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LA MÚSICA TRADICIONAL VENEZOLANA

Es producto de un largo proceso de mestizaje en el que se han unido rasgos


indígenas, europeos y africanos. Gracias a este unción han surgido a lo largo de los
años nuevas formas musicales como el joropo, el género más representativo del
país, que utiliza el cuatro (guitarra de cuatro cuerdas), el arpa las maracas y la
bandola (similar al cuatro pero con cuerpo en forma de pera) como instrumentos. El
joropo se originó en los Llanos, región situada entre Venezuela y Colombia en la
cuenca del Orinoco, y ha llegado a convertirse en identidad nacional del país.

El joropo

Es un género musical y danza tradicional que encontramos en Venezuela y


Colombia en los Llanos. Dentro del Joropo encontramos diferentes variantes
regionales: Joropo central, Joropo oriental, Joropo guayanés, Joropo larense o
Golpe tocuyano, Quirpa y Joropo llanero. El Joropo se caracteriza por una
coreografía de baile enlazada donde la mujer se agarra al hombre con ambas
manos. El baile representa el dominio del hombre sobre la mujer, ya que es quien
lleva la iniciativa y determina las figuras.

El aguinaldo

Es la evolución de los villancicos europeos y está compuesto por versos


hexasílabos. Cada región dispone de unos aguinaldos diferentes pero todos están
relacionados con el nacimiento del niño Jesús.

La Parranda

Al igual que el Aguinaldo, la Parranda es también típica de la época navideña. De


hecho deriva del aguinaldo y los instrumentos utilizados son el cuatro y las maracas.
Aunque derive del Aguinaldo, no se basan exclusivamente en el nacimiento del niño
Jesús sin que también tratan festividades de típicas de la navidad como el año
nuevo.

La Gaita Zuliana
Originario de la región de Zulia, la Gaita ha sido adoptado poco a poco por todo el
país y ya forma parte de la música tradicional navideña. El tema principal de la Gaita
a diferencia de las anteriores son alabanzas religiosas, aunque en los últimos años,
debido en parte a su adopción gran parte del país, tratan también temas como crítica
social, festividades, temas amorosos…

Merengue venezolano

Según su origen rítmico, podemos clasificar los merengues venezolanos en tres


grupos: caraqueño, oriental y larense. El merengue venezolano en general, nos
ofrece letras picarescas y costumbristas, donde se cuentan pequeñas historias
sobre las tradiciones e historias de la época. Los principales instrumentos utilizados
en el merengue son la trompeta, el saxo, el trombón y el clarinete, que son
acompañador por el cuatro, redoblante y el contrabajo.

Bambuco

Dentro de la música andina destaca el Bambuco que se caracteriza por ser melodías
románticas, idílicas con ciertos matices señoriales, localizadas principalmente en
los estados Zulia, Lara y Distrito Capital. El Bambuco tiene su origen en España y
América con un ritmo acompasado y con cadencia. Los principales instrumentos
utilizados para el Bambuco son el piano, la guitarra y el bajo aunque en ocasiones
también se acoplan el violín, el cuatro y la flauta

Música Campesina

Localizada en los estados de Mérida, Tachira y Trujillo es la expresión cultural de


los Andes. La principal diferencia con la música llanera es el cambio del güiro por la
maracas y la guitarra por el arpa. A principios de los 70 comenzaron a formarse las
primeras agrupaciones musicales y desde la fecha ha ido evolucionando y dándose
a conocer hasta nuestros días. Los principales instrumentos utilizados en la música
campesina son el violín, la guitarra, el cuatro, el güiro y el requinto. Los estaos de
Mérida, Tachira y Trujillo están situados cerca de la frontera de Colombia, por lo que
se han visto influenciados por el ballenato colombiano.

El Callao

El Callao se diferencia principalmente de los otros géneros musicales en que utiliza


teclados y bajos eléctricosademás de la charrasca, el cencerro, instrumentos de
viento y el cuatro venezolano. Al incorporar instrumentos electrónicos, El Callao
podría considerarse la música Venezolana que menos a seguido las tradiciones del
país.

Calipso

Dentro de la música afrocaribeña, encontramos el Calipso venezolano iimportado


de Trinidad a finales del siglo XIX por los inmigrantes que llegaron a Venezuela
durante la fiebre del oro.

Galerón

El galleron se caracteriza por tener un compas lento y suele ir acompañador de


cuatro, guitarra y bandolín. Los temas de las letras tratan temas patrióticos,
religiosos, sentimentales y filosóficos. Es muy habitual en celebraciones y
festividades y cada estado suele tener sus propias versiones personalizadas.

Fulía

Al igual que otros estilos musicales, la fulía es cantada o recitada interpretada en


combinación con la guitarra, bandolín, cuatro y bandola. El ritmo de la fluía es muy
alto pero no se puede bailar por diversas creencias religiosas.

Polo
A diferencia del galerón, el polo es mucho más alegre y cuenta anécdotas del día a
día de los habitantes, mientras realizan las tareas habituales que tienen
encomendabas en sus respectivas poblados.

Malagueña

De origen español, es de ritmo libre e improvisado pero repitiendo siempre los


mismos acordes del acompañamiento. Similar a la jota, pero a diferencia de ella, se
canta en un tono mayor. Los instrumentos que acompañan a la malagueña son la
guitarra, cuatro y bandolín.

Jota

Canto triste y melancólico que cuenta historias relacionadas con la pesca y el amor.
Suele ir acompañado de guitarra, cuatro y bandolín. De origen español, se asemeja
mucho a la malagueña pero se diferencia en que la jota se canta en un tono menor
pero los instrumentos que la acompañan son los mismos.

Instrumentos musicales venezolanos

La música tradicional venezolana se basa principalmente en el uso de cuatro


instrumentos musicales, que con el tiempo han ido perfeccionando y mejorando el
sonido de los mismos: cuatro, maracas, arpa y bandola.

Cuatro

También denominado ccuatro llanero, cuatro criollo o cuatro tradicional es un


instrumento de cuerda, que indica el nombre, únicamente está compuesto por
cuatro cuerdas. Entra dentro de la clasificación de las guitarras antiguos y españolas
con un tamaño reducido en comparación con las guitarras tradicionales. Este
instrumento es el más emblemático dentro de la música venezolana ya que se utiliza
tantos en las zonas rurales como en las grandes ciudades. Se puede tocar de forma
individual si necesidad de más instrumentos o bien como acompañante de otros.
Maracas

Las maracas son muy utilizadas en la cultura popular cubana y en el folklore del
Llano situado entre Venezuela y Colombia, En su interiores podemos encontrar
desde pequeñas piedras, hasta semillas, pasando por cristales, arroz y pequeñas
piezas metálicas. Las maracas se utilizan en Venezuela desde tiempos
precolombinos y es un de los instrumentos de percusión más importantes en la
música del país.

Arpa Llanera

Instrumento de origen europeo que posteriormente se introdujo en los Llanos de


Venezuela y Colombia por los conquistadores españoles a través de las diferentes
misiones religiosas que se establecieron para difundir el catolicismo a través de la
música. El arpa llanera puede estar compuesto por 32 o 33 cuerdas de diferente
grosor y se encuentran organizadas según el grosor del mismo. A diferencia de otros
instrumentos de cuerda, el arpa llanera no dispone de pedales para alterar el sonido
que nos ofrece este instrumento.

Bandola

Dentro bandola encontramos dos tipos de instrumentos: bandola llanera y bandola


oriental. La bandola llanera, como bien indica el nombre la podemos encontrar en
los llanos de Venezuela y Colombia. La bandola llanera además dispone de siete
trastes (separación existente en el diapasón del mástil de los instrumentos de
cuerda). Por otro lado encontramos la bandola oriental, confeccionada con cuerdas
nailon y es utilizada para interpretar la música tradicional venezolana como el
Joropo.
La Cuaresma en Venezuela
La Cuaresma es un ciclo festivo reconocido dentro del calendario oficial de fiestas
religiosas de Venezuela, reducida en nuestros días a la conmemoración de la
Semana Santa, como tiempo para el recogimiento espiritual, la visita a los templos
y la dramatización de pasajes bíblicos que rememoran la Pasión, Muerte y
Resurreción de nuestro Señor Jesucristo y, que perduraron con bastante fuerza
hasta mediados del Siglo pasado, cuando la mordernización generó un cambio en
la conducta tradicional cristiana.

En Venezuela, este culto religioso comienza el domingo previo a la Semana Mayor,


con la celebración de una misa de envío, en el Municipio Chacao, del Estado
Miranda, en la cual más de 200 hombres, jóvenes y niños, llamados Los Palmeros
de Chacao; se encomiendan a Dios para cumplir con la misión de recolectar, atar
y bajar las Palmas que serán bendecidas y repartidas a los fieles el Domingo de
Ramos en la Av. Mohedano, los lleva hasta la Iglesia Parroquial San José, donde
acompañados con la música los recibe el párroco a las puertas de la Iglesia donde
presencia la ofrenda de los palmeros e invita a la celebración del Domingo de
Ramos.

Aproximadamente 600 palmas o más son traidas del Ávila en la llamada Procesión
de los Palmeros, cuyo origen se remonta a más de 200 años, fecha en la cual el
padre José Antonio Mohedano, como agradecimiento a Dios por haber terminado
una epidemia de fiebre amarilla ocurrida a los habitantes de la zona. De esta manera
se conmemora la entrada de Cristo a Jerusalén, donde fué recibido con ramos.

Fiestas de Mayo
Mayo

Fecha: 1° de Mayo
Festividad: Fiestas Patronales de San Felipe
Lugar: San Felipe (Yaracuy)

Fecha: 22 de Mayo
Festividad: Día de la Virgen de Santa Rita
Lugar: SANTA RITA DE MANAPIRE, ESTADO GUARICO
Descripción: Celebración en honor a la patrona de esta población, con animados
programas populares, culturales, deportivos y religiosos. Se hacen fiestas al mejor
estilo llanero, con el ambiente fiestero y cordial de los guariqueños.

Fecha: Todo el mes de Mayo


Festividad: Velorio de la Cruz de Mayo
Lugar: En todo el país
Descripción: Fiesta correspondiente al solsticio de Verano que se lleva a cabo
especialmente en el oriente, centro y occidente del país. Consiste en la veneración
a la Santa Cruz; para ello la adornan con flores y guirnaldas, se rezan y le cantan
coplas. Esta manifestación sufre variaciones en cuanto a la música y otros
elementos, de acuerdo a la región.

Fecha: todo el mes de Mayo


Festividad: Diablos danzantes
Lugar: San Francisco de Yare (Miranda), Patanemo (Carabobo), Chuao (Aragua),
Naiguatá (Vargas).
Descripción: Festividad folklórica que se lleva a cabo los jueves de Corpus Christi.
Consiste en el pago de promesas por parte de los fieles al cuerpo de Jesucristo,
efectuando una procesión y danza alrededor de la plaza del pueblo, frente a la
iglesia, trajeados de diablos. Tienen ciertas diferencias en cuanto a vestuarios,
instrumentos musicales y otros elementos, según la localidad.

Fecha: 3 al 5 de Mayo
Festividad: Festival Internacional " Voz del Alma Llanera"
Lugar: San Fernando de Apure (Apure)
Descripción: Este festival se celebra dentro del marco de la Feria Agropecuaria.
Artesanal e Industrial. Intervienen los más afamados cantantes de música llanera,
tanto de Venezuela como de Colombia.
Los Diablos Danzantes de Corpus Christi
Constituyen una de las tradiciones centenarias más trascendentales de Venezuela,
cuyo origen se remonta al siglo XVIII, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad el 6 de diciembre de 2012, por la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Esta manifestación se vive en 11 poblaciones del país en las que el turista que
desee vivir esta tradición tendrá la oportunidad de disfrutar de una de las
festividades religiosas más importante de Venezuela.
Cada una de las cofradías se caracteriza por tener un estilo en particular,
dependiendo de la región a la que pertenezcan, en el que se destaca el uso de trajes
coloridos e instrumentos de percusión como las maracas y el tambor.

Diablos Danzantes de Yare, en Miranda

Esta cofradía se caracteriza por vestirse completamente de rojo. Cuenta la leyenda


que la tradición inició en el año 1749, luego de una gran sequía que afectó el Valle
de Yare, donde fieles hicieron promesas al Santísimo Sacramento para que llegara
la lluvia al lugar; desde ese entonces los promeseros salen cada año sin
interrupción.
La estructura jerárquica de la cofradía de Yare está definida por el tamaño de las
máscaras y el número de cachos que poseen. El primer capataz es el diablo más
antiguo y la máxima autoridad, y posee cuatro cachos en su máscara. El segundo
capataz tiene tres cachos en su máscara y organiza el desarrollo del baile. El
arreador usa máscara de tres cuernos y un mandador, este impone respeto y
disciplina. Los diablos son los demás integrantes, usan dos cuernos en las
máscaras y se les llama rasos. La única mujer (sayona) utiliza una máscara de tres
cachos y su función es dirigir a los nuevos participantes.
Quienes vayan a San Francisco de Yare, para vivir esta experiencia religiosa,
podrán tener la oportunidad de conocer la sede de la Cofradía del Santísimo
Sacramento de los Diablos Danzantes de Yare y la plaza que lleva el mismo nombre.
Adicionalmente, propios y visitantes podrán aprovechar la ocasión para degustar los
distintos productos típicos de la región, como conservas, besos de coco y el tan
refrescante papelón con limón, así como apreciar exposiciones artesanales.

Diablos Danzantes de Naiguatá, en Vargas

Enclavada en las costas del estado Vargas, la cofradía de los Diablos Danzantes
de Naiguatá tiene su origen en el siglo XVIII, cuando españoles trajeron a esclavos
del Congo, África, surgiendo así esta manifestación religiosa producto del mestizaje
racial y cultural.
Durante la celebración las calles de Naiguatá se adornan con múltiples colores que
cubren al danzante o promesero de pies a cabeza. Las máscaras de esta cofradía
representan en su mayoría a animales marinos, que van danzando al ritmo de “la
caja”, que sustituye al tambor en el recorrido por la población.
En su viaje por este acogedor pueblito, con una diversidad cultural inigualable,
propios y visitantes podrán disfrutar del inmenso mar Caribe por todo el borde de la
carretera, las ricas playas varguenses o recorrer las inmensas montañas que rodean
a Naiguatá.

Diablos Danzantes de Ocumare de la Costa, en Aragua

En Ocumare de la Costa, donde el tambor suena hasta las raíces y donde la sangre
africana se lleva en las venas, los turistas no faltan cada año para celebrar con los
Diablos Danzantes de Venezuela un año más de tradición.
Se dice que esta cofradía data del año 1610 y particularmente baila dos días en la
semana de Corpus Christi.
Esta cofradía no permite que las mujeres bailen, sin embargo ellas participan
ayudando en la confección de los trajes, la comida, los altares, llevan agua para la
hidratación de los asistentes y cuidan a los niños. El traje es parte de la ofrenda que
se ofrece al Santísimo Sacramento y debe ser nuevo cada año, si no el promesero
no puede bailar. Las máscaras se hacen al gusto de cada uno y tienen caras de
animales. Lo importante es que cada traje lleve una cruz de tela bordada y una de
palma bendita, para proteger a los danzantes.
La jerarquía está en el rejo y se reconoce por los nudos. El mandador o rejo del
capataz mayor tiene cuatro nudos, cada uno tiene una oración y hay un tiempo que
se vela para bendecirlo. Además, sirve para enseñar a los diablos que no hacen las
cosas bien y para echárselo a las personas que se atraviesan durante el baile.
Durante la danza es común que algunos animales –como perros o gatos– se
acerquen, por lo que los perreros los ahuyentan porque no saben si es el maligno.

Diablos Danzantes de Chuao, en Aragua

Los turistas que asisten a la festividad de los Diablos Danzantes de Chuao quedan
prendados de este pueblo con raíces milenarias.
La cofradía de Chuao tiene más de 300 años, pero se desconoce su fecha exacta
de inicio; su vestimenta es multicolor y las máscaras se realizan usando los colores
negro, blanco y rojo, además llevan enlazado entre los cachos una cinta tricolor. La
danza va a acompañada del repique del tambor, el mismo carga atado un cordón
de plumas de zamuro llamado chirriador, que produce una vibración mayor y
acompaña al cuatro.
En esta cofradía las mujeres no pueden bailar, sólo participan ayudando en la
confección de los trajes y bendiciendo a los diablos con ramazos y agua bendita.
La jerarquización se pone de manifiesto en lo largo del bigote o barba de la máscara:
el primer capitán tiene un bigote largo con una gran barba, el segundo lo usa más
corto y el tercero más corto aún. Existen tres capitanes, un capataz y la sayona, que
es un hombre vestido de mujer y representa la madre guía de los diablos
principiantes.
Aprovecha los días de celebración de los diablos danzantes y acércate a conocer el
mejor cacao del mundo y disfruta de las magníficas playas de Chuao.

Diablos Danzantes de Turiamo, en Aragua

Con sus arenas blancas y sus cálidas aguas, la localidad de Turiamo es una ventana
abierta al turismo, ya que los visitantes –antes o después de presenciar el
enfrentamiento entre el bien y el mal– suelen zambullirse en la playa, uno de los
principales atractivos con los que cuenta esta imponente región del Caribe
Venezolano Central.
Se dice que la cofradía de Turiamo son los diablos exiliados. Su tradición de
espantar al demonio data de siglo XVIII, pero en 1957 fueron sacados de sus tierras
durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, para la instalación de una base
naval. Desde entonces bailan en los sectores 23 de Enero, El Recurso y La
Coromoto de Maracay.
Sus trajes son realizados de colores muy llamativos, llevan máscaras de cartón y
alambres con velos, para soportar el calor de la ciudad. Al atuendo le agregan una
especie de látigo de cuero con un palo de madera, conocido como “el mandador”.
Su danza va al ritmo de los cuatros y las maracas.
Diablos Danzantes de Cuyagua, en Aragua

Cerca de la exótica costa de Cuyagua, la celebración de los diablos danzantes data


de 1773. Los turistas que decidan visitar esta tierra con olor a mar podrán deleitar
su paladar con los más sublimes platos típicos de la región.
Esta cofradía, al igual que las otras, sólo permite que las mujeres ayuden en la
confección de los trajes. Además, tiene la particularidad de permitirles a los
danzantes decidir cómo vestirse cada año.
La jerarquía de esta cofradía se clasifica en perreros, capataces y diablos. Los
primeros son los más viejos en el grupo y van sin traje el día de la celebración ya
que son un tipo de acompañantes sagrados. Les sigue el segundo y tercer perrero,
quienes cuentan a los diablos antes de salir y ofrecen el servicio de guía durante el
recorrido por el pueblo. La jerarquía cierra con los diablos, quienes adoran al
Santísimo Sacramento al son del baile y promueven el respeto a las personas
mayores, a las jerarquías y al trabajo en conjunto.
Diablos Danzantes de Cata, en Aragua

Ubicados en una de las regiones costeras más importantes de la entidad por la gran
afluencia de turistas que recibe, los Diablos Danzantes de Cata se remontan a
principios del siglo XVIII. Estos diablos danzan dos veces al año, el jueves de
Corpus Christi y un día festivo que escogen entre todos. Al igual que en las cofradías
anteriores, las mujeres no participan en el baile.
Sus máscaras están fabricadas con tela metálica, con los ojos, nariz y boca pegados
a la tela; llevan cintas multicolores en sus cachos y usan capas largas de color. El
traje puede ser floreado o estampado. Usan maracas y cencerros para acompañar
la música, llevar el ritmo del baile y anunciar la llegada de los diablos.
Todo aquel que visita la Bahía de Cata aprovecha la ocasión para relajarse en uno
de los paraísos de la costa central de Venezuela.
Diablos Danzantes de Patanemo, en Carabobo

La Bahía de Patanemo ofrece, tanto a visitantes como locales, blancas arenas y


aguas azul turquesa de belleza inigualable. Este territorio del país alberga una de
las cofradías de los Diablos Danzantes de Venezuela más antiguas, ya que su
origen se remonta a 1721. Esta sociedad en particular se da un baño de purificación
en el río “El paso de Belén”, como parte del ritual de los diablos danzantes.
Esta cofradía en específico realiza las máscaras dos meses antes del día de Corpus
Christi, en ellas recrean animales como peces, perros, cochinos, pericos y
dragones; las mismas son hechas a base de cartón con engrudo y se deben renovar
cada año.
Los trajes son de rayón estampado o satén, pero antes de usarlos deben ser
santiguados por el capataz; las mujeres se visten con batas de colores, no usan
máscaras, a veces bailan y a veces colaboran con el cuidado de los niños durante
la danza. Utilizan el cuatro con las cuerdas volteadas y la danza es acompañada
por unas maracas y por campanas o cencerros.
Diablos Danzantes de San Millán, en Carabobo

Ubicada en el área centro-norte costera del país, la población de San Millán, en el


estado Carabobo, celebra año a año una de las manifestaciones de mayor arraigo
cultural en Venezuela.
Los Diablos Danzantes de San Millán se originan en el año de 1827, aunque es
desde el año de 1973 que se rescató la tradición. Esta cofradía se organiza por tres
capataces que, aunque ofrecen el servicio de guía espiritual, no tienen distinción
entre los otros diablos.
Los hombres que deseen ser parte de esta cofradía deben cumplir con tres
requisitos: tener más de 10 años, estar bautizado y bailar sin interrupción durante
siete años.
Su vestuario es sumamente colorido y las máscaras están hechas con alambre
moldeable, papel periódico y cintas de colores. Las mujeres acompañan a estos
danzantes y los apoyan con agua, chocolate o si el traje se daña. Durante las danzas
van al ritmo del cuatro y bailan también el caracol o juego en círculo.
Esta cofradía no tiene jerarquías, sólo eligen a los capataces por años de dedicación
o trayectoria.
Diablos Danzantes de Tinaquillo, en Cojedes

Conocida como la Ciudad Industrial del estado Cojedes, la población de Tinaquillo


se viste de fiesta al cumplirse el noveno jueves después del Jueves Santo y así
darse paso a una de las manifestaciones culturales más importantes del país.
La tradición de los Diablos Danzantes de Tinaquillo data de 1907 y 1910. Esta
sociedad se diferencia porque, además de danzar el jueves de Corpus Christi,
dedica siete trochas o bailes dominicales consecutivos para honrar al Santísimo
Sacramento.
La jerarquía de la cofradía cojedeña se divide en primer y segundo capataz.
Además, incluye en su sistema la modalidad de “diablo suelo”, personaje al cual se
le permite estar delante de la línea de mando del primer capataz.
El vestuario de esta cofradía se destaca por la dualidad del rojo y negro, que se
complementan con camisa de flequillos y pantalones de satén. Las máscaras son
elaboradas con tela metalizada y se caracterizan por tener rasgos humanos
exagerados.
Diablos Danzantes de San Rafael de Orituco, en Guárico

San Rafael de Orituco es una pintoresca población del estado Guárico, que muestra
con orgullo la tradición llanera permitiéndole a sus visitantes disfrutar al máximo de
la experiencia de vivir el llano adentro.
La fiesta de los Diablos Danzantes de San Rafael de Orituco se remonta a la época
de la Colonia. Esta es la única cofradía donde se toca el cuatro y la tambora a la
vez.
Los diablos usan trajes rojos y negros, con capas que los cubren desde los hombros
hasta las rodillas. Las máscaras son gigantescas con trompas alargadas, de colores
llamativos y apariencia maligna. La vestimenta está cruzada con el color rojo y el
negro, para cuidarse del demonio.
Esta sociedad es particular por permitir la participación de las mujeres, la llaman “la
diabla” y durante su baile coquetea con los otros diablos para sonsacarlos mientras
suena la música. Aunque puede bailar más de una, no pueden ser más que los
diablos; su traje es un vestido floreado de mangas largas y su máscara debe ser
redonda.
San Antonio de Padua
El 13 de Junio en las poblaciones de el Tocuyo, Curarigua, Sanare, Barquisimeto,
San Antonio, Carora, San Miguel y Quibor en el estado Lara y en los estado
Portuguesa, Yaracuy y Falcón se festeja una celebración en honor a San Antonio
de Padua, reconocido franciscano de origen portugués que fue reconocido por ser
gran taumaturgo, es reconocido además por ser favorecedor de salud, recuperación
de objetos y buenas parejas. El pueblo de Lara rinde homenaje al santo con el fin
de agradecer sus favores y para cumplir con sus promesas por los favores recibidos
del santo.
El día 12 de Junio se hace lo que llaman el Velorio del Santo, frente a un altar
engalanado de flores, los devotos de San Antonio entonan oraciones y plegarias,
acompañan además al Santo entonando cantos que se extiende generalmente
hasta el amanecer, al día siguiente se realiza una misa y una vez concluida se
anuncia la salida del santo de la iglesia, cohetes y cohetones estallan por el cielo,
las campanas de la iglesia repican sin cesar, el santo es bajado de su altar y se
dirige a recibir las ofrendas del pueblo: allí comienza El tamunangue...este baile que
originalmente tenia un sentido agrario y se ejecutaba como agradecimiento por las
lluvias para propiciar buenas cosechas, en la actualidad sintetiza al aprendizaje de
las normas socializadoras que rigen a la mujer y al hombre y representa
simbólicamente el desarrollo de las parejas.
A través de esta expresión los devotos de San Antonio invocan al santo por recibir
favores de salud, aparición de objetos y encuentro de buenas parejas
Al salir la imagen de santo de la Iglesia un juego inicial se ejecuta por dos hombres
que hacen una especie de esgrima con garrotes de madera este juego se denomina
La Batalla y marca el comienzo de los bailes que homenajean a San Antonio. Luego
siguen los Chichivamos, los Yiyivamos y Yeyevamos, donde las parejas por turnos
realizan giros y movimientos llenos de gracia y colorido. Seguidamente se ejecuta
La Bella, baile libre donde los giros se hacen al son de una percusión y donde un
hombre corteja a una mujer quién responde coqueteándole. Luego sigue la
Juruminga, que conlleva un poco de humor, le sigue el Poco a Poco donde un
hombre simula calambres y la mujer lo auxilia, el enfermo es reanimado con un ritmo
llamado la Guabina, luego la Perrendenga donde se usan varas para dibujar círculos
en el aire de forma sutil sugiriendo el galanteo entre la mujer y el hombre.. culmina
con el galerón donde las parejas bailan realizando diferentes figuras, reconocidas
entre otras como: valse, paseo, floreo, cadena, figuriao y enredo y desenredo.
Para estos bailes los hombres visten usualmente likiliki y sombrero de cogollo, las
mujeres faldas largas y floreadas y blusas de faralaos, flores en el cabello y
alpargatas.
Estas fiestas se acompañan de cantos y plegarias, bailes y música, el Santo recibe
los homenajes que sus devotos, cuatros, tambores y maracas entonan las música
que compone las diferentes suites del tamunangue. Es una fiesta llena de colorido
y esplendor que se celebra durante casi todo el día, quién tiene la oportunidad de
presenciarla siente el agradecimiento y devoción que sienten estos pueblos por san
Antonio de Padua.

La Fiesta de San Juan


El 24 de Junio es el día más largo del año, posterior al solsticio de verano, ese día
en los estados centrales Aragua, Miranda, Vargas y parte de Carabobo, entre otros
muchos de nuestra Venezuela, se celebra una fiesta que reúne infinidad de devotos,
se trata de la Fiesta de San Juan Bautista, antigua tradición en la que se realizan
diferentes actos religiosos y culturales durante la medianoche, el amanecer y la
noche de la celebración.
Se trata de la celebración del nacimiento del santo, (único santo junto con el Niño
Jesús al que se le celebra el nacimiento) y reúne quizás la mayor cantidad de
creyentes y devotos. Esta fiesta coincide con la entrada de las lluvias...
La noche anterior, el 23, se dejan ver los adornados altares que ocupa el santo y al
ritmo de tambores se realiza el Velorio de San Juan, la noche es larga y transcurre
acompañada de licor y tambor. El 24 en la mañana, bien temprano se prepara el
santo para salir de la casa donde esta guardado, sobre la cabeza o brazos del que
sea su guardián es llevado a la iglesia acompañados de devotos y seguidores a
recibir los honores de una solemne misa que una vez concluida marca de nuevo el
comienzo del repique de los tambores...
Una procesión recorre el pueblo, el santo va recibiendo dádivas, agradecimientos y
reconocimientos, cada cierto tiempo la procesión se detiene y rinde a viva voz
homenaje a San Juan, los bailes al ritmo del tambor se dan en cada parada, los
tambores suenan fervientemente, en el baile el hombre acosa a la mujer y esta,
entre ritmos eróticos y provocadores se le escurre, todos llevan pañuelos de colores
que agitan en todo el camino, esta procesión de gente se dirige a la casa de donde
salió el santo, allí se reúnen y continúan la celebración entre fuegos artificiales,
bebidas, tambores y bailes.
En las costas aragüeñas los pescadores de la zona se reúnen y sacan en una
procesión marítima al Santo, los peñeros son adornados y hacen un hermoso y
colorido recorrido en honor a San Juan que culmina en Ocumare De la Costa, allí
se congregan todos los San Juanes acompañados de los grupos de cada pueblo,
esta celebración es llamada el encuentro de San Juanes.
Estas fiestas son acompañadas por los tambores, es música de golpe, con ritmo y
por supuesto bailable, el canto expresa la devoción al santo, las letras varían y
generalmente son improvisaciones que evocan la vida, la esperanza y el amor. Se
utilizan diversos tipos de tambores, guaruras, maracas y charrascas, la música va
siempre acompañada de danza.
La noche de San Juan es mágica se cree que cortarse el pelo en una noche del 24
de Junio le hará tener buena suerte y verter un huevo en un vaso de agua le
permitirá según la forma que tome observar el futuro. Lleva runa ramita de ruda
detrás de la oreja lo protege...
Las fiestas de San Juan son famosas, plenas de magia y encanto, noche de
tambores y baile, el santo es dueño del espacio, de sus fieles y del alma de la fiesta,
San Juan todo lo tiene...San Juan todo lo dá.

Baile de las turas,

Nombre: Baile de las turas.

Fecha: 23 y 24 de septiembre de cada año.

Tipo de patrimonio: intangible / danza sincrética / tradiciones.

Ubicación: poblados limítrofes de Mapararí, San Pedro, El Tural (municipio


Federación del estado Falcón) y Moroturo (municipio Urdaneta del estado Lara).
Cada 23 y 24 de septiembre los estados Falcón y Lara se funden en una danza
milenaria y sincrética para invocar las buenas cosechas y agradecer la generosidad
de la tierra nutricia y de los “espíritus divinos”. Dicen quienes han participado en la
ceremonia, como el fotógrafo falconiano Francisco Colina, autor del fotorreportaje
que podrá apreciar al final de esta nota, que se trata de una “experiencia mágica”,
quizá porque combina la presencia antigua de los ayamanes y jirajaras, aborígenes
de los poblados limítrofes de Mapararí (sur del estado Falcón) y Moroturo (norte del
estado Lara), con la catolicidad fundacional de nuestros pueblos mestizos.

Por ello, el festivo ritual de gratitud se reedita cada año para honrar la naturaleza y
los productos que ella prodiga, a las divinidades milenarias y a la advocación
mariana de la Virgen de las Mercedes: “Los indios le pusieron turas a esta tradición
porque cuando el maíz está barbarroja cuando está empezando a echar el granito,
decían ‘el maíz está tureando’, de ahí proviene el nombre del baile de las turas. Un
día como hoy nosotros celebramos este baile dedicado a nuestra Virgen de Las
Mercedes y a la madre naturaleza”, explicaba a Vale TV Bartolo Garcés, veterano
turero del pueblo de San Pedro y pilar viviente de esta tradición, así como la reina
turera Marcelina Sequera, quien comenta que “Nosotros le tenemos mucha fe a los
espíritus divinos, a Dios y a la Virgen de las Mercedes porque mi abuelo hizo un
compromiso y por eso venimos para acá. Es una herencia. Él le tenía tanta fe a Dios
por las cosechas y por los frutos que son nuestro sustento”.

Tura menor y tura secreta

El Diccionario de historia de Venezuela de la Fundación Empresas Polar registra


esta ceremonia de los pueblos campesinos que hacen vida en la frontera de Falcón
y Lara en la categoría de bailes religiosos y profanos: “Esta celebración de origen
indígena ha tomado a través del tiempo diferentes elementos culturales que la
muestran como un rito agrario bajo la advocación de una virgen católica. En el baile
de las turas se le rinde culto a la agricultura y los creyentes ofrendan parte de sus
cosechas y su cacería a los ‘espíritus divinos’ con el agradecimiento por la
productividad obtenida. Al mismo tiempo aprovechan la ceremonia para solicitar
abundancia en la siembra del año próximo, especialmente del maíz, su alimento
básico. Los gestos simbólicos imitando movimientos de cacería, moviéndose,
haciendo reverencias, sacudiendo las maracas y soplando los cachos de venado
para, al mismo tiempo, alejar a los espíritus malignos, forman parte del ritual y
son básicamente los mismos tanto en la tura pequeña como en la tura grande”.

En el ritual sucede una comunión popular materializada en ofrendas y banquetes


que todos comparten y en un mismo baile acompasado donde los participantes se
abrazan de la cintura: “Bailar las turas es una experiencia mística maravillosa”,
comenta Teresa Brandt, estudiante de la maestría en Historia de la Universidad
Lisandro Alvarado a la agencia oficial Asociación Venezolana de Noticias, AVN, al
tiempo que narra su vivencia en esta danza ancestral: “Parece que estuvieras en
una barco que te lleva de un lado a otro, según el movimiento del mar. Todos,
enlazados por la cintura, nos íbamos hacia un lado y luego hacia el otro. Uno se
conecta totalmente al grupo que baila, y es un solo elemento humano que se mueve
al son de los cantos indígenas, los cachos como instrumentos de viento y las
maracas. Aunque uno no sepa bailar, es arrastrado por el baile grupal y se siente
una gran energía golpeando la tierra con toda la planta de los pies. Llega un
momento en que uno está tan conectado a la tierra que no te importa si estás
descalzo o no, lo único que quieres es bailar”.

Nacer Navarro, turero y docente de Mapararí, afirma que en el baile “Los ayamanes
acordaron tres pasos, no puedes dar cuatro. Los números impares significaban
mucho para ellos, por ello les enseñamos a los niños que si son tres pasos son tres.
Esto tiene miles de años y sin embargo tratamos de ajustarnos fielmente a la
tradición”.

La danza en la que estaba inmersa Teresa y que explica Navarro se da en la llamada


“tura pequeña”, que tiene una duración aproximada de 48 horas y puede efectuarse
en el patio trasero de las casas a la vista de los presentes; esta se inicia a las 6 de
la tarde del 23 de septiembre en los pueblos Mapararí, Siquisique, San Pedro y el
Tural. “Cada quien llega con los frutos que desea ofrendar los cuales se depositan
en ‘el palacio’ con el objeto de ser purificados durante la ceremonia. Todos los actos
son presididos por el capataz acompañado del mayordomo y los ayudantes y la
reina quien es elegida por el mismo capataz entre las mujeres de mayor edad. Más
tarde se inicia para luego dirigirse al ‘árbol de la basura’ (o de la vida) donde los
participantes deshojan y desgranan los frutos para echarlos al pie del mismo. Esta
acción es acompañada por la música y la danza con pasos hacia la derecha, hacia
la izquierda y viceversa”, según el diccionario citado.

“Ahí es donde está la comida”

En la ceremonia, según los historiadores, “se brinda con chicha o carato al espíritu
del ‘árbol de la basura’ arrojando parte del líquido sobre su tronco mientras el
capataz recita los mantras en solicitud de agua de lluvia suficiente, buena cacería y
buena recolección de frutos y plantas medicinales para el próximo año. En los
momentos de descanso, luego de haber tocado los distintos sones de La paloma,
Gonzalito, Sapito lipón, Carrarea, Golpeado y otros, los tureros y demás
participantes entonan vítores de esta manera: ¡Viva la fiesta de las turas! ¡Viva la
Virgen Santísima! ¡Vivan los santos espíritus! ¡Vivan mis hermanos! Terminado el
acto el mayordomo procede a colocar las velas en forma de cruz al pie del árbol y
encenderlas. Los celebrantes después de comentar el acto y despedirse regresan
a sus casas”.

Tras la fiesta popular, empieza la tura grande, “una ceremonia secreta que se
prolonga por 9 días, se practica en sitios montañosos y solo asisten las personas
que se consideran descendientes de aborígenes”, precisa el Diccionario de historia
de Venezuela. En esta tura mayor los oficiantes utilizan caña de azúcar, palmas,
hojas de plátano, mazorcas de maíz y flores colgadas, en cuyo centro se coloca
una cruz de madera y cinco velas, que representan los espíritus de los antepasados
ayamanes y jirajaras.

Navarro cuenta por qué el baile de las turas se da específicamente en septiembre,


aludiendo sin mencionarlo la cosmogonía universal con la que se conectaron los
aborígenes de esta zona venezolana: “Las turas celebran la tierra, el otoño. La tura,
que es la parte telúrica, celebra el otoño porque está de fiesta la tierra y nosotros lo
que hacemos es bailar con ella, bailar con estos instrumentos que ella misma nos
ha regalado. No nos ven en guayuco porque realmente no somos ayamanes, somos
sus descendientes que poblaron este territorio luego llamado la fraternidad ayamán
que conjuga 10 o 15 patios. Ellos lo hicieron a su manera, nuestra gran fortaleza es
honrar la promesa eterna que ellos hicieron ante el árbol de la vida para preservar
la especie, para preservar el maíz que es el sustento. Ellos creían que cuando
consumían maíz, cuando consumían venado, la suerte del maíz y del venado era
su propia suerte, por ello es que los tureros somos profundamente
conservacionistas”.

Aunque con igual motivación, las turas de Mapararí y Moroturo tienen sutiles
diferencias, las turas de Falcón se inclinan por danzas de cacería, mientras que las
de Lara, en el cerro de Moroturo (sector de Siquisique, capital del municipio
Urdaneta), “posee las características de una danza de cosecha ya que se baila
dando acción de gracias por los beneficios obtenidos en los cultivos, especialmente
el maíz, y la abundancia de agua recibida en el transcurso del año”.

Habrá baile de las turas para rato, a juzgar por las palabras de Bartolo Garcés: “Les
estamos enseñando a los niños nuestras tradiciones, gracias a nuestro Padre
celestial. Y mientras haigan niños aprendiendo nuestro baile de las turas hay futuro.
A nosotros nos llevan al cementerio con sones de turas; si me muero yo mañana
mis hijos y mis nietos me llevarán con sones de tura. Así enterramos nosotros a mi
papá, y él a sus ancestros. Aunque llevemos ese dolor grande por dentro tenemos
que hacerlo porque nuestra tradición no puede morir ni puede guardar luto. Nosotros
le tocamos a la madre naturaleza para que nos dé la comida, el cambur, la caraota,
el maíz que es lo primordial y por eso yo no quiero que el baile de las turas se acabe
nunca. Nuestros ancestros no quisieron que se terminara, para eso se empeñaron
en enseñarme a mí y a otros seguidores míos, que somos quienes estamos al frente.
Nosotros le enseñamos a esos niños que mañana van a enseñar a otros. Esta
tradición tiene que continuar para que nuestros frutos no se acaben. El baile de las
turas tiene que trascender porque ahí es donde está la comida”.
Claves de la ceremonia

 El ritual se realiza dos veces al año, en marzo y en septiembre, como


agradecimiento a la tierra por la cosecha de maíz, cultivado por los pueblos
primigenios mayamán y jirarara. (Historiador Ramón Querales, censado en
el último registro nacional de 2011 como ayamán).
 Los instrumentos musicales constan de dos cráneos de venado llamados
cacho grande y cacho pequeño, a los que se les cierran los orificios nasales
y de los ojos, con cera virgen, dejando solo abierto el orificio occipital; dos
flautas del tipo quena, una más larga que la otra, denominadas tura macho y
tura hembra, elaboradas con caña o madera; una maraca.
 Se brinda con chicha o cocuy, bebidas esenciales en la ceremonia.
 El árbol de la basura o de la vida. El altar lo preside un árbol de copey,
considerado por los aborígenes como el “árbol de los santos espíritus” o “del
espíritu de las aguas vivas” pues es un palo que “atrae nieblas y lluvia”. En
la fiesta se procede a regar en abundancia la pata del árbol con la chicha de
unas cuantas tinajas.
 La danza se clasifica como colectiva de ronda debido a que los bailarines
forman un semicírculo, van entrelazando sus brazos a los demás, uno por
detrás de los hombros del otro y, a veces, colocan la mano en la cintura del
siguiente danzarín. Intervienen hombres y mujeres, luego giran en la misma
dirección o en la dirección contraria. Los danzantes siempre conservan un
riguroso ritmo que marcan con pisadas fuertes sobre el suelo (con
información de AVN).

La jerarquía

 El capataz, símbolo de autoridad, utiliza un látigo hecho de hilos trenzados


con varios nudos en su extensión y encerado con cera de abejas, quien hace
cumplir estrictamente las diferentes partes de la ceremonia.
 La reina utiliza una corona adornada de plumas de aves nativas de la zona,
hojas, flores y granos de maíz. Es la anfitriona del baile y responsable de la
abundancia de alimentos para la celebración.
 El mayordomo vela por el emplazamiento de la cruz en el centro del palacio,
la disposición de las velas por la reina, la ordenación de los círculos de rigor,
la precisión de las ofrendas, etc.
 Los cazadores, normalmente eligen trece, se encargan de llevar animales de
monte para los preparativos de la ceremonia.
 Los músicos son dos cacheros mayores (cachos de venado), dos cacheros
menores (cachos de matacán, especie de venado más pequeña) y dos
tureros (flautas de caña).

https://www.absolutviajes.com/musica-tradicional-venezolana/

Revista Musical de Venezuela N®20, publicada por el Consejo nacional de la


Cultura (CONAC) 1986. P 169.

LENNART, Wallin Nils, MERKER Björn, and BROWN Steven. "The Origins of Music"
Published by MIT Press, 2000. ISBN 0262731436, 9780262731430 498 pages

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