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María Zambrano

María Zambrano nace el 22 de abril de 1904 en Vélez, Málaga. Posteriormente, pasa una temporada con su abuelo materno
en Jaén, para después trasladarse a Madrir, donde empieza a asistir a la escuela. En 1913, María comienza el bachillerato,
siendo ella y otra compañera, las únicas mujeres de su promoción. Durante estos años, María descubre tanto su amor por
la literatura, propulsada por las frecuentes visitas de Antonio Machado (el cual era amigo de su padre) como lo que ella
descubre como su ´´gran amor´´, su primo Miguel Pizarro del que tuvo que separarse por imperativo familiar. María
Zambrano inicia en 1921 sus estudios de Filosofía como alumna libre en la Universidad Central de Madrid y los completa en
1927 asistiendo a las clases de Ortega y Gasset, con el que trabajara frecuentemente, forjando sus ideales, donde su
actividad política crece y donde se muestra como radical defensora de la República.
En 1928, se le diagnostica tuberculosis, lo cual condiciona gran parte de su vida, obligándola a guardar cama durante casi un
año.
María trabaja de profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central y más tarde como profesora de
Filosofía en la Universidad San Nicolás de Hidalgo de Morelia, Michoacán. En 1930, es publicado el primer libro de María
Zambrano ´´Horizonte del liberalismo´´.
Durante todos estos años, María viaja a gran número de ciudades, donde interviene en algunos de los movimientos
estudiantiles más vivos de Madrid, a través de la Federacion Universitaria Española (FUE). Colabora en los periódicos El
Liberal y La Libertad, de Madrid y en Manantial de Segovia. También trabaja en su tesis doctoral "La salvación del individuo
en Spinoza". Participa activamente en conjuntos de partidos republicanos por diversos pueblos y ciudades de España. La
tarde del 14 de abril asiste a la Puerta del Sol a la proclamación de la II República Española. Rechaza la oferta que le hace
Jiménez de Asúa de presentar su candidatura a las Cortes por el PSOE.
María Zambrano tiene varias obras: Filosofía y poesía, El hombre y lo divino, Claros del bosque, Hacia un saber sobre el alma,
Delirio y destino, Persona y democracia…
El hombre y lo divino

La primera edición fue en 1955 y la definitiva en 1973. Se trata de una de las obras centrales de María, donde su razón poética alcanza ya,
pleno movimiento. En esta obra, María estudia la relación entre lo humano y lo divino, así como el sentido metafísico-experiencial del amor y la
muerte. A través del discurso de la autora, vemos cómo lo divino se despliega como un proceso tanto histórico como en cada vida
personal. Analiza desde el nacimiento de los dioses griegos, pasando por el fenómeno único del cristianismo, hasta nuestra época, que ha
hecho del futuro su dios desconocido.

Filosofía y poesía.
María Zambrano trata de dilucidar la génesis común de la filosofía y la poesía, y la halla en una idéntica actitud primera ante el mundo: la
admiración ante las cosas, el "pasmo extático" ante lo real. Según la autora, filosofía y poesía toman dos caminos divergentes; mientras que la
filosofía se eleva a la conquista del saber por la abstracción, la poesía queda atada a las cosas, a las apariencias, a lo múltiple.
En este libro, María Zambrano aborda la relación entre el pensamiento filosófico y la poesía a lo largo de la historia cultural de Occidente, cuyo
origen sitúa en Grecia. A partir de la condenación platónica de los poetas en La República, filosofía y poesía discurren separadas como formas
de racionalidad y de discurso paralelas cuyo fondo magmático es similar, pero con dispares trayectorias, proyectos y caminos.
La apuesta de Zambrano pasa por una voluntad de conciliación entre pensamiento y poesía, el hallazgo de un logos mediador que aproxime la
palabra filosófica a la palabra poética, y que encuentra en el propio estilo literario de la autora un vehículo perfecto de expresión.

Persona y democracia
Publicada en 1918, en esta obra se conoce su concepto de persona. Para ella, pensaba en algo más que el individuo, es el individuo dorado de
la conciencia, que se sabe a sí mismo y que se entiende a sí mismo como valor supremo, como última finalidad terrestre.
Esta obra pensaba contribuciones de distintos personajes importantes, como Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, Inés María de Mendoza,
etc.
Pero a ser una de sus obras más políticas, la concepción de democracia que toma no es estrictamente política. En esta obra, se adelanta mucho
a su época, pero aún en nuestros días se considera una obra sorprendentemente actual, donde analiza la democracia donde sus orígenes
superando las noticias políticas y considerándolas como algo humano, una forma de organización social que sería la única capaz de
corresponderse realmente a la que sería la condición humana.
Esto último sería lo más fundamental de la obra, María analiza los dos conceptos de forma individual, con reflexiones nunca antes oídas, para
terminar fundiéndolas en una, pues ambas juntas serían lo que conformaría realmente lo que es un ser humano.

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