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LA NOVIA DEL MINERO

Madre, ya salen los mineros.


llegan los picadores,
pasan los rampleros
con los vagoneros
y los franqueadores.

Vienen sucios del carbón,


traen en la boca un cantar.
¿Por qué tan dulce emoción
siento yo en el corazón
cuando los veo pasar?

Me dicen por la mañana,


cuando van para la mina,
que tengo labios de grana,
que soy pequeña y galana
lo mismo que la Santina.

Que mis ojos son luceros


con fulgor de amanecer,
pícaros y jaraneros,
donde ellos, placenteros,
siempre me quisieran ver.
Que soy una linda rosa,
mezcla de clavel y azahar,
que soy la más primorosa
la más alegre y hermosa
de las mozas del lugar.

Que mi carne es azucena


de la quintana bendita
y que estoy de encantos llena.
Que soy graciosa y soy buena
como la que está en la ermita.

Y uno de ellos, buen minero,


me dijo un día con ardor:
-Tú me gustas y te quiero,
si ahora soy un ramplero,
¡Pronto seré picador!

Había fuego en su mirada,


y en su palabra, alegría;
me puse ruborizada,
y si le escuché encantada,
¿fue pecado, madre mía?

Si pequé no me arrepiento
de este bendito pecar.
Quiero cantar mi contento
por este gozo que siento.
¡Hoy ya sé lo que es amar!
Madre, ¿qué te ha sucedido?
¿por qué sientes tal dolor?
El es fuerte y decidido,
y ya dijo convencido:
¡Pronto seré picador!

Para entonces uniremos


ante Dios nuestros amores.
Siempre felices seremos
porque mucho nos queremos,
pero...¡madre mía, no llores!

El también te ha de querer
como yo te quiero a ti.
Deja ya de padecer,
sino no me vas a perder,
¡nos tendrás a él y a mí!

Llena de sol y de flores


tendremos una casita
donde pájaros cantores
quiten de ella los dolores
y será blanca y chiquita,

nuestra vivienda, que tiene


por vecina una panera
que en columnas se sostiene.
¡Mírale, madre, ya viene!
¡Ya baja por la escombrera!

Alegre llega y contento


entonando una canción,
escucha:”aquel juramento
no se lo ha llevado el viento,
firme está en mi corazón”

La Primavera repica
de alegría por nuestro amor,
pues en querer ya soy rica.
Baja en la mano una pica.
¡Mira, madre!¡Es picador!

Ya bajan los mineros,


pasan los picadores,
llegan los rampleros
con los vagoneros
y los franqueadores.

También viene quien mañana


a la mía unirá su vida,
y entre frescor de fontana
y perfumes de manzana
con él iré siempre unida

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