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Freeganismo a la carta

Ilustración: Pegatina Criolla


Frente a la máquina publicitaria que llena televisores y vallas con comida
maquillada, un grupo de personas en Bogotá decidió adoptar una postura
radical: alimentarse de lo que desperdician los demás y así evitar el
consumo innecesario. El freeganismo es una corriente que viene tomando
fuerza desde los años noventa.

Sebastián Narváez Núñez


En Colombia nos acostumbramos a ver personas deambulando con un costal al
hombro, escarbando entre la basura o pidiendo “una monedita pa un pan”. Nos
importan una mierda los cuatro millones de colombianos que viven en la pobreza
extrema y los cinco millones que están desnutridos. Tampoco parece interesarnos
que cada año desperdiciemos casi millón y medio de toneladas de frutas y
verduras, sin contar los alimentos procesados que desechan a diario muchas
empresas. Es que, según la DIAN, a las compañías les sale más barato botar la
comida que ya no se puede comercializar que donarla, porque ni las donaciones
están exentas de IVA.
Sin embargo, en un país donde el capitalismo manda, algunos han adoptado el
estilo de vida freegan. Hay quienes los llaman “comebasuras”, “carroñeros del
sistema”, “mendigos” o “tacaños”, pero en realidad son personas que se oponen a
la actual cultura consumista alimentándose de comida en buen estado que otros
desechan por considerarla basura. “Buscamos una forma de vivir alejada de lo
material, generando el menor impacto posible en el ambiente. Mientras más
consumimos, más destruimos”, dice Érik, un freegan activo desde el 2012.

No es una religión ni una moda pasajera. Los freegans tienen una ideología bien
definida: vivir con los desechos del capitalismo y rechazar al máximo el sistema
económico. La mayoría de ellos provienen del veganismo y, aunque pertenecen
inevitablemente al sistema, saben que la mejor forma de combatirlo es dejar de
consumir y así no patrocinarlo.
Los freegans tienen una ideología bien definida: vivir
con los desechos del capitalismo y rechazar al máximo el
sistema económico.
Food Not Bombs, un grupo de colectivos norteamericano formado a finales de los
años setenta, cuyo objetivo principal es servir comida vegana de manera gratuita,
es considerado el antecesor delfreeganismo. Pero fue en la década de los noventa
cuando el movimiento se popularizó y tomó forma gracias al activista Adam
Weissman y su página web freegan.info, creada en 2003 en Nueva York para
promover el movimiento y ofrecer un calendario de eventos. Para Weissman,
el veganismo y elfreeganismo son dos cosas totalmente distintas. “Es cierto que la
palabra freegan se deriva de vegan, y esto confunde a mucha gente. Pero el
término freegan se utilizó para satirizar una actitud común entre muchos veganos
que parecen despreocupados por los impactos sociales y ecológicos de los
productos que compran, siempre y cuando sean veganos”, aseguró en una
entrevista para el portal Satyva.

Aunque nadie sabe cuántos freegans puede haber en Bogotá, sólo en el grupo de
Érik hay entre 40 y 45 que se reúnen con frecuencia para hacer el “Tour de
recolección”, una recolecta que se hace de local en local o directamente en las
canecas de la basura.

Karolina Amaranta es vegana hace cinco años y freegan hace dos. Además de
alimentarse de comida en buen estado que termina en la basura, convierte en
abono la que ya no sirve. Uno de sus principios filosóficos, al igual que el de
muchosfreegans, es compartir. Por eso forma parte de grupos de trueque en los
que no sólo consigue lo que necesita, sino que también se despoja de lo que ya
no usa.

¿Por qué continuar participando en una cadena de consumo que nos llena de
cosas que no necesitamos? ¿Para qué seguir pagando por comida cuando en
Colombia terminan en la basura casi un millón y medio de toneladas de frutas y
verduras anualmente? Estas son algunas de las preguntas que formulan
los freegans.

En Bogotá, los practicantes del freeganismo se dan cita en las principales plazas
de mercado, por lo general los domingos entre seis y siete de la mañana cada
ocho o quince días, para sumergirse en una porción de las siete toneladas de
frutas y verduras que terminan cada día en la basura. Nunca llevan más de lo que
necesitan, pues son conscientes de que, probablemente, más tarde otro grupo irá
a hacer su recolecta. En promedio, cada persona recoge entre siete y doce kilos
de comida.

Para los comerciantes de la plaza de Paloquemao o de Corabastos, ya es común


ver personas de diferentes edades y condiciones socioeconómicas
(desdefreegans hasta habitantes de la calle) escarbando en los contenedores.
Incluso saben de antemano que hay muchas frutas que nadie comprará por su
apariencia.

Bogotá no es la única ciudad donde se desperdicia comida de manera


inconsciente. Según la Central Mayorista de Antioquia, 77 toneladas de frutas y
verduras se desechan a diario en Medellín. En Cali, el 60 % de las 1.700
toneladas de basura producida en un día es desecho orgánico.

Los freegans no buscan concebir un mundo de acuerdo con sus parámetros, sino
uno en el que los límites del consumismo no sean tan absurdos. Un mundo donde
en la casa los padres no enseñen que “es mejor que sobre y no que falte”.

¿Qué es un freegan?
Manolo (Barcelona)

Se denomina freegan a gente que emplea estrategias alternativas para vivir, basadas en una uso
limitado de la economía convencional, y en reducir al máximo el consumo de recursos.

La palabra freegan deriva de "free" (libre) y "vegan" (vegano). Los veganos es un movimiento que
evita el consumo de productos de origen animal o productos que han experimentado con animales.
Este movimiento social está instalado esencialmente en Estados Unidos

Los Freegans abogan por la vida en comunidad, la generosidad, la conciencia social, la libertad, la
cooperación y el compartir en oposición a la sociedad basada en el materialismo, la apatía social,
la competición , la conformidad y la codicia.

El Freeganismo es un movimiento de boicot total a un sistema económico actual que propicia el


beneficio de unos pocos frente a las mejoras comunitarias. Por ello no pregona de evitar la compra
de productos de una mala compañía, sino que evitan comprar en el mayor grado en que somos
capaces.

Para los Freegans el trabajo en fábricas donde se explotan a las personas y a los recursos, la
destrucción de los bosques, el calentamiento global, la aniquilación de comunidades indígenas, la
contaminación del aire y del agua consideran que son sólo algunos de los muchos impactos del
aparentemente inocuo consumo de productos que llevamos a cabo cada día. Precisamente por ello
los freengans emplean una serie de estrategias para la vida práctica basadas en nuestros
principios:
Recuperación de materiales
La recolección urbana o "dumpster diving" que consiste en buscar los bienes abandonados por los
mayoristas, empresas, residencias, oficinas, etc. los recuperan para su reutilización. La recolección
no se limita a las mercancías sino también a los alimentos. Existen grupos como los Food Not
Bombs que recuperan comida que de otro modo sería desperdiciada y la usan para preparar
comidas que comparten en lugares públicos con todo el que desea participar.

Minimización de gasto
Los freegans reciclan escrupulosamente, convierten la materia orgánica en abono para la tierra y
reparan todo lo que pueden antes de reemplazarlo por nuevos enseres o utilidades. Todo lo que ya
no les sirve lo redistribuyen de forma gratuita a los amigos o lo ofrecen a través de mercados
gratuitos tales como los freecycle y craigslist que hay en internet.

Transporte ecológico
La mayoría de los freegans no usan el coche. Los transportes colectivos, al tren, hacer autoestop,
caminar, patinar o montar en bicicleta es la forma habitual de su movilidad. Los freegans que
precisan de coche lo hacen con motores diesel transformados para usar aceite vegetal en lugar de
gasóleo.

Alojamiento como derecho


Los Freegans creen que la vivienda es un DERECHO, no un privilegio, por eso participan de los
movimientos ocupas o contribuyen a denunciar a los propietarios que mantienen cerrados y vacios
para especular en lugar de facilitarlos como viviendas en condiciones dignas.

Desempleo voluntario
Los freegans consideran la importancia de tener el control del propio trabajo. Basta trabajar lo
mínimo para cubrir las necesidades básicas y a la vez reducir las horas trabajadas por contrato y
sin ceder el control total a los jefes. El espíritu freegan de cooperación puede ser extendido al lugar
de trabajo como parte de sindicatos de trabajadores tales como "Industrial workers of the world".



QUÉ ES UN FREEGAN?
Se denomina freegan la gente que emplea estrategias alternativas para vivir, basadas en una participación
limitada en la economía convencional, y en un mínimo consumo de recursos.

Los Freegans abogan por la comunidad, la generosidad, la conciencia social, la libertad, la cooperación y
el compartir en oposición a la sociedad basada en el materialismo, la apatía social, la competición , la
conformidad y la codicia.

Tras años intentando boicotear productos procedentes de corporaciones causantes de la violación de


derechos humanos, de la destrucción ambiental y el abuso de animales, muchos de nosotros descubrimos
que independientemente de lo que compráramos siempre acabábamos apoyando algo deplorable.
Entendimos entonces que el problema no es sólo unas pocas malas empresas sino el propio sistema en su
totalidad.

El Freeganismo es un boicot total a un sistema económico donde el beneficio ha eclipsado las


consideraciones éticas y donde complejos sistemas de producción masiva aseguran que todos los
productos que compramos tengan impactos perjudiciales, la mayoría de los cuales ni siquiera habíamos
considerado. De esta manera, en vez de evitar la compra de productos de una mala compañía, sólo para
beneficiar a otra, evitamos comprar en el mayor grado en que somos capaces.

La palabra freegan deriva de “free” (libre y gratis) y “vegan” (vegano). Se denominan “Vegans”
aquellos que evitan el consumo de productos de origen animal o productos experimentados en animales
en un esfuerzo por evitar causarles daño. Los Freegans llevan esta postura un paso más allá
reconociendo que en una compleja economía industrial y de producción en masa motivada por el
beneficio, el abuso de personas, animales y de la tierra abunda en todos los niveles de producción (desde
la adquisición de la materia prima, a la producción y el transporte) y es así para casi cada simple
producto que compramos. El trabajo en fábricas que explotan, la destrucción de los bosques, el
calentamiento global, el desplazamiento de comunidades indígenas, la contaminación del aire y del agua,
la erradicación de insectos como “molestias” la vida salvaje en granjas, las violentas destituciones de
gobiernos elegidos popularmente para mantener dictadores marioneta conformes con los intereses de las
grandes empresas,
la destrucción de sindicatos, la perforación en busca de petróleo en lugares ambientalmente sensibles,
explotación infantil, y sobornos a régimenes represivos son sólo algunos de los
muchos impactos del aparentemente inócuo consumo de productos que llevamos a cabo cada día.

Los freegans emplean una serie de estrategias para la vida práctica basadas en nuestros principios:
RECLAMACION DE GASTOS
Vivimos en un sistema económico donde los vendedores sólo valoran la tierra y sus bienes en relación a
su capacidad para generar beneficios. Los consumidores están constantemente siendo bombardeados con
anuncios que les incitan a desechar y reemplazar los bienes que ya tienen porque esto incrementa las
ventas. Esta práctica de las sociedades opulentas produce una cantidad de gasto tan grande que mucha
gente puede ser alimentada y mantenida simplemente con su basura. Como freegans, recolectamos la
comida en vez de comprarla para evitar ser cosumidores nosotros mismos, para retar políticamente la
injusticia de permitir que recursos vitales sean gastados mientras multitudes carecen de necesidades
básicas como comida, ropa y alojamiento, y para reducir el gasto que va a parar a terrenos y a
inceneradoras que están masivamente situados en barrios pobres(no blancos), donde causan elevados
niveles de cáncer y asma.

Quizás la estrategia freegan más notoria es la comunmente denominada recolección urbana o “dumpster
diving”. Esta técnica implica buscar en la basura de mayoristas, residencias, oficinas y otras
instalaciones en busca de bienes útiles. A diferencia de los estereotipos de nuestra sociedad sobre la
basura, los bienes recuperados por los freegans son seguros, utilizables, limpios y en perfectas o casi
perfectas condiciones, un síntoma de una cultura consumista que nos incita a sustituír nuestros bienes
más antiguos por otros nuevos, y donde los mayoristas planean un alto volumen de producción
disponible como parte de su modelo económico. Algunos recolectores urbanos van sólos, otros lo
practican en grupos, pero siempre compartimos los descubrimientos abiertamente unos con otros y con
todo aquel que encontramos en el camino que los quiere. Grupos como Food Not Bombs recuperan
comida que de otro modo sería desperdiciada y la usan para preparar comidas que comparten en lugares
públicos con todo el que desea participar.

Recuperando los descartes de mayoristas, oficinas, escuelas, casas, hoteles, o cualquier lugar buscando
en sus cubos de basura, contenedores y bolsas de basura, los freegans son capaces de obtener comida,
bebidas, libros, artículos de tocador, revistas, comics, periódicos, videos, artículos de cocina,
electrodomésticos, música (CDs, casetes, discos, etc.) alfombras, instrumentos musicales, ropa, patines,
patinetes, muebles, vitaminas, aparatos electrónicos, productos para el cuidado de animal, juegos,
juguetes, bicicletas, piezas de arte y cualquier tipo de bien de consumo. Además de no contribuir a
aumentar el gasto, los freegans reducen la basura y la polución disminuyendo el sobrevolumen en la
corriente de gasto.

Muchos de los objetos usados pueden ser también encontrados gratis o compartidos con otros, en sitios
web como Freecycle y en la sección free de tu Craigslist local. Para disponer de materiales útiles
comprueba el directorio EPA Materials and Waste Exchanges. En comunidades alrededor del país, la
gente está llevando a cabo eventos como Really Really Free Markets( Mercados verdaderamente gratis)
y “Freemeets” (Encuentros gratuitos). Estos eventos son semejantes a mercadillos con objetos gratuitos.
La gente trae cosas para compartir con otros. Dan y reciben pero ni un dólar es intercambiado. Cuando
los freegans necesitan comprar, compramos bienes de segunda mano que reducen la producción y
apoyan el reutilizar y reducir lo que habría sido gastado, sin proveer ingresos adicionales
para nueva producción.
MINIMIZACION DE GASTO
Debido a nuestros frecuentes en los descartes de nuestra consumidora sociedad, los freegans somos muy
conscientes e indignados con las enormes cantidades de gasto que el consumidor típico estadounidense
genera y por eso eligimos no ser parte del problema. Los freegans reciclamos escrupulosamente, usamos
la materia orgánica como abono para la tierra y reparamos más que reemplazamos objetos siempre que
es posible. Todo lo que es inutilizable por nosotros, lo redistribuimos entre nuestros amigos, en
mercados gratuitos o usando servicios de internet como freecycle y craigslist.

TRANSPORTE ECOLOGICO
Los freegans reconocen los desastrosos impactos sociales y ecológicos del automóvil. Todos sabemos
que los automóviles causan polución creada por la combustión de pertóleo, pero generalmente no
pensamos en otros factores de destrucción como bosques siendo eliminados para construir carrreteras en
areas salvajes y las muertes por choque, de humanos y vida salvaje. Además, el uso masivo de petróleo
crea el impulso económico que origina las masacres en Irak y en el resto del mundo. Por eso los freegan
deciden no usar coches en su mayoría. Usamos otros métodos de transporte incluyendo salto al tren,
hacer autoestop, caminar, patinar, montar en bicicleta. El autoestopismo aprovecha el espacio en un
coche que de otro modo habría sido inutilizado y además no incrementa el consumo total de coches y
gasolina. Algunos freegans encuentran inevitable el uso de coches. Por eso, para tratar de eliminar la
dependencia de carburantes fósiles, utilizan coches con motores diesel transformados para funcionar con
“greisel” o aceite vegetal (grasoso-diesel). Literamente alimentamos nuestros coches con aceite usado
que fue freído en restaurantes– otro ejemplo de transformación del gasto en algo práctico. Grupos
voluntarios están formando en todas partes ayudando a la gente en la transformación de sus motores
diesel para que funcionen con aceite vegetal.

ALOJAMIENTO GRATUITO
Los Freegans creen que el alojamiento es un DERECHO, no un privilegio. Del mismo modo que los
freegans consideran una atrocidad que haya hambre mientras la comida es tirada, también estamos
indignados que haya gente que literalmente muere congelada en las calles mientras los caseros y las
ciudades mantienen edificios cerrados y vacios porque no pueden sacar provecho de ellos o hacerlos
válidos como viviendas. Los Squatters son gente que ocupa y rehabilita edificios abandonados y
destruídos. La mayoría de los squatters son freegans. Los squatters creen que las necesidades reales
humanas son más importantes que las nociones abstractas de la propiedad privada, y que aquellos que
mantienen edificios pero no permiten a gente vivir en ellos, incluso en lugares donde el alojamiento es
vitalmente necesitado, no merecen poseer esos edificios. Además de zonas habitadas, los squatters a
menudo convierten edificios abandonados en centros comunitarios con programas que incluyen
actividades artístricas para niños, educación medioambiental, encuentros de las organizaciones de la
comunidad y más.
VOLVIENDOSE VERDE
Vivimos en una sociedad donde lo que comemos generalmente creció muy lejos, fue sobre procesado y
entonces transportado largas distancias para ser almacenado durante demasiado tiempo, todo a un alto
costo ecológico. Debido a este proceso, hemos perdido la apreciación de los cambios de temporada y de
los ciclos de la vida, pero algunos estamos reconectando con la tierra a través de la jardinería y la
recolección.

Muchos ecologistas urbanos han estado transformando terrerenos abandonados y llenos de basura en
verdes jardines comunitarios. En vecindarios donde los comercios venden más comida basura que
vegetales fescos, los jardines comunitarios suponen una fuente de comida sana. Donde el aire está
saturado de agents contaminantes inductores de asma, los árboles de los jardines comunales producen
oxígeno. En paisajes dominados por el ladrillo, el cemento y el asfalto, los jardines constituyen un oasis
de plantas, espacios abiertos y lugares para que las comunidades se reúnan, trabajen juntos, compartan
comida, y eliminen las barreras que mantienen a la gente apartada en una sociedad donde todos nos
hemos apartado demasiado los unos de los otros.

Los recolectores salvajes demuestran que podemos alimentarnos sin supermercados y curar nuestras
enfermedades sin farmacias, familiarizándonos con las plantas medicinales que crecen alrededor. Incluso
los parques de las ciudades pueden proveer comida y medicinas útiles, dándonos una apreciación
renovada de que nuestro mantenimiento procede finalmente no de las corporaciones productoras de
comida, sino de la tierra misma. Otros llevan el modo de vida de la recolección incluso más lejos,
desprendiéndose de conceptos urbanos y suburbanos e intentando volver a los orígenes construyendo
comunidades en la naturaleza, basados en habilidades primitivas para sobrevivir.

TRABAJANDO MENOS/DESEMPLEO VOLUNTARIO


¿Cuánto de nuestras vidas sacrificamos para pagar cuentas y comprar más cosas? Para la mayoría de
nosotros, el trabajo significa sacrificar nuestra libertad para recibir las órdenes de otros, estrés,
aburrimiento, monotonía, y en muchos casos riesgo para nuestro bienestar físico y psicológico.

Una vez comprendido que no son unos pocos malos productos de unas cuantas compañías explotadoras
los responsables de los abusos sociales y ecológicos, en el mundo, sino más bien todo el sistema en el
que trabajamos, es cuando empezamos a entender que, como trabajadores, somos piezas de una máquina
de violencia, muerte, explotación, y destrucción. ¿Es el cajero que cobra un trozo de ternera menos
responsable de la crueldad de las granjas fábricas que el trabajador de la granja? ¿Qué hay sobre el
diseñador que encuentra modos de
hacer el producto apetecible? ¿Y sobre el contable que lleva los libros de la tienda y se encarga de que
perdure el negocio? ¿o del trabajador en la fábrica que manufactura cajas para refrigeradores? Y por
supuesto, los altos ejecutivos de las empresas tienen la responsabilidad mayor de todos, porque ellos
toman las decisiones que provocan la destrucción y el gasto. No tienes que poseer acciones en una
empresa o poseer una fábrica o una planta química para estar libre de culpa.
Cubriendo necesidades básicas como la comida, ropa, alojamiento, mobiliario y transporte sin gastar un
dólar, los freegans son capaces de reducir o al menos eliminar la necesidad de ser constantemente
contratados. Podemos sin embargo dedicar nuestro tiempo a cuidar de nuestras familias, a hacer trabajo
de voluntariado en nuestras comunidades, y a tomar parte en grupos activistas para luchar contra las
practices de empresas que de otro modo podrían estar ordenándonos en el trabajo. Para algunos, el total
desempleo no es una opción -es más difícil encontrar medicina dental gratuita que una maleta gratis en la
calle, pero limitando nuestras necesidades financieras, incluso aquellos de nosotros que necesitan
trabajar pueden establecer conscientemente límites a cuánto trabajamos, tomar el control de nuestras
vidas, y escapar a la presión constante de llegar a fin de mes. Pero incluso si necesitamos trabajar, es
esencial no ceder el control total a los jefes. El espíritu freegan de cooperación puede ser extendido al
lugar de trabajo como parte de sindicatos de trabajadores tales como “Industrial workers of the world”.

El desperdicio alimenticio es cualquier sustancia comestible, cruda o cocinada, descartada,


prevista o ha de ser descartada.1 2 Dado que varias organizaciones tienen su propia definición
de «desperdicio», también tienen su propia definición para lo que es un «desperdicio
alimenticio».

La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos lo define como "desperdicios de


comida preparada o comida que no se ha comido de residencias y establecimientos
comerciales como tiendas de comestibles, restaurantes, y locales de producción, cafeterías y
cocinas institucionales y fuentes industriales como los comedores de empleados.3 El impacto
de los desechos alimenticios no es sólo financiero. El medio ambiente es uno de los grandes
afectados por los desperdicios ya que estos suponen el uso de fertilizantes y pesticidas.
Además, el empleo de gasolina para su transporte genera metano, uno de los gases más
dañinos para el efecto invernadero y el cambio climático. En este sentido, el metano es 23
veces más potente que el dióxido carbono. De igual modo, los vertederos contribuyen de
manera significante al calentamiento global. ¿Sabías que... • Cada año se pierde o se
desecha aproximadamente un tercio de la comida producida en todo el mundo para consumo
humano, unos 1,3 billones de toneladas. • Los consumidores de los países ricos malgastan
prácticamente la misma cantidad de comida (222 millones de toneladas) que la producción
neta de alimentos del África Subsahariana (230 millones de toneladas). • Los desechos y
comida que se pierden cada año equivalen a más de la mitad del cultivo de cereales mundial.
(2,3 billones de toneladas en 2009-2010) . • La pérdida y desperdicio de alimentos suponen
además un importante gasto de agua, tierra, trabajo y capital que inevitablemente favorece el
efecto invernadero y por tanto, el calentamiento global y el cambio climático. • En países en
vías de desarrollo, la mayor parte de los desechos y pérdidas se producen en la primera fase
de la producción, estos podrían ser controlados con técnicas de gestión y financieras que
mejoren el almacenamiento y conservación de los alimentos. Reforzar ese proceso a través de
la ayuda a granjeros, inversiones en infraestructuras y transporte ayudaría a reducir los
alimentos que se pierden y se desechan. • En países con nivel de ingresos medio o alto, la
mayor parte de los desechos tienen lugar en la fase final del proceso productivo. Los
consumidores juegan un papel importante en estos países a la hora de generar desperdicios.
Además, un estudio mostró la falta de coordinación entre los distintos actores de la producción
de alimentos. Acuerdos entre granjeros y productores podrían ayudar a mejorar esa situación.
Por otra parte, una mayor conciencia en la industria, el comercio y los consumidores y el
aprovechamiento de esa comida que más tarde es desperdiciada, ayudarían a reducir las
pérdidas y desechos alimenticios. • Cada año se producen desembarques de entre 100 y 130
toneladas de pescado, de los cuales 30 millones de toneladas son descartados. • En Estados
Unidos se desechan cada año un 30% de todos los alimentos producidos, lo que supone un
valor de 48,3 billones de dólares (32,5 billones de euros). Se calcula que la mitad del agua
empleada para la producción de esos alimentos también es desperdiciada. (Jones, 2004 cited
in Lundqvist et al., 2008) • Los desechos generados por una familia en el Reino Unido
alcanzan los 6,7 millones de toneladas al año, alrededor de un tercio de los 21,7 millones de
toneladas compradas. Esto significa que aproximadamente un 32% de los alimentos que se
compran cada año no se consumen. Las autoridades se incautan una gran parte de estos (5.9
millones de toneladas o un 88%). La mayor parte de los desechos alimenticios (4,1 millones
de toneladas o un 61%) podrían haberse evitado y haberse comido si hubiesen sido mejor
gestionados. (WRAP, 2008; Knight and Davis, 2007). o El desecho de materias orgánicas en
Estados Unidos es el segundo componente más abundante de los vertederos, que son a su
vez la principal fuente de emisión de gas metano.. Fuentes: Global Food Losses and Food
Waste - FAO, 2011 The environmental crisis: The environment’s role in averting future food
crisis – UNEP, 2009

Friganismo

Contenedor lleno de comida en Estocolmo. Los friganos rechazan el desperdicio de alimentos.

El término friganismo o movimiento frigano (del extranjerismo proveniente del


inglés: freeganism)1 designa un estilo de vidaanticonsumista que consiste en el empleo de
estrategias alternas para vivir. Estas estrategias están basadas en una participación limitada
en la economía convencional, y en un mínimo consumo de recursos, y por ende, un mejor
aprovechamiento de los mismos.2 Una de estas estrategias es evitar
el consumismo innecesario,3 y otra la recolección de alimentos que han sido previamente
tirados a la basura o descartados por estar próxima o pasada su fecha de vencimiento.4 5 6
Los friganos1 (o freegans7 ) son considerados activistas que se manifiestan contra el consumo
y desperdicio excesivo de productos,8siendo los alimenticios el foco de atención en muchas de
sus acciones.9 Sus actividades son básicamente nocturnas y los sitios favorecidos por sus
acciones son los restaurantes y los supermercados, donde es posible encontrar alimentos
seguros y en condiciones para preparar sus propias comidas o para compartirlas en reuniones
públicas.
En algunos casos, los friganos se hacen tales mucho más por necesidad (léase incluso
necesidad extrema) que por convicción, llegando en ciertos casos a consumir alimentos en
mal estado y/o en condiciones higiénicas muy degradadas.10 11 12

Índice
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 1Etimología y origen
 2Prácticas
 3Relación con el veganismo
 4Impacto en el ecosistema
 5Legalidad y salubridad
o 5.1Percepción social
 6Véase también
 7Referencias
 8Enlaces externos

Etimología y origen[editar]
La palabra friganismo procede del término inglés freeganism que es
la contracción de free (gratis/libre, en inglés) y vegan (vegano).1 Este movimiento comenzó a
mediados de1990, junto a los movimientos antiglobalización y ecologistas.
La persona responsable por la popularización de este movimiento, además de ser el
administrador del sitio web que informa al respecto,13 es el estadounidense Adam
Weissman.14 Weissman menciona que el friganismo es un movimiento en respuesta a la
cultura occidental contemporánea. Una respuesta al desperdicio, una respuesta a
laindustrialización.
El movimiento se ha hecho relativamente importante en grandes ciudades,
como Londres o Nueva York, dónde grupos de personas se reúnen a encontrar alimentos y
demás cosas que puedan serles de utilidad. Estados Unidos, Brasil, Argentina, España,
Corea, Estonia, Suiza y Gran Bretaña son algunos de los países donde viven. Nueva York es
la sede de una de las mayores organizaciones de friganos. Se calcula que existen casi 3
millones de ellos alrededor del mundo, organizados en 3800 comunidades.15 Weissman dice:
"Hay muchísimo desperdicio, vivir así es fácil. La gente asume que la comida ya no sirve, pero
en realidad sólo es comida". Weissman afirma que con esta forma de vida se tiene acceso a
todo lo que se puede necesitar, ya que siempre hay desperdicios nuevos, porque la cultura
occidental nos impulsa siempre a tener cosas más nuevas, más brillantes.16
Es parte de su estilo de vida recuperar los alimentos desechados en los contenedores
de residuos de supermercados y restaurantes. Los friganos rescatan la comida por
razones políticas, más que por necesidad.17 Recogida de alimentos para compartir entre
amigos y desconocidos, acciones frente a restaurantes y supermercados, “bucear” en
contenedores de basuras, esas son algunos de los rasgos de los friganos, un grupo de
individuos que actúan en las grandes ciudades llamando al anticonsumo.
Prácticas[editar]

Un frigano buscando en la basura.

Los friganos obtienen la comida, generalmente, extrayéndola en parte de un contenedor o


papelera y/o de un cesto de descarte de comidas al paso. Muchos supermercados, tiendas de
alimentas o restaurantes, tiran comida en buenas condiciones a medida que se acerca
la fecha de caducidad o por presentar algún tipo de daño en el envoltorio o el aspecto estético
del empaque.18
Extrayendo comida de la basura, los friganos evitan contribuir con los regímenes a los que su
ideología se opone: gastar en demasía dinero en productos que de una manera o de otra
dañan el medio ambiente, ya que por ejemplo no tienen en cuenta los derechos de los
animales, ya que que favorecen la dispersión urbana, y ya que en ciertos aspectos no
respetan los derechos de los trabajadores. También argumentan que, mediante esta
recolección de alimentos, se evita que los mismos acaben en un basurero17
A menudo, esta búsqueda en la basura no se limita a los alimentos. Muchas personas que
practican esta recolección urbana también buscan objetos que puedan ser reutilizados
o reciclados, o en ciertos casos incluso luego vendidos en ferias vecinales, y/o a través de
casas de compra-venta, y/o a través de sitios digitales19 20 de compraventa.21 22

Relación con el veganismo[editar]


Artículo principal: Veganismo

La principal razón por la que se asocia el friganismo con el veganismo es por el acceso
limitado que se tiene a alimentos como carnes rojas y blancas, además también del uso de
tejidos y cosméticos de origen animal. Además de que el acceso a alimentos de origen vegetal
es más fácil, ya que pueden ser cultivados y procesados por uno mismo; sin embargo, muchos
friganos han declarado que consumirían alimentos de origen animal si se tuviera acceso
gratuito a éstos.23
No todos los que se identifican como friganos son veganos y existen algunos que practican
la recolección urbana de alimentos y consumen los productos animales que han sido
desechados argumentando que, de lo contrario, se desperdiciarían y que los animales no
deben ser sacrificados en vano.24
Impacto en el ecosistema[editar]
Un rol clave del friganismo es su positivo impacto en el ecosistema. Propone un uso eficiente
de los recursos que se tienen al alcance, lo que reduce al mínimo posible el desperdicio. Al
reducirse el desperdicio, se reduce la basura. Esto es especialmente notorio con la comida,
siendo que la comida consumida por un frigano se obtiene a través de la comida ya
desperdiciada. Además, un frigano hace uso de lo que tiene a su alcance, lo que extiende aún
más la reducción de desperdicios, ya que no sólo se reduce la cantidad de basura generada,
sino que también se usa el desperdicio ya generado como un recurso, eliminando así el
desperdicio ya generado.
El friganismo propone reciclar. Hacer uso de las cosas que hacen falta y, cuando no hagan
falta más de esas cosas, compartirlas con alguien a quien le haga falta. Se reduce el
desperdicio, se ayuda a la comunidad y se hace gratis. Otra forma amigable con el medio
ambiente que propone el friganismo es el del transporte colectivo. Compartir vehículos, uso y
préstamo de bicicletas. Además de buscar y reparar bicicletas. Todo en comunidad.25
También se apoya el consumo de vegetales cultivados por uno mismo, la reconstrucción y
adaptación de espacios donde puedan crearse jardines para estos cultivos y especialmente el
evitar consumir vegetales cultivados de forma industrial, usando pesticidas y demás químicos
tóxicos, modificación genética y transportación a lo largo y ancho de países, acciones que
contribuyen a la contaminación.26

Legalidad y salubridad[editar]

Imagen de un centro de distribución de materiales de forma gratuita que han sido donados o extraídos
de la basura en Berlín, Alemania (2005).

Las personas que practican el freganismo son a menudo interrumpidas y acosadas por
la policía. Estas prácticas suelen percibirse como un tabú en la mayoría de los países
desarrollados, y por ello se conciben como socialmente inaceptables. Ciudades
como Madrid han tipificado multas para las personas que busquen o seleccionen comida entre
la basura27
Percepción social[editar]
En general, la sociedad percibe la basura como algo sucio y no siente que pueda ser un lugar
apto para conseguir comida. Es por esto que algunos friganos realizan actividades como
repartir la comida o los bienes obtenidos de la basura con el fin de mejorar esta percepción.28

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