T «
LA QUIEBRA DE
LA MONARQUIA ABSOLUTA
1814-1820
OBRA10 LA QUIEDRA DE LA SNORARQUIA ABSOLUTA, CIE
tado modem y, mids.en concreto, del caso de ia monargula espana, Lo cual
‘me ileus muy promo a percatarme de que el problema tela aqul una dimen-
Min peculgan porque a $e tataba simplemente de wn estada, conio sucedia
ton Francia 9 Gran Bretaba, sino de wn imperi, » que era iniposible com-
render 14 trayectaria entre F700 y 1824 si no se etudiaba la sitnacn a arn:
bos bdo del Atkin,
‘A esta cuesién he dedicado en estos afos wns serie ce taboos y he pen
sada, por ello, que to mir que poda hacer, para no condenarmic a rehacer el
Vinja bro ni eimsar demasiado elector, seria sinteliear lox resultados globe~
fesleestor trabajos, con la inven de que sirvart como ama tntrodccion ge
nema actualzada af tema concreio que qaise desaeroliar en La quiebra,
osee Fowrawa
Barcelona, Lt de abil de 2002
a
Introduccién general:
LA QUIEBRA DEL IMPERIO ESPANOL,
1700-1824
1 HACIENDA ¥ MODERNIZACION: LAS MASES FISCALES DEL ESTADO NODENO
‘Quienes estudian la formacién del estado modecno han préstade una
atencidn especial al crecimiento de la capacidad de recaudar wributos como
tun indicador desu progreso. Buena parte de esta literatura, como el libro de
aul Kennedy sobre el auge y la decadencia de ls imperins, se ha limitado a
considerar las necesidades de gasto creadas por Ia guerca, Jo que tiene justi-
ficacién pero resulta insufisientc
‘Cuando examinamos Ia historia de les estados europecs a partir del si
‘lo xv1 podemos ver que las guerras les han bligado, en efecto, a aumen-
lar sus eiffes de gasto y a exigic muevos tributas, pera se adsierte también
ue, una vez acabadas, ingresos y gaslos s¢ mantienen por lo genesal sin
dismineir. La guerra suele ser un pretexto pare aumeaar las cargas fis
cales, pero éstas no vuclven después a sus wizios niveles Es to que se lla.
ina el ratchet effect, tan viejo que lo conacia y la describe Joba Bonne, el
poeta inglés del siglo xvi, quien lo utiliza come un simil en un pome de
amor:
e¥ aunque cada primavera ftade el ator nuevo calor,
al igual que los prncipes en tiempo de guerra srea
nuevos impuestos y na los suprimen al Hlegar la paz,
ningén inviemo menguart el crecimiento de la primaveras’
|, Sobre goer, cindy estar Cuusriwsns, Rasiee y THOMesON, Pans BLAG8,
“Geotiey Rava (1956), MENEILL em especial Laps,
2, afd teu esc spring dos ade to love nem bene,
‘Rs ines in ties of acon go
‘est nes nd rit en natn aes,
No winter shall abate the prngsenseuses (Lowes grote)2 LA QVIEBRA DE LA MONARQUIA ABSOLU, 14-100
No se trata tan s6l0 de los ejérltosy de tx guerra. El desarrollo del es
tago maderna esti estrechamente asociado a un aumento de sus dimensio
hres de su campo de acluaeisn: el persoaal al servicio del gobierno central
pretcindiendodet que trabajaba en ks ents locales pas an Francia en cien
ere de IBM a 1970, de représentar menos de un 2 pox ciento dela fuerza
‘Ge trabajo a mas de un Il por cleato, ¥ este crecimiento de In actvided ha
txigido un munento paralelo de los ingress que se necesitan para atenderto;
fav 1815 las impuestas percbides par el gobierao central repeest aban poco
thus de un por conto del PNB de Sueciay elededor de un 6.5 por clento
del de Gran Bretafa; cle afios mds tarde habvan pusado en Suesia del 4 por
tiearo all por ciento yen Graa Bretaba, del 6.5 al 31 por ciento?
TLo qie me interesa_ sin embargo, no es especular sobre este proceso de
crecimiento del estado y sobre ol aumento de su particpacion en el prduc-
fortotu sino mostrar yie en el (rdasita al estado mademo podemos encon-
{rar dosestilos excrete cisliatos de obtension de recursas por parte de
Jos goblemos, que eoerespanden a dos formas diferentes de onganizacion po
Utes, y que son de muy dstnta fives
La phmera esa que correspond alas moaarquias bsolutas. Una mitolo-
ga bay desacreatad esociaba sustpuesta centralizacin —desmentidatanto
tel torrenode la Haciendacomoen el del jércitoen casos comocl dela Fre
Gide Luis XIV-—con la modernizecién sin querer ver que ninguna de ellas
onsiguié cotpetr eieazmente en los eampos dela guerra y de a estabilidad
tonal, sino que o blen se vinieron abajo por problemas derivados de su Ha
tienda, come Franca en 17890 Espanaentre 1808 y 1833, otasieron que m0-
‘hear Las reglasdel juego polltico para subsistr, haciendo una transformaciéin
‘Conirolada desde arriba epi sucedi on los casos de Prusia y de Austria’
‘raneia puede servir de cjempto de esta ineficeci, Los ingress netos dela
smoranquia de Lits XIV, que en 1691 abianaleantzado un maximo de L12:mi-
Hones delibras tommesas cayeron tan s6lo Sten L702y ie sobrepasaba Hos 36
mnillonesen 1712,¢n momeatorenque sus gastos eran de240 millones delibras*
Lastvacion no mejor en fos reinidos siguientes, pese alos inteatos de refor-
sna vealzados, de modo quehs podidadecirseque el eamino hacialarevoluckén
“puede verse eomo una gran crisis de eoniaaza financieraen ol ngirien>?
En el pevfodo de la historia europen que va de 1689 a 1815, que ha sido
califeado como ola segunda guerra de ls cien alos por la frecuencia y ta
3. Giaca parr 6e Flow.
1 Mera Like, Doser Rice 198 op 47.
5. Wee Henan x sobre ad, Sens, Una vse compara Se os sitemas ales
utapoot cect cals des wlnes eesti ectados poe Baw ty (955 y 195) c
Sota Brewer (991) 200! ert (199) Ucroluige de la lacenda france en lo sees et
3 fo cnespece eeu gon un oven erie de estos coma 1 de Buvatb, BENIN.
Uinmiiss8 1980), Rovner (191), Desee, Miciaop, Dunas. Hooovar, Miuox y Rriny
{IBB6) Sobre wont del etc prin Boca Sobre Asta, BERENCEN, BAN
Benson, Raw (1953 y 1995). on. Ta
Quek 27
1 Leki p 22
InTRODUCCION SENFEAL B
Jimportunsia de ls conflistos internacionales las monarqulas absolutas, ago:
biadas por el gasto militar, se vieron obligadas a hacer intentos de reforzna
de la Hasina que vefan ome e) fendaniento mismo del estado, Mayta Te
resa de Austria sostenfa que «un espitit de finanzas a lo grande es el alma
del gobiesno ¥ el nico mail del estados,' Mientras que en Expata Florida:
blanca aficmaba en 1781 que een todas partes se Meva la primera atenein &]
punto de la Hacienda, por ser €ta el amento del estades
La guerra se habta hecho mix cara, puesto que los ejéreitas vieron at
mentar 5s efectivos hasta el doble o el triple ene el sgto xv y fines del s-
flo xv1,y el coste por hombre en ple de guerrase trplié eatretanto, lo cual
nifica que el gasto militar puede haber erecid de seis u nueve veoes" Pa
feptender lo que esta significa hasta observar que m medladks del sgho xvii el
isto militar divesto« indirecto (sobee txt olde stendet Ia deudla que se ha
fontfada paca cubris las necesilades de la gucrra) de las monarqulas abso-
Iutastlogé a ser en algunos casos el 75 por siento del total del estido,
‘En ext Ivcha por la supervivencia as monarqutas absolutssextaban ral
cequipadas y pendicron, Que sus soberanosJegslasen de mancre pretetidide
Spebte absolute, como suced en Expatia, no quiere decir que gobernasen
‘fectivamente. Las soviediades europeas del Antiguo réginen funcionaben
‘dentro de unas estructuras de poder que se supezponian y entrecruzaban y
‘que regulaban la vida dela gents, no tanto por la fxerza como por la acept
‘ion colestiva down orden de eosis que se considera justo, Bl poder del rey
pda ser tedrieamente omaimodo, coma procedente de Dias, paca era ja
oy vi Toeal estaba contralada par nos paderes mucho més eercanos
—Setioces, iglesia, mumicipios— que percibian una parte importante de) ex
cedente del trabajo de los campesinos y de fos artesaaos a raves de los de~
techs sefornles, del diermo y de tod una serie de cargas y tritutos loca
les!"
Para que podiese aumentar la reeaudacin fiscal del gobiemo central hu
bicra sido necesario cambiar los términos del teparto, lo eval queria decir
que 0 se desviaban recursos camo los de los derectos seforales y el dicemo
hacia los impucstos, abolisndo este tipo de cargas —eel contribuyente por
excelencia era el carapesinon, pero sv capacidad para atender las demandas
dl estado estab limitada por sus obligactones son los seiores y can la Ite
sao10 ge hacia contebuir en mayor medida a los perceptores de. estos re~
‘Las morarqefas absolulas no podian hacer ninguna de estas dos casas,
porque corrian el riesgo de romper el consenso social en que se basaba st
propia supervivencia. sxigir que cada uno pagase Impaestosen proporcién
8. HA Soon
4, Drssoa mp
10, Blonpaacanees Das orgies edi de TRAE), p. 20,
UL Geetoey Brana (996) Bansnren, 271, Dickson pp 3382
12 LAA Toure se), Re Maat
UL tht pps4 [LA QUITBRA DE LA MONAROUEA ABSOLETA,
4 sus bienes ya su ingresos significa destruit cl motor del sistenta politica
1 sorial del Antiguo régimens, que se atentabs cn el apoyo de quienes poza-
ban de unos privilegios qu s¢ expresaban sobte todo en términos de exen-
cones y de-ventajas ficales.% La resistencia de los privilegiados tenfa menos
{que ver con el temor a que se Tes ijaran cargas mia elevadss —que podian
hadir a través del fraude— que eon su oposicidn a lo que les parecia un in
tonto de alterar la viefa carquitectura de poderess."?
De al que los intentas de reforma fiscal de los godiernos del absolutismo
tropezasen frecuentemente con resistencias que o fos anulabin los desnat
fallzaban. De lo primero 68 un buen ejemplo la «nica contribuctone que se
‘uisoestablecer en Castillaen el sigha vary que, una vez hechos todos fos el
culos paras aplicacién, hubo-d abadon arse, come confesartael propio Car-
qos IIT, porque habta habido stantos millares de recursos y difcultades, que
‘nan arredrado y atemorizado a la sala de Una eantribuei6a (.., sin poder
priser adelan{e>." O la resistencia eectiva de Ta Iglesia a los intentos de obi
farla a contribu mis. En Francia la Tylesis aportaba un 15 por ciento de fos
ingresos del estado a eomienos del siglo xvi, pero defends sus privilegios
confi ydientes yTogré.que su contribusi6n no pasase a eomienzos del sila
twin on plena criss de ia guerra de Suoesidn de Espafia, de un 3 por cietio,
{que en 178 ve habia reducido aun més, hasta quedar et ¢! 94 por cient Su
{ito se lranaforaé entonces en fracaso, porque cost6 poco eonvencer al can-
junto do la sociedad francesa de la justicia de la iniciativa prepuesta por un
pbispo, Talleyrand, de que ante lasnecesicaces del pas, c confiseasen los bie:
hes eelesiisticos. Las desamortizaciones no serdn hijas del aaticlericalismo,
Sino, sobre indo, de laoboeeneiéin dea Iglesia en negarve a aceplar que cles-
tado modorno obliga a todas a contribuis.” Sin que quepa olvidar [a5 fesisten-
clas de los de abojo, en forma de rhotinesmntffszales, que por su cardeter we-
fheealmente local suelen pasar desapercibidos por fos hstoriadores*
‘Los ejemplos de deshaturalizacién son todavia més abundantex entre a
{etra de los textos legals y ta realidad de la recaudaciém hay oon freeuencia
tn abismo. Lo:lusira, por ejeniplo, el caso de ls «fut cuales», un tribute
de planteamiento ambicioso que no dio, a lx hora de Ia verdad, mas que ni
sos resultados
‘Una ojeada global los ingresos fscales de la monarquia espatola en ol
siglo xwur muestra claramente el fracaso de la Hasienda de! absolutismo, Si
‘comparamios [3 recaudaciones de los grandes rarios tributarios entre 1722.9
1764 podremos advert que el anne dé la reeaunlacidn total, que se ha the
plicade en este periodo,se debe sobre todo alespectacular crecimiento de las
huanas a fines de siglo (las rentas generalescuva parte fundamentat son los
derechos adyaneros, 6 han multiplicado par 8.5 entre estas dos fechas}, mo
uuey (199). 221, Brae (198. y 1988). pp. 10
Levine
rare 878),
Mice.
Shara, pa 155259
bermppoceady GRNenaL ls
tivado, como se diré ms adelante, por la gperacién especulativa del sco
merci libres, mientras que el ramo principal de li tributacién, las ventas
jprovindiales, no lego ni a doblar sus rendimientos (pas6 de un fadive 100 a
175), pese al crevinten(o deniografica y econmico de estos fis, y pase ato-
os los intentos de reform fiscal.”
Por otra parte estas monargufas, que careeian dé uo aparsto adm
tivo adeceado, no eran capaves de cobra ditectamemte los tebulos,
se vet obligadas a recursr, como sce en Espatia y en Fraila, a aten-
adores, eantatistasy otros intermediarios, ue no consegufan sus mayores
jjanancits con los arrendamienios mismos, sina son los préstamos que hacia
Al gobierno, no sélo en las momentas de gasta exteaordinario, como los de
tuna guerra, sino incluso ea los aos ee paz, para cubriz la insuiclena ee6-
fica 9 el retrss0 de la reeaudacién, Porque les estimaciones oficiales de in-
jresos que las historiadores.toman en muchas aeasiones camo vilidas, a=
Ten ser sinples previsiones que no cortesponden @ la recaudacida real, Sien
nc ba cantidad presupuestada y no cabsrada —lo que los funcionarios de
hacienda llamaban, significativamente, los #oatvalenes— posta pasar del 30
por cionto (0 sea que se ha eobrado menos de Ta itad Ue lo que inican las
Cifras wofiiatesx), en el caso de Ia Castilla del siglo x11 108-dice que sélo
‘de 30 al 50 por ciento de los impuestos legaba al tesoro —o sea que la dite
rencia entre la cra y la realidad es del $0 Al 70 por cienta®
Los financieros vtilizaban los propinstibutos como garants para ese:
rar ol pago de os préstamos lo cual acababa reduciendo In Hacienda estatal
‘wh sistema de obtencidn de recursos que pusaba por Ia intermediation de
'un prupo de personajes que centrolaba las Finanzas pblicas: lo que Destert
ha llamada «una clase que gobecnaba en vietod de un monapolio tanto de la
riqueca como del poder. Asfse ha snasofidada un sistema basado es fos im
pplestos sobrados por los arrondadores y en su redistribucign en forma de
‘dcuda del estado de elevadi tipo de interés entre Las clases prvilegindas: los
impuestos pagados por los campesinos «vuelven, después de transitar breve~
‘mente por Ios cofres de las arrendadores, sin nt siguiera pasar por Ens cajas
reales diceclamente & thos dé ls grandes senoress.
Esta impotencia, agravada por el endeudamiento —los Austrias espa
les spusdieron disponer potas veces de mis de una quinta parte de gus ingre-
s08 pia el gasto ordinaric», ya que el resto lo consumnia la atencign as dew
dda— ayuda a enteader que exista tal distancia entre le que dice la retorica
legitimadora que acompafta alos texios legales del ubsoatismo, con sus pla
‘nes supuestamente destinados a estcivlir #1 seecimienta ecordmica (que co-
rosponden, con tas diferencias que marcan el tiempo y las circunstancins, a
29. Ponsa (398-2, Pea,
Fh Chuuma(lOBGh AA Tnomr y Yes: Son duos pre, tveias de Guta (ri
‘ical ca Covins DSR p,9)y a comperninet cate etadoreomo as de Maras y O'Beme
Th Destin, cp 42.66, Moves, Dewan, Moore, (SL y ua teajo del mina
ocr nid a Geary Ce Met, 9p. 208-21.
22. Besuasy Le Fab KE6 LAQUIEBRA DE LA MONARQUIA ABSOLUTA, 51410
Jo que Hobsbawm llama el «AApérjuio fiseale de los politicos actuales, que
prometen, antes de Iss elecciones. unas rebajas de Impuestos quc ni piensan
ri pueden cumplir) y una prdstica que se redueta & busear aquellos procect-
‘mjientos que diesen rendimientas iamediatos, aunque n0 fuesen fos més be-
neficiosos para el pets Sea
Habia, en contrapartida, un modelo de gestiGn financiera distinia a este
de las motarqutas absoluias, que correspond una forma diferente de or
fanizacin del estado. Fs el que se estableci6 en Holanda en cl sigo xv yen
Tglaterza a fines del siglo xi, después de la Aglorioas revolution de L688:
un sislema con parlamentos representativas de los Intereses dominantes de
ln sociedad —lo cual no quiere decir sdemoctéticos»— que David Hume de-
finid como fermado por «un priacipe hereditario, wna nableza sin vasallos y
un pacbio que vote a través de sus representantes, Ea Inglaterea el parla
mento estaba controludo por ls alianza entre una aristocracia agraria que bi
bia eliminado tas trabas del sfeudalismo bastardo» y una clase de «mpresa
trios mercantiles orientada a los grandes negocios del comercio exteriox, la
expansién colonial y los aprovislonamientes de guerra. Esta alianza se habia
asegurado-el control del gobierno al limiter las recursos de que éste disponta
fos que se votaban cada afo en el paclamento y al crear na fuerte adimi-
risteacién buroerética que manejaba de hecho la mayor parte de este dinero.
Sobre estas bases se asentaria el dable proceso de la llamada erevalucin fi
nanelera» 9 de la expaisién comercial, que serian elementos esenciales det
crecimiento econdmico briténica”
Fl éxito de la Hacienda briténica 3 b956 en e] aumento de Ia eeoauda-
cidn de aduanas yen un tipo de impuestos sobre el consumo —las excises —
que el gobierna cobraba directamente: en la década de 1760-1770 las exces
pproporcionaban e147 por ciento de las ingresosfiscales briténicos y ls adua-
fas e123 por clenta, ¢ sza que enfre ambos tamas sumaban el 70 por ciento
de los ingresos ordinarios, Un reparto més equitativa de la carga hizo post
ble, adems, que los tributas se pagasen mejor ¥ agobiasen menos. A nese!
silo xv, mientras la monargua expat Tracasaba cn todes sus intentos de
reform tributario, la briténica
tencias europeas, que exigéan al gobierno espafol una politica dé madera
ciéa, porque no querian seguir tenienso que intervenir en una Espatia inca
pax de conservar sti orden interno (hubo que mantener guarniciones
francesas cota de cinco aitos para asegera sl gobiemo de Fermando VII el
control de las ciudades), Eran eoncesiones como Ia de no restablecer la Toe
quisicién, aunque ed arzobispo de Valencia se las arregé para eolgar en ta
hhorea & un pobre maestro desta que daba enseftanes gratuita a los nies dc
Ja herta, pero qué m0 iba a msn hs darnings
En el lerreno de la Hacienda, en el que no se podian hacer grandes eo»
sus el ministro Lopez Ballesteros —gque era tna buka persona y Us medis-
cre hacendista, y que seria el hombee que permaneciers mas tiempo l fen
tedel departamento en una época en que le normal era que 10s rinis\ro8
{duragen pocos meses— se contents con poner ardea en la adimiistracin y
esiablecer por primera ver un presupuesto de ingtesos y de guste: esto 8,
Cterminar que se calculasen previamente las sumas que se podian destinar
‘a cada ministerio en el afo siguiente, para que éate se aiunaese a ellas €b 5
‘asto, Eto sjuste de Fos gastos. los miseros ingresos signified renunciar, por
‘ejemplo, a tener una marina de. guerra (el pals que habia preaumido de eran
flota en Thatalgar estaba shore litoralmente sin barens}, Pero el ajuste slo se
ppudo mantener hasta 1830; Cuanda Ins revoluciones de este afi concn
ron Euzopa, hubo que tomar medidas para la defensa y el equiibra prest-
puestario se fue a pique.!*
Para entonces el gobierno se enconttaba enfrentado a das clases de ene
‘migos:fosliberales, que todavia sofaban ea repetis wn pronungiamento came
de 1520 intentaban desembareos ons cosas del sure invastones por in
feantera francesa, esperando una reacckéa popular a su favor qs aenea se
produjo, y os sectores absolutistas ultras, descontentos de 1 que les pareeta
ser una poltica moderada, que protagosizaron diversos movimieatos insu-
rreccionales, de financiacidn preferentemente eclesisstica, para destronar @
Fernando I y poner en su gar a su hermano, quien aspitaba.a sonvertirse
5t, ‘Tomas (1972), Mowat Rox, Aras, Stvensx Maren (138), Bram, Bray
Rows, ede Toetas 1906 1997), RGsULx 15559 2005,
5. oven 1998.1 2001-1)M LAQUIEDEA BE LA MONABOULA ABSOLUTA, 18163800
en Carlos Vyarestableeer ls vejos tempos dela Inquisicin y del patsbulo®
Poner ogden en la Hacienda, cstableciendo un sistema trbutaria que respon-
diese alas pautas nrmsles en Ia Europa del siglo xx, slo pudo haverse 2a
145, una vey acabada la suctta carkstay asentada el Uberalismo®™
‘Emcuanto a las conseeiencias sobre la economia espafiola, su exaluackin
tka dado lugar a un debate que no posed darve por serzado sin muevas y mds
profundas investigiciones, Si tomamas el tema a largo plszo, deberlamos
pensar en Loy efectos desestbeturadores del dosurallo esondmico penins-
Tar que ttva el camercia solontal en Ia forma en que lo practieabe Espa
Hay va andlisis inteligente y poco eonocido, el que Condillas hizo.en tu cur-
so de historia universal para el pfosipe de Parma; un libro que Diderot re-
Comendala al gobierno ruso en su plan para In Formacioa de una. univers
dad. Condillac escribid: «Estoy de acuerdo en que tos pueblos que se
fadhetarén primero del oro de América sordin de entrada los mds rieoss pero
fuando este oro se habrd esparcide por Europa se encontrardn al mismo ni-
fel que lod las naei@nes, Severs incluso que acabardn sionsio prow lox
nfs pobres, porque no habe en ellos un eomercio interior. Nowes pes a las
Indias adonde hay que ir a buscar las fiquezass**
‘La pétdida de Ins colonies oblig6, en efecto a Espafa a percatarse de lt
debitided de su economia a centear su actividad en cl desarrollo de su pre
pie mereado interioc. En este sentido se puede considerar que, a larga, [a
Tuna del imperio resulté benefciosa. Solo que clio ocurria demasiado tarde,
{quando sus restantes competidores haban tomadlo tush delantera en el ca-
‘mino de la industriatizanin®*
Een La quiebra de du ionarqufa nbsotuta planted cate leana denteo del mar-
cocomplejo de las relacieaes de comercio exterior de Expaiia con ss colonias
samericanas y ean el extranjero ya que la mayor parte de los tréficos exteriores
txpafcles ean dercexpattacién: de produsteseuropect hacia as colonias,y de
frvtoscalonislesy plata hacia Europa). Leandro Prados eninimiaé méstarde la
importancia de la pérdida,redueiéndots a un pequefo porcentaje de I renta
reciantl® Dejando a un lado la dificultad de hacer estimaeiones vélidas de la
Teta para unos momentos ea qué desconozemes el volumen y el valor de las
principales cosechas agricola, y que, comeha mostrado Javier Cuenca, dif
Gl evaluar las cifras del comercio exterior de manera lable los trabsjos de
Pascual ySudri,que analizan una de sus consecuencas iamediatas mds eae
‘como fue ladeflacién producida pot la slida constanede plata al extranjero,y
Eide Ferndndez de Pinedo sabre la recuperacién del comercio espaol con
‘amnérica en clsigloxnchan replanicado a cuestionen stings més realists
5 Chere
BT Bwrana 239-12), Conf (988, 199 y 1986), Venus (20D.
BK. Conmnieac, aver eamptis, Pais HOU, (798) nom 612,
3, oonago, Mase Vie,
5. Papo (L982y 19H), Peavos y Awana, (1998)
‘3 Cowen {195 19
52 Paseuaey Suns, Poessooe. reese (0934),
INTRODUCCISN GENERAL 38
Pera #8 que, ademfs, lene poco sentido pacer un valoraci6n
Tepecscatboc smash cobuilcs Geseea te acacia tee
bales, Una cosa es compara el volien dt trie colonial soa cl sonjunto
de la produccidn espafiol, queen sv mayor parte noestabaimplicada en él,
te sual no pasa de set un ejtsicio estado tan inseguto como ini, yea
muy distin relicionaria con to que sucedia en aqueliss zonas cancreias
—Andaluets occidental, Catala 0 el Pats Vasco— gus patisipaban en tha-
yor medida em ests incercamabios, teneado en euenta que fo que inporta en
“sls caso no se mie en eantidaes de mercanfa, sino en ls efectos sobre
Jos cireuitos econdmioas interiors, donde una alteraeiSn que puede parecer
060 importante ea relaciin con cifras slobales de produce agreria o in-
Gusta, puede interfer: los mecanismos de relaciéainternox. Noes con ean
fidudes brats con fo que hemos de opera, sino con models dinicos
"Bn el caso de Catalutasabemos que Is produscidn de vinos —que eras
principal aclieulo de exportacisn—se recupend pronto, ya que encontré nue-
tos mercados en Eoropa,y la de tejidas no se vio teriamenteafestada, por
«que fas exportaefonesa América habian sido menes importantes de lo que x2
suponis,y poco duradsras, d¢ modo que kes industrials eatalaes 36 voles
ron ex ls conguista —que habianiniciado ya en el siglo xvin—del mercado
interior espaol, busundo que se estableciese un intercambia permanente
entre fos pranos de Castln los tejidoscatalanes (sia olvidar que mauy pron-
to volsieron &comerciar coh la Arica depend izada)
Las des rons de Espada que sufrieron mds fueron tal vez el Pats Wasco
y Andalusia. La produesign siderdrgica de Viecaya —que se hubla benef
lado de Is prohibieién de que las coloniasextrajeven y fundiesen mineral de
vierto—* pasd por momieatos muy diras que tardaron dfsadas en superar
se, Un aFcado de 1 indus de ierra en Gipizcaas, de LRA, nos pinta
Ia dramitia situacién que-s ha prodacido por las efestes combinados —to-
dos del mistno origen-— de la pérdida del mercado colonial, ta disminueién