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“Así pues, el significado de población es bastante elástico; este concepto abarca tanto
pequeños grupos de algunos centenares de personas aislados por motivos geográficos,
religiosos, etc., que a pesar de sus exiguas dimensiones consiguen asegurar su propia
reproducción y supervivencia, como grandes naciones con varios centenares de millones
de habitantes.”
En demografía una población es un ente real, con una identidad colectiva, que se
mantiene en el tiempo, en principio, de manera indefinida. Con demasiada frecuencia se
confunde con otro significado de “población”, el estadístico, en el que equivale al
“universo” o colectivo de referencia sobre el que se realizan las observaciones o se
disponen datos.
También cabe reconocer, esta vez ya dentro de la propia demografía, dos significados
distintos: por una parte, cualquier stock instantáneo de personas (su número en un
momento determinado; por ejemplo, los “solteros mayores de 40 años censados el 1 de
enero de 2016” y, por otra, el sistema poblacional en su conjunto, que fluye en el
tiempo, a veces a lo largo de siglos, al margen de que sus integrantes nazcan, mueran y
se reproduzcan en el transcurrir de ese tiempo.
Aunque inicialmente (desde Malthus e incluso antes) las poblaciones eran estudiadas en
el primer sentido, como stocks, dentro de disciplinas diversas (la economía, la sociología,
la antropología…), desde finales del siglo XIX y especialmente a lo largo del siglo XX la
demografía se consolida metodológicamente y crea un corpus teórico propio gracias el
llamado “análisis demográfico”.
La materia prima que maneja un demógrafo son los datos estadísticos sobre población.
Estos datos no los recoge él, sino que los obtiene de “fuentes de datos”, operaciones
estadísticas de conteo de personas o registros de acontecimientos. De tales fuentes se
extrae, depura y publica la información agregada, en el pasado en forma de tablas
impresas y, cada vez más en la actualidad, en formato digital con los micro datos
individuales.
Referencia temporal
Cualquier dato debe tener una referencia temporal exacta. Esta referencia puede ser
un instante o un intervalo de tiempo entre dos instantes.
El tiempo que sirve de referencia a los datos puede ser también de dos tipos: el tiempo
histórico (p.ej. el inicio del día 1/1/2017, o el periodo de un año comprendido entre ese
día y el final del día 31/12/2017) y el tiempo de vida de las personas (p.ej. la edad
exacta de 20 años en el momento en que se cumplen, o el periodo de un año de edad
cumplida que va desde el instante en que se cumplieron los 20 años hasta el instante en
que se cumple la edad siguiente).
1) la fecundidad.
El cálculo es sencillo, y consiste en sumar todos los hijos que tendrían mil mujeres que en
cada edad tuviesen las tasas de la tabla proporcionada. Puesto que las tasas ya vienen
expresadas en tantos por mil, mil mujeres que en cada edad entre los 15 y los 20 años
tuviese cada año 8 hijos tendría un total de 8 * 5 = 40 hijos; mil mujeres que en cada edad
entre los 20 y los 25 años tuviesen cada año 104,5 hijos tendría un total de 104,5 * 5 =
522,5 hijos, ….
El sumatorio de todos los hijos hace un total de 4.292,5
El mismo resultado podría haberse obtenido haciendo el sumatorio simple de las tasas y
multiplicando el resultado por 5, porque en esta ocasión todos los intervalos de edad son
iguales y, por lo tanto, puede hacerse el “factor común”. De este modo, tendríamos 858,5
* 5, que también arroja el resultado de 4.292,5.
Ahora basta calcular el promedio de hijos por mujer. Puesto que en todas las edades lo
que teníamos eran 1.000 mujeres:
Nótese que estamos suponiendo en realidad una cohorte imaginaria de mujeres que
desde los 15 años van teniendo hijos en cada edad con la misma intensidad que las
mujeres suecas reales durante ese periodo de cinco años. Y nótese, además, que esa
cohorte imaginaria es doblemente imaginaria, porque mantiene su efectivo inicial de 1000
mujeres durante todos los años de su vida fecunda, sin que ninguna de ellas fallezca. En
definitiva estamos construyendo un indicador “puro” de fecundidad, no alterado por los
otros dos fenómenos, la mortalidad y la migración.
Simplemente se trata de cuantas hijas por mujer, y se obtiene multiplicando el ISF por la
parte proporcional de nacimientos femeninos (que no es exactamente la mitad, porque en
la especie humana es ligeramente superior la proporción de nacidos varones). Puesto que
se trata de una constante biológica, cuyo valor oscila en torno a 0’488, basta con
multiplicar:
3) Edad media a la maternidad: EMM Hacemos la suposición de que los hijos tenidos en
cada intervalo de edad los han tenido mujeres cuya edad se sitúa como promedio el punto
central de ese intervalo (se trata sólo de una aproximación, aunque el resultado es
bastante ajustado). Así, los hijos habidos de madres de 15-19 años de edad los
consideramos nacidos, aproximadamente, a los 17,5 años, los habidos de madres de 20-
24 los consideramos nacidos a los 22,5 años, etc.
Puesto que estos flujos de entrada y salida pueden ser “naturales” (también llamados
“vegetativos”, se refieren a los nacimientos y las muertes) y “migratorios”, también puede
decirse que el crecimiento es el resultado de dos tipos de balances, el que se produce
entre nacimientos y defunciones, y el que resulta de las entradas y salidas por migración.
Esta es una de las ecuaciones básicas del análisis demográfico. Descompone los
elementos que intervienen para que el tamaño de una población se vea modificado entre
dos momentos cualesquiera (o, lo que es lo mismo, durante un intervalo de tiempo).
1.Número de hogares.
4.Relación de Dependencia
El director de Migración Colombia, Christian Kruger, reconoce que “hoy tenemos muchos
fenómenos –migratorios– que no se veían antes”, al punto que en las agendas
binacionales de Colombia con buena parte de los países del continente este es un tema
fundamental.
Cifras de Migración Colombia dan cuenta del fenómeno que se presenta con Venezuela,
pues hasta hace tres años era común que ciudadanos colombianos buscaran quedarse
allá y desde mediados del año pasado la situación es al revés.
De acuerdo con Migración Colombia, hoy no son más de 250.000 venezolanos los que
están en el país. De ellos, 45.000 están de manera legal, mientras unos 180.000 tienen
condición irregular –se quedaron más de los 180 días permitidos por la ley migratoria–.
Desde 2012 las sanciones administrativas migratorias a ciudadanos venezolanos se han
multiplicado. De acuerdo con Migración Colombia, el número de sanciones pasó de 1.113
en todo 2012 a 2.787 entre el primero de enero y el 11 de mayo de este año. Estas
sanciones incluyen deportaciones –11 en 2012, frente a 861 en lo corrido de este año–;
expulsiones –pasaron de 4 a 111–, y sanciones económicas –de 1.098 personas en 2012
ya llegan a 1.815 en menos de cinco meses–.
La nueva realidad colombiana se ha convertido en un imán que atrae cada día más
extranjeros que buscan nuevas oportunidades en el país. De la buena gestión del tema
migratorio dependerá que el país le saque mejor provecho a este nuevo escenario.
Fuentes del alto gobierno consultadas por Dinero han señalado que un escenario inicial
contempla la llegada de venezolanos que desde la frontera podrían desplazarse a otras
regiones del interior del país y serían absorbidos como fuerza laboral. En este caso, ya se
está trabajando para lograr que ingresen a cotizar a salud y tengan acceso a educación y
otros beneficios sociales. Un segundo nivel de contingencia podría ser similar al que se
presentó en 2015, cuando el gobierno vecino expulsó a cerca de 22.000 personas y, en
este caso, también la absorción sería relativamente tranquila. El escenario más difícil es el
que se podría dar en un tercer nivel, cuando la confrontación genere que el
desplazamiento a la frontera colombiana de más de 200.000 personas, en cuyo caso se
tendría que activar un plan de crisis que incluye la instalación de albergues para atención
humanitaria. Esta sería una situación mucho más compleja de manejar, pues su
normalización dependería de que se restaure la institucionalidad en el vecino país. Sin
embargo, funcionarios del Gobierno no descartan que se dé un escenario en el que se
mantenga la situación y no pase nada, lo que en todo caso permitiría que la situación en
frontera siguiera normal.
Una tercera migración es la de destino; es decir, los extranjeros que ven a Colombia como
una opción de vida y quieren quedarse. Migración Colombia estima que en esta categoría
están cerca de 110.000 extranjeros. La migración de origen es la cuarta tipología, y son
colombianos que se fueron al exterior pero regresaron tras registrar problemas de
comportamiento. La quinta es una migración nueva y es la temporal. En este caso, no se
trata de extranjeros que tengan a Colombia como tránsito o como destino, sino que
permanece en las fronteras por temas de necesidad, ya sea de conseguir alimentos o de
trabajar.
Preguntas de Análisis.