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La terapia gestáltica tiene como objetivo ofrecer ayuda para sacar a la luz las resistencias
que nos impiden el ser nosotros mismos, promoviendo una mayor toma de conciencia y
facilitando el proceso de maduración. Buscando ejercer al mismo tiempo, la
responsabilidad individual. También acoge la idea de la autorregulación, relativo a la
auto-actualización, definida por Godstein como el que "busca ser lo que se es y no
pretender ser otra cosa".
El enfoque reichiano, por su parte, indaga en las vivencias afectivas las bases del
aprendizaje de nuestras relaciones con los otros; en los sentimientos de amor, tristeza y
rabia; en los conflictos del deseo, represión etc.; en las pérdidas sufridas, abandonos,
duelos y separaciones.
En la calidad de nuestras relaciones afectivas vivenciadas en su momento, está
determinada la persona que somos hoy. La historia de nuestra vida está grabada en el
cuerpo. Liberándolo de viejos miedos y tensiones podremos estar más cerca de nuestras
emociones, permitiéndonos sentir y actuar de manera libre y original.
El modelo terapéutico de Wilhem Reich consta de tres grandes apartados: la teoría del
orgasmo, de la cual parte todo su trabajo clínico; el análisis biosocial de las relaciones
humanas, y el descubrimiento de las leyes y aplicaciones de la energía orgónica.
La retroflexión
La retroflexión también se ve en el hecho de hacerse a uno mismo lo que uno quiere del
entorno, como el auto felicitarse cuando lo que se busca es la aprobación de los demás.
Aunque la polaridad como mecanismo no necesariamente cae en el rango de un
mecanismo de defensa, si podemos considerarla, en un momento dado, implícita en el
mecanismo de retroflexión. Como en el ejemplo anterior, en el que un movimiento o una
expresión del sí mismo son detenidas. Al revertir la acción, el sujeto asume tanto los
papeles de actor como del entorno, creándose una polaridad interna en la cual la persona
es tanto el sujeto como el objeto de la acción.
A diferencia de Reich, para quien la resistencia muscular era una defensa que impedía el
curso de la terapia y el funcionamiento apropiado, y por lo tanto debía ser desbaratada,
para Perls la expresión física y la contención de la expresión son una forma de satisfacer
las necesidades organísmicas y como parte de una función del yo, si bien negada y fuera
de la conciencia, por lo que al eliminarla "el paciente llegará a ser menos de lo que es".
Aunque debido a la retroflexión, el sistema motor pierde gran parte de su función para el
trabajo, la actividad y la relación con el mundo.
Aunque la visión que tiene el enfoque gestáltico de las resistencias está relacionada con
el enfoque reichiano, contiene algunas diferencias importantes como la ya mencionada
anteriormente.
La terapia Gestalt, igual que el análisis del carácter reichiano, afirma que las resistencias
tienen un significado y que deben de ser trabajadas terapéuticamente, pero la Gestalt, en
su caso, hace énfasis en que las resistencias tienen una importante función para
conservar el equilibrio y la integridad del organismo. Para la Gestalt no hay nada detrás
de las resistencias que sea en sustancia diferente de la resistencia misma, puesto que
tanto la defensa como el defendido son el sí mismo, por lo que romper o eliminar la
resistencia sería lo mismo que eliminar o romper una capacidad del sí mismo. Siendo la
resistencia, en esta perspectiva del sí mismo, una función del yo.
Sin embargo, aun siendo las resistencias expresiones del sí mismo, el paciente no las ve
plenamente como tales, puesto que ocurren de manera automática y parcial, y dada su
operación fuera de la conciencia, no son expresiones de elección, al mismo tiempo que
no permiten que la persona se adapte a entornos y necesidades organísmicas diferentes a
aquéllas bajo las cuales fueron aprendidas, impidiendo de esta manera que el organismo
satisfaga todas sus necesidades a plenitud.
La manera como los terapeutas gestálticos buscan superar la barrera de las resistencias es
reformulando las manifestaciones físicas de las mismas como expresiones, encausando
el interés de la terapia en la superación de la resistencia hacia la producción de nuevas
expresiones.
En el caso de los sueños, Perls menciona que éstos son "mensajes existenciales" o
comunicaciones entre partes del sí mismo. En este contexto, muchas de nuestras
"inexplicables" expresiones corporales también pueden ser vistas como mensajes
existenciales de partes negadas del sí mismo. De esta forma el terapeuta se enfrenta a la
tarea de ayudar al paciente a hacer inteligibles los mensajes del cuerpo, y de resolver la
situación inconclusa que llevó a la persona a alienar ese aspecto del sí mismo, y por lo
tanto, restablecer los "huecos" existentes en el organismo.
Freud consideraba a las resistencias como uno de los hechos que el psicoanálisis debía
esforzarse por explicar. Para él, el prototipo de las resistencias era el olvido, ya que el
psicoanálisis requiere que se recuerde el propio pasado. En este sentido, la resistencia es
el funcionamiento de defensas contra impulsos internos que amenazan la estructura de la
personalidad. Durante su experiencia clínica, Wilhem Reich observó que las personas a
las cuales trataba psíquicamente, reaccionaban somáticamente y a la inversa. Esto lo
llevó a concluir que había una relación entre el trabajo corporal y el trabajo psíquico,
había algo que unía los dos ámbitos. Este dato le sirvió para poder abordar clínicamente
a las personas con defensas psicológicas elevadas, utilizando el nivel corporal, con lo
cual producía efectos en el plano psíquico. La fórmula también servía a la inversa,
personas que no podían ser tratadas corporalmente eran enfocadas psíquicamente. A este
fenómeno le llamó identidad funcional, puesto que tanto el psiquismo como el cuerpo
estaban relacionados funcionalmente.
En sus primeros años como psicoanalista, Wilhem Reich también se enfrentó con
algunos de los aspectos más críticos en el desarrollo de la técnica psicoanalítica. Uno de
ellos era como entender y manejar la resistencia de los pacientes en el proceso
terapéutico. Reich había notado que cada uno de sus pacientes tenía un estilo, una forma
de actuar y que este estilo parecía servirles como una defensa en la terapia.
Reich llamó a este estilo "resistencia del carácter", definiéndola como parte de la forma
en que los pacientes se mueven, sostienen su postura, modulan su voz y tensan sus
músculos. La coraza caracterológica, en tanto que elemento defensivo, cumple la
función de hacer más llevaderos los conflictos. Pero a costa de una menor capacidad de
contacto con los propios deseos y necesidades, y de un deterioro en las funciones
perceptivas. Lo que nos lleva a un menor "sentir al otro y sentirnos a nosotros mismos".
De estas observaciones clínicas Reich enunció el principio de que la energía puede estar
limitada por las tensiones musculares crónicas. Para Reich la armadura muscular y la
armadura del carácter eran consideradas, funcionalmente idénticas, teniendo como
objetivo el inmovilizar la energía. Además de los sueños, asociaciones y actos fallidos,
Reich prestaba especial atención a la actitud o la manera en que el paciente se
comportaba.
Para Reich el cómo se dicen las cosas es tan importante para la confrontación como el
qué dice el paciente.
Los aspectos más relevantes para el análisis de las resistencias caracterológicas son los
siguientes:
Para poder llegar a lo que llamó el "punto patogénico central" a través de la técnica de
análisis del carácter, Reich atacaba "las respectivas posiciones importantes actuales"
(resistencias caracterológicas) que a través de un trabajo sistemático, una tras otra, lo
conducían por necesidad a la "condición patogénica central".
La coraza caracterológica se desarrolla como resultado del conflicto crónico entre las
demandas instintivas y el mundo exterior frustrante. Los conflictos presentes entre
instinto y mundo exterior fortalecen y justifican su existencia. El lugar donde se forma la
coraza es el yo, la parte de la personalidad que constituye el límite entre la vida instintiva
y el mundo exterior, por lo que Reich también la denomina el carácter del yo.
3) El yo forma actitudes reactivas hacia los impulsos y utiliza las energías de estas
actitudes para hacer a un lado esos impulsos, disminuyendo su capacidad de irrupción a
través de la coraza.
De esta manera la formación caracterológica sirve para aliviar la presión de los impulsos
reprimidos y, por lo tanto, fortalecer al yo. Pero el proceso tiene otro aspecto: mientras la
coraza logra buenos resultados para fortalecer al yo contra los impulsos interiores, al
menos durante un tiempo, esto significa un aislamiento de alcances más o menos vastos
contra estímulos procedentes del mundo exterior, y por consiguiente contra ulteriores
influencias de formación y educación del individuo, coartando las oportunidades de
crecimiento y desarrollo personal.
A partir de 1935, Reich desarrolla una técnica para derribar las resistencias, que en
conjunto conforman la coraza caracterológica, a través de una nueva herramienta
terapéutica creada por él.
La vegetoterapia, por principio, propone que existe una relación entre el sistema
neurovegetativo y las enfermedades funcionales. Sobre la base del hecho de que la
neurosis es la expresión de una perturbación crónica del equilibrio del sistema
neurovegetativo y de la movilidad plasmática (energética) natural. Por lo tanto, la
vegetoterapia caracteroanalítica apunta al restablecimiento de la movilidad natural de la
energía fijada en los bloqueos corporales localizados en los siete segmentos funcionales
vegetativos: ocular, oral, cervical, torácico, diafragmático, abdominal y pélvico.
Para la Gestalt, representa el cómo los organismos establecen contacto con su entorno y
consigo mismos, dentro del proceso de formación figura/fondo. En otras palabras, cómo
surgen las figuras de entre el fondo difuso y cómo una vez satisfecha la necesidad, dicha
figura vuelve a desaparecer.
En este ciclo se identifican seis etapas sucesivas: 1) reposo; 2) sensación; 3) darse cuenta
o formación de figura; 4) energetización; 5) acción; y 6) contacto.
Para el enfoque gestáltico el contacto físico es aquello que ocurre en el límite entre el
organismo y el entorno; en el encuentro del sí mismo y el otro, en la asimilación de la
novedad a través de la cual tiene lugar el crecimiento y el cambio. Al estar en contacto,
experimentamos que el encuentro en el límite separa y define nuestro sí mismo y el del
otro (o el objeto) con quien estamos contactando.
Sin embargo, a menos que se trate de un analista ortodoxo, los estándares gestalticos
actuales permiten el uso social del contacto físico como un apretón de manos, tocar el
hombro o la mano de un paciente para comunicar apoyo y, bajo ciertas circunstancias, un
breve abrazo para reconocer un acontecimiento importante. Con la advertencia ética de
que está prohibido todo contacto sexual entre paciente y terapeuta.
Esta última es una fuerza dinámica, resultante del conflicto entre dos corrientes
biofísicas energéticas opuestas. Una manifestación clínica de esta condición dinámico-
estructural es el sentimiento de soledad interior, a pesar de relaciones sociales a menudo
amplias.
Reich fue el primero en descubrir la importancia del contacto físico directo con los
pacientes para aliviar las tensiones musculares que obstaculizan la capacidad de
entregarse a los sentimientos y emociones, y comenzó a utilizar movimientos
neuromusculares (masajes) para reactivar sucesivamente los siete niveles funcionales
vegetativos arriba mencionados en dirección céfalo-caudal. Logrando hacer emerger los
impulsos bloqueados, para así poder ser reelaborados verbalmente, resignificados y
reintegrados a través del análisis.
Reich también utilizó el contacto físico sobre el cuerpo del paciente con el objeto de
palpar y sentir las inhibiciones musculares, ejecutando la presión necesaria a fin de
aligerar o reducir la contracción muscular, buscando establecer contactos en forma de
palmaditas alentadoras con el fin de darle confianza.
Reich aplicaba la presión selectivamente en las áreas en que se palpaban los espasmos
musculares crónicos, para ayudar a que se relajasen, por ejemplo, en la región de la
mandíbula, que suele estar extraordinariamente tensa en la mayoría de la gente,
adelantando el mentón agresivamente. Bajo la presión ejercida con las manos, los
músculos se fatigan y aflojan, teniendo como consecuencia que la respiración se haga
más libre y profunda.
Por último, agregamos que es sumamente valioso para estos dos enfoques el buscar
desarrollar movimientos y acciones expresivas en sus respectivos encuadres
terapéuticos, y ligarlos, con una base de toma de conciencia, así como de la importancia
del contacto con los sentimientos y emociones que afloren en cualquiera de estos dos
procesos.
BIBLIOGRAFÍA.
Wilhelm Reich(1957): Análisis del Carácter, Paidós. Buenos Aires, Argentina, pp 23-81-
129-152.
J.I. Kepner, J.C. Zinker (1992): Proceso corporal. Un enfoque Gestalt para el trabajo
corporal en psicoterapia, Manual Moderno, México, D.F., pp 45-79 87-117 163-183 207-
219.
LA VEGETOTERAPIA CARACTEROANALITICA.
UN MODELO DE TERAPIA PSICOCORPORAL
COMUNICACION X CONGRESO MUNDIAL DE PSIQUIATRIA
Medico, psicoterapeuta
Orgonterapeuta Trainer de
La Es.Te.R.
Predisposición constitucional
Metabolismo bioenergético
Relaciones objetales y rasgos de carácter
Bloqueos y tensiones musculares
Funcionamiento neurovegetativo y somático
Realidad actual, en tanto que elemento reactualizador de los conflictos
básicos.
CONCLUSION
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E-mail:
Mi visión de la Psicosomática está dirigida, a lo largo de mi trayectoria personal
y profesional, por la búsqueda de una aproximación holística a la relación
cuerpo - mente, una forma integradora de comprender el enfermar humano y
un acercamiento psicodinámico a la relación paciente - médico.
Dicho esto, quería hacer tres preguntas que sirvieran de base para el desarrollo
de la conferencia. Hablaré fundamentalmente de enfermos con síntomas o
síndromes que se manifiestan en el cuerpo.
Cómo vamos a vivir la enfermedad?: Alguien que padece una crisis de úlcera
duodenal, evidentemente lo que le está ocurriendo es que tiene una erosión,
una herida en la mucosa del duodeno que le produce toda una serie de
síntomas y fundamentalmente dolor. Pero también es verdad que está
sufriendo y que está queriendo decir algo con esa enfermedad. Está pidiendo
ayuda y eso tiene que ver con el universo emocional.
La primera premisa es que todo lo que ocurre en el ser humano, en tanto que
unidad psicofísica, es psicosomático.
Siempre que hay una perturbación del equilibrio del organismo y por eso
aparece el síntoma, es necesaria una comprensión de lo que está ocurriendo
desde el punto de vista psicosomático, lo cual no quiere decir que
necesariamente tenga que darse una intervención psicoterapéutica en todas
las manifestaciones orgánicas que presente una persona a lo largo de su vida.
Muchas veces estas manifestaciones son, por ejemplo, infecciones puntuales,
que aunque tengan un componente emocional, por situaciones de duelo,
pérdida, o sobrecarga laboral que llevan aparejada una disminución en la
eficacia del sistema inmunitario y a partir de ahí una mayor propensión puntual
a padecer infecciones, son elementos que se manifiestan, que perturban la
existencia de la persona, pero en tanto en cuanto no están establecidas y no se
mantienen en el tiempo, no necesitarían de una intervención psicoterapéutica
especializada. Sí que necesitarían de una comprensión desde el punto de vista
psicosomático y por tanto desde los estamentos sanitarios que atienden a esa
persona, del estilo de los que aparecen en la película: "Las confesiones del Dr.
Sachs" de M. Deville.
Pero, qué tiene que ver el mundo de las emociones con las enfermedades
orgánicas?
Qué ocurre?. Si por el desarrollo histórico del animal humano esa tendencia
expresiva de las emociones no se ve favorecida sino que es impedida,
reprimida, nos encontramos con algo que naturalmente tiende a ser
manifestado pero que ve impedida su propia funcionalidad, se inhibe.
Pongamos un caso de una emoción típicamente reprimida en la infancia: la
rabia de un niño contra su hermano pequeño por sentir que le ha quitado su
lugar, sentimiento además real, porque ya no tiene el mismo sitio que tenía. Es
difícil tolerar la rabia (la nuestra y la de los demás). Es muy frecuente como
esas manifestaciones emocionales de los niños sean reprimidas y no
permitidas en su libre manifestación, ayudándole a identificarse. Antes se
reprimía de una manera más autoritaria y hoy de una manera más "civilizada",
más a través del chantaje emocional, pero de todas maneras sigue siendo
vigente el mecanismo.
Como tal forma de psicoterapia tiene una serie de leyes y desarrolla una serie
de instrumentos clínicos. Una primera ley habla de que en tanto en cuanto la
estructuración del organismo humano acontece desde el polo cefálico hacia el
polo caudal (filogenéticamente se puede demostrar y a través de la psicología
evolutiva también), la intervención psicoterapéutica desde el punto de vista de
una psicoterapia profunda tiene que respetar esa ley. Tiene que hacerse
también desde lo cefálico hacia lo caudal. Otras corrientes de psicoterapia
corporal que no aplican esta ley, corren el riesgo de estar trabajando en la
pelvis, por ejemplo, o el diafragma, sin haber desbloqueado suficientemente los
segmentos anteriores y pueden desencadenar desequilibrios importantes.
Otra aportación sería el empleo de lo que se conoce como los actings. Son
movimientos neuromusculares con intención emocional que, respetando la
lógica cefalocaudal, se proponen a los pacientes y que tienen una clara
resonancia o analogía con expresiones emocionales espontáneas. Es a través
de ese instrumento como se busca la recuperación de ese mundo emocional
que permanece inconsciente.
1. Hipocondría.
Esta mujer iba de un médico a otro buscando calmar sus temores y utilizando
al sistema sanitario como remedio ansiolítico hasta la próxima vez que se
volvía a generar esa situación de angustia y requería que alguien externo la
tranquilice, tranquilidad que dura un tiempo hasta que se le presentaba de
nuevo la situación de necesidad. Tiene la suerte de encontrar una médico de
cabecera que entiende lo psicosomático y que está a favor de la intervención
psicoterapéutica En principio intenta contener la situación sin desbordarse, sin
encargar demasiadas pruebas, radiografías, etc., para no meterle de lleno en el
círculo vicioso, pero llega un momento en que la situación se le va de las
manos, no tiene tiempo, tiene una consulta de medicina general en un pueblo.
2. Somatización.
El siguiente estadío dentro de esta distribución de mentalización-organicidad
estaría representado por lo que se conoce desde el punto de vista
psicodinámico como somatizaciones histéricas, dentro de la terminología
freudiana. Son manifestaciones orgánicas que utilizan el mecanismo de la
simbolización para expresarse. Un conflicto que no se está pudiendo reconocer
a nivel psíquico es expresado directamente a niveles somáticos. Son las
clásicas descripciones de la histeria.
Qué simboliza lo que ocurrió con esta mujer?: No quería irse, estaba entre dos
fuegos, entre dos presiones, la suya como madre y la del grupo; de escapar de
una situación que sentía como fuertemente peligrosa y la angustia de no poder
y de no saber cuándo volvería a ver a su hijo o lo que le hubiera pasado. Eso
no se verbaliza, ni siquiera se llega a hacer consciente y entonces se somatiza:
el cuerpo toma la palabra. Textualmente una somatización es una metáfora de
lo que esa persona está sintiendo, del conflicto que está viviendo y el cuerpo es
"usado" como medio de expresión.
Otro caso que tiene que ver con este mecanismo es una mujer en tratamiento
con un terapeuta corporal por un dolor cervical muy intenso. Después de
algunas sesiones, el terapeuta se da cuenta de que lo que esta persona
presenta es un conflicto emocional y que lo que necesita es un trabajo de
psicoterapia. Lo plantea, es aceptado y la empiezo a ver. En el trabajo corporal
centrado en el síntoma el resultado había sido escaso. Desde los inicios del
trabajo psicoterapéutico esta mujer dejó de tener dolor, sin haber hecho una
intervención directa sobre el mismo, pero si facilitándole un lugar donde
"abandonarse". Le hice un planteamiento de psicoterapia profunda donde no se
aborda directamente el síntoma, pero fue a partir de sentir que estaba en un
lugar donde podía "perder el control" mínimamente, como que ese síntoma,
esa manifestación cedió.
3. Enfermedades funcionales.
Algún ejemplo, un hombre, padre de una niña, que sufre una situación
traumática en su vida y el padre ante la situación que vive la niña (6-7 años),
decide llevarla a una psicoterapeuta infantil. Esta persona empieza a trabajar
con la niña y se da cuenta que el padre está en una situación de fuerte
angustia, entonces le recomienda que también él haga un tratamiento, por lo
menos una intervención en crisis. Me es remitido, y esta persona vive la
situación de trauma con toda una serie de complicaciones, incluso legales, muy
fuertes, pues lo llevan a una situación de casi una angina de pecho, de
sobrecarga diafragmática intensa. Una situación límite que con una
intervención en crisis (esta persona no hizo un trabajo breve ni un trabajo
profundo sino 6 o 7 sesiones) pero tomando contacto y conciencia con todo lo
que le estaba pasando y luego introduciendo el cuerpo en las sesiones para
ayudarle a descargar esa tensión, y con otra cosa que también es importante y
que a partir de ahora empieza a tener sentido: aquí hace falta ya una
intervención doble. En tanto en cuanto hay situaciones orgánicas patentes que
pueden llegar a ser peligrosas hace falta una intervención médica, ya no
solamente psicoterapéutica. En este caso fue a través de la homeopatía en
donde se normalizó lo suficiente la situación como para hacer sesiones de
control cada dos-tres meses pero ya fuera de esa situación de riesgo en que
una enfermedad funcional -primero funcional pero hubiera podido haber llegado
a ser lesional- se instalase. Esa es la diferencia entre una angina de pecho que
es una contracción de una arteria por un problema neurovegetativo de lo que
sería ya un infarto, que es la consecuencia sobre el músculo del corazón, de
una falta de riego.
Esto es importante porque hay autores que han estudiado a estos pacientes y
los definen como "analfabetos emocionales". Tienden a tener grandes
dificultades para conectar con su mundo emocional, como si no supieran leer
sus sentimientos. Son personas de apariencia muy normal, muy adaptadas,
poco problemáticas con el entorno, pero con desconexión del mundo interno
que se manifiesta a través del cuerpo, pero ya no como una metáfora sino
directamente como un lenguaje. Hay autores que han estudiado esto, tanto
franceses como americanos. Los americanos hablan de la Alexitimia (Sifneos),
que es la dificultad para conectar con el estado de ánimo. Los franceses (Marty
y la Escuela Psicosomática de París) hablan de la depresión esencial y del
pensamiento operatorio. Y Reich hablaba de la biopatía donde se da un
abandono de las posibilidades autónomas de gestión emocional.
Un ejemplo. Una mujer joven, de treinta años, diagnosticada e intervenida de
colitis ulcerosa grave, con varios periodos de hospitalización, muy delgada,
famélica, con un problema de falta de absorción intestinal muy grave por la
rapidez del tránsito. Diarreas continuas, tratamiento quirúrgico y médico con
cortisona a dosis altas, como única manera de contener mínimamente la
enfermedad. Tiene un familiar psicólogo que en una de las crisis hablan y me la
remite. Es una persona con una estructura bioenergética de mucha fragilidad,
muy débil, no solamente por la enfermedad, sino que su propia historia está
marcada por la debilidad, con una negación de su mundo emocional tremendo,
sobretodo en lo que tiene que ver con las emociones "negativas" como la rabia
y que todas sus crisis coinciden con situaciones de fuerte rabia, pero no sentida
y no vivida, con respecto a su entorno. Es un caso donde aprendí mucho y en
donde el elemento de la confianza en el terapeuta fue básico como para que
pudiera salir de esa situación, dejar el tratamiento médico ortodoxo, excepto en
dos veces en las que volvió a tener una crisis; mantenerse con tratamiento
homeopático y con apoyo psicoterapéutico, una psicoterapia especial adaptada
a la situación, mucho teléfono, visitas al hospital si hace falta...
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