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Posner, Rebecca (1996 [1998] Las lenguas romances. Madrid. Catedra. 5 éCuantas lenguas romances? 5.1, {CUANTAS LENGUAS ROMANCES HAY? De sancta simplicitas ha sido calificada la respuesta de que solo hay tuna: las lenguas son todas lo suficientemente parecidas para poder considerarlas dialectos de la misma lengua. Otra respuesta igualmente poco sincera podria ser «cientos» —de variedades locales— o «m nes» —de idiolectos individuales. La respuesta habitual de los manua- les es «diez, 0 quizés once», segin la prioridad que se otorgue a la pre- tendida diferenciacién temprana a partir del fondo comin, ligada, su- puestamente a diferencias étnicas entre los hablantes. a) Lenguas estatales El lego no tiene ninguna dificultad en aceptar como «lenguas» las cinco que poseen «infanteria y marina» (algunas de ellas «varias»: el fran cés, el espafiol, el portugués, el italiano y el rumano. Incluso en este caso existe en algunos paises latinoamericanos cierta reluctancia a aceptar los nombres que remiten a estados europeos: se prefieren los nombres de castellano» o «lengua nacional» al de «espafiole, y en Brasil se emplean a veces términos como «verniculo» o «expresién y comunicacién» en las instituciones educativas para evitar la referencia al portugués. En lo que respecta al francés parece que el de la nomenclatura es un problema menor, pero la Suiza romance o los hablantes de Bélgi 239 ca se resienten de la hegemonia del francés parisino. Los hablantes de francés canadiense estin més preocupados por la amenaza del inglés que por la del francés metropolitano. i con dos estados separados —en la re- a exsoviética de Moldavia (Moldova), la mayoria de los habi- tantes emplean el rumano, que se escribia hasta hace poco en y sigue habiendo acaloradas disputas sobre su estatuto independiente como lengua. Por el contratio, el italiano es la lengua de un iinico estado (sin contar a San Marino y el cantén Tessino de Suiza), pero se extiende sobre un gran conjunto de dialectos atin vivos que poseen muy poco en comiin, En origen fue bisicamente una lengua literaria medieval adoptada por el estado italiano unificado en el siglo xtx, pero todavia tiene que ganarse el corazén de todos los italianos. b) Lenguas literarias Otras dos «lenguas» romances consiguen el reconocimiento gene- ral, sobre todo por su estatuto de lenguas literarias medievales, unido a la militancia de los propagandistas lingiisticos. Son el occitano y el catalin. Occitano es un nombre modemo adaptado de la antigua langue d'oc del sur de Francia, que se distinguia de la langue d’oil del norte por las palabras medievales que cada una de ellas empleaba para «siv. En el si glo x0x llegé a ser conocida como provenzal, principalmente por los Tingiistas germanos y en parte a causa del renacimiento literario de mediados de siglo, cuya principal luminaria fue Mistral, lo que favore ié las variedades locales de Provenza. Occitano es el nombre que pre fieren los modemos activistas, cuyas lealtades locales abarcan también la zona oeste. El sistema educativo francés reconoce una forma no re gional estandarizada, aunque las variedades habladas pueden diferir de forma considerable, sobre todo en Gascufia. Una variedad beamesa del occitano, hablado por la mayoria de los habitantes del los Pirineos Centrales, goza de es tatus oficial, porque el jominio de la Generalitat de Catalufia, que lleva a cabo una politica lingiiistca liberal. Los dialec- tos de la zona costera del extremo sudeste de Francia, en tomo a Niza y Ménaco, estin mas cercanos a las variedades de la Liguria italiana {que al occitano: la zona no fue incorporada completamente al orbe de la politica francesa hasta mediados del siglo x1x. 240 La literatura occitana antigua, en especial la poe: badores esta reconocida como una de las mas delicad, tes de que fuera suprimida por las fuerzas del norte en la cruzada gense del siglo xm. El redescubrimiento de tal literatura durante el Ro- manticismo fue en parte responsable del aumento del interés por las lenguas romances: Raynouard (véase pagina 27) identificé la «lengua de los trobadores» con la supuesta langue romane comin de la cual ha- bian nacido todas las lenguas romances, y un joven Diez (véanse pagi- na 28), en una peregrinacion a Weimar, fue orientado hacia los estudios rominicos por Goethe, quien le recomendé la poesia trovadoresca, El catalén literario antiguo estaba muy cercano al occitano anti guo, tanto desde el punto de vista cultural como se le ha asignado el mismo nombre de emosi (limousine, de la regidn de Limoges). Se originé en la regin fronteriza del nordeste que arre- até Carlomagno a la Espafia musulmana, quizas como variedad in- novadora del aragonés. Su prestigio fue grande y fue la lengua de can sia de la corte aragonesa hasta su unién con Castilla en el siglo Xv. El resurgir decimononénico de esta lengua estuvo apoyado por la prosperidad de su principal centro urbano, Barcelona, y, a pesar de la represién durante el régimen de Franco (aunque incluso entonces (6 siendo la lengua oficial de la independiente Andorra), ha sobre- vivido gracias al vigor con que se la ha defendido, y ha llegado a reci- bir cierto grado de reconocimiento en la Unién Europea. Se hablan variedades del catalan en el norte de los Pirineos y en el Rosellén fran- cés, en las Baleares, e, incluso, todavia activamente, en el Alguer, puer- to pesquero del norte de Cerdefia. En esta zona ha sobrevivido desde la época en que fue refundada la ciudad bajo la ocupacién aragonesa en el siglo x1V, casi desapercibida hasta su redescubrimiento en el XIX por un arquedlogo catalén que investigaba los asentamientos prehis: téricos sardos. La variedad hhablada en el Alguer ha sido incorporada a la érbita del catalin, con el activo apoyo de un pufiado de catalano- parlantes, ahora présperos, de este atractivo enclave turistico. Menos entusiasmo por el catalin se percibe en Valencia, donde la variedad del catalin era hablada, hasta hace poco, sobre todo por los habitantes menos privilegiados, y donde ahora intelectuales influye tes y politicos sostienen que el valenciano pose estatus de lengua in- dependiente, aunque objetivamente difiera muy poco de otras varie- dades catalanas. Basindonos eni su ilustre tradicién literaria medieval, deberia ‘mos contar al gallego, la lengua ibérica elegida para la poesia lirica, 241 como lengua romance adicional. Sin embargo, la postura tradicio- nal de los manuales es con: , mas bien, el gallego-portugués, asociada con la pobla- erroménica del noroeste y con el asentamiento pos minico de los suevos (y no con los visigodos, que ocuparon la mayor parte del resto de la Peninsula). Esta lengua se extendié ha cia el sur con la Reconquista, pero se escindié en dos ramas cuando Portugal se convirtié en un estado independiente, y dejé a Gali- cia como parte de Espatia (para la estandalizacién del gallego, véase 5. 5). ©) Las lenguas de los lingiistas Dos de las lenguas romances que aparecen en los libros de texto deben su estatus a los caprichos de un lingiista de finales del xxx, el italiano Graziado Ascoli (véase pagina 28), que se hizo eco de las ideas coetaneas sobre etnicidad y lengua. Fue él el primero que propu- so la polémica idea de que el retorromance era una lengua unificada uu origen, mds cercana al francés que a los dialectos del norte de ia, con los que esta ahora entrelazada. El nombre recuerda a los ré- ticos, que vivieron en la regi6n alpina en épocas antiguas: la hipdtesis cra que su peculiar versién del latin pervive hoy en los desperdigados dialectos retorromances, que se han visto reducidos por las incursio- nes de las variedades lombardas y venecianas por el sur, y por el ale- min por el norte. La idea de que son realmente variedades centrifugas de los dialec- tos del norte de Italia, cuyo prolongado contacto con el alemén las protegié de las innovaciones, fue especialmente cara a : nos y recibié apoyo oficial durante el régimen de Mussoli mera Guerra Mundial, la reclamacién del sur de! pertenecia a Austria, se apoyé en el problema lingiistico. En esa zona, in medio de una poblacién germanoparlante, los va Iles de los Dolomitas albergan a un pequefio ntimero de hablantes de variedades romances idiosincrisicas, conocidas colectivamente por as como ladino, y ahora con reconocimiento oficial como lengua independiente. No existieron formas escritas de esas variedades antes del siglo xtx. La lealtad de los hablantes de ladino estuvo en el pasado de parte de Austria, mis que de parte de la naciente y empo- brecida Italia, y en la Segunda Guerra Mundial, tras el pacto entre Hit- i6 subirse al carro de la Gran 242 y finalmente se puso fin a un periodo de terrorismo de los separatistas germanoparlantes garantizando a la regién un cierto grado de autono- mia. Esta regién, de belleza espectacular, muy famosa entre los mon- tafieros germanoparlantes, pudo entonces dedicarse al lucrativo nego- cio del turismo. 10 se ensefia en las escuelas primarias locales, en una versin diferente en cada valle, y no parece que haya peligro de muerte prematura, ni deseo alguno de estandarizacién y unifi- cacién. Las variedades retorromances del cantén de Graubunden (Griso- nes) de Suiza tienen una historia bastante diferente. La amenaza poli- persuadié a la Confederacién a otorgar a los diale significa que puede ser usada a efectos oficiales en el cantén, pero no en ninguna otra parte de la Confederacién (por desgracia, muchos ha- blantes viven en Zurich o en Ginebra). Cada comuna (originariamen- te habia 120) puede decidir si se utiliza en la escuela primaria la varie- dad romance; con el paso de os afios, mas y mas hablantes se han pa- sado al aleman, y, a veces, al italiano. En aquellas ochenta y dos comunas que si lo han adoptado, se emplean cinco variedades regio~ nales. Las lenguas que se ensefian en és regiones geograficas que en afinidades La variedad més occidental, en el valle del Alto Rin, y que cuenta con el grupo més numeroso de hablantes, se conoce con el nombre de romanche (romontsch, roumanche). Los lingiistas la llaman sobresel- vano (Oberwaldisch). Antiguamente se denominaba Churwalsh, por el centro administrativo de Chur (Cuera), cuya poblacién en ¢ ra totalmente romance (hoy solo el 10 por ciento). El area del dialec- to se ha ido reduciendo en los tltimos siglos a medida que el alemin sus tenticulos, y el dialecto sobreselvano esta muy influido por el alemin. Los primeros textos datan del siglo xvi —fundamental- mente traducciones biblicas y comentarios religiosos. La zona se es- cindié en la Reforma, y se disefiaron sistemas ortogrificos diferen- tes para catélicos y protestantes. Un dialecto, mas pequefo, y en re- troceso, el sutselvano (Nidwald), esta estrechamente relacionado con el sobreselvano, que hasta hace muy poco se utilizaba como Tengua en la escuela en la region. El grupo surmeirano (Ober-y Unter- halbstein) engloba vatiedades heterogéneas, algunas de las cuales son escuela, En todas es- jeman suizo Las variedades mas orientales, al sur del oeste de Austria, eran co- nocidas desde antiguo para los montafieros y los esquiadores. En el 243 valle del Inn, el engadino esté dividido en dialectos altos y bajos (La- din puter vallader), mientras que la version del Val Miistair (Munster) se suele clasificar aparte. Estas variedades estin més cercanas a los dia italianos del otro lado de los pasos montafiosos que las occiden: tales, El influjo de la poblaci i mente en el iltimo medio siglo la proporcién de hablantes de roman- ce, quienes se encuentran a menudo entre las comunidades menos prosperas. Recientemente se ha elaborado una forma estindar unificada que engloba a todas las variedades (véase 5. 5) en un intento de salvar una lengua de la que los suizos dicen sentirse orgullosos, pero que no se esfuerzan demasiado en mantener. El friulano (0 friuliano), tercer grupo de dialectos asociado por As- con los réticos, esté mucho mis cerca del italiano que los otros, pues el Friuli Occidental ha estado ligado estrechamente con Venecia Friuli oriental, sin embargo, tuvo, hasta la Prime- més contacto con el alemédn (por no mencionar al esloveno en el este). El friulano ha tenido una literatura floreciente desde el xv1 y la comunicacién entre las diferentes variedades es rela- tivamente fécil. El estado italiano no lo reconoce como lengua inde- pendiente, y muchos hablantes funcionan libremente con la koin€ vé- neta, asi como en friulano y en italiano. Los friulanos, como los galle gos, han emigrado a otras partes del mundo, donde han solido Conservar sus habitos lingiisticos distintivos. Incluso existe en la re gién del delta del Danubio en Rumania una activa comunidad de ha Blantes de friulano, implantada alli en el siglo x1x. La relacién del friu- Jano con otras variedades retorromances es tenue y muchos lingitistas niegan toda conexién, poniendo de relieve los rasgos que comparte con los cercanos dialectos del Véneto. La otra lengua romance que Ascoli nos impuso es el francopro- venzal. Hoy muchos lingiiistas la reconocen como un conjunto dis- tintivo de dialectos franceses del sudeste, en el limite con el proven: zal, por lo que se emplea el término de compromiso «francopro- venzal». Algunos prefieren pensar que estos dialectos son bisicamen- te occitano en el cual ha hecho incursiones més profundas y mas tem- pranas el francés que en las variedades més al oeste; ciertamente el vo- cabulario esta cerca del del occitano, pero esto podria reflejar més el caricter arcaico de los dialectos que una afinidad genética. Ojros sefia- Jan las similitudes entre el retorromance y el francoprovenzal y postu- Jan un ancestro alpino comin que tenia rasgos de tipo francés. Otros relacionan las caracteristicas francoprovenzales con otras «avanzadi- 244 llas» lingidisticas del francés del norte y del este, que, se supone, con- servan caracteristicas més arcaicas. En Francia los dialectos, que anta- fo abarcaban Lyon, Grenoble y el Jura, han desaparecido casi por completo, pero han sobrevivido mejor en Suiza e I tualmente en las regiones montafiosas del este francés (Saboya) y el este de Suiza (Vaud, Neuchatel, Valais) asi como en el Valle de Aosta (valdétain). Wartburg los puso en relacién con el asentamiento de los burgundios, aunque desde entonces se ha demostrado que este asen: tamiento no tenia los mismos limites que la zona francoprovenzal. Aunque la lengua de algunos textos medievales muestra indicios de proceder de esta zona, la lengua de cultura es el francés (aunque Mus. solini impuso de forma temporal el italiano en esa zona de los Alpes). Nunca ha existido una versién koinizada, ni ninguna produccién lite raria sustancial. Para la relacién de estas variedades con el alemin, véa se 8.6. d) Una lengua excepcional La mayorfa de los romanistas estin de acuerdo en incluir el sardo mo lengua romance independiente basindose en que la isla se vio aislada muy tempranamente del resto de la Romania. No se puede sa- ber hasta qué punto estaba romanizada la isla: las excavaciones reali- zadas en el interior para encontrar vestigios de antiguas calzadas po- dria arrojar luz sobre esa cuestién. Lugar de fiebres endémicas (hasta que las fuerzas armadas americanas fumigaron las colonias de mosqui- tos de los pantanos al final de la Segunda Guerra Mundial), los roma- nos la utilizaron como penitenciaria para criminales rei teriormente, formé parte del Imperio Bizantino, y més tarde, cayé bajo dominio sarraceno. En el siglo ux se establecieron ciudades inde pendientes, bajo la autoridad de Pisa, antes de sucumbir ante el reino de Aragén. Cedida a los austriacos en 1714, fue pronto entregada a Saboya a cambio de Sicilia. De este modo, se integré en Italia en la época de la Unificacién. Los dialectos que se hablan en la isla no se clasifican todos como sardos. Los dialectos del norte, de la zona occidental de Sassari o la oriental de Galluria, carecen de los rasgos distintivos del sardo, como, por ejemplo, el articulo definido derivado de 1st (véase 3. 3) Se pien sa que en realidad son de origen corso, llevados alli por los refugiados de las vendettas realizadas en aquella isla (para los dialectos corsos, que se suelen clasificar con el toscano, véase 5. 6). 245 Es la parte central de la isla, montafiosa y aun hoy relativamente inaccesible la que se supone que alberga el sardo prototipico (logudo- lectos del sur se conside- ros desde fines del xi, nunca estuvo estandarizado, y la intercomuni- cacién entre dialectos es minima. En la ahora semiauténoma regién, Jas autoridades impulsan el desarrollo de la lengua, pero gran parte de la isla ha seguido siendo pobre, esta despoblada y acosada por el ban- didaje, con altas tasas de emigracién, por lo que ha habido poca pre- sién popular para la estandarizacién. ) Una lengua totalmente muerta Ota lengua que a veces redondea el cémputo de los manuales es ‘lmata, ahora completamente extinto. Se considera el puente de unién entre el italiano y el rumano, y el representante de todo un con- junto de lenguas romances perdidas que debieron de haber existido. Sabemos que en la costa de Dalmacia se hablaba antafio una lengua romance y que Ragusa (hoy Dubrovnik) todavia empleaba esa len- gua para asuntos oficiales en el siglo xv1, antes de que el croata se im- pusiera por completo. Es dificil decir hasta qué punto era diferente esta lengua de la de Venecia, que controlé los puertos de la costa du- rante siglos. Los tinicos testimonios que poseemos de una versidn viva de la lengua son los recogidos del ultimo hablante superviviente, que murié en 1898 por una mina en la isla de Veglia (Krk), en la costa de la peninsula de Istria. Parece que era un informante gdrrulo, lo que no supone necesariamente que fuera fiable. No habia sido nunca hablan- te activo de la Iengua, que habia aprendido de oir las conversaciones privadas sostenidas por sus padres, quienes la utilizaban como un 6- digo secreto. Como en el momento de la investigacién habia perdido los dientes, puede que su articulacidn fuera deficiente, y, en cualquier caso, las transcripciones estin aproximadas. El hecho de que el informante hubiera trabajado codo a codo con friulanos (cuyos intercambios conversacionales decia entender con fa- cilidad) y que tuviera frecuente contacto con el veneciano, tifie de sos- informacién que podemos espigar si hace pensar que la variedad que él empleaba diferia en ciertos aspec- tos de otras variedades romances. En la cercana peninsula de Istria, perviven algunas otras pequefias bolsas de romance —algunas de ellas han sido etiquetadas como «istriota» por investigadores que las consi- 246 deran otra lengua distinta, pero algunos sostienen que son versiones de dialectos italianos nororientales, mientras que Ascoli las relacioné con el retorromance. Existen también localidades aisladas que usan el «istrorrumano», que parece estar relacionado de forma mas estrecha con el dacorrumano de la lengua estindar que con otras variedades, pero que sufte la progresiva infltracién del serbocroata. Su origen pierde en la bruma de los tiempos, pero se piensa que estas comuni- dades huyeron de los otomanos en una época temprana, y que no po- seen memoria popular de la cultura rumana. f) &Més lenguas? Otras variedades romances se prestan a la discusién sobre su estat to como «lenguas»: algunas serin tratadas en el apartado dedicado a la Estandarologia (5. 5) y otras en el dedicado a Lengua y Dialecto (5. 6). 5.2. CLASIFICICACION GENETICA Aunque comparativamente existen pocas dudas sobre el niimero de miembros que integran la familia romance, el desacuerdo es mayor en lo que concierne a la subagrupacién dentro de dicha familia. La tra- mn es componer grupos de acuerdo con criterios histéricos y geo- grificos. Suponiendo una lengua unificada en el pasado, el modelo del drbol genealégico busca las sucesivas innovaciones compartidas por ms de una lengua hija. Cada innovacién crea una nueva proto lengua unificada diferenciada de sus hermanas, que puede a su vez es cindirse por innovaciones posteriores entre algunos de sus miembros. Como cada subgrupo se considera una lengua viva real, debe ocupar su espacio (geogréfico o social) asi como su tiempo. Las causas de las innovaciones se buscan en factores étnicos o sociales, pero la ruptura de las comunicaciones entre zonas alejadas también tiene un puesto de honor. La escisién romance més temprana postulada por la subagrupa- cién tradicional es la que implica la pérdida de la cantidad latina (véa- se 3. 3). Se considera que la fusién de i/& y 6/Ues una innovacién que afect6 al «romance occidental» (0 «latin vulgar», véase 3. 2), y que elu- dié a aquellas regiones que habian quedado aisladas de innovaciones modernas en épocas anteriores —como el sardo, el rumano y las va- riedades del sur de Italia. 247 tema bicasual en galorromance (francés y occitano). Sin embargo, agrupé el catalin (que no presentaba casos) con el occitano y el fran- cés. En virtud de la no palatalizacién de /k/ latina ante vocales ante- riores, el délmata se agrupa con el sardo (como romance oriental én més ampliamente aceptada en la actualidad del Arbol romance es la de otro americano Robert Hall J, quien, después de se- parar a los miembros aislados (primero el protosardo, y luego el pro- torromance oriental) del «protorromance italo-occidental» usando el ctiterio de las vocales, procedié a utilizar solo como crterio los cam- bios consondnticos para llevar a cabo la subclasificacién. El protoita- liano se distingue del protorromance occidental por su tratamiento de grupos como /kv (asimilado en italiano, pero palatalizado en protorro- mance ibérico y protogalorromance, véase 3. 3). Posteriormente, el protorromance occidental se subdivide principalmente en virtud de las innovaciones en la palatalizacién. El resultado final tiene un sospe- choso parecido con la agrupacién por 4reas. La lexicocronologfa adopta supuestos similares a los de la teoria tradicional del drbol genealégico, pero el criterio que emplea para la subclasificacién es el del vocabulario bésico comtin. Las revisiones mis recientes del método apuntan a la subagrupacién en lineas zona- les, con el rumano y el francés en los polos, el portugués y el espafiol relacionados de forma muy estrecha y el catalin asociado con este mismo grupo, pero de forma més laxa, mientras que el friulano esti mis cerca del italiano que de las otras ienguas retorromances. Los le xicocronologistas estn menos interesados en establecer una clasifica cién del romance que en justificar la validez de su metodologia: por les satisface que sus subgrupos, y su correlativa proyeccin tem- fe parezcan en gran medida a las Areas tradicionales. Clifford Leonard, reconstruccionista americano mas radical, pero mis comprometido, parte de criterios fonolégicos, pero insiste en el uso sistemitico solo de cambios vocdlicos, y considera que la escisién inguieron, en época temprana, to de las vocales ténicas, algu- nas alargando la vocal en silaba libre (véase 4. 2). Una subclasificacion 248 cién zonal hace pensar que las variedades heterocrdnicas son doras, con un margen de zonas mas conservadoras. Esta clasificacién es consistente con el modelo en «ondas» que, desde Schucharde (véase pigina 28), ha gozado siempre de mis favor entre los romanistas europeos que el modelo del érbol. Da cuenta de forma més apropiada de la concatenacién aparente de variedades mu- tuamente inteligibles, con pocos limites dialectales definidos, alo lar go y ancho de la zona romance. En criterios léxicos se fundamenta una distincién muy aceptada entre zonas centrales innovadoras y bordes conservadores. Por ejem- plo, parece que el espafiol y el portugués y el rumano comparten cier- tas unidades mas arcaicas que se han perdido en otras zonas, como FORMOSUS en vez de BELLUS, MAGIS en vez de PLUS, 0 FERVERE en vez de BULLE: a esp. hermoso, mds, hervir, ptg. formoso, mais, ferver, ram. frumos, mai. _fierbe / fc. beau, plus, bo bello, pitt, bolire. tra distincién que sigue una ; pero emplea una gama més amplia de criterios, fundamentalmente la morfologia verbal y equivalentes léxicos, distingue una Romania continua, desde el At- lintico y a lo largo del Mediterrineo, con dos puestos de avanzada, uno en el norte de Francia y otro en Rumania (con el portugués en el, borde atlintico, pues presenta también rasgos idiosincraticos, y el cas- tellano comportindose de mod. ificaciones tienen los mismos fundamentos. La mis aceptada es la divisién este-oeste, que defendié con mis consi Walther von Wartburg, quien traz6 una linea a lo ancho de de La Spezia a Rimini. Los criterios de Wartburg, curiosos par Idlogo mas conocido por sus trab: ol6gico el occidente conserva la -s final latina y sonoriza las consonantes sor- das intevocélicas, pero estaban ligados a factores sociales (véase 6. 2). El mantenimiento conservador de -s, importante para la morfologia, Jo achacaba al influjo de las escuelas, mientras que la conservacién de las sordas intervocilicas y de las geminadas en el oeste era un rasgo conservador popular. El sardo conserva ambos rasgos, pues capado a la innovacién popular de la pérdida de -s final como « cuencia de su temprano aislamiento del resto de la Romania. Otra clasificacién por zonas, menos aceptada, considera que el Mediterraneo es el centro de la «romanicidad», aunque se haya man- tenido una constante intercomunicacién mediante el transporte mari timo. a) Clasificacién a partir de datos histéricos En el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial se llevaron a cabo otros intentos de clasificacién cuantitativa con una perspectiva histérica, pero sin hacer referencias especificas a proto-estadios. Llega- ron a diferentes clasificaciones 0, més a menudo, jerarquias. Mario Pei en 1949 cuantificd setenta y siete «puntos de cambio» en las vocales t6nicas latinas y estableci6 una jerarquia que colocaba el francés en un polo con un 44 por ciento de puntos y el sardo en el otro con un 8 por ciento. Extrafiamente, el portugués, segiin esta medicién, no esta ba agrupado con el espafiol. La cuantificacién de Joseph Grimes y Fre- derick Agard (1958) de los cambios fonoldgicos habidos desde el latin si acercaba el portugués al espafiol, y situaba al francés, que presenta ba la mayoria de los cambi lo opuesto al sardo, pero liga- do, a través del catalin, a las lenguas ibéricas. b) Clasificacién mixta histbrica/sincrénica La clasificacién en doce lenguas de Zarko Muljacié mezcla datos diacrénicos y sincrénicos, y emplea cuarenta parimetros binarios de diferentes niveles (de los cuales dieciséis conciernen a cambios fono- légicos utilizados por las clasificaciones en Arboles). Muchos de ellos fueron elegidos porque diferencian una lengua de las otras, ya como innovaciones, ya como arcaismos —como el uso de articulo definido derivado de 1rse (véase 3. 3) 0 de dos formas de negacién NON en sar- do, y la enclisis del articulo definido, o el uso de formas casuales no- minales (véase 3. 3) en rumano. Los fonemas nasales (véanse pAgi- nas 52:57) distinguen al francés, francoprovenzal, y portugués de los de- mis, mientras que la existencia de vocales centrales caracteriza al fran- és, occitano, francoprovenzal y retorromane engadino. En catalén, espafiol y portugués, existe un conjunto de demostrativos de tres tér ‘minos (que se corresponden con las tres personas del verbo), mientras que el rumano, el sardo, el engadino, el espafiol y el portugués em- plean acusativo preposicional (véase 3. 3). 250 Una comparacién por pares de los rasgos compartidos revela, lo que no es una sorpresa, que el francés y el francoprovenzal por un lado, y el espafiol y el portugués por el otro, estin muy cerca entre si. Es mas controvertido que el catalan resulte mas cercano al occitano y al francés que al espafiol, mientras que el friulano esté mas cerca del engadino que del italiano, el cual esta muy alejado de la mayoria de las demas lenguas, especialmente del francés. Pero, zhasta qué punto esta clasificacion depende de la eleccién de titerios més que de factores comunicativos de la vida real? Giovanni Pellegrini, utilizando pricticamente las mismas medidas, yendo en su proyecto algunos dialectos italianos (y retorromances, lo que es mas significativo desde su punto de vista), demostré que la ca- tegoria de «dialecto mis diferencias entre el italiano estandar y un dialecto de Lucania que entre ese dialecto y el espafiol 0 incluso el rumano. El retorromance del Valle de Fassa en los Dolomitas puede estar mds cercano, con es- ma Pellegrini, para un friulano es mas facil leer un periddico incluso en espafiol que uno en el ladino de los Dolomitas. 5.3. TipoLocia Es menos habitual la clasificacién tipol6gica de las lenguas roman- ces que la genética. Se suele argumentar que estas lenguas son muy pa- recidas desde el punto de vista tipoldgico, y que, de hecho, responden a modelos que son conocidos en las lenguas europeas. Que exista realmente un eurotipo y cudles sean sus caracteristicas distintivas son dos cuestiones objeto de investigacién en un proyecto intereuropeo a gran escala bajo los auspicios de la Fundacién Europea de la Ciencia. Ciertamente existen muchas semejanzas formales entre las lenguas ro- mances y las germénicas, incluso dejando a un lado las semejanzas sustanciales que se remontan a sus comunes ancestros indoeuropcos, 6 que han surgido posteriormente a través de la interaccién comuni cativa. En un estudio de 1963, el chileno Heles Contreras aplicé a siete Ienguas romances los indices morfosintdcticos, ahora ya clisicos, dise- fiados por Joseph Greenberg (que miden, por ejemplo, el grado rel vo de sintesis frente a andlisis, de aglutinacién, deriv cién, etc. de las construcciones). Segtin estas mediciones, de entre las Jenguas moderas, el portugués resulté la lengua més sintética y el 251 francés la de menor grado de sinteticidad, mientras que el sardo era la que més se parecia al latin en otros aspectos. De este trabajo no sur- gid ninguna clasificacién clara, pero parece que agrupaba, en pri- mer lugar, al francés y al catalan, y luego al espafol, al italiano y al rumano, mientras que el portugués y el sardo estaban aislados, liga dos de una forma bastante laxa al primero y segundo grupo respec- tivamente. En una fecha mis reciente, el alemén KarlHermann Kémer ha propuesto que las lenguas romances pueden dividirse, desde el punto de vista tipolégico, en dos grupos. Uno, que comprende al francés y no, hace uso del articulo partitivo y de la concordancia del par- io pasado en los tiempos compuestos con objetos antepuestos (véase 6. 4), asi como del «relativo predicativo» (o «complemento fle- xionado», véase 7. 4) y del «nominativus pendens» (esto ¢s, la topical zacién con preferencia a la dislocacién con duplicacién mediante cl tico; véase 4. 4), Sélo las lenguas que pertenecen a este primer grupo pueden carecer de sujetos nulos (aunque muchas de ellas no lo ha gan). El otro grupo, que incluye al espafiol, portugués, sardo, rumano y engadino, emplea el «acusativo preposi cacién a la izquierda con duplicacié como nombre y con sujeto explicito (véase 4. 3), asi como un dativo como sujeto del infinitivo en construcciones causativas (véase 3. 4). Los datos aducidos son objeto de encendidas polémicas, sobre todo en lo que concieme al italiano, pues parece que las variedades del nor te han recibido un trato privilegiado en el andlisis. No obstante, Kor ner insiste en que él busca preferencias y no distinciones absolutas, y que la divisi6n no se aplica al pasado, en el cual los rasgos que él se- lecciona para clasificar tipolégicamente las lenguas modernas estaban mucho més difundidos por toda el érea rominica. La versién de Principios y Pardmetros de la teoria de Reccién y gado ha llegado también a postular un conjunto entero de distinci nes tipolégicas potenciales dentro del romance modemo —de las cua- la ms fructifera ha sido la que se correlaciona con el pardmetro de los sujetos nulos (véase 1. 2). Otros candidatos a la parametrizacién conciemen a la reccién del nticleo (que se manifiesta, por ejemplo, en la colocacién de adjetivos y determinantes, véase 3. 4), a la subida del verbo (con datos, por ejemplo, como la colocacién de la negaci vvéase 7.4), el estatuto de los pronombres reflexivos (véase 4. 7, 6. 4) y otros muchos. En la mas reciente teoria «minimalista», se ha ligado mis estrechamente la parametrizacién a la morfologia que a la sinta- xis; los enfoques que siguen este modelo se han ocupado de caracte 252 elementos de la oracién no goza en el momento actual de mucho fa- vor, pero tuvo cierto predicamento entze los romanistas durante al tiempo. Se pensaba que el supuesto paso del orden SOV del latin al moderno SVO habia tenido lugar a través de un estadio intermedio donde el tema, mas que el sujeto, desempefiaba el papel preponderan- te, Se distinguian lenguas modernas como el francés con un orden SVO sistematico de aquellas con un orden de palabras mis libre de- terminado por factores pragmaticos. Se propuso que el espafiol, por ejemplo, es una lengua VSO bisicamente, y que el francés avanza en la misma direccién, con la gramaticalizacién de los cliticos de sujeto como marcadores de persona (véase 1. 2). 5.4, DIALECTOMETRIA El mayor problema de tales comparaciones es que los datos em- pleados son dispares: los resultados de la descripcién dialectal més meticulosa no son directamente comparables con las prescripciones de una lengua oficial estandarizada, respaldada por instituciones edu- cativas y administrativas. En algunas partes del sur de Italia 0 de Cer- defia, no se ha establecido ninguna koiné dialectal y variedades loca les cercanas pueden diferir hasta tal punto que solo se utilice el estn- dar para la comunicacién entre ellas. En el norte de Italia, por el contrario, las variedades puramente locales han sido desplazadas por koinés regionales que suelen estar delimitadas con nitidez. Los diver 508 dialectos son «italianos» solo en el sentido de que se hablan en Ita- lia: su relacién lingiistica con el estindar surge de la interaccién y no de una afinidad asentada y antigua. El modelo clisico de la dialecto- logfa italiana, liderado por Ascoli (véase pagina 28), era el siguiente: el estindar, basado en el dialecto toscano, representaba la continuacién de un latin relativamente poco corrompido por el contacto con otros antiguos dialectos itdlicos (supuestamente porque el sustrato etrusco estaba tan alejado del latin que la interferencia era minima). Por tan- to, representaba muy de cerca el comin denominador del que descen- dian hist6ricamente todos los dialects. Lo que olvidaba esta explicacién clasica es la afiliacién lingiistica aparente de algunos dialectos sitalianos» con el romance no italiano. De hecho, en todas partes las variedades romances no estindar com- 253

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