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La Demografía y su relación con el Bienestar.

“¿Qué es la demografía? Responder que la demografía es el estudio de la población no


es otra cosa que traducir la palabra compuesta de etimología griega (demos-grafia) y no
nos acerca a la definición del objeto de estudio de la disciplina que nos disponemos a
afrontar. Tampoco nos es de gran provecho la definición más divertida que parafrasea la
respuesta de un célebre científico: “La demografía es aquello que estudian los
demógrafos”. Será mejor, pues, tratar de definir la disciplina partiendo de su objeto de
estudio, es decir la población.”

“Por población se entiende un conjunto de individuos, constituido de forma estable, ligado


por vínculos de reproducción e identificado por características territoriales, políticas,
jurídicas, étnicas o religiosas. Pero para no imponer de entrada una definición de forma
artificial y pedante, no estará de más descomponerla en los elementos que la constituyen
y comentarla. La definición habla de “conjunto de individuos, constituido de forma
estable”. Esto excluye aquellas colectividades ocasionales y transitorias como pueden ser
un conjunto de individuos en un estadio, una fábrica o un ejército, que no conforman una
población. No están constituidos de forma estable ya que para ello se requiere la
existencia de una continuidad en el tiempo que sólo puede asegurarse mediante la
reproducción. Por lo tanto una colectividad que no se reproduce no es, en general, objeto
de atención del demógrafo; es obvio que los individuos de los estadios se reproducen,
pero ello ocurre en el contexto más amplio de la población a la cual pertenecen y no como
miembros de una colectividad de aficionados. Una población, pues, se definirá como tal si
tiene continuidad en el tiempo y si esta continuidad está asegurada por vínculos de
reproducción que ligan padres e hijos y garantizan la sucesión de las generaciones.
Finalmente, una población se define también por las características que trazan su perfil y
sus límites. Estas características pueden ser de distinta naturaleza y la más común es la
geográfica, es decir, la pertenencia a un determinado territorio. Sin embargo no es la
única ; la pertenencia a un determinado grupo étnico o religioso puede ser suficiente para
aislar y definir a una población: piénsese en los esclavos negros de Estados Unidos antes
de su liberación (e incluso después); en los hebreos antes de su emancipación; en los
musulmanes y fieles de otras religiones que conviven en recíproca autonomía
demográfica en Africa y Asia. En muchos casos, barreras políticas y jurídicas o de casta
contribuyen a delimitar nítidamente las fronteras y separaciones entre grupos. Los límites
y fronteras de las distintas poblaciones son tales que los agregados así definidos asumen
su propia autonomía y estabilidad, reproduciéndose y conservándose en el tiempo.”

“Así pues, el significado de población es bastante elástico; este concepto abarca tanto
pequeños grupos de algunos centenares de personas aislados por motivos geográficos,
religiosos, etc., que a pesar de sus exiguas dimensiones consiguen asegurar su propia
reproducción y supervivencia, como grandes naciones con varios centenares de millones
de habitantes.”

“Una población, tal como se ha definido, tiende a perpetuarse y a permanecer en el


tiempo, pero ello no significa que sea eterna. Las poblaciones se forman y se extinguen;
se forman esencialmente por migraciones asociadas con adecuadas capacidades
reproductivas –piénsese en el poblamiento de América por migraciones provenientes de
Asia en época prehistórica y de Europa en época histórica– pero tampoco faltan ejemplos
de poblaciones creadas artificialmente por imposición, desmembrando etnias, grupos o
naciones anteriormente unidos.”

“Una población se extingue porque la natalidad es insuficiente para compensar la


mortalidad, o porque poblaciones inicialmente distintas se fusionan entre sí : en América
Latina ya no existen una población europea y una amerindia, con su propia identidad y
forma de vida. Del mismo modo, en los países europeos ya no existe la aristocracia como
población separada endogámica (es decir con matrimonio y reproducción sólo dentro de
sí misma), ya que ésta se ha fundido con otros estratos sociales.”

En demografía una población es un ente real, con una identidad colectiva, que se
mantiene en el tiempo, en principio, de manera indefinida. Con demasiada frecuencia se
confunde con otro significado de “población”, el estadístico, en el que equivale al
“universo” o colectivo de referencia sobre el que se realizan las observaciones o se
disponen datos.

También cabe reconocer, esta vez ya dentro de la propia demografía, dos significados
distintos: por una parte, cualquier stock instantáneo de personas (su número en un
momento determinado; por ejemplo, los “solteros mayores de 40 años censados el 1 de
enero de 2016” y, por otra, el sistema poblacional en su conjunto, que fluye en el
tiempo, a veces a lo largo de siglos, al margen de que sus integrantes nazcan, mueran y
se reproduzcan en el transcurrir de ese tiempo.

Aunque inicialmente (desde Malthus e incluso antes) las poblaciones eran estudiadas en
el primer sentido, como stocks, dentro de disciplinas diversas (la economía, la sociología,
la antropología…), desde finales del siglo XIX y especialmente a lo largo del siglo XX la
demografía se consolida metodológicamente y crea un corpus teórico propio gracias el
llamado “análisis demográfico”.

La particularidad que diferencia el análisis demográfico de otras maneras de estudiar la


población es precisamente que la entiende como un “sistema reproductivo“, con
continuidad en el tiempo.

Lo que hace el “análisis” en demografía es estudiar por separado (analizar) los


componentes de la reproducción del sistema: los nacimientos, las muertes y las entradas
y salidas por migraciones. A partir de este “núcleo” teórico básico (la llamada ecuación
compensadora), se añade investigación muy diversa sobre los respectivos determinantes
de estos tres fenómenos: la composición por edades (y las pautas de cada uno de los tres
fenómenos en cada una de tales edades), pero también otros comportamientos y
características. La nupcialidad, la salud, la anticoncepción, la regulación legal del aborto,
las estructuras familiares y convivenciales, las políticas públicas sobre vivienda o el
tratamiento fiscal a las familias son algunos ejemplos de temas que la demografía puede
considerar importantes, precisamente porque influyen sobre su tema nuclear: la
reproducción.
En la actualidad un demógrafo puede ser especialista en la reconstrucción histórica de
familias a partir de registros parroquiales, en el análisis de los cambios antropométricos
(como la estatura) y su relación con la salud, en las proyecciones de población activa y
ocupada en el mercado laboral, o en la jubilación de los trabajadores y su efecto conjunto
sobre el sistema de pensiones. Las pautas de constitución o de ruptura de parejas, la
emancipación familiar de los jóvenes, la intensidad y composición por nacionalidades de
los flujos migratorios, son también campos muy amplios de investigación a los que se
puede dedicar toda una vida. Pero ello no debe hacernos perder de vista que la disciplina
se interesa por todos estos temas porque afectan o condicionan su objeto nuclear de
investigación, la reproducción de las poblaciones.

Fuentes de datos demográficos

La materia prima que maneja un demógrafo son los datos estadísticos sobre población.
Estos datos no los recoge él, sino que los obtiene de “fuentes de datos”, operaciones
estadísticas de conteo de personas o registros de acontecimientos. De tales fuentes se
extrae, depura y publica la información agregada, en el pasado en forma de tablas
impresas y, cada vez más en la actualidad, en formato digital con los micro datos
individuales.

La materia prima de la demografía es el tiempo de vida de las personas. Todo gira en


torno al momento en que ocurren dos acontecimientos cruciales y básicos, el nacimiento y
la muerte, y al momento histórico en que se producen. El demógrafo debe trabajar con
momentos exactos y con las duraciones temporales entre esos momentos; nada se puede
afirmar o analizar sobre las poblaciones si no se añade la vez la información sobre
“cuándo” y “durante cuánto tiempo”

El tiempo humano transcurre simultáneamente en dos marcos de referencia temporal:

 El tiempo histórico, Periodos de tiempos generacional. Intervalos. 2000-2009.


2010-2019

 El tiempo de vida. Esperanza de vida. 60, 70, 80 años

Referencia temporal

Cualquier dato debe tener una referencia temporal exacta. Esta referencia puede ser
un instante o un intervalo de tiempo entre dos instantes.

El tiempo que sirve de referencia a los datos puede ser también de dos tipos: el tiempo
histórico (p.ej. el inicio del día 1/1/2017, o el periodo de un año comprendido entre ese
día y el final del día 31/12/2017) y el tiempo de vida de las personas (p.ej. la edad
exacta de 20 años en el momento en que se cumplen, o el periodo de un año de edad
cumplida que va desde el instante en que se cumplieron los 20 años hasta el instante en
que se cumple la edad siguiente).

Teniendo en cuenta esta diferencia en la referencia temporal, instantánea o de periodo,


pueden también clasificarse los tipos de fuentes como:
-Censos: Se elaboran cada diez años por parte de los servicios estadísticos del Estado
sobre toda la población del país y proporcionan una gran cantidad de datos (edad, sexo,
estado civil, nivel de estudios).
-Padrones: Se elaboran por parte de los ayuntamientos y, aunque ofrece menos datos
que el censo, su gran ventaja es su inmediatez, ya que se actualiza de manera constante,
recogiendo así los nacimientos, defunciones, movimientos migratorios o cambios de
residencia que afecta al municipio. Su carácter dinámico permite contemplar la evolución
de la población prácticamente en tiemporeal.
-Registro civil: Creado en la segunda mitad del siglo XIX, proporciona datos sobre los
nacimientos, defunciones y matrimonios.

Ejemplo. Se proporciona la tabla de tasas específicas de fecundidad (abreviada en


intervalos quinquenales de edad) que tuvieron las mujeres de Colombia durante el periodo
1970-1974. Con estos datos, deben calcularse:

1) la fecundidad.

2) la edad media a la maternidad.

3) la tasa bruta de reproducción.

Tasas específicas de fecundidad - 1970-1974 (mujeres)


Edadnfx (0/00) Intervalo
15-198,0 17,5
20-24104,5 22.5
25-29190,7 27,5
30-34223,0 32,5
35-39202,0 37,5
40-44113,8 42,5
45-4916,5 47,5

1) La fecundidad; ISF. Aunque el método de cálculo es el mismo, conviene saber que la


fecundidad, en este caso, corresponde a datos de momento y no de generación, y por ello
el indicador calculado será el ISF (Índice Sintético de Fecundidad) y no la DF
(Descendencia Final)

El cálculo es sencillo, y consiste en sumar todos los hijos que tendrían mil mujeres que en
cada edad tuviesen las tasas de la tabla proporcionada. Puesto que las tasas ya vienen
expresadas en tantos por mil, mil mujeres que en cada edad entre los 15 y los 20 años
tuviese cada año 8 hijos tendría un total de 8 * 5 = 40 hijos; mil mujeres que en cada edad
entre los 20 y los 25 años tuviesen cada año 104,5 hijos tendría un total de 104,5 * 5 =
522,5 hijos, ….
El sumatorio de todos los hijos hace un total de 4.292,5

El mismo resultado podría haberse obtenido haciendo el sumatorio simple de las tasas y
multiplicando el resultado por 5, porque en esta ocasión todos los intervalos de edad son
iguales y, por lo tanto, puede hacerse el “factor común”. De este modo, tendríamos 858,5
* 5, que también arroja el resultado de 4.292,5.

Ahora basta calcular el promedio de hijos por mujer. Puesto que en todas las edades lo
que teníamos eran 1.000 mujeres:

ISF = 4.292,5 / 1.000 ———–> ISF = 4,29

Nótese que estamos suponiendo en realidad una cohorte imaginaria de mujeres que
desde los 15 años van teniendo hijos en cada edad con la misma intensidad que las
mujeres suecas reales durante ese periodo de cinco años. Y nótese, además, que esa
cohorte imaginaria es doblemente imaginaria, porque mantiene su efectivo inicial de 1000
mujeres durante todos los años de su vida fecunda, sin que ninguna de ellas fallezca. En
definitiva estamos construyendo un indicador “puro” de fecundidad, no alterado por los
otros dos fenómenos, la mortalidad y la migración.

2) La tasa bruta de reproducción, R

Simplemente se trata de cuantas hijas por mujer, y se obtiene multiplicando el ISF por la
parte proporcional de nacimientos femeninos (que no es exactamente la mitad, porque en
la especie humana es ligeramente superior la proporción de nacidos varones). Puesto que
se trata de una constante biológica, cuyo valor oscila en torno a 0’488, basta con
multiplicar:

R = ISF * 0,488 ——————-> R = 2,09

3) Edad media a la maternidad: EMM Hacemos la suposición de que los hijos tenidos en
cada intervalo de edad los han tenido mujeres cuya edad se sitúa como promedio el punto
central de ese intervalo (se trata sólo de una aproximación, aunque el resultado es
bastante ajustado). Así, los hijos habidos de madres de 15-19 años de edad los
consideramos nacidos, aproximadamente, a los 17,5 años, los habidos de madres de 20-
24 los consideramos nacidos a los 22,5 años, etc.

CRECIMIENTO ABSOLUTO DE UNA POBLACIÓN Y COMPONENTES QUE LO


DETERMINAN

El crecimiento de una población, desde un determinado momento en el tiempo “t” y


durante un periodo de tiempo “n” es la diferencia entre la población existente al final de
dicho periodo de tiempo y la población que había al principio: Este crecimiento absoluto,
en realidad, es el resultado del balance entre los flujos de entrada y de salida (de hecho
puede haber un crecimiento negativo si las salidas superan a las entradas)

Puesto que estos flujos de entrada y salida pueden ser “naturales” (también llamados
“vegetativos”, se refieren a los nacimientos y las muertes) y “migratorios”, también puede
decirse que el crecimiento es el resultado de dos tipos de balances, el que se produce
entre nacimientos y defunciones, y el que resulta de las entradas y salidas por migración.

Esta es una de las ecuaciones básicas del análisis demográfico. Descompone los
elementos que intervienen para que el tamaño de una población se vea modificado entre
dos momentos cualesquiera (o, lo que es lo mismo, durante un intervalo de tiempo).

(Población final = Población inicial + Nacimiento – Defunciones + Inmigraciones –


Emigraciones).

Tasa bruta de natalidad. Esta entrada proporciona el promedio anual de nacimientos


durante un año por cada 1,000 personas en la población a mediados de año.

Los indicadores demográficos en Colombia: Son aquellos que representan, en cifras,


las características, evolución, ubicación, comportamiento, dimensiones, etc. de una
población o de un grupo de personas. En este sentido, el Observatorio de Familia
presenta los siguientes indicadores demográficos sobre los hogares y las personas que
integran las familias:

1.Número de hogares.

2.Tamaño promedio de los hogares.

3 .Mujeres en edad fértil.

4.Relación de Dependencia

5.Relación de Niños por Mujer

6.Edad Media de la Fecundidad.

7.Tasa Bruta de Natalidad

8.Tasa General de Fecundidad.

9.Tasa de Reproducción Neta

10.Esperanza de Vida al nacer hombre

11..Esperanza de Vida al nacer mujeres

12.Tasa de Mortalidad Infantil.

Dichos indicadores se obtuvieron a partir de la información suministrada por el DANE, y


se realizaron cálculos a partir de la gran encuesta integral de hogares (GEIH).
Los retos de Colombia con el aumento de su migración

En 2016 hubo 13 millones de movimientos migratorios en el país. La llegada y salida de


extranjeros alcanzó una cifra histórica: 5,6 millones. Según Migración Colombia, los retos
son enormes. Hasta hace tres años el tema migratorio producía muy pocas noticias en
Colombia. Pero de 2015 para acá no hay una semana en la que no se hable de algún
tema relacionado con el flujo de extranjeros entrando o saliendo. El fenómeno es nuevo
para los colombianos, que se habían acostumbrado a ser el país suramericano con menor
flujo de extranjeros, y para las autoridades, que hasta el momento contaban con una
estructura reducida para atender estas situaciones. Pero los cambios que se registran en
los tres últimos años –y los que se esperan de aquí en adelante– han motivado
al Gobierno a introducir cambios importantes para atender la nueva realidad.

El director de Migración Colombia, Christian Kruger, reconoce que “hoy tenemos muchos
fenómenos –migratorios– que no se veían antes”, al punto que en las agendas
binacionales de Colombia con buena parte de los países del continente este es un tema
fundamental.

Las mejoras en asuntos de seguridad, el comportamiento de la economía y hasta en la


eliminación de visados para más de 30 países hacen que en estos momentos Colombia
se haya puesto de moda para el paso de ciudadanos de otras regiones del continente o,
incluso, para quienes buscan quedarse en el país y luchan por obtener la
nacionalidad. Esto explica la creciente presencia de ciudadanos haitianos, cubanos,
venezolanos, chinos y de otros países que a diario generan noticias sobre temas
migratorios en el país. El año pasado Migración Colombia registró una cifra histórica: 13
millones de movimientos durante todo 2016, frente a 3,6 millones registrados en 2001. De
esta cifra, 5,6 millones correspondieron a entradas y salidas de extranjeros, también
considerada una cifra récord en el país. Pero llama la atención que buena parte de los
movimientos migratorios que se dieron el año pasado involucran a venezolanos que, a
raíz de la crítica situación económica, política y social que se registra en el vecino
país, están buscando oportunidades de mejorar sus condiciones de vida en Colombia o
están de paso hacia otros países.

Cifras de Migración Colombia dan cuenta del fenómeno que se presenta con Venezuela,
pues hasta hace tres años era común que ciudadanos colombianos buscaran quedarse
allá y desde mediados del año pasado la situación es al revés.

Esta mayor presencia de venezolanos ya está generando fricciones en algunos


municipios y departamentos del país. De hecho, recientemente el alcalde de
Bucaramanga se quejó por este fenómeno, y en varios municipios de la Costa Caribe a
diario se presentan querellas por parte de quienes consideran que ciudadanos
venezolanos les están quitando sus fuentes de trabajo o son culpables de algunos
problemas de seguridad o prostitución que se vienen generando. Sin embargo, expertos
aseguran que muchos de estos problemas obedecen a la ineficiente gestión de los
mandatarios regionales antes que a la presencia de migrantes venezolanos.
Pero es claro que la migración de los vecinos está generando un nuevo estado de cosas,
pese a que no es de la magnitud que algunos mandatarios regionales dicen. En varios
casos han pedido intervención de las autoridades, pero se ha encontrado que los recién
llegados son colombianos que se habían ido al vecino país.

De acuerdo con Migración Colombia, hoy no son más de 250.000 venezolanos los que
están en el país. De ellos, 45.000 están de manera legal, mientras unos 180.000 tienen
condición irregular –se quedaron más de los 180 días permitidos por la ley migratoria–.
Desde 2012 las sanciones administrativas migratorias a ciudadanos venezolanos se han
multiplicado. De acuerdo con Migración Colombia, el número de sanciones pasó de 1.113
en todo 2012 a 2.787 entre el primero de enero y el 11 de mayo de este año. Estas
sanciones incluyen deportaciones –11 en 2012, frente a 861 en lo corrido de este año–;
expulsiones –pasaron de 4 a 111–, y sanciones económicas –de 1.098 personas en 2012
ya llegan a 1.815 en menos de cinco meses–.

También se han impuesto sanciones a empresas y personas naturales que se aprovechan


de los migrantes venezolanos para emplearlos en condiciones laborales deplorables o
cometer delitos como trata de personas. Hasta el momento, cerca de 600 empresas son
investigadas por Migración Colombia, ya sea porque no les pagan los salarios legales o
por incumplir con parafiscales.

Para el director de la entidad, en este momento es fundamental garantizar un orden en el


tema migratorio. Y justamente para cumplir con este objetivo, el pasado 1º de mayo entró
en vigencia un sistema de identificación en frontera con la puesta en vigencia de la Tarjeta
de Movilidad Fronteriza, en la cual ya están cerca de 230.000 venezolanos inscritos. Esta
tarjeta busca identificar a las personas que a diario cruzan la frontera y se devuelven, ya
sea por razones de estudio, trabajo o porque vienen a visitas familiares o a comprar
víveres.

La nueva realidad colombiana se ha convertido en un imán que atrae cada día más
extranjeros que buscan nuevas oportunidades en el país. De la buena gestión del tema
migratorio dependerá que el país le saque mejor provecho a este nuevo escenario.

Panorama crítico. La situación política y social de Venezuela está alcanzando niveles


críticos. Esto ha motivado al Gobierno a analizar los distintos escenarios en que se
moverá la relación binacional, en caso de que la situación del país vecino siga
empeorando.

Fuentes del alto gobierno consultadas por Dinero han señalado que un escenario inicial
contempla la llegada de venezolanos que desde la frontera podrían desplazarse a otras
regiones del interior del país y serían absorbidos como fuerza laboral. En este caso, ya se
está trabajando para lograr que ingresen a cotizar a salud y tengan acceso a educación y
otros beneficios sociales. Un segundo nivel de contingencia podría ser similar al que se
presentó en 2015, cuando el gobierno vecino expulsó a cerca de 22.000 personas y, en
este caso, también la absorción sería relativamente tranquila. El escenario más difícil es el
que se podría dar en un tercer nivel, cuando la confrontación genere que el
desplazamiento a la frontera colombiana de más de 200.000 personas, en cuyo caso se
tendría que activar un plan de crisis que incluye la instalación de albergues para atención
humanitaria. Esta sería una situación mucho más compleja de manejar, pues su
normalización dependería de que se restaure la institucionalidad en el vecino país. Sin
embargo, funcionarios del Gobierno no descartan que se dé un escenario en el que se
mantenga la situación y no pase nada, lo que en todo caso permitiría que la situación en
frontera siguiera normal.

Fenómeno en alza. La nueva realidad migratoria en el país ha encendido las alarmas,


pues la idea es que esta nueva población pueda ser absorbida y sus requerimientos en
salud, educación y trabajo atendidos. Hoy en el país se han identificado cinco tipos
de migración. El primero es conocido como la migración de retorno, es decir, los
colombianos que se fueron hace unas décadas y regresan debido a la mejora en las
condiciones del país. El segundo tipo es la migración de tránsito, que ha generado gran
impacto porque se trata de extranjeros que llegan a Colombia de paso, ya sea porque van
hacia Norteamérica o desde Venezuela al sur del continente. El año pasado Migración
Colombia inició cerca de 34.000 actos administrativos para ciudadanos que de manera
irregular permanecían en el país.

Una tercera migración es la de destino; es decir, los extranjeros que ven a Colombia como
una opción de vida y quieren quedarse. Migración Colombia estima que en esta categoría
están cerca de 110.000 extranjeros. La migración de origen es la cuarta tipología, y son
colombianos que se fueron al exterior pero regresaron tras registrar problemas de
comportamiento. La quinta es una migración nueva y es la temporal. En este caso, no se
trata de extranjeros que tengan a Colombia como tránsito o como destino, sino que
permanece en las fronteras por temas de necesidad, ya sea de conseguir alimentos o de
trabajar.

Preguntas de Análisis.

1- Cuál es el efecto del Crecimiento de la población y deterioro del medio ambiente.

2-El saldo migratorio –emigrantes menos inmigrantes- es importante cuando se trata de


migraciones internacionales pero si se trata de movimientos espaciales de la población
dentro de nuestro país, la incidencia del saldo migratorio es insignificante más aún cuando
es muy difícil calcular estos movimientos migratorios. Esta Ud. de acuerdo. Explicar

3. Explicar la importancia de la demografía y el bienestar social.

4- Consultar sobre las principales fuentes de datos demográficos y explicar.

5- Cuales son los objetivos de los censos nacionales de población

6-Como podemos relacionar el crecimiento económico y el bienestar social de la


población.
7- Consultar las Características demográficas de la población.

8- “El crecimiento acelerado de la población urbana y el desarrollo de las ciudades es un


fenómeno natural, incontenible y necesario”. Que opina Ud. de esta frase. Es cierto o
falso. Explicar

Qué significa que Colombia alcance 50 millones de habitantes


La entrada masiva de venezolanos y otros extranjeros, un leve incremento en la natalidad
en algunas zonas y el aumento en la esperanza de vida pusieron al país, antes de lo
previsto, cerca de los 50 millones de habitantes. Estas son las implicaciones. Reportaje de
Oswaldo Vargas.
El año en que nací (1974), Colombia tenía 24,21 millones de habitantes, según el Banco
Mundial. Hoy, 43 años después, estamos al borde de alcanzar los 50 millones. No solo
nos duplicamos en poco más de 4 décadas, también cambiamos nuestro hábitos de
consumo, el promedio de estatura, la alimentación y hasta las enfermedades que
padecemos.
Según el reloj poblacional que el Dane publica en su página web, y que se actualiza
teniendo en cuenta métricas y proyecciones estadísticas que tienen como punto de
partida el censo de 2005, Colombia alcanzará los 50 millones de habitantes en octubre de
2018. En septiembre de este año el contador marcaba ya 49,4 millones de habitantes; sin
embargo, es posible asegurar que estamos más cerca de los 50 millones de lo que
muchos creen. ¿Por qué decir eso y cómo sustentar tal afirmación? Varios fenómenos
sociales inesperados que se han presentado en los dos últimos años podrían haber
impulsado ese dato poblacional.
El primero es la llegada masiva de venezolanos y colombianos con doble nacionalidad
que llevaban años en el país petrolero, pero que, como consecuencia de la difícil situación
económica, política y social, decidieron cruzar la frontera.
Visite: Economía de Cúcuta se reinventa por medidas de Maduro
El director general de Migración Colombia, Christian Krüger, dijo a este medio que solo en
el último mes 63.000 venezolanos se han acogido a un permiso especial para extender su
permanencia en Colombia. Esos son los que se regularizan, pero hay otros flujos. “Un
estudio que hicimos concluyó que por las trochas de frontera han ingresado entre 110.000
y 150.000”, explicó. Krüger aseguró que la llegada de venezolanos al país es una
tendencia que crece mes a mes. En 2012 había 20.000 visas para venezolanos, en la
actualidad se han registrado 50.000.
Hay otro flujo que es pendular. Son aquellos que día a día cruzan la frontera pero vuelven
a su país de origen.
Establecer el número exacto en cada uno de estos flujos es una tarea muy compleja. El
investigador Ronal Rodríguez, miembro del Observatorio de Venezuela de la Universidad
del Rosario y quien lleva 13 años estudiando el flujo migratorio entre los dos países,
proyecta que en los dos últimos años han cruzado la frontera hacia Colombia entre
300.000 y 400.000 venezolanos. “Un número importante de ellos viene a hacer su vida en
Colombia, algunos otros son como una avanzada que llega a mirar las condiciones del
país para luego invitar a más familiares o amigos; por eso estoy seguro de que muchos
otros van a venir”, cuenta el académico.

Rodríguez afirma que en las próximas semanas y meses puede presentarse un


incremento de llegadas de venezolanos, teniendo en cuenta que se acercan las
elecciones regionales de mediados de octubre. “Es posible ver cómo se están integrando
muchos de estos venezolanos a la economía y al país. Sin embargo, muchos de ellos no
tienen documentación y sus títulos profesionales no son homologados”, afirma el experto.
La entrada de venezolanos a Colombia no es nueva, pero que se haga de manera
masiva, como se vio en el primer semestre de este año, no tiene antecedentes.
¿Estamos contando bien? Un documento del Observatorio Laboral de la Universidad del
Rosario, publicado en agosto de este año y titulado Características de los migrantes de
Venezuela a Colombia, indica que la población de Colombia podría variar al alza debido a
ese fenómeno migratorio. “Los últimos censos de población realizados en Colombia o
Venezuela se realizaron en los años 2005 y 2011, respectivamente. De acuerdo a sus
proyecciones de población, para el año 2016 Colombia contaba con 49’000.000 de
habitantes, y Venezuela con 31’000.000. Es posible que la población de Colombia esté
subestimada y la de Venezuela sobreestimada, toda vez que los escenarios migratorios
(tasas netas de inmigración y emigración) en los que se basan las proyecciones
demográficas de población han variado notoriamente para Colombia (reducción de la
migración al exterior e incremento de la inmigración) y Venezuela (incremento de la
emigración y reducción de la inmigración)”, indica el reporte.
Por su parte, el director del Dane, Mauricio Perfetti, explica sus cifras: “Los venezolanos
que entraron al país entre 2015 y 2016 ya están incorporados a las estadísticas. Sin
embargo, los que llegaron este año solo serán consolidados hasta el año entrante”,
explicó. Eso significa que los miles que cruzaron la frontera este año, y cuya postal en el
Puente Simón Bolívar de Cúcuta se convirtió en noticia mundial por su magnitud, solo
serán incluidos en el reloj de población hasta el año entrante.
En ese sentido es necesario precisar dos temas. El primero es que el Dane no incluye en
sus estadísticas los reportes actualizados de Migración Colombia, debido a que no hace
parte de sus metodologías. Y lo segundo es que para que un extranjero o colombiano que
retorna sea considerado parte de la población es necesario que permanezca como
mínimo 6 meses en el país de manera continua. ¿Cuántos son finalmente? Eso lo podrá
determinar el censo poblacional que iniciará en enero próximo el Dane y cuyos primeros
resultados se conocerán en mayo de 2018.
Pero la llegada masiva de venezolanos en busca de hogar y refugio en Colombia no es el
único factor a tener en cuenta a la hora de saber cuántos somos hoy.
Otro hecho que puede mover al alza las proyecciones del Dane es el proceso de paz, que
apenas está cuajando. Según el Dane, se ha registrado un leve incremento de la
fecundidad en algunos municipios y regiones en donde operaban hasta hace un tiempo
grupos al margen de la ley, como las Farc. Paralelo a este fenómeno, el Dane también
explicó que se está presentando una reducción en la mortalidad en las zonas de conflicto
armado, debido entre otras cosas al cese del conflicto. Algunas cifras podrían verse
reflejadas en ese nuevo censo.
Otro asunto que es necesario revisar con lupa es el efecto que pueden llegar a tener los
procesos de titulación de tierras. La gente no necesita un título de tierras para tener hijos,
pero si no los tiene y ahora logra acceder a tierra puede considerar esa opción de los
hijos. Con el propósito de enriquecer este informe de Dinero, la Agencia Nacional de
Tierras (ANT) le preguntó a algunos de sus beneficiarios si con este título se abría la
posibilidad de tener más hijos. Algunos respondieron que sí, como el caso de Gabriel
Céspedes, campesino de San Juan de Rioseco, quien recibió el título de un predio hace
unos días. La ANT tiene previsto entregar de acá a agosto de 2018 un total 70.000 títulos
a familias campesinas, aunque el total de predios informales en el campo llega a 424.000.
Si el acceso a la propiedad de la tierra incrementa o no las tasas de natalidad en el campo
de manera representativa será un tema por verse en los próximos años.
Al respecto, el jefe de estudios económicos del Departamento Nacional de Planeación,
Gabriel Piraquive, dijo que, “según cifras del Dane, han aumentado los embarazos en los
últimos meses por cuenta de la firma del acuerdo de paz, por la confianza, la mayor
expectativa de vida y de desarrollo. Sin embargo, hay que aunar esfuerzos tanto del nivel
nacional como territorial que permitan mejorar la infraestructura y la inversión social en
esos territorios a los cuales muchas veces el Estado no lograba llegar por la existencia del
conflicto”.
El experto concluyó que el hecho de que Colombia se acerque a los 50 millones de
habitantes “implica que es una economía atractiva para el mundo”, pero que es necesario
analizar las características de dicha población en términos de su estructura demográfica.
En ese sentido, lo que está claro es que desde hace algunas décadas las familias
colombianas tienen menos hijos que antes. Según información del Dane, el promedio del
tamaño de los hogares en la actualidad es más bajo frente a lo reportado hace unas
décadas. Hoy, una familia con tres hijos es atípica, antes era la media. “El promedio ahora
es de 2,2 hijos por hogar, en 2005 era de 2,4 hijos y en 1985 de 3,3 hijos”, explica
Mauricio Perfetti.
En contraste con un menor número de descendientes por hogar, las personas viven más
tiempo. La esperanza de vida en Colombia en 1974 era de 62,3 años, frente a los 76,1
años de la actualidad. Así mismo, aunque hay menos niños por familia, el acceso casi
universal al sistema de salud ha reducido dramáticamente las cifras de mortalidad infantil:
mientras en 1974 morían 68 niños por cada 1.000 nacimientos, el año pasado la cifra era
de 16 infantes.
“Colombia está en la fase final de una transición demográfica. Eso quiere decir que se
reduce el número de jóvenes y aumenta el de ancianos. Entre 1985 y 1990 la tasa bruta
de natalidad, que mide el número de nacimientos por cada 100.000 habitantes en edad de
procrear, indicaba que había 28,8 nacimientos. Entre 2015 y 2020 esa tasa se proyecta en
apenas 18”, dijo Perfetti.
Una de las causas es que las mujeres están ingresando con mayor entusiasmo al
mercado laboral, lo que lleva a un aplazamiento de los embarazos y una reducción en el
número de infantes. El otro fenómeno es el hogar unipersonal, con fuerte incidencia en las
grandes ciudades.
En 1985, 4,8% de los hogares tenía un solo integrante, en 2016 el dato ya iba por el
14,6%.
Esa nueva realidad está teniendo un impacto enorme en la industria y la prestación de
servicios. Para citar solo un ejemplo, las personas que viven solas por lo general trabajan
y no compran alimentos para preparar sino comidas procesadas, tienden a vivir con una
mascota y, al tener un mayor flujo de ingresos, incrementan sus gastos en entretenimiento
y viajes; dos actividades con fuertes crecimientos en los últimos años. (Ver gráfica de
Raddar).
El país cambió
El lugar de residencia de la población en Colombia cambió drásticamente en el último
siglo. “En 1938, 70% de los habitantes estaban ubicados en áreas rurales, mientras 30%
en las ciudades. El censo de 2005 arrojó que ya 74% estaba en áreas urbanas y 26% en
los campos. Ahora bien, la proyección para 2017 es todavía más desafiante: 76% ya
estaría en las ciudades frente 24% de las áreas rurales. Quiere decir que hoy 77 de cada
100 colombianos viven en las cabeceras del país, ese es un cambio muy grande”, explicó
el director del Dane.
Ese nuevo estilo de vida tiene efectos sociales muy grandes. En Colombia hay 5 ciudades
con más de un millón de habitantes: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena. Eso
es casi obvio. Lo interesante es que ya hay 59 ciudades que tienen entre 100.000 y
menos de un millón de habitantes y 620 que tienen entre 10.000 y 100.000. “Se trata de
un cambio profundo e importante en el país”, dijo Perfetti.
Sin incluir Bogotá, los departamentos con mayor población urbana son: Atlántico, Quindío
y Valle. Llama la atención que Quindío tenga una tasa de urbanización tan alta, si se tiene
en cuenta que en la década del 70 era la principal zona productora de café en el país y
que es reconocida por sus fincas. Antioquia tiene una población urbana por encima del
promedio nacional: 78,5%. Curiosamente este departamento también es asociado con
gran actividad y vocación agrícola. Entre los de menor población urbana se encuentra
Cauca, en donde 40% vive en cascos urbanos y 60% en áreas rurales.
“Está claro que las ciudades intermedias van a crecer mucho y serán muy importantes en
Colombia, sobre todo las que están en el rango de los 100.000 a 500.000 habitantes. Por
años nos hemos concentrado mucho en las grandes (capitales); ahora, con el renacer de
la actividad agrícola y la seguridad en el campo, las ciudades intermedias juegan un papel
fundamental. Por eso los nuevos esfuerzos del Gobierno para mejorar la calidad de la
vivienda deben ir en ese sentido”, dijo el ministro de Vivienda, Jaime Pumarejo.
Sin embargo, lo que está pasando en el país en temas demográficos y poblacionales no
solo viene atado a fenómenos de migración interna hacia las grandes capitales. Como
parte de la preparación del Dane para el censo del próximo año, se han realizado
recorridos por el país para contar las viviendas. Lo que se encontró es más que
interesante. “En las cabeceras municipales de menos de 50.000 habitantes (cerca de 800
poblaciones) las manzanas (urbanas) han aumentado entre 20% y 25% en promedio
entre 2005 y 2015; se trata de un dato que no habíamos divulgado hasta ahora y que da
cuenta de cómo se está moviendo la población”, dijo el director. El asunto de fondo es que
casi ninguna de estas poblaciones crece de manera ordenada y no cuentan con una
oferta suficiente de servicios públicos y empleo.
En el campo este fenómeno ha llevado a que el tamaño de la población caiga
dramáticamente y que varias actividades agrícolas, como en el caso del café, se queden
sin gente en temporada de cosechas. Entre 2005 y 2014 el número de habitantes del rural
disperso (que se refiere a áreas dedicadas a agricultura y ganadería) pasó de 7 millones
de habitantes a 5,1 millones.
Tampoco se trata solo de un caso colombiano. En una presentación académica que hizo
el presidente de la CAF, Luis Carranza, hace unos días en Bogotá dijo que, mientras el
mundo se urbanizó en 50%, América Latina lo hizo en 80%, con el ingrediente adicional
de que se trata de la región con mayor desigualdad en el mundo. En Europa el proceso de
migración del campo a las ciudades estuvo atado a procesos de industrialización; en
contraste, en esta parte del mundo dicho tránsito se dio porque millones de personas
huían de la pobreza o los conflictos armados.
“La industrialización generó en las ciudades de Europa y Estados Unidos una mejora en
los salarios y procesos de urbanización. En América Latina no sucedió esto, y por eso el
nivel de ingreso en esta región es bajo, comparado con el nivel de urbanización que
presenta”, explicó Eduardo Vargas, colaborador de la CAF y profesor de la Universidad
del Rosario.
Hoy las grandes ciudades se benefician de aspectos como una oferta amplia de
empresas, trabajos calificados, entretenimiento y cultura (economía de aglomeración),
pero en contraste se sufre de contaminación, altos precios de vivienda y suelo y
criminalidad disparada. La gran conclusión de todo esto es que en el país de los 50
millones de habitantes es necesario mejorar la gobernanza (toma de decisiones) para así
sacarle provecho a nuestra inatajable urbanización.
Pero las implicaciones de estos cambios demográficos son todavía más amplios. Para el
profesor del Cesa Freddy Castro, un cambio en el tamaño de los municipios y ciudades
intermedias generará una nueva disputa por los recursos del Sistema General de
Participaciones (SGP) e, incluso, algunas regiones podrían exigir más espacio en la
Cámara de Representantes o en la distribución de regalías. “Habrá que ver cómo con
estos cambios se revisa la cobertura y el pasivo pensional, un asunto que no es de poca
monta. De ahí la importancia que los censos se hagan cada 10 años, se trata de un
importante insumo de política pública”, dijo el catedrático.
Más ingresos...
El tema de generación de ingresos también ha sido interesante. A precios constantes de
2005, el PIB per cápita de los colombianos ha pasado de $7 millones en 2000 a $17,7
millones en 2017, según cifras del Dane.
Es difícil percibir ese beneficio en el tiempo cuando para millones de familias cada día es
más complicado suplir las necesidades básicas. Pero esa fría cifra está impregnada de
detalles que no percibimos. Ese bienestar en el bolsillo nos ha permitido, entre otras
muchas cosas, consumir más proteína animal. Fenavi indicó que, mientras en el año 2000
un colombiano consumía 14 kilos de pollo al año, hoy consume 32.
Eso se ha traducido, según el presidente de la consultora Raddar, Juan Diego Becerra, en
un aumento en la talla de los colombianos. “Tenemos más plata, parte de eso lo gastamos
en más comida. Por eso la llegada de más restaurantes y cadenas de comidas
internacionales”, dijo.
Pero así como consumimos más proteína, también hemos aumentado el consumo de
carbohidratos. Tenemos teléfonos inteligentes, una mayor oferta de ropa y hasta corremos
maratones, pero hemos retrocedido en nuestro principal hábito: comer.
En una investigación divulgada hace poco por The New England Journal of Medicine, se
advierte que países de América Latina como Brasil y Colombia presentan una prevalencia
alta en cuanto a enfermedades como diabetes y cardiopatías, en buena medida por los
hábitos alimenticios. De hecho, en la década del 60 la gente en Colombia padecía en su
mayoría de enfermedades infecciosas, ahora la diabetes y las enfermedades
cardiovasculares son el pan de cada día en centros de asistencia médica.
En palabras de Amanda Páez, presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología
Diabetes y Metabolismo, no es que los colombianos seamos menos sanos, es que con
nuestros hábitos actuales estamos cultivando enfermedades más complejas y costosas
para cualquier sistema de salud.
Mientras que hace 40 o 50 años una enfermedad estomacal asociada a una infección se
trataba con un antibiótico, ahora un tratamiento de diabetes termina costando millones de
pesos al año y con asistencia médica y farmacéutica de por vida. Esto ha disparado los
costos en salud. Según las más recientes cifras de la Superintendencia de Salud, el año
pasado el costo asociado a estos servicios estuvo bordeando los $50 billones. 60% en el
tratamiento de un paciente con diabetes está atado al cambio en su estilo de vida; el otro
40% a los medicamentos. El sedentarismo determinó un cambio drástico entre la
Colombia de 1974 y el país de la actualidad.
Es cierto que la gente corre más, que la venta de ropa deportiva está disparada y que la
apertura de gimnasios en las grandes ciudades sigue creciendo. Pero, en general, nos
hemos vuelto más sedentarios.Tenemos el mundo en el celular inteligente. Ya no vamos a
la panadería por lo del desayuno, lo pedimos por aplicación. Para qué caminar y
exponerse a los ladrones si tenemos Uber para ir donde un conocido.
“Desde 1960 buena parte de la población migró de los campos y áreas rurales a las
ciudades. Eso cambió por completo nuestras necesidades de movilidad y nuestro patrón
de actividad física. Ya no tienes que caminar por agua una hora, solo abres el grifo. Los
niños no juegan golosa, pelean por un turno de tableta o videojuego. La gente ya no se
mueve como antes”, explica la doctora Páez.
El consumo excesivo de carbohidratos y el sedentarismo han incrementado las tasas de
sobrepeso y obesidad. La Asociación de Endocrinología, basada en reportes
epidemiológicos, considera que 32,4% de la población en Colombia presenta sobrepeso y
13,7% obesidad. Los avances en la medicina nos han permitido atender mejor nuestras
dolencias, pero también generan un efecto de compensación. Una falsa ilusión que nos
hace ‘pecar’ con más harinas y azúcares. La situación ha cambiado y el bombardeo de
publicidad con suplementos milagrosos no cesa. Una situación muy distinta se vivía en
1989, cuando no existía ni siquiera suplemento de calcio para humano y los médicos
recomendaban el de uso animal.
¿Qué pasará cuando la población llegue a los 6
0 u 80 millones de habitantes? ¿Viviremos mejor o peor? Todo depende de si logramos
aprender a vivir en las ciudades –grandes o medianas– sin darle la espalda al campo.
Dependerá también de si mejoramos nuestros procesos de gobernanza para que nuestros
hijos y los hijos de los extranjeros que se arraigaron en el país tengan un sitio más
agradable para vivir en Colombia. A veces se extrañan las épocas y costumbres del país
de los 24 millones de habitantes, al fin y al cabo, en 1974 no me hubieran mirado como un
bicho raro por tener 3 hijos.

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