Está en la página 1de 10

INTRODUCCIÓN

Con el paso del tiempo el volumen de infracciones cometidas sobre la ley


penal, por individuos o una colectividad en un momento determinado y en una
zona establecida, ha obligado la creación de una institución autónoma que vele
por la legalidad como representante de la sociedad con una función
establecida,PERSEGUIR EL DELITO.

El ministerio público tiene un origen muy vetusto, desde los tiempos del
imperio romano hasta la actualidad esta entidad ha sufrido los avatares de un
cambio de paradigma, por tal motivo es menester del grupo detallar las funciones
y atribuciones, que desempeñaran los integrantes de esta organización en la
actualidad dentro de los parámetros que la ley establece.

El siguiente estudio está estructurado de la siguiente manera:


El capítulo I: MINISTERIO PÚBLICO, los antecedentes que han dado
origen a esta institución, para definirla y desarrollarla desde un enfoque histórico,
el desarrollo de la misma en el Perú y su proceso de competencia en búsqueda de
la justicia como interés social.

El capítulo II: ATRIBUCIONES DEL MINISTERIO PUBLICO;


Explicaremos sobre las prerrogativas que se le asigna constitucionalmente, por
otro lado extender el conocimiento desde este nuevo paradigma acusatorio que
estará vigente en todo su amplitud a nivel nacional.
El capítulo III: FUNCIONES DEL MINISTERIO PUBLICO;
Detallaremos claramente cuáles son las funciones que desarrollara en el marco
de la nueva legislación y del proceso penal basados en nuestra constitución
política.
El grupo ha puesto a disposición toda la documentación respectiva para el
destacado conocimiento de los lectores aguardando que sea de gran ayuda para
un mejor juicio del tema presentado.

CAPITULO I
MINISTERIO PÚBLICO
I.- ANTECEDENTES:
La importancia por el conocimiento histórico de las instituciones jurídicas,
necesidad natural y constante del espíritu humano, nos conduce a revivir el
pasado para entender mejor el presente, con la finalidad de llegar a un sistema
más perfecto, evitando los errores cometidos y aprovechando los progresos ya
realizados, por ello determinar los orígenes del Ministerio Público, es una tarea
que aún ofrece dificultades.
Los antecedentes de la institución muestran datos que por lo general son
parciales, carecen de continuidad o se diluyen en el devenir histórico, surgiendo
en esa oscuridad reinante la figura de los “Procuradores Fiscales” y “Fiscales”[1],
quienes con el transcurso del tiempo se erigirían en los más genuinos
representantes de la referida institución ministerial, a pesar que algunos autores
insisten en atribuirle antecedentes remotos en Grecia y Roma, se trata en el fondo
de una institución característica de la civilización occidental
”La primera vez que el Estado actuó en defensa de la sociedad, bajo la forma
de Ministerio Público, fue en la antigüedad clásica, en la legislación griega. El
hecho habría ocurrido el año 559 a.c., vigente el Código de Dracón.
Los autores franceses consideran que los Fiscales se equiparan, a su vez, a los
GENS DU ROL, procuradores del rey, encargados, inicialmente, de los intereses
del monarca en juicio, es así como el embrión de lo que hoy conocemos como
Ministerio Público o Ministerio Fiscal, surge en Francia durante el Siglo XIV,
instituido para la defensa de los intereses del príncipe y del Estado, bajo las
ordenanzas de 1522, 1523 y 1586.
Más tarde Felipe el Hermoso propicia que dichos procuradores sean
establecidos en los Tribunales permanentes, teniendo como misión la defensa en
juicio de los intereses económicos del Fisco, que se confunden con los intereses
del Rey en los tiempos medievales; sin embargo, la abundancia de las penas
pecuniarias y la participación que en ellos tenía el tesoro real, hicieron conveniente
la colocación de un funcionario real para salvaguardar el interés fiscal, de tal forma
que estos intereses económicos van adquiriendo un matiz público, perfilándose el
delito como un ataque a la comunidad, tomándose conciencia del interés que
representa su persecución.
Después de la Revolución Francesa, se introducen cambios en la estructura de la
institución del Ministerio Público, desmembrándola en COMISSAIRES DU ROL,
encargados de promover la acción penal, de la ejecución y la acusación, ésta
última sostenida en debate; luego Napoleón a través de la Organización Imperial
de 1808 y 1810 organizó jerárquicamente al Ministerio Público, bajo la
dependencia del Poder Ejecutivo, sirviendo esto de modelo a todos los países de
Europa.
Se trata de un juicio incoado en presencia del Ministerio Público, que tiene por
sujeto pasivo a “Alcméonides”, acusado de haber fomentado la pérfida masacre de
partidarios de Ciclón; este proceso resulta ser el más antiguo, apareciendo la
figura de un Abogado General de la Justicia”
En la actualidad, priman tres denominaciones, la de Ministerio Fiscal (de origen
español), la de Ministerio Público (francés) y la de Público Ministerio (italiano) de
las cuales, nuestro país, ha adoptado la segunda: Ministerio Público. Sin embargo,
a diferencia del nuestro, Argentina ha preferido la denominación de Ministerio
Fiscal o Ministerio Público Fiscal.
Siguiendo esta directriz, el concepto amplio, la palabra “Ministerio” alude a todo
aquello que es necesario para la ejecución de la ley; mientras que, lo” Público”,
implica una relación de pertenencia con todo el pueblo refiriéndose a la aplicación
jurisdiccional
Visualmente se puede apreciar en la insignia del ministerio público un Varayoc,
símbolo de autoridad, sostenido por dos manos. Una balanza, que simboliza el
equilibrio de la libertad con la paz, pues la primera no se concibe sin la segunda y
viceversa. Un sol llameante, que representa el sol de la justicia. En la parte
superior las tres normas jurídicas fundamentales del incario con el saludo AMA
SUA, AMA QUELLA, AMA LLULLA y en la parte inferior la leyenda del Ministerio
Público.
En todos los países civilizados, el Ministerio Público es considerado como una
institución tradicional en la estructura de la administración de justicia y su
existencia en el ámbito jurídico tiene íntima relación con la evolución de la función
represiva que primitivamente se ejercitó mediante la venganza privada (Ley del
Talión), luego la función represiva pasó a la divinidad, desligándose de su
estructura privatista y haciéndose justicia en representación de la divinidad, para
posteriormente hacerla residir en el “interés social” o “interés público”,
impartiéndose justicia por Tribunales, a donde acudía la víctima o sus parientes,
acusando y aceptando la decisión del tribunal.
De esta manera el Estado asume una función represiva en el Proceso Penal,
adhiriéndose al sistema inquisitivo, llegándose a decir que “El que tiene por
acusador a un juez, necesita de Dios por abogado”.
Esto determinó, ineludiblemente, la necesidad de crear un organismo coadyuvante
con el juez, para atribuirle de modo permanente la delicada función de acusar,
resultando Francia el primer país en el mundo que crea este órgano acusador
permanente, pasando a los demás países, diferenciándose por sus matices o
cuestiones adjetivas, las cuales radican entre otras, por la exclusividad de la
acción penal o compartirla con los jueces , integrando la estructura del Poder
Judicial o independizándolo de aquél; instituyéndolo autónomo o haciéndolo
depender del Poder Ejecutivo, confiriéndole la representación exclusiva de la
sociedad, del Estado, o conjuntamente, pero conservando siempre el signo
distintivo de asumir la función acusatoria dentro del esquema de represión del
delito y de la administración de justicia.

II.- ETIMOLOGÍA:
El Ministerio Público se ha relacionado con la función económica de recaudación
de los impuestos y tributos para el erario o tesoro público, desprendiéndose la
etimología de la palabra “fiscal”, que viene del latín “FÍSCUS”, que era el cesto o
canastilla donde se recogían los tributos, función que le correspondía a los
Procuradores, para otros, la palabra “Fiscal” en su acepción etimológica viene del
latín “FISCALIS” y para la Real Academia, como adjetivo denota aquello “
Perteneciente al Fisco o al oficio del Fiscal “ Como sustantivo denota : “Ministro
encargado de promover los intereses del Fisco”. “El que representa y ejerce el
Ministerio Público en los tribunales”.

III.- MINISTERIO PÚBLICO EN EL PERÚ:


Desde el Reglamento Provisional que dictó el General San Martín en 1821 hasta
la Carta Magna de 1933, el Ministerio Público estuvo ubicado institucionalmente
como un organismo dependiente del Poder Judicial, que representaba el interés
social y actuaba como auxiliar ilustrativo del juez o tribunal. En la segunda mitad
del siglo pasado, después de 12 años de dictadura militar, en 1979 se promulgó
una nueva Constitución Política del Estado, en la que es evidente la preocupación
de los constituyentes por sentar las bases de un auténtico estado de Derecho que
fue la única forma de evitar que el poder del Estado termine avasallando los
derechos de la persona.
En los artículos 250° y 251° de la Constitución, crean el Ministerio Público como
institución autónoma independiente del Poder Judicial, y jerárquicamente
organizada, siendo el Fiscal de la Nación la máxima autoridad, quien asume en su
persona la alta magistratura de cumplir con dos funciones esenciales: Preside el
Sistema de Fiscales y actúa como Defensor del Pueblo ante todos los niveles de
la administración pública.
Incorporado el Ministerio Público como Institución Jurídica en la Carta Magna de
1979, el Ejecutivo expidió el Decreto Legislativo No 052 (16 de marzo de 1981), el
cual constituye hasta la actualidad la “Ley Orgánica del Ministerio Público”,
que indudablemente frente a los cambios que ha experimentado nuestro
ordenamiento jurídico en general, debe ser modificada actualizándola con los
nuevos principios y atribuciones consagrados en la Constitución Política de
1993.
Carta Política de 1993, optó también por mantener al Ministerio Público como
Órgano Autónomo del Estado, es decir, independiente de sus decisiones,
teniendo por finalidad principal velar por la adecuada administración de justicia en
representación de la sociedad. “No es un Contralor ni un censor de la labor de los
tribunales y juzgados, pues no tienen capacidad de imponer las decisiones ni pedir
sanciones para ellos. Cumple sus labores realizando investigaciones,
acompañando permanentemente el trabajo de los Magistrados y ejercitando
derechos diversos de intervención dentro de los procesos”.

CAPITULO II
ATRIBUCIONES DEL MINISTERIO PÚBLICO

Constitucionalmente las facultades del ministerio público se encuentran reguladas


en la constitución política de 1993 artículo 159[8]:
1. Promover de oficio, o a petición de parte, la acción judicial en defensa de la
legalidad y de los intereses públicos tutelados por el derecho.
2. Velar por la independencia de los órganos jurisdiccionales y por la recta
administración de justicia.
3. Representar en los procesos judiciales a la sociedad.
4. Conducir desde su inicio la investigación del delito, con tal propósito, la Policía
Nacional está obligada a cumplir los mandatos del Ministerio Público en el ámbito
de su función.
5. Ejercitar la acción penal de oficio o a petición de parte.
6. Emitir dictamen previo a las resoluciones judiciales en los casos que la ley
contempla.
7. Ejercer iniciativa en la formación de las leyes; y dar cuenta al Congreso, o al
Presidente de la República, de los vacíos o defectos de la legislación.
En el artículo 60 y 61 del nuevo código procesal penal también están reguladas las
atribuciones del ministerio público que a continuación explicaremos.

I.- INDEPENDENCIA DE CRITERIO:


La creación del Ministerio Público como órgano encargado de promover la acción
judicial en defensa de la legalidad sentó las bases para establecer un nuevo
sistema procesal de carácter acusatorio, en el que las funciones de persecución y
de decisión estén separadas y que convierte al fiscal en titular del ejercicio de la
acción penal y de la carga de la prueba.
La independencia de criterio, no se trata que el ministerio público o fiscal
desarrollen una teoría del caso o búsqueda de pruebas vulnerando los derechos
fundamentales, si no en el marco que lo permite la ley, con el criterio de
objetividad buscando pruebas de cargo como de descargo.

II.- DIRECTOR DE LA INVESTIGACION PREPARATORIA:


La Ley Fundamental del Estado ha encargado al Ministerio Público la función
persecutoria del delito que consiste en buscar, analizar y presentar las pruebas
que acrediten responsabilidad o irresponsabilidad de los imputados y de ser
justificado solicitar la aplicación de las penas pertinentes, haciendo del Fiscal
una institución idónea al sistema procesal acusatorio y a la vez impone que la
investigación sea una fase preparatoria de la acusación[9].
El Ministerio Público, recibirá la noticia CRIMINIS interpuesta por la víctima o
cualquier persona y al Fiscal le corresponderá dirigir la investigación del delito
perseguible por ejercicio público de la acción penal, con la finalidad de lograr la
prueba pertinente, así como identificar al autor o partícipe del delito, todo esto con
el objetivo de alcanzar la verdad sobre el caso.
Por tal motivo el Fiscal Provincial al tener conocimiento de la comisión de un delito
perseguible por ejercicio público de la acción penal, en cumplimiento de lo
dispuesto por los arts. 09 y 10 de su Ley Orgánica nº 052, puede constituirse al
lugar de los hechos, con el personal y medios especializados necesarios, para
efectuar un examen con la finalidad de establecer la realidad de los mismos,
levantando las actas correspondientes.

La doctrina señala los siguientes características del ministerio público:

 Independencia.- En el ejercicio de sus funciones los miembros del Ministerio


Público no están sujetos a órdenes superiores.. acota también que las ejecutorias
supremas no obligan al Fiscal, porque no son ley. Su imperatividad es con
las partes, no erga omnes; pues es resolución en determinado caso y no
constituye norma de carácter general, constituyendo una valiosa fuente de
orientación para el magistrado. La Ley Orgánica del Ministerio Público en su art. 7º
autoriza al Poder Ejecutivo a exhortar al Ministerio Público para que cumpla
debidamente sus funciones. La Ley la llama “exhortaciones” para quitarle carácter
impositivo. Esta exhortación no debe convertirse en intromisión en la función del
Fiscal.
 Jerarquía.- La Ley Orgánica en el art. 36º establece la jerarquía y declara que
son órganos del Ministerio Público:
El Fiscal de la Nación; Los Fiscales Supremos; Los Fiscales Provinciales; agrega
que también son órganos: Los Fiscales Adjuntos, de menor jerarquía que el Fiscal
con quien trabajan. La Junta de Fiscales, órgano colectivo que cumple funciones
de asesoramiento.
 Inamovilidad.- El representante del Ministerio público no puede ser removido por
disposición del Ejecutivo. Sin su consentimiento no puede ser trasladado del lugar
para el cual ha sido nombrado. La Ley Orgánica en su art. 59º declara que los
traslados de los miembros del Ministerio Público, “solo se pueden hacer con su
solicitud o con la audiencia”[10]
III.- INTERVIENE EN EL PROCESO:
Hoy el proceso tiene como principal responsable al Fiscal Provincial, a quien le
corresponde presentar pruebas y el Juez queda encargado de su actuación y
apreciación, interviene desde la etapa policial. Apenas detenida una persona a
quien se sindica como autor de un delito, es avisado el Fiscal Provincial, quien
personalmente o por medio de auxiliar especialmente autorizado, se constituye en
el lugar de detención para vigilar que el detenido goce de todos sus derechos y
tenga defensor.
Concluida la investigación policial, el Fiscal examina si existe mérito suficiente
para iniciar la instrucción, así como si se encuentra identifica do el autor. Sólo
entonces denunciará el hecho delictuoso al Juzgado de Instrucción
correspondiente. Abierta instrucción, al Fiscal Provincial corresponde la carga de
la prueba. Debe estar enterado de las diligencias a realizar. Expresamente declara
el art. 14 de la L.O.M.P Nº 052 que los jueces, “sin perjuicio de las facultades que
al respecto les otorgue la ley”, deben notificar al Fiscal. Esto significa que el Juez
puede intervenir en las pruebas, ordenar aquello que resulta de una diligencia.
En cuanto a la presentación de pruebas, la ley dice que al Fiscal compete la carga
de la prueba, pero en el art. 14 declara procedente la “actuación de pruebas
ofrecidas por cualquiera de las partes y ordenada de oficio”. Esto significa que el
inculpado y la parte civil pueden ofrecer pruebas y que el Juez puede decretarlas
de oficio. Todo lo que contribuya a esclarecer el delito tiene que ser aceptado.
Establecer la limitación de que el Fiscal es el único que puede ofrecer probanza,
sometería el éxito de la investigación a la diligencia y capacidad de Fiscal. Si no
reúne estas condiciones lo que puede ocurrir los delitos quedarían sin probar. La
intención de la ley es que el Fiscal tenga la responsabilidad de la probanza, como
antes la tenía el Juez, pero también las partes pueden presentar las pruebas que
consideren necesarias para esclarecer la verdad.
El único que puede denunciar delitos es el Fiscal Provincial. La L.O.M.P. reconoce
que de tres modos puede el Fiscal enterarse de la comisión de un hecho que la ley
penal considera delito.
 De oficio. Cuando el Fiscal se entera de un delito y está identificado su autor,
entonces presenta la denuncia al Juzgado. Es el caso del atestado policial.
 Por acción popular. Cuando una persona del pueblo se entera de un delito de
comisión inmediata y procede a denunciarlo. Si es perseguible de oficio, el fiscal
puede amparar la denuncia.
 A instancia de parte agraviada. Cuando quien ha sufrido con la comisión de un
hecho delictuoso, se presenta denunciando el delito y la persona de su autor.
Al recibir una denuncia el Fiscal Provincial, la examina y si la encuentra
procedente la envía al Juzgado para que abra instrucción. Si no la encuentra
procedente, la desestima, pero lo hace saber por escrito al denunciante.
Si el denunciante no se conforma con la denegatoria, puede ocurrir en queja ante
el fiscal Superior – cuando la denuncia ha sido presentada ante el Fiscal
Provincial – o ante el Fiscal Supremo si la presentó ante el Fiscal Superior. Con lo
que resuelva éste, concluye todo.
La intención de la ley es que el proceso penal recaiga principalmente sobre el
Ministerio Público de manera que el Juez tenga libertad espiritual suficiente para
apreciar las pruebas.
El Juez tiene como misión principal apreciar las pruebas aportadas por el
Ministerio Público y examinar si acreditan el delito y la persona de su autor.
La constitución del agraviado como persona del proceso – parte civil – no altera
esta situación. Todo delito debe ser castigado y toda víctima indemnizada. Si no
ocurre esto no se restablece el orden jurídico en su plenitud. La pretensión
punitiva del Ministerio público concluye con la sentencia. Si es condenatoria,
mantiene su intervención en la etapa denominada ejecución de sentencia. Si es
absolutoria, con la sentencia termina su intervención.

CAPITULO III
FUNCIONES DEL MINISTERIO PÚBLICO
La Ley Orgánica del Ministerio Público, Decreto Legislativo Nº 52 del 19 de Marzo
de 1981, Título I, Disposiciones Generales, artículo 1º indica que : “El Ministerio
Público es el organismo autónomo del Estado que tiene como funciones
principales la defensa de la legalidad, los derechos ciudadanos y los intereses
públicos; la representación de la sociedad en juicio, para los efectos de defender
la familia, a los menores e incapaces y el interés social, así como para velar por la
moral pública, la persecución del delito y la reparación civil. También velará por
la prevención del delito dentro de las limitaciones que resultan de la presente
ley y por la independencia de los órganos judiciales y la recta administración de
justicia y las demás que le señalan la constitución Política del Perú y el
ordenamiento jurídico de la Nación”
En este sentido, está claro, entonces, que al fiscal le corresponde la persecución
del delito, la promoción de la justicia penal y la introducción de la pretensión penal.
Todo ello, le está reservada constitucionalmente. La fase de la investigación está
llamada a ser pre procesal, donde la contribución del fiscal, consiste en liberar al
juez de la investigación, y, sobre todo, desformalizarla para así preservar la
hegemonía del juicio, sin perjuicio del control judicial respectivo y de la
intervención del órgano jurisdiccional cuando se trate de limitar derechos
fundamentales para asegurar la punibilidad, dependiendo de los representantes
del Ministerio Publico, el éxito o el fracaso de la investigación.
Lo que permite sostener que el rol activo del Ministerio Público en el proceso
penal, respecto a afirmar la pretensión punitiva y de aportar las pruebas, que, en
su caso, enerven la presunción de inocencia, quedan ratificadas, y en su condición
de fiscal investigador sustituye al antiguo juez instructor. En cambio, el juez tiene
por función exclusiva controlar la investigación (control de plazos y tutelas de
derecho, para evitar abusos contra el imputado) y dirigir la etapa procesal del
juzgamiento

CONCLUSIONES:
1. El Ministerio Público debe alimentarse de su entorno social a fin de cumplir con
sus fines y objetivos institucionales adaptándose a los cambios que se van
produciendo en el presente a través de la búsqueda de oportunidades en futuros
escenarios que le permitan resolver los problemas de manera estratégica y no
reactiva, como lo hacía en el pasado.
2. Estudiosos reflexionan sobre los alcances del protagonismo del Ministerio Público
en nuestra sociedad, coincidiendo en señalar que como órgano autónomo de
derecho constitucional, tiene como misión la justicia en defensa del interés social.
De otro lado, institucionalmente, como sostiene Roxin, es una autoridad de la
justicia jerárquicamente estructurada, un actor encargado de exigir al Juez la
aplicación de la Ley y que participa en el proceso de aplicación de normas
jurídicas y en la función política del Estado, que es la pretensión de ejercer sobre
un determinado territorio el monopolio de la violencia legítima.
3. La persecución del delito le está reservada constitucionalmente. La promoción de
la justicia penal, así como la introducción de la pretensión penal. La fase de la
investigación está llamada a ser pre -procesal, la contribución del Fiscal, consiste
en liberar al Juez de la investigación, y sobre todo, desformalizarla para así
preservar la hegemonía del juicio, sin perjuicio del control judicial respectivo y de
la intervención del órgano jurisdiccional cuando se trate de limitar derechos
fundamentales para asegurar la punibilidad. De él depende el éxito o el fracaso de
la investigación.

LA DEFENSORIA DEL PUEBLO

El nacimiento del Ombudsman o Defensor del Pueblo se remonta a más de 200


años atrás en Suecia, en donde surgió como una entidad de origen parlamentario
con el encargo de velar por la buena administración pública en favor de los
ciudadanos.

La Defensoría del Pueblo en el Perú fue creada por la Constitución Política de


1993, como un organismo constitucionalmente autónomo, para defender los
derechos fundamentales, supervisar el cumplimiento de los deberes de la
administración estatal, así como la eficiente prestación de los servicios públicos en
todo el territorio nacional.

La Defensoría atiende -en todo el país- quejas, consultas y pedidos de ciudadanos


que, por alguna causa, han experimentado la vulneración de sus derechos. No
desempeña funciones de juez o fiscal ni sustituye a autoridad alguna. No dicta
sentencias, no impone multas ni sanciones. Elabora informes con
recomendaciones o exhortaciones a las autoridades, cuyo cumplimiento encuentra
sustento en su poder de persuasión y en la fortaleza de argumentos técnicos,
éticos y jurídicos.

La Defensoría del Pueblo es, pues, un colaborador crítico del Estado que actúa,
con autonomía, respecto de cualquier poder público o privado, en nombre del bien
común y en defensa de los derechos de la ciudadanía. En razón de ello, ejerce su
mandato con objetividad, profesionalismo y responsabilidad, nunca por oposición
arbitraria o injustificada frente al Estado.

En razón de su legitimidad, resulta vital que los ciudadanos y ciudadanas perciban


y sientan a la Defensoría del Pueblo como una institución no solo cercana, sino
entrañablemente comprometida con la solución de sus problemas.

Facultades de la Defensoría

Intervenir en procesos constitucionales


Con el fin de defender los derechos humanos y el principio de supremacía
constitucional, la Defensora del Pueblo está facultada para intervenir en los
procesos constitucionales de amparo, hábeas corpus, hábeas data, acción de
inconstitucionalidad, acción popular y acción de cumplimiento. Su intervención
puede efectuarse mediante diversas modalidades. Así, puede iniciar procesos
constitucionales, intervenir en procesos en trámite como coadyuvante o
presentando escritos como el amicus curiae y puede presentar informes u
opiniones a solicitud de las partes o del Tribunal Constitucional.
·

También podría gustarte