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EL ALCOHOLISMO ES UNA ENFERMEDAD

Documento basado en los estudios del Dr. Vellinek, funcionario de la OMS,


sobre evolución de alcoholismo.

RECONOZCA LOS SÍNTOMAS Y CONSULTE A TIEMPO


Al comienzo bebe usted moderadamente como todos, en las fiestas o
reuniones. Ocasionalmente, puede embriagarse, pero al día siguiente no
puede ni soportar la vista del licor. La mayoría de personas no pasan de
esta etapa, son bebedores sociales normales.

Beber en cantidad: A los 25 años más o menos usted bebe con más
frecuencia, y pertenece a un grupo de amigos que también “chupan
fuerte”, usted dice que es por alegrarse y que puede dejar esa costumbre
cuando quiera. La verdad es que se emborracha más que antes.

Unos tragos aparte: Cuando está en una reunión usted comienza a


tomarse 2 ó 3 “tragos” sin saborearlos, o se bebe algunas copas extras
para ponerse “a tono”, usted necesita el alcohol cada vez más.

Olvidos: De pronto, después de tomar unos “tragos”, al día siguiente, no


recuerda nada de lo que hizo o dijo. Ha tenido un trastorno de memoria,
“una laguna”. Si tiene Ud. este síntoma probablemente será un alcohólico.
¡CUIDADO!

Pérdida de control: Posteriormente usted se embriaga más intensamente


y tiene un síntoma llamado “pérdida de control”, consistente en que una
vez que “prueba” el licor, “se le pica el diente” y no puede contenerse
aunque lo quiera, emborrachándose sin saber como. Esto es peligrosísimo.

Las excusas: La enfermedad sigue su curso y 2 años después Ud.


comienza a “inventar” excusas para convencerse de que no es por falta de
dominio sino que ese día se emborrachó por el frío, por un lío familiar, por
que estuvo triste, etc. Aunque profundamente ya Ud. se siente culpable, no
admite su derrota y se dice a sí mismo que tiene buenas razones para
beber que los demás no comprenden. Siempre encontrará motivos para
embriagarse.

Cortar la mañana: A los 30 años o más, Ud. empieza a “cortar la


mañana”, tomándose una copa al levantarse; Ud. dice que es “para
componer el cuerpo” ó “para los muñecos”. Si no bebe no se siente con
ánimo para trabajar, encararse con su familia ó con cualquier
acontecimiento del día. Lo importante es, que estas copas no las toma con
placer sino como remedio; el alcohol es para Ud. una “medicina”.
Beber a solas: No mucho tiempo después de “cortar las mañanas”, Ud.
empieza a beber solo, sea en su casa, o en el bar; lo hace a cualquier hora
del día y lo principal es que prefiere no compartir con nadie el placer que el
alcohol le produce, refugiándose en un mundo imaginario, en el que Ud. se
ve como un hombre afortunado, un alto jefe, un Don Juan. Todos son
sueños, el licor le sirve para escapar de la realidad. Es Ud. un enfermo.

Agresividad: Posteriormente usted se torna pleitista, agresivo y arma líos


frecuentemente. Pelea con amigos o desconocidos y hace bromas pesadas.
Pega a su esposa e hijos y hasta puede herirlos gravemente. Quizás no es
todavía un criminal, pero su deseo de hacer daño es intenso.

Beber varios días: Ahora se inicia una base crítica, Ud. es un verdadero
alcohólico y 2 ó 3 años después de “cortar la mañana” aparece este
síntoma peligroso: una fuerza incontrolable que lo lleva a entregarse ciega
y bestialmente al licor, emborrachándose sin poderse contener durante
varios días seguidos, en los que abandona el trabajo, sus deberes, la
familia, etc. Jura Ud. no beber “nunca más” y en verdad intenta
cumplir……………. hasta la próxima vez.

Resentimientos: Ya es usted un borrachín, un fracasado. Durante los


momentos que no toma es posible que sienta remordimientos profundos y
se considera un canalla por los males que ocasiona. En otros momentos se
sigue excusando y dice que tiene buenas razones para beber que nadie
comprende, también se torna resentido y “picón” contra familiares y
amigos; “ellos” son los responsables, Ud. es inocente y ahoga sus cóleras
en más alcohol.

Nerviosidad: La cosa es cada día peor, Ud. está en las finales. Empieza a
vivir aterrorizado y nervioso, “el miedo lo consume” y lo muestran sus
manos temblorosas, su mirada vacía, su paso inseguro. No puede ni
encender un cigarro o llevar el vaso a los labios. Su único refugio es el
licor.

El final: A los 40 años más o menos recién se da cuenta que no puede con
la bebida; quizás está Ud. en un hospital por “diablos azules” u otras
complicaciones, Ud. padece de un grave y avanzado estado de alcoholismo
y su vida está en peligro si de inmediato no recurre a solicitar ayuda
médica.

El proceso de evolución no se cumple igual en todos los alcohólicos, pero es


bastante aproximado.

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