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Cuidados nutricionales

El embarazo es una etapa donde se necesita energía suplementaria para el crecimiento: fetal, de
la placenta, del útero, etc. La mayor necesidad de principios nutritivos empieza en el cuarto mes
porque en este período el feto aumenta rápidamente de peso. Las necesidades calóricas se
incrementan por día.

El buen estado nutricional de la madre es primordial en el crecimiento y desarrollo normal del


niño. El aumento de peso promedio está alrededor de los 10 a 11 kg, de los cuales, el feto
contribuye en aproximadamente 3 500 g; la placenta, el líquido intestinal y el volumen
sanguíneo añaden de 1 200 a 1 800 g; el crecimiento mamario contribuye con 400 g y otros con
1 640 g que representan el tejido adiposo materno.

El estado nutricional de la paciente antes de la fecundación es tan importante como la nutrición


durante el embarazo. El personal de enfermería puede ser capaz de influir en el estado
nutricional de la embarazada, al mejorar sus hábitos alimentarios desde el inicio temprano del
embarazo, en beneficio del binomio madre feto.

Se debe tener en cuenta que en la gestación tan peligroso es quedar por debajo de las cifras
(peligro de carencia), como sobrepasarlas (peligro de acumulación u otros).

El aumento de peso de 8 a 15 kg durante el embarazo se puede aceptar y recomendar como


guía. En algunos casos de obesas se puede contemporizar con aumentos menores (hasta 5 kg).

Es importante lograr un aumento de peso moderado para, de esta forma, disminuir la cantidad
de lactantes de bajo peso al nacer; así como las muertes maternas antes del parto. Además, la
nutrición materna adecuada y balanceada conlleva a la disminución del número de
malformaciones fetales.

La alimentación de la gestante ha de ser sana, que incluya suficientes: carbohidratos, proteínas,


vitaminas y minerales provenientes de los grupos de alimentos; aunque su ingestión ha de ser
moderada. No es necesario comer como si fuera por 2, ya que puede causarle una ganancia de
peso elevada, que después le dificulta mucho más el parto y provocar complicaciones.

La gestante es más susceptible a las intoxicaciones, por lo que algunos aditivos e ingredientes
artificiales pueden ser dañinos para el bebé e, inclusive, causar daños congénitos. Antes de
ingerir alimentos en conserva se debe leer, cuidadosamente, las etiquetas de los productos,
aunque lo ideal es minimizar la ingesta de alimentos procesados o enlatados.

Nutrientes indispensables. Uno de los principales nutrientes para la mujer embarazada son las
proteínas, las cuales aportan los elementos para el crecimiento de los tejidos del cuerpo,
incluyendo el crecimiento del bebé, la placenta, el incremento de los volúmenes de sangre y de
líquido amniótico.

Una dieta rica en calcio es esencial para la gestante y su bebé. Se deben consumir productos
lácteos o suplementos de calcio diariamente, con preferencia en la noche. El adecuado
suministro de calcio al organismo la hace menos susceptible a calambres. Consumir yogurt o
beber un vaso de leche antes de acostarse le ayuda a dormir mejor.

El ácido fólico es un tipo de vitamina del complejo B que puede ayudar a prevenir, en el recién
nacido, defectos en el cerebro y la médula espinal, denominados defectos del tubo neural,
cuando se ingiere antes del embarazo y durante las primeras semanas de este. Los defectos del
tubo neural se originan durante el primer mes de embarazo (generalmente antes de que la
madre sepa que está embarazada), por lo que es importante que la mujer tenga suficiente ácido
fólico en su sistema antes de quedar embarazada. Los alimentos que aportan ácido fólico son: la
naranja, el melón y vegetales de color verde.
El hierro es necesario para los elementos sanguíneos, tanto de la madre como del niño. Aunque
algunos alimentos aportan gran cantidad de hierro, como el hígado, las carnes rojas, frutas
secas, frijoles, pasas y nueces, la mayoría de las madres no consumen lo suficiente para cumplir
los requerimientos durante el embarazo. Se recomienda tomar suplemento de 30 mg de hierro
al día durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo.

En climas cálidos y durante la actividad física se debe aumentar el consumo de líquidos. Se debe
beber entre 8 y 10 vasos de agua al día para mantenerse hidratada. Esto ayuda, además, a
eliminar las toxinas de su cuerpo y a evitar infecciones urinarias que, con frecuencia, padecen
las mujeres embarazadas. Al aumentar la ingesta de líquidos se hacen más frecuentes las
micciones, por lo que se recomienda no aguantar las ganas de orinar. Cuando la orina es clara y
casi sin color, indica que se tiene un adecuado consumo de líquido. Se deben evitar las bebidas
gaseosas y con
cafeína, preferiblemente se debe orientar tomar agua o jugos de frutas con poco dulce y no
retener líquidos.

Comer alimentos ricos en fibra ayuda a prevenir el estreñimiento, el cual es un problema


frecuente en el embarazo. Se debe consumir, varias veces al día, cereales de granos enteros,
frijoles, frutas y verduras, por su alto contenido en fibra.

Debido a que el embarazo aumenta los requerimientos orgánicos de muchas vitaminas y


minerales, es normal que se recete un suplemento vitamínico desde la primera consulta
prenatal, siempre bajo prescripción médica, ya que algunos no se deben tomar en exceso, como
por ejemplo la vitamina A.

Valoración

Se deben identificar los factores de riesgo nutricionales, los principales son los relacionados con
el embarazo, los cuales son:

1. Adolescencia (15 años de edad o menos).


2. Antecedentes de 3 embarazos o más durante los 2 últimos años.
3. Falta de recursos económicos.
4. Manías alimentarias, antecedentes de dietas poco comunes o restrictivas.
5. Consumo intenso de tabaco, alcohol o fármacos.
6. Dieta terapéutica a causa de enfermedad crónica.

Valoración del aumento ponderal

Para poder calcular las necesidades de nutrientes de la embarazada, es necesario calcular su


peso para detectar si está o no en normopeso. Para este fin se utiliza el índice de masa corporal
(IMC) que se hace de la forma siguiente:

Para esto, la OMS ha hecho la distribución siguiente:

1. Menos de 18,70 kg/m2: bajo peso.


2. De 18,70 a 23,60 kg/m2: normopeso.
3. De 23,61 a 26,50 kg/m2: sobrepeso.
4. Mayor que 26,50 kg/m2: obesas.
Las calorías diarias se deben calcular mediante la fórmula:

cal/kg de peso
De este cálculo resulta la clasificación y el requerimiento siguiente:

1. Bajo peso: de 35 a 45 cal/kg de peso


2. Normopeso: de 30 a 35 cal/kg de peso
3. Sobrepeso: de 25 a 30 cal/kg de peso
4. Obesas: de 20 a 25 cal/kg de peso

Nunca se deben ofrecer dietas de un valor inferior a 1 500 cal/día pues puede producir cetosis y
traer consecuencias adversas al feto.

Intervención

Es importante que el personal de enfermería intervenga realizando acciones en la gestante que


ayuden a la buena evolución del embarazo.

Acciones de enfermería independientes

Las acciones de enfermería independientes consisten en:

1. Asesoramiento dietético durante el embarazo:

a. Aconsejar a la madre sobre los cambios que se requieren para remediar las deficiencias.
b. Planear la dieta prenatal con la madre para que logre la nutrición suficiente.
c. Explicar la importancia de la buena nutrición para la salud global de la madre y su
familia.
d. Explicar la importancia de los suplementos de hierro, ácido fólico y vitamina C (tabletas
prenatales) durante el embarazo.
e. Fomentar la ingestión de alimentos que aporten hierro y ácido fólico.
f. Destacar la importancia del aumento ponderal óptimo.
g. Explorar las preocupaciones sobre la imagen corporal.
h. Valorar a la mujer en busca de edemas en la cara y extremidades, así como, proteinuria
y glucosuria en orina.
i. Verificar que la presión arterial sea normal.
j. En cuanto a las principales molestias realizar recomendaciones, estas son:

- Náuseas y vómitos:

o Comer galletas o tostadas antes de levantarse.


o Realizar ingestas fraccionadas de poco volumen y suaves.
o Evitar alimentos grasos o muy condimentados.
o Beber líquidos fuera de las comidas.
o Evitar los olores fuertes y desagradables.

- Micción frecuente:

o No aguantar la micción.

- Hipersensibilidad mamaria:

o Utilizar un sujetador adecuado, si es de algodón mejor.


- Leucorrea:

o Higiene diaria.
o No realizar duchas vaginales.
o Utilizar ropa interior de algodón.

- Congestión nasal:

o Irrigaciones de suero fisiológico.


o No usar antihistamínicos ni anticongestivos.

- Gingivitis:

o Correcta higiene dental, utilizar cepillos suaves.

- Pirosis:

o Realizar 5 o 6 comidas de poco volumen y suaves.


o Evitar grasas, fritos, sustancias irritantes, café, bebidas con gas, alcohol y
tabacos.
o No acostarse después de las comidas.
o Cenar 2 h antes de acostarse.
o Tomar antiácidos con bajo contenido en sodio.

- Estreñimiento:

o Realizar una dieta rica en fibra, verduras, cereales y frutas.


o Aumentar la ingestión de líquidos.
o Conseguir hábitos de defecación regular.

- Hemorroides:

o Evitar el estreñimiento.
o Conseguir la evacuación diaria.
o Realizar higiene local con agua fría.
o Utilizar pomadas locales con antiinflama-torios o anestésicos.

- Várices:

o Descansar en decúbito lateral izquierdo con las piernas elevadas.


o Utilizar medias elásticas.
o Evitar permanecer de pie durante períodos largos.
o No cruzar las piernas ni utilizar prendas que compriman.

- Edemas:

o Descansar con las piernas elevadas.


o Evitar compresión de las extremidades.
o Si tiene que permanecer de pie o sentada durante un período largo, realizar
ejercicios de dorsiflexión del pie.

- Lumbalgias:

o Correcta higiene postural.


o Utilizar zapatos cómodos y evitar el tacón alto.
o Realizar ejercicios para reforzar la musculatura.

- Calambres en las piernas:

o Dorsiflexión suave de los pies para estirar los músculos.


o Aumentar en la dieta el calcio y disminuir el fósforo.

- Desmayos:

o Levantarse lentamente.
o Evitar las aglomeraciones o espacios muy cálidos.

- Disnea:

o Postura corporal correcta al estar sentada o de pie.


o Dormir utilizando más almohadas.
k. Instrucciones a la paciente en cuanto a la nutrición: alimentación completa, variada y
fraccionada de la forma siguiente: desayuno, merienda, almuerzo, merienda, comida y
cena. Para esto se puede utilizar la guía que se recomienda en la tabla 4.1.

La dieta debe contener alimentos de todos los grupos, tales como:

a. Frutas.
b. Verduras y hortalizas.
c. Cereales y derivados.
d. Leche, queso y yogurt.
e. Carnes, aves, pescado y huevos.

Tabla 4.1. Guía de alimentos para el embarazo

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