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Paso 1: LA IDEA

Tener una idea es el primer paso imprescindible para escribir una novela.
¿De dónde obtener ideas para escribir?
Hay quien tiene ideas a todas horas y hay quien se sienta y pone en
práctica alguna técnica o juego creativo para obtener ideas para escribir.

La libreta de ideas
Lleva siempre contigo una libreta para anotar ideas. Nunca se sabe cuándo vas a
tener una.
Seguro que te ha pasado alguna vez, tienes una idea y cuando quieres recordarla...
¿qué idea era?
Las ideas son volátiles.
La de ideas que habrás tenido y que al no apuntar ni siquiera recuerdas que una
vez pasaron por tu cabeza.
Si no quieres ir con una libreta a cuestas, usa una aplicación en el móvil o
mándate un correo electrónico con cada nueva idea que tengas. Cuando estés
frente al ordenador, las anotas en un archivo.
Juegos creativos
Brainstorming
El brainstorming, o tormenta de ideas es una técnica muy habitual e ideal para
hacer en grupo. Muchas personas la practican mal. ¿Sabías que todo brainstorming
debe tener dos partes diferenciadas?. Lee más sobre cómo hacer un buen
brainstorming en:
"Brainstorming o tormenta de ideas"

Mapas mentales
Los Mapas mentales son ideales para desarrollar una idea y para conectar varias
ideas.
¿Y si...?
Esta es una técnica que nunca falla. Pregúntate: qué pasaría si... (y acaba la frase).
Otras fuentes de ideas
Las ideas son inagotables. Si conoces más de una fuente de ideas te resultará
mucho más fácil. Puedes leer este artículo si quieres conocer algunas más.
Jugar para calentar antes de escribir
No es necesario tener una GRAN idea
En serio.
Aunque mejor si tienes una buena idea, claro.
Una gran idea no te servirá de nada si no sabes desarrollarla y si no tienes en
cuenta los otros 6 pilares para construir una buena historia.
Una gran idea puede quedar en nada si la novela no está bien escrita.
Una gran idea puede no lucir si no tenemos unos personajes bien trabajados.
Por supuesto, una gran idea se quedará en nada si no presenta un conflicto.
Continuaremos mañana con el segundo pilar para construir una GRAN historia.

Paso 2: EL TEMA

Tener claro el tema te


ayudará a no irte por las
ramas.
¿Qué es el tema?
El tema la razón por la que cuentas una historia.
Cómo saber cuál es el tema de tu novela
Para encontrar el tema en una novela puedes responder a la pregunta:

¿De qué trata tu novela?

Respondes a esta pregunta en términos genéricos.

Trata de lo que una madre es capaz de hacer por sus hijos.

En cambio, si preguntas:
¿De qué va la novela?

Puedes responder en términos más concretos:


Va de una madre que hace una huelga de hambre para
recuperar la custodia de sus hijos.

Va de una madre que consigue donar su corazón para salvar la


vida de su hijo (creo que había una peli así con Denzel
Washington)

Va de una madre que quiere recuperar la custodia de sus hijos,


que ha perdido al enfermar por preferir no comer y dárselo todo
a ellos.

Un mismo tema puede dar lugar a muchas historias diferentes.

Temas universales
El amor, la lucha por la supervivencia, la búsqueda de la felicidad… Son temas
universales que se entienden en todas partes del mundo.

Cómo escribir el tema


La premisa
A mí me gusta diferenciar entre tema y argumento cuando escribo mis ideas.
No siempre que las escribo tengo claras ambas cosas, pero en cuanto empiezo
a trabajarlas siempre escribo una logline y un storyline.

>>Si quieres conocer las diferencias entre Logline y Storyline


lee este artículo.<<

Para qué necesitas un tema


El tema es lo que te guía a lo largo de todo el camino. Porque a medida que
escribes, o planificas, tu novela, puedes encontrar nuevos caminos que
explorar.
Es indispensable centrarse en un tema para no desviarte del camino correcto.

Céntrate en un solo tema


Surgirán temas secundarios, pero es importante no perder de vista el principal.
El tema tiene que ser el mismo cuando empieza que cuando termina la novela.
Si por el camino te desvías y te vas a otro tema, que no dudo que puede ser
muy interesante, deberías considerar reescribir el inicio de tu novela para
adaptarlo al nuevo tema, o reescribir lo necesario para mantenerte concentrado
en el primer tema.

Cómo tratar el tema en la


novela
El tema es algo que debe estar presente y transmitirse sin que llegue a
percibirse. Es lo que ayudará al lector a posicionarse a favor de uno de los
personajes y a querer conocer el final de la historia.
Puedes hacer cambiar a tu lector de opinión, o hacerle pensar en algo en lo
que nunca había pensado y, por tanto, no tiene una posición definida.
Malas formas de tratar el tema
Adoctrinar a tus lectores a través de los personajes

Hacer que tus personajes hablen por ti

Lo correcto siempre es mostrar no contar


Con acciones

Mediante la motivación de tu personaje

Por la forma en la que supera sus obstáculos

En resumen:

El tema es la segunda clave para convertir una historia


cualquiera en una GRAN historia, tenlo claro desde el
principio, céntrate en un solo tema y no lo pierdas de
vista.

Paso 3: EL CONFLICTO

No hay historia sin conflicto. O lo que es lo mismo, sin


conflicto no hay historia.
Qué es el conflicto
Pues algo que no puede faltar en ninguna historia. ;D y un lema ideal para una
camiseta.

Es lo que aleja al protagonista de su objetivo.


Cuando preguntas: ¿De qué va esta historia? Habitualmente te contestan
explicándote a lo que se enfrenta el protagonista.
Anota esto:
Cada protagonista necesita un objetivo

Sin objetivos ni motivaciones el personaje no tiene ninguna razón para


moverse, para pasar a la acción. Tu protagonista debe querer algo al principio
de la historia. O tiene que ocurrirle algo que hace que necesite salir de ese
apuro y recuperar la situación de equilibrio inicial. El protagonista sí o sí tiene
que hacer un esfuerzo para conseguir su objetivo. Y, por supuesto, tiene que
haber algo...

Algo que le impida conseguirlo

Si el protagonista tiene un problema, también tendrá un antagonista. ¿A quién


o qué se enfrenta tu protagonista?

Sin conflicto no hay antagonistas.

Tipos de conflicto
El personaje se enfrente a dos grandes tipos de conflicto y a varios tipos de
antagonista.

El antagonista vendrá definido por aquello a lo que se enfrente el protagonista.


Puede ser él mismo, otra persona o grupo de personas, puede ser un animal, la
naturaleza humana, un desastre natural... Siempre que el protagonista lucha
contra algo tiene un antagonista.

CONFLICTOS INTERNOS
Del protagonista con él, o ella, mismo

CONFLICTOS EXTERNOS
Del protagonista contra otra persona, contra la sociedad o la propia naturaleza.

Claves para trabajar


conflictos en la ficción
Lo bueno de planificar una novela antes de lanzarte a escribir es que tienes
el control absoluto de todos los elementos que la componen. Siempre y cuando
no te olvides de ellos, claro. Por tanto, si no planificas el conflicto no tendrás
ningún tipo de control sobre él. Es de esperar que tu personaje se vaya
encontrando con obstáculos y los supere. Pero si no los planificas puedes estar
olvidándote, o no trabajando bien, algunas de las siguientes claves para tratar
el conflicto en la ficción.
Por cierto, el conflicto en la ficción no tiene nada que ver con el conflicto en la
vida real, más bien es todo lo contrario a lo que desearíamos para nuestras
vidas. Así que olvídate del realismo en esta parte y ten en cuenta las siguientes
claves:

El conflicto principal tiene que aparecer cuanto antes mejor

Los conflictos tienen que tener una resolución

Los conflictos tienen que ser potentes e ir en aumento

Errores frecuentes
El conflicto, y los obstáculos que lo representan, tienen que ir en aumento.
Empezar en lo más flojo y subir gradualmente a lo largo de toda la novela.
Este es un error habitual en muchos escritores noveles que no planifican sus
novelas o que lo hacen sin tener en cuenta estas normas. Son novelas que
suelen empezar de forma potente, porque el autor ha tenido una gran idea,
pero después de van desinflando y acaba siendo una novela en la que no pasa
nada, o se llega al final demasiado precipitadamente o incluso con soluciones
"sacadas de la manga" como el Deux Ex Machina.

Otro es que la acción arranque demasiado tarde. Recuerda las tres


claves: aparecer cuanto antes mejor, ir en aumento y resolverse de forma
satisfactoria.
El lector lo que quiere es ver al personaje resolver su problema. Enfrentarse a
su antagonista y luchar para llegar a conseguir su objetivo. Si no hay lucha no
hay interés. Y si lo mejor de la lucha ya lo hemos leído, el resto nos parecerá
flojo. Si empiezas de forma muy potente tienes que planificar para asegurarte
de que la tensión y las complicaciones van siempre en aumento.

En resumen, nunca te olvides de este tercer pilar para construir una novela. Si
tu personaje no tiene problemas o nada a lo que enfrentarse, ¿cuál es el motivo
por el que cuentas esa historia?

Paso 4: LOS
PERSONAJES
El cuarto elemento que tienes en cuenta a la hora de planificar
son los personajes. Sin buenos personajes da igual todo lo que
hayas hecho hasta ahora. Si al lector no le gusta ni le importa
el protagonista no se implicará en la tu novela. El resultado es
que no le va a gustar.
Qué son los personajes
Los personajes son quienes padecen, sufren y luchan por superar el
conflicto. Los que personalizan el tema y lo convierten en algo “tangible”.
La creación del personaje es un proceso que no puedes saltarte, da igual si
eres de los que planifica o de los que descubre. Cuando empiezas a escribir y
muestras un personaje al lector ya tienes una idea de quién es y cómo actúa.

Como escritor tienes dos opciones: planificar o descubrir.


Si prefieres descubrir a tu personaje a medida que avance la historia, tendrás
un gran trabajo de reescritura posterior.
Porque los personajes van tomando forma, cuerpo y actitud a medida que los
conoces.

Las primeras páginas, o el primer contacto con el personaje, no estarán a la


altura. Tienes que calentar primero, conocerle, entrar en la historia. Depende
de lo que hayas trabajado o pensado el personaje previamente a la escritura te
costará más o menos páginas hacer que el personaje fluya.
Planificar, por contra, te proporciona muchas herramientas para conocer a
tu personaje y para que, cuando empieces a escribir, ya hayas entrado en
calor con él.
No te sorprenderá a mitad de la historia ni te hará tener que corregir todo lo
que has escrito antes. Puedes descubrirle poco a poco, junto a la historia,
antes de empezar a escribir.
Cómo planifiques depende un poco del tu propio estilo y del método que
apliques. Pero conocer a fondo al personaje te ayuda a escribir de forma
mucho más fluida y sin interrupciones.

Qué planificamos en los


personajes
Tipo de personaje y rol en la historia
Para empezar pensamos en los personajes: quién será el protagonista y a
quién se enfrentará. Con qué ayudantes va a contar, qué tipo de relación tienen
entre ellos…

Su físico y su personalidad
Al protagonista y al antagonista los vas a conocer a fondo. Los diseñarás de
forma que tendrás una guía que te ayudará a ser coherente durante toda la
novela, a mí me ayuda mucho pensar los tres adjetivos que definen a cada
personaje y su sombra.

Su pasado, secretos, filias y fobias


Además, les otorgarás profundidad haciéndoles una entrevista, un tercer
grado, en el que les preguntarás de todo y los conocerás tan a fondo que se
moverán por la novela solos.
Cómo no, debes planificar a fondo su motivación y sus conflictos internos. Y
pensarás obstáculos que tiene que superar y le ayudarás a hacerlo de la mejor
forma posible. Porque si lo piensas con tiempo y haces una buena lista podrás
escoger entre las mejores opciones y eso hará de tu novela algo mejor.

Qué busca el lector en los


personajes
El lector lo que quiere es sentir empatía por tu protagonista. Meterse en su
piel, o en sus zapatos, y vivir la aventura que vive el personaje como si le
ocurriera a él mismo.
Por tanto tu protagonista necesita tener la capacidad de despertar el
interés y la empatía de tu lector. Y por supuesto, como decía en la lección de
ayer tiene que tener un buen conflicto.
Por muy buenos que sean tus personajes, si el conflicto no está a la altura no
habrá interés por parte del lector.

Paso 5: LA ESTRUCTURA
La estructura es una de las mayores diferencias entre un
escritor que planifica y uno que no lo hace.
En una novela o en un guión, la estructura es la forma que toman los hechos
que narras. Es el esqueleto sobre el que se construye una historia.

Estructura clásica
Todas las historias tienen estructura: siempre empiezas contando quién es el
protagonista y qué le pasa, continuas explicando con detalle su problema y al
final, narras el desenlace.

Es la estructura clásica o en tres actos: inicio, núcleo y desenlace.


Pero la estructura va mucho más allá de, simplemente, contar las cosas con un
orden lógico. Este orden lógico ya forma parte de nuestro ADN, sabemos que
no podemos empezar a contar una historia por el final, a no ser que lo que sea
sorprendente sea el principio.

Piensa en lo que haces cuando le cuentas una anécdota a alguien. Empiezas


exponiendo la situación, después le cuentas cómo se desarrolla y finalmente le
explicas cómo termina. En ocasiones, decides explicar el final primero y
preguntas a la persona que te escucha, “¿Sabes por qué hizo eso?” La
respuesta suelen ser cosas que uno, por el final que ya conoce, no se espera.
Es una forma de ganar intensidad y mantener la intriga en la anécdota que
cuentas.

Pues con los libros pasa lo mismo. No solo porque tenemos la capacidad de
alterar la estructura clásica sino porque podemos jugar con elementos que
añadirán intriga y tensión a la historia.

Los elementos que forman parte de la estructura y que ayudan a enganchar al


lector son, entre otros, los ganchos y los puntos de giro.

También puedes usar la división de escenas y dejar colgado el final de una


escena para un poco más adelante, mientras intercalas otra trama. O dejar una
escena sin final para que el lector lo conozca más adelante de otra forma.

La información que suministras al lector y que tiene que ver con los personajes
y los eventos que narras también se puede estructurar. Puedes decidir cómo
darás a conocer cada dato y en qué momento de la historia.

La estructura tiene mucho más poder que simplemente dividir una historia en
tres actos. Y es la gran diferencia entre un escritor que planifica y uno que no lo
hace.
El que planifica conoce su argumento y trabaja las tramas y la estructura para
que el lector tenga una experiencia de lectura concreta.

El escritor que no planifica, escribe la historia a medida que la descubre,


generalmente en una estructura clásica, y pierde la oportunidad de guardarse
secretos, distribuir la información, usar ganchos, mejorar los puntos de giro…

Un buen escritor que no planifica, no tendrá problema con la estructura porque


conocerá su historia a fondo a través de un primer borrador con el que después
trabajará para crear la estructura perfecta. Reescribirá y cambiará muchas
cosas.

Y eso es lo que les cuesta más a los escritores noveles. Que defienden que su
historia es así. Para ellos un primer borrador solo necesita corregir faltas de
ortografía y de estilo.

Y aquí es donde pierde la oportunidad de convertir una historia en una GRAN


historia.

Además, si planificas y estructuras antes de escribir te aseguras de tener un


buen conflicto y de proporcionar a tu personaje suficientes problemas como
para que la acción no se detenga en ningún momento. Podrás compensar
escenas de acción con otro tipo de escenas y conseguir un equilibrio en tu
novela.

Si planificas evitarás escribir muchas escenas que después recortarás durante


la escritura y te aseguras que tienes todos los eventos de la novela conectado
antes de empezar a escribir.

Planificar no solo mejora la estructura sino que te evita el bloqueo.


Paso 6: LA ESCENA
El sexto pilar para poder construir una GRAN historia son las
escenas. Hoy te cuento algunas claves para planificar las
escenas de tu novela.

Qué es una escena


Una escena es la unidad mínima en la que se divide una novela. En un
guión, se entiende por escena la acción que tiene lugar en un solo espacio y
durante un único período de tiempo. A diferencia del cine, en las novelas no
tienen por qué limitarse a un solo espacio, sino que se limitan a una única
acción.
En resumen, una escena es un momento concreto de la vida de un personaje,
en el que el narrador nos cuenta la acción que lleva a cabo en ese espacio
de tiempo.

La estructura formal de una novela


Una novela puede estar formada por partes. Cada parte, está formada por
capítulos, que a su vez están formados por escenas (o escena).

Siempre hay excepciones con novelas sin capítulos o con una única escena,
por qué no. Pero lo recomendable cuando empiezas es aprender cómo
funcionan los mecanismos narrativos y la técnica para poder después hacer
con las normas lo que te plazca. Las normas están para saltárselas, vale. Y a
veces es divertido. Pero tiene consecuencias y si eres una persona
medianamente lista cuando te las saltes te asegurarás de no tener
consecuencias, ¿verdad? ¿Aceleras cuando sabes que hay un radar poniendo
multas por exceso de velocidad? Yo no. Pero confieso que, a veces, piso el
acelerador un poco más de la cuenta. Eso sí, conozco la carretera
perfectamente, sé dónde están los radares.

Conozco la norma, me la salto, pero me las apaño para que no me suponga un


problema. Escribir es lo mismo. Sáltate las normas cuando conozcas la
ubicación de los radares. Es mi consejo. Tienes más posibilidades de
equivocarte si te saltas las normas que si las sigues. Cuando las controles y
comprendas los mecanismos a los que responden, entonces sí, haz con ellas lo
que quieras.

Estructura de la escena
Las escenas tienen la misma estructura en tres actos que muchas novelas. Ya
sabes:

La estructura clásica:

Presentación

Desarrollo

Desenlace
Escena y secuela
Las escenas tienen dos componentes importantes:
acción y reacción
Si la reacción no tiene lugar en la misma escena, cosa totalmente aceptable,
entonces estaremos hablando de escena y secuela. En la escena tiene lugar
la acción, mientras que en la secuela tiene lugar la reacción.
Como digo, la reacción, puede ser algo que cuentes en la misma escena. Pero
después de una acción siempre hay una reacción. Los actos siempre tienen
consecuencias. Por lo menos en la ficción.

Las funciones de la escena


Por último, tienes que tener en cuenta que las escenas no pueden servir de
relleno. Todas, absolutamente todas ellas, tienen que cumplir una función
determinada dentro de tu novela. Ya sea informar, caracterizar al personaje,
crear o liberar tensión, etc.

El truco para saber si la escena sirve de algo


es eliminarla. ¿Cambia la novela sin ella o el lector no se
pierde nada?

Si lo único que se pierde es un detalle: información o caracterización, por


ejemplo, piensa si podrías incluir ese detalle en otra escena. Las escenas
deben cumplir todas una función como mínimo. Puedes tener escenas que
cumplan varias.
Por hoy nada más. Aunque no porque no haya nada más que decir sobre las
escenas, pero como introducción ya te da un buen rato para pensar.

Paso 7: EL NARRADOR
El narrador (y el escritor) son el último pilar para escribir una
GRAN historia. De nada sirve tener los 6 pilares anteriores
planificados a la perfección y con todo el detalle y el mimo del
mundo si no eres capaz de narrar de una forma adecuada.

No quiero hablar de cómo escribes, de qué tipo de vocabulario usas o de si


eres capaz de crear frases gramaticalmente correctas. Asumo que sí, conocer
a fondo la lengua debería ser la principal preocupación de todo escritor. Es una
de sus dos herramientas principales de trabajo. La otra es la creatividad, o la
imaginación. Pero créeme que serás mejor escritor sin ideas pero escribiendo
bien, que con ideas geniales y sin saber redactarlas correctamente.

El pilar principal es conocer tu lengua y respetarla, cumplir sus normas y


adecuarte al narrador que has elegido.

Quién es el narrador
No es el escritor. El narrador es otro personaje más del libro. A veces la
figura del narrador coincide con uno de los personajes, a veces no. Pero nunca
es el escritor.
El narrador puede ser un personaje desconocido, que simplemente está ahí
para contar la historia. Es algo que el lector acepta perfectamente, aunque así
dicho parezca raro. Los narradores son personajes sin entidad que
simplemente nos cuentan la historia sin que nos preguntemos cómo la
saben. Pero si no la cuentan bien, si no son coherentes con su punto de
vista, sí que nos preguntamos cómo sabe eso este narrador.

Tendrás que hacer dos


elecciones importantes
Tipo de narrador:
¿Es un personaje de dentro de la historia o es alguien externo?

Puedes leer más sobre el narrador interno o


externo en esta entrada del blog.

¿Cuál es el punto de vista del narrador?


¿Cómo está de cerca del personaje?
A mí me gusta comparar al narrador con una cámara. Imagínate que ves al
personaje desde una cámara acoplada a un dron.

Tienes tres opciones:

Verlo todo desde un sitio alto y con mucha perspectiva


pero poca cercanía.
Esto implica tener una vista panorámica, de todos los personajes, por
ejemplo. Pero no estás suficientemente cerca como para poder centrarte en
ninguno de ellos. Este tipo de narrador cuenta la historia como si estuviera en
un palco viéndolo todo, es su punto de vista. Lo que cuenta son
las conclusiones a las que llega a partir de lo que ve, suposiciones. Por lo
tanto no puede saber qué sienten o piensan los personajes.

Observar la historia siguiendo a un personaje concreto.


Estamos más cerca y tenemos el mismo punto de vista del
personaje. Vemos lo que él ve y escuchamos lo que él oye. Pero no
accedemos a sus pensamientos ni emociones más allá de lo que podemos
observar, que es mucho más que en el caso anterior.

Meterte dentro de la cabeza del personaje


Ves lo que ven sus ojos, sientes sus emociones y conoces sus
pensamientos. Pero solo los suyos.
Este punto de vista es ideal para la primera persona, obviamente, pero también
para aquellas historias narradas en tercera persona con un claro protagonista y
con un narrador que lo conoce a la perfección.

Cuidado porque que conozca a un personaje a la perfección no implica que


tenga que conocerlos a todos. Al contrario, si te centras en el punto de vista de
un personaje tendrás que ver al resto de personajes como un espectador.

Elige al narrador que mejor puede contar tu


historia
Sabiendo esto, tienes que elegir al mejor narrador para la historia que quieres
contar. Puedes cambiar de punto de vista, pero asegúrate de que esté
separado por escenas.

En cada una de las escenas que tengas deberás pensar qué punto de vista es
el que va a usar o dicho de otra forma a qué personaje vamos a seguir desde el
dron.

No abuses de puntos de vista. Al lector le confunden y le saturan. Dos está


bien, tres empieza a ser peligroso si no lo sabes llevar bien.
Y con esto terminamos el minicurso de planificar una novela “Los 7 pilares para
construir una GRAN historia”.

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