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Capiruro IIT NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA SUSAN ISAACS I. Métodos de estudio a) Métodos de observacién. b) El método del psicoandlisis; situacién transjerencial; la vida mental antes de los dos aitos, I. Naturaleze y funcién de la fantasfa Usos comunes del término “Fantasia”; la fantasia como contenido primario de fos procesos mentales inconscientes; alucinacién e introyeccién primaria; dificultades en el desarrollo temprano que surgen de la fantasia; fantasias y palabras; jantasias ¥, experiencia sensorial; la relacién de la fantasia temprana con los procesos prima- rios; instinto, fantasia y mecanismo; fantastas, imdgenes mnémicas y realidad, INTRODUCCION Una Revist6n de las contribuciones a la teorfa psicoanalitica mostraria que el término “fantasia” fue usado en diversos sentidos en las distintas épocas y por los diferentes autores. Su aplicacién comin se ha ampliado consi- derablemente respecto a sus primeras acepciones, Hasta hoy dicha ampliacién ha permanecido implicita en gran parte, Ya es hora de considerar mas explicitamente el significado y la definicién de Ja palabra (Ver Nota N? 1, p. 110). Cuando el significado de un término téenico se amplia de esta manera, deliberada o insensiblemente, suelen exigirlo fundadamente los hechos y las formulaciones teéricas!, Es necesario observar mas intimamente las + En una contribucién a la British Peycho-Analytic Society en 1943, el doctor Emest_ Jones comentaba respecto a esta extensién del significado de Ia palabra fante. sia: “Recuerdo wna situacién similar existente hace algunos afios acerea’ de 1a palabra sexualidad. Los eriticos se quejaban de que Freud cambiaba el significado de esta palabra y el mismo Frend estuvo de acuerdo en dos ocasiones; pero yo siempre Protesté que no hab{a modificado a significaciin de la palabra, sino ampliado el concepto, dndole un mayor contenido para hacerlo més comprensivo, Este proceso 70 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS relaciones entre los hechos y aclarar nuestros pensamientos sobre las mis- mas. Dedicamos este capitulo principalmente a la definicién del término “fantasia”; es decir a la descripcién de las series de hechos que el uso del término nos ayuda a identificar, a organizar y a relacionar con otras series significativas de hechos. La mayor parte de lo que sigue consistira en el estudio més cuidadoso de las relaciones entre diferentes procesos mentales. Con el progreso de la labor psicoanalitica, en particular del andlisis de nifios pequefios, y el desarrollo de nuestro conocimiento de las elapas tem- pranas de Ja vida mental, las relaciones que percibimos entre los primeros procesos mentales y los ulteriores tipos de funcionamiento mental mas espe- cializados cominmente denominados “fantasias”, condujeron a muchos de nosotros a ampliar la connotacién de este término en el sentido que expon- dremos. (En muchos de los escritos del mismo Freud, incluso en una dis- cusién sobre la fantasia inconsciente, se manifiesta ya la tendencia a am- pliar el significado del término.) En necesario demostrar que algunos fenémenos mentales descritos por diversos autores, en general independientemente del término “fantasia”, implican en realidad la actividad de fantasias inconscientes. Vinculando estos fenémenos con las fantasias inconscientes a las que estan ligados, se comprenden mejor sus verdaderas relaciones con otros procesos mentales y se aprecian su funcién y gran importancia en la vida mental. No nos proponemos presentar en este capitulo ningin contenido par- ticular de la fantasia, sino considerar la naturaleza y funcién de la misma como un todo y su papel en Ia vida mental. Con fines ilustrativos usaremos ejemplos reales de fantasias, pero no pretendemos que agoten el tema ni que se hayan elegido sistematicamente. Es verdad que las evidencias mis- mas que establecen la existencia de fantasias desde las edades més tempra- nas, nos proporcionan ciertos indicios sobre su cardcter especifico; pero aceptar las pruebas generales de la actividad de la fantasia desde el naci- miento, y su papel en la vida mental considerada en su totalidad, no sig. nifica admitir automéaticamente ningin contenido de fantasias particular para una edad determinada. En capitulos posteriores consideraremos con cierta extensién la relacién del contenido con la edad. Este capitulo busca allanar el camino, mediante consideraciones generales, Comprender Ia naturaleza y funcién de la fantasia en la vida mental implica estudiar las primeras fases del desarrollo mental, es decir, las co- rrespondientes a los tres primeros afios, A veces se ha expresado cierto escepticismo acerca de la posibilidad de conocer la vida psiquica de los primeros afios, aparte de la observacién del transcurso y desarrollo de la conducta. En realidad estamos lejos de necesitar apoyarnos en hipdtesis infundadas o simples conjeturas, aim respecto al primer afio de vida. Cuando consideramos todas las observaciones sobre la conducta a la luz parece inevitable en Ia investigacién psicoanalitica, ya que numerosas concepciones. como por ejemplo la de la conciencia, usadas previamente sélo en su sentido cons. ciente, debieron ser ampliadas cuando se le agregé su significado inconsciente”. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA 7m del conocimiento analitico obtenido del estudio de adultos y de nifios de més de dos afios, relaciondndolas con principios analiticos, llegamos a nu- merosas hipétesis que implican un alto grado de probabilidad y alguna certidumbre respecto a los primeros procesos mentales, Nuestras concepciones sobre la fantasia en esos primeros afios se ba- san casi totalmente en inferencias, pero lo mismo sucede respecto a cual- quier edad. Las fantasias inconscientes son siempre inferidas nunca obser- vadas como tales; en realidad toda la técnica psicoanalitica se basa amplia- mente en inferencias, Como se ha sefialado con frecuencia, el paciente adulto tampoco nos refiere directamente sus fantasias inconscientes, ni sus resistencias preconscientes. A menudo observamos muy directamente emo- ciones y actitudes que el mismo paciente ignora; éstos y muchos otros datos de observacién (como los mencionados en las pags. 98-102) nos per- miten y obligan a inferir la actividad de tales o cuales resistencias o fan- tasias. Esto es verdad tanto en los nifios pequefios como en los adultos. Hasta ahora los datos a considerar pertenecen a tres categorias prin- cipales y las conclusiones que plantearemos estén basadas en la convergencia de estas Iineas de evidencia. a) Consideraciones sobre las relaciones entre ciertos hechos y teorias establecidos, muchos de los cuales, hechos y teorias, aunque familiares al pensamiento psicoanalitico, fueron estudiados hasta ahora de manera rela- tivamente aislada. Cuando se las examina con detenimiento, estas relaciones exigen los postulados que expresaremos més adelante, y gracias a estos postulados se logra una mejor integracién y una comprension més adecua- ‘da de las mismas. b) Pruebas clinicas obtenidas por los analistas en el anélisis de adul- tos y nifios de todas las edades. ¢) Datos de observacién (observaciones no analiticas y estudios ex: perimentales) de bebés y nifios pequefios obtenidos por los distintos medios a disposicién de la ciencia del desarrollo infantil. I. METODOS DE ESTUDIO a) METODOs DE OBSERVACION Antes de considerar nuestra tesis principal ser util revisar breve- mente algunos principios metodolégicos fundamentales que nos proporcio- nan el material para las conclusiones sobre la naturaleza y funcién de la fantasia y que estén ejemplificados en los estudios clinicos (psicoanali- ticos) y en muchas de las investigaciones recientes mas fructiferas sobre el desarrollo de la conducta. En los iiltimos afios se elaboraron distintas técnicas para el estudio de aspectos particulares del desarrollo infantil. Es notable que las obser- vaciones sobre el desarrollo de la personalidad y de las relaciones sociales, especialmente las encaminadas a comprender las motivaciones y procesos 72 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS mentales, conceden generalmente mayor atencién a ciertos principios me- todologicos, que shora discutiremos. Estos principios, que la enlazan {ntimamente con los estudios clinicos, constituyendo asi un valioso vinculo entre los métodos de observacién y la técnica analitica, son: a) conside- racién de los detalles; b) observacién del contexto; c) estudio de la continuidad genética. a) Todas las contribuciones serias a la psicologia infantil en los dlti- mos afios, pueden considerarse ejemplos de la mayor conciencia de la necesidad de considerar los detalles precisos de la conducta del niiio, cual- quiera que sea el campo de investigacién considerado: emocional, social, intelectual, locomotor o de habilidad manual, perceptual y lingiiistico. Tus- tran este principio las investigaciones de Gesell (1928-40), Shirley (1933). Bayley (1986) y muchos otros, sobre desarrollo mental temprano, asi como también las experiencias y observaciones acerca del desarrollo social, © las investigaciones sobre la conducta infantil de D. W. Winnicott (1941) y de M. N. Middlemore (1941). (Ver Nota N° 2, p. 110). Por ejemplo, los estudios de Middlemore sobre la conducta del nifio respecto a la mamada, demostraron cudn variadas y complejas son ain las primeras reacciones cuando se las observa y compara en detalle y cudn intimamente influyen las experiencias del nifio —por ejemplo, la manera de manipularlo y ama- mantarlo— sobre los sentimientos y fantasias siguientes y sus procesos mentales en general. La mayoria de los progresos en las téenicas experimental y de obser- vacién han surgido de las modificaciones ideadas para facilitar la observa- cin y registro precisos de los detalles de la conducta. Mas adelante nos referiremos a la gran importancia de este principio en la tarea psicoanali- tica y al modo en que nos ayuda a discernir el contenido de las fantasias tempranas, b) El principio de observar y registrar el contexto de los datos obser- vados es de la mayor importancia, ya se trate de un caso tipo particular de conducta social, de ejemplos particulares de juego, preguntas formuladas por el nifio, estadios en el desarrollo del lenguaje, sean cuales fueren los datos, Por “contexto” entendemos no simplemente los primeros y dltimos ejemplos del mismo tipo de conducta, sino la totalidad del medio en que Ja misma se desarrolla, en su situacién social y emocional. Por ejemplo, en relacién con la fantasia, tenemos que observar cuando el nifio dice esto o aquéllo, juega a éste o aquel juego, practica éste o aquel ritual, adquiere o pierde ésta o aquella habilidad, exige o rehiisa una gratificacin deter- minada, muestra signos de ansiedad, malestar, triunfo, alegria, afecto wu otras emociones; quién esté presente —o ausente— en esa oportunidad, cual es su actitud emocional general o su sentimiento inmediato hacia estos adultos o compafieros de juego, qué pérdidas, esfucrzos, satisfaccio- nes, han sido experienciados recientemente o se espera, y asi sucesivamente. La importancia de este principio de estudiar el contexto psicolégico de datos particulares de la vida psiquica, es valorada cada vex mds entre los NATURALEZA Y FUNCIGN DE LA FANTAS{A 73 estudiosos de la conducta infantil, cualquiera que sea el proceso mental o la funcién de la conducta investigados. Pueden darse numerosos ejemplos: el estudio de las rabietas de Florence Goodenough, de las bases innatas del temor de C. W. Valentine, del desarrollo del lenguaje en la infancia de M. M. Lewis, del desarrollo de la simpatia en los nifios pequefios de L. D. Murphy (Ver Nota N° 2, p. 110). Especialmente el trabajo de Murphy demostré cudn indispensable es este principio en el estudio de las relaciones sociales y cudnto mas fruc- tifero resulta ser que cualquier tratamiento puramente cuantitativo o esta- distico de tipos de conducta o rasgos de la personalidad, hecho sin refe- rencia al contexto. La observacién de Freud del juego de un nifio de dieciocho meses de edad constituye un ejemplo notable de como la consideracién de los deta- les precisos en su contexto total, puede revelar el significado de un frag- mento de conducta en la vida psiquica interna de un nifio. Este nifio era normal, de desarrollo intelectual adecuado a su edad y de conducta gene- ralmente buena. Freud escribe: “No molestaba a sus padres durante la noche; obedecfa escrupulosamente las érdenes de no tocar ciertos objetos y no entrar en determinados cuartos y, sobre todo, nunca gritaba cuando su madre salia, abandondndolo durante horas, aunque estaba muy estre- chamente unido a ella, quien no sélo lo habia alimentado por si misma, sino también criado y educado sin ayuda de nadie. Sin embargo, ocasio- nalmente, este nifio bien educado revelaba el hdbito molesto de arrojar al rincén del cuarto o debajo de la cama todas las cosas pequefias sobre las que podia echar mano, por Jo que no solia ser tarea facil recoger sus jugue- tes. Acompafiaba esto con una expresién de interés y satisfaccién, emi- tiendo un “o-0-o-oh” fuerte y prolongado, que a juicio de la madre (coin- cidente con el mio) no era una interjeccién sino que significaba “se fue” (fort). Vi al fin que esto constituia un juego y que el nifio empleaba todos sus juguetes para jugar con ellos a “se fue” (fortsein). Un dia hice una observacién que confirmé mi hipétesis. El nifio tenia un carretel de ma- dera con una cuerda arrollada... lo arrojaba repetidamente con considera- ble habilidad, sosteniéndolo por el hilo, por encima del costado de su cuna, de modo que el carretel desaparecia dentro de la misma; Inego emi- tia su significativo “o-0-o-oh” y lo recogia por el hilo, sacdndolo de la cama y festejando su reaparicién con un regocijado Da (alli). Desapari- cién y reaparicién constituian todo el juego, siendo el primer acto el finico observado generalmente por los especladores y que el nifio repetia incansablemente para su propia satisfaccién, aunque sin duda el mayor placer lo obtenia del segundo acto. “Por lo tanto no habia que buscar muy lejos el significado del juego; se relacionaba con una gran adquisicién cultural del nifio —la renuncia a la satisfaccién de un instinto— como resultado de la cual podia dejar salir a su madre, sin alborotar. Por asi decirlo, compensaba su abandono, haciendo desaparecer y aparecer los objetos él mismo a su alcance” (1922) 2. ® Mas allé del principio del placer (1920), Obras Completas, tomo II. 74 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS Mas tarde, Freud observé también un detalle adicional en la con- ducta del nifio: “Un dia que la madre habia salido durante algunas horas, fue saludada a su regreso con un “Nene 0-0-0-oh” que al principio le resulté incomprensible. No tardé en demostrarse que durante sus largas horas de soledad habia encontrado un método de lograr su propia desapa- ricién, Habia descubierto su imagen en un gran espejo que llegaba casi hasta el suelo, y agachése entonces frente a él hasta que la imagen “se fue” (fort). La observacién de este detalle, de los sonidos con que el nifio festejaba el retorno de su madre, atrajo la atencién sobre un hecho aparentemente desconectado: su deleite al provocar la aparicién y desaparicién de la pro- pia imagen en el-espejo, constituyendo esto la prueba confirmatoria de su triunfo en el control de los sentimientos de pérdida en el juego, como consuelo por la ausencia de la madre. Freud también relacioné este juego del carretel con otros hechos mas alejados, vinculacién que habria escapado a muchos observadores, tales como la relacién general del nifio con su madre, su afecto y obediencia, su capacidad de refrenarse para no molestarla y de permitirle ausentarse du- rante horas sin quejarse ni protestar. Freud comprendié asi gran parte del significado del juego del nifio, para su vida social y emocional, conclu- yendo que su deleite al tirar objetos, para recogerlos luego, provenia de la satisfaccién fantaseada de controlar las idas y venidas de su madre. Sobre esta base podia tolerar su abandono real y seguir carifioso y obediente. EI principio de observar el contexto, como el de considerar los detalles, es un elemento esencial en la técnica psicoanalitica, ya se trate de adultos © nifios, ec) El tercer principio fundamental *, de importancia tanto en los estudios de observacién como analiticos, es el de continuidad genética. La experiencia ya ha demostrado que a través de cada aspecto del des- arrollo mental (no menos que del fisico), sea el de la postura, locomocién o habilidad manual, percepcidn, imaginacién, lenguaje o légica primitiva, cualquier fase se desarrolla gradualmente a partir de anteriores, de una manera que puede averiguarse tanto en sus configuraciones generales como en sus detalles especificos, Esta verdad general ya establecida, sirve de indice y guia para observaciones ulteriores. Todos los estudios sobre las fases del desarrollo (como los de Gesell y Shirley) descansan en este principio. Ello no significa que el desarrollo sea siempre uniforme. En el creci- miento hay crisis definidas, integraciones, que por su naturaleza traen cambios radicales para la experiencia y realizacién futuras. Por ejemplo: aprender a caminar es una de tales crisis; pero por dramética que sea, dados los cambios que introducen en el mundo del nifio, el caminar de verdad no es sino la fase final de una larga serie de coordinaciones en * Ver capitulo II, pag. 49. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA vo} desarrollo, Aprender a hablar es otra de dichas crisis; pero de nuevo, preparada y anunciada en todo detalle antes de su realizacién. Esto es tan cierto que la definicién qué es hablar es puramente convencional. Por lo comin se toma como norma el uso de dos palabras, una norma arbitraria, til para propésitos de comparacién, pero siempre que no nos haga olvidar la continuidad del curso del desarrollo. Como se ha demostrado a menudo, el desarrollo del habla comienza con los sonidos del nifio en las primeras semanas de vida, cuando est hambriento o se alimenta; y por otra parte, los cambios producidos después del dominio de las primeras palabras son tan continuos y tan variados y complejos, como los ocurridos antes de este momento. Un aspecto del desarrollo del lenguaje relacionado especialmente con estos problemas es que la comprensién de las palabras antecede en mucho @ su uso. Varia mucho de un nifio a otro el lapso en que sin usar ninguna palabra por si mismos, demuestran entender gran parte de lo que se les dice o se habla en su presencia. En algunos nifios muy inteligentes, el inter- valo entre comprensién y uso de las palabras puede extenderse hasta un afio, Por lo general, esta distancia temporal entre comprensién y uso se encuentra a través de toda la nifiez, También muchos otros procesos inte- lectuales se expresan en accién mucho antes de que puedan expresarse en palabras (Ver Nota N? 2, p. 110), En los estudios acerca del desarrollo del lenguaje de M. M. Lewis se encuentran ejemplos de pensamiento rudimentario emergiendo en acciones y palabras durante el segundo afio de vida. Los estudios experimentales del desarrollo del pensamiento légico, efectuados por Hazlitt y otros, mues- tran el mismo principio en accién en afios posteriores (Ver Nota N® 2, p. 110). Este hecho general de la continuidad genética y sus ejemplos particu. ares en el desarrollo del lenguaje, tienen relacién especifica con un im- portante problema: Estan activas las fantasias en el nifio cuando los im- pulsos pertinentes dominan por primera vez su conducta y su experiencia, © sélo es asi retrospectivamente, més tarde, cuando puede expresar su experiencia en palabras? Las pruebas sugieren claramente que las fan- tasias estén activas al mismo tiempo que los impulsos que las originan ®. La continuidad genética caracteriza asi todos los aspectos del desarro- Ilo, en todas las edades. No hay razén para dudar que es vélida para la fantasia tanto como para la conducta manifiesta y el pensamiento légico. éNo es verdad que una de las mayores realizaciones del psicoandlisis es haber demostrado que el desarrollo de la vida instintiva, por ejemplo, tiene una continuidad nunca comprendida antes de la obra de Freud? La esencia de la teoria freudiana de la sexualidad yace justamente en este hecho de la continuidad detallada del desarrollo. Probablemente ningiin psicoanalista cuestionaria este principio en abs- tracto, pero no siempre se aprecia que es mucho més que esto. El princi- 8 Este problema esta ligado al de la regresién, que se examina en el articulo V. 76 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS pio establecido de la continuidad genética es un instrumento concreto de conocimiento. Nos impone no aceptar ningiin hecho particular de la conduc- ta o de los procesos mentales como sui generis, ya hecho, 0 surgiendo brus- camente, sino considerarlos como partes de una serie evolutiva. Buscamos rastrearlos a través de las fases més tempranas y rudimentarias hasta llegar a sus raices; en forma similar debemos considerar los hechos como mani- festaciones de un proceso de crecimiento, que debe ser seguido hacia ade- lante hasta formas ulteriores y mas desarrolladas. No sélo se necesita es- tudiar la bellota para comprender el roble, sino también conocer lo rela- tivo al roble para comprender la bellota (Ver Nota N° 2, p. 110). 6) Et méropo DEL PsicoANALisis Estos tres medios de obtener pruebas de procesos mentales por la observacién de la conducta —registrar el contexto, observar los detalles y enfocar cualquier hecho particular como parte de un proceso evolutivo— son aspectos esenciales de la labor psicoanalitica y tienen en ella su m ximo ejemplo. Verdaderamente son su aliento vital. Sirven para elucidar Ja naturaleza y funcién de la fantasia, asi como de otros fenémenos mentales. La observacién de los detalles y del contexto estan tan intimamente unidos en la tarea analitica, que pueden ser tratados brevemente en con- junto. Con los enfermos adultos, como con los nifios, el analista no sola- ‘mente escucha todos los detalles del contenido real de las observaciones y asociaciones del enfermo —incluyendo tanto lo que no dice como lo que dice—, sino también observa donde pone énfasis y si éste parece ade- cuado. La repeticién de lo que ya ha sido relatado o comentado, en su contexto afectivo y asociativo inmediato; los cambios que se introducen en el relato que el enfermo hace de los acontecimientos de su vida mas temprana y en el cuadro que presenta de las personas de su medio a medida que avanza cl tratamiento; las modificaciones en Ja manera de referirse a Jas circunstancias y a las personas (incluyendo los nombres que les da) en las diversas ocasiones, todo sirve para indicar el cardcter y actividad de las fantasias que actitian en su mente. Igualmente las particularidades del lenguaje o de las frases 0 formas de descripeién, metéforas y estilo verbal en general. Otros datos son la seleccién efectuada por el enfermo entre los hechos de un incidente total, y sus negaciones (por ejemplo de cosas que dijo anteriormente, de estados mentales que serian adecuados al conte- nido de lo que dice, de objetos vistos o de incidentes ocurridos en el con- sultorio analitico, de hechos de su propia vida que pueden deducirse con seguridad de los demas contenidos conocidos de su vida o antecedentes familiares, de datos conocidos por el enfermo sobre el analista o los suce- sos piblicos como guerra o bombardeos). El analista observa los modales y conducta del enfermo al entrar o salir del cuarto, al saludar al analista © despedirse de él, y mientras se halla en el divin, incluyendo todos los detalles de sus gestos y tonos de voz, ritmo del lenguaje y sus variaciones, habitos tipicos 0 cambios particulares en el modo de expresién, alteracio- NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTASIA 7 nes de humor, todo signo de afecto o de negacién de afecto, en su natura leza e intensidad particulares y en su contexto asociativo preciso. Estos y muchos otros detalles andlogos, tomados como contexto para los suefios y asociaciones del enfermo, ayudan a revelar sus fantasias inconscientes (entre otros hechos mentales). Gradualmente se aclara la situacién parti- cular de la vida interna actual del enfermo y la relacién de su problema in- mediato con situaciones més tempranas y experiencias reales de su vida. El tercer principio, el de la continuidad genética, es inherente al enfoque global y a la labor de momento a momento del psicoanilisis. El deseubrimiento de Freud de las fases sucesivas del desarrollo libi- dinal y la continuidad de las distintas manifestaciones de los deseos sexua- les desde la infancia a la madurez, no sdlo se confirmé plenamente con cada enfermo analizado, sino que como en el caso de toda generalizacién legi- tima de hechos observados, demostré ser un instrumento confiable para la mayor comprensién de nuevos datos. Las observaciones en el campo analitico del desarrollo de la fantasia y del interjuego continuo y en evolucién de realidad psiquica y conoci- mientos del mundo externo, estén completamente de acuerdo con los datos y generalizaciones sobre el desarrollo, a los que se legs en otros campos, tales como habilidades corporales, percepciones, lenguaje y pensamiento légico. Con el desarrollo de la fantasia, asi como con los hechos externos de la conducta, debemos considerar toda manifestacién en cada momento y en cada situacién como miembro de una serie evolutiva, cuyos comienzos rudimentarios pueden rastrearse hacia atrés y cuyas formas ulteriores, mas maduras, pueden seguirse hacia adelante. En la mente del analista siem- pre est4 presente el reconocimiento de la manera en que el contenido y la forma de la fantasia en cada momento dado, estan ligadas a las fases suce- sivas del desarrollo instintivo, y el reconocimiento del desarrollo del yo. Aclarar esto al paciente (en detalles concretos) es inherente a la tarea analitica, Fue por la consideracién de los detalles y el contexto de los modales y lenguaje del enfermo tanto como de sus suefios y asociaciones como Freud descubrié los impulsos instintivos fundamentales de la vida mental y los variados procesos —los Ilamados “mecanismos mentales”— por medio de los cuales los impulsos y sentimientos se controlan y expresan, se man- tiene el equilibrio interno y se logra la adaptacién al mundo exterior. Estos “mecanismos” son de muy distinto tipo y muchos de ellos fueron atenta- mente estudiados. Para las autoras todos estos variados mecanismos se hallan en intima relacién con tipos particulares de fantasia y en una seccién posterior se investigara el cardcter de esta relacién. Los descubrimientos de Freud fueron hechos casi exclusivamente a partir de andlisis de adultos, complementados con algunas observaciones en niftos. Melanie Klein, en su trabajo analitico directo con nifios de dos y mis ajfios, desarrollé todos los recursos de la técnica analitica, estudiando el juego con juguetes, sus representaciones y actividades corporales hacia el analista, y tanto como sus palabras sobre lo que hacian y sentian y 78 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS sobre lo que les habia sucedido en Ja vida exterior. Los juegos con juguetes y los de representacién de los nifios pequeiios ejemplifican los diversos procesos mentales (y por lo tanto, como veremos, las fantasias) observa- dos primero por Freud en la vida onirica de los adultos y en sus sintomas neuréticos. En la relacién del nifio con el analista, como en la del adulto, las fantasfas originadas en las primeras situaciones de la vida se repiten y se actiian de la manera més clara y dramética, con riqueza de vividos detalles. Sitwacién transferencial Es especialmente en la relacién emocional del paciente con el analista donde el estudio del contexto de los detalles y de la continuidad del des- arrollo demuestra cuan fructifero es para comprender la fantasia. Como es sabido, Freud descubrié muy pronto que los pacientes repiten con su ana- lista situaciones de afecto e impulso y proceso mentales en general, que experimentaron anteriormente en sus relaciones con las personas en su vida externa y en su historia personal, Todo analista confirma que el enfermo le transfiere deseos tempranos, impulsos agresivos, temores y otras emociones. La personalidad, las actitudes e intenciones y atin las caracteristicas externas y sexo del analista, tal cual las ve y siente la mente del paciente, cambian de dia en dia (incluso de un momento a otro) segiin los cambios en la vida interna del paciente (ya sean éstos causados por los comenta- rios del analista o por sucesos externos). Es decir que Ja relacién del pa- ciente con su analisia.es casi por entero una relacién de fantasia incons- ciente. El fenémeno de la “transferencia” en su totalidad no sélo es una prueba de la existencia y actividad de la fantasia en todo paciente, sea nifio © adulto, enfermo o sano, sino que observados en detalle también sus cam- bios nos permiten descifrar el caracter particular de las fantasfas en acti- vidad en situaciones particulares y su influencia sobre otros procesos men- tales, La “transferencia” ha resultado el instrumento principal para cono- cer lo que estd sucediendo en la mente del paciente, como también para descubrir y reconstruir su historia temprana; el develar las fantasias trans- ferenciales y rastrear su relacién con las primeras experiencias y las situa- ciones actuales constituyen el medio principal de “curacién”. La repeticién de las situaciones tempranas y su acting out en la transferencia nos remontan a situaciones muy anteriores a los primeros recuerdos conscientes; el paciente (nifio o adulto) nos muestra con fre- cuencia, con los detalles mas vividos y dramaticos, sentimientos, impulsos y actitudes apropiados no sélo a las situaciones de Ia nifiez, sino también a las de los primeros meses de la infancia. En sus fantasias con el analis- ta, el enfermo esta de regreso en sus primeros dias, y estudiar estas fan- tasfas en su contexto y comprenderlas en detalle es obtener un conocimiento solido de lo que sucedié en realidad en su mente cuando era un nifio pequefio. NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 79. Vida mental antes de los dos atios Por lo tanto, para comprender la fantasia y otros procesos mentales, en nifios desde los dos afios en adelante, poseemos no sélo el testimonio de Ja conducta observada en la vida diaria sino también todos los recursos del método analitico usados directamente. Cuando tratamos con nifios menores de dos afios, nos valemos de algu- nos instrumentos probados para estudiar sus reacciones a los estimulos, sus actividades espontaneas, sus manifestaciones de afecto, juego con personas y juguetes y todos los variados aspectos de su conducta. En primer lugar, aquellos principios de observacién ya sefialados, el valor de observar el contexto, registrar los detalles con precisién y de considerar los datos obser- vados en cualquier momento como miembros de una serie que puede ser ras- treada hacia atrés hasta sus comienzos rudimentarios y hacia adelante hasta sus formas més maduras. En segundo lugar el insight adquirido con la experiencia analitica directa en los procesos mentales expresados claramente en tipos similares de conducta (que siguen a estas formas tempranas) en nifios mayores de dos afios, y, sobre todo, las pruebas suministradas por la repeticién de situaciones, emociones, actitudes y fantasias en la “transfe- rencia”, durante el andlisis de nifios mayores y de adultos. Usando estos distintos instrumentos resulta posible formular algunas hipétesis sobre las principales fases de la fantasia y del aprendizaje, del desarrollo mental en general, a los que puede acreditarse un considerable grado de probabilidad. Existen lagunas en nuestra comprensién y pueden tardar mucho en ser suprimidas, dada la naturaleza del caso. Tampoco nuestras inferencias son tan seguras como las relativas al desarrollo ul- terior. Pero mucho se ha aclarado ya y mucho més que sélo espera obser- vaciones més detalladas o una correlacién mas asidua de los hechos obser- vables, para alcanzar un alto grado de comprensién. I. NATURALEZA Y FUNCIGN DE LA FANTASIA Volvamos ahora a nuestra tesis principal: Como hemos dicho, el significado actual del concepto de fantasia debe discutirse sobre la base de la convergencia de estos distintos tipos de pruebas. Una consideracién de todos estos tipos de hechos y teorias exige la revisién de las aplicaciones del término. Usos habituales del iérmino “fantasia” En los trabajos psicoanaliticos el término se ha referido a veces (de acuerdo con el lenguaje diario) solo a “fantasias” conscientes de la indole 80 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS de los ensuefios diurnos. Pero los descubrimientos de Freud pronto lo condujeron a reconocer la existencia de fantasias inconscientes. Esta re- ferencia del término es indispensable. Los traductores ingleses de Freud adoptaron una ortografia especial para la palabra “fantasia” con ph (phan- tasy), a fin de diferenciar el significado psicoanalitico del término, es decir, fantasias entera o predominantemente inconscientes, del término po- pular “fantasia” (fantasy) que significa ensuefios diurnos conscientes, fic- ciones, ete. El término psicoanalitico “fantasia” (phantasy), significa en esencia contenido mental inconsciente, que puede hacerse consciente o no. Este significado del término adquirié creciente importancia, particu larmente a consecuencia del trabajo de Melanie Klein sobre los primeros estadios del desarrollo. La palabra “fantasia” se usé también para sefialar un contraste con “realidad”, tomandose este iiltimo término como idéntico a hechos “exter- nos”, “materiales” u “objetivos”. Pero cuando se denomina a la realidad externa, realidad “objetiva”, se hace una presuncién implicita que niega a la realidad psiquica su propia objetividad como hecho mental. Algunos psicoanalistas tienden a oponer “fantasia” a “realidad”, en una forma que subestima la importancia dindmica de la fantasia. Un uso asociado a éste es considerar a la “fantasia” como algo “meramente” o “solamente” ima- ginado, como algo irreal, en contraste con lo que es real, con lo que a uno le sucede. Esta actitud tiende a la desvalorizacién de la realidad psiquica y del significado de los procesos mentales como tales * EI psicoanilisis demostré que Ia cualidad de ser “simplemente” o “solamente” imaginado no es el criterio mds importante para la compren- sién de la mente humana. Cuando y en qué condiciones la “realidad psi- quica” armoniza con la realidad exterior es sélo una parte especial del problema total de la comprensién de la vida mental en su totalidad, una parte muy importante en verdad, pero “sélo” una parte. Luego discuti- remos esto mas en detalle. El descubrimiento de Freud de la realidad psiquica dindmica inicid una nueva época en la comprensién psicolégica. Freud demostré que el mundo interno de la mente tiene una continua realidad viviente propia, con sus propias leyes y caracteristicas dindmicas, distintas de las del mundo externo. A fin de comprender al suefio y al sofiador, su historia psicolégica, sintomas neuréticos o intereses normales y cardcter, tenemos que abandonar ese prejuicio en favor de la realidad 4 “El caracter mds singular de los procesos inconscientes (reprimidos), cardcter al que sélo con gran esfuerzo se acostumbra el investigador, consiste en que la realidad mental queda equiparada en ellos a la realidad exterior, y el mero deseo, al suceso que lo cumple... Pero habremos de guardarnos muy bien de aplicar a los productos ps{quicos reprimidos la valoracién de la realidad y no conceder beligerancia alguna a las fantasfas, en cuanto a la produccién de sintomas, por no tratarse de realidades, como igualmente buscar un origen distinto al sentimiento de culpabilidad, por no encontrar un delito real que lo justifique.” (Freud: Los dos principios del suceder psiquico. Obras Completas, tomo XIV, pag. 204, 1911.) NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 81 exterior y de nuestra orientacién consciente hacia ella, esa subestimacién de la realidad interna, que es la actitud del yo en la vida cotidiana comin actual ©, Otro punto de importancia para nuestra tesis general es que la fan- tasia inconsciente estd en plena actividad en Ja mente normal, no menos que en la neurética. Parece suponerse a veces que la realidad psiquica (es decir, la fantasia inconsciente) es de importancia primordial sélo en el “neurético”, y que en las personas “normales” su significacién se reduce hasta desvanecerse., Esta opinién no esta de acuerdo con los hechos que se observan en la conducta de la gente comin en la vida diaria, o a través de la labor psicoanalitica, especialmente en la transferencia. La diferencia entre lo normal y lo anormal reside en la forma cémo se tratan las fanta- sias inconscientes, los procesos mentales particulares por medio de los cuales son elaboradas y modificadas, y el grado de gratificacién directa o indirecta en el mundo real y la adaptacién al mismo, que esos mecanismos preferidos permiten. La fantasia como contenido primario de los procesos mentales inconscientes Hasta ahora nos hemos movido en terreno familiar. Pero si relacio- namos més intimamente nuevos datos clinicos con algunas formulaciones de Freud, avanzamos crucialmente en la comprensién de la funcién de la fantasia. Un estudio de las conclusiones que surgen del anélisis de nifios peque- ios, conduce a pensar que las fantasias son el contenido primario de los procesos mentales inconscientes. Freud no expres sus opiniones sobre este punto en términos de fantasia, pero puede verse que esta formulacién esta esencialmente de acuerdo con sus contribuciones. Freud ha dicho que “...toda etapa consciente tiene una etapa incons- ciente preliminar...” Todos los procesos mentales se originan en el inconsciente y sélo mediante ciertas condiciones se hacen conscientes. Sur- gen directamente por necesidades instintivas o en respuesta a estimulos externos que actian sobre impulsos instintivos. “Suponemos que estd en contacto intimo con lo somiatico y que de alli toma el ello las necesidades instintivas dandoles expresidn psiquica”™. (Las bastardillas son mias.) Ahora bien, para las autoras esta “expresién mental” del instinto es la fantasfa inconsciente, La fantasia es (en primera instancia) el corolario mental, el representante psiquico del instinto. No hay impulso, ni necesi- dad instintiva en respuesta que no sea vivida como fantasia inconsciente. 5 El abandono de la sobreestimacién de la propiedad de conciencia es un paso previo indispensable para cualquier insight genuino en el curso de los aconteci- mientos psiquicos. (Freud: La interpretacién de los suefios, 1900. Obras Completas, tomos VI-VIL) 6 Op. cit. 7 Nuevas aportaciones al psicoandlisis. Obras Completas, tomo XVII, vég. 69. 82 DESARROLLOS EN PSICOANALISIS Al comienzo de sus investigaciones, Freud se ocupé particularmente de los deseos libidinales, y su “expresién mental de las necesidades. instinti- vas” se referiria primordialmente a estos deseos. Pero sus estudios ulte- riores, y los de otros muchos investigadores, nos obligan a incluir también los impulsos destructivos. Los primeros procesos mentales, los representantes psiquicos de los instintos libidinales y destructivos, deben ser considerados como el origen mas primitivo de las fantasias. Pero, en el desarrollo mental del nifio la fantasia no tarda en convertirse también en un medio de defensa contra ansiedades, un medio de inhibir y controlar las pulsiones instintivas y asi- mismo una expresién de deseos de reparacién. Se ha insistido siempre en la relacién entre fantasia y realizacién-de-deseos, pero nuestra experiencia demuestra igualmente que la mayoria de las fantasias (como los sintomas) sirven también a otros fines, ademés de la realizacién-de-deseos; por ejem- plo negacién, reaseguramiento, control omnipotente, reparacién, etcétera. Es desde luego verdad que en un sentido mas amplio todos estos procesos mentales cuyo fin es disminuir la tensién instintiva, la ansiedad y la culpa, sirven también al fin de la realizacién-de-deseos; pero es atil discriminar los modos especificos de estos distintos procesos y sus fines particulares. Todos los impulsos, todos los sentimientos, todas las formas de defensa son experienciados en fantasias que les dan vida mental y muestran su direccién y propésito. Una fantasia representa el contenido particular de las pulsiones o sen- timientos (por ejemplo deseos, temores, ansiedades, triunfos, amor o pesar) que dominan a la mente en ese instante. En las primeras épocas de la vida existe en verdad un gran nimero de fantasias inconscientes, que toman forma especifica juntamente con la catectizacién de zonas corporales par- ticulares. Ademas surgen y decaen en formas complicadas, de acuerdo con el surgimiento y declinacién y modulacién de los impulsos instintivos primarios que expresan. El mundo de la fantasfa presenta los mismos cambios proteicos y caleidoscdpicos que los contenidos de un suefio. Estos cambios se producen en, parte como respuesta a estimulos externos y en parte como resultado del interjuego entre las pulsiones instintivas prima- tias mismas. Puede ser itil en este punto dar algunos ejemplos de fantasias especi- ficas, sin discutir —sin embargo— la edad particular o las relaciones tem- porales entre estos ejemplos. Al intentar comunicar tales ejemplos de fantasias especificas estamos naturalmente obligados a ponerlas en palabras; no podemos describirlas discutirlas sin hacerlo. Sin duda éste no es su cardcter original e inevi- tablemente introduce un elemento extrafio, perteneciente a fases ulteriores del desarrollo, y a la mente preconsciente. (Discutiremos més tarde, con mayor amplitud, la relacién entre las fantasias y su expresién verbal.) Sobre la base de los principios de observacién y de interpretacién ya descritos y que estén bien establecidos por la labor psicoanalitica, estamos en condiciones de concluir que cuando el nifio muestra su deseo del pecho NATURALEZA Y FUNCION DE LA FANTAS{A 83 materno, experiencia este deseo como una fantasia especifica: “Quiero suc- cionar el pezén”. Si el deseo es muy intenso (quizd a causa de la ansie- dad) es posible que sienta: “Quiero comérmela toda”. Tal vez para impe- dir la repeticién de su pérdida o para su placer, puede sentir: “Quiero guardatmela dentro de mi”. Si siente amor, puede tener la fantasia: “Quie- ro acariciar su cara, palmearla y abrazarla”. Otras veces, cuando esta frus- trado o enojado, sus impulsos pueden ser de cardcter agresivo; los expe- riencia por ejemplo como: “Quiero morder el pecho, quiero romperla en pedacitos”, © si, por ejemplo, dominan impulsos urinarios, puede sentir “Quiero ahogarla y quemarla”. Si surge ansiedad por estos deseos agresi- vos, puede fantasear: “Yo mismo seré cortado o mordido por mi madre”, y cuando su ansiedad se refiere a un objeto interno, el pecho que ha comi- do y guardado dentro, puede desear expulsarla y sentir: “Quiero arro- jarla fuera de mi”, Cuando siente pérdida y pesar experiencia, como Freud describe: “Mi madre se ha ido para siempre”. Puede sentir: “Quiero traerla de vuelta, Ia necesito ahora”, y trata entonces de superar su sentimiento de pérdida y pesar y desamparo mediante las fantasias ex- presadas en satisfacciones autoerdticas tales como chupar el pulgar y jugar con sus genitales: “Si chupo mi dedo siento que ella esd de vuelta aqui como parte de mi, perteneciéndome y dandome placer”. Si después de ha- her atacado a su madre en la fantasia, hiriéndola y dafiéndola, vuelven sus deseos libidinales, puede sentir que desea restaurar a su madre y fanta- sear entonces: “Quiero juntar los pedazos nuevamente”, “Quiero mejo- rarla”, “Quiero alimentarla como ella me ha alimentado”, y asi suce- sivamente. No solamente estas fantasias aparecen y desaparecen de acuerdo con los cambios en las pulsiones instintivas, provocadas por circunstancias ex- ternas, sino que también existen juntas, al mismo tiempo en la mente, aun cuando sean contradictorias; asi como en un suefio pueden existir y expre- sarse al mismo tiempo deseos que se excluyen mutuamente. Pero esto no es todo: estos procesos mentales primitivos tienen un carécter omnipotente. Bajo la presién de la tensién instintiva el nifio en sus primeros dias no solamente siente: “Quiero” sino que implicitamente fantasea: “Estoy haciendo” esto y aquello, a su madre: “La tengo dentro de mi”, cuando lo desea. El deseo y el impulso, sean de amor o de odio, libidinales o destructivos, tienden a ser sentidos como satisfaciéndose real- mente a si mismos, ya sea con un objeto externo o con uno interno. Esto sucede en parte por lo abrumador de sus deseos y sentimientos. En estos primeros dias sus propios deseos e impulsos Ienan todo el mundo en el momento en que los siente. Sélo lentamente aprende a distinguir entre el deseo y el acto, entre los hechos. exteriores y sus sentimientos sobre los mismos. El grado de diferenciacién’ depende en parte del periodo evolutivo aleanzado y en parte de la intensidad momentinea del deseo 0 emocién. Este cardcter omnipotente de los. deseos y sentimientos tempranos se vincu- la con las ideas de Freud sobre la satisfaccién alucinatoria en el nifio. oh DESARROLT 9S EN PSICOANALISIS Alucinacién e introyeccién primaria Freud se vio Ievado (por su estudio de los procesos inconscientes de la mente de adultos) a suponer que en el comienzo de la vida mental, “.. Cualquier cosa pensada (deseada) era imaginada simplemente en for- ma alucinatoria, como sucede todavia con nuestros pensamientos oniricos todas las noches”. Llama a esto “la tentativa del nifio para satisfacerse alucinatoriamente” ®°. @Qué alucina por lo tanto el nifio? Podemos suponer, ya que estd actuando el impulso oral, que alucina primero el pez6n, luego el pecho y mas tarde a su madre como persona total; y alucina el pezén o el pecho para gozar de ellos. Como podemos ver por su conducta (movimientos de succién, succién de su propio labio o un poco més tarde de sus dedos, ete.) , Ja alucinacién no se detiene en la mera representacién, sino que lo con- duce a efectuar, detalladamente, lo que haria con el objeto deseado que imagina (fantasea) haber obtenido. Parece probable que la alucinacién actiia mejor en los movimientos de tensién instintiva menos intensa, por ejemplo, cuando el nifio empieza a despertarse y a sentir hambre, pero permanece todavia quicto. A medida que la tensién aumenta se intensifi- can el hambre y el deseo de chupar el pecho y Ia alucinacion esté expuesta a desaparecer. El dolor de la frustracién excita entonces un deseo todavia mas inte»so, el deseo de tomar todo el pecho dentro de si y guardarlo dentro como fuente de satisfaccién, y esto a su vez se realizaria omnipoten- temente durante un tiempo en la creencia, en la alucinacién. Debemos su- poner que la incorporacién del pecho esta ligada a las primeras formas de la vida de fantasia. Sin embargo, esta alucinacién del pecho gratificador interno desaparece enteramente si la frustracién continia y el hambre no se satisface, resultando la tensién instintiva demasiado fuerte como para ser negada. La ira y los sentimientos y fantasias violentamente agresivos dominaran entonces la mente, siendo necesaria cierta adaptacién. Permitasenos considerar mds ampliamente las consideraciones de Freud sobre esta situacién. Dice: “En su fase autoerética el yo no tiene necesidad del mundo exterior, pero... sélo puede percibir los estimulos instintivos como dolo- roso temporariamente. Por la influencia del principio del placer se verifica un desarrollo ulterior. Los objetos, en cuanto son fuentes de placer, son absorbidos por el yo dentro de si, “introyectados” (de acuerdo con una expresién creada por Ferenczi), mientras que por otra parte, el yo expulsa al mundo externo todo lo que en su interior le provoca dolor (ver mas adelante el mecanismo de proyeccién)”®. Aunque al describir la introyeccién Freud no usa la frase “fantasia 8 Los dos principios del suceder pstquico (1911). Obras Completas, tomo XIV, pég. 200. ® Los instintos y sus destinos (1915). Obras Completas, tomo IX, pag. 115.

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