Ser Policía significa ser un servidor de la comunidad,
significa ponerse a uno mismo en un segundo plano de prioridad para proteger y defender a los demás, así sea arriesgando la propia vida. Ser Policía sirve para que exista el orden y la seguridad en la sociedad, mediando entre los conflictos para que se mantenga la paz y la armonía entre las partes.