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Wilhelm Reich: el enfoque gestáltico y el

análisis del carácter


Escrito por Eduardo Estrada
Martes, 14 de Julio de 2009 00:14

La retroflexión y las resistencias caracterológicas

En este trabajo centraremos nuestro estudio en la relación de algunos aspectos teóricos y


técnicos de confluencia o divergencia entre el enfoque terapéutico gestáltico,
desarrollado por Fritz Pearls, y el análisis de las resistencias caracterológicas, creado por
Wilhem Reich, a través de su técnica de la interpretación de las defensas.

Estamos hablando, específicamente, del mecanismo de retroflexión gestáltico y su


relación con las resistencias caracterológicas y de algunos aspectos relacionados a la
idea del contacto. Si bien es cierto que ambas terapias tienen muchas semejanzas al
compartir el punto de vista holístico, nunca podremos referirnos a una auténtica terapia
gestáltica-reichiana ya que el trabajo resultante sería, en realidad, la asimilación de una
técnica, de un método en otro, o de algo enteramente diferente a sus orígenes.

La terapia gestáltica tiene como objetivo ofrecer ayuda para sacar a la luz las resistencias
que nos impiden el ser nosotros mismos, promoviendo una mayor toma de conciencia y
facilitando el proceso de maduración. Buscando ejercer al mismo tiempo, la
responsabilidad individual. También acoge la idea de la autorregulación, relativo a la
auto-actualización, definida por Godstein como el que "busca ser lo que se es y no
pretender ser otra cosa".

El enfoque reichiano, por su parte, indaga en las vivencias afectivas las bases del
aprendizaje de nuestras relaciones con los otros; en los sentimientos de amor, tristeza y
rabia; en los conflictos del deseo, represión etc.; en las pérdidas sufridas, abandonos,
duelos y separaciones.
En la calidad de nuestras relaciones afectivas vivenciadas en su momento, está
determinada la persona que somos hoy. La historia de nuestra vida está grabada en el
cuerpo. Liberándolo de viejos miedos y tensiones podremos estar más cerca de nuestras
emociones, permitiéndonos sentir y actuar de manera libre y original.

El modelo terapéutico de Wilhem Reich consta de tres grandes apartados: la teoría del
orgasmo, de la cual parte todo su trabajo clínico; el análisis biosocial de las relaciones
humanas, y el descubrimiento de las leyes y aplicaciones de la energía orgónica.

La retroflexión

Desde el punto de vista gestáltico, es el proceso por el cual el movimiento se inhibe o se


distorsiona. Muchos síntomas psicosomáticos caen dentro de esta categoría de
mecanismos de reversión de la acción. Un ejemplo obvio sería el caso de una mujer que
llega quejándose de sensaciones de ahogo y estrangulamiento. Al confrontársele con esta
acción, se da cuenta de la furia que sentía hacia su madre, cuyo cuello hubiera querido
tener en sus manos para estrangularla.

Otra forma de retroflexión ocurre cuando el movimiento hacia el entorno es inhibido


físicamente, justo al comenzar. Más que revertido o ejecutado sobre sí mismo, el
movimiento es contrarrestado por una fuerza proporcional de parte de grupos musculares
opuestos. Un ejemplo de lo anterior sería que la inhibición del movimiento inicial se
refleje como una tensión en hombros y bíceps o en un puño apretado.

La retroflexión también se ve en el hecho de hacerse a uno mismo lo que uno quiere del
entorno, como el auto felicitarse cuando lo que se busca es la aprobación de los demás.
Aunque la polaridad como mecanismo no necesariamente cae en el rango de un
mecanismo de defensa, si podemos considerarla, en un momento dado, implícita en el
mecanismo de retroflexión. Como en el ejemplo anterior, en el que un movimiento o una
expresión del sí mismo son detenidas. Al revertir la acción, el sujeto asume tanto los
papeles de actor como del entorno, creándose una polaridad interna en la cual la persona
es tanto el sujeto como el objeto de la acción.

En nuestra forma de funcionar normalmente, todos solemos utilizar la retroflexión, por


ejemplo, no siempre decimos lo que pensamos, lo cual reflejamos corporalmente
apretando los labios y la garganta. O cuando quisiéramos tocar a algún amigo o
conocido, pero nos contenemos porque podría parecer inapropiado, o porque quizá no
esté receptivo para recibir ese contacto en particular.

La polaridad u oposición de contra fuerzas de la retroflexión se puede volver estática y


contractural, porque el conflicto entre actuar o no actuar permanece crónicamente sin
resolver. Esto desarrolla un patrón de tensiones retroflexivas, el cual será visible en la
estructura corporal o en la distribución postural, ya que las tensiones contrarias jalan
partes del cuerpo fuera de la alineación y el movimiento se expresa parcialmente,
influyendo también en la distribución de la grasa del cuerpo y en la deficiente
circulación del flujo de energía, por lo que estaríamos hablando de una auténtica coraza
corporal como Reich, en su momento, denominó a este patrón de funcionamiento
psíquico.

A diferencia de Reich, para quien la resistencia muscular era una defensa que impedía el
curso de la terapia y el funcionamiento apropiado, y por lo tanto debía ser desbaratada,
para Perls la expresión física y la contención de la expresión son una forma de satisfacer
las necesidades organísmicas y como parte de una función del yo, si bien negada y fuera
de la conciencia, por lo que al eliminarla "el paciente llegará a ser menos de lo que es".
Aunque debido a la retroflexión, el sistema motor pierde gran parte de su función para el
trabajo, la actividad y la relación con el mundo.

Aunque la visión que tiene el enfoque gestáltico de las resistencias está relacionada con
el enfoque reichiano, contiene algunas diferencias importantes como la ya mencionada
anteriormente.
La terapia Gestalt, igual que el análisis del carácter reichiano, afirma que las resistencias
tienen un significado y que deben de ser trabajadas terapéuticamente, pero la Gestalt, en
su caso, hace énfasis en que las resistencias tienen una importante función para
conservar el equilibrio y la integridad del organismo. Para la Gestalt no hay nada detrás
de las resistencias que sea en sustancia diferente de la resistencia misma, puesto que
tanto la defensa como el defendido son el sí mismo, por lo que romper o eliminar la
resistencia sería lo mismo que eliminar o romper una capacidad del sí mismo. Siendo la
resistencia, en esta perspectiva del sí mismo, una función del yo.

Sin embargo, aun siendo las resistencias expresiones del sí mismo, el paciente no las ve
plenamente como tales, puesto que ocurren de manera automática y parcial, y dada su
operación fuera de la conciencia, no son expresiones de elección, al mismo tiempo que
no permiten que la persona se adapte a entornos y necesidades organísmicas diferentes a
aquéllas bajo las cuales fueron aprendidas, impidiendo de esta manera que el organismo
satisfaga todas sus necesidades a plenitud.

La manera como los terapeutas gestálticos buscan superar la barrera de las resistencias es
reformulando las manifestaciones físicas de las mismas como expresiones, encausando
el interés de la terapia en la superación de la resistencia hacia la producción de nuevas
expresiones.

En el caso de los sueños, Perls menciona que éstos son "mensajes existenciales" o
comunicaciones entre partes del sí mismo. En este contexto, muchas de nuestras
"inexplicables" expresiones corporales también pueden ser vistas como mensajes
existenciales de partes negadas del sí mismo. De esta forma el terapeuta se enfrenta a la
tarea de ayudar al paciente a hacer inteligibles los mensajes del cuerpo, y de resolver la
situación inconclusa que llevó a la persona a alienar ese aspecto del sí mismo, y por lo
tanto, restablecer los "huecos" existentes en el organismo.

La coraza caracterológica reichiana

Freud consideraba a las resistencias como uno de los hechos que el psicoanálisis debía
esforzarse por explicar. Para él, el prototipo de las resistencias era el olvido, ya que el
psicoanálisis requiere que se recuerde el propio pasado. En este sentido, la resistencia es
el funcionamiento de defensas contra impulsos internos que amenazan la estructura de la
personalidad. Durante su experiencia clínica, Wilhem Reich observó que las personas a
las cuales trataba psíquicamente, reaccionaban somáticamente y a la inversa. Esto lo
llevó a concluir que había una relación entre el trabajo corporal y el trabajo psíquico,
había algo que unía los dos ámbitos. Este dato le sirvió para poder abordar clínicamente
a las personas con defensas psicológicas elevadas, utilizando el nivel corporal, con lo
cual producía efectos en el plano psíquico. La fórmula también servía a la inversa,
personas que no podían ser tratadas corporalmente eran enfocadas psíquicamente. A este
fenómeno le llamó identidad funcional, puesto que tanto el psiquismo como el cuerpo
estaban relacionados funcionalmente.

En sus primeros años como psicoanalista, Wilhem Reich también se enfrentó con
algunos de los aspectos más críticos en el desarrollo de la técnica psicoanalítica. Uno de
ellos era como entender y manejar la resistencia de los pacientes en el proceso
terapéutico. Reich había notado que cada uno de sus pacientes tenía un estilo, una forma
de actuar y que este estilo parecía servirles como una defensa en la terapia.

Reich llamó a este estilo "resistencia del carácter", definiéndola como parte de la forma
en que los pacientes se mueven, sostienen su postura, modulan su voz y tensan sus
músculos. La coraza caracterológica, en tanto que elemento defensivo, cumple la
función de hacer más llevaderos los conflictos. Pero a costa de una menor capacidad de
contacto con los propios deseos y necesidades, y de un deterioro en las funciones
perceptivas. Lo que nos lleva a un menor "sentir al otro y sentirnos a nosotros mismos".

De estas observaciones clínicas Reich enunció el principio de que la energía puede estar
limitada por las tensiones musculares crónicas. Para Reich la armadura muscular y la
armadura del carácter eran consideradas, funcionalmente idénticas, teniendo como
objetivo el inmovilizar la energía. Además de los sueños, asociaciones y actos fallidos,
Reich prestaba especial atención a la actitud o la manera en que el paciente se
comportaba.

Para Reich el cómo se dicen las cosas es tan importante para la confrontación como el
qué dice el paciente.

Técnica para el análisis de las resistencias caracterológicas

Los aspectos más relevantes para el análisis de las resistencias caracterológicas son los
siguientes:

• La resistencia caracterológica no se expresa en el contenido del material, sino en los


aspectos formales del comportamiento en general.

• Lo específico en la resistencia caracterológica no es lo que el paciente dice o hace sino


como lo dice y actúa para decirlo.

• La resistencia caracterológica es siempre la misma en el mismo paciente, sin importar


cual sea el material contra el cual va dirigida. Caracteres diferentes presentan el mismo
material de manera diferente. Por ejemplo: una paciente de carácter histérico enfrentará
la transferencia paterna positiva en forma angustiada., a diferencia de una paciente de
carácter compulsivo que la encarará de forma agresiva.

• La resistencia caracterológica puede ser comprendida en cuanto a su contenido el cual


puede reducirse a experiencias tempranas y a impulsos instintivos reprimidos. Reich
encontró que durante el análisis el carácter del paciente se transformaba poco apoco en
una resistencia. Por lo que descubrió que el carácter desempeña en la vida corriente el
mismo papel que en el análisis: un mecanismo de protección psíquica. El individuo va
"caracterológicamente acorazado" contra el mundo exterior y contra sus propios
impulsos inconcientes.

Para poder llegar a lo que llamó el "punto patogénico central" a través de la técnica de
análisis del carácter, Reich atacaba "las respectivas posiciones importantes actuales"
(resistencias caracterológicas) que a través de un trabajo sistemático, una tras otra, lo
conducían por necesidad a la "condición patogénica central".

Es importante resaltar el hecho de que Reich consideraba un error técnico fundamental


atacar desde el comienzo el punto patogénico central, que por lo general se manifiesta de
alguna manera en el comienzo mismo del tratamiento.

La coraza caracterológica se desarrolla como resultado del conflicto crónico entre las
demandas instintivas y el mundo exterior frustrante. Los conflictos presentes entre
instinto y mundo exterior fortalecen y justifican su existencia. El lugar donde se forma la
coraza es el yo, la parte de la personalidad que constituye el límite entre la vida instintiva
y el mundo exterior, por lo que Reich también la denomina el carácter del yo.

El endurecimiento del yo tiene lugar esencialmente con base en tres procesos:

1) Identificación con la realidad frustrante, en especial con la persona principal que


representa esa realidad. Este proceso da a la coraza sus contenidos significativos. Por
ejemplo, el bloqueo afectivo de un paciente compulsivo tendría el siguiente significado:
"debo practicar el autocontrol, como siempre me decía mi padre".

2) La agresión movilizada contra la persona frustrante, qué produjo angustia, se vuelve


contra el propio ser (retroflexión). Este proceso inmoviliza la mayor parte de las energías
agresivas, las bloquea y las aleja de la expresión motriz, creando de esta manera el
aspecto inhibitorio del carácter.

3) El yo forma actitudes reactivas hacia los impulsos y utiliza las energías de estas
actitudes para hacer a un lado esos impulsos, disminuyendo su capacidad de irrupción a
través de la coraza.

De esta manera la formación caracterológica sirve para aliviar la presión de los impulsos
reprimidos y, por lo tanto, fortalecer al yo. Pero el proceso tiene otro aspecto: mientras la
coraza logra buenos resultados para fortalecer al yo contra los impulsos interiores, al
menos durante un tiempo, esto significa un aislamiento de alcances más o menos vastos
contra estímulos procedentes del mundo exterior, y por consiguiente contra ulteriores
influencias de formación y educación del individuo, coartando las oportunidades de
crecimiento y desarrollo personal.

Tensión muscular → Defensa del carácter → Limitación de la energía.

Dinámica de la coraza caracterológica

A partir de 1935, Reich desarrolla una técnica para derribar las resistencias, que en
conjunto conforman la coraza caracterológica, a través de una nueva herramienta
terapéutica creada por él.

La vegetoterapia, por principio, propone que existe una relación entre el sistema
neurovegetativo y las enfermedades funcionales. Sobre la base del hecho de que la
neurosis es la expresión de una perturbación crónica del equilibrio del sistema
neurovegetativo y de la movilidad plasmática (energética) natural. Por lo tanto, la
vegetoterapia caracteroanalítica apunta al restablecimiento de la movilidad natural de la
energía fijada en los bloqueos corporales localizados en los siete segmentos funcionales
vegetativos: ocular, oral, cervical, torácico, diafragmático, abdominal y pélvico.

Reich perfeccionó sus técnicas con movimientos respiratorios específicos, con la


expresión somática de las emociones y el contacto físico directo (masaje) para de esta
forma relajar los músculos apretados. Completando todo lo anterior con el trabajo
analítico de interpretación y resolución de conflictos.

El contacto físico figura/fondo, el contacto psíquico y la coraza caracterológica

La idea del ciclo de autorregulación organísmica, como ya mencionamos en la


introducción de este trabajo, es un concepto compartido tanto por el enfoque gestáltico
como por las terapias derivadas de las ideas de Reich.

Para la Gestalt, representa el cómo los organismos establecen contacto con su entorno y
consigo mismos, dentro del proceso de formación figura/fondo. En otras palabras, cómo
surgen las figuras de entre el fondo difuso y cómo una vez satisfecha la necesidad, dicha
figura vuelve a desaparecer.

El ciclo de la experiencia se inicia cuando el organismo, estando en reposo, siente


emerger en sí alguna necesidad, toma conciencia de ella, e identifica algún elemento u
objeto que la satisface, convirtiendo dicho elemento en figura destacando sobre lo demás
qué es el fondo. A continuación, el organismo moviliza sus energías para alcanzar el
objeto deseado, hasta que entra en contacto con él satisface la necesidad y vuelve a
entrar en reposo nuevamente.

En este ciclo se identifican seis etapas sucesivas: 1) reposo; 2) sensación; 3) darse cuenta
o formación de figura; 4) energetización; 5) acción; y 6) contacto.

Para el enfoque gestáltico el contacto físico es aquello que ocurre en el límite entre el
organismo y el entorno; en el encuentro del sí mismo y el otro, en la asimilación de la
novedad a través de la cual tiene lugar el crecimiento y el cambio. Al estar en contacto,
experimentamos que el encuentro en el límite separa y define nuestro sí mismo y el del
otro (o el objeto) con quien estamos contactando.

El enfoque terapéutico gestáltico establece que el contacto físico no siempre es


necesario, y muchas veces ni siquiera deseable al trabajar con el cuerpo en terapia, ya
que se puede lograr mucho en el terreno de lo físico sin el uso del contacto. Por ejemplo,
dirigiendo verbalmente la atención del paciente a su proceso corporal: respiración,
postura, movimientos sutiles. O bien, instruyéndola en ejercicios, movimientos o
posturas, o bien solicitándole que toque su cuerpo como medio de enfocar su atención,
apoyando de esta manera su experiencia corporal.

Perls se interesó en el cuerpo no sólo por su potencial de movimiento y expresión,


también en términos de fenomenología o experiencia del cuerpo. Es decir, el estar en
contacto con el sí mismo, en contacto con la verdadera sensación de la propia
corporificación, a la par que con la expresión motora del sí mismo, en contacto con el
entorno. En otras palabras, utilizar el cuerpo para vivenciar las distintas representaciones
del sí mismo extrayendo elementos a través de las técnicas de representación teatral,
como ya se menciono anteriormente.

Sin embargo, a menos que se trate de un analista ortodoxo, los estándares gestalticos
actuales permiten el uso social del contacto físico como un apretón de manos, tocar el
hombro o la mano de un paciente para comunicar apoyo y, bajo ciertas circunstancias, un
breve abrazo para reconocer un acontecimiento importante. Con la advertencia ética de
que está prohibido todo contacto sexual entre paciente y terapeuta.

Reich, al contribuir al conocimiento de la estructura del yo a través de su concepto


caracteroanalítico de la coraza, constituida ésta por la sumatoria de todas las fuerzas
defensivas-represivas y de su posterior disolución mediante el análisis de las
modalidades de la conducta, pronto se dio cuenta de que un aspecto importante de la
coraza no contemplado por él lo constituía el fenómeno de la falta de contacto psíquico,
con lo cual la estructura de la coraza caracterológica es constituida de la siguiente
manera:

Primero, los impulsos reprimidos.

Segundo, las fuerzas defensivas represoras.

Tercero, una capa de estructura psíquica entre ambas: la falta de contacto.

Esta última es una fuerza dinámica, resultante del conflicto entre dos corrientes
biofísicas energéticas opuestas. Una manifestación clínica de esta condición dinámico-
estructural es el sentimiento de soledad interior, a pesar de relaciones sociales a menudo
amplias.

Siendo ésta la base de la despersonalización, es decir, cuando las personas se sienten


extraños a sí mismos, por una carencia de contacto consigo mismos y una falta de interés
en el mundo. Lo mismo se aplica en el bloqueo afectivo de los caracteres compulsivos y
de la rigidez catatónica.

Reich fue el primero en descubrir la importancia del contacto físico directo con los
pacientes para aliviar las tensiones musculares que obstaculizan la capacidad de
entregarse a los sentimientos y emociones, y comenzó a utilizar movimientos
neuromusculares (masajes) para reactivar sucesivamente los siete niveles funcionales
vegetativos arriba mencionados en dirección céfalo-caudal. Logrando hacer emerger los
impulsos bloqueados, para así poder ser reelaborados verbalmente, resignificados y
reintegrados a través del análisis.

Reich también utilizó el contacto físico sobre el cuerpo del paciente con el objeto de
palpar y sentir las inhibiciones musculares, ejecutando la presión necesaria a fin de
aligerar o reducir la contracción muscular, buscando establecer contactos en forma de
palmaditas alentadoras con el fin de darle confianza.

La imposición de las manos representó una desviación importante de la práctica


psicoanalítica tradicional, ya que en el análisis freudiano estaba estrictamente prohibido
todo contacto físico entre el analista y el paciente.

Reich aplicaba la presión selectivamente en las áreas en que se palpaban los espasmos
musculares crónicos, para ayudar a que se relajasen, por ejemplo, en la región de la
mandíbula, que suele estar extraordinariamente tensa en la mayoría de la gente,
adelantando el mentón agresivamente. Bajo la presión ejercida con las manos, los
músculos se fatigan y aflojan, teniendo como consecuencia que la respiración se haga
más libre y profunda.

Conclusión. Hemos expuesto aquí, de manera somera, que el mecanismo defensivo de la


retroflexión, del enfoque gestáltico, tiene puntos de confluencia en los que a las
resistencias caracterológicas del análisis reichiano se refiere. Pero es en el objetivo de
estos dos abordajes teóricos, donde las divergencias se hacen evidentes.

La Gestalt, para deshacer la acción


retroflexiva, utiliza el movimiento
expresivo y la confrontación,
buscando de esta forma la liberación
de las emociones y de las conductas
frecuentemente negativas. Y no a
través de la eliminación de la
retroflexión misma, ya que ésta
forma parte del sí mismo de la
persona, sino que busca encausarla.
A diferencia del enfoque reichiano,
en el que la meta por principio es
desbaratar la coraza caracterológica
a través del análisis de las
resistencias.

Por otra parte, existen coincidencias


en aspectos relacionados con la
confrontación de las actitudes
corporales durante el proceso, y en
lo que respecta a la liberación de las
emociones reprimidas como un
medio de lograr la toma de
conciencia. Estos dos enfoques
también coinciden en que se requiere de un entrenamiento especializado, en el cual el
propio terapeuta haya logrado superar de la forma más eficiente posible sus carencias
emocionales y desarrollado en forma plausible el análisis de sus resistencias, para así
poder desarrollar la capacidad de tolerar y manejar terapéuticamente la expresión de
emociones fuertes, siendo obligatoria la terapia del mismo.

Por último, agregamos que es sumamente valioso para estos dos enfoques el buscar
desarrollar movimientos y acciones expresivas en sus respectivos encuadres
terapéuticos, y ligarlos, con una base de toma de conciencia, así como de la importancia
del contacto con los sentimientos y emociones que afloren en cualquiera de estos dos
procesos.

BIBLIOGRAFÍA.

Wilhelm Reich(1957): Análisis del Carácter, Paidós. Buenos Aires, Argentina, pp 23-81-
129-152.

J.I. Kepner, J.C. Zinker (1992): Proceso corporal. Un enfoque Gestalt para el trabajo
corporal en psicoterapia, Manual Moderno, México, D.F., pp 45-79 87-117 163-183 207-
219.

LA VEGETOTERAPIA CARACTEROANALITICA.
UN MODELO DE TERAPIA PSICOCORPORAL
COMUNICACION X CONGRESO MUNDIAL DE PSIQUIATRIA

Manuel Redon Blanch

Medico, psicoterapeuta

Orgonterapeuta Trainer de

La Es.Te.R.

Comenzaré con una cita de G. Guasch que recoge lo fundamental de la


presente comunicación.
"las terapias psicocorporales consideran que cuerpo y mente son dos vais de
acceso a lo reprimido, a lo escondido, a lo estancado; y que, a partir de la
expresión de los afectos es como se recupera en gran medida la unidad
psicosomática y el equilibrio. Y los afectos se expresan a través de las
emociones, del lenguaje corporal expresivo, y se integran en lo cortical, por los
procesos cognitivos".

La inclusión de lo corporal en la psicoterapia tiene sus orígenes en el


movimiento psicoanalítico, con las aportaciones de G. Groddeck, S. Ferenczi
y W. Reich. Este último observó en su práctica clínica, en los años 30, que tan
importante como el contenido de la comunicación del paciente, lo era la forma
en como se comunicaba: los gestos, la mirada, la expresión afectiva que
acompaña al discurso verbal. Hoy hablaríamos de metalenguaje, de
comunicación no verbal o analógica, siguiendo a Bateson y la Escuela de Palo
Alto. Posteriormente observó que el disturbio neurótico se acompaña
frecuentemente de una respiración inhibida, de tensiones musculares
cronificadas, de trastornos neurovegetativos y de incapacidad para entregarse
al placer del abrazo amoroso. Todo ello equiparable a lo que conocemos como
correlatos fisiológicos del estrés y consecuencia de un disturbio libidinal-
afectivo-emocional anclado en la historia de la persona.
La base de la patología la sitúa Reich en la alteración de la expresión y de la
satisfacción de los afectos y del desarrollo sexual-libidinal (fases sexuales) del
niño/a, que genera un monto de angustia - inhibiendo las pulsiones y los
recuerdos y relegándolos al inconsciente - y una respuesta visceral y
neurovegetativa de contracción, de miedo. Esta contracción se plasma en
tensiones musculares crónicas que intervienen en la génesis de posteriores
trastornos funcionales orgánicos.

De este conjunto de observaciones clínicas surge el concepto de coraza


caracteromuscular:

 Caracterial en tanto que expresión mas o menos alterada del Yo biológico


y que cumple una función homeostásica y defensiva. El carácter consiste en
una alteración crónica de nuestro Yo que nos hace rígidos. Los rasgos
caracteriales facilitan la imposición del "rol" sobre la "función". "El grado de
movilidad caracterial, la capacidad de abrirse a una situación o de cerrarse ante
ella, constituye la diferencia entre la estructura de carácter sana y la neurótica"
W. Reich, Análisis del carácter.
 Muscular en tanto que las contracciones musculares crónicas junto con la
inhibición respiratoria fruto del predominio ortosimpático, acompañan a las
actitudes caracteriales como mecanismos defensivos y anclajes emocionales.
Sabemos por F. Navarro que si bien la memoria intelectual esta en correlación
con las células nerviosas, la memoria emocional y afectiva se inscribe, sin
embargo, en los músculos. Jacobson llegaba a afirmar que "el hombre piensa
con los músculos".

La coraza, en tanto que elemento defensivo, cumple la función de hacer mas


llevaderos los conflictos. Pero a costa de una menor capacidad de contacto con
los propios deseos y necesidades, de un deterioro en las funciones
perceptivas. Lo que nos lleva a un menor "sentir al otro y sentirnos a nosotros
mismos".

Sobre estas bases fundamenta W. Reich su teoría, su trabajo clínico y su


modelo terapéutico de la Vegetoterapia Caracteroanalítica, que al actuar
tanto sobre el carácter (elemento psíquico) como sobre el sistema muscular y
neurovegetativo (elementos corpóreos), aporta un precedente valioso a la
psicoterapia corporal actual.

Partimos de una concepción bio-psico-social de la persona, de la enfermedad y


de la salud, a través de la constante interrelación entre:

 Predisposición constitucional genética - bioenergética


 Relaciones objetales (historia infantil)
 Factores socioeconómicos (historia actual)

Para este modelo, la salud consiste en la capacidad de integrar todas las


funciones corporales en un sistema unitario. Y, en cuanto que es la pulsación
bioenergética (contracción-expansión) lo que facilita la vida, va a existir un
metabolismo bioenergético especifico y en continuo intercambio con el exterior.
Si no hay disturbios, se desarrolla la estructuración psico-física de una forma
unitaria. Desde las funciones menos complejas a las mas especializadas (p. ej:
de la motricidad al lenguaje); y de acuerdo con la dinámica evolutiva céfalo-
caudal desde las funciones del primer segmento (telerreceptores) a las
funciones del séptimo y ultimo segmento (bipedestación y sexualidad genital).
Todo ello a través de la maduración de la función sexual y en función del
desarrollo de las "fases sexuales".

El disturbio aparece con la alteración en el metabolismo bioenergético que se


produce cuando el biosistema en proceso de estructuración tiene "miedo"
(angustia visceral). Miedo como emoción primaria, origen de todos los
trastornos. Ya que el ecosistema (útero materno - organismo materno - núcleo
familiar - núcleo social), bien por falta de respuesta emocional bioenergética o
por represión de la expansión, no satisface las demandas afectivo-sexuales
necesarias. En función del momento histórico en que se produzca este estrés,
tendrá consecuencias diferentes. (.similar al concepto de fijaciones en el
mosaico primario de P Marty).

Así pues, la coraza se va formando siguiendo una dinámica cefalocaudal,


paralela al desarrollo organísmico del individuo. Esta coraza ocasiona con el
tiempo o por determinadas circunstancias y según la estructura de carácter de
la persona: enfermedades, síntomas o dolencias que se manifiestan tanto a
niveles psíquicos, como a través de manifestaciones somáticas.

La metodología de la Vegetoterapia Caracteroanalitica persigue


desacondicionar al paciente de las situaciones emocionales de base,
situaciones dolorosas que se grabaron en nuestro cuerpo los primeros años de
nuestra vida. Ello se realiza favoreciendo la expresión emocional de lo
reprimido, para en un segundo momento pasar a la elaboración e integración
verbal del contenido de lo previamente sentido.

Los objetivos terapéuticos que se tienen como referencia clínica son:

 la recuperación del equilibrio neurovegetativo y de la capacidad de placer


en el abrazo amoroso.
 la libre pulsación bioenergética,
 el reblandecimiento de la coraza caracteromuscular,
 la maduración del yo con la formación de un carácter flexible.
 la integración unitaria de las funciones psicosomáticas a través de una
adecuada interacción entre las funciones neocorticales, emocionales (límbicas)
y viscerales (pulsionales).

(modelo de integración entre los tres cerebros de Mc Lean, ya apuntado en la


cita inicial de G. Guasch)

Pero también es verdad que no podemos olvidar los limites sociales y


culturales que marcan el estigma y la impronta caracterial y que limitan la
potencialidad individual de la capacidad de placer, de expansión, de
creatividad, de crecimiento,...

Por ello se hace necesario un discurso preventivo a todos los niveles.


Continuadores del trabajo desarrollado por W. Reich en este terreno,
impulsamos la profilaxis orgonómica que tiene por objetivo la prevención de la
coraza en la infancia y que abarca la modificación de la condiciones adversas
que afectan al desarrollo psicosexual y emocional del ser humano desde su
gestación.

Profundizando en la praxis clínica post-reichiana de la ES.TE.R. (Escuela


Española de Terapia Reichiana), va a venir determinada por el D.I.D.E.
(Diagnostico Inicial y Diferencial de Estructura). Este modelo específico de
diagnostico permite realizar una aproximación profunda y global a las diferentes
estructuras caracteriales, posibilitando un encuadre y un abordaje terapéutico
preciso, situando adecuadamente los recursos que desde la intervención
pluridisciplinar posee la orgonterapia en la actualidad.

Este marco inicial de referencia se realiza en base a las siguientes variables:

 Predisposición constitucional
 Metabolismo bioenergético
 Relaciones objetales y rasgos de carácter
 Bloqueos y tensiones musculares
 Funcionamiento neurovegetativo y somático
 Realidad actual, en tanto que elemento reactualizador de los conflictos
básicos.

Básicamente delimitamos tres estructuras:

 La estructura psicotica, caracterizada por una situación de núcleo


energético débil, con sistema defensivo (coraza) prácticamente inexistente y
con una disfunción neurovegetativa a nivel profundo que se manifiesta en una
hiporrespiración, un bajo tono muscular y bloqueos a nivel ocular y
diafragmatico. A nivel psíquico encontraremos una tendencia a presentar
actitudes miméticas como forma de paliar los procesos escisivos, fruto de un
miedo de origen arcaico, intrauterino o fetal.

 La estructura de carácter borderline, con una distribución de la energía


alterada, acumulándose en exceso en ciertas zonas impidiendo su
funcionalidad. A nivel físico es frecuente encontrar una situación de tensión
generalizada y un fuerte bloqueo ocular y oral. Según la cobertura caracterial
desarrollada existirán ciertas diferencias particulares, pero serán característicos
los siguientes rasgos: falta de contacto con las necesidades y el ritmo propio,
vacío existencial (cargado de rabia), hiperactividad como manera de no
sentirse, dependencia y pobreza afectiva. Todo ello consecuencia prevalente
del miedo neonatal.
 La estructura de carácter neurótica, presenta también un desequilibrio
en la distribución energética, situándose las zonas de mayor tensión a nivel
cervical, diafragmatico y pélvico. Siendo el momento clave el edipico para el
desarrollo de esta estructura caracterial.

Como vemos a través de esta herramienta pluridisciplinaria podemos por una


parte situar al paciente en una de las tres estructuras básicas, pronosticar y
baremar los medios terapéuticos a utilizar, así como el momento y las
consecuencias de su empleo, sin ignorar las variables individuales.

Por otra parte también podemos prever, de no existir problemas


contratransferenciales neuróticos, las repercusiones que puede tener el uso de
varias técnicas con distintos puntos de referencia y con profesionales diversos.
Esto marca por tanto las bases y el principio de la metodología.

La puesta en practica del proceso se producirá con la sistemática de la


Vegetoterapia Caracteroanalitica como metodología de terapia profunda,
puesta a punto por F. Navarro y avalada por O. Raknes (discípulo directo de W.
Reich). O con la Psicoterapia Breve Carcteroanalitica sistematizada por X.
Serrano, como metodología de terapia breve, si las condiciones diagnosticas o
infraestructurales así lo requieren.

Los elementos principales que las conforman son:

 El espacio terapéutico, lugar donde se realiza el proceso terapéutico y


que pasa a tener un importante papel inconsciente para el paciente. En él
incluimos junto al espacio físico, al terapeuta, al ser la propia relación, en
cuanto "estar" de dos campos energéticos, un elemento transformador.

 Empleo sistemático de los actings o movimientos neuromusculares con


una funcionalidad neurovegetativa e histórica, en los siete segmentos descritos
por Reich de la coraza caracteromuscular. Movimientos que sitúo desde una
óptica "homeobiotica", en el sentido de ser semejantes a las manifestaciones
emocionales espontaneas y cuya repetición, pautada y respetuosa con el ritmo
individual de cada paciente, permite la recuperación de la memoria emocional.
Así la manipulación corporal sobre el sujeto es mínima y se realiza solo en
ciertos momentos como forma de contacto o de ayuda a la expresión de una
emoción ya manifiesta. Trabajamos con la persona y no sobre la persona.
Recordando que la memoria muscular retiene el impacto emocional. Según el
momento histórico de dicho impacto se fijara en el segmento cuya
funcionalidad histórica prevalezca.

Respetando siempre la lógica neurofisiologica cefalocaudal que favorece la


aparición ordenada de los afectos desde la vida intrauterina hasta la fase
genital. Contando con las particularidades de cada individuo y con el aquí y
ahora del mismo

Es esta "abreacción" terapéutica emocional y ordenada (Serrano, 1984) la que


va permitiendo la movilización energética. Cambiando la lógica que mantiene la
tensión muscular con las consiguientes repercusiones neurovegetativas y
neurohormonales. Facilitando la recuperación de la respiración completa, base
fisiológica de la pulsación celular.

 Paralelamente al empleo de los actings, el analista va elaborando la


dinámica transferencial y reblandeciendo resistencias a través del análisis del
carácter (Reich 1933), junto con la integración verbal y elaboración analítica de
las emociones que aparecen tras los actings. Ello permite objetivar con el
terapeuta la forma, las sensaciones,... vividas y a través de la palabra, de lo
cortical, la evolución del proceso psicoterapeutico.

CONCLUSION

He presentado las particularidades del abordaje psicoterapéutico desde el


paradigma post-reichiano, donde la emoción con sus correlatos
neuromusculares y neurovegetativos tiene un lugar central.

Tras el diagnostico inicial y diferencial de estructura y el encuadre en una de las


tres estructuras básicas: E. Psicótica, E. de carácter Borderline y E. de carácter
Neurótica realizamos el abordaje terapéutico bien desde una metodología de
terapia profunda : Vegetoterapia Caracteroanalítica, bien desde un enfoque
breve: Psicoterapia Breve Caracteroanalítica.

En ambos casos el trabajo con el cuerpo es fundamental y así se propone


(como herramientas técnicas principales) al sujeto la realización de "actings" en
el espacio terapéutico. Movimientos neuromusculares con sentido histórico,
que van permitiendo el reblandecimiento de la coraza caracteromuscular y la
emergencia de la emoción reprimida. En un momento posterior se pasa a la
elaboración de lo vivido, integrando la emocional y lo cortical, lo somático y lo
psíquico.

_______________________________________________

PSICOTERAPIA REICHIANA Y CUERPO


ENFERMO
Conferencia impartida en Valencia y Barcelona
Octubre 2000

MANUEL REDÓN BLANCH


Médico. Psicoterapeuta
Orgonterapeuta Trainer en Orgonomía médica

E-mail:
Mi visión de la Psicosomática está dirigida, a lo largo de mi trayectoria personal
y profesional, por la búsqueda de una aproximación holística a la relación
cuerpo - mente, una forma integradora de comprender el enfermar humano y
un acercamiento psicodinámico a la relación paciente - médico.

Soy médico, tengo una formación como Licenciado en Medicina y Cirugía en la


Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia. En los años 70 la
formación en lo que pudiera entenderse como psicología de la salud y del
enfermar, y como psicoterapia era prácticamente inexistente en los estudios de
licenciatura (continúan siendo grandes desconocidas del estudiante de
Medicina). Mi interés se decantaba hacia la medicina general, apostaba por el
contacto directo con los pacientes y su medio habitual de vida y me sorprendió
que no nos enseñaran como se articula esa relación. Tuvimos una formación
científica, exhaustiva en muchos aspectos de la patología y de la fisiología,
muy interesantes, pero pobre en lo que tenía que ver con el valor terapéutico
de la relación humana que se establece entre el personal sanitario y el
paciente. La evidencia ancestral de ese valor quedaba relegada a la intuición,
al "ojo clínico", a la experiencia y al arte del buen curar, que siendo excelentes
cualidades humanas y profesionales y de indudable potencial sanador, no
ocupaban un lugar importante en el aprendizaje.

Buscando respuestas mi interés se amplío hacia formas diferentes de entender


al ser humano y a la vez que estudiaba en la Universidad profundice en la
medicina tradicional china, acupuntura en concreto, que sí que contemplaba
mas aspectos del mundo de lo emocional en la manera como exponían su
saber. Cuando yo accedí había pocos trabajos científicos, básicamente
empírica, era el saber que se había transmitido 3000-4000 años atrás pero que
contemplaba las variables emocionales. Igual que hablaban de un hígado
deficitario de energía, hablaban de la cólera que tiene que ver con el
funcionamiento del hígado, pero tampoco profundizaba en los entresijos del
manejo de la carga emocional que todo paciente deposita en su terapeuta.

Reconociendo mis lagunas formativas lo que hice fue especializarme en


psicoterapia y particularmente en un modelo psicocorporal reichiano.

Estas diversas influencias formativas junto con mi evolución personal - en la


que ser sujeto en el diván reichiano, ha contribuido grandemente - y de la mano
de las aportaciones de pacientes y colegas, me han estimulado en la
integración del mundo de la medicina y el mundo de la psicoterapia. Todo ello
ha permitido orientarme, dentro de la labor profesional como clínico, en mi
trabajo con pacientes que presentan trastornos psicosomáticos y en la
divulgación de la integridad psicosomática del ser humano y de sus
sufrimientos.

Dicho esto, quería hacer tres preguntas que sirvieran de base para el desarrollo
de la conferencia. Hablaré fundamentalmente de enfermos con síntomas o
síndromes que se manifiestan en el cuerpo.

La primera pregunta sería si todos los enfermos son psicosomáticos?.


En principio hemos de partir de la premisa de que quien padece estas
enfermedades es el animal humano, y nos caracterizamos por tener un
elemento corpóreo, un elemento material con una fisiología preciosa y muy
compleja, pero que además vive inmerso en un universo de emociones que
junto al psiquismo lo configura como humano. Todo lo que acontezca a ese ser
evidentemente es psicosomático, tanto en la salud como en la enfermedad no
hay manera de separar esos dos campos. Ha habido cierto rehuir el concepto
de psicosomático porque se ha asociado con que es la mente la que está
fabricando la enfermedad somática y creo que es un error. La enfermedad
acontece en todo nuestro biosistema. Esta comprometida nuestra biología tanto
en sus manifestaciones orgánicas como emocionales y supone una crisis en
nuestra biografía. Podríamos estar hablando en vez de psicosomática, de
somatopsíquica, no hay un predominio preestablecido. Lo que es cierto es que
en función de la historia de cada persona y el tipo de patologías que presenta
va a haber una mayor o menor influencia del psiquismo o de lo orgánico.

A partir de esta premisa todo lo que acontece en el ser humano vivo es


psicosomático o somatopsíquico y todas sus patologías también lo son.
Vivimos en un sistema que mantiene cierto equilibrio, cuando se rompe o no es
válido, no es útil por diferentes motivos y aparece el trastorno, el síntoma va a
tener una repercusión a todos los niveles del ser humano vivo. Tanto en su
fisiología y en su funcionamiento corporal, como a nivel de sus emociones.

Cómo vamos a vivir la enfermedad?: Alguien que padece una crisis de úlcera
duodenal, evidentemente lo que le está ocurriendo es que tiene una erosión,
una herida en la mucosa del duodeno que le produce toda una serie de
síntomas y fundamentalmente dolor. Pero también es verdad que está
sufriendo y que está queriendo decir algo con esa enfermedad. Está pidiendo
ayuda y eso tiene que ver con el universo emocional.

La primera premisa es que todo lo que ocurre en el ser humano, en tanto que
unidad psicofísica, es psicosomático.

La segunda pregunta sería: Todas las enfermedades necesitan de


psicoterapia?

Siempre que hay una perturbación del equilibrio del organismo y por eso
aparece el síntoma, es necesaria una comprensión de lo que está ocurriendo
desde el punto de vista psicosomático, lo cual no quiere decir que
necesariamente tenga que darse una intervención psicoterapéutica en todas
las manifestaciones orgánicas que presente una persona a lo largo de su vida.
Muchas veces estas manifestaciones son, por ejemplo, infecciones puntuales,
que aunque tengan un componente emocional, por situaciones de duelo,
pérdida, o sobrecarga laboral que llevan aparejada una disminución en la
eficacia del sistema inmunitario y a partir de ahí una mayor propensión puntual
a padecer infecciones, son elementos que se manifiestan, que perturban la
existencia de la persona, pero en tanto en cuanto no están establecidas y no se
mantienen en el tiempo, no necesitarían de una intervención psicoterapéutica
especializada. Sí que necesitarían de una comprensión desde el punto de vista
psicosomático y por tanto desde los estamentos sanitarios que atienden a esa
persona, del estilo de los que aparecen en la película: "Las confesiones del Dr.
Sachs" de M. Deville.

Trata de la historia de un médico general joven en un pueblo de Francia que


aborda la relación con sus pacientes desde una visión psicosomática y social.
Los diálogos que se establecen son los que está pensando el médico que le
quiere decir la persona que está delante, no lo que le está diciendo sino lo que
le quiere decir. Ese es el espíritu de la psicosomática, y a lo mejor la
intervención de este médico no dejaba de ser la aspirina. No es que hiciera
psicoterapia con todos sus pacientes, ya que no pretendía suplantar la figura
del psicoterapeuta, pero sí que hacía las devoluciones o daba la aspirina desde
ese punto de vista. Desde la posición de haber captado, por lo menos
mínimamente, la situación problemática de esa persona, en ese momento de
su vida, al padecer esa patología.

Tampoco hace falta que ahora lo psicologicemos todo. Hay múltiples


reacciones fundamentalmente dentro de lo que llamamos reacciones agudas,
que si bien están hablando de un momento comprometido a nivel emocional de
la persona, no necesariamente van a requerir una intervención
psicoterapéutica. Pero claro, si nos vamos al otro extremo, no hay que perder
de vista que una de las principales patologías psicosomáticos, como son las
enfermedades cardiovasculares, son la primera causa de muerte en el mundo
desarrollado. No estamos hablando de síntomas aislados o de enfermedades
agudas pero que no se establecen de una manera crónica, sino que cuando los
trastornos se empiezan a organizar en el tiempo, aparecen repetidamente, se
instalan en la persona y ese organismo empieza a responder a través de esos
canales somáticos. Pueden llegar a ser situaciones realmente graves y de
compromiso sanitario importante, tanto como para que haya componentes
emocionales y psicosomáticos en la principal causa de muerte en el mundo
desarrollado. Por lo tanto en estos casos la intervención psicoterapéutica sería
de absoluta necesidad.

Pero, qué tiene que ver el mundo de las emociones con las enfermedades
orgánicas?

Si vamos al lenguaje popular, literario, hay muchas expresiones comunes que


incluso usamos a menudo y que tienen que ver con esa correlación
psicosomática: "Se me rompió el corazón", "Se me atragantó el examen", "Te
has convertido en un dolor de cabeza" (muy propio para los hijos). "Tienes que
enseñar los dientes". Son referencias de cómo algo que tiene que ver con lo
emocional se transforma en manifestación somática. Y si esto es así a nivel del
saber popular, debe haber una implicación. Aquí es donde empezaré a hablar
de las aportaciones de la psicoterapia reichiana al entendimiento del
funcionamiento psicosomático.

Si comenzamos por la noción de emoción, etimológicamente significa ex-


movere: Contiene la noción de movimiento y la noción de exteriorización. Es
decir, una emoción sería un elemento básico del ser humano que busca
expresarse desde el núcleo biológico (porque de algún sitio tiene que coger la
energía como para hacerse patente). Evidentemente ese proceso de
exteriorización requiere un movimiento, una movilidad en el biosistema para
que esa emoción pueda hacerse patente. El concepto de emoción entraña la
vertiente psicosomática, es decir, partimos de una base biológica, que dice que
algo en nuestro organismo se excita como para generar una emoción. Ese
elemento emotivo provoca una serie de cambios físicos en nuestro organismo,
diferentes en función de la emoción concreta que sea, y a la vez alcanza el
psiquismo, se hace consciente, tomamos contacto cognitivo con ese elemento
primariamente biológico.

Qué ocurre?. Si por el desarrollo histórico del animal humano esa tendencia
expresiva de las emociones no se ve favorecida sino que es impedida,
reprimida, nos encontramos con algo que naturalmente tiende a ser
manifestado pero que ve impedida su propia funcionalidad, se inhibe.
Pongamos un caso de una emoción típicamente reprimida en la infancia: la
rabia de un niño contra su hermano pequeño por sentir que le ha quitado su
lugar, sentimiento además real, porque ya no tiene el mismo sitio que tenía. Es
difícil tolerar la rabia (la nuestra y la de los demás). Es muy frecuente como
esas manifestaciones emocionales de los niños sean reprimidas y no
permitidas en su libre manifestación, ayudándole a identificarse. Antes se
reprimía de una manera más autoritaria y hoy de una manera más "civilizada",
más a través del chantaje emocional, pero de todas maneras sigue siendo
vigente el mecanismo.

El niño y la niña frente al adulto están en absoluta desventaja, lo necesitan, no


puede revelarse eternamente, morirían en el intento, se destruirían, con lo cual
empieza el mecanismo de represión emocional. En este caso el mecanismo se
transforma en celos, envidias, en situaciones que se van enquistando ya como
elementos de carácter. Y en el cuerpo también se adoptan posiciones de
contracción muscular que permiten "fijar" las emociones reprimidas para
sentirlas menos y se van favoreciendo desequilibrios corporales que abonan la
aparición posterior de ciertas enfermedades. No podemos decir que haya un
único elemento que esté desencadenando ningún síntoma, pero podemos
tener el inicio de una úlcera del duodeno, el inicio del terreno propicio para
padecer un problema digestivo. Ese niño va a necesitar contraer su diafragma
para no sentir la fuerza de la emoción y eso empieza a generar el terreno
abonado como para que mas pronto o mas tarde aparezca una patología
orgánica. Después de esa represión externa, primero del medio familiar, luego
de la escuela y posteriormente de todo el medio social, esa represión que en
principio es impuesta termina por interiorizarse y entonces los niños ya "saben",
ya tienen una serie de filtros emotivos, por pura supervivencia, que los llevan a
poder "adaptarse" a esta sociedad.

La tercera premisa dentro de este panorama: Qué aporta la psicoterapia


reichiana?

Primera, y siguiendo con este ejemplo de la represión emocional, el análisis de


estos fenómenos me vino aportado por la experiencia de Wilhelm Reich como
clínico, trabajando con pacientes, donde tuvo la habilidad de saber mirar, de
saber ver lo que estaba ocurriendo delante de él en el diván, las reacciones
que tenían los pacientes cuando recordaban hechos significativos de su
biografía, o cuando él hacía algún tipo de indicación sobre lo que pensaba.
Descubrió que junto a los recuerdos y la emoción que despertaban, había
también unas repercusiones somáticas sobretodo a nivel muscular. Las
personas presentaban unos bloqueos, unas contracciones localizadas en el
cuerpo, más en unas partes que en otras, que acompañaban a las dificultades
de expresión emocional. Siguiendo esa línea psicocorporal evidenció
determinadas reacciones del Sistema Nervioso Neurovegetativo que
acompañaban a ese proceso de contracción. A todo eso lo denominó "coraza
caracteromuscular". Esa coraza que es tanto psíquica como somática esta
siempre comprometida en la aparición de las patologías somáticas. No vamos
a profundizar pero sí quiero transmitir la idea de que la psicoterapia reichiana
es una psicoterapia corporal. Reich es el iniciador de posteriores evoluciones
que han habido dentro del terreno de la psicoterapia corporal. Es el primero
que introduce el cuerpo en la escena terapéutica, desde el psicoanálisis.

Una segunda aportación que hace la psicoterapia reichiana al campo de la


psicosomática sería contemplar también las variables bioenergéticas. Esto es
un paso mas en la evolución del propio Reich y también en la evolución de
nuestro trabajo clínico. Se trata de contemplar no solo la musculatura
voluntaria, no solamente es el sistema neurovegetativo el que está alterado por
esa represión emocional. Hay también a niveles más internos de nuestro propio
núcleo biológico una serie de cortes en la circulación de nuestra energía. No
solamente es una psicoterapia que contempla el cuerpo sino que también
contempla el funcionamiento bioenergético del organismo humano con sus
leyes, con lo que sabemos y también con lo que todavía desconocemos de ese
funcionamiento.

Y por último, la tercera aportación que hace la psicoterapia reichiana tiene


referencia con el propio método terapéutico ya que si estamos viendo que la
patología psíquica o somática tienen raíces psicosomáticas y por lo tanto
interviene tanto el cuerpo como el psiquismo, que menos que en la acción
psicoterapéutica tomemos en cuenta también a esos dos elementos. Esa es la
fuente de la psicoterapia reichiana que Reich denominó "Vegetoterapia
Caracteroanalítica". Es decir, una incidencia sobre el cuerpo y sobre el sistema
neurovegetativo en el terreno de lo orgánico y una incidencia sobre el análisis
del carácter en el terreno de lo psíquico.

Como tal forma de psicoterapia tiene una serie de leyes y desarrolla una serie
de instrumentos clínicos. Una primera ley habla de que en tanto en cuanto la
estructuración del organismo humano acontece desde el polo cefálico hacia el
polo caudal (filogenéticamente se puede demostrar y a través de la psicología
evolutiva también), la intervención psicoterapéutica desde el punto de vista de
una psicoterapia profunda tiene que respetar esa ley. Tiene que hacerse
también desde lo cefálico hacia lo caudal. Otras corrientes de psicoterapia
corporal que no aplican esta ley, corren el riesgo de estar trabajando en la
pelvis, por ejemplo, o el diafragma, sin haber desbloqueado suficientemente los
segmentos anteriores y pueden desencadenar desequilibrios importantes.

Otra aportación sería el empleo de lo que se conoce como los actings. Son
movimientos neuromusculares con intención emocional que, respetando la
lógica cefalocaudal, se proponen a los pacientes y que tienen una clara
resonancia o analogía con expresiones emocionales espontáneas. Es a través
de ese instrumento como se busca la recuperación de ese mundo emocional
que permanece inconsciente.

Básicamente estas serían las aportaciones de la psicoterapia reichiana. Hay


posteriores evoluciones de la vegetoterapia con inclusiones ya de los
elementos mas bioenergéticos, lo que Reich denominó Orgonterapia, y
posteriormente autores postreichianos han desarrollado formas específicas de
intervención, por ejemplo adaptadas al medio público en donde no se puede
plantear una psicoterapia profunda. Xavier Serrano desarrolla la Psicoterapia
Breve Caracteroanalítica partiendo de las mismas bases, solo que con un
desarrollo técnico más breve.

Las tres premisas básicas quedan así:

o Todo lo que le acontece al ser humano es psicosomático

o Es necesario entender el origen psicofísico de cualquier


desequilibrio, aunque no todos requieren psicoterapia.

o El lugar que tiene dentro de las psicoterapias, la


psicoterapia reichiana como psicoterapia corporal.

Ahora, en una segunda parte de esta conferencia, quiero comentaros una


forma práctica de entender y atender los trastornos psicosomáticos. En las
manifestaciones psicosomáticas encontramos un mayor o menor predominio de
las alteraciones somáticas o bien de las psíquicas, podríamos decir que las
proporciones de ambos casos no siempre son iguales. Dentro de esa diferente
proporcionalidad se establecen diversas categorías en función de una mayor
relevancia de lo psíquico o de lo somático. Desde la mayor presencia de lo
psíquico, de la mentalización, hasta el último grado de organicidad y menor de
mentalización. Estamos hablando en el primer caso de la hipocondría y en el
último de las patologías degenerativas. Hagamos un recorrido por estas
categorías. (Todos los cosos que voy a comentar me son derivadas por
profesionales sanitarios para un enfoque psicoterapéutico).

1. Hipocondría.

Se incluye dentro de los trastornos psicosomáticos porque está referida al


cuerpo. Hay temor de padecer una enfermedad grave, y ese temor lleva a vivir
cualquier sensación como síntoma de la enfermedad. Hay muy poca
organicidad, a lo sumo hay una cierta hipersensibilidad en estas personas en
algunas zonas de su cuerpo. Una autopercepción aumentada y distorsionada;
la enfermedad está en la cabeza, no en el cuerpo, aunque se proyecte sobre el
cuerpo. También decimos que el hecho de que se haga esta diferenciación no
tiene que ver con mayor o menor gravedad, porque una hipocondría con
verdaderas alucinaciones referidas al propio cuerpo, con la vivencia del cuerpo
o de una parte del cuerpo como un auténtico persecutor puede llegar a ser muy
grave. Estaríamos hablando de un trastorno más psicopatológico. La
hipocondría es una focalización de la sensibilidad en una determinada zona del
cuerpo, generalmente estas zonas suelen ser zonas erógenas, que presentan
una mayor sensibilidad y que se convierten en depositarias del terror al
sufrimiento irremediable. Creo que todos en algún momento de nuestra vida
hemos tenido alguna reacción hipocondríaca, pero una cosa son estas
reacciones puntuales y otra la hipocondría como entidad clínica en donde se
produce un gran consumo de tecnología sanitaria buscando un cierto efecto
calmante de las ansiedades y temores, con consultas repetidas y un continuo
deambular entre diferentes especialistas.

Ejemplo. Una mujer joven con una perturbación importante de su propia


imagen corporal. Elemento que aparece frecuentemente en este trastorno
psicosomático: nosotros no somos perfectamente simétricos, nuestra parte
derecha e izquierda no son una réplica perfecta, pero con frecuencia estas
personas tienden a percibir las asimetrías como elementos confirmadores de
una patología orgánica grave, generalmente asociada a enfermedades
degenerativas (cáncer). Mas que el miedo a la muerte aparece el miedo al
sufrimiento de la propia enfermedad.

Esta mujer iba de un médico a otro buscando calmar sus temores y utilizando
al sistema sanitario como remedio ansiolítico hasta la próxima vez que se
volvía a generar esa situación de angustia y requería que alguien externo la
tranquilice, tranquilidad que dura un tiempo hasta que se le presentaba de
nuevo la situación de necesidad. Tiene la suerte de encontrar una médico de
cabecera que entiende lo psicosomático y que está a favor de la intervención
psicoterapéutica En principio intenta contener la situación sin desbordarse, sin
encargar demasiadas pruebas, radiografías, etc., para no meterle de lleno en el
círculo vicioso, pero llega un momento en que la situación se le va de las
manos, no tiene tiempo, tiene una consulta de medicina general en un pueblo.

La paciente presenta una fijación con el pecho, la mama. Constantemente está


analizándose las diferencias entre una mama y otra, focalizada en la izquierda.
Eso la lleva a autoexploraciones constantes. Cuando eso ocurre, en una
situación de fuerte angustia, llega a hacerse hematomas por la intensidad con
la que se busca los bultos. Una situación de evidente desespero. Cuando se
calma este mecanismo en ella, es sobre el marido sobre el que se proyecta
esta situación, entonces empieza a verle bultos en el cuello, o posteriormente,
cuando tuvo un hijo, sobre el hijo. Una mujer inteligente, profesora del instituto,
totalmente adaptada en el medio en donde vive pero con esta posición de
hipersensibilidad en esa zona corporal y de fuerte angustia. El trabajo
psicoterapéutico fue largo y complejo, pero dentro del desarrollo de la
Vegetoterapia esta mujer pudo salir de ahí y conseguir una redistribución
energética y caracterial suficiente como para aceptar lo que le estaba pasando:
un monto de rabia muy grande que no se permitía reconocer, ligado a su
historia infantil y poco a poco fue consiguiendo desactivar ese mecanismo de
drenaje de la angustia y pasar a gestionar su vida desde una posición más
adulta y menos anclada en el mundo emocional infantil.

2. Somatización.
El siguiente estadío dentro de esta distribución de mentalización-organicidad
estaría representado por lo que se conoce desde el punto de vista
psicodinámico como somatizaciones histéricas, dentro de la terminología
freudiana. Son manifestaciones orgánicas que utilizan el mecanismo de la
simbolización para expresarse. Un conflicto que no se está pudiendo reconocer
a nivel psíquico es expresado directamente a niveles somáticos. Son las
clásicas descripciones de la histeria.

Un caso muy ilustrativo y clásico en psicosomática relatado por Hoff y Ringel


en su obra "Problemas generales de la Medicina Psicosomática": En la Hungría
del 57 en plena invasión soviética de la primavera de Praga. Una mujer
consigue enrolarse en un grupo de personas que se van a fugar, que van a
escapar. Está todo arreglado pero en el último momento pierde a su hijo. No
hay manera de contactar con él y claro, hay una presión del grupo porque se
tienen que ir. Se van, cuando llega a la frontera y está a punto de pasar a
Austria cae al suelo paralítica. La llevan a Viena y en la Clínica de
Neuropsiquiatría un equipo formado en psicosomática le hace pruebas. No hay
ninguna causa neurológica, cerebral, circulatoria, y por lo tanto el diagnóstico
es de parálisis histérica. Tratada con psicoterapia esa persona se recuperó de
esa situación.

Ese es un ejemplo típico de lo que quiero decir cuando hablamos de


somatización. Aquí hay una mayor implicación del cuerpo porque el síntoma
acontece directamente en el cuerpo, no es un síntoma imaginado. El síntoma
aparece reflejado en el cuerpo pero su origen es emocional y es ahí donde hay
que buscar la solución. Hay que hacer una intervención clínica discreta en el
sentido de discriminar posibles causas orgánicas y realizar directamente un
trabajo psicoterapéutico. Suelen ser manifestaciones que implican la
musculatura voluntaria como las parálisis, los órganos de los sentidos con
cegueras histéricas, sorderas y los fenómenos dolorosos como manifestación
del conflicto.

Qué simboliza lo que ocurrió con esta mujer?: No quería irse, estaba entre dos
fuegos, entre dos presiones, la suya como madre y la del grupo; de escapar de
una situación que sentía como fuertemente peligrosa y la angustia de no poder
y de no saber cuándo volvería a ver a su hijo o lo que le hubiera pasado. Eso
no se verbaliza, ni siquiera se llega a hacer consciente y entonces se somatiza:
el cuerpo toma la palabra. Textualmente una somatización es una metáfora de
lo que esa persona está sintiendo, del conflicto que está viviendo y el cuerpo es
"usado" como medio de expresión.

Otro caso que tiene que ver con este mecanismo es una mujer en tratamiento
con un terapeuta corporal por un dolor cervical muy intenso. Después de
algunas sesiones, el terapeuta se da cuenta de que lo que esta persona
presenta es un conflicto emocional y que lo que necesita es un trabajo de
psicoterapia. Lo plantea, es aceptado y la empiezo a ver. En el trabajo corporal
centrado en el síntoma el resultado había sido escaso. Desde los inicios del
trabajo psicoterapéutico esta mujer dejó de tener dolor, sin haber hecho una
intervención directa sobre el mismo, pero si facilitándole un lugar donde
"abandonarse". Le hice un planteamiento de psicoterapia profunda donde no se
aborda directamente el síntoma, pero fue a partir de sentir que estaba en un
lugar donde podía "perder el control" mínimamente, como que ese síntoma,
esa manifestación cedió.

3. Enfermedades funcionales.

El tercer estadío de esta relación cuerpo-mente sería el que está representado


por lo que se llama las "enfermedades funcionales" o también se les podría
llamar reacciones psicosomáticas, en donde el grado de alteración orgánica es
claro, y el grado de participación del psiquismo es mas complejo. El
compromiso emocional está siempre presente generando ansiedad e
interfiriendo en el funcionamiento del sistema neurovegetativo y sus
repercusiones sobre la musculatura lisa involuntaria. Por ejemplo a nivel
digestivo, las gastritis, las disfunciones pancreáticas con respecto a la
digestión, la tendencia al estreñimiento, a la diarrea, gases, etc. En otros
niveles, tendencia a las reacciones alérgicas, de broncoespasmo, tendencias a
la hipertensión o a la hipotensión sin llegar a ser enfermedades como tal
constituidas. En fin, un abanico enorme de alteraciones donde hay una lesión o
al menos una alteración funcional clara y que tiene que ver con el universo
emocional aunque hay un funcionamiento más autónomo del cuerpo y la
mente. No están tan correlacionados como lo que hemos visto hasta ahora.

Desde mi punto de vista las corrientes psicoanalíticas tienen una intervención


eficaz en la hipocondría y en las somatizaciones, a partir de ahí han tenido que
desarrollar nuevos métodos terapéuticos para poder incidir en los otros dos
tipos de pacientes. La ventaja que tiene ahí la psicoterapia reichiana es que al
estar unido con el cuerpo puede abarcar todo este abanico. Con esto no quiero
decir que la psicoterapia reichiana sea la panacea universal ni la solución para
todo, pero si que amplía mucho la capacidad de intervención.

En las enfermedades funcionales los síntomas están muy ligados al mundo


emocional, pero ya no son esa metáfora. Ya no se puede leer tan directamente
el síntoma y el elemento mental que lo está favoreciendo.

Algún ejemplo, un hombre, padre de una niña, que sufre una situación
traumática en su vida y el padre ante la situación que vive la niña (6-7 años),
decide llevarla a una psicoterapeuta infantil. Esta persona empieza a trabajar
con la niña y se da cuenta que el padre está en una situación de fuerte
angustia, entonces le recomienda que también él haga un tratamiento, por lo
menos una intervención en crisis. Me es remitido, y esta persona vive la
situación de trauma con toda una serie de complicaciones, incluso legales, muy
fuertes, pues lo llevan a una situación de casi una angina de pecho, de
sobrecarga diafragmática intensa. Una situación límite que con una
intervención en crisis (esta persona no hizo un trabajo breve ni un trabajo
profundo sino 6 o 7 sesiones) pero tomando contacto y conciencia con todo lo
que le estaba pasando y luego introduciendo el cuerpo en las sesiones para
ayudarle a descargar esa tensión, y con otra cosa que también es importante y
que a partir de ahora empieza a tener sentido: aquí hace falta ya una
intervención doble. En tanto en cuanto hay situaciones orgánicas patentes que
pueden llegar a ser peligrosas hace falta una intervención médica, ya no
solamente psicoterapéutica. En este caso fue a través de la homeopatía en
donde se normalizó lo suficiente la situación como para hacer sesiones de
control cada dos-tres meses pero ya fuera de esa situación de riesgo en que
una enfermedad funcional -primero funcional pero hubiera podido haber llegado
a ser lesional- se instalase. Esa es la diferencia entre una angina de pecho que
es una contracción de una arteria por un problema neurovegetativo de lo que
sería ya un infarto, que es la consecuencia sobre el músculo del corazón, de
una falta de riego.

4. Enfermedades psicosomáticas o Biopatías.

El cuarto presupuesto sería lo que la literatura psicológica define como


enfermedades psicosomáticas mayores: hipertensión, asma, colon irritable,
colitis ulcerosa, síncopes, etc., y que desde el punto de vista reichiano y a partir
de los trabajos de Reich, nosotros incorporamos también las enfermedades
degenerativas y además utilizando la metodología que Reich denominó como
biopatías, que definen las enfermedades del biosistema, del sistema vital de la
persona, más allá de donde se manifiestan, más allá de que sea un tumor en el
colon o un infarto. Es todo el organismo psicosomático el que está implicado,
enfermo, aunque las manifestaciones sintomáticas se den mas en una parte
que en otra. Aquí el grado de organicidad es enorme.

Estamos hablando de enfermedades como la diabetes, por ejemplo, donde la


necesidad de la intervención médica es imprescindible, no se puede abordar
este tipo de enfermedad solamente desde el terreno de la psicoterapia por muy
psicocorporal y bioenergética que sea. Requiere un planteamiento, un enfoque
interdisciplinario, y eso a veces es difícil de conseguir. Si a nivel de equipo se
pueden cubrir todas las vertientes - y muchas veces podemos - será más fácil,
porque entre otras cosas, todos los profesionales estamos hablando el mismo
lenguaje, estamos analizando la situación desde una posición y una formación
común. Pero cuando tienes que salir al mundo de la medicina convencional, al
mundo sanitario oficial, te encuentras profesionales que contemplan y
favorecen la relación psicoterapéutica y otros que por desconocimiento o
narcisismo, no lo hacen. Eso lo complica, es difícil y a veces se llegan a
malograr los tratamientos por esa rivalidad.

Esto es importante porque hay autores que han estudiado a estos pacientes y
los definen como "analfabetos emocionales". Tienden a tener grandes
dificultades para conectar con su mundo emocional, como si no supieran leer
sus sentimientos. Son personas de apariencia muy normal, muy adaptadas,
poco problemáticas con el entorno, pero con desconexión del mundo interno
que se manifiesta a través del cuerpo, pero ya no como una metáfora sino
directamente como un lenguaje. Hay autores que han estudiado esto, tanto
franceses como americanos. Los americanos hablan de la Alexitimia (Sifneos),
que es la dificultad para conectar con el estado de ánimo. Los franceses (Marty
y la Escuela Psicosomática de París) hablan de la depresión esencial y del
pensamiento operatorio. Y Reich hablaba de la biopatía donde se da un
abandono de las posibilidades autónomas de gestión emocional.
Un ejemplo. Una mujer joven, de treinta años, diagnosticada e intervenida de
colitis ulcerosa grave, con varios periodos de hospitalización, muy delgada,
famélica, con un problema de falta de absorción intestinal muy grave por la
rapidez del tránsito. Diarreas continuas, tratamiento quirúrgico y médico con
cortisona a dosis altas, como única manera de contener mínimamente la
enfermedad. Tiene un familiar psicólogo que en una de las crisis hablan y me la
remite. Es una persona con una estructura bioenergética de mucha fragilidad,
muy débil, no solamente por la enfermedad, sino que su propia historia está
marcada por la debilidad, con una negación de su mundo emocional tremendo,
sobretodo en lo que tiene que ver con las emociones "negativas" como la rabia
y que todas sus crisis coinciden con situaciones de fuerte rabia, pero no sentida
y no vivida, con respecto a su entorno. Es un caso donde aprendí mucho y en
donde el elemento de la confianza en el terapeuta fue básico como para que
pudiera salir de esa situación, dejar el tratamiento médico ortodoxo, excepto en
dos veces en las que volvió a tener una crisis; mantenerse con tratamiento
homeopático y con apoyo psicoterapéutico, una psicoterapia especial adaptada
a la situación, mucho teléfono, visitas al hospital si hace falta...

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Para terminar quiero hacer algunas precisiones sobre la necesidad de prevenir


de forma eficaz la aparición de estos procesos patológicos. Fenómenos
psicosomáticos siempre se producirán, forman parte de nuestra identidad, pero
podemos favorecer un mayor equilibrio y respeto por nuestras funciones
naturales si las favorecemos desde la infancia y buscamos ayuda si el
desajuste se perpetúa en el tiempo.

Apoyándome en los tres niveles clásicos de prevención, quiero puntualizar:

Profilaxis primaria: Si estamos hablando de patologías que una de sus raíces


es siempre el compromiso emocional, aparte de que puedan haber elementos
congénitos, hereditarios, accidentes fortuitos, creo que todo aquello que
hagamos para favorecer el que no se produzca una separación del ser humano
con sus emociones y una ayuda en poderlas canalizar, es básico en lo que
tiene que ver con la prevención.

A nivel secundario quiero resaltar la importancia de la derivación, y por eso las


personas que elegí eran las que directamente no se les había ocurrido la idea
de buscar una psicoterapia para lo que les estaba pasando, porque era
fundamentalmente físico, orgánico, y a donde habían ido era a un terapeuta
corporal, a un médico, entonces la importancia de que haya un estado de
opinión a nivel de la sociedad, a nivel de los medios de comunicación, y
fundamentalmente a nivel del sistema sanitario, de que se debe y se puede
intervenir psicoterapéuticamente sobre las patologías psicosomáticas, y si esa
derivación está bien hecha hay muchos puntos ganados para la recuperación
de esa persona. Estas personas tuvieron suerte de contar con alguien del
estamento sanitario que estaba relacionándose con ellas y que las ayudara a
afrontar lo que les pasaba.
Prevención terciaria. Intervención. En este momento disponemos de un
excelente método de trabajo a la hora de enfocar los conflictos y los trastornos
psicosomáticos desde la psicoterapia reichiana. La vegetoterapia y la
orgonterapia son métodos preventivos eficaces de desarrollos biopáticos.

Transcripción: Maria Clara Ruiz Orgonterapeuta de la Es.Te.R.

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