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El agua es un elemento esencial para la existencia de vida en nuestro planeta. Todos los
seres vivos somos, en mayor o menor medida, agua y necesitamos consumirla de forma
continua para vivir. Es por ello que la humanidad ha almacenado y distribuido agua
prácticamente desde sus orígenes
Los primeros antecedentes los encontramos en Jericó (Israel), donde el agua era almacenada
en los pozos para su posterior utilización. El transporte del agua a los puntos donde era
necesaria se realizaba mediante canales sencillos, excavados en la arena o las rocas. Años
más tarde se comenzaron a utilizar tubos huecos, más parecidos a lo que son nuestras
tuberías de hoy en día. Por ejemplo, en Egipto se utilizaban árboles huecos de palmera
mientras que en China y Japón utilizaban troncos de bambú para su distribución.
Así llegamos a la época del imperio Romano, ellos utilizaban recursos de agua subterránea,
ríos y agua de escorrentía para su uso y aprovisionamiento. El agua recogida se transportaba
a presas que permitían el almacenamiento y retención de grandes cantidades de agua. Desde
aquí se distribuía por toda la ciudad gracias a los sistemas de tuberías, fabricadas con
materiales tan diversos como rocas y barro. Su verdadera revolución llegó con los acueductos,
estos acueductos se construían a base de arcos de piedra en forma de puentes, los cuales
tenían en su parte superior un canal con una pendiente baja. Sobre el cual corría el agua. Una
vez el agua en la ciudad se conducía mediante las tuberías.
Gracias a estos anteriores sistemas ideados por nuestros antepasados, se ha podido tener una
base para poder ir mejorando y actualizando a través del tiempo hasta llegar a la red de
captación, almacenamiento y distribución del vital liquido que es el agua y que poseemos en
la actualidad generando una revolución en las llamada instalaciones sanitarias utilizadas en
las edificaciones de hoy en día.
Se entiende como aguas de abastecimientos todas aquellas que pueden ser aprovechables
para suplir las necesidades del hábitat humano. Esta agua es en el concepto más genérica:
manantiales, quebradas, ríos, lagunas, acuíferos (aguas subterráneas), y muy limitadas las
del mar. Podemos dividir las aguas en marinas, atmosféricas y continentales; las
continentales se subdividen a la vez en: superficiales y subterráneas. Todas estas en sentido
científico, no son netamente puras, pues a sus moléculas que la integran (H2 O) se le agregan
partículas extrañas a su composición natural. Estas partículas se encuentran suspendidas en
la atmósfera en forma de humos, las cuales son expedidas por las chimeneas de las fabricas y
los vehículos automotores, también las aguas en sus recorridos sobre la superficie de la
tierra, al erosionar los suelos arrastran lodos y elementos pululantes, así como también las
aguas agresivas por su paso, por infiltración hacia cavernas del subsuelo y a su salida natural
disuelven sales y minerales.
Fuentes subterráneas
Las aguas superficiales están constituidas por los ríos, lagos, embalses, arroyos, etc.
La calidad del agua superficial puede estar comprometida por contaminaciones provenientes
de la descarga de desagües domésticos, residuos de actividades mineras o industriales,
presencia de animales, residuos sólidos, y otros.
Aguas superficiales continentales son todas las aguas quietas o corrientes en la superficie del
suelo. Se trata de aguas que discurren por la superficie de las tierras emergidas, proceden de
las precipitaciones de cada cuenca.
Aguas lóticas o corrientes: masas de agua que se mueven siempre en una misma dirección
como ríos, manantiales y arroyos.
Aguas lénticas: aguas interiores quietas o estancadas tales como los lagos, lagunas y
pantanos.
TRATAMIENTO. moises
El tratamiento del agua para hacerla potable es la parte más delicada del sistema. El tipo de
tratamiento es muy variado en función de la calidad del agua bruta. Es la parte más compleja
y costosa. Aquí se procede a purificar las aguas. Este tratamiento consta de las siguientes
partes:
-Reja. Impide el paso de ‘material grueso’ y lo retira una vez en la superficie. Este material
puede ser superficial y flotante, o de arrastre de fondo.
- Desarenador. Para retener el material en suspensión de tamaño fino.
-Floculadores. Añaden productos químicos para decantar materiales finos y sustancias en
suspensión coloidal.
-Decantadores y filtros. Los decantadores, llamados también sedimentadores, apartan una
parte de material fino. Los filtros son útiles para retirar el material en suspensión.
-Filtros. Para retirar totalmente el material en suspensión.
En algunos casos es necesario aplicar tratamientos como la osmosis inversa, el intercambio
iónico o los filtros de carbón activo.
ALMACENAMIENTO DE AGUA YA TRATADA.
El almacenamiento del agua tratada tiene la función de compensar las variaciones horarias
del consumo, y almacenar un volumen estratégico para situaciones de emergencia, como por
ejemplo incendios. Existen dos tipos de tanques para agua tratada, tanques apoyados en el
suelo y tanques elevados, cada uno dotado de dosificador o hipoclorador para darle el
tratamiento y volverla apta para el consumo humano.
Los tanques de cola, como su nombre lo dice, se sitúan en el extremo opuesto de la red, en
relación al punto en que la línea de aducción llega a la red. No toda el agua distribuida por la
red pasa por el tanque de cola.
Estaciones de bombeo
Tuberías principales, secundarias y terciarias
Tanques de almacenamiento intermediarios
Válvulas que permitan operar la red, y sectorizar el suministro en casos
excepcionales, como son: en casos de rupturas y en casos de emergencias por
escasez de agua
Dispositivos para macro y micro medición. Se utiliza para ello uno de los diversos
tipos de medidores de volumen;
Entre los diversos criterios en los que pueden clasificarse las redes, exponemos la siguiente:
Red ramificada
Red reticulada o mallada
Red mixta
LA RED RAMIFICADA
El sistema ramificado consiste en una tubería principal o arteria maestra de la que se derivan
arterias secundarias, de las que a su vez parten otras de tercero o cuarto órdenes cada vez
menores y en forma análoga a los nervios de una hoja.
En este tipo de red cada punto recibe el agua sólo por un camino, siendo en consecuencia los
diámetros cada vez más reducidos, a medida que las tuberías se alejan de las arterias
principales. Este tipo de red presenta el problema de que una avería, en un punto de la
misma, deja en seco toda la red a continuación del punto averiado.
LA RED RETICULADA
En el sistema de red reticulada, los ramales de la red anterior se unen formando mallas o
retículos, el agua puede llegar a un punto determinado por varios caminos. En este tipo de
redes existe un problema de indeterminación del sentido de circulación del agua, pero
tienen la ventaja de que en caso de avería el agua llega al resto de la red por otras tuberías,
no faltando más que en el tramo averiado que se puede aislar por medio de válvulas,
emplazadas de modo que formen pequeños polígonos cerrados independientes. Las
dimensiones de los tramos aislados dependen de la importancia de la población y de los
efectos de la carencia de suministro en los mismos.
Por otra parte puede ocurrir que las puntas de consumo no coincidan en el tiempo en toda la
población, si esto ocurre, la red mallada permite que en cada momento el agua siga los
mejores caminos para abastecer la zona sobrecargada, reajustándose automáticamente la
distribución de caudales, con lo que se mejora notablemente el suministro con relación a la
red ramificada, en la que cada tramo tiene que conducir sus caudales máximos sin ayuda de
los demás. Evidentemente, lo mismo ocurre con las presiones de servicio, existe una mejor
distribución de presiones.
RED MIXTA
En las redes malladas pueden derivarse subsistemas ramificados, como el de la figura, este
tipo de red, participa de las ventajas e inconvenientes de ambos sistemas
REDES EN PISOS
Hasta ahora todo lo expuesto se refiere al caso de establecimiento de una red única en la
ciudad, pero en caso de poblaciones en que, por regla general, el abastecimiento se efectúa
con aguas que llegan a distintos niveles o en los que no es posible disponer de un depósito
único que alcance a toda la población, o que existan puntos de la red que presentan
diferencias de presión superiores a 60 m.c.a., se recurre a dividir estas zonas escalonadas
con diferente presión y calcular la red de cada una como si fuera independiente. Es decir, es
el establecimiento de redes diferenciadas por su distinta presión estática.
Las redes dobles pueden implantarse, cuando se quieren distribuir aguas de distintas
calidades para distintos usos. Por ejemplo, agua reutilizada que no alcance el grado de
potabilización adecuado y que sin embargo pueda emplearse para riego de jardines, limpieza
de calles, extinción de incendios o para usos agrícolas. Habría por tanto una red de agua
potable y otra dedicada a servicios. No obstante, se recomienda siempre que se pueda la
instalación de redes únicas.
- Tanto el diseño como el cálculo son más fáciles que en la redes malladas, por el hecho de
estar determinadas las direcciones de circulación de los caudales.
Los inconvenientes:
- Cualquier rotura en una conducción deja aguas abajo sin servicio a los usuarios.
- Las presiones y los caudales disminuyen a lo largo del recorrido de los tramos.
- Los puntos terminales, testeros, al quedar el agua estancada acumula sedimentos pudiendo
originar problemas de calidad en el agua.
- Las ampliaciones de la red, prolongando los ramales y los incrementos de consumo da lugar
a presiones insuficientes, si no se tuvo en cuenta inicialmente en el proyecto.
- Una mejor distribución de las presiones y menores pérdidas de carga en la red. No existen
diferencias de presiones tan acusadas entre distintos usuarios, como en la red ramificada.