La escuela estructuralista de la administración es un tipo de modelo
para conformar estructuras organizacionales. Se distingue de las estructuras
tradicionales y de las carismáticas.
La teoría de esta escuela propone que una organización idealmente debería
consistir en un grupo de personas organizadas en una estructura jerárquica y guiada por la toma de decisiones racionales y legales.
La escuela estructuralista de la administración tiene dos elementos
esenciales. Primero, implica estructurar una organización en una jerarquía.
Segundo, estipula que la organización y sus miembros deben ser gobernados
por leyes claramente definidas, racionales y legales. Cada elemento ayuda a que la organización pueda alcanzar sus metas.
Se puede decir que una administración es burocrática por naturaleza,
siempre y cuando exista una jerarquía de autoridad, una separación por departamentos de las labores y un conjunto establecido de políticas y reglas. El estudio de la burocracia se origina del trabajo de Max Weber, un economista político e historiador. Weber estableció seis características de este modelo, distintas pero interrelacionadas.
En una organización descentralizada, la autoridad se delega en todos los
niveles de gestión y organización dentro de la empresa. Es decir, que un número grande de empleados se encarga de dirigir la compañía. Este tipo de organización empresarial, se basa en diferentes niveles de trabajo dentro de la empresa y cada nivel tiene cierto grado de autonomía en la toma de decisiones de la misma.
Un grado de organización de centralización o descentralización depende del
grado de poder de decisión que se distribuye a lo largo de todos los niveles. Es por eso, que se debe tener especial cuidado al elegir a la persona que se le otorga un cargo en específico dentro de la empresa.