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LA INFANTINA DEL TEATRO

La infantina
que tiene voz cristalina
y ojos de agua salada,
la musa de los juglares
que llaman la bien amada
en amorosos cantares.
La de infantil corazón,
la que al reírse amanece,
y cuando llora oscurece
en su reino de emoción.
La infantina,
es una mujer divina
a quien las fadas fadaron
y dieron ruecas de oro,
por quien los nidos cantaron
en un armoniosos coro.
La que es bella entre las bellas,
y en las noches silenciosas,
cuando se duermen las rosas,
le repican las estrellas.
La infantina,
la de mano chiquitina,
en la que no cabe un beso,
y risa cascabelera
que corre con embeleso
tras de una infantil quimera.
La infanta todo candor,
la que no conoce el mal,
la que sabe que es mortal
el primer beso de amor.
La infantina,
la que entre flores camina
siguiendo blanco sendero
que alumbra radiante sol
ama a un joven bandolero
que es estudiante español.
Le quiere la niña blanca
aun siendo infanta y princesa.
¡Paisano de Santa Teresa!
¡Bachiller por Salamanca!

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