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Estrategias clave para la prevención:

1.Levántese del sofá o silla


Si está sentado todo el día –lo que ya es malo para la espalda– no se está ejercitando, y el ejercicio
es la principal estrategia para prevenir el dolor de espalda, pues ayuda a controlar el peso,
fortalece los músculos del abdomen y la espalda e incrementa el flujo de sangre oxigenada a los
músculos, a las vértebras y a otros huesos que mantienen la alineación correcta de la columna. No
se preocupe por el tipo de ejercicio. En un importante estudio se encontró que no hay actividades
físicas mejores que otras, y que no hay una duración ideal del ejercicio. Esto varía según la
persona. La recomendación es que sea moderado, dure al menos 30 minutos y se practique cuatro o
cinco días por semana.
2. Mejore su postura
Esto no significa sentarse derecho. Investigadores escoceses utilizaron estudios de resonancia
magnética en 22 voluntarios para evaluar tres posturas sedentes. Los participantes se sentaban
inclinados, derechos o ligeramente reclinados hacia atrás. Se encontró que el mayor riesgo de daño
vertebral – que puede originar una mala alineación de los discos espinales– lo tienen las
personas que se sientan derechas, y el menor, aquellas que se reclinan ligeramente hacia atrás. Por
lo tanto, hay que buscar una silla con buen apoyo para la espalda pero que permita apoyarse un
poco hacia atrás.
3. Elija bien su colchón
¿Le gusta un colchón mullido y blando? Resista. Algunos estudios muestran que los colchones
firmes proporcionan más soporte, y que ello reduce el dolor de espalda. Pero el colchón tampoco
debe tener una consistencia pétrea. Uno medianamente firme da los mejores resultados.
4. Duerma de costado o de espaldas: hacerlo boca abajo modifica la alineación normal de la
espalda.
5. Párese derecho frente al espejo, varias veces por día. Interiorice la sensación de tener su cuerpo
formando una línea recta.

6. Revise su lugar de trabajo: aun cuando se recline hacia atrás en la silla, debe apoyar ambos pies
en el suelo y mantener los ojos a la altura del monitor sin doblar el cuello.
7. Camine con el estómago apretado: no arquee la espalda; levante la cabeza.
8. Camine suavemente: si camina con fuerza, enviará ondas de impacto por todo su cuerpo, que
añadirán presión a sus articulaciones pélvicas y vertebrales. Al caminar, pida a alguien que lo
observe. Si le dicen que camina con demasiada fuerza, trate de hacerlo apoyando primero el talón y
después los dedos, en lugar de todo el pie. Así se amortiguará cada paso y su peso se distribuirá más
uniformemente.
9. Levante objetos como un experto: La Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos
(American Academy of Orthopedic Surgeons) recomienda levantar objetos de la siguiente forma:
• Objetos livianos (pedazo de papel): Apóyese en una silla o mesa; luego inclínese sobre el
objeto, flexione un poco una rodilla y extienda la otra pierna hacia atrás. Después de recoger
el objeto, impúlsese hacia arriba con la pierna flexionada.
• Objetos pesados (bolsa de compras): Párese frente al objeto, flexione las rodillas y haga
fuerza con las piernas. No doble la cintura y no haga fuerza sólo con los brazos.
• Equipaje: Párese junto al objeto, flexione las rodillas, tome la manija y yérgase.

10. Trate el estrés y la depresión


La depresión no sólo afecta a la mente; también a la espalda. El dolor crónico en la espalda puede
ocasionar depresión, pero diversos estudios muestran que también puede ser al revés. Si ha perdido
interés en sus actividades normales, duerme más o menos de lo habitual, ha pensado en hacerse
daño, entre otros síntomas de depresión, consulte a su médico.
Ante una visita indeseada, ¿de repente se encuentra postrado, inmóvil por el dolor? No es el único.
Al menos 11 estudios descubrieron una fuerte relación entre estrés, ansiedad y dolor de
espalda. Si bien no es posible evitar las visitas inoportunas, debe aprender a lidiar con el estrés.
Siga estos consejos:
• Adopte un pasatiempo repetitivo, como tejer o pintar.
• Aprenda a meditar. Existen cursos donde le enseñan cómo.
• Redefina la situación. Siempre hay una forma positiva de ver un hecho. ¿Su suegra se la
pasa hablando mal de usted?... Pero, ¿no es grandioso que alguien se preocupe tanto por
uno?
• Ofrézcase como voluntario. Ayudar es la actividad ideal para poner en perspectiva los
problemas propios.

QUÉ LO CAUSA: las lesiones en ligamentos o músculos y el desgaste de los discos entre las
vértebra
SÍNTOMAS: Espasmos, dolor que puede o no extenderse hasta las piernas, adormecimiento de las
piernas, movimientos restringidos.
IDEAS DE VANGUARDIA: Tal vez algún día pueda culpar en parte a sus genes del dolor de
espalda crónico. Investigadores noruegos sugieren que al menos una variante genética aumenta la
proclividad al dolor de espalda.

Otras medidas preventivas...


• Use zapatos bajos: con el uso de tacos altos se envía el peso corporal al frente. Esto
pronuncia la curva de la parte baja de la espalda y hace que los músculos trabajen demás.
• No lleve un bolso pesado: en un bolso grande se puede llevar todo lo necesario, pero es
desastroso para su espalda, y más aún si lo lleva sobre un hombro. Hará que camine torcido
y afectará la alineación del cuello y de los hombros, y por tanto de la espalda. La mejor
opción es una riñonera, que distribuye el peso uniformemente sobre las caderas. Si no le
gusta, use una mochila o un bolso cruzado, que repartan el peso sobre los hombros o el
pecho. Y no lleve tantas cosas. La carga no debe pesar más del 10% de su peso corporal.
• Deje de fumar: fumar estrecha las arterias, lo que perjudica la circulación, y reduce la
cantidad de sangre que llega a la columna y a la espalda, entre otras áreas. Un menor
suministro de sangre afecta la capacidad de los huesos y músculos de repararse.
Fuente: Sin dolores musculares. Guía de tratamiento y prevención. Especiales Selecciones

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