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aii S16L LOS ORIGENES DEL Sct or Bee (siglos xvi-x1x) : ie l-Vlelsen cose ee 1 | | 3 Peesints Sua a Me F ann La carcel- como lugar donde se a ares ets eet ce ‘como vA. cre natural”: quien‘comete un‘delito " Se BolT ria lt Gale} pena pa- sando parte desu yida-recluidd Pree Cyc Reitratcutl TT remor mo carcel, gPor qué? gCual racionalidad estd Creare IRIS Mieka ory Cree ml} roa TYR UMBC UinrerLit eater a Tomer o usta Ced a POC ET eR Ee macs Cie ota go Colona ore Uy Cet Ce eee eC eer er a eats CSS MM OMT Ree Cn ERetn etre alt CTL MR Lol Coley produccién capitalista. Apenas en el siglo.XVIl' nace la ingtitucion carce+ Det) UTM oe OL MUA MACUL Ce meLeUat Lote (oMM Som LATS 6 ele sarrollo capitalista Ree ensleor ere ice MST aol ented Cota ol CCM MIS eM Ure-lirelel oR ptt Tao Ry trabajar. Be ahi Tmo sass rreuateies ems ML ML uC a Ree leLi eee Ree RMT RCo Mustakeaconoulicd Da eco aie eee Se eed Pee ee in ee a ce Ce ee aS Bs een Rel une ERO cited fNiemacelets) y, fabrica’’ al principio no se observa ninguna distincién: ‘Sin AR MARR Un stele Me MU mer iss (caer hece globalmente ligada al mundo de la produccién, hasta llegar,,en,fa Beane Meee oe or ome Rue Lee Tle meeCMaaeeColoMsCae ls tenciario en-los ReeuCe ciety aCe cule Mc kesscus tec ii gi Se aeRe RAC ence Melek ige ttc} desde el siglo XVI hasta la mitad del XVIII y la experiencia norteameticana del’siglo pasado) es el To ee el eae el Re Mle ere eR a Me Res A eS UR MR RTT econémi- co.que tiene —y no ha podido dejar de tener— precisos;reflejos sobre la Tr rcunete em Oncutl Sete uid Meu cen oie Cio iets estructura econémica-y realidad penitenciaria esta én condiciones de de- finir los espacios reales:\de-un posible Re CO aC) eet eNel i Pree CU a ne Meee ee ees ea Roce eee i eR CR et OLS ee ao COR Re Coe a Ue odo ae mt CMa oleae BOC i a Roce ME Tee ee ree Rake maine cB CO atc k A atte CCl o loka RUM oa Colao Clemo colceir Kel Rte MAVIaC Rota cot UL Relgelo falco eso Titel ee) are) Tem RoR LU eee cae k Uraate Rs Re on : wt a Dario Melossi:.y Massimo Pavarini, redactores de La Questione Crimina- Ce a et Ue ee Con a Pe CnC EC een : yee a Lcd ae -_ Pons : He ies , MEXICO ro 5 ff fi : ARGENTINA Fi 6 a fereltol ry Beri ed siglo veintiuno editores, sa CERRO DEL AGUA 248; WENICO 20. OF siglo veintiuno de espafia editeres, sa CIPLAZA'S, MADRID 33, ESPARA siglo veintiuno argentina editores, sa ees ‘Av. Yo, 17-73 PRIMER PISO. BOGOTA, D.E, COLOMBIA siglo veintiuno de colombia, Itda edicién al cuidado de jorge tula portada de anhelo hernandez primera edicién en espafiol, 1980 © siglo xxi editores s. a, Iszn 968-23-0959-X primera edicién en italiano, 1977 © il mulino titulo original: carcere e fabbrica. alle origini del sistema penitenziario derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico printed and made in mexico INDICE PRESENTACION CARCEL Y FABRICA. LOS ORIGENES DEL SISTEMA PENITENCIARIO (SIGLOS XVI-XIX) INTRODUCCION PARTE I. CARCEL Y TRABAJO EN EUROPA Y EN ITALIA EN EL PERIODO DE LA FORMACION DEL MODO DE PRODUCGION CAPITALISTA, for DARIO MELOSSI 1. cREACION DE LA INSTITUCIGN CARCELARIA MODERNA EN INGLATERRA Y EN EUROPA CONTINENTAL ENTRE LA § MITAD DEL SIGLO XVI Y LA PRIM GUNDA A MITAD DEL SIGLO XIX 1, Bridewells y woekhouses en la Inglaterra isabelina, 29; m. La Rasp- huis de Amsterdam y la manufactura, 35; 11. Génesis y desarrollo de Ja instituci6n carcelaria en los otros paises de Europa, 44; 1v. Ulterio- res vicisitudes de la institueién en la experiencia inglesa, 55; v. Cons- truceién de la moderma practica carcelaria en Buropa continental, entre el Numinismo y la primera mitad del siglo xrx, 73 SIS DE LA INSTITUGION CARCELAGIA EN ITALIA 1. Siglo xvr y siglo xvm, 92; 1. El siglo xvnt, 97; mt. Desde el periodo napolesnico hasta antes de la Unidad, 1i4 PARTE H, LA INVENCION PENITENCIARIA: LA EXPERIENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX, por MASSIMO PAVARINI 1, LA BRA JACKSONIANA. DESARROLLO ECONOMICO, MARGINALIDAD Y POLETICA DE CONTROL SOCIAL 1. Propiedad inmobiliaria ¢ institucién familiar como aspectos del control social en el periodo colonial, 135; 1. El cuadro estructural: de una sociedad agricola a una economia industrial, 147 [¢) El pe- riodo postevolucionario: procesos de acumulacién y economfa mer- cantil, 147; b) El despegue industrial (1820-1860), 153]; 1. Pro- cesos disgregativos y nueva politica de control social: la hipdtesis ins- titucional, 158; 1. Bl nacimiento de Ja penitenciaria: de Walnut Street Jail a la prisién de Auburn, 165; v, Las formas de explota- cién y la polities del trabajo carcelario, 173 1) ~ 29 135 6 ixpice: 2. LA PENITENGIARIA COMO MODELO DE LA SOCIEDAD IDEAL 1 La cércel como “fabrica de hombres”, 189; 1. La doble identi- dad: “criminal-encareelado” y “no propietario-encarcelado”, 1915 mt, The penitentiary system: el nuevo modelo del poder disciplinario, 195 [a) Solitary confinement: la hipétesis carcelaria filadelfiana, 198; 6) Silent system: el modelo de Auburn, 204]; 1. Et producto de la ma- quina penitenciaria; el proletariado, 209; Apéndice 1: la subordina- cién del hombre para convertirse en ser institucionalizado, (Encuesta en la penitenciaria de Filadelfia en octubre de 1831,), 211; Apén- dice 1: la soberania administrativa en el régimen del silent systems (Gonversaciones sostenidas con G. Barret, B.C, Smith y E, Lynds.), 219 oo CONCLUSIONES: RAZON CONTRACTUAL Y NECESIDAD DISCIPLINAR, EN LOS OR{GENES DE LA PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD INDICE DE NOMBRES 189 226 234 PRESENTACION Para el investigador (italiano) que esté interesado en los origenes de las institaciones penitenciarias, e] momento presente es un periodo interesante. En noviembre de 1976 se public por fin en Italia el texto de Foucault Vigilar y castigar. Y hoy aparecen, reunidos orgdnica- nrente, en un volumen, dos ensayos importantes de Dario Melossi y Massimo Pavarini: uno dedicado a las relaciones existentes entre céxcel y trabajo en Europa y en Italia, entre el siglo xvi y Ja primera mitad del siglo xrx, y el otro a las experiencias penitenciarias de Esta- dos Unidos de América en la primera mitad del siglo xtx. El interés, por cierto, no es solamente hist6rico: revisar los ori- genes del sistema penitenciario en Europa y en Jos Estados Unidos sig- nifica, en realidad, encontrar las razones de fondo que explican la crisis del sistema carcelario actual, y plantearse el problema de la ho- mogeneidad entre las instituciones carcelarias y los modclos econémicos y politicos de nuestra sociedad. Al decir esto no queremos afirmar que cualquier investigacién histérica deba tener, o tenga siempre, como finalidad una mejor comprensién del presente, pero Jos ensayos de Melossi,y Pavarini, y en otro sentido la obra de Foucault, son ttiles para este fin, pues el método que utilizan suministra modelos de in- vestigacién susceptibles de aplicarse, en sus presupuestos generales, a sociedades y a periodos distintos de los que ellos examinan. La reflexién del momento actual se hace una consecuencia obligada, y ello les da a estas investigaciones una actualidad indiscutible. El dato comin, que se hace evidente tanto en la obra de Foucault como en la extensa y en muchos sentidos original sistematizacién hecha por Melossi y Pavarini de un material bibliogrdfico poco conocido o desconocido por completo en Ttalia, es la inversion que hacen de un cierto modo de considerar a la carcel como una institucién aislada y separada del contexto social, La careel, y las demés instituciones de confinamiento, son lugares cerrados, y por lo tanto estén aislados y separados de la sociedad libre, pero esta separacién resulta mAs apa- rente que real, ya que la cdrcel no hace mas que manifestar o levar al paroxismo modelos sociales o econémicos de organizacién que se intentan imponer o que ya existen en la sociedad. Foucault por una parte, y Melossi y Pavarini por la otra, siguiendo métodos y proyectos ideolégicos muy diferentes, Hegan a la misma conclusién, que se puede considerar ya como el punto de partida de Je 7 3 PRESENTAGION investigacién hist6rica actual de Jas instituciones penitenciarias.: Para Foucault la cércel es el mejor ejemplo del poder disciplinar ejercido en el contexto social por quien detenta cl poder; modelo que asume aspectos casi metafisicos, y que pierde, precisamente por su abstrac- cién y generalizacién, una dimensién histérica precisa. Foucault exa- mina el nacimiento de las instituciones carcelarias y de las otras ins- tituciones de confinamiento en Francia al final del siglo xvm y prin- cipios del 1x, pero, para él, cl haber descubier'o el modelo de orga- nizacién penitenciaria tiene tal importancia que pretende haber des- cubierto un esquema universal que se va a reproducir, sin modificarse, a pesar de los cambios que suceden en Ja sociedad francesa desde el principio del siglo xrx hasta nuestros dias. Para Foucault importa mas e] descubrimiento de este modelo de control disciplinar y de sus mecanismos abstractos de funcionamiento que las modalidades concretas de gestién del sistema peniten- ciatio y de los otros instrumentos de conirol social (escuela, hospital, hospicio, cuartel, fAbrica, etc.) en el periodo que analiza.’ Asi, no re- sulta sin fundamento preguntarse si efectivamente han funcionado los organigramas de control normal aplicados por la sociedad burguesa, e interrogarse también a qué exigencias de poder corresponden, y si concretamente han obtenido los resultados para los cuales se institu- yeron. Muy distinto es el método que siguen Melossi y Pavarini en la individuacién de las relaciones coneretas existentes entre cdrcel y or- ganizacién econémica y politica de la sociedad. Para ellos la preocu- pacién por situar la cdrcel en un contexto histérico preciso constituye el hilo conductor de la investigacién, a la vez que constantemente intentan comparar los esquemas tedrico-interpretativos que proponen para explicar primero la génesis y después el desarrollo de Jos distintos sistemas pemitericiarios y la concreta incidencia que tienen las institu- ciones penitenciarias en la organizacién econémica y social que estén analizando. Veremos cémo tampoco este método esta libre de un cierto meca- nismo, en particular para los periodos histéricos y para aquellas reali- dades nacionales —entre las que se encuentra Italia~— en las que las hipétesis de trabajo y las tentativas de explicacién. propuestas para otras situaciones encuentran menos correspondencia en la realidad con- creta. Pero, de todos modos, estamos frente 2 contribuciones de gran interés que estimulan el andlisis de las relaciones existentes entre la carcel y las diferentes situacioncs socioeconémicas, y el papel que des- empefian actualmente las institucionés penitenciarias. Este método de trabajo aparece claramente desde las primeras paginas de la obra de Melossi Carcere ¢ lavoro in Europa e in Italia PRESENTACTON nel periodo della formazione del modo di preduzione capitalistico [Gar- cel y trabajo en Europa y en Italia en el pericdo de la formacién del modo de produccién capitalista]. Los Bridewells y los Workhouses de Ja Inglaterra isabelina, como los Rasp-huis de Amsterdam, se encuen- tran y se conectan con exigencias econémicas y de mercado muy pre- cisas, en una perspectiva completamente nueva, al menos en el con- texto de la bibliografia carcelaria italiana, Los origenes del internamiento obligado en la Inglaterra de la se- gunda mitad del siglo xvz, en el que se recogen ociosos, vagos, ladrones y delincuentes menores para obligarlos a hacer trabajos forzados bajo una rigida disciplina, y la multiplicacién, siguendo el modelo que se experiments en el castillo de Bridewell, de correccionales en numerosos lugares de Inglaterra, se consideran a la luz de las hipétesis de Marx, tan avanzadas en su tiempo, sobre la necesidad de enfrentar con ins- trumentos represivos a las grandes masas de ex trabajadores agricolas y de desbandados que, como consecuencia de la crisis irreversible del sistema feudal, se desplazan hacia las ciudades, sin que la naciente manufactura sea capaz de absorberlos con la misma rapidez con que ellos abandonan el campo. En esta primera. fase, la segregacién no se debe tanto a una necesidad de destruccién o eliminacién fisica sino mas bien a la utilizacién de mano de obra, 0 quizds incluso a la ne- cesidad de adicstrar para e] trabajo manufacturcro a ex campesinos reacios a someterse a los nuevos mecanismos de produccién. Se hace el mismo andlisis, de manera més cuidadosa, de las casas de trabajo holandesas de la primera mitad del siglo xvm, de cuya or- ganizacién emerge nitidamente que el propésito era el aprendizaje forzado de la disciplina de fabrica.,Con toda objetividad se demuestra que este fin era mas importante que el de contro] del mercado de tra- bajo, aunque no sea mas que por la importancia relativamente restrin- gida que en aquel periodo histérico tuvieron tales instituciones. La precisién es importante, porque cuando se cede a una excesiva sobrevaloracién, generalizacién del fenémeno, se corre el riesgo, una vez, encontrada una férmula interpretativa, de extender su alcance y aplicarlo mecénicamente a situaciones en que la cércel, 0 la casa de trabajo, si se prefiere, tiene dimensiones tan insignificantes que no es posible atribuirle funciones de control social o alguna incidencia so- bre el mercado de oferta y demanda del trabajo. Habria que ser m4s bien cauto cuando se precisa que “el secreto de las Workhouses o de las Rasp-huis [. ..] consiste en representar en términos ideales la concepcién burguesa de la vida y de Ja sociedad, en preparar a los hombres, en concreto a los pobres y a los proletarios, para que acepten un orden y una disciplina tales que los haga ins- trumentos déciles de la explotacién”, o en sostener fout court —y es 10 . PRESENTAGION la conclusién a la que Iegan Rusche y Kirchheimer— que “la primera forma de la cdrcel moderna [...] esté estrechamente ligada con las casas-de-correccién-manufactureras”. Hacer esto es atribuir a.la na- ciente burguesia manufacturera y a su organizacién social una impor- tancia y una capacidad que en realidad sélo se dio en experiencias ciertamente embleméaticas, pero cuya importancia fue muy limitada cuantitativa y territorialmente. La relacién existente entre circel y mercado de trabajo, entre in- ternacién y adiestramiento para la disciplina fabril no se puede poner en duda después de la investigacién de Melossi y Pavarini, pero al lado de esta légica econémica existen probablemente otras que no son simplemente coberturas ideolégicas o justificaciones éticas. La clave para una reconstruccién de Ja funcién global de Jas instituciones se- gregatorias en el largo periodo de su gestacién entre el siglo xvt y el si- glo xva, probablemente est en una perspectiva que considere también otros componentes, ciertamente contradictorios y menos racionales, que volvemos a encontrar en las actuales instituciones carcelarias y que abarcan un amplio ahanico de motivaciones, a veces claramente mistificatorias, pero una vez que otra reales, y que van desde las exi- gencias de defensa social hasta el mito de la recuperacién y recduca- cién del delincuente, desde et castigo punitivo en si hasta los modelos utépicos de microcosmos disciplinarios perfectos. Es cierto, sin embargo, que el andlisis interpretativo que destaca las reducciones entre el origen de las instituciones carcelarias, la difu- sién de la pena consistente en detener al culpable y e! modo de pro- duccién capitalista contribuye de manera determinante a la compren- sién del fenémeno y desmantela definitivamente los mitos y los lugares comunes de la inmutabilidad de Ia cércel a través de los siglos. En este sentido, es particularmente convincente la relaci6n de interdependencia entre las cambiantes condiciones del mercado de trabajo, el brusco descenso de Ia curva del incremento demografico, la introduccién de las maquinas y el pasaje del sistema manufacturero al sistema de fa- brica propiamente dicho, por un lado, y el sitbito y sensible empeora- miento de las condiciones de vida en las cdrceles, por el otro, a partir de la segunda mitad del siglo xvi en Inglaterra y en los otros paises europeos que s¢ industrializan répidamente, Es en este periodo, en efecto, cuando en las earceles se dejan de practicar formas de trabajo productive y competitive y comienza a prevalecer un sistema intimi- datorio terrorista de gestién que se perpettia durante el siglo xx y también. posteriormente. La correlacién entre los sistemas de organi- yacion carcelaria y las exigencias del despegue industrial y del control terrorista del proletariado, tiene fundamentos indiscutibles y se basa en situaciones de hecho, tales como el notable desarrollo cuantitativo de AL las instituciones carcelarias y las terribles condiciones de vida en las prisiones, descritas por reformadores del siglo xvm, en primer lugar por Howard. La tentacién de explicar segtin este esquema interpretativo otras situaciones en las que faltan los presupuestos econdmicos y producti- vos para ligar el sistema carcelario con la linea de desarrollo de la economia capitalista, hace menos convincente la investigacién de la rea- lidad italiana, y no tanto porque en la segunda parte del ensayo de Melossi, éste se proponga aplicar sus concepciones a las primeras ex- periencias italianas del siglo xvr y xvi sino mas bien porque al faltar los presupuestos econémicos y sociales que hagan plausibles la expli- cacion de la c4rcel en funcién de las exigencias del mercado de tra- bajo y del modo de produccién capitalista, no se plantean otras expli- caciones tentativas. Se Iega asi a la necesidad de hacer referencias genéticas a exigencias de orden y de control social, las cuales por eso. mismo ‘son revaloradas, puesto que, aunque en forma extremadamente reducida y con una minima incidencia cuantitativa, la experiencia de internacién existe también en Italia. Estas limitaciones estén en parte presentes en Ja indagacién sobre periodos posteriores, desde el setecientos hasta las experiencias de los estados que precedicron a la unificacién italiana. Hay que ser cons- cientes de la enorme dificultad que representa la organizacién de un material tan disperso y heterogénco, debido a las distintas experiencias politicas que hubo y a los distintos niveles de desarrollo econédmico de los estados y regiones italianas, a lo que hay que afiadir la carencia de intentos de sistematizacién o valoracién critica, por lo que se ne- cesita, en primer lugar, recurriendo a las pocas fuentes existentes, com- pletar la informacién necesaria para hacer la descripcién de las insti- tuciones carcelarias de internacién existentes. A pesar de todas estas dificultades, en la parte final del ensayo aparecen algunas lineas seguras de interpretaci6n, a partir de las cuales se puede concluir que en Jtalia nunca existié la fase histévica en la que la institucién penitenciaria funcioné como adiestramiento para la fAbrica o como control del mercado de la fuerza de trabajo. En Italia, la cArcel, que nacié notablemente mds tarde que en otros paises debi- do al retraso con que se inicié el desarrollo de las manufacturas y por ende de las fabricas, tuvo inmediatamente Ja funcién represiva y te- rrorista que se le dio a principio del siglo xix al internamiento en las haciones europeas mds avanzadas. Se salté asi el pasaje, o Ja ilusion, si se prefiere, de utilizar la institucién carcelaria en el cuadro de las exigencias de produccién de la naciente economia capitalista. Esta hipétesis, que podria ser una explicaci6n convincente del erénico atraso de las cfrceles en Ttalia, desde su origen hasta nuestros 12 PRESENTAGION dias, se apoya en consideraciones de importancia, tales como la per- manencia de las relaciones precapitalistas en el mezzogiorno y la fun- cién que tiene el proletariado meridional como integrante del ejército de reserva laboral de Ja economia del norte del pais y de los mas avanzados paises extranjeros a través del fenémeno de la emigracién masiva, Las funciones de regulacién del mercado de trabajo y de adiestramiento para la fébrica que, en ciertos periodos histéricos y a veces de manera mds simbélica que real, ha ejercido la cércel en pai sés con una estructura econémica y social més homogénea, en Italia Jas suministraron otros instrumentos de control, entre los cuales so- bresale la emigracién interna ¢ internacional. Cuando en la segunda mitad del siglo xxx algunas zonas de Italia alcanzaron los niveles de produceién de otros paises europeos, la cdrcel se adecuaré en toda la nacién al modelo de instrumento terrorista de control social, sin que sea posible distinguir diferencia alguna de gestién entre las zonas industrializadas del norte y las mas atrasadas del sur, ya que estaban unificadas bajo Ja misma administracién centralizada de las institu. ciones penitenciarias. Convendria més bien preguntarse si esta tentativa de sistematiza- cién del origen y constante atraso del sistema carcelario italiano se da también en otros paises de la cuenca del Mediterraneo, en los que se dio un atraso en el desarrollo econémico similar al de Italia, como Espafia, Grecia o Turquia. Si estas analogias se dieran reforzarian Ja hipétesis de una linea de desarrollo de la cArcel caracteristica de los paises subdesarrollados (evidentemente en los primeros decenios del siglo pasado), ¢ inducirian a wna profundizacién también en perspec: tiva comparada de la indagacién sobre la situacién italiana, hasta ahora demasiado relegada al ser comparada con el nivel notablemente mas avanzado de la investigacién en paises en los que la cércel tvo fun- ciones econémicas y sociales que no tienen comparacién 0 correspon- dencia, o en tode caso existe muy alejada, con la realidad italiana. Estas conclusiones problematicas referidas a Jas vicisitudes histéricas de las instituciones carcclarias italianas encuentran una explicaciéa indirecta en los resultados a los que arriva Massimo Pavarini en su ensayo sobre “La invenzione penitentiaria: Pesperienza degli Stati Uniti D’America nella prima mmeta del xrx secolo” [El origen de la penitenciaria: la experiencia de los Estados Unidos de América en la primera mitad del siglo xxx]. Y resultan mas convincentes porque la historia carcelaria de los Estados Unidos cuenta no sdlo con una vasta elaboracién critica, inexistente para la situacién italiana, sino también con un desarrollo Iégico y una articulacién de los sistemas peniten- ciarios que ponen de manifiesto, fuera de toda discusién posible, las PRESENTAGION 13 conexiones existentes entre la cdrcel y el desarrollo econémico de Estados Unidos del siglo xrx. El eslabonamiento entre las formas de control social y el tipo de economia agrario-familiar del periodo colonial, entre jas primeras experiencias de internacién del periodo posrevolucionario y su pro- gresivo perleccionamicnto en funcién de las exigencias productivas del despegue industrial, estén ampliamente documentadas y forman un esquema ejemplar de subordinacién de la ideologia punitiva y peni- tenciaria a las leyes del mercado de trabajo. Asi, no es casualidad que sea en Estados Unidos, a fines del siglo xvun_y principios del xrx, donde se inventan y se experimentan en répida sucesién histérica los dos sistemas penitenciarios clisicos de Filadelfia y de Auburn, en Ios cuales el trabajo reviste respectivamente una nueva funcién punitiva o bien se organiza segtin esquemas pro- ductivistas y competitivos. Tampoco es casualidad que mientras en los Estados Unidos los dos sistemas se usan y se aplican hasta sus tiltimas consecuencias (basta pensar en la intervencién directa de la industria privada en la oxganizacién y gestion del trabajo carcelario en el es- quema del contract system), en Europa, como lo hace notar muy bien Melossi, la discusién sobre los méritos y los defectos de los dos sistemas se desarrolla en un terreno preferentemente ideolégico y moral. En efecto, en la Europa de la primera mitad del siglo xr faltaban los presupuestos econdmicos y de mercado necesarios para cualquier uti- lizacién o instrumentacién positiva del trabajo carcelario. Pero también en los Estados Unidos, como lo muestra el mismo Pavarini, Ja relacién directa entre cdrcel y trabajo productive tuvo una incidencia cuantitativa y temporal limitada, por lo cual més que hablar de la c4rcel como fabrica de mercancias se deberia hablar de Ja cércel como productora de hombres, en el sentido de transforma- cién del criminal rebelde en un sujeto disciplinado y adiestrado para el trabajo de la fAbrica. Esta conclusién permite a Pavarini, en la segunda parte de su trabajo, dedicado a la penitenciaria como modelo de la sociedad ideal, disefiar una comparacién articulada entre cArcel y fdbri entre preso y obrero, entre contrato de trabajo y pena retributiva, entre subordinacién en el trabajo y subordinacién de encarcelado, entre organizacién coactiva carcelaria y organizacién coactiva econdé- mica del trabajo. La tesis resulta sugestiva, pero nos parece que peca de un cierto dogmatismo y de la misma tendencia a la generalizacién abstracta que constituye el limite de la obra de Foucault. Si este tipo de com- paraciones entre cdrcel y fabrica fueran yélidos para el periodo hist6- rico que se examina, es decir para los afios de formacién del modo dt PRESENTACION de produccién capitalista, gqué conclusiones se pueden sacar de alli para fundamentar la tesis en el momento histérico actual, y en espe- cial para la realidad italiana? Desde hace més de medio siglo asistimos —sobre todo en los paises en los que el modelo cércel-fAbrica tuvo aplicaciones mAs concretas ¢ jmportantes— a un proceso de mutacién de la sancién detentiva hacia otros instrumentos de control en libertad del transgresor y del delin- cuente. Y no es posible sostener —-como Jo hace Foucault— que se trata simplemente de un afinamiento y una atomizacién de los con- tenidos de la pena carcelaria, que mantendria asi, intacto, su papel, su funcién de instrumento totalizante de poder disciplinar. En otros paises, como Ttalia, la cércel, por sus deficiencias organizatives bien conocidas, nunca ha sido un modclo de control disciplinar y mucho menos de adiestramiento para el trabajo productive sino, por el contra- rio, un modelo de desgobierno y de anarquia, incluso a nivel adminis- trativo y de control. La estructura del trabajo de fAbrica ha tenido ciertas modificaciones en los iiltimos 150 afios, y aunque sigue en pie el principio de la explotacién de Ia fuerza de trabajo, la condicién del trabajador subordinado no es comparable con Ja del periodo del despe- gue industrial. Por wiltimo, en los paises socialistas, el problema de la represin penal y de la organizacién penitenciaria ha seguido y sigue esquemias que en parte calcan los del mundo occidental. Estos datos, ofrecidos aqui en forma sumaria y desordenada a la atencién del lector, exigen una sistematizacién teédrica y un. intento de conciliacién con la hipétesis totalizante del modelo carcelario del siglo 20x, Se trata de una verificacién que se torna urgente, si es cierto, como deciamos al principio, que la teflexién histérica sobre una materia como las instituciones penitenciarias debe tener como objeto una ma- yor comprensién-de lo que est4 sucediendo en el momento histérico presente. Se trata de una verificaci6n que esperamos Ja puedan cum- plir los autores de este -volumen. GUIDO NEPPI MODONA CARCEL Y FABRICA LOS ORIGENES DEL SISTEMA PENITENCIARIO (SIGLOS XVI-XIX) Al publicar estas paginas queremos agradecer a todos aquellos que ayt- daton y favorecieron su publicacién. : En primer lugar a los profesores A. Baratia y F. Bricola, directores cientlficos de la Investigacién CNR, de la que forma parte este tra- bajo. Su confianza nos permitid, entre otras cosas, tener la oportunidad de viajes de estudio al extranjero, algo de gran importancia para los fines de este trabajo. : Queremos agiadecer particuiarmente al profesor G. Neppi Modona por haber acompatiado desde los primeros pasos nuesiro esfuerzo para la elaboracién de este trabajo. Queremos recordar con gratitud al profesor M. Sbriccoli, que con- tribuyd con sugerencias y con criticas al mejoramiento de varios aspec- tos del presente trabajo. . Agradecemos, finalmente, a nuestros colegas ingleses de las univer- sidades de Edimburgo, Sheffield, Cambridge y Londres, por habernos ayudado con cortesia amistad, en oportunidad de nuestros estudios en los institutos a los que ellos pertenecen. INTRGDUCCION. {} Nuestro interés por la historia de las instituciones carcelarias coin- cidié con el inicio de la crisis de estas instituciones en Jos tltimos afios de Ja década del'sesenta, de Ja que no han salido todavia, Como siempre sucece en los momentos de crisis, nos sentimos im- pulsamos a plantearnos algunas preguntas que tenian que ver con la naturaleza-profunda, con la esencia misma del sistema carcelario. Nos sorprendié entonces comprobar -—y tal comprobacién abareaba tam- bién el modo de pensar que habiamos tenido, hasta entonce: mas — que alld de las posturas reformistas y también desoladoras del sistema carcelario,! nadie planteara con claridad el problema que nos aparecia cada vez mas como fundamental: 3 Por qué la cdrcel? ;Por qué en todas las sociedades industrialmente desarrolladas esta instituci6n cum- ple de manera dominante la funcién punitiva, hasta el punto de que cel y pena, son considerados. comtinmente casi sinénimos? Nos parecié que la critica practica de Ja institucién, que en esos afios sé manifestaba radicalmente con motines, haciendo ver cada vez més claramente su irracionalidad, sugeria la necesidad de inventar instrumentos de critica tedrica; instramentos que fueran capaces de contestar a la pregunta, sencilla e ingenua, que la crisis profunda de un fenémeno social siempre plantea respecto del fenémeno mismo: {Para qué sirve? Frente a este fenédmeno, cud] debe ser la postura de aquel que en’ su trabajo intelectual se interesa por Ja clase trabaja- dora y utiliza por tanto al andlisis marxista? También nos parecia que el proyecto de reforma penitenciaria, que después de haber sido pospuesto por decenios, surgié agitada- mente en esos dfas en el Parlamento debido a la presién que se sen- tla por los motines y al temor que éstos provocaban en ja opinién piblica, estaba muy lejos —si no en Jas formulas legislativas si en el planteamiento tedrico del proyecto— de responder aunque no fue- ra mas que en forma minima a la radicalidad con que se planteaba cl problema, radicalidad més estructural que politica, intimamente conectada con la misma razén de ser de Ja institucién. En suma, era justo pregunta or qué y de acuerdo con qué y v * Para Jas publicaciones italianas recientes sobre la cércel, véase G, Mos- coni, “Il carcere nella recente pubblicistica italiana”, en La que vale, 1976, pp. 2-8. me crimi-

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