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oe Te ca Oe CARTAS MISIONERAS SERIE DEL "PASADO INMEDIATO COLECCION “ARGENTINA Ea edicion, que EUDEBA presenta con connie copia Yactinilar det exstene eh te" Bibicteca "Nacional a cuyos responsable: Agradecems la gemleza de haberosfaiitado el orginals Por tal raz se odvierten, en algunas patra fon commecciones ranuscrts de rrones ie fralicos s modieacomes que lin aprionad etor ~"o"quzas el propio Herndnder— ha ‘neorporado al testo ‘Parece superfine destcar el atracti de na dicién que reproduce as a de 1887; dejamos ‘Sorter del pablicee logo que corresponda, Direccn de 0 eri: Antonio Pagts Laeaye UDEDA Se own EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES Rind 157173 ‘Sed de onomts Me Ihr Ses ANCETICA~PAUTED 1 ARGENTINA PROLOGO Hacia ta década inciada en 1870 comenzé a perfilarse un singular proceso en tas mation inteletuates de nucttro pals, 4 partir dela "eonetencia” territorial anumia por una brllan. {elgeneracion de hombres prominentes como Francisco P. Mo- reno, Bstanilaa S. Zeballors Carl Mf. Mowano, Miguel Piedra Buena, Ramon Leta. entre los més conocitow, A los puede ‘agreparae et autor de las Cartas Misionsras, que publondas eH forma de volumen en 1887, ahora ven nucvamenty, fa luz en fdievin de Budebs. Qué signifies para nuestra patrin el refe- ido fentmeno colecivo st ha de eolegir por loe resonantes resultados de los viajes en los que sobre todo ae Yunifests ‘aquela toma de conctencia territorial: el deseubrimiento de lt Argentina extrapampeana, especialmente de los territorios na~ ‘ionates, La generacion romantica precedente mo ae habla inte. resudo “esenciatmente” por el territorio, Urasn habla prop. indo la obra de Martin de Mousey —evcrita en francés nO tradueida— para hacer conocer nuesiro pats en el exterior con el propésito de fomentar in inmigracion. Para los epigonos de ‘aguela generacion romantica iteraria y palltica-~ al territo- ‘no te eublimaba en una actted secundaria, accidental y pres~ fut roe de Behera “Le patria no ot ie terra natal “que para algunos parece fener vigencia todavia ‘hoy implicaba, estrictamente, la idea de la eubordinactn del suelo patrio a a condicion temporal y precaria. Al no haber oncedida at territorto, como heredatl sagrada y condicion inelv- ible de la exatencia deta Nactin, el papel que, por encima de ‘apreciaciones abstractas puramente episadcas, debe correspon derle eg la conformacion del Estado, ta Argentina perdis iro- ines de Werra periferiea del solar tradicinal. Ast oourrié con las provincia altoperuanas, y pudo haber gewrrido con unt m= tor extension de territorio patagénica.” Y sobre todo, se pre Dard el fracaso de ton Ktigin de Kites ante verinoe que ateno~ Faron ol "eepiritu territeriat” en tus capes derigents, tanto ome en sus huester campesinas. Acaso el enverso y el Fevers0 ela actitud ante la herodad territorial puedan ser expreandas | Néstor 7. Assn Santags Ketrade el confi de imite com ‘one, Buon Ain 1965 Poe 377 Cas ‘mediante lon tratadoe de limites —imbuidos 0 no de la pasion Dor la defenea del terrtorio— que hubo en aguellas déeadas de fexmbio, como el proyectado protacolo de 1878 con Chile (Flerro- Sarvatea), nacido. dela indifereneia por el territorla, y el tratado de 1881, que pudo haber sustrao, ol oxar de wn lotdo, todo et émbito patagénic. Et fallido acuerdo de 1878 roman tice y desaprensivom vo ta virtud de precipitar ta eclowion de In comciencta territorial y hur deinitioamente la iuferencta ‘ante la importancia del territorio, Pue la obra de los "hombres ‘tuevoe", entre lor gue se eontaban Santiago Eetrada, Felis Fria, las ye nombradcs Francisco P. Moreno, Ramdu Lista y Estantalao 8, Zebelloe, vioraban el inevitable adeenindento {Joe tlempoe nuevos y aancinban el anain general de progre- ser argentina of potencial del tervitore, ‘reputado entonces fame tnfonto. Bm cousceuencia, advirtieron, coma primera cone licion previe al togro de aus metas, que era indispeneable “des. cubriv®, explorar, tnventariay al tervtaria, Fundar colonies, abrir las vita hacta toe los dios del swelo nacional. AL "go bernar ex pobler” nacido en la mentalided racionalista de ta ‘eneraciin aiterior “gue concebia al hombre como tnico actor del drama civilizador— se debia anteponer factor escenario rnaturay sin cuya posesiin efectiva, y sw apropiado conocimter to, pobler podia ser tanto wn acierto coma unt frustracion, ‘Com aguelta idea-fuersa en la mente, hombres como Moreno 1 Zebulos se habian lancado a increibles empresas territories amo ta proza del primero de repechar la violonta correntads {el rio Santa Crue sirgando wn bote con cuatro companeras, ‘ola del vegundo gue, enrabina al Kombro, ve lanzé al desierto eh ex mismo avio dela cempata de Roce, para buscar el "rio mis: teriosa". Francisco P, Moreno defins a'su generacion con estas hermosas palabras: “Me enorgullezco de haberme contedo entre los que se creen nacidas para servir 0 lx patra’ Rafael Herndndes, soldndo de muchas revoluciones, eirs- pre apasionado por la suerte de la Republica y por la obra de Ereaciin de une patria orgavizeda, que se madelaba alrededor 41°70 y et 80, vo Ta venturons oportunidad de deseubrir in retazo de ta periferia territorial hasta entonces deseanoeida, Como agrimensor de profesién —satida de tas las ae la Unie ‘versidad de Buenos Aires, fue comisionado para realisar los trabajos de mentura de dos futuras eolonias en el teritorio de ‘Misiones, que todavta no habla entrada enol ixventaria nacional ‘los territorios nacionales no figuraron en el primer Conse Na ional de 1860, v que debis experar todavia vette ahas haste que Ambroseti y Holmberg publicaron tas fratos de sus obser~ ‘eciones cientifieas. Y otros tantos para que ta colonsacion ‘erbatera tomara posesion vistematice de loe campos. Bl begaje ferudito de que dispuso no iba pues mas alla de las viejas refo- rencias de Peliz de Azara y las ligeras obsoraacioncs ealeclo~ ‘nadas por Martin de Moussy. Pero como tenta wn mens disponia de na pluma digit, eeribio currente calamo— sus Cartas misioneras para el diario La Tribuna Nacional, que los Dublies a partir d Julio de 1888. Todo interess al agrimensor-periodista en la naturaleze tropical, cuyos virgenes eaplendores pudo aguilatar con ana de deseubrimiento y viton sagas. Dela iatimidad de pats, prdct- famente fgnarado, pudo obtener sna rice gama de informacio= nes, desde la naturaleze pétrea de la tierra roja yew 7iqueza forestal —coleceiond sesentay neve especies de maderas— ‘hasta lo raxgoe impueeton en la entructura egvaria por el reper {0 dicrecional de la terre figeal-n refs del cunt un propicterio poseia ciento cincuenta leguas de campos Doscosos. Describe fauna, mincrates, caudal humano, eoctumbres, econ atractiva ‘prosa, no deaprovista, por cierto, de flecos de sonia ni de tce- ‘radas eriticas. Todo ea objetivo en sus emenas cartas, en él ‘mundo alucinante de aubtrgpice que esta deseudriondo. No fe bata brindar um fresco vivh del presente; hace tambien cane ‘ioe de ventura para el futuro, y sabe profundisar en el patt- do, tanto en el gvarant primitive y admurado, yen la obra cons tructiva de los padres jesuitas y su efimere imperio, como en lag Aacaiae més que crueles de loe invnsores Brasieos 9 sus vesdnios jefe. TRafacl Hernandez mird « Misiones en dos evcalts: la me- nor, ude tis cosas pasajeras y triviles, como periodista: en lia, a ploma tigera y la aguda penetracion supieron desnudar ff mundo menudo de’ vida cofiiana, con el tenguaje “eat Yel hdbito del mate: y ta otra, la de lg eapaciogos horizontes Feservades « lvagricuitura tropical en fa futura uniad econ’- mica dela Argentina. Supo ast repstrar tos rasgos fundamenta- les de ls inevitables asociacion y complementacion de Corrien- tee y Misiones con el miclso de la Argentina, ce decir con la Pampa; advirtio que el nudo gordiano de las comunicaciones 1 Fabre einai etaria ow Api’ propio elucions ‘plas para la epoca: menciond la correceton que el hueco le frdnsito de la comarce de low esterae todavia relama, trazd srogramas siempre valde en materia de comuniacone ile Drificay, de treneportes y de cantnos. Puntualizd cules even {os probiemas’captates de la organizacién del expacio geogré- fico, problemas que cien aioe deapuce eatan ain por reselveree. bros como el que aqui se presente pueden servir para {fijar hitas on ol proceso de le conguista intlactual de nuestro territori, en el rastreo de las fuentes del dominio racional det ‘suelo argentino. Tales prucbas del penoamiento dela gencraciin ‘te log "hombres nuevoe™ del 70 y e180 son de important fuse ‘damental, no slo porque disron sm seago opuesto al que antes Se habia’ impreso en forma dogmética e ‘ncontrolable, sino tambien porque constituyen lo etmlontos de preveupaciones de tina elovada mira patrition qus todavin tiene vigencit Fepunico A. Daus CARTAS MISIONERAS RESRNA FHSTORICA, CIENTIFICA Y DESCRIPTIVA MISIONES ARGRNTINAS flataet fernandez ee BUENOS AIRES aheninte Tipton do LIB DEL ALMA, Monieiden 688 1887 Bus ia, Novi de 187, ‘ bf Beir Gesinte Go A pees min Cans Mss on fv do Aegon bd do apne 5 abe Lif spite po phan po bs laa te ple sve ntl bb Tc ‘ee Dain ibiads prt do Db iniatioa de sbi, poe om juin st dali a men son putnion y apie del ala sg ids ls gos bide Son pod mato nda ap den pein (pwede tin ol os tana de isn y mad os tn mutans pnd al Gob Pina Drie el prs 9 edo om odes ~ pomp oe ol my guste Sloful Pananly Beet ie, Aga 19 441888, ‘ Bx. Wo. Rafal Hernauide: ee ts Ten ae ole eS Pag eli aE Ge dana inns pt bly tie dn ore eae ea sl on br Matar nope aoe Spc era Salio of, Ges Bose dns prs par & Misiones, a ura de mis culdados emia’ de los materiales de *©* tura todo libro que se refiriera & aquellas comar- ‘as, concretindome & coleccionar las cartas geogréficas ¥¥ los datos puramente legales que respecto d las propic~ {ades y sus lindes pudiera necesitar para mi comision, Con este motivo me detuve en Corrientes donde fui naturalmente acogido con toda benevolencia por mi ami- go el ilustrado Dr. Derqui, ministro & la sazon, para quien llevaba asunto de una conferencia politica por en- cargo del sefior General Roca, a El Departamento Topogritico me proporcioné cuanto poseia en su archivo, sobre deoretos oficiales, concesio- nes y ubieaciones, enriquecido con presiosos datos par- ticulares; pero rehusé aceptar algunas noticias litearias que buenamente me offecieron, por que proponiéndome escribir una série de correspondences, siguiendo mis. hic bitos yy las indicaciones del Presidente, queria que las, impresiones que iba & esperimentar eayeran en un éni- ‘mo sin prevencion, pues sé por experiencia cuinta fuer= za de voluntad se requiere para sustraer nuestro juiio al imperio de lo preconcebido, [Asi se comprendera que mi bagaje eudito sobre aquel territorio, siendo rico en la parte profesional, no pasaba, del de un pobre mendicante en cuanto a la historia y descriptiva, sabiendo lo que todos los que algo leen, aun= aque sin reflexionar, por no haber tenido oportunidad para lo, y predominando en mi dnimo la opinion general en. euanto 4 Ia flosofia de la historia Misionera, segun Tas Jmpresiones que me habia producido una interesante re= sefa del Dr. Martin de Moussy que publicé en el Parané ‘en 1857 y algo medio olvidado de los interesantes vis Jes de Azara por las Misiones y el Paraguay. Despues, he leido un poco para comparar; pero no he querido cambiar nada en esta edicion, & pesar de que las opiniones de aquellos notables escritores. son para mi ‘muy dignas de respeto, prefiriendo mantener las propias, por los fundamentos que en elas se apuntan, aunque si bien se repara, en el desalino de estas correspondencias sin pretension de ningun género, me he encerrado en un caricter meramente objetivo, eiténdome & narrar lo que veia y dejando muy raras veces correr Ia plums & im= pulkos de a impresion jel sentimiento. Mucho menos. i para engolfurse en honduras que no tionen un objeto prictico en este caso, ni son de mi particular prdileecion. Hechas estas esplicaciones & manera de brevisimo in- troito, por que estoy convencido que mi trabajo no me- rece mas, voy & anticiparlo de una concise resefia hist rica, que serviri como de guia & los excasos lectores que ‘me honren con su atencion Ir Qin Peas er esate dene 158% ENF a tamosotaiaabia nc la ciudad dole Asun- cion, capital por mas de un siglo de os establec- mientos Euopeos en est secon American, mantenin- do analucha egendaria con os naturales, legando hasta esterminar 6 someternumerosastribus Entre las mas dices se distinguen algunas trbus de ta raza Guarany, que er sin duda a mas numerosa ys Somstieron al imperio de sus conguistadores,siendo dine tribuidos en calidad de Vasacons, es deci eslavospa- rel ctv, bajo la fala do los seRores easteianos. Esta raza Guarani es asombros: se extiende desde el Orinoco al lata, en mas de novesintasleguns, hax Nando todos la misma lengua que han logrado conser- var hasta ef present, & través de tantasviisitudes, sin ros, sin universidades, sin maestros, pero con eula- ridades que acusan la complexion robusta desu orien. 2 El dominio de Irala parece que se ejercié lo mas blan- damente posible en aquelas circunstancias, pero predo- rinando el carécter militar, los indios eran generalmente templeados en escursiones para avasallar otras tribus y° fundar nuevas Mirwvas, 6 encomiendas de esclavos. Era reducido el cleo, y 4 la muerte de Irla en 1557 no pasaba de 20 eclesiisticos seculares y legos, incluso el Obispo y Cabildo de la Asuncion; pero sus sucesores uisieron derramar en aguellas masas'a idea religiosa que preponderaba en el mundo civilizado yy & fines del Siglo XVI Tamaron a los Jesuits. IIT La provincia de La Guayra en la mirgen izqulerda del Alto Parané, se extendia desde el 21° al 24° Latitud Sud y del 54° & 56° Longitud O. de Paris, y contenia, varias poblaciones espaiiolas con numerosa poblacion Guarani amparadas contra las hordas feroces de los ‘Tupies. Alli dieron principio estos eclesiésticos 4 sus misiones por el aio de 1620 trabandase bien pronto Ia competencia natural entre el feudalismo y la teocricia, pues pre- ‘endian suprimir las Mitayas, como lo consignieron, re- ‘emplazindolas por una capitacion de un peso fuerte por cada individuo varon, desde 18 hasta 50 afios, que era pagada al tesoro de Ia corona.—Asi plantearon franca mente su absoluta dominacion los Jesuitas. 13 “Como un reflejo de as discordias entre la Espa y Portugal, los Mamelucos. sus vasallos,invadieron repe tidas veces y destruyeron al fin en 1031, los treve puc- blos de la Guayra, obligando a los pobladores a ref giarse mas al Oeste y al Sud. Hsta asta portuguesa de los Mamelucos ha dejado rastro inmortal de rue barbirie en la historia de estos paises Las tribus feroces. de los Tupies los asediaban tam. bien sin descanso. [Los Jesuitas fundaron 4l Norte del Parani entre este rio y ol Tebicuary los sighientes pueblos Santi Fandasy on 1582 Sen lgnaco Gus 1 Sin Comme ttt tap (Fert &Posades boy). so est Jess, += 1685 Santa Roos tae Trinidad s+ 1706 [AL Notte del Paraguay’ en relacion con las provincias de Chigutos y' de Mojos fundaron: San Jouguin Funsalo en 17 Sin Exar ae Balen ++ rr80) Enqre el rio Parand y Uruguay, el Miriiay. yet Im- petio, es decir, Jo que constituye las Misiones Angenti- ‘as, fundaron: ‘Sam ignasio Min Fundad 691585, Loreto ee 1585 Concepcion, s+ 120 rps : We 4 ape, Capital de tabs is Misiones Yo logs er na verdes ciudad ‘Foams de Son rin. untae candela, a Santa Mare Maer. oe Ta Crus = ues Sin Xavier 6m Sie Carton test Sinto Tome + 16H Apostles 8 Maries de pon es Iv Sobre la mangen iaquierda del Uruguay’ en las Mie siones Orientales,fundaron site reducciones desde 1627 4 1707, que eran: San Borja, San Nicolés, San Luis Gonzaya, San Lorenzo, San Angel, San. Miguel y San Juan.. En todo 33 pueblos, cuya nomenclatura dé una ‘dea del espiritu dominate en sus fundadores, los cua: Jes quedan comprendidos entre los paralelos 25° 4 30° Sud y 54° & 60° Oeste Pars, Sus limites eran: al Norte el Rio ‘Tebicuary que de- sayua en ef Rio Paraguay—al Oeste le Laguna Ibert y Rio Mirifay’—al Sud el Rio Ibioui en el Estado Orien- tal—-al Este, hicia el Brasil, las sierras do Tape y do FErval, por donde se aproximan las nacientes del Rio Santo Antonio que eae en Iguazt, i tas del Pipini Guaz {que desemboca en el Urugus Ali vivieron como siglo y medio max de 100,000 habitantes bajo el blando sistema de los Jesuitas, raba- Jando en un comunismo admirable y ciertamente que debian reputarse muy’ felices cuando salian del yu militar y salvaban de lax depredaciones de Trvirs y Maneucos, como quien dice: sierpes y tigees, que fuera Ge Ia esclavitud les deparaban desolacion y muerte. ‘Trabajaban hombres y mugeres; pero como no cono- cian el derecho de propictiad, entregahan los productos sus capellanes quienes los almacenaban para distri- buirios despues contorme los nevesitaban y cambiahan Sobrante por productos europeos.-Tiodo se hacia con cierto esplendor religioso, x Las cuadrilas salian al trabajo con miisiea y cores despues de celebrar los ofcins divinos: las mujeres no hallaban, pero los hombres tenian bailes guerreros, jue gos de sortija y tomeos presides: por la. municipalic dad, que terminaben con fuegos artificiles. En las solemnidades religiosas se desplegaba una pompa deslumbradora, yen fin, ol sacerdote concen- taba en sila suma de todas las facultades civiles. rmilitares, pues no earecian de urganizacion belica, para lo cual habian hecho venir de Chile algunos Jesuitas ‘que eonocian pricticamente el arte de las armas, Asi pudieron algunas veces resistr vitoriosamente & los Mamelucos.y-Tupies. (0 era permitido d los indios tener armas de fuego ni usarias como propias, pero Ins conservaban cuidadoss ‘mente en sus armerias, se les ejeritaba en ellas yuna ver al mes traban al laneo estimukindolos con rexales 16 = decasne, yerba y sal- Para esto se tenian mozos esco- idos. Los muchachos desde siete altos eran obligados bajo castigo & usar arcos y’flechas ejercitandose en elas y les pasaban revista los Domingos. Cada pueblo debia tener 200 cabalios 60 lanzas, 60 esjarreteras, 7000 Mechas de-flerro, buenos areos, hon- as y piedras y" dos hombres encargados de mantener limpio e1 parque- Habia centinelas nocturnos dentro ¥ fuera de los pucblos y se fabrieaba pélvora en abun ddancia para In yuorra, la caza [a pirotéenia.—Habia cuatro intendentes militares, uno Uruguay’ arriba, otro en Yapeyd otro en lt banda Oriental y otro en et Parani—-Todos designados por el Padre Provincial Es de suponer que en el régimen Jestitico, estos re- _lamentos se eumpian con esactitud cronométric. Habia padres de todas nacionalidades, Franceses, In- _deses, Alemanes, Itaianos y- Espafioles, entre Jos que figuraha un padre San Martin, sometidos al Superior snombrado por el Papa, con residencin en Yapoyt. Las pinges riquezas que se les atribuia y cl aista- miento en que se habian encerrado, empezé & hacetlos ‘eodiciables para los Portugueses, sospechosos para los Espaiioles yen, 1750 el Gabinete de Lisboa de que era director el Margués de Pombal y el de Madrid siendo seeretario de Estado D. José de Carvajal, eelebraron un ‘ratado por el que se entrogaba al primero las Misiones. rientales——Resistieron los Jesuitas y para domefiarlos, tuna espedicion de 1000 Portugueses ¥ 1500 Espaioles invadieron en 1756 y despues de un refido combate en que los Indios. pelearon con cafiones de madera dura ssocahada y reforzada con cueros detoro, 6 grandes ta- = ccuaras preparadas de igual manera, fueron vencidos y ‘aungue manfuvieron Ja lucha, al fin en 1759 el Margqués ‘de Pombal expuls6 dos Padres Jesuitas de todo el Reino Portugués y' de sus dominios al Oriente Uruguayo. es Si los Mamelucos asolaron las Misiones de la Guayra rho menos azote fueron despues los Paulistas que se llevaron en sus incursiones como 15000 Guaranies para venderlos en publica subasta en San Pablo, y et fatho- 0 Manoel Pinto se jactaba de tener en su faenda has ta mil Indios misioneros de arco y fecha. Ocho afos despues de Ia expulsion de ta Orden en Portugal, un edicto de Carios Ill, expedido en 2 de Abril de 1787, los expulsé igualmente de Espatia y sus eolo- nas, siendo Bucarellgobernador de Buenos Aires, quien con habilidad suma y admirable sigilo y actividad, di6 ‘cumplimiento al edicto en un mismo dia y hora en todos Jos vastos teritorios de sut mando. Las Jesuitas fueron todos embarcados y deportados. reemplazéndolos gobiernos militares, que como era na tural en tan violenta transicion, iniciaron un desbanda- riento general en todos los pueblos. All empezé su decadencia, y cuando en 1796 visits Azara estas comareas, caleul6 en 45000 almas la pobla- ion de treinta pueblos Misioneros. Solo Yapeyti te- nia 5500. Ig Las invasiones de los Portugueses, las xuerras inte testinas "hasta las complicaciones en que los arrastrd Artigas acaudiladas por su hijo adoptivo el indomable Indio Andresito Tacuary, prevpitaron su ruin. Tacuary invadié en 1816 la provincia del Rio Grande, mientras Artigas luchaba al Sud, y ambos. derrotados repasaron el Uruguay y se refugiaron en Misiones-—B3 Brigacier general Francisco das Chagas, vencedor de An-

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