- Solidaridad: Todos los beneficios que otorga se financian con aporte patronal o empresarial; el trabajador no tiene
ningún descuento o aporte que hacer.
- Universalidad: Protege a todos los trabajadores incluso a los estudiantes (DS No 313).
- Integridad: Todos los recursos se destinan al trabajador, desde prevenir los riesgos ocupacionales hasta las
prestaciones médicas y económicas, en caso de ocurrir el accidente o enfermedad profesional.
- Unidad: Los beneficios que otorga son iguales para todos los trabajadores.
PERSONAS PROTEGIDAS
- Trabajadores por cuenta ajena cualesquiera sean las labores que ejecuten, sean manuales o intelectuales, o
cualquiera que sea la naturaleza de la empresa, servicio o persona para la cual trabajen.
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- Funcionarios públicos de la administración civil del Estado, municipales y de instituciones administrativamente
descentralizadas del Estado.
- Estudiantes que deben ejecutar trabajos que signifiquen una fuente de ingreso para el respectivo plantel.
- Trabajadores independientes y los trabajadores familiares. Ej.: Campesinos asignatarios de Tierras (DFL No488);
Suplementeros (DFL No244), etc., por facultad del Presidente de la República.
- Estudiantes de planteles fiscales o particulares por los accidentes que sufran a causa o con ocasión de sus estudios o
en la realización de su práctica educacional (DS N° 313)
CONTINGENCIAS CUBIERTAS
Accidente del trabajo, que es "toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo, y que le produzca
incapacidad o muerte".
Accidentes del trayecto directo de ida o de regreso, entre la habitación y el lugar de trabajo.
Enfermedad profesional, que es aquella causada de una manera directa por el ejercicio de la profesión o el trabajo
que realice una persona y que le produzca incapacidad o muerte.
Los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales se clasifican para el otorgamiento de las prestaciones
pecuniarias en las siguientes categori ́as:
1) que producen incapacidad temporal;
2) que producen invalidez parcial;
3) que producen invalidez total;
4) que producen gran invalidez,
5) que producen la muerte.
A continuación se analizan separadamente cada una de las situaciones indicadas.
En consecuencia, son tres los elementos que configuran el concepto de accidente del trabajo:
• - Una lesión.
• - Relación causal u ocasional entre el trabajo y la lesión
• - Incapacidad o muerte del accidentado.
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Ampliación del concepto
Por un lado, es indispensable considerar que la jurisprudencia administrativa y judicial tanto chilena como comparada
ha tendido a ampliar el concepto de accidente del trabajo, y es asi ́ como la Ley 16.744, en su arti ́culo 5°, inciso 2° y 3°,
recoge este criterio y lo manifiesta al considerar como accidentes del trabajo a los accidentes de trayecto y los
accidentes sufridos por los dirigentes sindicales. Estos accidentes han sido clasificados por la doctrina como
“accidentes asimilados a los del trabajo”.
Por otro lado, también se debe tener presente que la doctrina asimila a los accidentes del trabajo, siempre que
concurran los elementos que lo configuran, a los “accidentes concausales”, a los “accidentes como consecuencia de
ejecución de una labor impropia”, a los “accidentes ocurridos a causa o con ocasión de la capacitación ocupacional”.
La idea de dañ o o detrimento se encuentra asociada a la de accidente del trabajo. La doctrina ha entendido que esta
expresión debe ser interpretada en el más amplio de los sentidos, asi ́ el dañ o o menoscabo puede se referido a la
corporeidad misma del trabajador, a sus facultades volitivas o intelectuales o sensitivas, a su salud mental, etc. De
esta forma, por lesión se entiende toda alteración de la salud que provoque un detrimento fi ́sico o si ́quico al
trabajador. Generalmente, se produce en forma súbita o violenta.
Aunque la Ley 16.744 no contempla esta última exigencia (producción en forma súbita o violenta) en forma expresa,
una parte de la doctrina la ha agregado como elemento que configurari ́a el concepto de accidente del trabajo, y es asi ́
como se señ ala que la lesión debe producirse por una causa exterior anormal y, en general, repentina y violenta. Se
entiende que opera cuando la causa exterior que ha producido el accidente es extrañ a a la constitución orgánica de la
vi ́ctima.
Este requisito sirve para distinguir, con precisión, cuando una incapacidad proviene de un accidente del trabajo o de
una enfermedad profesional. “Su presencia significará accidente del trabajo; su ausencia - siempre que la incapacidad
para el trabajo de un individuo se deba a una afección que se manifiesta en el organismo humano por un estado
anormal, lento y continuado, producido también por causa lenta y perdurable, en relación con el trabajo que esa
persona desarrolla- significa enfermedad profesional”
Pero, existe otra posición doctrinaria que no acepta esta caracteri ́stica de la causa productora de la lesión como
requisito del accidente del trabajo, basándose en la omisión de dicho requisito en la definición legal, considerando
que dicha omisión es atinada, pues se podri ́a excluir del concepto a deterioros lentos ocasionados por agentes
externos. Esta doctrina cita como ejemplos los casos de muerte por asfixia o congelación, que son reveladores de
hechos que pueden ser ti ́picos accidentes del trabajo, cuya causa no ha sido súbita o violenta
b) Relación ocasional
El accidente puede suceder con ocasión del trabajo, o sea, cuando ha sido causado por un hecho conexo con el
trabajo o más o menos útil con su ejecución.
Generalmente esta circunstancia acarrea dificultades para su determinación. Es por eso que para precisar el concepto
se distingue entre causa extri ́nseca o mediata y causa intri ́nseca o inmediata y se dice que la lesión será accidente del
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trabajo siempre y cuando haya relación entre la causa extri ́nseca del accidente y el trabajo que debi ́a ejecutar la
vi ́ctima, aún cuando la causa intri ́nseca no diga relación con el trabajo.
Ella se indemniza con un subsidio diario equivalente al 85% de las remuneraciones o rentas, sujetas a cotización, que
esté percibiendo o haya percibido en el último peri ́odo de pago
Este subsidio se paga durante todo el tratamiento y desde el di ́a en que ocurrió el accidente o se comprobó la
enfermedad, hasta la curación del afiliado o su declaración de invalidez, incluso por los di ́as feriados, sin que esté
sujeto a descuento por impuestos o cotizaciones, y considerando, sin embargo, a la vi ́ctima como imponente activo
en la respectiva institución de previsión y para todos los efectos legales.
Sólo si la vi ́ctima se negare a seguir el tratamiento o dificultare o impidiese deliberadamente su curación, se puede
suspender el pago del subsidio a pedido del médico tratante y con el visto bueno del jefe técnico correspondiente.
2.- ACCIDENTES QUE PRODUCEN INVALIDEZ. Se considera inválido parcial a quien sufra una disminución de su
capacidad de ganancia, presumiblemente permanente, igual o superior a un 15% e inferior a un 70%. Esta invalidez
permanente puede ser parcial o total. Es parcial cuando la disminución es igual o superior a un 15% e inferior a un
40%, en su primer grado, y se indemniza con una suma global, cuyo monto no puede exceder de 15 veces el sueldo
base y que se determina en relación a dicho monto máximo y a la incapacidad respectiva, sin que pueda ser inferior,
en ningún caso, a medio sueldo vital mensual del Departamento de Santiago.
Dicha indemnización global puede pagarse de una sola vez o en mensualidades iguales y vencidas, cuyo monto
equivaldri ́a a 30 veces el subsidio diario, a opción del interesado. En el evento que opte por el pago en cuotas, podrá
no obstante solicitar en cualquier momento el pago total del saldo insoluto de una sola vez.
•Si el asegurado sufriere un accidente que, sin incapacitarlo para el trabajo, le produjere una mutilación importante o
una deformación notoria, será considerado inválido parcial, de acuerdo con las normas del arti ́culo 35, y será
indemnizado como tal, según lo determine el organismo administrador. Si la mutilación importante o deformación
notoria es en la cara, cabeza u órganos genitales, tiene derecho al máximo de la indemnización del arti ́culo 35
Si la invalidez es de mayor gravedad, o sea, de segundo grado, que es aquella igual o superior a un 40% e inferior a
un 70%, el accidentado o enfermo tendrá derecho a una pensión mensual cuyo monto será equivalente al 35% de su
sueldo base.
Además de la invalidez parcial, la ley considera la invalidez total y dice que se considerará inválido total a quien
haya sufrido una disminución de su capacidad de ganancia, presumiblemente permanente, igual o superior a un 70%
y que tendrá derecho a una pensión mensual equivalente al 70% de su sueldo base.
• Aparte de la invalidez parcial en sus dos fases, que hemos llamado de primero y segundo grado, y de la invalidez
total recién indicada, la ley considera la gran invalidez, y califica como tal a aquella que produzca tal grado de
incapacidad que la vi ́ctima requiera del auxilio de otras personas para efectuar los actos elementales de su vida. En
tal caso, la vi ́ctima tiene derecho a un suplemento de pensión, mientras permanezca en tal estado, equivalente a un
30% de su sueldo base.
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• Se ha establecido también aumento sobre los montos de las pensiones equivalente a un 5% por cada uno de los
hijos que causen asignación familiar al pensionado, en exceso sobre dos, sin perjuicio de las asignaciones familiares
que correspondan; cabe consignar que estas pensiones no pueden exceder del 50, 100 ó 140% del sueldo base, según
sean por invalidez parcial o total, o gran invalidez, respectivamente
Los organismos administradores podrán suspender el pago de las pensiones a quienes se nieguen a someterse a los
exámenes, controles o prescripciones que les sean ordenados, o que rehúsen, sin causa justificada, someterse a los
procesos necesarios para su rehabilitación fi ́sica y reeducación profesional que les sean indicados.
Varias normas generales podemos señ alar sobre la materia: a) los órdenes sucesorios que indica la ley son
excluyentes;
a) si se trata del cónyuge o ascendientes de la vi ́ctima, la ley les reconoce derecho a pensión vitalicia;
b) si se trata de descendientes, les da pensión temporal hasta que cumplan los 18 añ os de edad;
c) los descendientes que carezcan de padre y madre tienen derecho a un aumento de un 50%;
d) en ningún caso las pensiones de sobrevivencia pueden exceder en su conjunto del 100% de la pensión total que
habri ́a correspondido a la vi ́ctima si se hubiere invalidado totalmente o de la pensión total que percibi ́a en el
momento de la muerte, excluido el suplemento por gran invalidez, si lo hubiere;
e) los porcentajes que como pensión vitalicia o temporal correspondan a los beneficiarios se calculan siempre de
acuerdo a la pensión básica que habri ́a correspondido a la vi ́ctima si se hubiere invalidado totalmente o de la pensión
básica que recibió al momento de la muerte.
En conclusión, para estar frente a un accidente de trayecto se requiere la reunión de tres elementos:
a) Un trayecto directo
b) Que el accidente se produzca, de ida o regreso, entre la habitación y el lugar de trabajo
c) Que produzca incapacidad o muerte del trabajador
Este es el concepto de accidente de trayecto que nos da la ley y que la Superintendencia de Seguridad Social ha
interpretado a través de sus dictámenes, dejando establecido qué es lo que debemos entender por cada uno de los
elementos exigidos por la ley para configurar el concepto del accidente en estudio.
La norma transcrita ha planteado dudas en cuanto a que debe entenderse por cada uno de sus elementos, lo que en
definitiva será una cuestión de hecho y queda entregada a la prudencia del organismo administrador estimar si dicho
accidente ocurrió en el trayecto.
La Superintendencia ha declarado que este tipo de siniestros constituyen una verdadera extensión del concepto de
accidente de trabajo y se han tipificado de una manera especial, pero constituyen en todo caso una especie de
accidentes con ocasión del trabajo, ya que también tienen relación con éste, con la salvedad que para que se
configuren, es necesario que ocurran cuando la vi ́ctima realiza el trayecto, de ida o de regreso, entre su habitación y
el lugar de trabajo.
La Jurisprudencia administrativa ha interpretado qué debe entenderse por trayecto directo y, al respecto, ha
señ alado que éste es el que se realiza por el camino normal, habitual o acostumbrado para desplazarse entre la
habitación y el lugar de trabajo, o viceversa, es decir, lo importante es que los li ́mites fi ́sicos de este trayecto directo
sean la entrada de la casa habitación y la entrada del sitio de trabajo, pues, si se traspasan estos li ́mites nos
encontraremos en el primer caso ante un accidente común y en el segundo caso ante un accidente ocurrido a causa o
con ocasión del trabajo
En cuanto a los li ́mites fi ́sicos y refiriéndose al concepto de habitación, la jurisprudencia ha señ alado que ésta es el
lugar donde pernocta el trabajador y no necesariamente su domicilio. También se ha referido al concepto de lugar de
trabajo, señ alando que éste no se limita al lugar fi ́sico donde el trabajador desarrolla especi ́ficamente las labores para
las que ha sido contratado, sino que comprende todo el espacio delimitado por el recinto de trabajo.
Además, el criterio de la Jurisprudencia, señ ala que es suficiente que exista racionalidad en el camino seguido por el
accidentado, lo que no significa que necesariamente sea el camino más corto, es decir, debe tratarse de un trayecto
adecuado, tomando en cuenta el lugar de trabajo y el domicilio de la vi ́ctima.
Por último, para que el trayecto sea directo y el accidente ocurrido en él sea calificado como del trabajo, es necesario
que éste no ocurra debido a una interrupción que tenga alguna trascendencia, y motivada por algún asunto personal
del trabajador, sin relación con el trabajo, es decir, que no hayan desviaciones en el trayecto por causas que no sean
necesarias o determinadas por la sola voluntad del trabajador.
Respecto a Accidentes sufridos por trabajadores mientras regresan a sus domicilios luego de haber finalizado sus
turnos fuera del recinto de la empresa la jurisprudencia de la superintendencia ha dicho:
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Esta entidad ha señ alado y reconocido que existen ciertas funciones que, por su naturaleza, deben ejercerse
normalmente fuera del recinto de la empresa para la cual se labora y como consecuencia los trabajadores deben
pernoctar transitoriamente en dichos lugares, en tanto cumplan con sus turnos de trabajo de varios di ́as continuados
de duración.
En tales casos y cuando los referidos turnos concluyen, los trabajadores requieren trasladarse hasta sus domicilios o
residencias habituales, en uso de los necesarios peri ́odos de descanso, los que, a su vez, también son generalmente
de varios di ́as.
Precisamente, si en la circunstancia de trasladarse hasta sus domicilios o residencias habituales ocurre un accidente,
dicho siniestro puede constituir un accidente del trabajo en el trayecto, si acaso dicho recorrido cumple con las
exigencias necesarias.
En efecto, es requisito indispensable que la lesión que cause la incapacidad o muerte se produzca a causa, con
ocasión del trabajo o en el trayecto directo entre la habitación y el trabajo, sin que expresamente se exija que la
contingencia ocurra dentro del territorio nacional.
De lo anterior fluye, que probada la indispensable relación de causalidad que debe existir entre la lesión sufrida y el
quehacer laboral de la vi ́ctima, se está, en principio, frente a un accidente del trabajo, aún cuando esta relación haya
de establecerse respecto de una persona que, por razón de sus servicios y en cumplimiento de una comisión, se
encuentre en el extranjero en el momento de producirse el accidente.
De este modo, los accidentes que le ocurran durante el desempeño de sus funciones se producirán con ocasión del
trabajo que les obliga a trasladarse continuamente dentro de la jornada ordinaria. Por su parte, los accidentes de
trayecto se producirán de ida o de regreso entre la habitación y el lugar de trabajo o viceversa.
ACCIDENTES RESPECTO DE LOS CUALES TRABAJADOR SÓ LO TIENE COMO MEDIO DE PRUEBA SU DECLARACIÓ N
En cuanto a la prueba, el arti ́culo 7° del D.S. N° 101 de 1968, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, precisa que
la circunstancia de haber ocurrido el accidente en el trayecto directo debe acreditarse ante el respectivo organismo
administrador, mediante el correspondiente parte de carabineros u otros medios de convicción igualmente
fehacientes
Al respecto, la Superintendencia ha sustentado el criterio que para dar por acreditado el mencionado tipo de
accidente del trabajo el legislador no ha indicado ningún medio de prueba de manera taxativa y excluyente, pudiendo
serlo, además, del parte de carabineros, entre otros, la declaración circunstanciada de testigos, la declaración jurada
de la vi ́ctima, el informe del empleador, etc., siempre que tales probanzas permitan formar convicción en cuanto a
que el hecho se encuadra en el concepto legal referido.
Cabe señ alar que este Organismo Fiscalizador ha resuelto en reiteradas ocasiones, que la declaración de la vi ́ctima,
cuando aparece corroborada por otros medios de convicción, puede dar lugar a la calificación de un siniestro como
accidente de trabajo en el trayecto, pues, estas situaciones que involucran el otorgamiento de prestaciones de tanta
importancia para el trabajador, deben ser calificadas con la flexibilidad que la naturaleza de tales beneficios exige,
estimándose que no resulta prudente desechar el requerimiento de algún potencial interesado, por el hecho de
fundarse en su sola declaración.
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ACCIDENTES SUFRIDOS POR TRABAJADORES NO CALIFICABLES COMO DE TRAYECTO
Para que un siniestro pueda ser calificado como de trayecto y, en consecuencia, quede cubierto por el seguro contra
accidentes del trabajo, es necesario que haya acaecido entre la habitación y el lugar de trabajo, lo que importa que
los li ́mites fi ́sicos de este trayecto directo, son la entrada de la casa habitación y la entrada del sitio de trabajo.
Asi ́, el accidente “de trayecto”, que constituye una verdadera extensión del concepto de accidente de trabajo, no
resulta ser aplicable en aquellos casos en que el siniestro tiene lugar dentro del recinto de trabajo, caso en el cual nos
encontraremos, por regla general, frente a accidentes a causa o con ocasión del trabajo. Tampoco es aplicable a los
ocurridos dentro de la habitación, pues estos serán accidentes comunes o domésticos.
A mayor abundamiento, se debe tener presente que la voz lugar de trabajo empleada en el inciso segundo de arti ́culo
5° de la Ley 16.744, no se limita al lugar fi ́sico donde el trabajador desarrolla especi ́ficamente las labores para las que
ha sido contratado, sino que comprende todo el espacio delimitado por el recinto de trabajo.
De este modo, la Ley 16.744, en su arti ́culo 5°, inciso tercero, señ ala: “se consideran también accidentes del trabajo
los sufridos por dirigentes de instituciones sindicales a causa o con ocasión del desempeñ o de sus cometidos
gremiales”.
El Reglamento para la aplicación de la Ley 16.744, aprobado por D.S. N° 101, del Ministerio del Trabajo y Previsión
Social, publicado en el Diario Oficial de 7 de Junio de 1968, agrega que las expresiones “a causa” o “con ocasión” del
desempeñ o de sus cometidos gremiales, comprende no sólo los accidentes ocurridos durante la faena y en el sitio en
que ella o las actuaciones sindicales se realizaban, sino también los acaecidos antes o después, fuera de dichos
lugares, pero directamente relacionados o motivados por las labores gremiales que el dirigente va a cumplir o ha
cumplido”.
El texto legal es amplio y asi ́ lo confirma también el reglamento. Es por eso, que en un capi ́tulo aparte
estableceremos cual ha sido el criterio de la Superintendencia para determinar que debe entenderse por dirigente de
instituciones sindicales, por cometido gremial y en definitiva, cuando nos encontramos frente a un accidente de esta
naturaleza.
En cuanto a la expresión “dirigentes de instituciones sindicales”, este organismo ha manifestado que debe
entenderse en un sentido amplio, esto es, considerando como tales a todos los representantes de un grupo de
trabajadores, designados por ellos, en el desempeño de un cometido gremial; de manera que se ha precisado que no
sólo los dirigentes sindicales propiamente tales se encuentran protegidos por el seguro social contra accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales, sino todos aquellos trabajadores que puedan quedar comprendidos dentro de
la significación amplia antes referida. Por ejemplo, delegados de personal, dirigentes de las asociaciones de
funcionarios de la administración del estado.
En lo relativo al cometido gremial se ha establecido que éste debe tratarse de una acción realizada por un dirigente
de institución sindical, actuando en su calidad de tal, y que persiga el beneficio de los trabajadores representados.
Por otra parte, la jurisprudencia ha señ alado que debe tenerse presente que de acuerdo a la citada norma legal, entre
el siniestro y la lesión debe haber una relación de causalidad directa, a causa, o indirecta, con ocasión, provocada por
el quehacer sindical, relación de causalidad que debe ser, de cualquier modo, indiscutible.
Los accidentes que ocurran en relación a estas actividades, están contemplados en el arti ́culo 181, inciso segundo del
Código del Trabajo, que señ ala: “El accidente que sufriere el trabajador a causa o con ocasión de estos estudios,
quedará comprendido dentro del concepto que para tal efecto establece la Ley 16.744 sobre Seguro Social contra
Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades profesionales, y dará derecho a las prestaciones consiguientes”.
Según la jurisprudencia de la Superintendencia los accidentes que eventualmente pudieren sufrir los trabajadores a
causa o con ocasión de las actividades de perfeccionamiento que realicen, deben considerarse como accidentes del
trabajo, toda vez que dicho quehacer lo deben desarrollar en cumplimiento de sus obligaciones laborales.
ACCIDENTES CONCAUSALES
Son aquellos en que la lesión, debido a una o más concausas, tiene, en definitiva, efectos más graves que en un caso
normal.
En estos casos, la lesión puede ser más grave debido a una concausa preexistente, es decir, que con anterioridad al
accidente exista un defecto o enfermedad que ocasiona que una lesión relativamente leve tenga gravi ́simas
consecuencias; o bien, puede tratarse de una concausa superviniente, es decir, aquella acaecida con posterioridad al
accidente mismo, pero en relación con él o con su tratamiento.
La doctrina ha señ alado que estas consecuencias deben ser tratadas como de origen profesional y por lo tanto debe
dárseles la cobertura de la Ley 16.744.
Tal es también el criterio de nuestro sistema, considerando las reglas de evaluación de invalidez contenidas en los
arti ́culos 58 y siguientes de la ley 16.744, y de haber exigido que la relación trabajo-lesión pueda ser meramente
ocasional.
La Jurisprudencia administrativa ha aceptado que estas concausas pueden ser preexistentes, por ejemplo una
enfermedad preexistente ocasiona que una lesión relativamente leve tenga gravi ́simas consecuencias.
También pueden ser concausas supervinientes, aquellas que aparecen con posterioridad al accidente mismo, pero en
relación con él o con su tratamiento. Asi ́ por ejemplo, sucede si un accidentado fallece como consecuencia de un mal
tratamiento médico, o por una posterior complicación, o el accidente ocasione o deje en el trabajador secuelas de
carácter nervioso, si ́quico o fi ́sico.
Si bien estos accidentes no están expresamente contemplados en nuestra legislación, si se da pie para que puedan
calificarse como del trabajo los siniestros ocurridos en el ejercicio de labores impropias, al haber exigido que la
relación trabajo-lesión pueda ser meramente ocasional, ampliándose de esta forma el concepto de accidente del
trabajo
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En definitiva la calificación de labor impropia será una cuestión de hecho que deberá resolver la Superintendencia
La jurisprudencia ha sostenido, que si la labor que ejecuta la vi ́ctima al momento de accidentarse no es aquella para
la que fue contratado, pero que fue consecuencia de un encargo de su empleador, el siniestro debe ser calificado
como accidente con ocasión del trabajo, puesto que el vi ́nculo de subordinación y dependencia, en el caso de la
relación contractual laboral es de tal magnitud que el trabajador no está en condiciones de representar dicho
encargo, ni mucho menos de oponerse al mismo.
Respecto al mismo tema, la Superintendencia ha señalado que si ́ un accidente ocurre mientras un trabajador realiza
una acción para la que no se encontraba autorizado, incluso alguna expresamente prohibida, pero de algún modo
relacionada con su obligación laboral, ello no obsta a que el hecho pueda ser calificado como un siniestro de origen
profesional. Si se trata de un trabajador dependiente que, al momento de ocurrir el infortunio, se encontraba
desarrollando labores para su empleador, en el recinto de la faena y dentro de su jornada habitual de trabajo, la
relación de causalidad entre la lesión y el quehacer laboral ha estado presente.
Asi ́, la circunstancia de que un trabajador se haya accidentado realizando una faena para la que no habi ́a sido
contratado y aún en el evento que le estuviere expresamente prohibida, no lo priva del derecho a las prestaciones del
seguro contra riesgos laborales.
En efecto, si ha habido una conducta imprudente o negligente de la vi ́ctima ello no significa que quede al margen de
la protección del seguro contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, como quiera que tal
circunstancia no es de aquellas a que se refiere el último inciso del arti ́culo 5° de la ley en comentario - fuerza mayor
extrañ a que no tenga relación alguna con el trabajo y los producidos intencionalmente por la vi ́ctima- que excluyen al
accidentado de la mentada protección.
Financiamiento
- Cotización básica: la pagan todas las empresas por igual y corresponde al 0,9% de las remuneraciones imponibles de
cada trabajador.
- Cotización adicional diferenciada: se paga en función de la actividad y riesgos de cada empresa, además de
la cotización básica. Fluctúa entre 0 y 3,4%, de acuerdo al DS No 110/68 y regulada por el DS N°67/2000, vigente
desde el 01/07/2001
- Producto de Multas que aplique el organismo
- Utilidades o rentas de la inversión del Fondo de Reserva
- Ejercicio del Derecho de repetir.
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Prestaciones económicas
- Incapacidad temporal
- Invalidez parcial Invalidez total
- Gran invalidez muerte
Por muerte (del accidentado o enfermo profesional, asi ́ como del inválido pensionado)
Se contemplan pensiones de supervivencia, cuyos montos no pueden sobrepasar el 100% de la pensión total a que
habri ́a tenido derecho el trabajador en caso de invalidez total, o de la pensión que percibi ́a al momento de la
muerte. Tienen derecho a ellas:
- Cónyuge
- Hijos (deben haber sido reconocidos antes de la fecha del accidente o del diagnóstico de la enfermedad profesional
causante de la muerte)
- Madre de los hijos.
- A falta de los anteriores, los ascendientes y descendientes que causaban asignación familiar.
DISPOSICIONES GENERALES:
Arti ́culo 1.- El presente reglamento establece Normas que regirán la aplicación del Ti ́tulo
sobre Prevención de Riesgos Profesionales y las demás disposiciones sobre igual materia contenidas en la Ley No
16.744.
Arti ́culo 2.- Corresponde al Servicio Nacional de Salud fiscalizar las actividades de
prevención que desarrollan los organismos administradores del seguro, en particular las Mutualidades de
Empleadores, y las empresas de administración delegada.
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DE LAS MUTUALIDADES DE EMPLEADORES Y EMPRESAS DE ADMINISTRACIÓN DELEGADA:
Arti ́culo 3.- Las Mutualidades de Empleadores están obligadas a realizar actividades permanentes
de Prevención de Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.
Arti ́culo 4.- El personal a cargo de estas actividades deberá ser especializado en Prevención de Riesgos de
Enfermedades Profesionales y de Accidentes del Trabajo, su idoneidad será calificada previamente por el Servicio
Nacional de Salud.
Arti ́culo 5.- Las Mutualidades deberán disponer de suficiente personal especializado, contratado a tiempo completo,
para asegurar que efectúen una prevención satisfactoria en todas las empresas asociadas. Se entenderá cumplida
esta condición cuando a dicho personal le corresponda una proporción promediada individual no superior a 80
empresas.
Arti ́culo 6.- La actividades de prevención que deben desarrollar las empresas facultadas para administrar el seguro en
forma delegada serán de carácter permanente, efectivas y basadas en una organización estable y a cargo de uno o
más expertos en prevención.
Arti ́culo 7.- Las empresas que deseen acogerse a la administración delegada deberán acompañ ar, además de los
antecedentes exigidos por el arti ́culo, el Reglamento para la aplicación de la Ley No 16.744, una memoria explicativa
acerca de las actividades de prevención de riesgos proyectadas, que contenga información sobre organización,
personal técnico y recursos, organización de trabajo y sistemas de evaluación de resultados.
Arti ́culo 9.- Para los efectos de este reglamento, los expertos en Prevención de Riesgos se clasificarán en la categori ́a
de Profesionales o de Técnicos en conformidad con sus niveles de formación.
La categori ́a profesional estará constituida por:
A. Los ingenieros e ingenieros de ejecución cuyas especialidades tengan directa aplicación en la seguridad e higiene
del trabajo y los constructores civiles, que posean un post-ti ́tulo en Prevención de Riesgos obtenido en una
Universidad o Instituto Profesional reconocido por el Estado o en una Universidad extranjera, en un programa de
estudios de duración no inferior a mil horas pedagógicas.
La categori ́a profesional estará constituida por:
B. Los ingenieros de ejecución con mención en Prevención de Riesgos, titulados en una Universidad o Instituto
Profesional reconocidos por el Estado.
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DE LAS ESTADÍSTICAS DE LOS ACCIDENTES:
Arti ́culo 12.- Los Departamentos de Prevención de Riesgos de las empresas están obligados a mantener
estadi ́sticascompletas deaccidentes y enfermedades profesionales, y computarán como mi ́nimo la tasa mensual de
siniestralidad de los accidentes del trabajo.
Arti ́culo 15.- El reglamento, o sus modificaciones posteriores, no requerirán la aprobación previa de la Seremi Salud
correspondiente, pero éste podrá revisar su texto e introducir innovaciones cuando lo estime conveniente.
Arti ́culo 22.- Los empleadores deberán mantener los equipos y dispositivos técnicamente necesarios para reducir a
niveles mi ́nimos los riesgos que puedan presentarse en los sitios de trabajo.
Arti ́culos 23.- Los empleadores deberán dar cumplimiento a las obligaciones que establece el Arti ́culo 21 a través de
los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad y los Departamentos de Prevención de Riesgos.
Arti ́culo 24.- Las infracciones en que incurran los empleadores a las obligaciones que les impone el presente ti ́tulo,
serán sancionadas en conformidad con lo dispuesto en los arti ́culos 13 del D.S. No 173, de 1970, del Ministerio del
Trabajo y Previsión Social, sin perjuicio de lo establecido en el arti ́culo 69 de la Ley No 16.744.
BASES LEGALES:
LEY No 16.744-Art. No 66
“En toda empresa o faena en que trabajen más de 25 personas deberán funcionar uno o más Comités Paritarios de
Higiene y Seguridad”.
Organización interna de los comités paritarios: (son elegidos en forma directa y por simple mayoría)
- Presidente
- Secretario
SUPLENTES
• Reemplazarán a los titulares en caso de impedimento de éstos por cualquier causa o vacancia del cargo.
• Se llamarán de acuerdo al orden en que fueron elegidos.
FUERO LABORAL
- Uno de los representantes de los trabajadores, contará con Fuero Laboral.
- El Miembro que tendrá el Fuero, será elegido por simple mayori ́a, entre los tres Miembros Titulares.
- El Fuero Laboral cesa al momento de dejar el cargo que lo originó.
- En caso de existir más de un Comité Paritario en la Empresa, el Fuero lo tendrá un miembro del Comité más antiguo.
INTEGRANTES
1.- Asistir a reuniones del Comité Paritario.
2.- Colaborar con el Presidente en el logro de objetivos.
3.- Capacitar y motivar a los trabajadores en el cumplimiento de normas de seguridad.
4.- Investigar, analizar e informar sobre accidentes y Recomendaciones.
5.- Realizar inspecciones de seguridad.
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NORMATIVAS DE FUNCIONAMIENTO
FRECUENCIA DE REUNIONES
Una vez por mes en forma ordinaria y en forma extraordinaria en caso de accidente que produzca una lesión superior
al 40% de Pérdida de Capacidad de Ganancia.
QUÓRUM
El Comité Paritario funcionará al asistir un miembro de los trabajadores y uno de la empresa.
PLAN DE TRABAJO:
- Estudio histórico de causas de accidentes. (DIAGNOSTICO)
- Evaluación sistemática de avances de resultados.
- Creación de Comisiones de Trabajo:
- Investigación de accidentes
- Comisión de detección de peligros
- Comisión de capacitación difusión
INVESTIGACIÓN DE ACCIDENTES
- Recopila información: sitio del accidente, afectado y testigos.
- Establece causas.
- Determina medidas de control
INSPECCIÓN:
- Detecta acciones y condiciones inseguras.
- Propone medidas preventivas.
CAPACITACIÓN:
- Detecta necesidades de capacitación.
- Coordina actividades.
- Difusión y distribución de información técnica.
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