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RESPONSABILIDAD
DEL HEREDERO EN
EL PROCESO CIVIL

DERECHO DE SUCESIONES
ERICKA PAZOS GONZALES
Universidad Nacional
“Pedro Ruiz Gallo”
Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas

RESPONSABILIDAD DEL HEREDERO EN EL


PROCESO CIVIL
CURSO : DERECHO DE SUCESIONES

DOCENTE : DR. JOSE GAMONAL GUEVARA

INTEGRANTES: - BARON MONTALVO LUISA MARIA

-CABRERA MECHAN MILKO PAOLO

- MUSAYON MARTELL AMADA LIZETH

- ORTIZ CONDOR BLANCA LEONOR

- TULLUME FARROÑAY ARDINSON MERANY

AÑO : 6TO – “B”

Lambayeque, Julio del 2017.


RESPONSABILIDAD DEL HEREDERO EN

EL PROCESO CIVIL

En el artículo 660 del Código Civil existe una dificultad operativa en la que se

señala que con la muerte del causante la herencia se transmite inmediatamente a los

sucesores; sin embargo, en el artículo 677 del Código Civil, el legislador estableció

que los efectos de la aceptación y de la renuncia a la herencia se retrotraen a la

apertura de la sucesión es decir a la muerte del causante.

Consecuentemente, surge la duda de si lo que transmite la herencia es la

aceptación del heredero o la muerte del causante. Existen 3 tipos de transferencia:

a) Transferencia ipso iure, esto es, la transferencia se produce en el mismo

instante en que se da la apertura de la sucesión.

b) Transferencia mediante aceptación, es decir, la ley requiere que el sucesor

emita cierta declaración de voluntad premunida de formalidades para que

la herencia se considere aceptada; y

c) Transferencia mediante pronunciamiento judicial, es decir, el sistema

jurídico exige una actuación jurisdiccional por medio de la cual se otorga la

posesión de la herencia a favor del sucesor.

Históricamente en el Code Napoléon combina las opciones de transferencia a)

y b) . En concreto, se superponen dos principios de derecho consuetudinario: el


primero, de origen germánico y que se sintetiza en la idea de que el heredero ingresa,

de modo inmediato, en la posesión de los bienes del cuius con el deber de satisfacer

todas las deudas hereditarias (artículo 724 del Code); y el segundo, de origen francés,

se refiere a que nadie es heredero si así no lo desea (artículo 775 del Code).

En el Perú un amplio sector de abogados nacionales considera, que sobre la

base de la redacción del artículo 660 del Código Civil, que el patrimonio a ser

transferido a los sucesores incluye tanto los bienes y derechos que ostentaba el

causante al momento de la muerte, como las obligaciones asumidas por aquél

pendientes de ejecución. El otro sector no especialistas en sucesiones piensan,

erradamente, que de acuerdo con el sistema jurídico peruano, la responsabilidad

jurídico-económica por las obligaciones se transfieren a los herederos.

La realidad difiere sustancialmente ya que el heredero no se encuentra obligado

a asumir, con su propio patrimonio, el costo económico de las deudas del causante;

en los hechos, es el patrimonio hereditario a ser trasmitido el que soporta el impacto

que significa honrar todas las obligaciones pendientes de cumplimiento que

sobrevivan al deceso del causante. La acción del heredero se limitará, por tanto, a

emplear los recursos o el producto del patrimonio de su causante para honrar las

obligaciones de éste y no es que deba disponer de sus activos para tal propósito. La

diferencia, aunque sutil, es importante.

En el artículo 661 del Código Civil Peruano es claro cuando establece: “El

heredero responde de las deudas y cargas de la herencia sólo hasta donde alcancen
los bienes de ésta. Incumbe al heredero la prueba del exceso, salvo cuando exista

inventario judicial”.

La herencia propiamente dicha siempre importará activos y nunca pasivos,

estos siempre deberán sanearse con el patrimonio del causante. Cuando el heredero

únicamente tiene que recibir el haber neto resultante de la masa hereditaria, de lo

contrario no recibirá nada y no tendrá obligación legal de honrar las deudas insolutas

del causante. La regulación contenida en dicho artículo se le conoce como

responsabilidad intra vires hereditatis . Esta es la más favorable para los herederos,

toda vez que impone un límite al cobro de los acreedores del causante o, para decirlo

en términos positivos, otorga a los herederos un beneficio o defensa (prueba del

exceso), el patrimonio o el valor del patrimonio del causante.

En otros sistemas jurídicos la defensa frente a la acción coactiva de los

acreedores del causante, se encuentra sujeta a la “aceptación con beneficio de

inventario”, esto es, el heredero deberá manifestar en el acto de aceptación que esta

se encuentra supeditada a los activos y no a los pasivos, por lo que si una vez

realizado el inventario se revela que la herencia resulta gravosa, el heredero

sencillamente no se encontrará obligado a honrar dichos compromisos. Dicho esto si

el heredero no hubiese indicado expresamente que su aceptación se hacía con el

beneficio de inventario (o, si se prefiere, una “aceptación pura y simple”), entonces sí

deberá hacer frente a las deudas.


En el Derecho Italiano en el artículo 470 del Codice Civile, el cual prescribe que:

“La herencia puede ser aceptada pura y simplemente o con el beneficio de inventario.

La aceptación con el beneficio de inventario puede hacerse a pesar de cualquier

prohibición establecida por el testador”. En Italia dada la norma transcrita se sostiene

que la responsabilidad del heredero por las deudas de su causante resulta, por

naturaleza, ilimitada o ultra vires hereditatis; aspecto que no llama la atención pues

se trataba de la regla vigente en el Derecho Romano.

En el Perú tal como lo establece el jurista Ferrero Costa,Augusto , el beneficio

aludido se extiende por naturaleza al heredero, salvo que este ejecute algún

comportamiento que ocasione su pérdida.1

En el artículo 662 del Código Civil Peruano (responsabilidad ultra vires

hereditatis) establece dos supuestos en que el sistema jurídico sanciona al heredero

y lo hace responsable más allá del patrimonio del causante. Estos supuestos son que

si el heredero oculta bienes y/o derechos o simula deudas no tendrá el beneficio de la

responsabilidad intra vires hereditatis.

Algunos autores han sostenido que la última oración del artículo 661 del Código

Civil conllevaría a crear la aceptación con beneficio de inventario. Según Fernandez

Arce esta afirmación es errada en la medida que se encuentran confundiendo el

mecanismo probatorio que permite fijar la cuantía de los activos y pasivos hereditarios,

1Ferrero Costa, Augusto. Tratado de derecho de sucesiones. 6ta. Edición. Lima: Grijley,
2002; pp. 166-170
con el beneficio de inventario exigido en Italia para limitar el alcance de la

responsabilidad del heredero 2. Tan es cierto ello que en ninguna norma del Código

Civil se hace alusión alguna a un hipotético beneficio de inventario. Además, como se

ha manifestado, la aceptación con beneficio de inventario sólo tiene sentido en los

sistemas en que la responsabilidad del heredero es por naturaleza ilimitada (ultra

vires), en cambio en un sistema como el peruano donde tal responsabilidad se

encuentra por definición limitada sería un absurdo o, en el mejor de los casos,

superflua.

Artículo 662.- «'El heredero que oculta con culpa inexcusable o dolo bienes,
derechos o créditos hereditarios o simula deudas en perjuicio de
los acreedores de la sucesión, pierde el derecho a que se refiere
el artículo 661 asumiendo el exceso de las deudas de la
herencia.»

Fundamento.- La modificación que antecede recoge lo fundamental de la

propuesta planteada a la Comisión Reformadora del Código Civil por el Doctor

Augusto Ferrero Costa.3

2 Fernández Arce, César. Óp. cit.; p. 135


3 FERRERO COSTA, Augusto. Propuesta de Reforma de algunos artículos del Libro
de Sucesiones del Código Civil, con su correspondiente Exposición de Motivos.
Presentada a la Comisión Encargada de Elaborar el Anteproyecto de Ley de Reforma
del Código Civil. Lima, 2 de abril de 1997. Página 1.
El fundamento del artículo propuesto por el Doctor Ferrero es el siguiente:
«El Código Civil de 1984. si bien consagra como regla la responsabilidad intra vires
hereditatis al expresar en su artículo 661 que ‘el heredero responde de las deudas y
cargas de la herencia sólo hasta donde alcancen los bienes de ésta', establece
excepcionalmente la responsabilidad ultra vires hereditatis en los casos de
ocultación dolosa de bienes hereditarios, simulación de deudas o disposición de
bienes dejados por el causante, en perjuicio de los derechos de los acreedores de la
sucesión, a que se refiere el artículo 662. Como dice De Gásperi, éstos no sólo son
delitos civiles, por su manifiesta ilicitud y la evidente intención de causar daño a los
derechos de otro, sino que además pueden revestir los caracteres de delitos penales,
sea como substracción o abuso de confianza.
Las situaciones a las que se refiere la norma convierten al heredero en forzoso desde
el punto de vista del sucesor, en vista de que no puede sustraerse del proceso
sucesoral. Barbero explica que es un caso de decadencia del derecho a renunciar así
como de adquisición independiente de aceptación. Es más, de haber formulado el
heredero la renuncia, ésta quedará sin efecto. Pero además de forzosa, la herencia
resulta en este caso onerosa. Se trata de una damnosa hereditas. donde el sucesor
no adquiere nada, y donde es posible incluso que reciba un daño patrimonial’, anota
acertadamente Messineo.
Por su carácter ilimitado, la sanción de suceder ultra vires hereditatis constituye un
castigo de insospechados efectos, razón por la cual opinamos que debe optarse por
restringir sus consecuencias. Asi, el Código Civil de Venezuela, reiterando el texto del
artículo 1002 del Código Civil español, expresa en su artículo 1021 que los herederos
que hayan sustraído u ocultado bienes pertenecientes a la herencia perderán el
derecho de repudiarla y quedarán constituidos en herederos puros y simples. Para los
herederos que sustraen bienes que pertenecen a una sucesión, el Código Civil de
Chile tiene un castigo restringido que resulta interesante: se pierde la facultad de
renunciar a la herencia y el sucesor permanece como heredero, pero no tiene parte
alguna en los objetos sustraídos (artículo1231). Asimismo, el legatario que cometa
estos actos, según el mismo artículo, pierde su derecho sobre dichos objetos, y si ya
no tiene el dominio sobre ellos, deberá restituir el duplo. Además, ambos quedan,
agrega el acotado, sujetos criminalmente a las penas que por el delito correspondan.
En la forma como está actualmente planteado en nuestro ordenamiento,
¿qué ocurre cuando unos herederos suceden intra vires hereditatis y otros ultra
vires hereditatis por haber realizado estos actos? Un sentido de equidad nos impulsa
a pensar que éstos debieran ser responsables por las obligaciones del causante
únicamente en proporción a su participación en la herencia; no así por la totalidad. No
obstante, la ley no dilucida el problema, y podría temerariamente interpretarse que el
responsable ultra vires hereditatis debe obligarse por todas las deudas del causante.
¿Podemos imaginarnos un heredero a quien le corresponde el 10% de la herencia
que se vea obligado a pagar el 100% de las obligaciones del causante?
Evidentemente que no.
Las razones expuestas obligan a considerar la modificación que se propone. Además,
se ha formulado la norma sólo para la ocultación de bienes y para la simulación de
deudas, debiendo darse en ambos casos el perjuicio de los acreedores de la sucesión.
Se ha eliminado la figura de la disposición de bienes, por estar ésta legislada en el
artículo 1540 como venta parcial de lo ajeno, con su sanción correspondiente».
En ese punto, queremos precisar que, además de las opiniones formuladas por los
Doctores Guillermo Lohmann Luca de Tena y Augusto Ferrero Costa, que citamos con
frecuencia a lo largo del tratamiento del Libro de Derecho de Sucesiones, hemos
tenido presentes las notas de clase del curso respectivo de nuestro maestro el Doctor
César Fernández Arce, material que nos ha sido de muy valiosa utilidad.
A ello hemos agregado el supuesto ocultamiento con culpa inexcusable, ya que

en virtud de lo dispuesto por el artículo 1321 del Código Civil, las consecuencias del

dolo y la culpa inexcusable son idénticas, recogiendo el conocido fundamento de los

Mazeaud, en el sentido que «El malvado no se haga pasar por imbécil».

Además hemos incluido el ocultamiento doloso no sólo de bienes hereditarios

sino también de derechos y créditos.

Finalmente, no acogemos lo relativo a la asunción de las cargas de la herencia,

ya que ellas también son deudas.

Por otra parte, resulta necesario precisar que el Doctor Guillermo Lohmann

considera un fundamento distinto que el de Augusto Ferrero para la supresión de lo

relativo a la disposición de bienes dejados por el causante.

Lohmann4 señala que en lo que respecta a disposición de bienes, la norma

presenta una redacción defectuosa y peligrosa, pues no toda disposición de bienes o

Además, hemos recurrido a la consulta de su Ponencia de Derecho de Sucesiones en


el Seminario que sobre la Reforma del Código Civil organizaron la Facultad de
Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Revista Thémis. entre los
días 19 y 22 de mayo de 1997; al igual que el trabajo titulado «Algunos apuntes sobre
el Libro de Sucesiones del Código Civil de 1984 en relación con el Libro del Código
Civil de 1936 y sus posibles modificaciones», de la destacada Jurista. Doctora
Verónica Zambrano Copello; y el Libro del Profesor Juan A. Olavarría Vivian. titulado
«Cuestiones de Derecho Sucesorio en el Código Civil Peruano de 1984»
(Editora ESCOLANI E.I.R.L., Lima, 1997).

4 [148) LOHMANN LUCA DE TENA. Guillermo. Op. CÍt..Tomo 1, Páginas 1 16 a 121.


derechos implica perjuicio para los acreedores. Así pues, si una obligación ya vencida

y por lo tanto exigible es pagada por el(los) heredero(s), este acto no ha originado

algún perjuicio; lo mismo sucede si concordamos esta hipótesis con el artículo 680,

de modo que para administrar los bienes o conservarlos antes de la aceptación o

renuncia, el heredero se viera obligado a incurrir en gastos con su propio peculio, lo

que implicaría la aceptación y además la responsabilidad ilimitada.

En suma, la sanción sólo podrá aplicarse cuando el heredero procede a una

enajenación indebida o le da a la contraprestación una finalidad que no sea la de pagar

las deudas conocidas de su causante.

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