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Los establecimientos penitenciarios, como lugares donde retener o custodiar a personas

culpables de algún delito, siempre han existido. Lo que ha ido cambiando a través del tiempo
es el concepto que se ha tenido de estos lugares. Así, el concepto ha ido pasando de una
estancia, que era el paso previo para la pena capital, al concepto de prisiones modernas. Lo
que ha permanecido constante es la necesidad de la sociedad de resguardarse de personas
que violan las normas de convivencia, recurriendo a la retención de las mismas.

En la Edad Antigua, la prisión tenía el concepto de lugar de custodia y tormento; esta


definición la encontramos en los pueblos y civilizaciones más antiguas: China, Egipto, Israel,
Persia y Babilonia.

Es decir, un mero lugar de almacenaje de sujetos a la espera de su juicio pero que era
acompañado de torturas, las cuales eran aprovechadas para averiguar, en la mayor parte de
las ocasiones, los sucesos criminales.

En la Edad Media, la prisión tiene todavía un eminente carácter asegurativo, al objeto de que
los reos fueran sometidos con posterioridad a los más terribles tormentos demandados por un
pueblo ávido de distracciones (penas mutilantes): amputaciones de brazos, piernas, ojos,
lengua, quema de carne, entre otros; y la muerte constituye la distracción favorita de las
multitudes. La noción de libertad y respeto a la individualidad humana no existían y las gentes
quedaban al arbitrio y merced de los detenedores del poder, quienes, a su vez, se debatían en
la inestabilidad reinante.

En la Edad Moderna aparecieron las casas de corrección (House of Correction), que eran
edificios dedicados a albergar mendigos, vagos, prostitutas y jóvenes rebeldes con el fin de
procurar en ellos su corrección.

En esta época el trabajo productivo apareció como núcleo central de la ejecución y el medio
idóneo de alcanzar las finalidades pretendidas, que en este caso no fueron tan sólo la
explotación de la mano de obra de los penados, sino también su reforma o corrección. Se
puede decir que nace el antecesor de la cárcel moderna.

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