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Publicado en el «Manual de Psiquiatría»

Coord..: J. L. González de Rivera, A. Vela, J. Arana


Editorial Karpos. Madrid, 1980. Psicoterapia autógena

Capítulo 39

PSICOTERAPIA AUTÓGENA
José Luis González de Rivera

Fue en el año 1970 cuando Wolfgang Luthe diente del terapeuta) y en la necesidad de una
me inició en su escuela de Montreal al empleo práctica regular de los ejercicios para obtener
de los métodos autógenos en psicoterapia. Dis- resultados terapéuticos palpables. El estado in-
cípulo directo del fallecido J. Schultz, Luthe ducido mediante la práctica del entrenamiento
ha desarrollado los descubrimientos de su ma- autógeno se denominó «Estado autógeno», y
estro hasta convertir hoy en día la psicoterapia en la figura 1 se presentan sus relaciones con
autógena en uno de los métodos más eficientes otros estados de conciencia. Otro concepto im-
para el tratamiento de alteraciones psicosoma- portante introducido por Schultz es el de «con-
ticas y de neurosis, sobre todo aquéllas que tie- centración pasiva», actitud mental imprescin-
nen importante base traumática. dible para la práctica del entrenamiento autó-
Los orígenes de la psicoterapia autógena geno, que la mayoría de los sujetos pueden de-
han de buscarse en los estudios que sobre el sarrollar de manera casi intuitiva, si son debi-
sueño y la hipnosis realizaron a comienzos de damente guiados para ello. Este tipo de con-
este siglo los neurofisiólogos alemanes Oscar centración es diferente de la concentración vo-
Vogt y K. Brodmann. Vogt observó que cier- luntarística o activa empleada a diario para la
tos pacientes pueden alcanzar un estado hip- resolución de problemas, y sin embargo no tie-
noide, mediante auto-sugestión de sensaciones ne nada que ver con el abandono de la imagi-
de peso y calor en los miembros. La práctica nación ni con la distractibilidad fácil de las
regular de ejercicios mentales de este tipo te- mentes perezosas. Las características y el con-
nía un notable efecto reductor de la sensación cepto de la concentración pasiva serán tratados
de fatiga y tensión nerviosa, por lo que se de- más adelante. Schultz introdujo también varios
nominó a la técnica «Reposo autohipnótico refinamientos técnicos, tales como las diversas
profiláctico». J. H. Schultz, basándose en estos posturas de entrenamiento, y, sobre todo, las
trabajos, trató de desarrollar un método de hip- fórmulas autógenas.
noterapia que eliminara la pasividad del pa- El siguiente paso importante en el desarro-
ciente y su dependencia en el terapeuta. llo de la psicoterapia autógena fue la descrip-
La concentración sobre sensaciones de peso ción por W. Luthe en 1966 del fenómeno de
y de calor en las extremidades llegaba a indu- «descarga autógena», consistente en manifes-
cir en sus pacientes un estado de relajación taciones de tipo motor, sensorial o psíquico
profunda, que parecía diferente del estado de durante el estado autógeno. Luthe consideró
hipnosis. Según Schultz, la práctica repetida de éstos fenómenos en relación con la historia
los ejercicios aumenta la habilidad del paciente traumática del individuo, y favorecedores de
para inducir por sí mismo este estado peculiar, una eventual eliminación de tensión psíquica
alcanzando niveles cada vez más profundos de acumulada. Con objeto de aprovechar al máxi-
relajación y acumulando beneficios terapéuti- mo estos efectos terapéuticos, Luthe desarrolló
cos. A causa de estos factores, Schultz decidió los métodos de neutralización y abreacción au-
llamar a su método «Entrenamiento autóge- tógena. Por otra parte, basándose en los funda-
no», haciendo así hincapié en la naturaleza au- mentos generales de los ejercicios básicos, ha
toinducida del fenómeno (esto es, indepen- sido posible crear ejercicios específicos de ór-

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José Luis González de Rivera

Figura 1.-Mapa de los estados de consciencia. (González de Rivera. Revista de Psicología General y
Aplicada, 33: 415-426, 1978.
E = estimulación ergotrópica.
T = estimulación trofotrópica.
gano y fórmulas de orientación fisiológica o Cuando un individuo sufre excesiva estimula-
psicológica, específicas para un paciente deter- ción de tipo físico o emocional, el cerebro po-
minado. see y emplea ciertos mecanismos naturales ca-
En la figura 2 se presentan los diversos mé- paces de reducir los efectos nocivos de la so-
todos que se emplean en la psicoterapia autó- breestimulación. (Luthe, 1977). En psicotera-
gena, teniendo todos ellos en común el empleo pia autógena se considera siempre la mente y
del entrenamiento autógeno de Schultz, o «e- el cuerpo como una unidad indivisible, enfo-
jercicios autógenos básicos». cando las funciones mentales y somáticas de
El concepto de que la naturaleza ha dotado manera simultánea. La variedad de métodos
al hombre con mecanismos homeostáticos, autógenos permite adaptar el programa tera-
capaces de regular no sólo el equilibrio Hidro- péutico a las necesidades individuales, obte-
eléctrolítico, la presión sanguínea, el ritmo car- niéndose resultados satisfactorios, en la mayo-
diaco, etc., sino también de reajustar trastornos ría de los casos, con los ejercicios básicos. A-
funcionales complejos de naturaleza mental, proximadamente 20% de los pacientes requie-
constituye la base fundamental de la psicotera- ren, sin embargo, el empleo de los métodos
pia autógena. El término «Mecanismos cere- más elaborados de neutralización autógena.
brales homeostáticos autorreguladores» que se Los ejercicios meditativos, la modificación au-
encuentra con frecuencia en la literatura sobre tógena, y la hipnosis graduada activa son em-
este método, merece aclaración especial: pleados con menor frecuencia, y se reservan

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Psicoterapia Autógena

Figura 2. – Meditación Autógena.


Métodos de Psicoterapia Autógena (Según Luthe, 1977).

para situaciones muy especiales. La asociación correlacionaron los mecanismos homeostáticos


con técnicas de retroalimentación biológica generales con la organización funcional del
(bio-feedback) y métodos conductistas son re- sistema nervioso autónomo y el diencéfalo
sultados de interacción interdisciplinaria, de (Hess, 1954). Según estos estudios, existen en
desarrollo relativamente reciente, y de gran el diencéfalo dos zonas anatómicas y funciona-
potencialidad terapéutica. les, que regulan diferentes y complementarios
En la actualidad, la aplicación de los méto- aspectos de la homeostasis del medio interno,
dos autógenos se ha extendido del campo de la y de cuyo equilibrio depende el buen funciona-
clínica a la enseñanza, los deportes y la indus- miento del organismo y su adaptación frente al
tria. estrés.
Recientemente, ha sido incluido en los pro- La zona ergotrópica o dinamógena com-
gramas de entrenamiento de astronautas rusos prende la parte posterior del hipotálamo y nú-
y americanos, y en España ha sido ya aplicado cleos de materia gris en el mesencéfalo y rom-
con buenos resultados para el desarrollo de la boencéfalo anterior, y está relacionada con la
creatividad en las escuelas primarias. excitación en general, y con aquellos mecanis-
mos que acompañan fisiológicamente a la acti-
BASES NEUROFISIOLOGICAS vidad motora del organismo y al trabajo físico,
Setenta años después de que Claude Ber- correspondiendo en gran medida con las acti-
nard estableciera sus famosos postulados sobre vidades del sistema nervioso simpático.
el «milieu interieur», Cannon demostró las in- La zona trofotrópica o endofiláctica com-
terrelaciones funcionales multidimensionales prende principalmente la porción rostral del hi-
de este principio regulador, que el denominó potálamo, el área preóptica y supraóptica, par-
homeostasis (Cannon, 1932, 1935). Los estu- te del septum, y está en intima relación con
dios experimentales de Hess, años más tarde, mecanismos protectores, de recuperación y de

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eliminación (defecación, vómito). Hess consi- suspensión del juicio crítico, todas las percep-
dera el sueño como un medio de preservar y ciones parecen tener el mismo significado, y
restaurar las energías nerviosas, y como una nada es considerado como peligroso para la in-
expresión típica de la actividad trofotrópica. tegridad de la supervivencia. Así, hay una in-
Los cambios fisiológicos observados en hu- hibición de la reacción de estrés, con reduc-
manos durante el estado autógeno son simila- ción generalizada de los impulsos corticales
res a los observados por Hess en sus animales hacia el hipotálamo posterior, a través del sis-
de experimentación después de estimular la re- tema límbico, y con la consiguiente desactiva-
gión trofotrópica del hipotálamo (Luthe, ción relativa de la zona diencefálica ergotrópi-
1963). ca. para mayor información sobre las relacio-
Fenómenos fisiológicos similares parecen nes ergotrópicas, puede consultarse las seccio-
obtenerse mediante la práctica de otros méto- nes de «mecanismos psicopatogenéticos» y
dos de concentración pasiva, y Benson propo- «estrés», ambas en el capítulo de psicosoma-
ne denominar al fenómeno «respuesta de rela- tica.
jación», considerándolo como una respuesta de
integración hipotálamica, de signo opuesto a la ELECTROENCEFALOGRAMA DEL
respuesta de alerta o «fight and flight respon- ESTADO AUTOGENO
se» de Cannon (Benson, 1974). Varios autores han descrito modificaciones
Las señales propioceptivas enviadas por la características de la actividad eléctrica cerebral
musculatura estriada tienen un efecto estimula- durante el estado autógeno (Rohmer, 1957;
dor de la porción posterior del hipotálamo, a Geissman, 1962, 1963 y 1965; Luthe, 1970,
través de la estimulación de la formación reti- Arcan, 1971).
cular ascendente, y por tanto, una acción dina- El primer fenómeno observable durante el
mógena o ergotrópica (Gellhorn, 1974). comienzo del estado autógeno es un aumento
La acción trofotrópica del entrenamiento de la cantidad de frecuencias alfa, y una ten-
autógeno, y de otras formas de relajación y dencia a una cierta constancia del ritmo dentro
concentración pasiva, puede ejercerse median- de la frecuencia alfa.
te una reducción de estímulos aferentes, pro- Otros sujetos presentan, por el contrario,
pioceptivos sobre todo, ya que la relajación una progresiva desaparición del ritmo alfa,
muscular es un fenómeno habitualmente pre- previa paulatina disminución de su amplitud, y
sente en el estado autógeno. La reducción de una tendencia a la preponderancia de ondas
estímulos aferentes disminuye automáticamen- theta. El análisis computerizado de las fre-
te la actividad reticulocortical, y por tanto la cuencias en ese último grupo muestra que la
excitación del área ergotrópica. (Luthe, 1970.) desaparición del ritmo alfa es más aparente
Es hasta ahora desconocido si otros factores que real, debido a la disminución de su am-
independientes de la relajación muscular jue- plitud, a las oscilaciones de la línea de base y a
gan un papel en la inducción del estado autó- la superimposición de ondas lentas (Geiss-
geno. Los mecanismos de acción de la concen- mann, 1965; Arcan, 1971).
tración pasiva pueden ser independientes de Es preciso hacer notar, de acuerdo con
las modificaciones en los impulsos propiocep- Geissmann, que a diferencia del trazado carac-
tivos musculares, que no son de hecho más terístico del sueño, las ondas theta durante el
que uno de los muchos fenómenos presentes estado autógeno no son generalizadas, y que, a
durante el estado autógeno. Una hipótesis de pesar de las frecuencias lentas superimpuestas,
acción relaciona el estado de concentración durante el estado autógeno se produce un au-
pasiva con el estado de «libre aceptación», es- mento efectivo de la abundancia de ondas al-
to es, con la renuncia a la discriminación axio- fas, contrariamente a lo que ocurre en el sueño.
lógica de los diversos estímulos, tanto internos Ambos grupos de sujetos presentan ocasio-
como procedentes del exterior. Mediante esta nales interrupciones de ritmo beta, más o

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Psicoterapia Autógena

menos generalizadas. Ambos tipos de trazado conceptos de «sintonía neurovegetativa» y


pueden coexistir en el mismo sujeto, por lo equilibrio ergotrópico-trofotrópico puede en-
que es posible que dependan no de caracterís- contrarse en la sección dedicada a los mecanis-
ticas propias del sujeto, sino de la existencia mos intermedios neurofisiológicos, en el capí-
de diferentes fases o estadios en el estado autó- tulo de psicosomática de este mismo volu-
geno. men.) Hecha esta salvedad, podemos conside-
De especial interés son las observaciones de rar las siguientes características fisiológicas
Rohmer e Israel, quiénes describen tres tipos como típicas del estado autógeno (Luthe,
de fenómenos paroxísticos presentados por al- 1977):
gunos de sus sujetos normales durante la prác- 1. Tono muscular. Desde el comienzo de su
tica del entrenamiento autógeno: aplicación clínica, se ha considerado el estado
Tipo I: Puntas aisladas, con frecuencia ge- autógeno asociado con relajación muscular.
neralizadas. Esta disminución del tono muscular no se limi-
Tipo II: Mezclas complejas de ondas lentas ta a los miembros objetos de la fórmula autó-
y puntas, o puntas y alfa o theta. gena, sino que se extiende al resto de la mus-
Tipo III: Cortos trenes de ritmo lento, theta culatura. Sin embargo, en ocasiones pueden
o delta, con frecuencia generalizadas. observarse reacciones paradójicas de aumento
El interés de estos fenómenos paroxísticos de tensión en algunos sujetos. Este fenómeno
radica en la posibilidad de que representen el puede deberse a errores técnicos en la práctica
sustrato neurofisiológico de las descargas au- del ejercicio, o presentarse en coincidencia con
tógenas, frecuentemente descritas como expe- descargas autógenas, de las que se tratará más
riencia subjetiva, pero cuyas manifestaciones adelante. La relajación de la musculatura vo-
objetivas son raramente observadas. luntaria no guarda relación con el contenido de
El fenómeno de descarga autógena será tra- las fórmulas autógenas, sino que parece depen-
tado con más detalle en la sección dedicada a der de la concentración pasiva. En sujetos bien
las características subjetivas del estado autóge- entrenados, la relajación del tono muscular
no. puede comenzar de manera refleja, nada más
adoptar el individuo la postura de entrena-
CORRELACIONES FISIOLOGICAS DEL miento, antes de que comience la repetición
ESTADO AUTOGENO mental de la fórmula.
Además de las características electroencefa- 2. Función cardiaca. En el estado autógeno
lográficas descritas, otros cambios fisiológicos se reduce de manera significativa la frecuencia
importantes tienen lugar durante el estado au- cardiaca, en un valor medio de 5-10% la fre-
tógeno. En este campo, existen diferencias en- cuencia de reposo. Durante la aplicación del
tre los sujetos que practican el entrenamiento tercer ejercicio básico puede llegarse a una re-
autógeno básico de manera regular durante ducción aun mayor, pudiendo llegar hasta un
menos de 6 meses (entrenamiento a corto pla- 25% Binswanger, 1960). Schultz (1969) des-
zo) y aquellos cuya práctica del método es su- aconseja, sin embargo, el empleo de fórmulas
perior a los 6 meses (entrenamiento a largo específicamente destinadas a reducir el ritmo
plazo). Luthe (1970) considera que modifica- cardíaco. La fórmula apropiada para el tercer
ciones estables de la reactividad neurovegetati- ejercicio básico («el corazón late tranquilo y
va solo tienen lugar después de un entrena- regular») debe comunicar la idea de equilibrio
miento a largo plazo. En general, es a partir de y regularidad, y no la de lentitud. En las alte-
los 6 meses de entrenamiento regular cuando raciones del ritmo cardíaco, se observa tam-
se eleva consistentemente el dintel de sintonía bién una marcada normalización del mismo
neurovegetativa, asegurando un buen equili- durante este ejercicio (Luthe, 1977).
brio ergotrópico-trofotrópico, aún en situacio- 3. Función respiratoria. Según Luthe
nes de estrés. (La exposición detallada de los (1970) la frecuencia respiratoria disminuye, en

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un término medio de 15% sobre la frecuencia durante e inmediatamente después del estado
de reposo, con aumento de duración de la ins- autógeno resultan, por lo tanto, una precaución
piración y de la expiración, y aumento de la necesaria durante las primeras semanas de en-
proporción entre tiempo de inspiración y tiem- trenamiento.
po de expiración. Los requerimientos metabó- Muchas otras funciones fisiológicas experi-
licos de oxígeno también disminuyen durante mentan modificaciones durante el estado autó-
el estado autógeno. geno, generalmente en el sentido de una mayor
4. Circulación periférica y temperatura de regularización y resistencia a los efectos dese-
la piel. Ya en sus primeras observaciones, quilibradores del estrés. Un compendio de los
Schultz (1931) observó que 1a sensación sub- resultados obtenidos con la aplicación de mé-
jetiva de calor que acompaña a la práctica del todos autógenos a diversas alteraciones funcio-
segundo ejercicio básico tiene como base un nales puede encontrarse en las excelentes revi-
aumento de la circulación periférica en las ex- siones de Luthe (1970, 1977).
tremidades, con elevación real de la tempera-
tura. Esta elevación térmica; situada entre FENOMENOS SUBJETIVOS EN EL
1-3°C, parece estar asociada con el contenido ESTADO AUTOGENO
de la segunda fórmula autógena, y se presenta Las experiencias subjetivas en el estado
inconsistentemente con las demás fórmulas. autógeno pueden clasificarse en tres grandes
5. Resistencia epitelial galvánica. Durante apartados:
el estado autógeno se observa un aumento pro- a) Tono afectivo básico. Habitualmente, los
gresivo de la resistencia eléctrica de la piel, sujetos bien entrenados experimentan durante
que llega a un nivel estacionario a los 5-10 mi- el estado autógeno una sensación de bienestar
nutos del comienzo del ejercicio, y regresa len- y satisfacción, difícil de describir. Esta viven-
tamente a los valores habituales en un plazo de cia de relajación parece ser el opuesto psicoló-
10-30 minutos después de su terminación. Lu- gico de la angustia. Mientras que en esta últi-
the (1970) observa que algunos sujetos presen- ma se experimenta un temor, vago y difuso, de
tan disminuciones variables e inconsistentes de algo impreciso y sin definir, la vivencia de re-
la resistencia galvánica durante el estado autó- lajación consiste en la sensación, igualmente
geno, y lo atribuye a la intromisión de pensa- vaga y difusa, de seguridad y protección, de
mientos ansiógenos o de descargas autógenas que todo está bien y en orden. A pesar de su
somáticas. importancia, el tono afectivo básico ha sido
6. Presión sanguínea arterial. En general, poco estudiado, y son raras las descripciones,
las variaciones de la presión arterial no son incluso anecdóticas, en la literatura. En un es-
consistentes durante las 3-4 primeras semanas tudio estadístico sobre las descripciones de la
de entrenamiento. La mayoría de los sujetos vivencia de relajación en grupos de sujetos
experimentan un ligera reducción de la presión normales y pacientes con trastornos neuróticos
sistólica después de este período inicial; esta o psicosomáticos menores, no hemos encontra-
reducción es aún más importante en los hiper- do correlación entre la intensidad y diversas
tensos, modificándose en ellos también con facetas del todo afectivo básico, por un lado y
frecuencia la presión diastólica. Como obser- el tipo o gravedad de psicopatología por otro.
vación importante, debemos destacar que apro- Existe una correlación entre grado de educa-
ximadamente un 3 % de la población general ción y riqueza de matices del tono afectivo bá-
experimenta elevaciones paradójicas de la ten- sico, que probablemente es un simple artefacto
sión arterial durante el estado autógeno; cuan- debido a las mayores habilidades expresivas de
do este fenómeno se prolonga durante más de los sujetos con alto nivel educativo. El 95% de
dos semanas, puede constituir contraindicación los sujetos clasificaron la experiencia de bien-
absoluta para la práctica del método. Las me- estar durante el estado autógeno como «dife-
didas periódicas de la presión arterial antes, rente» de la sensación de bienestar experimen-

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Psicoterapia Autógena

tada en el estado vigil habitual. Sin embargo, damente en los aspectos técnicos de inducción
72% de los sujetos afirmaron haber experi- del estado autógeno, existen serias posibilida-
mentado similar sensación con anterioridad. des de que un tratamiento potencialmente be-
Muchos de ellos no pudieron precisar con de- neficioso sea abandonado.
talle las circunstancias de tal ocasión, pero las La contrapartida cognitiva del incremento
respuestas predominantes la relacionaban con perceptivo se manifiesta por ideas de activida-
experiencias de contacto con la naturaleza. Un des o circunstancias próximas al momento del
52% de los sujetos manifestaron la experiencia ejercicio, y no es infrecuente que se recuerden
de sensaciones de abandono, desinterés y li- súbitamente elementos de información olvida-
bertad interior, no sintiéndose dominados o in- dos, tales como donde dejó uno las llaves, o la
fluenciados por los determinantes habituales llamada telefónica pendiente. Como aspectos
de su conducta. Probablemente en relación con propioceptivos de este apartado, cabe destacar
este último aspecto del tono afectivo básico, es la percepción de hambre, sueño, y otras nece-
la sensación descrita por el 40% de los sujetos sidades biológicas insatisfechas que el sujeto
de que sus preocupaciones y temores habitua- es capaz de ignorar en su estado vigil. Los do-
les no tenían razón de ser. La sensación de es- lores que aparecen en el estado autógeno de-
tar en contacto con algo más grande que uno ben ser investigados, sobre todo si son repetiti-
mismo, de participar de alguna manera en una vos y corresponden a posibles síntomas patoló-
dimensión desconocida de la existencia, de gicos. Luthe refiere el caso de una de sus pa-
trascender la propia individualidad, etc., fue cientes que sufría intensos pinchazos en el se-
descrito por 28% de los sujetos, en su mayoría no izquierdo durante el ejercicio, y en la que
pertenecientes al grupo de mayor sofisticación un examen cuidadoso reveló un pequeño nódu-
intelectual. (G. de Rivera, 1977). lo tumoral, totalmente silencioso en circuns-
b) Mayor capacidad perceptiva de estados tancias normales.
internos. Durante el estado autógeno parece c) Descargas autógenas. La observación de
desarrollarse una mayor sensibilidad propio- ciertos fenómenos paroxísticos durante el esta-
ceptiva, cognitiva y emocional. En las fases do autógeno, generalmente de carácter desa-
iniciales del entrenamiento existe también ma- gradable, es ya muy antigua. Denominados por
yor capacidad perceptiva de estímulos exterio- Schultz «síntomas de entrenamiento», estos fe-
res, resultando molestos los ruidos, murmullos, nómenos transitorios no recibían mayor aten-
etc., que normalmente pasan desapercibidos: ción, aunque en ocasiones podían obligar a
La hiperreactividad a los estímulos externos suspender el tratamiento. Convencido de que
decrece con la práctica, mientras que la per- la acción terapéutica del entrenamiento autó-
ceptibilidad interna aumenta. Algunos pacien- geno radica en la activación de las capacidades
tes experimentan ocasionales accesos de ansie- autorreguladoras del organismo, Luthe investi-
dad paradójica en los primeros minutos del gó el significado de los síntomas de entrena-
ejercicio, que pueden explicarse por este me- miento, descubriendo una relación entre ellos
canismo. En ciertas neurosis existe un conti- y la historia traumática del individuo. Las des-
nuo estado latente de ansiedad, habitualmente cargas autógenas, como se denominan desde
reprimido fuera de la consciencia del sujeto, y entonces, pueden ser consideradas como ex-
el incremento de la capacidad perceptiva lo ha- presión del reajuste homeostático que permite
ce bien aparente, antes de que el tono afectivo la eliminación de excitación neuronal asociada
básico haya tenido tiempo de desarrollarse. La con engramas de traumas tanto físicos como
continuación, manteniendo la técnica correcta, psicológicos. Las descargas autógenas pueden
del ejercicio termina generalmente con estas manifestarse como fenómenos motores, senso-
manifestaciones paradójicas. Sin embargo, si riales o psíquicos, y con objeto de utilizar al
el paciente no comprende bien la naturaleza de máximo su potencial terapéutico, Luthe desa-
este fenómeno, y el terapeuta no insiste debi- rrolló los métodos especiales de verbalización

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y abreacción autógenas, cuya descripción re- va. «Mi brazo derecho es pesado», «mi brazo
bosa los limites de este capítulo. izquierdo es pesado», «mis brazos son pesa-
dos», «mi pierna derecha es pesada», «mi pier-
INDUCCION DEL ESTADO AUTOGENO na izquierda es pesada», «mis piernas son pe-
El estado autógeno se define como un esta- sadas», «mis brazos y piernas son pesados».
do especial de conciencia, con predominio Ejercicio 2: «Mi brazo derecho es caliente».
relativo de las funciones trofotrópicas, auto- Idéntica progresión que en el ejercicio ante-
inducido mediante concentración pasiva en rior.
fórmulas con cierto contenido fisiológico, y Ejercicio 3: « Mi corazón late tranquilo y
contacto mental con las regiones afectadas por regular».
el contenido de la fórmula. De la definición Ejercicio 4: «Esto respira solo» (concentra-
anterior se deducen los elementos esenciales ción en el acto de respirar en sí, sin contacto
de la técnica de inducción del estado autógeno, mental físico -propiamente dicho).
a los que hemos de añadir la reducción de Ejercicio 5: «Mi plexo solar es caliente».
estímulos aferentes exteroceptivos e interocep- Ejercicio 6: « Mi frente es fría».
tivos. La repetición mental de la fórmula corres-
a) Concentración pasiva. Se trata de un pro- pondiente requiere mantener un flujo continuo
ceso mental consistente en una actitud casual de representaciones verbales, acústicas o vi-
durante la realización de una tarea, con com- suales del contenido de la misma. Inicialmen-
pleta indiferencia hacia el resultado de la mis- te, la concentración pasiva en cada fórmula no
ma. Cualquier esfuerzo en persecución de una debe durar más de uno o dos minutos, aumen-
finalidad concreta, interés activo, o aprensión tando progresivamente el tiempo, que al cabo
constituye una manifestación de concentración de pocas sesiones puede ser de 10-15 minutos.
activa; y debe ser evitado durante el ejercicio. c) Contacto mental. Consiste en la percep-
La concentración pasiva requiere una actitud ción propioceptiva de la región anatómica a la
no directiva de la voluntad, con focalización que se refiere la fórmula autógena. Esta per-
de la atención más en el proceso de concen- cepción no requiere ningún esfuerzo volunta-
tración en si que en la finalidad perseguida. En rio, sino que se produce de forma automática
la concentración pasiva, que es la habitual- durante la repetición de la fórmula autógena, si
mente utilizada durante nuestra actividad vigil, se mantiene la apropiada actitud de concentra-
la atención se focaliza en una meta, ocupando ción pasiva.
el proceso de concentración un lugar marginal d) Reducción de la estimulación. Las con-
(Vallieres 1972). Mientras que la concentra- diciones ambientales son relativamente impor-
ción activa reduce el campo de la conciencia, tantes, especialmente para los sujetos poco ex-
haciendo en él predominante el objeto sobre el perimentados. Es recomendable utilizar una
que se dirige la atención, la concentración pa- habitación tranquila, con temperatura agrada-
siva lo amplía, otorgando idéntico valor a ble y en penumbra, con objeto de disminuir la
todos los contenidos que puedan presentarse intensidad de factores externos de estimula-
en la conciencia. Es decir, durante la concen- ción. En individuos bien entrenados, estas con-
tración pasiva se desarrolla una actitud de diciones revisten menor importancia, ya que
aceptación pasiva a todas las manifestaciones pueden llegar a inducir el estado autógeno en
y fenómenos que puedan ser percibidos, sin re- situaciones de gran estimulación exterior. Más
chazar ni perseguir ninguno en concreto. importante resulta reducir el influjo de estímu-
b) Repetición mental de las fórmulas autó- los procedentes del propio cuerpo para lo que
genas. Las seis fórmulas o frases autógenas se recomienda eliminar o aflojar toda prenda
desarrolladas por Schultz son las siguientes: de ropa molesta, relajar de manera general el
Primer ejercicio: Compuesto por una se- cuerpo y cerrar los ojos antes de comenzar el
cuencia de fórmulas de introducción progresi- ejercicio. Schultz recomienda la adopción de

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Psicoterapia Autógena

una de las tres posturas de entrenamiento por el terapeuta debe cuidarse de formulaciones
él descritas, que son la reclinada en un sillón, que puedan influir en pacientes sugestionables.
la horizontal y la denominada «posición de co- Particular detalle debe prestarse a las explica-
chero». Cada postura confiere características ciones de porqué, desde un punto de vista ho-
especiales al curso del ejercicio, y es posible meostático, deben evitarse las situaciones que
encontrar individuos incapaces de realizarlo en inducen acumulación de estímulos estresantes.
una de las posiciones, y si en las demás. Por ejemplo, personas con sobrecarga de an-
siedad y agresión, en las que ya se supone una
RELACION CON EL PACIENTE deficiencia de los mecanismos neutralizadores
Aunque la práctica de los métodos autóge- de estas emociones, pueden beneficiarse de re-
nos básicos parece bastante simple, pueden comendaciones negativas respecto a la práctica
presentarse dificultades importantes si el trata- de deportes violentos, asistencia a películas
miento es aplicado de manera mecánica, sin con contenido agresivo, etc., así como de la
tener en cuenta las necesidades y reactividades oportunidad de verbalizar abiertamente sus re-
específicas del paciente. A diferencia de otros acciones en situaciones de este tipo.
métodos de psicoterapia, el paciente asume un Con frecuencia, la aparición de descargas
papel activo y responsable en su tratamiento, de tipo emocional o ideativo, relacionadas con
desde el primer momento. La práctica de los la conflictiva personal del paciente, constitu-
ejercicios básicos, al menos tres veces diarias, yen la razón más importante de la resistencia
requiere un considerable compromiso, que só- que invariablemente se presenta tras un perío-
lo puede mantenerse mediante la supervisión do de práctica feliz del entrenamiento autóge-
cuidadosa del terapeuta. Este asume un papel no. Muchos pacientes no logran explicarse por
de técnico o experto, que transmite sus conoci- qué, después de haber ganado considerable ali-
mientos sobre la práctica del método al pacien- vio de sus síntomas después de algunas sema-
te, resolviendo sus dudas e indicándole la me- nas de tratamiento, los ejercicios resultan cada
jor manera de resolver los problemas relacio- vez más difíciles de practicar, la concentración
nados con las descargas autógenas y las resis- se vuelve ineficaz, etc., etc. Si la clarificación
tencias que aparecen a lo largo del tratamiento. simple de este proceso no resuelve la situa-
Luthe considera esta actitud terapéutica de ción, puede estar indicado el paso a los méto-
gran importancia, recomendando que las inter- dos de verbalización o abreacción, pero no re-
venciones sean directivas, haciendo uso de to- sulta adecuado aceptar, como pretenden algu-
dos los posibles enfoques que brinda la psico- nos pacientes, «que los ejercicios ya no sir-
terapia de apoyo, pero restringiéndolas a man- ven», precisamente en el momento en que su
tener al paciente en la práctica de sus ejerci- eficacia se pone de manifiesto por la moviliza-
cios. La labor educativa del terapeuta no ha de ción de material largo tiempo reprimido. Aun-
englobar aspectos generales, sino limitarse en que Luthe recomienda evitar las interpretacio-
lo posible a facilitar el desarrollo de los pro- nes de tipo psicoanalítico, personalmente en-
cesos de neutralización que tienen lugar du- cuentro muy útil este tipo de intervención
rante el estado autógeno. En la práctica, esto cuando la situación transferencial parece ser
requiere una profunda comprensión de la per- responsable de la inhibición o dificultad en la
sonalidad del paciente, de su problemática y de práctica de los ejercicios. Sin embargo, la in-
la de su entorno. Los conceptos elementales terpretación sistemática de procesos mentales
sobre los que se apoyan los métodos autógenos desarrollados durante el estado autógeno com-
deben ser comprendidos y aceptados por el pa- plica innecesariamente la situación, y el tera-
ciente antes de iniciar el tratamiento, pues sin peuta con formación psicoanalítica debe deci-
ello resulta difícil ganar su cooperación y par- dir pronto en el tratamiento que enfoque ha de
ticipación activa. El significado de las descar- emplear, refrenándose de las fáciles interpreta-
gas autógenas debe ser bien entendido, aunque ciones que brinda el material aportado por al-

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José Luis González de Rivera

gunos pacientes durante el estado autógeno. Si la relajación es (+) continuar por aproxi-
madamente 10 minutos. Si la relajación es (–)
TECNICA BASICA interrumpir el ejercicio.
Paso 1. Ejercicios básicos. En ninguno de los dos casos se comunica al
«Fórmulas»: «mi brazo derecho es pesa- paciente nuestra reacción, impresión de que se
do»; id. izquierdo; id. ambos; pierna derecha, relaja bien o mal, etc. o los criterios de obser-
pierna izquierda; «mis piernas son pesadas»; vación usados para definir el estado (+) o (–)
«mis brazos y piernas son pesadas». de relajación.
Primera sesión. Explicación general del Terminación del ejercicio
método y de la teoría. Dos aspectos importan-
En tres etapas:
tes:
1.ª Tomando una profunda inspiración.
a) Concentración pasiva en las sensaciones
2.ª Una fuerte flexión de brazos.
propioceptivas y en la fórmula correspondien-
3.ª Abriendo los ojos.
te.
Tras la terminación, se requiere al paciente
b) Actitud de aceptación pasiva de todos los
a explicar «qué ha pasado», sus sensaciones
fenómenos que puedan tener lugar durante el
durante el ejercicio.
ejercicio.
En caso del estado de relajación (–) se llega
Si queda tiempo se puede introducir el pri-
regularmente a una discusión sobre una cierta
mer ejercicio, aunque generalmente es mejor
incomodidad resentida por el sujeto, dificultad
dejarlo para la segunda sesión.
de tener los ojos cerrados, de concentrarse, etc,
La existencia de auténticas sensaciones pro-
relacionada con temores de pérdida de control
pioceptivas de peso debe ser aclarada al pa-
y con temor más o menos paranoide del tera-
ciente, para diferenciar el estado de concentra-
peuta. Aclarado este punto (con frecuencia la
ción pasiva de la sugestión o de la autosuges-
sola interpretación de la base paranoide de esta
tión.
resistencia es suficiente) se repite el ejercicio,
Introducción del ejercicio procediendo a repetir la fórmula hasta 10 mi-
Con el paciente cómodamente sentado, pies nutos, tanto si la relajación es ( + ) o (–).
sólidamente apoyados en el suelo, manos repo- Los ejercicios deben hacerse tres veces al
sando en el sillón o sobre el regazo, sin tocar- día, por una duración media de 10 minutos.
se, se le invita a cerrar los ojos y «permitirse» Ocasionalmente, se producen reacciones desa-
sentir todas las sensaciones procedentes del gradables (mareos, dolores ...) en cuyo caso la
brazo derecho. A continuación se le invita a duración del ejercicio debe reducirse a 1-2 mi-
repetir mentalmente la fórmula «Mi brazo de- nutos.
recho es pesado» que el terapeuta repite a su La posibilidad de «descargas autógenas»
vez en voz alta. debe ser advertida al paciente y pedirle que
Durante el ejercicio debe observarse al pa- anote después de cada ejercicio todo fenómeno
ciente para determinar el estado de relajación: familiar producido durante el mismo (sonidos,
(+) 1. Respiración lenta, profunda y re- imágenes, dolores, vértigo, etc.).
gular. Una frecuencia apropiada de visitas es una
2. Expresión facial « beatífica». semana, con introducción de un nuevo ejerci-
3. Relajación aparente de la cara y cio por visita. Consideraciones técnicas pue-
manos den hacer este ritmo más rápido o más lento.
(–) 1. Sin cambios en la respiración.
2. Expresión crispada de cara y/o INDICACIONES Y CONTRAINDICA-
manos. CIONES
3. Fruncimiento de ceño, movi- La psicoterapia autógena resulta de gran
miento de labios, etc. utilidad para trastornos neuróticos y psicoso-
4. Cambios de posición en la silla. maticos, especialmente cuando el paciente

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Psicoterapia Autógena

muestra rasgos marcados de personalidad ale- traso mental pueden beneficiarse del método,
xitimica. La indicación en las neurosis es par- como tratamiento de posibles alteraciones
ticularmente recomendable cuando aparecen al comportamentales o neuróticas asociadas.
menos dos de los siguientes rasgos: 6. Niños por debajo de los 5 años de edad.
– Marcada angustia libre, sin cristalización Los ejercicios básicos pueden ser aplicados a
defensiva específica. niños de 5 o más años, teniendo en cuenta las
– Angustia «existencial», caracterizada por precauciones y adaptaciones necesarias.
incertidumbre y sensación de ausencia de sen- II. Contraindicaciones absolutas. Se trata
tido en sí mismo y en los propios intereses y de cualquier condición o situación en la que el
ocupaciones. tratamiento resulta inapropiado o potencial-
– Excesiva preocupación por la idea de la mente peligroso. Generalmente, el entrena-
muerte. miento básico produce en estos casos, o puede
– Somatizaciones frecuentes y variadas. producir con gran probabilidad, modificacio-
– Conflictos bien defendidos, generalmen- nes funcionales y secuelas perniciosas para la
te por formación reactiva, de tipo oral-depen- salud del paciente.
diente. 7. Pacientes en riesgo inminente de infarto
– Historia clínica de traumatismos impor- de miocardio, a menos que estén monitoriza-
tantes de tipo físico o emocional. dos en una unidad de cuidados intensivos y su-
En cuanto a las contraindicaciones, el últi- pervisados por un médico cardiólogo con ex-
mo consenso del comité internacional para la periencia en psicoterapia autógena. El consen-
coordinación de la enseñanza y aplicación so no es total en este punto, pues mientras
clínica de la psicoterapia autógena (ICAT), ce- Plzien observa empeoramiento del electrocar-
lebrado en 1977, ha permitido la elaboración diograma y aumento de la frecuencia cardiaca
de la siguiente lista de no indicaciones, contra- al practicar el primer ejercicio básico inmedia-
indicaciones absolutas y contraindicaciones re- tamente después de un infarto agudo, Savitsky
lativas: insiste en la utilidad del entrenamiento autóge-
I. No indicaciones. Se trata de aquellas no durante el periodo agudo y las primeras ho-
condiciones en las que no es aconsejable ini- ras de ingreso en la unidad coronaria. Luthe
ciar un tratamiento de entrenamiento autógeno considera que en los pacientes con infarto agu-
básico. do debe tenerse en cuenta la posible aparición
1. Individuos sin motivación para aplicar de descargas autógenas relacionadas con im-
los ejercicios de una manera adecuada (por pulsos agresivos reprimidos, que pueden em-
ejemplo psicópatas recalcitrantes). peorar la situación funcional cardiaca.
2. Cuando no es posible un control crítico y 8. Sujetos que repetidamente muestran au-
cuidadoso de los síntomas de entrenamiento. mentos paradójicos de la presión arterial du-
3. Cuando la evaluación diagnóstica dife- rante el ejercicio. Luthe y González de Rivera
rencial entre los síntomas de entrenamiento no consideran que un periodo de prueba con ver-
puede efectuarse debidamente. balización autógena de la agresividad debe ser
4. Durante episodios agudos de psicosis es- intentado antes de abandonar definitivamente
quizofrénica. Bazzi y Klumbies advierten, en el método. Con frecuencia, tales aumentos pa-
este contexto, que debe ejercitarse sumo cuida- radójicos de presión arterial están relacionados
do en la aplicación del método durante las fa- con descargas de tipo agresivo, mal neutrali-
ses no agudas de la esquizofrenia, e interrum- zadas por los pacientes. Luthe recomienda
pirlo en caso de que aparezcan elementos psi- además que se investigue la posibilidad de feo-
cóticos durante la práctica del mismo. cromocitoma. A causa de esta contraindicación
5. Personas ton deficiencia mental severa, es necesario medir la tensión arterial de los pa-
esto es, con cociente intelectual por debajo de cientes antes de iniciar el ejercicio, durante el
50. Pacientes con grados menos severos de re- ejercicio y unos minutos después de terminar-

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lo, y ello durante la primera semana de entre- rosis de angustia, alcoholismo crónico, neuro-
namiento y periódicamente (por ejemplo, men- sis obsesivo-compulsiva y reacción de estrés,
sualmente) después. tienen grandes dificultades con esta fórmula,
9. Pacientes diabéticos en los que no se sobre todo si se aplica al principio del entrena-
puede asegurar un control químico y bioquími- miento básico.
co cuidadoso. El entrenamiento autógeno re- 16. La asociación de imágenes placenteras
sulta útil en la diabetes, pero altera la respuesta o relajantes no debe imponerse a pacientes que
del organismo a la insulina, generalmente re- experimentan dificultades en visualizar espon-
duciendo de forma drástica pero impredecible táneamente tales imágenes, o cuando las imá-
la necesidad de la misma. De ahí que no deba genes adquieren cualidades dinámicas, como si
intentarse la aplicación del método en un dia- se tratara de una película o cuando las imáge-
bético, a menos que la colaboración del pa- nes placenteras o relajantes seleccionadas
ciente y del endocrinólogo que lo trata esté so- cambian espontáneamente, incluyendo rasgos
bradamente asegurada. ansiógenos o desagradables. Cualquiera de es-
10. Pacientes con tendencia marcada a la tos fenómenos indica el desarrollo espontáneo
hipoglucemia que sufren mareos durante más de una abreacción autógena, procedimiento
de 3 sesiones consecutivas. que no debe emprenderse a menos que el pa-
11. Pacientes con glaucoma en los que el ciente y el terapeuta estén debidamente prepa-
control tonométrico de la presión intraocular rados para ello.
aumenta durante la primera semana de trata- 17. El primer ejercicio básico (fórmulas de
miento. peso) debe ser practicado con precaución
12. Pacientes con reacción psicótica involu- cuando el sujeto experimenta ansiedad o in-
tiva. quietud durante o inmediatamente después de
13. Sujetos que desarrollan reacciones pa- la práctica del ejercicio. Debe entonces efec-
ranoides severas, con delirio persecutorio o tuarlo bajo supervisión, y realizar ejercicios de
grandioso. La aparición ocasional de ideación muy corta duración (por ejemplo 1-2 minutos).
paranoide no ego-sintónica durante las prime- Si la reacción no desaparece en el plazo de dos
ras semanas de tratamiento no constituye con- semanas, el tratamiento debe ser interrumpido.
traindicación absoluta, a menos que progrese 18. Similares consideraciones deben apli-
hacia un franco delirio. carse a los casos en que aparecen reacciones
14. Reacciones disociativas no psicóticas, vasomotores y cardíacas exageradas y desagra-
como despersonalización, estados de amnesia, dables, tales como congestión facial, dolor to-
fuga o estupor histérico, sonambulismo, doble rácico, taquicardia, etc. Tanto en este caso co-
personalidad, etc. mo en el anterior, pueden aminorarse las reac-
III. Contraindicaciones relativas. Se trata ciones desagradables con el empleo de «fór-
de condiciones que requieren particular cuida- mulas reducidas», en las que se disminuye el
do en la aplicación del entrenamiento autógeno área anatómica por la fórmula (por ejemplo,
básico. Tales precauciones pueden incluir mo- «mi mano es pesada», etc.).
dificaciones de procedimiento, como por ejem- 19. El segundo ejercicio básico (fórmula de
plo evitar ciertas fórmulas básicas, o abando- calor) no debe practicarse cuando la tempera-
nar el tratamiento cuando aparecen ciertas re- tura ambiente es anormalmente alta.
acciones indeseables. 20. También existe contraindicación para el
15. La fórmula «de apoyo» preconizada por segundo ejercicio básico cuando aparecen re-
J.H. Schultz («estoy tranquilo» o «me siento acciones motoras exageradas, como por ejem-
en paz») no debe ser empleada en pacientes plo sensación de pulsación, opresión, edema,
con tendencia a reacciones de ansiedad, in- mareos, sensación de vacío en la cabeza, sínto-
quietud y descargas motoras durante los ejerci- mas iniciales de desmayo, etc. Como en el Ca-
cios. Particularmente, los pacientes con neu- so de las reacciones exageradas al primer ejer-

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cicio, pueden ensayarse las fórmulas reduci- torio (por ejemplo, asma bronquial, tubérculo-
das, y practicar numerosos ejercicios durante sis pulmonar, etc.).
muy cortos períodos de tiempo. 30. Sujetos que han practicado con anterio-
21. El tercer ejercicio básico (fórmula car- ridad métodos que incluyen control consciente
diaca) debe interrumpirse cuando aparecen ex- de las funciones respiratorias, encuentran par-
cesivas y desagradables descargas autógenas ticular dificultad en adoptar la actitud pasiva
relacionadas con el corazón, tales como dolor durante el cuarto ejercicio.
precordial, taquicardia, tensión, etc. 31. El quinto ejercicio básico (calor en el
22. El tercer ejercicio básico debe introdu- plexo solar) no debe ser aplicado en sujetos
cirse con sumo cuidado, y acompañado de una que no pueden localizar interoceptivamente su
relación psicoterapéutica positiva, en pacientes plexo solar. .
con alteraciones cardiacas funcionales (infarto- 32. La práctica del quinto ejercicio básico
fobia, astenia neurocirculatoria, neurosis car- debe ser interrumpida cuando el sujeto experi-
diaca, etc.). menta dolor en el área abdominal al iniciar el
23. En pacientes que han desarrollado exce- ejercicio. En estos casos, es aconsejable efec-
sivas reacciones vegetativas durante la práctica tuar examen orgánico detenido para eliminar la
del primer y segundo ejercicio básicos, el ter- posibilidad de enfermedad orgánica.
cer ejercicio debe ser pospuesto hasta un tiem- 33. La concentración en el plexo solar no
po de aplicación más tardío que el que normal- debe ser realizada por sujetos con lesiones del
mente le correspondería. aparato digestivo (úlcera péptica, carcinoma,
24. La práctica del tercer ejercicio debe condiciones hemorrágicas, gastritis hipertrófi-
también ser interrumpida cuando aparecen caí- ca, hipertensión portal, etc.).
das bruscas y marcadas de la presión arterial, 34. El quinto ejercicio básico debe ser evi-
en pacientes hipertensos, con sentimientos de tado en pacientes diabéticos que muestran dis-
incomodidad y angustia. minución exagerada de la tolerancia a la insu-
25. El tercer ejercicio debe ser omitido en lina, y episodios frecuentes de hipoglucemia
pacientes que siguen tratamiento con hemodiá- de comienzo brusco.
lisis. 35. El quinto ejercicio básico no debe prac-
26. El tercer ejercicio debe ser omitido por ticarse por pacientes que sufren de hiperinsuli-
pacientes que sufren de hipertiroidismo. nismo o de otras formas de hipoglucemia.
27. Se recomienda la no aplicación del ter- 36. La práctica del quinto ejercicio básico
cer ejercicio básico en niños menores de los 10 debe ser interrumpida en pacientes con angina
años. pectoris que experimentan sensaciones desa-
28. En niños mayores de 10 años, debe eva- gradables en el área precordial durante las pri-
luarse detenidamente su madurez intelectual y meras sesiones con este ejercicio.
su capacidad de adherirse a las instrucciones 37. El quinto ejercicio básico no debe ser
terapéuticas, antes de iniciar el tercer ejercicio practicado durante el embarazo, particular-
básico. Esto es debido a que, con relativa fre- mente durante los tres últimos meses del mis-
cuencia, niños y adolescentes tienden a experi- mo.
mentar con las fórmulas, intentando acelerar, 38. El quinto ejercicio básico no debe ser
disminuir, o de otra forma alterar el ritmo car- utilizado en niños sin la suficiente madurez in-
díaco idóneo, con posibles consecuencias de- telectual como para practicar la fórmula co-
sagradables. rrectamente, manteniendo adecuado contacto
29. El cuarto ejercicio básico (fórmula de la mental y sin experimentaciones inapropiadas.
respiración) debe ser introducido con sumo 39. El sexto ejercicio básico (frescor en la
cuidado, y después de haber desarrollado frente) debe ser interrumpido en sujetos que
maestría en los otros ejercicios, en pacientes consistentemente experimentan inicio o em-
con procesos patológicos del sistema respira- peoramiento de cefaleas durante o después de

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José Luis González de Rivera

este ejercicio. LUTHE, W.: Autogenic Therapy: Research


40. El sexto ejercicio básico debe ser intro- and Theory. Grune & Stratton, New York,
ducido con precaución en pacientes con lesio- 1970.
nes cerebrales. Aproximadamente la mitad de LUTHE, W., Jus. A., GEISSMANN, P.:
estos pacientes experimentan reacciones desa- Autogenic State and Autogenic Shift. Acta
gradables, que requieren la interrupción de es- Psychother. Psychosom. 11: 1-13, 1963.
ta fórmula. LUTHE, W.: The clinical significance of
41. El sexto ejercicio básico debe ser evita- various forms of autogenic discharges. Pro-
do en pacientes con epilepsia. ceedings, 3 World Congress of Psychiatry, vol.
3, pigs. 485-488, University of Toronto Press,
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