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LA DEMOCRACIA Y EL PAPEL DE LOS JOVENES

La democracia para muchos jóvenes es concebida como el simple acto de depositar el


voto el día de las elecciones para elegir quien o quienes nos gobernaran. Sin embargo,
ésta va mucho más allá, ya que es un mecanismo de poder, o más bien una transferencia
de poder, de nuestro poder a otros para que administren los recursos, es decir, para que
de manera determinante decidan el presente y futuro del pueblo. Y es el pueblo quien
debe, a conciencia, decidir su propio camino y de hecho su progreso o retroceso. No
obstante, este camino del progreso desde la democracia se ve afectado por factores
como la corrupción electoral, la compra de votos (de conciencia), el engaño de los
partidos con sus maquinarias políticas y manejo de los medios de comunicación que
afectan profundamente las decisiones. Frente a esta realidad ¿Cuál es el papel de los
jóvenes en Colombia?

Los jóvenes tenemos una gran responsabilidad social y democrática. Primero que todo,
los jóvenes tenemos el deber de promover el ejercicio democrático de manera limpia, ya
que, hoy en día se vive en una sociedad donde campea la corrupción y ésta siempre ha
sido un medio muy utilizado y adquirido por personas astutas que lo hacen para lograr el
triunfo electoral de manera totalmente injusta. Por lo que incentivar el actuar limpiamente
al ejercer nuestro voto y que no se debe vender ante ninguna adversidad pues, siempre
debemos actuar como personas integras y tomando la mejor decisión a nuestro parecer,
para lograr algún día un cambio radical en nuestro país.

Asimismo, los jóvenes tenemos la responsabilidad de trasmitirle a la ciudadanía que el


voto es íntimo, secreto, transparente y libre ante todas nuestras decisiones, pues, al ser
este libre ante cualquier ciudadano mayor de edad también somos libres de tomar la
mejor decisión a nuestro parecer y este siempre debe de ser con total transparencia.

La juventud está en el deber de comprender que el voto no debe ser ni


discriminatorio, ni excluyente en ningún ámbito. El hecho de ser jóvenes no los exime
de ninguna responsabilidad democrática por el contrario, la discriminación es un tabú
que a lo largo de toda nuestra vida nos ha afectado en todos los ámbitos de nuestro diario
vivir y al momento de ejercer la democracia no es la excepción para la juventud pues, al
momento de que excluimos o privamos a una persona del derecho a votar somos
discriminatorios ya sea porque tal persona tiene una discapacidad enfermedad o
simplemente no respetamos la manera de pensar de la persona la excluimos de ejercer
el voto que podría hacer una diferencia.

Por otro lado, el papel de los jóvenes debe ser educativo, emprender campañas
que resalte la ética política, con el slogan promocional “No debemos vender o
comprar el voto” pues, al momento que vendemos nuestro voto es como si
estuviéramos vendiendo nuestras ideologías y forma de pensar, siempre debemos actuar
solos pues todos pensamos diferentes aunque tengamos semejanzas y ofrecer dinero o
bienes materiales para hacer lo que usted quiere no es un acto limpio ni para ti, ni para
la sociedad por eso si vemos nos ofrecen dinero u otra cosa a cambio de nuestro voto
debemos denunciar y no dejar ese acto en la sucio en la inmunidad.

Por otra parte, frente a la incidencia de los medios de comunicación en los procesos
democráticos en nuestro país, es muy común observar cómo estos medios se inclinan
hacia algunos candidatos o propuestas políticas a conveniencia particular. Los jóvenes
tenemos la responsabilidad de educarnos integralmente, con pensamiento libre y críticos
ante la realidad y problemas que les rodea, esto nos permite consolidar un nivel de
conciencia y autonomía en la comprensión y toma de nuestras propias decisiones, sin
dejarnos llevar por ideologías transmitidas por los medios de comunicación masivos.

Por último, hoy en día la democracia colombiana en pleno siglo XXI está amenazada por
la corrupción, lo que afecta de manera determinante el progreso del pueblo. Parece ser
que el pueblo ya no es consciente de que no es aprendido como una masa homogénea
sino más bien como una sucesión de historias singulares que no salimos de lo mismo y
para dar cuenta de ello, resulta urgente el papel de los jóvenes frente a esta realidad
como agente de cambio. Direccionados hacia la educación para la democracia, la
promoción de la participación ciudadana con transparencia, la de la promoción no
compra de conciencia, en promoción y establecimiento de la ética política.

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