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El joropo
El aguinaldo
La Parranda
La Gaita Zuliana
Originario de la región de Zulia, la Gaita ha sido adoptado poco a poco por todo el
país y ya forma parte de la música tradicional navideña. El tema principal de la Gaita
a diferencia de las anteriores son alabanzas religiosas, aunque en los últimos años,
debido en parte a su adopción gran parte del país, tratan también temas como crítica
social, festividades, temas amorosos…
Merengue venezolano
Bambuco
Dentro de la música andina destaca el Bambuco que se caracteriza por ser melodías
románticas, idílicas con ciertos matices señoriales, localizadas principalmente en
los estados Zulia, Lara y Distrito Capital. El Bambuco tiene su origen en España y
América con un ritmo acompasado y con cadencia. Los principales instrumentos
utilizados para el Bambuco son el piano, la guitarra y el bajo aunque en ocasiones
también se acoplan el violín, el cuatro y la flauta
Música Campesina
El Callao
Calipso
Galerón
Fulía
Polo
A diferencia del galerón, el polo es mucho más alegre y cuenta anécdotas del día a
día de los habitantes, mientras realizan las tareas habituales que tienen
encomendabas en sus respectivas poblados.
Malagueña
Jota
Canto triste y melancólico que cuenta historias relacionadas con la pesca y el amor.
Suele ir acompañado de guitarra, cuatro y bandolín. De origen español, se asemeja
mucho a la malagueña pero se diferencia en que la jota se canta en un tono menor
pero los instrumentos que la acompañan son los mismos.
Cuatro
Las maracas son muy utilizadas en la cultura popular cubana y en el folklore del
Llano situado entre Venezuela y Colombia, En su interiores podemos encontrar
desde pequeñas piedras, hasta semillas, pasando por cristales, arroz y pequeñas
piezas metálicas. Las maracas se utilizan en Venezuela desde tiempos
precolombinos y es un de los instrumentos de percusión más importantes en la
música del país.
Arpa Llanera
Bandola
Aproximadamente 600 palmas o más son traidas del Ávila en la llamada Procesión
de los Palmeros, cuyo origen se remonta a más de 200 años, fecha en la cual el
padre José Antonio Mohedano, como agradecimiento a Dios por haber terminado
una epidemia de fiebre amarilla ocurrida a los habitantes de la zona. De esta manera
se conmemora la entrada de Cristo a Jerusalén, donde fué recibido con ramos.
Fiestas de Mayo
Mayo
Fecha: 1° de Mayo
Festividad: Fiestas Patronales de San Felipe
Lugar: San Felipe (Yaracuy)
Fecha: 22 de Mayo
Festividad: Día de la Virgen de Santa Rita
Lugar: SANTA RITA DE MANAPIRE, ESTADO GUARICO
Descripción: Celebración en honor a la patrona de esta población, con animados
programas populares, culturales, deportivos y religiosos. Se hacen fiestas al mejor
estilo llanero, con el ambiente fiestero y cordial de los guariqueños.
Fecha: 3 al 5 de Mayo
Festividad: Festival Internacional " Voz del Alma Llanera"
Lugar: San Fernando de Apure (Apure)
Descripción: Este festival se celebra dentro del marco de la Feria Agropecuaria.
Artesanal e Industrial. Intervienen los más afamados cantantes de música llanera,
tanto de Venezuela como de Colombia.
Los Diablos Danzantes de Corpus Christi
Constituyen una de las tradiciones centenarias más trascendentales de Venezuela,
cuyo origen se remonta al siglo XVIII, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad el 6 de diciembre de 2012, por la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Esta manifestación se vive en 11 poblaciones del país en las que el turista que
desee vivir esta tradición tendrá la oportunidad de disfrutar de una de las
festividades religiosas más importante de Venezuela.
Cada una de las cofradías se caracteriza por tener un estilo en particular,
dependiendo de la región a la que pertenezcan, en el que se destaca el uso de trajes
coloridos e instrumentos de percusión como las maracas y el tambor.
Enclavada en las costas del estado Vargas, la cofradía de los Diablos Danzantes
de Naiguatá tiene su origen en el siglo XVIII, cuando españoles trajeron a esclavos
del Congo, África, surgiendo así esta manifestación religiosa producto del mestizaje
racial y cultural.
Durante la celebración las calles de Naiguatá se adornan con múltiples colores que
cubren al danzante o promesero de pies a cabeza. Las máscaras de esta cofradía
representan en su mayoría a animales marinos, que van danzando al ritmo de “la
caja”, que sustituye al tambor en el recorrido por la población.
En su viaje por este acogedor pueblito, con una diversidad cultural inigualable,
propios y visitantes podrán disfrutar del inmenso mar Caribe por todo el borde de la
carretera, las ricas playas varguenses o recorrer las inmensas montañas que rodean
a Naiguatá.
En Ocumare de la Costa, donde el tambor suena hasta las raíces y donde la sangre
africana se lleva en las venas, los turistas no faltan cada año para celebrar con los
Diablos Danzantes de Venezuela un año más de tradición.
Se dice que esta cofradía data del año 1610 y particularmente baila dos días en la
semana de Corpus Christi.
Esta cofradía no permite que las mujeres bailen, sin embargo ellas participan
ayudando en la confección de los trajes, la comida, los altares, llevan agua para la
hidratación de los asistentes y cuidan a los niños. El traje es parte de la ofrenda que
se ofrece al Santísimo Sacramento y debe ser nuevo cada año, si no el promesero
no puede bailar. Las máscaras se hacen al gusto de cada uno y tienen caras de
animales. Lo importante es que cada traje lleve una cruz de tela bordada y una de
palma bendita, para proteger a los danzantes.
La jerarquía está en el rejo y se reconoce por los nudos. El mandador o rejo del
capataz mayor tiene cuatro nudos, cada uno tiene una oración y hay un tiempo que
se vela para bendecirlo. Además, sirve para enseñar a los diablos que no hacen las
cosas bien y para echárselo a las personas que se atraviesan durante el baile.
Durante la danza es común que algunos animales –como perros o gatos– se
acerquen, por lo que los perreros los ahuyentan porque no saben si es el maligno.
Los turistas que asisten a la festividad de los Diablos Danzantes de Chuao quedan
prendados de este pueblo con raíces milenarias.
La cofradía de Chuao tiene más de 300 años, pero se desconoce su fecha exacta
de inicio; su vestimenta es multicolor y las máscaras se realizan usando los colores
negro, blanco y rojo, además llevan enlazado entre los cachos una cinta tricolor. La
danza va a acompañada del repique del tambor, el mismo carga atado un cordón
de plumas de zamuro llamado chirriador, que produce una vibración mayor y
acompaña al cuatro.
En esta cofradía las mujeres no pueden bailar, sólo participan ayudando en la
confección de los trajes y bendiciendo a los diablos con ramazos y agua bendita.
La jerarquización se pone de manifiesto en lo largo del bigote o barba de la máscara:
el primer capitán tiene un bigote largo con una gran barba, el segundo lo usa más
corto y el tercero más corto aún. Existen tres capitanes, un capataz y la sayona, que
es un hombre vestido de mujer y representa la madre guía de los diablos
principiantes.
Aprovecha los días de celebración de los diablos danzantes y acércate a conocer el
mejor cacao del mundo y disfruta de las magníficas playas de Chuao.
Con sus arenas blancas y sus cálidas aguas, la localidad de Turiamo es una ventana
abierta al turismo, ya que los visitantes –antes o después de presenciar el
enfrentamiento entre el bien y el mal– suelen zambullirse en la playa, uno de los
principales atractivos con los que cuenta esta imponente región del Caribe
Venezolano Central.
Se dice que la cofradía de Turiamo son los diablos exiliados. Su tradición de
espantar al demonio data de siglo XVIII, pero en 1957 fueron sacados de sus tierras
durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, para la instalación de una base
naval. Desde entonces bailan en los sectores 23 de Enero, El Recurso y La
Coromoto de Maracay.
Sus trajes son realizados de colores muy llamativos, llevan máscaras de cartón y
alambres con velos, para soportar el calor de la ciudad. Al atuendo le agregan una
especie de látigo de cuero con un palo de madera, conocido como “el mandador”.
Su danza va al ritmo de los cuatros y las maracas.
Diablos Danzantes de Cuyagua, en Aragua
Ubicados en una de las regiones costeras más importantes de la entidad por la gran
afluencia de turistas que recibe, los Diablos Danzantes de Cata se remontan a
principios del siglo XVIII. Estos diablos danzan dos veces al año, el jueves de
Corpus Christi y un día festivo que escogen entre todos. Al igual que en las cofradías
anteriores, las mujeres no participan en el baile.
Sus máscaras están fabricadas con tela metálica, con los ojos, nariz y boca pegados
a la tela; llevan cintas multicolores en sus cachos y usan capas largas de color. El
traje puede ser floreado o estampado. Usan maracas y cencerros para acompañar
la música, llevar el ritmo del baile y anunciar la llegada de los diablos.
Todo aquel que visita la Bahía de Cata aprovecha la ocasión para relajarse en uno
de los paraísos de la costa central de Venezuela.
Diablos Danzantes de Patanemo, en Carabobo
San Rafael de Orituco es una pintoresca población del estado Guárico, que muestra
con orgullo la tradición llanera permitiéndole a sus visitantes disfrutar al máximo de
la experiencia de vivir el llano adentro.
La fiesta de los Diablos Danzantes de San Rafael de Orituco se remonta a la época
de la Colonia. Esta es la única cofradía donde se toca el cuatro y la tambora a la
vez.
Los diablos usan trajes rojos y negros, con capas que los cubren desde los hombros
hasta las rodillas. Las máscaras son gigantescas con trompas alargadas, de colores
llamativos y apariencia maligna. La vestimenta está cruzada con el color rojo y el
negro, para cuidarse del demonio.
Esta sociedad es particular por permitir la participación de las mujeres, la llaman “la
diabla” y durante su baile coquetea con los otros diablos para sonsacarlos mientras
suena la música. Aunque puede bailar más de una, no pueden ser más que los
diablos; su traje es un vestido floreado de mangas largas y su máscara debe ser
redonda.
San Antonio de Padua
El 13 de Junio en las poblaciones de el Tocuyo, Curarigua, Sanare, Barquisimeto,
San Antonio, Carora, San Miguel y Quibor en el estado Lara y en los estado
Portuguesa, Yaracuy y Falcón se festeja una celebración en honor a San Antonio
de Padua, reconocido franciscano de origen portugués que fue reconocido por ser
gran taumaturgo, es reconocido además por ser favorecedor de salud, recuperación
de objetos y buenas parejas. El pueblo de Lara rinde homenaje al santo con el fin
de agradecer sus favores y para cumplir con sus promesas por los favores recibidos
del santo.
El día 12 de Junio se hace lo que llaman el Velorio del Santo, frente a un altar
engalanado de flores, los devotos de San Antonio entonan oraciones y plegarias,
acompañan además al Santo entonando cantos que se extiende generalmente
hasta el amanecer, al día siguiente se realiza una misa y una vez concluida se
anuncia la salida del santo de la iglesia, cohetes y cohetones estallan por el cielo,
las campanas de la iglesia repican sin cesar, el santo es bajado de su altar y se
dirige a recibir las ofrendas del pueblo: allí comienza El tamunangue...este baile que
originalmente tenia un sentido agrario y se ejecutaba como agradecimiento por las
lluvias para propiciar buenas cosechas, en la actualidad sintetiza al aprendizaje de
las normas socializadoras que rigen a la mujer y al hombre y representa
simbólicamente el desarrollo de las parejas.
A través de esta expresión los devotos de San Antonio invocan al santo por recibir
favores de salud, aparición de objetos y encuentro de buenas parejas
Al salir la imagen de santo de la Iglesia un juego inicial se ejecuta por dos hombres
que hacen una especie de esgrima con garrotes de madera este juego se denomina
La Batalla y marca el comienzo de los bailes que homenajean a San Antonio. Luego
siguen los Chichivamos, los Yiyivamos y Yeyevamos, donde las parejas por turnos
realizan giros y movimientos llenos de gracia y colorido. Seguidamente se ejecuta
La Bella, baile libre donde los giros se hacen al son de una percusión y donde un
hombre corteja a una mujer quién responde coqueteándole. Luego sigue la
Juruminga, que conlleva un poco de humor, le sigue el Poco a Poco donde un
hombre simula calambres y la mujer lo auxilia, el enfermo es reanimado con un ritmo
llamado la Guabina, luego la Perrendenga donde se usan varas para dibujar círculos
en el aire de forma sutil sugiriendo el galanteo entre la mujer y el hombre.. culmina
con el galerón donde las parejas bailan realizando diferentes figuras, reconocidas
entre otras como: valse, paseo, floreo, cadena, figuriao y enredo y desenredo.
Para estos bailes los hombres visten usualmente likiliki y sombrero de cogollo, las
mujeres faldas largas y floreadas y blusas de faralaos, flores en el cabello y
alpargatas.
Estas fiestas se acompañan de cantos y plegarias, bailes y música, el Santo recibe
los homenajes que sus devotos, cuatros, tambores y maracas entonan las música
que compone las diferentes suites del tamunangue. Es una fiesta llena de colorido
y esplendor que se celebra durante casi todo el día, quién tiene la oportunidad de
presenciarla siente el agradecimiento y devoción que sienten estos pueblos por san
Antonio de Padua.
Por ello, el festivo ritual de gratitud se reedita cada año para honrar la naturaleza y
los productos que ella prodiga, a las divinidades milenarias y a la advocación
mariana de la Virgen de las Mercedes: “Los indios le pusieron turas a esta tradición
porque cuando el maíz está barbarroja cuando está empezando a echar el granito,
decían ‘el maíz está tureando’, de ahí proviene el nombre del baile de las turas. Un
día como hoy nosotros celebramos este baile dedicado a nuestra Virgen de Las
Mercedes y a la madre naturaleza”, explicaba a Vale TV Bartolo Garcés, veterano
turero del pueblo de San Pedro y pilar viviente de esta tradición, así como la reina
turera Marcelina Sequera, quien comenta que “Nosotros le tenemos mucha fe a los
espíritus divinos, a Dios y a la Virgen de las Mercedes porque mi abuelo hizo un
compromiso y por eso venimos para acá. Es una herencia. Él le tenía tanta fe a Dios
por las cosechas y por los frutos que son nuestro sustento”.
Nacer Navarro, turero y docente de Mapararí, afirma que en el baile “Los ayamanes
acordaron tres pasos, no puedes dar cuatro. Los números impares significaban
mucho para ellos, por ello les enseñamos a los niños que si son tres pasos son tres.
Esto tiene miles de años y sin embargo tratamos de ajustarnos fielmente a la
tradición”.
En la ceremonia, según los historiadores, “se brinda con chicha o carato al espíritu
del ‘árbol de la basura’ arrojando parte del líquido sobre su tronco mientras el
capataz recita los mantras en solicitud de agua de lluvia suficiente, buena cacería y
buena recolección de frutos y plantas medicinales para el próximo año. En los
momentos de descanso, luego de haber tocado los distintos sones de La paloma,
Gonzalito, Sapito lipón, Carrarea, Golpeado y otros, los tureros y demás
participantes entonan vítores de esta manera: ¡Viva la fiesta de las turas! ¡Viva la
Virgen Santísima! ¡Vivan los santos espíritus! ¡Vivan mis hermanos! Terminado el
acto el mayordomo procede a colocar las velas en forma de cruz al pie del árbol y
encenderlas. Los celebrantes después de comentar el acto y despedirse regresan
a sus casas”.
Tras la fiesta popular, empieza la tura grande, “una ceremonia secreta que se
prolonga por 9 días, se practica en sitios montañosos y solo asisten las personas
que se consideran descendientes de aborígenes”, precisa el Diccionario de historia
de Venezuela. En esta tura mayor los oficiantes utilizan caña de azúcar, palmas,
hojas de plátano, mazorcas de maíz y flores colgadas, en cuyo centro se coloca
una cruz de madera y cinco velas, que representan los espíritus de los antepasados
ayamanes y jirajaras.
Aunque con igual motivación, las turas de Mapararí y Moroturo tienen sutiles
diferencias, las turas de Falcón se inclinan por danzas de cacería, mientras que las
de Lara, en el cerro de Moroturo (sector de Siquisique, capital del municipio
Urdaneta), “posee las características de una danza de cosecha ya que se baila
dando acción de gracias por los beneficios obtenidos en los cultivos, especialmente
el maíz, y la abundancia de agua recibida en el transcurso del año”.
Habrá baile de las turas para rato, a juzgar por las palabras de Bartolo Garcés: “Les
estamos enseñando a los niños nuestras tradiciones, gracias a nuestro Padre
celestial. Y mientras haigan niños aprendiendo nuestro baile de las turas hay futuro.
A nosotros nos llevan al cementerio con sones de turas; si me muero yo mañana
mis hijos y mis nietos me llevarán con sones de tura. Así enterramos nosotros a mi
papá, y él a sus ancestros. Aunque llevemos ese dolor grande por dentro tenemos
que hacerlo porque nuestra tradición no puede morir ni puede guardar luto. Nosotros
le tocamos a la madre naturaleza para que nos dé la comida, el cambur, la caraota,
el maíz que es lo primordial y por eso yo no quiero que el baile de las turas se acabe
nunca. Nuestros ancestros no quisieron que se terminara, para eso se empeñaron
en enseñarme a mí y a otros seguidores míos, que somos quienes estamos al frente.
Nosotros le enseñamos a esos niños que mañana van a enseñar a otros. Esta
tradición tiene que continuar para que nuestros frutos no se acaben. El baile de las
turas tiene que trascender porque ahí es donde está la comida”.
Claves de la ceremonia
La jerarquía
https://www.absolutviajes.com/musica-tradicional-venezolana/
LENNART, Wallin Nils, MERKER Björn, and BROWN Steven. "The Origins of Music"
Published by MIT Press, 2000. ISBN 0262731436, 9780262731430 498 pages
Gutiérrez, Félix. Baile ancestral de Las Turas celebra en el centro-occidente la fertilidad de la Madre
Tierra. En Avn.info.ve, 23 de septiembre de 2015, https://goo.gl/hmxaqg. Consultado el 22 de
junio de 2018.