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Tanto los empleadores como los trabajadores son partes que están interesadas en
procurar una mayor igualdad, diversidad e inclusión en el lugar de trabajo, como
también lo son los gobiernos, las organizaciones de empleadores, los sindicatos y
otros agentes, por ejemplo las organizaciones de la sociedad civil.
Aunque existen otras situaciones y trabajadores que deben ser objeto de inclusión
(como por ejemplo todo lo relativo al género) esta guía se centra en cuatro casos
concretos:
La razón de que sean estos casos los tratados se debe a que son las circunstancias
más usuales en las que un trabajador solicitará un ajuste.
Con los ajustes razonables se pretende suprimir o reducir las barreras que
determinados trabajadores pueden encontrarse para acceder al empleo o
ascender o permanecer en él debido a factores tales como el entorno físico en el
lugar de trabajo o el modo en el que se organiza el trabajo.
Se trata de adaptar la manera existente de hacer las cosas o suprimir las barreras
físicas en el lugar de trabajo allí donde sea necesario y viable, como por ejemplo
sustituir escaleras por rampas con el fin de facilitar el acceso a quienes utilicen
sillas de ruedas.
Para determinar qué es razonable hay que tomar en consideración todas las
circunstancias de cada caso particular.
Por su parte, los ajustes serán razonables siempre que no impongan una carga
desproporcionada o dificultad indebida al empleador.
Los factores que se tienen habitualmente en cuenta para determinar si los ajustes
que se solicitan supondrán una carga desproporcionada son el coste de los
ajustes, el tamaño y la cifra de negocios de la empresa obligada a proporcionar los
ajustes, el funcionamiento y la organización de la empresa, si los ajustes
beneficiarán a más personas que la que formula la solicitud, la existencia de
financiación pública (o de otra fuente) que pueda cubrir una parte o la totalidad del
costo de los ajustes, los requisitos en materia de seguridad y salud en el trabajo,
yla duración prevista de la relación de trabajo.
Hemos de tener también en cuenta que en algunos casos las solicitudes de ajustes
podrían llegar a tener repercusiones inapropiadas en otros trabajadores, lo que
impediría su implementación.
La guía de la OIT es, sin duda y aún con sus carencias al no contemplar todos los
ámbitos relativos a la diversidad, un buen punto de partida para establecer
sistemas que se encarguen de que su gestión sea un éxito.
C O MPÁ RT E LO:
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