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mestica L.) y los orientales o japoneses (Prunus salicina Lindl.). Mientras P. domestica es un
a Occidente desde Japón. Los ciruelos japoneses requieren veranos más cálidos y no son
cultivados en las zonas frías de Europa (Looney y Jackson, 1999). Westwood (1993) men-
ciona los ciruelos norteamericanos (P. americana) que son de importancia local.
El ciruelo es un árbol caducifolio pequeño, en cierto modo arbustivo y puede llegar hasta
7 m de alto, con tronco y ramas grisáceas o pardo-rojizas y presenta una copa casi pirami-
dal (Hoyos, 1989). Las hojas de 3 a 8 cm de largo son sencillas, alternas, ovado/achatadas
Las yemas florales se producen en ramas de 1 año o sobre ramas cortas de madera de va-
rios años, las yemas reproductivas y vegetativas se encuentran separadas. Las flores usual-
mente son blancas, períginas, solitarias o en grupo, en su mayoría, de dos a cinco flores
con pedicelos largos, cinco sépalos y pétalos, un carpelo singular y numerosos estambres
(Looney y Jackson, 1999). La yema floral abre algunos días antes de la yema vegetativa.
Según Ryugo (1993), un árbol maduro puede producir hasta 100.000 flores, de las cuales
solamente el 1% debe cuajar para una cosecha económica, siendo, en muchos casos, el
cultivares son autofértiles mientras que otros requieren una variedad polinizadora específi-
ca (Looney y Jackson, 1999). Ryugo (1993) clasifica los ciruelos japoneses, en su mayoría,
como autoincompatibles y menciona las variedades Santa Rosa, Beauty y Climax como
El fruto es una drupa glabra que presenta normalmente cera (pruina) en la piel. La longitud
del fruto oscila entre 2 y 8 cm y su forma puede ser globosa, oblonga o elíptica. Los colores
son muy variables pueden ser azul/morado, rojo/rosado o amarillo/verde (Baugher, 2003).
El crecimiento del fruto presenta una curva doble-sigmoide y el hueso (embrión) madura
El ciruelo es un frutal caducifolio que puede alcanzar los 6 metros de altura, por lo que se
considera de porte medio. La corteza de su tronco desarrolla un color grisáceo-parduzco, de
ramas rectas, presentando algunas de sus variedades espinas robustas y puntiagudas (como el
Santa Rosa y ciruelo silvestre). Las hojas se caracterizan por su forma obovada o elíptica, con
borde aserrado, dientes poco agudos y un color verde pálido en el haz. En su época de floración,
entre febrero y abril, sus ramas se asemejan a un manto de color ya que se cubren de flores
blancas agrupadas. La longevidad de este frutal puede alcanzar los 50-60 años en variedades
como la Golden Japan o Japonesa.
La ciruela es una fruta de forma redondeada u oval con estructura acorazonada, atravesada por
un surco que la recorre longitudinalmente dividiéndola prácticamente en dos. Su hueso es
oblongo, con dos semillas en el interior que, transcurrido un mes, pierden su facultad
germinativa. Generalmente posee 7 centímetros de diámetro y un peso de 65 gramos,
mostrando un color de piel y pulpa uniforme e intenso. Cada variedad presenta un color y un
sabor diferentes pudiendo darse:
Violaceas o negras, son muy adecuadas para cocinarlas en postres u otras recetas.
Para cultivar el ciruelo necesitamos un clima templado. Aunque no por eso, si vives en una zona
con un clima distinto no puedas cultivarlo de forma rotunda. Por ejemplo, para climas fríos, el
ciruelo se adapta más o menos sin problemas ya que resiste bien las bajas temperaturas.
El sistema radicular del ciruelo se caracteriza por poseer raíces superficiales. Esto a la hora de
relacionarlo con las características y estructura del suelo significa que tolera suelos húmedos y
poco profundos.
Pero no es lo ideal, ya que prefiere suelos ligeros, frescos y sin exceso de humedad.
Aun así, tengo que deciros que el ciruelo es uno de los frutales más resistentes y rústicos, así que
no encontraréis ningún problema a la hora de plantarlo, a no ser eso sí, que vuestro suelo sea malo,
malo, malísimo, en cuyo caso, como suele haber soluciones para todo, podéis echarle un ojo a
nuestro artículo sobre cambiar el pH del suelo o sobre cómo conocer el tipo de suelo de tu
jardín.
Material y métodos
El estudio se ha realizado en el periodo 2005-2012 en dos parcelas experimentales similares
ubicadas en el Ifapa Centro ‘Las Torres-Tomejil’, en Alcalá del Río (Sevilla). Ambas parcelas
contienen 14 variedades comerciales de ciruelo japonés (Tabla 1), distribuidas en un diseño
aleatorio con tres repeticiones conteniendo cada una de ellas 6 árboles de cada cultivar.
La preparación de los suelos es una labor vital en todos los cultivos. En el caso de las ciruelas se
relaciona directamente con las labores de riego, por lo que es necesario sectorizar de forma
adecuada el terreno.
“La preparación del suelo se refiere a seleccionar el mismo, marcando claramente sus cambios.
A partir de aquello se sectorizará especialmente el riego según las condiciones texturales y de
profundidad del suelo. Esto permitirá regar de forma más homogénea”, dice Patricio Almarza,
ingeniero agrónomo del Inia Rayentué.
El experto señala que es importante caracterizar la tierra para las funciones de fertilización, con
el fin de calcular de forma correcta la aplicación de productos que ayuden al buen desarrollo de
las plantas durante su primer año de establecimiento. Esto, ya que un árbol bien cuidado en sus
inicios, crecerá de buena forma en los años venideros, lo que le permitirá expresar su máximo
potencial productivo.
Los cultivos de ciruelo se realizan con éxito en aquellas zonas que cumplan con las siguientes
características:
Clima. El árbol del ciruelo, conocido científicamente como Prunus cerasifera, es una
especie de hoja caduca y de clima templado, por lo que necesita de inviernos fríos que
le permitan pasar por una etapa de inactividad.
Suelo. Estos árboles necesitan de un suelo bien drenado, por lo que puede ser necesario
cavar la tierra e introducir una capa de piedras en el fondo para facilitar la circulación
del agua. Un abundante abono favorecerá enormemente a este árbol.
Reproducción. La reproducción del árbol del ciruelo se realiza por esquejes o a partir de
nuevos brotes que surgen desde las raíces. El beneficio del injerto de ciruelo es que el
árbol que crezca a partir del esqueje, tendrá la misma edad que el árbol del que fue
extraído por lo que dará frutos prontamente.
Podas. Este tipo de árboles requiere de podas ligeras. La primera poda se realiza al
momento de plantar el árbol y las posteriores a comienzos del verano, ya que si se
realizan en invierno existe el peligro de aparición de enfermedades.
Cosecha. Si la producción de ciruelas es demasiado abundante, los frutos resultarán muy
pequeños e insípidos. Para evitar esto, una vez que los frutos hayan alcanzado la mitad
de su tamaño definitivo, habrá que realizar un aclarado, quitando algunos de los frutos
en las zonas donde se encuentren en mayor densidad. Se debe tener cuidado de no
arrancar el peciolo (unión entre el fruto y la rama) al despuntar la ciruela.
A la hora de abonar hay que tener en cuenta que es esencial la obtención de frutos gruesos, lo
cual sólo se logra con plantas jóvenes, en terreno apropiado y bien abonado. Es frecuente la
aplicación de N-P-K entre 600 y 1.000 kg/Ha.
Deben realizarse análisis foliares para evaluar la evolución de los macro y micronutrientes más
implicados en al productividad.
En algunos casos se tiende aplicar sólo nitrógeno. Casi nunca se abonan los frutales con flores
porque tienen bajas necesidades y las cantidades de nutrientes en el suelo suelen ser suficientes.
Los aportes de abono nitrogenado deben distribuirse de forma que se apliquen 2/3 después del
aclareo de frutos y 1/3 después de la recolección (para favorecer el desarrollo de yemas fuertes).
Los ciruelos se pueden plantar desde la semilla, pero eso toma mucho más tiempo para que sus
frutos crezcan, lo mejor es plantar un arbolito un poco más crecido. Lo que se recomienda es
plantar más de dos arbolitos pues necesitan polinizarse entre ellos.
El suelo para plantar los ciruelos debe ser arcilloso y bien drenado, a pleno sol y con una
fertilización media. No es aconsejable que los plantemos en lugares donde las heladas los
pueden estropear, los frutos podrían escarcharse. Las mejores zonas para plantar ciruelos son
hacia el sur o el oeste, eso ayudará que el viento no los dañe de más y los frutos madurarán
mejor. No es recomendable añadirles fertilizantes antes de cultivar.
Plum es un árbol que se cultiva en todas partes,porque el cultivo se caracteriza por una
alta fertilidad y una buena adaptabilidad a las condiciones climáticas. Hay cientos de
variedades de ciruelas, que se encuentran principalmente en latitudes templadas.
2. Pulgón polinizado por ciruela daños, además de la ciruela, otras frutas de hueso.
Poblados en la parte inferior de las hojas, las hojas pierden color, las frutas se pudren, el
árbol se debilita.
Destrucción: Rocíe las ciruelas de las plagas a principios de la primavera, antes del
comienzo del flujo de la savia.
3. Torturador Rozannaya - plaga que afecta la fruta de hueso. La oruga deforma las
hojas, asegurándolas en una masa.
5. Gusano de seda desapareada causa un daño significativo a los cultivos de frutas. Las
orugas grandes con verrugas en la parte posterior comen hojas, la oviposición se realiza
tanto en el propio árbol como en los setos y edificios cercanos.
Lo primero será raspar la zona infectada con un cuchillo o instrumento de corte. Sacaremos la
costra que contiene la savia y eliminaremos toda el área que tenga un color oscuro, significativo
de la enfermedad. Debe quedar un espacio con un color verde claro.
El producto a aplicar debe haberse preparado con anterioridad, realizando la mezcla en caso de
ser más de un componente. A continuación lo aplicaremos con la ayuda de un pincel de cerdas
finas o una gasa sobre la zona afectada.
El correcto abonado, aportando los nutrientes que el ciruelo necesita es una de las medidas más
eficaces de prevención de la gomosis. El movimiento del terreno, suministrando un buen abono
protegerá de plagas y nocivas invasiones.
Como hemos visto, hay que evitar que el suelo esté encharcado en exceso, controlar la plaga
de insectos invasivos y cicatrizar la zona en la que se ha realizado la poda y los injertos.
Con ello evitaremos las consiguientes heridas que originarán, a su vez, la resina como sistema
de defensa, y con ello la debilidad del árbol.
Enfermedades de la ciruela
¡La protección oportuna y sistémica de las ciruelas de las plagas y enfermedades ayudará
a cultivar y recolectar una excelente cosecha de frutas deliciosas y jugosas.
Tipos de Ciruelo
Se distinguen dos tipos de variedades, las europeas que contienen menos agua y más
sólidos solubles, aptas para desecar y las japonesas, más jugosas para consumo en fresco.
Algunas variedades europeas se cree que derivan del Prunus domestica, un ciruelo
silvestre que crece por el Mar Caspio. Otro antepasado silvestre de las variedades
europeas y sud-africanas puede haber sido P. saliciana, en China y Japón. Además, los
americanos han utilizado la ciruela silvestre P. subcordinata, de América, cruzándola con
variedades de ciruela europea o de origen asiático.
1- El ciruelo europeo (Prunus domestica), cuyos frutos suelen ser de color verde claro
(‘Claudias’) o morado (‘Prunas’), al que pertenecen las ciruelas para secar, ya que su
contenido en sólidos solubles es elevado y contienen poca agua, lo que facilita la
deshidratación; las variedades más utilizadas para su procesado industrial son las del
grupo de Ente, como la Agen de Ente GF 707. Por ejemplo en Alicante y Castellón las
variedades más cultivadas son Stanley, Claudias, Ana Spath, President y Giant.
Normalmente este grupo se adapta bien en regiones de tipo de clima más continental por
su floración, sus mayores exigencias de horas frío y son más rústicas en cuanto a cuidados.
Los principales países productores de ciruela son China, Estados Unidos, Rumanía y
Alemania.
En Alemania, las variedades de mayor difusión son Czar (agosto), Ontario (julio a
septiembre), Opal (agosto) y Switzen (septiembre a octubre).
‘Sungold’
Es una variedad japonesa cuyo fruto es grande y aromático y piel de color rojo cuando
madura. Carne de color amarillo-naranja y muy jugosa. Variedad sudafricana que puede
estar en el mercado en febrero y abril.
‘Red Beauty’
Es una variedad de ciruelo japonés, con el fruto de forma redondeada, calibre medio
grueso, teniendo en cuenta que es una variedad muy precoz. Color de la piel rojo-rojo
oscuro dependiendo del estado de madurez. Carne amarilla, de textura dura y sabor bueno.
Aguanta manipulación y transporte. Árbol muy vigoroso de porte abierto, auto-estéril. La
época de maduración va desde finales de mayo a primeros de junio. Como excepción a
que se cultiva el ciruelo japonés en las zonas más cálidas, en la Ribera Alta (Comunidad
Valenciana, España), predominan variedades japonesas, más precoces, orientadas hacia
la exportación, como es la ‘Red Beauty’ que está sustituyendo progresivamente a las
variedades Methley, Golden Japan y Formosa.
‘Golden Japan’
Fruto grueso, amarillo claro pajizo, piel brillante gruesa y resistente, carne muy jugosa y
agradable que pertenece al grupo del ciruelo japonés. Fruto resistente al transporte. Árbol
vigoroso y de gran fertilidad. Se cultiva en EEUU, Francia, Italia y Sudáfrica, estando
disponible desde enero a mayo y de junio a agosto. En España la recolección es a
mediados de junio.
‘Black Amber’
Variedad japonesa, fruto de color negro, tamaño grueso, forma del fruto redondo un poco
achatado. Pulpa de color ámbar, carne firme no adherente al hueso, sabor bueno.
Resistente a la manipulación. Productivo. Árbol vigoroso y de porte muy erecto, auto-
estéril. Procede de EEUU y la época de maduración es durante la última semana de junio
en zonas cálidas.
‘Santa Rosa’
Ciruela japonesa cuyo fruto es de tamaño grande, redondeado y acorazonado. Piel de
color rojo intenso. Carne amarillo ámbar y carmín claro, blanda, muy jugosa, dulce y
perfumada, con sabor que recuerda a la fresa. Árbol de porte erguido, mediano desarrollo
y muy fértil. Parcialmente auto-fértil. Es de origen americano, pero se cultiva
principalmente en Francia, Italia, España y Sudáfrica. Está disponible de diciembre a
febrero (Sudáfrica) y de junio a noviembre (en otros países productores). En España la
recolección es a mediados de julio.
‘Angelino’
Es una variedad japonesa con fruto de tamaño grande, color rojo oscuro y cuando madura
todavía más. De sabor dulce y carne amarilla. Poca productiva pero muy buena
conservación del fruto. Maduración desde mediados a finales de septiembre.
Variedades de ciruelos
Entre las variedades de ciruela que podemos encontrar en el mercado, cuatro presentan
una mayor densidad de cultivo en la Región de Murcia:
Golden Japan o Japonesa. Se trata de una fruta de piel amarilla clara pajizo, brillante,
gruesa, resistente, de pulpa muy jugosa y dulce. Su comercialización comienza a partir
de la segunda quincena de junio.
Santa Rosa. Proviene de las ciruelas silvestres asiáticas y posee frutos grandes
redondeados y acorazonados. Destaca el color rojo intenso de su piel en contraste con su
jugosa carne amarillo- ámbar de sabor dulce y perfumado. Se trata de una variedad muy
delicada, que sale al mercado a mediados de julio. Esta fruta se estropea con facilidad por
lo que su producción está siendo sustituida por otras más resistentes.
Red beauty. El color de su piel es muy oscuro, vinoso, contrastando con su pulpa
amarilla, carnosa y jugosa, aunque algo insípida y ácida, por lo que resulta ideal para la
elaboración de ciertas recetas, sobre todo de repostería. Su comercialización es la más
temprana de estas cuatro variedades.
Claudia Reina Verde. Se trata de una ciruela con sabor muy dulce, la más apreciada de
las variedades cultivadas en la región. Dulce, exquisita, considerada la reina del mercado.
Sus colores son verde oscuro en la piel y verde pálido o amarillento en su refrescante y
jugosa pulpa. Posee un tamaño menor que el de las otras tres variedades, presentando un
hueso con dos semillas. Estas propiedades la hacen ideal para consumirla al fresco y
elaboración de compotas, conservas, confituras, mermeladas o gelatinas. La recolección
de estos ciruelos se realiza en julio y agosto por lo que su comercialización es tardía.
Valores nutritivos
Las ciruelas están compuestas principalmente por agua, incluyendo además un aporte
básico en minerales, vitaminas y fibras.
Otro de los componentes de estas frutas son los antocianos, que proporcionan acción
antiséptica y antioxidante bloqueando los radicales libres permitiendo disminuir el mal
colesterol y combatir algunos procesos infecciosos así como la formación de
arteriosclerosis, reduciendo el riesgo cardiovascular y cerebrovascular.
Pero si existe una cualidad de la ciruela popularmente reconocida es su acción laxante
gracias a su contenido en fibra, en sorbitol y derivados de la hifroxifebilxantina, que
estimulan la actividad de los músculos del colon y protegen la mucosa intestinal, por lo
que es ideal para el desayuno como prevención de los problemas de estreñimiento.
Cosecha de ciruela
La cosecha de la ciruela se realiza, como es obvio, cuando el fruto alcanza su madurez pero
¿existe un momento óptimo de maduración, o hay un rango de madurez en que la cosecha
resulta igualmente oportuna?.
Podría definirse la madurez de una ciruela destinada a industrialización como el estado en que
el fruto expresa su mayor calidad organoléptica y tecnológica, con el mayor rendimiento de
producto seco por hectárea.
A medida que el fruto va madurando, sufre una serie de cambios en sus características y
componentes: aumenta el tamaño, pierde acidez, acumula azúcares, disminuyen su firmeza y su
porcentaje de agua y modifica su color a partir de la degradación de la clorofila, permitiendo la
expresión de los pigmentos amarillos carotenoides, tanto en la pulpa como en el color de fondo
de la piel. Al mismo tiempo, otros pigmentos, las antocianinas, originan el rojo purpúreo
característico del color de superficie de la piel. Como se ve, la maduración implica un complejo
de procesos que operan simultáneamente. Entonces, surge un inconveniente cuando
intentamos estimarla por lo que llamamos "Indice de maduración", que tiene en cuenta tan sólo
uno de esos parámetros, o a lo sumo dos, como en el caso de la relación azúcares/ácidos.
De todas maneras, un índice puede ser un buen estimador de la evolución del fruto, si cumple
con estos requisitos: por un lado, estar bien correlacionado o asociado al proceso global de
maduración, al menos en su fase final y, por otro lado, tener estabilidad entre montes, áreas y
años, para otorgarle repetibilidad. Para facilitar su uso debiera ser simple de medir en el campo
y, en lo posible, utilizar un método de determinación objetivo (Crisosto, 1994).
Indice de maduración
Se han propuesto tres índices para la ciruela: el color de la pulpa. el porcentaje de sólidos
solubles y la firmeza o "presión" del fruto (Miller, M., 1981).
Color de la pulpa
Se mide sobre rodajas del fruto sin carozo ni piel, contra un fondo blanco e iluminada por una
fuente de luz blanca estandarizada. Por comparación con cartas colorimétricas se puede
determinar el punto de maduración cuando la clorofila se ha degradado completamente,
virando el color de amarillo-verdoso a amarillo ámbar. El método, según los investigadores,
resulta el más confiable de todos, aunque engorroso y subjetivo.
Siendo la ciruela un fruto que acumula altos niveles de azúcares, es muy lógico pensar que la
medida de los sólidos solubles del jugo (en el que los azúcares constituyen la fracción más
importante, además de ácidos orgánicos, sales minerales, aminoácidos, etc.) sea un índice muy
adecuado de su estado de madurez, además de ser fácil de medir, con un refractómetro de
bolsillo.
Sin embargo, los valores de sólidos solubles están influenciados por las condiciones climáticas
del año, ciertas prácticas culturales (fertilización y riegos) y, sobre todo, por la carga frutal (Kader
y Mitchell, 1989).
Cuando el número de frutos supera la capacidad fotosintética que el árbol puede desarrollar
normalmente, el tenor azucarino caerá en forma proporcional a la sobrecarga y, con ello, el
rendimiento al desecado.
Investigaciones en California -la principal zona productora del mundo- han determinado que
cuando la carga se ajusta a la capacidad fotosintética del árbol o, incluso, cuando ésta excede la
demanda de los frutos por situaciones de baja carga, los sólidos solubles no superarán los 24°
Brix (o menos aún, cuando hay condiciones de sobrecarga), el fruto se desvaculariza, se
desconecta de la planta y ya no ingresan en él más azúcares a los frutos. Cuando se alcanzan los
24º Brix (o menos aún, cuando hay condiciones de sobrecarga), el fruto se desvasculariza, se
desconecta de la planta y ya no ingresan en él más azúcares ni agua. Por ello, hay pérdida de
volumen y arrugamiento.
Por estos motivos, el dato de sólidos solubles no permite diferenciar en qué etapa se encuentra
la ciruela: si de acumulación (maduración) o de concentración de sólidos (deshidratación).
Expresa la resistencia del fruto a ser perforado por una punta de acero de 5/16 pulgadas (8 mm)
y constituye el índice más adecuado, por estar bien correlacionado a la maduración, por ser
simple de medir a campo con un instrumento de bolsillo (penetrómetro o presiómetro) y porque
resulta un método objetivo, al expresarse a través de valores de presión.
La presión se toma sobre la parte media del fruto, quitando con un cuchillo una porción de
piel. El resultado debe ser el promedio entre una 20 y 50 ciruelas tomadas al azar del monte.
Conclusiones
La maduración óptima es más un momento que un lapso dentro del cual podemos decidir a
nuestro gusto cuándo cosechar. Alcanzando ese pico de maduración, la ganancia de azúcar es
sólo aparente. demorar la cosecha sólo favorece en llevar menos kilos de fruta a las paseras o al
horno y mejorar el color exterior en el caso de secado al sol, pero incrementa la caída de frutos,
el consumo de azúcares por respiración, el oscurecimiento de la pulpa y la probabilidad de daño
por granizo, factores que inciden en la pérdida de calidad y de rendimiento de materia seca por
hectárea.