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Unidad 2
“propiedades generales de los materiales metalicos “
Alumno:
Martinez Lazcano Jesus Gildardo
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Ductilidad
Elasticidad
Mecánica Dureza
Plasticidad
Resistencia elástica
Fragilidad
Conductividad térmica
Densidad
Fisca Térmicas Punto de fusión
Calor especifico
Dilatación
Conductividad eléctrica
Resistencia
Eléctrica Conductacia – capacitacia
Conductor
Propiedades
color
generales Ópticas
brillo
de los
materiales
Difusión
Metalúrgicas Moldeabilidad y fluidez
soldabilidad
Oxidación
Por oxidación
Microbiología
Corrosión Presiones parciales de oxidación
Galvanizado
Actividad salina diferenciada
Química
Ionización
Excitación
Radiación Desplazamiento
Atómico y cambios
Químicos en los materiales
Propiedades físicas
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Propiedades mecánicas
RELACIONES ESFUERZO-DEFORMACIÓN
Existen tres tipos de esfuerzo estáticos a los que se sujetan los materiales: tensión,
compresión y cortante. Los esfuerzos de tensión tienden a estirar al material, las de
compresión a compactarlo, y las cortantes comprenden tensiones que tienden a ocasionar
que porciones adyacentes del material se deslicen una respecto a la otra. La curva
esfuerzo-deformación es la relación básica que describe las propiedades mecánicas para
los tres tipos.
Propiedades ante la tensión
La prueba de tensión es el procedimiento más común para estudiar la relación esfuerzo
deformación, en particular para los metales. Durante la prueba, se aplica una fuerza que
tira del material y tiende a estirarlo y reducir su diámetro, como se ilustra en la figura 3.1a).
Los estándares de la ASTM (American Society for Testing and Materials) especifican el
modo de preparación del espécimen de prueba y de la realización de la prueba misma. En
la figura 3.1b) y c) se ilustran el espécimen común y la preparación general de la prueba,
respectivamente
El ejemplar con que se inicia la prueba tiene una longitud original Lo y un área Ao . La
longitud se mide como la distancia entre las marcas de medición, y el área como la sección
transversal (circular, por lo general) del espécimen. Durante la prueba de un metal, el
ejemplar se estira, luego le aparece un estrangulamiento y por último se fractura, como se
muestra en la figura 3.2. La carga y el cambio de longitud del espécimen se registran
conforme la prueba se efectúa a fin de obtener los datos que se requieren para determinar
la relación esfuerzo-deformación. Hay dos tipos diferentes de curvas esfuerzo-deformación:
1) la curva de esfuerzo-deformación de ingeniería, y 2) la de esfuerzo-deformación
verdadera. La primera es más importante para el diseño, y la segunda lo es para la
manufactura
Esfuerzo-deformación de ingeniería El esfuerzo deformación de ingeniería en una prueba
de tensión que se define en relación con el área y longitud originales del espécimen de
prueba. Dichos valores son de interés en el diseño debido a que el diseñador espera
que las tensiones-deformaciones experimentadas por cualquier componente del producto
no cambiarán su forma de manera significativa. Los componentes están diseñados para
soportar los esfuerzos que se prevé encontrarán durante su uso. En la figura 3.3 se ilustra
una curva común del esfuerzo-deformación de ingeniería de una prueba de tensión de un
espécimen metálico. El esfuerzo de ingeniería en cualquier punto de la curva se define
como la fuerza dividida entre el área original:
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en cualquier punto de la prueba está dada por:
donde E = módulo de elasticidad, MPA (lb/in2 ). E es una medida de la rigidez inherente del
material. Es una constante de proporcionalidad cuyo valor es diferente para materiales
distintos. En la tabla 3.1 se presentan valores comunes para varios materiales, metales y
no metales.
Conforme el esfuerzo aumenta, se alcanza un punto final en la relación lineal en el que el
material comienza a ceder. Ese punto de deformación, Y, del material se identifica en la
figura por el cambio de la pendiente al final de la región lineal. Debido a que el comienzo
de la deformación por lo general es difícil de ver en una gráfica de datos de prueba (por lo
general no ocurre como un cambio abrupto de la pendiente), es común definir a Y como el
esfuerzo con el que ocurre un avance de la deformación del 0.2% a partir de la lí- nea recta.
En forma más específica, es el punto en el que la curva esfuerzo-deformación del material
interseca una recta paralela a la porción recta de la curva, pero desviada de ella por una
deformación de 0.2%. El punto de deformación es una característica de la resistencia del
material, y por ello es frecuente hacer referencia a él como el límite de deformación (otros
nombres que recibe son esfuerzo de deformación y límite elástico)
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uniforme a todo lo largo de su longitud, comienza a concentrarse la deformación en una
sección pequeña del espécimen. El área de esa sección se angosta (se estrangula) de
manera significativa hasta que sobreviene la falla. El esfuerzo calculado inmediatamente
antes de la falla se conoce como esfuerzo de fractura. La cantidad de deformación que el
material es capaz de soportar antes de que ocurra la falla también es una propiedad
mecánica de interés para muchos procesos de manufactura. La medición común de esta
propiedad es la ductilidad, que es la capacidad que tiene un material para deformarse
plásticamente sin sufrir una fractura. Esta medición se toma ya sea como elongación o
como reducción del área. La elongación se define como
donde AR = reducción del área, que se expresa con frecuencia como porcentaje; Af = área
de la sección transversal en el punto de fractura, mm2 (in2 ); y Ao = área original, mm2 (in2
). Existen problemas con estas dos mediciones de ductilidad debido al estrangulamiento
que ocurre en los especímenes de prueba metálicos y el efecto no uniforme asociado con
la elongación y la reducción del área. A pesar de esas dificultades, la elongación y la
reducción porcentual del área son las medidas de la ductilidad que se emplean con mayor
frecuencia en la práctica de la ingeniería. Algunos valores frecuentes del porcentaje de
elongación para distintos materiales (sobre todo metales) se enlistan en la tabla 3.3.
Esfuerzo-deformación verdadero Los lectores acuciosos quizás hayan tenido problemas
por el uso del área original del espécimen de prueba para calcular los esfuerzos de
ingeniería, en lugar del área real (instantánea) que es cada vez más pequeña conforme la
prueba avanza. Si se utilizara el área real, los esfuerzos calculados serían mayores. El valor
del esfuerzo que se obtiene al dividir la carga aplicada entre el valor instantáneo del área
se define como esfuerzo verdadero:
donde s = esfuerzo verdadero, MPa (lb/in2; F = fuerza, N(lb); y A = área real (instantánea) que resiste
la carga, mm2 (in2)
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se utiliza una línea punteada para indicar la continuación proyectada de la gráfica esfuerzo
deformación verdaderos, si no hubiera habido estrangulamiento. Conforme la deformación
se hace significativa en la región plástica, los valores de la deformación verdadera y de
ingeniería divergen. La deformación verdadera se relaciona con la correspondiente de
ingeniería por medio de
En la figura 3.4, debe notarse que en la región plástica el esfuerzo se incrementa en forma
continua hasta que comienza el estrangulamiento. Cuando esto pasaba en la curva de
esfuerzo-deformación de ingeniería, su significancia se perdía porque para calcular el
esfuerzo se había utilizado un valor de área que se sabía erróneo. Ahora, cuando el
esfuerzo verdadero también se incrementa, no se puede ignorar tan a la ligera. Lo que eso
significa es que el metal se está haciendo más fuerte conforme la deformación aumenta.
Esta propiedad se denomina endurecimiento por deformación, que se mencionó en el
capítulo anterior en el análisis de las estructuras cristalinas, y que tienen casi todos los
metales en mayor o menor grado.
El endurecimiento por deformación, o endurecimiento por trabajo, como se le denomina con
frecuencia, es un factor importante en ciertos procesos de manufactura, en particular en la
laminacion del metal. Ahora se examinará el comportamiento de un metal en función de
cómo lo afecta esta propiedad. Si la parte de la curva esfuerzo-deformación verdaderos que
representa la región plástica se graficara en una escala log-log, el resultado sería una
relación lineal, como se aprecia en la figura 3.5. Debido a que con esta transformación de
los datos se genera una línea recta, la relación entre el esfuerzo verdadero y la deformación
verdadera en la región plástica se expresa como.
directamente relacionado con la tendencia de un metal para endurecerse con el trabajo. En la tabla
3.4 se dan valores comunes de K y n para metales seleccionados. El estrangulamiento en una prueba
de tensión y en operaciones de laminado de metales que estiran la pieza de trabajo se relaciona
estrechamente con el endurecimiento por deformación. Ahora se estudiará esta relación según se
observa durante una prueba de tensión. Conforme el espécimen de prueba se estira durante la parte
inicial de la prueba (antes de que comience el estrangulamiento), ocurre una deformación uniforme
en toda la longitud porque si cualquier elemento de la muestra se deformara más que el metal
circundante, su resistencia aumentaría debido al endurecimiento por trabajo, lo que lo haría más
resistente ante una deformación adicional y hasta que el metal vecino se hubiera deformado una
cantidad igual. Por último, la deformación se hace tan grande que no puede sostenerse en forma
uniforme. Se desarrolla un punto débil de la longitud (debido a la formación de dislocaciones en las
fronteras de los granos, impurezas del metal, u otros factores), y comienza el estrangulamiento, lo
que conduce a la falla. Las evidencias empíricas revelan que el estrangulamiento comienza para un
metal en particular cuando la deformación verdadera alcanza un valor igual al exponente de
endurecimiento por deformación, n. Por tanto, un valor elevado de n significa que el metal puede
deformarse todavía más antes del comienzo del estrangulamiento durante la carga de tensión.
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básicas de relación esfuerzo-deformación que describen el comportamiento de casi todos
los materiales sólidos, las que se muestran en la figura 3.6:
a) Perfectamente elástico. El comportamiento de esta material queda definido por
completo por su rigidez, indicada por el módulo de elasticidad E. En lugar de producir
un flujo plástico, se fractura. Los materiales frágiles tales como las cerámicas,
muchos tipos de hierro colado y polímeros termoestables, poseen curvas de
esfuerzo-deformación que pertenecen a esta categoría. Estos materiales no son
buenos candidatos para las operaciones de laminado.
b) Elástico y perfectamente plástico. Este material tiene una rigidez definida por E.
Una vez que se alcanza la resistencia de deformación, Y, el material se deforma
plásticamente con el mismo nivel de esfuerzo. La curva de flujo está dada por K =
Y, y n = 0. Los metales se comportan de esta manera cuando se calientan a
temperaturas suficientemente altas que los recristalizan en lugar de endurecerlos
por deformación durante su trabajo. El plomo presenta este comportamiento a
temperatura ambiente porque ésta es superior al punto de recristalización del plomo.
c) Elástico y endurecimiento por deformación. Este material obedece a la ley de Hooke
en la región elástica. Comienza a fluir a su resistencia de deformación Y. Una
deformación continua requiere un esfuerzo siempre incremental, dada por una curva
de flujo cuyo coeficiente de resistencia K es mayor que Y y cuyo exponente de
endurecimiento por deformación, n, es mayor que cero. La curva de flujo por lo
general se representa como función lineal en una gráfica hecha en papel
logarítmico. La mayor parte de metales dúctiles se comportan de este modo cuando
se trabajan en frío.
Propiedades ante la compresión
Una prueba de compresión aplica una carga que comprime una muestra cilíndrica
colocada entre dos placas, como se ilustra en la figura 3.7. Conforme se comprime, su
altura se reduce y el área de su sección transversal se incrementa.
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contacto con las placas tiende a impedir que los extremos del cilindro se expandan.
Durante la prueba se consume energía adicional debido a esta fricción, lo que da como
resultado una fuerza aplicada más grande. También se muestra un incremento en el
esfuerzo de ingeniería calculado. Así, debido al aumento del área de la sección
transversal y a la fricción entre el espécimen y las placas, se obtiene la curva esfuerzo-
deformación de ingeniería característica de una prueba de este tipo según se aprecia
en la figura.
Otra consecuencia de la fricción entre las superficies es que el material cercano de la
parte media del espécimen sí puede incrementar su área mucho más que los extremos.
Esto resulta en que la muestra adopte una forma característica de barril, como se ilustra
en la figura 3.9.
Aunque hay diferencias entre las curvas de esfuerzo-deformación de ingeniería
correspondientes a la tensión y a la compresión, cuando se grafican los datos
respectivos como esfuerzo-deformación verdaderos, las relaciones son casi idénticas
(para casi todos los materiales). Debido a que en la bibliografía abundan más los
resultados de la prueba de tensión, es posible obtener valores de los parámetros de la
curva de flujo (K y n) a partir de datos de esas pruebas y aplicarlos con igual validez a
una operación de compresión. Lo que debe hacerse al usar los resultados de la prueba
de tensión para una operación de compresión es ignorar el efecto de la estrangulación,
fenómeno que es peculiar para la deformación inducida por esfuerzos de tensión. En la
compresión no hay un colapso correspondiente del trabajo. (Podría argumentarse que
el abombamiento de secciones largas y delgadas durante la compresión es la
contraparte del estrangulamiento. Sin embargo, ese abombamiento es un modo de falla
que involucra la flexión del espécimen, por lo que el esfuerzo ya no se limita sólo a la
compresión. En la sección siguiente se estudian los esfuerzos del doblado.) En las
gráficas anteriores de curvas de tensión de esfuerzo-deformación se extendieron los
datos más allá del punto de estrangulamiento por medio de líneas punteadas. Éstas
representan mejor el comportamiento del material durante la compresión que los datos
de prueba reales de la tensión. Las operaciones de compresión en la forja de metal son
mucho más comunes que las de estiramiento. Los procesos importantes de compresión
en la industria incluyen el laminado, forjado y extrusión.
Doblado y prueba de materiales frágiles
Las operaciones de doblado se emplean para formar placas y hojas metálicas. Como
se ve en la figura 3.10, el proceso de doblar una sección transversal rectangular, sujeta
al material a esfuerzos de tensión (y deformación) en la mitad externa de la sección que
se dobla, y a esfuerzos de compresión (y deformaciones) en la mitad interior. Si el
material no se fractura, queda doblado en forma permanente (plásticamente), como se
muestra en el inciso 3) de la figura 3.10.
Los materiales duros y frágiles (por ejemplo, cerámicas), que tienen elasticidad pero
poca o ninguna plasticidad, con frecuencia se prueban con un método que sujeta a la
muestra a una carga flexionante. Estos materiales no responden bien a las pruebas de
tensión tradicionales debido a los problemas para preparar los especímenes de prueba
y la posibilidad de alinear mal las partes de la prensa que los sujeta. La prueba de
doblado (también conocida como prueba de flexión) se utiliza para probar la resistencia
de estos materiales, con el uso del arreglo que se ilustra en el primer diagrama de la
figura 3.10. En ese procedimiento, se coloca un espécimen de sección transversal
rectangular entre dos apoyos, y en su centro se aplica una carga. En esta configuración,
la prueba se denomina de doblado de tres puntos. En ocasiones también se utiliza una
configuración de cuatro puntos. Los materiales frágiles no se flexionan en el grado
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exagerado que se muestra en la figura 3.10; en vez de ello, se deforman elásticamente
hasta el momento inmediato anterior a la fractura. La falla ocurre por lo general porque
se excede la resistencia final de tensión de las fibras exteriores del espécimen. Esto da
como resultado un agrietamiento o clivaje, modo de falla que se asocia con las
cerámicas y metales que operan a temperaturas de uso bajas, en el que en vez de
separación ocurre deslizamiento a lo largo de los planos cristalográficos. El valor de
resistencia obtenido de esta prueba se denomina resistencia a la ruptura transversal, y
se calcula con la fórmula siguiente.
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escalas de Rockwell para distintos materiales. En la tabla 3.5 se indican las escalas más
comunes.
Prueba de dureza de Vickers
Esta prueba, también creada a principios de la década de 1920, utiliza un indentador de
forma piramidal hecho de diamante. Se basa en el principio de que las impresiones dejadas
por él son similares en cuanto a su geometría sin importar la carga que se emplee. De
acuerdo con esto, se aplican varias cargas en función de la dureza del material por medir.
Después se determina la Dureza de Vickers (HV) por medio de la fórmula
donde F = carga aplicada, kg, y D = diagonal de la impresión hecha por el indentador, mm,
como se indica en la figura 3.14c). La prueba de Vickers se utiliza para todos los metales y
tiene una de las escalas más amplias entre las pruebas de dureza.
Prueba de dureza de Knoop
La prueba de Knoop, creada en 1939, usa un indentador de diamante de forma piramidal,
pero la pirámide tiene una razón longitud-ancho alrededor de 7:1, como se aprecia en la
figura 3.14d), y las cargas que se aplican por lo general son más ligeras que las de la prueba
de Vickers. Es una prueba de micro dureza, lo que significa que es apropiada para medir
especímenes pequeños y delgados de materiales duros que podrían fracturarse si se
aplicara una carga pesada. La forma del indentador facilita la lectura de la impresión con
las cargas más ligeras que se emplean en esta prueba. El valor de la dureza de Knoop (HK)
se determina con la fórmula
donde F = carga, kg; y D = diagonal larga del indentador, mm. Debido a que la impresión
que se obtiene con esta prueba por lo general es muy pequeña, debe tenerse cuidado al
preparar la superficie por medir.
.
Escleroscopio Las pruebas anteriores basan las mediciones de la dureza en la razón de
la carga aplicada dividida entre el área de la impresión resultante (Brinell, Vickers y Knoop)
o bien entre la profundidad de ésta (Rockwell). El escleroscopio es un instrumento que mide
la altura del rebote de un “martillo” que se deja caer desde cierta altura sobre la superficie
del material que se prueba. El martillo consiste en un peso con un indentador de diamante
sujeto a él. Entonces, el escleroscopio mide la energía mecánica absorbida por el material
cuando el indentador golpea la superficie. Esta energía absorbida indica la resistencia a la
penetración, lo que está de acuerdo con nuestra definición de dureza. Entre más energía
se absorba, menor será el rebote, lo que indica un material más suave. Entre menos energía
se absorba, el rebote será mayor, el material sería más duro. El uso principal del
escleroscopio se da en la medición de la dureza de elementos grandes de acero y otros
metales ferrosos.
Durómetro Las pruebas anteriores se basan en la resistencia a la deformación permanente
o plástica (indentación). El durómetro es un dispositivo que mide la deformación elástica
del caucho y materiales flexibles parecidos, mediante la presión de un indentador sobre la
superficie del objeto. La resistencia a la penetración es una indicación de la dureza, según
se aplica el término a este tipo de materiales.
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Propiedades Térmicas
La conductividad térmica κ es la capacidad que tiene un material para transferir calor, que
no sea debido ni a radiación, ni a convección (donde hay transporte de masa además de
transporte de calor). La conducción de calor en solidos se realiza mediante dos
mecanismos: el primero es debido a las vibraciones de los nudos de la red (fotones), y el
más importante en los materiales metálicos es debido a la agitación térmica del gas de
electrones, los cuales son menos fácilmente dispersados y pueden alcanzar mayores
velocidades. En este sentido se puede demostrar que la conductividad térmica de los
materiales metálicos es muy aproximadamente proporcional a la eléctrica (ley de
Wiedemann-Franz)
Para calcular la conductividad térmica electrónica, se debe considerar que está relacionada
con el calor especifico electrónico, el cual es muy pequeño comparado con el normal, y
también con la velocidad media de los electrones que es mucho mayor que en un gas ideal
a temperatura ambiente de forma que se obtiene el valor antes mencionado. La
conductividad en materiales metálicos esta entre los 20 y 400 W/mK.
En los materiales no metálicos la conductividad térmica es debida exclusivamente a los
fotones, puesto que no existe el gas de electrones responsable de la conductividad térmica
en materiales metálicos. Como la dispersión de los fotones por imperfecciones de la red es
muy efectiva, la transferencia de calor por conducción es mucho más pequeña que en los
materiales metálicos, estando entre 2 y 50 W/mK . Como la dispersión de fotones aumenta
al aumentar la temperatura, la conductividad térmica disminuye con esta, hasta que aparece
un mecanismo no conductivo (radiación infrarroja) que hace aumentar la transferencia de
calor. Si el material es poroso, la conductividad es aun más pequeña pudiendo llegar a
valores de 0.02 W/mK , siendo la convección gaseosa dentro de los poros pequeña. El
material no metálico común mejor conductor del calor es el BeO en el que la dispersión
fononica es pequeña.
Dilatación térmica
La dilatación térmica es la propiedad que experimentan los materiales al expandirse o
contraerse cuando se calientan (o enfrían). Así, la variación relativa de longitud de un
material al aumentar un grado su temperatura es el coeficiente de dilatación lineal αl, que
en materiales anisótropos puede depender de la dirección. La variación relativa de volumen
de un material al aumentar un grado su temperatura es el coeficiente de dilatación de
volumen αv. Si el material es isótropo αv = 3αl Los coeficientes de dilatación son casi
siempre positivos (una excepción es el agua entre 0 y 4◦C).
La dilatación térmica se puede comprender a través de la visualización de los potenciales
interatómicos, que se pueden aproximar a una parábola cerca del mínimo, pero que si nos
vamos alejando pierden simetría y por tanto carácter armónico (fig. 4.2) haciendo que la
distancia interatómica media aumente con la temperatura.
Nótese que el coeficiente de dilatación térmica tiene una importancia fundamental en
muchas aplicaciones. Es importante tener coeficientes pequeños para materiales que
deben mantener unas dimensiones prefijadas, o en materiales frágiles expuestos a choques
térmicos (tensiones térmicas debido a cambios de temperatura muy rápidos o
homogéneos). De esta forma interesaran, en general, coeficientes pequeños e isótropos.
En uniones entre varios tipos de materiales se pedirá que todos los materiales tengan
coeficientes muy similares para evitar tensiones térmicas. Hay casos, como en los aceros
enlozados que son expuestos a tensiones térmicas muy fuertes, en los que este problema
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resulta particularmente importante ya que la adaptación del coeficiente de dilatación debe
mantenerse en amplios intervalos de temperatura.
Calor específico
El calor específico C de un material se define como la cantidad de energía calorífica
requerida para incrementar la temperatura de una unidad de masa del material en un grado.
En la tabla 4.2 se enlistan algunos valores comunes. A fin de determinar la cantidad de
energía necesaria para calentar cierto peso de metal en un horno a una temperatura alta
dada, se emplea la ecuación siguiente:
Resistividad y conductividad
El flujo de una corriente eléctrica involucra el movimiento de portadores de carga —es decir,
partículas infinitesimalmente pequeñas que poseen carga eléctrica. En los sólidos, esos
portadores de carga son los electrones. En una solución líquida, los portadores de carga
son los iones positivos y negativos. El movimiento de los portadores de carga está
favorecido por la presencia de voltaje eléctrico, y se le oponen las características inherentes
del material, tales como la estructura atómica y los límites entre los átomos y moléculas. La
siguiente es la relación familiar definida por la ley de Ohm:
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donde la conductividad se expresa en las unidades de (Ω-m)–1 [(Ω-in)–1].
Conforme aumenta la temperatura, los núcleos de iones vibran más y más, y un gran
número de ondas elásticas excitadas térmicamente (llamadas fonones) dispersan a los
electrones de conducción y disminuyen el recorrido libre medio y los tiempos de relajación
entre colisiones. De este modo, cuando se incrementa la temperatura, aumentan las
resistividades eléctricas de metales puros, como se muestra en la figura 14.6. El
componente residual de la resistividad eléctrica de metales puros es pequeño y se debe a
las imperfecciones estructurales como dislocaciones, fronteras de grano y átomos de
impurezas que dispersan electrones. El componente residual es casi independiente de la
temperatura y se vuelve importante sólo a bajas temperaturas (figura 14.7)
Conductores
Los metales son los mejores conductores de la electricidad, debido a sus enlaces metálicos.
Tienen la resistividad más baja (véase la tabla 4.3). La mayoría de las cerámicas y los po
lí- meros, cuyos electrones tienen enlaces estrechos covalentes o iónicos, son malos
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conductores. Muchos de esos materiales se emplean como aislantes porque poseen
resistividades elevadas. En ocasiones, a un aislante se le denomina dieléctrico, porque ese
término significa que no es conductor de corriente directa. Es un material que se puede
colocar entre dos electrodos sin que conduzca la corriente entre ellos. Sin embargo, si el
voltaje es suficientemente alto, la corriente pasará de súbito a través del material, por
ejemplo en forma de un arco. La resistencia dieléctrica de un material aislante es, entonces,
el potencial eléctrico que se requiere para romper el aislamiento por unidad de espesor. Las
unidades apropiadas son volts/m (volts/in).
Además de los conductores y aislantes (o dieléctricos), también hay superconductores y
semiconductores. Un superconductor es un material que tiene una resistividad igual a cero.
Es un fenómeno que se ha observado en ciertos materiales a temperaturas bajas que se
acercan al cero absoluto. Podría esperarse la existencia de este fenómeno debido al efecto
tan significativo que tiene la temperatura sobre la resistividad. La existencia de dichos
superconductores tiene gran interés científico. Si pudieran desarrollarse materiales con esa
propiedad a temperaturas más normales, habría implicaciones prácticas significativas para
la transmisión de la energía, las velocidades de conexión electrónica, y aplicaciones del
campo magnético.
s semiconductores ya han probado su utilidad práctica, pues sus aplicaciones van desde
computadoras grandes a aparatos electrodomésticos y controladores de motores
automotrices. Como puede suponerse, un semiconductor es un material cuya resistividad
está entre la de los aislantes y la de los conductores. En la tabla 4.3 se presenta el rango
normal. El material semiconductor más utilizado hoy día es el silicio, sobre todo debido a su
abundancia en la naturaleza, su relativo bajo costo y facilidad de procesamiento. Lo que
hace únicos a los semiconductores es su capacidad de alterar de manera significativa las
conductividades en sus químicas superficiales, en áreas muy localizadas para fabricar
circuitos integrados.
Las propiedades eléctricas desempeñan un papel muy importante en varios procesos de
manufactura. Algunos de los no tradicionales usan energía eléctrica para eliminar material.
El maquinado con descarga eléctrica (véase la sección 26.3.1) emplea el calor generado
por la energía eléctrica en forma de chispas para eliminar material de los metales. La mayor
parte de los procesos importantes de soldadura por fusión (véase el capítulo 31) utilizan
energía eléctrica para fundir la unión metálica. Y como ya se mencionó, la capacidad que
tienen los materiales semiconductores para alterar las propiedades eléctricas es la base de
la manufactura microelectrónica.
Propiedades ópticas
Color
Los materiales ópticos son especiales debido a las formas en que reflejan, transmiten o
refractan la luz. La luz visible es solo una pequeña sección de todo el espectro
electromagnético mostrado en la figura 8-18. Los rayos gamma, los rayos X (comentados
en el capítulo 2), las microondas, las ondas de radio, los rayos infrarrojos y la radiación
ultravioleta varían en frecuencia y longitud de onda, pero viajan a la misma velocidad (3 108
m/s en un vacío). La radiación electromagnética despliega propiedades de partículas y de
ondas, y la velocidad de la radiación se define como el producto de la longitud de onda por
la frecuencia como se muestra en la ecuación 8.19:
en donde E es la energía del fotón y h es la constante de Planck (6.62 10X34 J*S). Como
consecuencia, el fotón se puede considerar simultáneamente como una partícula con
energía (E) o una onda con una frecuencia y longitud de onda establecida.
Brillo
Para una gran variedad de aplicaciones interesan materiales que sean transparentes, o
translucidos, es decir materiales que en general la fracción de energía transmitida sea
mucho mayor que la absorbida o reflejada, en la región ´óptica del espectro. Los materiales
metálicos, según hemos dicho, salvo en películas muy delgadas donde son transparentes,
son opacos. Sin embargo, la transparencia que vamos a estudiar es relativamente
independiente de las propiedades quimicofısicas de absorción que posee cada átomo en
particular puesto que las frecuencias de resonancia caen fuera de la región óptica del
espectro.
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En estas condiciones, cuando una onda incide en un sólido transparente y penetra en ´el,
una parte de su intensidad luminosa (flujo de energía luminosa) inicial I0 entra en el sólido
y otra se refleja IR en la interfaz de los dos medios. Si de la energía que entra en el sólido
una parte se transmite IT y otra se absorbe IA, la conservación de la energía total requiere
que I0 = IR +IA +IT . Si dividimos los dos miembros por la intensidad incidente obtenemos
1 = R + A + T, donde R es la reluctancia o coeficiente de reflexión integral, A es la
absorbancia o coeficiente de absorción integral, que está relacionado con el coeficiente de
absorción α integrado en toda la banda de frecuencias (por este motivo también es
designado como e −lβ siendo l el espesor de la muestra), y T es la transmitancia o
coeficiente de transmisión integral. Como puede verse, cada uno de ellos expresa la
fracción de la energía incidente que es reflejada, absorbida y transmitida respectivamente
de forma integral, es decir, que valen para toda la banda de luz, aunque las proporciones
entre ellos varíen según la frecuencia o longitud de onda incidentes (fig. 7.4).
Los metales son muy reactivos, con los no metales, especialmente con los halógenos.
Forman óxidos, sales, hidróxidos (bases). Las propiedades químicas de los metales son
aquellas propiedades que se hacen evidentes durante una reacción química (que existe
un cambio); es decir, cualquier cualidad que puede ser establecida solamente al cambiar
la identidad química de una sustancia.
Corrosión
La corrosión no es más que una reacción química producto de la unión del metal con el
oxígeno, es decir, la corrosión es un deterioro observado en un objeto metálico a causa de
un alto impacto electroquímico de carácter oxidativo y la velocidad degenerativa de dicho
material dependerá de la exposición al agente oxidante, la temperatura presentada, si se
encuentra expuesto a soluciones salinizadas (conjugadas con sal), y por ultimo de las
propiedades químicas que posean estos agentes metálicos; el proceso de corrosión es
totalmente espontaneo y natural, también pueden presentar este proceso materiales que
no sean metálicos.
Como se mencionó anteriormente, la corrosión es producto de una interacción oxido-
reductiva entre el metal, el ambiente o el agua en donde se encuentre sumergido, de
acuerdo a esto se dice que las causas más conocidas de corrosión, son las alteraciones
producidas en la estructura química de un metal debido a la exposición al aire, ejemplo de
este serian: la formación de una sustancia de color marrón que se forma en el hierro y
el acero, degradando de tal forma a dichos materiales que pueden romperse o
quebrantarse, popularmente se le conoce como “oxido o herrumbre”; de igual forma puede
evidenciarse la corrosión en el cobre, esta se observa con una coloración verde-negruzca
en la superficie de dicho material, la mencionada coloración también puede ser visible en
las aleaciones del cobre con el bronce.
Corrosión microbiológica
La corrosión microbiológica, en realidad no es un tipo de corrosión en sí, sino que más bien
es un fenómeno que facilita el desarrollo de otros procesos de corrosión. Las bacterias son
los microorganismos más influyentes en este caso, por lo que también es conocida como
corrosión bacteriana y se produce en sistemas de transporte de líquido, facilitando la
corrosión por picaduras. La naturaleza del líquido que se transporta en estos sistemas,
propicia la acumulación y reproducción de bacterias, las cuales se aglomeran, y propician
las condiciones, como variación en la concentración de sales y oxígeno, para que se
desarrollen otros procesos de corrosión como el pitting
Galvanizado
El proceso de galvanizado consiste en recubrir un metal (aleación de hierro) con otro (zinc),
con el objetivo de evitar la oxidación cuando está expuesto al medio ambiente. Antes del
galvanizado, el acero es sometido a un tratamiento térmico de recocido, donde se
recuperan las propiedades mecánicas del acero, el cual fue deformado para obtener el
espesor deseado. Posteriormente, el acero se sumerge en un baño metálico de zinc a una
temperatura de 450°C. Al entrar en contacto el acero con el zinc fundido, se forma una capa
superficial la cual presenta una mayor dureza.
Bibliografías
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