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INTRODUCCIÓN

El arbitraje comercial internacional y el reconocimiento y ejecución de sentencias


extranjeras han sido temas de gran relevancia para los Estados Miembros de la
Organización de los Estados Americanos (OEA) desde hace más de tres décadas.
Desde entonces, con el fin de fortalecer su comercio internacional los países de las
Américas han emprendido esfuerzos por revisar sus legislaciones en materia de
arbitraje, incluyendo las cuestiones relativas al reconocimiento de decisiones
arbitrales.

Sin embargo, a pesar de la adopción de dos convenciones, la Convención


Interamericana sobre Arbitraje Comercial Internacional (Panamá, 1975) y la
Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y
Laudos Arbitrales (Montevideo, 1979), aún queda camino por recorrer. Estos fueron
importantes y decisivos pasos en la dirección correcta, pero no bastaron para
desarrollar el enorme potencial de los Estados Americanos en lo individual y de
nuestra región en su conjunto.

Iniciado ya el siglo XXI, el comercio internacional goza de un impulso sin


precedentes en razón principalmente de las nuevas tecnologías de la información,
el desarrollo de la infraestructura regional e internacional, y la complementariedad
de los procesos de producción distribuidos a lo largo y a lo ancho del globo.

En consecuencia, para competir en el mercado internacional, ya no basta contar


con infraestructura y estabilidad financiera; es indispensable garantizar que las
inversiones gozarán de seguridad jurídica y que los Estados receptores de inversión
cuentan con sistemas jurídicos propicios para estimular el libre comercio
internacional y satisfacer sus demandas.

En este contexto, el arbitraje comercial internacional se ha posicionado como el


método de resolución de conflictos por excelencia, al ofrecer la flexibilidad y el
dinamismo de los cuales los tribunales jurisdiccionales aún carecen. En la
contratación mercantil internacional, la multiplicidad de partes y de conexiones
internacionales presentes en un contrato hace que la vía arbitral sea la idónea para
la resolución de una controversia. Al recurrir al arbitraje, las partes satisfacen sus
requerimientos de neutralidad, economía y celeridad, mientras que la parte
favorecida con un laudo tiene expectativas razonables de obtener el cumplimiento
obligatorio y expedito del laudo arbitral.
ARBITRAJE
Es un proceso en el cual se trata de resolver extrajudicialmente las diferencias que
surjan en las relaciones entre dos o más partes, quienes acuerden la intervención
de un tercero (arbitro o tribunal arbitral) para que los resuelva.
De todas las instituciones antes mencionadas, el arbitraje es el que mayor
aproximación tiene con el modelo adversarial del litigio común.
Es un mecanismo típicamente adversarial, cuya estructura es básicamente la de un
litigio. El rol del árbitro es similar al del juez: las partes le presentan el caso, prueban
los hechos y sobre esa base decide la controversia. Sin embargo, no obstante sus
similitudes el arbitraje mantiene con el sistema judicial una gran diferencia, la
decisión que pone fin al conflicto no emana de los jueces del Estado, sino de
particulares libremente elegidos por las partes.
A diferencia de la conciliación y mediación, el tercero neutral no ayuda ni colabora
con las partes a efecto de resolver el conflicto mas bien impone una solución vía
LAUDO ARBITRAL, que tiene efectos de sentencia judicial.
Al arbitraje se llega generalmente en forma voluntaria a través de cláusulas
mediante las cuales las partes deciden someter determinadas cuestiones a ser
resueltas por el árbitro en lugar de acudir a la justicia ordinaria.
Nuestra constitución vigente (1993) en su Art. 138 establece "la potestad de
administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el. Poder judicial a través de
sus órganos jerárquicos con arreglo a la constitución y a las leyes" y en su Art. 139
señala "no existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente, con
excepción de la militar y la arbitral". De igual modo el Art. 62 preceptúa"los conflictos
derivados de la relación contractual solo se solucionan en la vía arbitral o en la
judicial, según los mecanismos de protección previsto en el contrato o contemplados
en la ley" finalmente en relación al propio estado, en la parte del Art. 63 dispone "el
estado y las demás personas de derecho publico pueden someter las controversias
derivadas de relación contractual a tribunales constituidos en virtud de tratados en
vigor. Pueden también someterlas a arbitraje nacional o internacional en la forma
en que lo disponga la ley".
Como vemos la constitución al tiempo que garantiza el acceso a la justicia ordinaria,
permite a los particulares y aun al estado, a dejar de lado ese medio recurriendo al
arbitraje como formula alternativa.
Por lo demás el estado reconoce la decisión arbitral el valor de cosa juzgada,
considerando para tal efecto el procedimiento de ejecución de sentencia judicial,
como expresamente señala el Art. 83 (ley general de arbitraje 26572) "el laudo
arbitral consentido o ejecutoriado tiene el valor equivalente a una sentencia y es
eficaz y de obligatorio cumplimiento desde su notificación a las partes. Si lo
ordenado en el se cumple por la parte o partes a quienes corresponda hacerlo, el
interesado podrá solicitar su ejecución forzada ante el juez especializado en lo civil
del lugar de la sede del arbitraje que corresponda".
Sin embargo a dudas el arbitraje no pretende reemplazar a los jueces ni mucho
menos desmerecerlos, antes bien complementan el papel que desempeñan dentro
de la sociedad.
Dado el origen privado del arbitraje, es que las partes pueden designar el árbitro o
tribunal arbitral, según sea el caso.
Existen particularidades de la figura que admiten presentarlos conforme al sistema
donde vayan a insertarse.
* El arbitraje voluntario proviene de la libre determinación de las partes, sin que
preexista un compromiso que los vincule.
* El arbitraje forzoso en cambio viene impuesto por una cláusula legal o por el
sometimiento pactado entre las partes ante de ocurrir el conflicto.
A su vez la elección de la vía supone recurrir a árbitros libremente seleccionados o
bien designar a un organismo especializado (arbitraje institucionalizado).
La decisión (laudo) obliga peor no somete, es decir determina efectos que vinculan
el derecho de las partes, pero la inejecución no tiene sanción de árbitros. En todo
caso son los jueces ordinarios quienes asumen la competencia ejecutiva.
CONVENIO ARBITRAL
Es el acuerdo voluntario entre las partes para solucionar sus diferencias, que surgen
de una relación contractual o no contractual que sean o no, metería de un proceso
judicial, sujeta a requisitos generales establecidos en la legislación civil para la
validez de los contratos.
La ley de arbitraje considera este principio en materia de convenio arbitral, exigiendo
la forma escrita, bajo sanción de nulidad. En la forma de una cláusula inserta en el
texto del contrato, o bajo la forma de un acuerdo independiente.
El objeto del convenio arbitral debe ser lícito y posible. La ley de arbitraje ha
regulado las materias susceptibles de someterse a arbitraje, como son las materias
determinadas o determinables sobre la que las partes tengan la libre disposición;
exceptuándose las cuestiones que versen sobre el estado o capacidad civil de las
personas, ni las relativas a bienes o derechos de los incapaces, sin la previa
autorización judicial. Aquellas sobre las que ha recaído resolución judicial firme,
salvo las consecuencias patrimoniales provenientes de su ejecución.
En cuanto se refiere a las partes del proceso; las que interesan al orden público, o
que versen sobre delitos o faltas; sin embargo, cabe arbitrarse respecto a la cuantía
de la responsabilidad civil, cuando no ha sido fijada en resolución judicial firme.
En una palabra no son competentes los árbitros en las que este interesado el orden
publico.
Cuando existe un convenio arbitral, ya no es competente el juez en lo jurisdiccional,
debiendo declinar su avocación. Si el convenio es anterior evita el proceso judicial,
que pueda promoverse y si fuera celebrado estando pendiente un tramite judicial,
produce el efecto de extinguirlo (Art. 1 ley 26572).

CUESTIONES APTAS PARA ARBITRAJE


"Son aquellas divergencias producto de transacciones entre partes vinculadas por
relaciones comerciales duraderas, en las que además de resolver el conflicto
puntual, es necesario mantener la relación en términos que les permita seguir
haciendo negocios en el futuro, o lo que se originen en el comercio internacional,
por la publicidad que el arbitraje ofrece en cuanto a elegir no solo la persona de los
árbitros, sino el lugar donde se llevara a cabo el juicio, el idioma, el procedimiento,
etc.".
La eficacia del arbitraje radica en la validez de la decisión que emana del árbitro, en
esa virtud el laudo, esta respaldado por la cosa juzgada y es factible de ejecución
al igual que una sentencia judicial.
A través del arbitraje las partes habrán sustituido el juicio de conocimiento y todo el
tramite que se requiere en la justicia para llegar a una sentencia, en menor tiempo,
con menor costo con el mismo resultado.

ARBITRAJE COMO JURISDICCION ALTERNATIVA


Los jueces deben su jurisdicción a la Constitución y al marco jurídico previsto para
la administración de justicia en el Poder Judicial. En el caso de árbitros su
jurisdicción depende en forma mediata de la Constitución y de la norma que
establece la administración de su sentencia particular de administración de justicia,
en la que los litigantes que los nombran para resolver un caso concreto, los facultan
a juzgar en forma inmediata. Su jurisdicción es limitada al no poder pronunciarse
sobre asuntos que no le han sido sometidos, y deben laudar (resolver) dentro de un
plazo expresa o tácitamente concedida por las partes.
Por lo demás la jurisdicción de los árbitros, a diferencia de los jueces estatales, no
es permanente ni genérica, sino limitada a cuestiones comprendidas y a un tiempo
determinado que las partes o en efecto de pacto expreso, la otorga para la
excepción del laudo.
Los árbitros no pueden ir mas allá de lo que las partes señalen en el convenio
arbitral, o en su defecto, el que surja de las disposiciones legales supletorias.

CLASES DE ARBITRAJE
ARBITRAJE INSTITUCIONAL
En este arbitraje intermedia entre los árbitros una entidad especializada que
administra y organiza el trámite y presta servicios útiles para resolver la
controversia.
Se rige por un reglamento al que se someten las partes, sin embargo se valen de
instrumentos cada vez más ágiles, de modo de adecuar las reglas de las
necesidades de los usuarios surgiendo reglamentos de "arbitraje común" u otras
variantes como "arbitraje acelerado". Para optimizar la duración del proceso de gran
importancia para el tiempo como factor fundamental.
También hay otras formas Standard, para pactar el arbitraje, a través de modelos
de convenio arbitral y todos los servicios de rutina para posibilitar su arbitraje, como
recibir y modificar las demandas, fijar los honorarios de los árbitros y peritos, elegir
los árbitros, resolver recusaciones contra ellos, sustituirlos por vacancia o renuncia,
fijar la sede del arbitraje o el idioma en que se tramitaran las actuaciones y en
general todo lo relacionado al proceso de arbitraje.
En el arbitraje libre o ad hoc no existe ninguna institución que administre el sistema:
son las propias partes las que suministran las normas sobre las que den actuar y
todo lo necesario para que el arbitraje proceda.
Así les proveen de los mecanismos de elección de los árbitros, indican el lugar, el
idioma, los procedimientos a aplicar, métodos de coerción en caso de
incumplimiento, plazo para laudar y los recursos pertinentes que cabrías contra el
laudo.
La desventaja en este tipo de arbitraje esta en que no habiendo intervenido una
entidad que preste el servicio administre el sistema e intermedie entre las partes,
cualquier diferencia que surja entre ellas será resuelta en sede judicial. Si las partes
no se ponen de acuerdo, sobre el árbitro tercero, si se produce una recusación
contra un árbitro, se debe reemplazar, si procede remplazarle al árbitro por renuncia,
fallecimiento o irresponsabilidad al ejercer el cargo.
La elección de estos mecanismos debe ser puesta en conocimiento de las partes
sobre sus ventajas y desventajas.
Arbitraje de derecho o de conciencia
Los árbitros se rigen por normas legales y deciden los asuntos litigiosos con arreglo
al derecho escrito.
En cambio el arbitro de conciencia puede dejar de lado la norma jurídica en el
proceso mismo como en la sustentación del laudo; es decir que resuelven de
acuerdo a su criterio; sin embargo esa discrecionalidad no es ilimitada puesto que
debe respetar el principio elemental de garantizar la defensa en juicio, en el debe
tener en cuanta la equidad.
La ley da prioridad al arbitraje de conciencia, por cuanto contempla que en caso de
no haber pactado que el arbitraje sea de derecho, se tiene por entendido que es de
conciencia (Art. 3, párrafo 3, ley 26572).
La diferencia entre ambos estriba en que en el laudo de derecho, cabe apelación
(Art. 60, párrafo 1, ley 26572), en los laudos de conciencia, no procede ningún
recurso (Art. 60, último párrafo, ley 26572).

ARITRAJE DOMESTICO O INTERNACIONAL


Esta calificación obedece cuando intervienen un estado o se vincula con mas de
uno:
La ley de arbitraje Nº 26572 Art. 91, define como arbitraje internacional cuando
existen los siguientes factores:
a) si las partes tiene al momento de celebrar el convenio arbitral domicilios en
estados diferentes.
b) si uno de los lugares siguientes esta situado fuera del estado en que las partes
tienen sus domicilios.
b.1.- el lugar de arbitraje, si este ha sido determinado en el acuerdo de arbitraje o
con arreglo a el;
b.2.- el lugar de cumplimiento de una parte sustancial de las obligaciones de la
relación jurídica o el lugar con el cual el objeto del litigio tenga relación mas estrecha.

LOS ARBITROS
El arbitro es la persona elegida por las partes para resolver una controversia, es por
ello la parte esencial del arbitraje mismo, todo el sistema gira en torno a el, desde
que en su integridad moral y buen criterio descansa la confiabilidad y la eficacia del
arbitraje como mecanismo de resolución de conflictos.
El árbitro debe reunir cualidades de idoneidad y experiencia, aplicando su criterio
personal y buen juicio, manteniendo la imparcialidad e independencia frente a las
partes.

REGLAS DE ETICA
1.- Aceptar el cargo con el ánimo de actuar con celeridad y justicia.
2.- Analizar previamente al asumir el cargo, no tener compromiso alguno con las
partes.
3.- Evitar cualquier situación que ponga en duda su neutralidad.
4.- Si su neutralidad se ha afectado apartarse del caso, si a pesar de ello las partes
ratifican su confianza, solo seguirá si su conciencia estima que debe proseguir
arbitrando.
5.- Debe abstenerse actuar en forma subjetiva, leudando en forma mas objetiva.
6.- No debe excederse en su autoridad.
7.- Debe cuidar que el procedimiento se conduzcan dentro de los cauces de la
normalidad, a fin de no perjudicar la imagen del arbitraje.
8.- Debe evitar situaciones conflictivas entre las partes promoviéndola celeridad en
el proceso.
9.- Debe dar oportunidad a las partes a manifestarse y argumentar su defensa
respetando sus opiniones con cordura y corrección.
10.- Debe mantener la confidencialidad de todo lo tratado en el proceso.
11.- No debe transmitir a nadie las decisiones que se tomen ni anticipar su opinión
a ninguna de las partes.

QUIENES PUEDEN SER ARBITROS


Según la ley puede ejercer como arbitro cualquier persona mayor de edad, en pleno
ejercicio de sus derechos civiles. Exigiendo la ley que el árbitro de derecho debe
ser abogado, puede ser nacional o extranjero.
Cuando se designa a una persona jurídica como arbitro, se entiende que actúa
como entidad nominadora (Art. 20, ley 26572).
IMPEDIMENTOS
Tienen impedimento los Magistrados, con excepción de los Jueces de Paz, los
Fiscales, los Procuradores Públicos y los Ejecutores Coactivos, el Presidente los
Vice-Presidentes, los Parlamentarios y miembros del Tribunal Constitucional,
Oficiales Generales y Superiores de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, salvo
los profesionales asimilados, los Exmagistrados en las causas que han conocido, el
Contralor General de la Republica en procesos arbitrarios en que participen las
entidades bajo su control (Art. 26, ley 26572).

PROCEDIMIENTO ARBITRAL
Si bien es cierto que el arbitraje es producto del consentimiento de las partes que
optan por recurrir al arbitraje en lugar de ir al poder judicial, sin embargo pueden
pactar las normas por las que trascurrirá el proceso, ya sea en forma directa
mediante reglas a las que deben ceñirse los árbitros, o en forma indirecta en que
las reglas del procedimiento las emite la institución arbitral a las que las partes se
someten, tan bien las partes pueden encomendar a los propios arbitras elaborar las
reglas el procedimiento.
La caracteriza su mayor flexibilidad e informalidad, sin imponerse pautas rígidas a
los árbitros en que estos deben actuar con cierta libertad, sin la rigidez de un
proceso judicial, manteniendo la igualdad entre las partes, posibilidad de ser
escuchados y derecho a una solución verdaderamente justa.
BRICEÑO SERRA, comenta: que la situación del local elegido como sede del
arbitraje propicia la instantánea percepción de intenciones y el rápido conocimiento
de la voluntad de las parte, facilitando los interrogatorios, aclaraciones, resúmenes
de cosas y documentos, como mayor marco para que las partes presenten
conclusiones y los árbitros valoren elementos y razonamientos que les sean
expuestos.
Nuestra ley prescribe como norma de principio que las partes pueden pactar el lugar
y las reglas a las que se sujete el proceso correspondiente que tenga establecida la
institución arbitral a quien recomienda su organización.
A falta de acuerdo, dentro de los diez días siguientes a la aceptación del árbitro
único o del último de los árbitros, estos deciden el lugar y las reglas del proceso del
modo que consideren mas apropiado, atendiendo a la conveniencia de las partes.
La decisión será notificada a las partes; durante el proceso arbitral deberá tratarse
a las partes con igualdad y darle a cada uno de ellos plena oportunidad de hacer
valer sus derechos (Art. 33, ley 26572).
La ley prevé un procedimiento supletorio (Art. 34, ley 26572), por lo cual se
establece el siguiente tramite:
* La parte que formula su pretensión ante los árbitros lo hará dentro de 8 días de
notificado la instalación del Tribunal Arbitral debiendo ofrecer pruebas.
* Citar al demandado para que dentro de 8 días, manifieste que convenga a su
derecho y ofrezca la prueba correspondiente.
* Los árbitros citaran a las partes a audiencia de conciliación a fin de proporcionar
un arreglo entre ellas o aclarar la existencia de hechos controvertidos.
* Los medios probatorios se actúan en una o más audiencias en un plazo que no
excederá de 15 días.
* Producida la prueba los árbitros pueden solicitar a las partes un alegato escrito.

LAUDO ARBITRAL
Es la decisión que emiten los árbitros para finalizar un litigo, de tal forma dan
cumplimiento a su designación como arbitro, a diferencia del juez de jurisdicción,
que al provenir de la estructura orgánica del estado tiene carácter permanente y
genérica, con delimitaciones, propias en materia territorial y funcional, y su labor no
culmina con la emisión de una sentencia definitiva. Es mas el juez tiene la potestad
para hacerla cumplir disponiendo las medidas pertinentes para ello. Los árbitros en
cambio nacen de una fuente convencional y por lo tanto limitada al caso de la
resolución de una situación concreta, así una vez finalizado el conflicto desaparecen
sus facultades.
El laudo equivale a una sentencia, que de acuerdo a ley del arbitraje debe ser escrito
bajo sanción de nulidad. En principio los árbitros no pueden abstenerse y de hacerlo,
debe entenderse se adhieren a lo decidido por la mayoría (Art. 45, 46, ley 26572).
En caso de arbitraje de derecho, el aludo debe consignar el lugar y la fecha de
emisión, los datos que identifiquen a las partes y a los árbitros, la cuestión sometida
a arbitraje y a una somera relación de los hechos, alegaciones y conclusiones de
las partes, la valoración de las pruebas en que se sustenta la decisión, la decisión
concreta y los fundamentos de hecho y derecho en que se fundamenta (Art. 50, ley
26572).
En caso de arbitraje de conciencia, no se exige en términos estrictos la valoración
de las pruebas ni la fundamentación de derecho, no obstante lo cual no requiere
una fundamentación razonada de la decisión (Art. 51, ley 26572).
La ley establece que el laudo debe emitirse en caso de no haberse dispuesto otra
cosa, en un plazo de 20 días de vencida la etapa probatoria.
Si los árbitros consideran necesario contar con un plazo adicional, podrán ampliarlo,
sin exceder de 15 días más (Art. 48, ley 26572).
La emisión del aludo debe emitirse dentro del plazo acordado por las partes, o fijado
en las normas reglamentarias, o la ley a falta de acuerdo entre las partes su
incumplimiento acarrea graves consecuencias, tanto en lo concerniente a la validez
del laudo, y a la responsabilidad de los árbitros. En caso que los árbitros fallen fuera
del plazo, constituye causal de nulidad del laudo (Art. 73, inc. 5, ley 26572), por
carácter de jurisdicción al agotarse el vencimiento del plazo.

TRIBUNAL ARBITRAL
Es el que esta facultado a decidir sobre su propia competencia, incluso sobre
oposiciones en torno a la existencia o validez del convenio arbitral. La decisión del
tribunal arbitral que el contrato es nulo, no determina la nulidad del convenio arbitral,
puesto que el convenio que forma parte de un contrato se considera independiente
de las demás estipulaciones del mismo.
La oposición debe formularse en el momento de presentarse la contestación. En tal
caso las partes no están impedidas de formular la oposición por el hecho de haber
designado a u arbitro o participado en su designación, la oposición al tribunal arbitral
cuando se ha excedido en su mandato, se formulara de inmediato, sin embargo el
tribunal arbitral puede en cualquiera de los casos presentar una oposición mas
tarde, de considerar justificada la demora.
Contra la decisión del tribunal arbitral no procede impugnación alguna; sin perjuicio
del recurso de anulación, si la oposición es desestimada, cuando así corresponda.
COMPOSICION DEL TRIBUNAL
Las partes pueden designar libremente el número de árbitros, de no haber acuerdo
los árbitros serán tres. Así mismo pueden nombrarse árbitros suplentes, no siendo
obstáculo la nacionalidad de los mismos.
Si no hay acuerdo en la designación de los árbitros, en el arbitraje con tres árbitros,
cada parte nombra a un arbitro y estos a un tercero quien presidida el tribunal.
Si una parte no designa al arbitro dentro (10) días de recibido el requerimiento de la
otra parte, o si los dos árbitros no se ponen de acuerdo sobre el nombramiento, la
designación es por la institución arbitral que la parte interesada señale.
La institución arbitral será la que se encuentre en el lugar donde debe realizarse el
arbitraje, de haberlo previsto o cualquiera de las instituciones arbitrales ubicadas en
Lima, elección del interesado.
En el caso de la arbitraje con arbitro único o cuando las partes acuerden elegirla de
mutuo acuerdo, si no llegan a un acuerdo trascurrido (10) días de la primera
propuesta, el mismo se hará por la institución arbitral que señale cualquiera de las
partes a falta de designación del presidente del tribunal arbitral, asumirá tal
condición de arbitro designado, a aquel designado por los miembros del tribunal
arbitral.

EL ARBITRAJE INTERNACIONAL
El arbitraje internacional, como un medio de solución privada a las diferencias
surgidas entre los agentes del comercio internacional y nacional, ha tenido una gran
aceptación y difusión en las últimas décadas.
Gran parte de este desarrollo se debe a la participación de los organismos privados
y públicos, vinculados al estudio del derecho internacional privado. En efecto,
podemos decir que la actividad de los organismos de arbitraje en los últimos años
ha sido incesante; se han multiplicado los estudios doctrinales consagrados al
arbitraje internacional; se repiten periódicamente los congresos dedicados a esta
materia, así como el uso y aplicación en la solución de conflictos del comercio
exterior.
Aproximándonos a una definición podríamos mencionar el concepto del Profesor P.
Lalive, que dice: "El arbitraje, en oposición al procedimiento jurídico, es un modo
privado de solucionar los litigios". Este concepto privilegia la naturaleza
convencional del arbitraje, ya que las partes, según Lalive, deben someter sus
controversias a un árbitro privado que es escogido por acuerdo de las partes.
Un concepto más elaborado sería: "El arbitraje es una actividad jurisdiccional que,
encomendada a uno o varios individuos (arbitros), que no son necesariamente
funcionarios judiciales, tiene por objeto resolver un conflicto de intereses de índole
internacional"
Ahora bien, la noción de arbitraje no es entendida de la misma manera por todos
los órdenes jurídicos; puede incluso darse el caso de que dentro de un mismo
sistema existan varios tipos de arbitraje. Lo que no significa poner en duda la gran
aceptación que tiene el arbitraje del comercio internacional en la actualidad. Ello se
debe a las múltiples ventajas que ofrece, dentro de las cuales cabe mencionar: los
litigios sometidos a un arbitraje internacional se solucionan en un tiempo más corto
que en los tribunales estatales, ya que el ritmo de la actividad económica no va a la
par con la lentitud del aparato judicial. La técnica de los litigios comerciales justifica
la sumisión a especialistas competentes en esta materia. El apego a usos
comerciales reconocidos, o bien a la lex mercatoria, agiliza el procedimiento
evitando los formalismos que imponen los juicios estatales.
Pues bien, debido a la complejidad en la técnica de los negocios internacionales,
el arbitraje también ha tenido que organizarse. Los intereses comerciales e
industriales dieron lugar a determinadas agrupaciones, sindicatos y cámaras de
comercio del ramo. Y es en el seno de estas instituciones que han ido surgiendo los
centros de arbitraje permanentes y especializados. Entre los organismos más
destacados cabe mencionar, en el ámbito internacional, la Corte Permanente de
Arbitraje de La Haya, El Centro Internacional para la Reglamentación de las
Diferencias Relativas a las Inversiones (CIRDI) y el Centro Internacional de Arbitraje
para la Navegación Marítima. En el ámbito internacional privado: La Corte de
Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional; la Comisión Interamericana de
Arbitraje Comercial (CIAC), destinada a dar solución a las diferencias entre
nacionales de los Estados de América.
Bajo el nombre de centro internacional de arbitraje se reúnen realidades muy
diversas, ya que numerosas asociaciones y corporaciones comerciales o
industriales rinden dentro del marco de su actividad decisiones muy frecuentemente
calificadas como arbitrales, pero que son esencialmente opiniones de calidad. Cito,
entre otras, las siguientes asociaciones de Inglaterra: The Baltic Mercantile and
Shipping Association, The British Insurance Association y sobre todo, The London
Corn Trade Association, la que ha resuelto hasta antes de la segunda guerra más
de 20 000 diferencias por año. Bien, las anteriores asociaciones no son realmente
Centros de Arbitraje. Las que si lo son en el mismo ámbito de Inglaterra y que emiten
verdaderas decisiones de arbitraje: The Court of Arbitaration y The Institute of
Arbitrators. Este último fue fundado en 1915, poniendo a la disposición de la
actividad comercial árbitros especializados en las diversas ramas de dicha actividad,
y asimismo realizando una fuerza actividad en la difusión y formación de arbitros.
The London Court of Arbitraron fue fundada en 1892 por la Cámara de Comercio de
Londres tiene como papel organizar arbitrajes en todas las ramas del comercio.
En Estados Unidos se destaca, por su importancia, The American Arbitration
Association, que organiza tribunales arbitrales y dispone de una gran lista de
árbitros en todas las profesiones.
En el campo nacional, México cuenta con un órgano oficial y uno de carácter
privado. El primero es la Comisión para la Protección del Comercio Exterior de
México (COMPROMEX), que brinda orientación y apoyo en materia comercial a los
agentes de comercio. Por otra parte, existe El Centro Mexicano de Arbitraje
Comercial (CEMAC), constituido como asociación civil, el cual presta servicios
técnicos y materiales necesarios para un buen funcionamiento del arbitraje.
Los países socialistas han introducido en sus legislaciones el arbitraje. Este tiene,
como en todo el mundo occidental, un doble papel: el interno y el internacional.
Brevemente me referiré a los centros de arbitraje más importantes en los países de
economía planificada: La Comisión de Arbitraje Naval, adjunta a la Cámara de
Comercio de la URSS (Moscú), conoce de los juicios de arbitraje surgidos durante
la navegación de buques marítimos y fluviales por ríos internacionales. La Comisión
Arbitral de Comercio Exterior está encargada de decidir, por vía de arbitraje, los
litigios surgidos sobre las transacciones de comercio exterior, particularmente entre
firmas extranjeras y las organizaciones económicas soviéticas. En otros países
socialistas, existen un cierto número de instituciones permanentes de arbitraje que
ejercen su actividad en el campo del comercio exterior. Por ejemplo, La Corte de
Arbitraje de la Cámara de Comercio Exterior de la República Democrática Alemana,
La Corte de Arbitraje para el Comercio Exterior de Yugoeslavia.
A diferencia de los países occidentales, estos centros de arbitraje no son
especializados en las distintas secciones del comercio. Estos conocen todo tipo de
litigios con la única condición de que sean internacionales, es decir, como lo exige
el reglamento de estos centros. Cada institución dispone de una lista de árbitros
designados por la Cámara de Comercio de cada país.
Ahora bien, una vez expuesto el concepto de arbitraje internacional, nos resta hacer
una breve explicación de su funcionamiento. El mercado internacional de bienes y
servicios se basa, principalmente, en los contratos internacionales de compra venta,
los cuales descansan en la confianza que ambas partes prometen. El
incumplimiento de una de ellas nos conduce al problema de ante quién o dónde
ejercitaríamos una acción de justicia. Estaríamos ante un conflicto de intereses en
el campo del derecho internacional privado. En esta rama del derecho no existe un
tribunal internacional para resolver los litigios del derecho privado. El arbitraje, como
se apuntó, es un medio de resolver las diferencias por un procedimiento privado o
consentido entre las partes; un procedimiento que liga a las partes a través de la
decisión del árbitro, cuyas decisiones son ejecutorias.
Dentro del procedimiento de la Corte Internacional de Arbitraje de la C.C.I. (Cámara
Internacional de Comercio), encontramos figuras paraprocesales que pueden evitar
el procedimiento propiamente arbitral. Podemos mencionar los medios preventivos
del arbitraje que provee la C.C.I. y que consisten en el peritaje técnico y la
adaptación de los contratos. Enseguida veremos lo referente al primero:
La complejidad de los contratos internacionales presenta, en muchos casos, el
problema de la interpretación técnica, por lo que la C.C.I. ha creado el Centro
Internacional de peritaje técnico, que trata de dar una solución más rápida, que el
arbitraje, a los conflictos surgidos entre las partes. Es una figura muy próxima al
arbitraje, pero tiene sus diferencias con éste: el recurso del peritaje permite evitar
un proceso más oneroso; los expertos son nombrados bajo la egida de la C.C.I.; las
partes pueden sujetarse al reglamento de la C.C.I., y seleccionar los expertos que
más convengan en el medio profesional.
Existe una cláusula tipo que inserta este peritaje técnico, sugerido por la Cámara
Internacional: "las partes en el presente contrato, convienen en acudir, llegado el
caso, al Centro Internacional de peritaje técnico de la Cámara de Comercio
Internacional de acuerdo con lo que establece el Reglamento de Peritaje Técnico
de ésta". La utilización de esta cláusula se da con mayor frecuencia en los contratos
llamados "llave en mano" y "producto en mano", así como en los "acuerdos de
cooperación industrial".
Por lo que se refiere a la adaptación de los contratos, podemos señalar que muchas
veces los convenios presentan imprecisiones o bien lagunas que impiden el buen
cumplimiento de éste. En estos casos, la C.C.I. propone a las partes un medio
preventivo de conflictos de arbitraje, a través de la inclusión de la "cláusula de
adaptación del contrato". Esta cláusula previene la intervención de un tercero
(experto), el cual puede adaptar el contrato a las nuevas circunstancias.
Ahora bien, las partes pueden optar por satisfacer la fase preventiva del litigio
arbitral o dirimir directamente sus conflictos a través de los medios procesales
arbitrales, es decir, solicitar la Conciliación o el Arbitraje. La Conciliación es un
instrumento de solución de las controversias optativo de las partes, que consiste en
la intervención de un tercero que lleva a los interesados a un arreglo amable o
amistoso, conciliatorio. Insistimos, la Conciliación es un procedimiento facultativo;
sólo se recurre a él por voluntad de las partes; puede incluso establecerse en el
contrato. Esta figura, a diferencia de las sentencias arbitrales, no tiene un carácter
ejecutorio inmediato contra la voluntad de una de las partes, es decir una decisión
de este tipo no puede ser invocada en justicia ante otro tipo de tribunales. Por ello,
pensamos que la conciliación puede ser un medio ideal para resolver los litigios
siempre y cuando las partes respeten el resultado del procedimiento conciliador.
Pasemos al arbitraje. Como se ha dicho anteriormente, el concepto de arbitraje
puede ser entendido de diferentes formas, sin embargo todas ellas confluyen en
una obviedad: la sumisión de los conflictos a un tercero llamado árbitro. La Corte de
Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional, propuso un reglamento que rige
este procedimiento. En él se establece un secretariado que asiste a las partes y a
los árbitros y otorga a la misma Corte facultades para vigilar el buen funcionamiento
del procedimiento y para examinar la sentencia arbitral. Las partes gozan de una
libertad para seleccionar a los árbitros, el derecho aplicable y el lugar del arbitraje.
El sistema de la C.C.I. garantiza la seguridad del arbitraje "Institucional" o bien la
libertad que ofrece el arbitraje "Ad Hoc", donde las partes establecen entre ellas el
procedimiento arbitral que adoptarán.
En forma sucinta, las fases del procedimiento arbitral son las siguientes: el
demandante somete su reclamación ante el secretariado de la Corte de Arbitraje de
la C.C.I. (París) o bien ante el Comité o Consejo Nacional de la C.C.I. Este
secretariado remite la demanda a la parte contraria, quien debe contestar en un
término establecido. Enseguida, la Corte nombra un árbitro, que pueden ser varios,
o bien confirma el que haya sido seleccionado por las partes; concomitantemente
señala el lugar del arbitraje, fija el costo del mismo y transmite el expediente al
árbitro, quien debe comunicar a la Corte su aceptación, instruyendo el expediente
conforme al Reglamento de la C.C.I. y los demás reglamentos aplicables. Cumplida
esta etapa, el árbitro prepara el proyecto de sentencia y la Corte la examina o
rechaza; si es aprobada se le notifica a las partes por medio del secretario Un
elemento fundamental en el arbitraje, para que este se lleve a cabo, es la mención
en el contrato de la Cláusula de Arbitraje o Compromisoria: "Es la disposición por la
cual las partes acuerdan someter futuros conflictos a la solución de un árbitro o
árbitros determinados, independientemente de que estos últimos acepten o no".
Por este motivo la C.C.I. recomienda a las partes que deseen someter sus contratos
al arbitraje, la inclusión de la cláusula siguiente: "Todas las desavenencias que
derivan de este contrato serán resueltas definitivamente de acuerdo con el
Reglamento de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional,
por uno o más árbitros nombrados conforme a este Reglamento". Esta cláusula
debe ser expresada en forma escrita, además puede contener la estipulación
relativa al lugar del arbitraje, número de árbitros, el derecho aplicable en cuanto al
fondo del litigio o el derecho que regirá el procedimiento.
Una vez notificada la sentencia, estaríamos en presencia del problema de la
ejecución, sea voluntaria o forzada. En el campo internacional el problema se ha
resuelto a través de la aplicación de la "Convención sobre el Reconocimiento y
Ejecución de Sentencias Extranjeras".
México pertenece a los países que firmaron y ratificaron dicha Convención. Sin
embargo, en el ámbito internacional no es la única. Podemos mencionar, además,
la "Convención Europea sobre Arbitraje Comercial Internacional", por ejemplo. El
caso de México ameritaría un análisis más específico. Sobre todo porque el ingreso
al G.A.T.T. producirá una gran participación de los agentes del comercio implicando
ello una necesaria modernización, tanto de las prácticas del comercio exterior como
de los instrumentos que las regulan.

MARCO LEGAL DEL ARBITRAJE


La Ley General de Arbitraje (LGA)
La LGA, promulgada el 20 de diciembre de 1995, fue publicada el 5 de enero de
1996 en el diario oficial “El Peruano”, entrando en vigencia al día siguiente de su
publicación. El único supuesto previsto en la LGA en el cual dicho cuerpo legal no
resulta aplicable es respecto de aquellos procedimientos arbitrales iniciados con
anterioridad a la vigencia de la norma, los mismos que continuaron sujetos a las
disposiciones contenidas en el Decreto Ley N° 25935, quedando la LGA como
norma de aplicación supletoria. (Quinta Disposición Complementaria y Transitoria).
La LGA se encuentra dividida en dos secciones. La Sección Primera se ocupa del
arbitraje nacional, mientras la Sección Segunda regula el arbitraje internacional
cuando éste se desarrolla en territorio peruano. Cabe agregar que en lo que se
refiere al arbitraje internacional, la LGA establece que serán de aplicación supletoria
al mismo determinadas disposiciones contenidas en la Sección Primera, resultando
las más relevantes aquéllas relativas al cómputo de plazos (artículo 7), al recurso
de apelación ante una segunda instancia arbitral (artículo 60), a la solicitud de
medidas cautelares (artículos 80, 81 y 82) y a la ejecución del laudo (artículo 83),
entre otras. La Sección Segunda adopta la estructura y disposiciones contenidas en
la Ley Modelo de la CNUDMI (UNCITRAL) sobre arbitraje internacional (en
adelante, la Ley Modelo), adaptando ciertos supuestos a las normas internas de la
legislación peruana. Las variaciones más importantes adoptadas por la LGA en
relación a la Ley Modelo son las siguientes:
a) Se ha omitido el término “comercial” contenido en el artículo 1, inciso 1, de la Ley
Modelo, refiriéndose únicamente al “Arbitraje Internacional”; ello a fin de que las
materias susceptibles de ser sometidas a un arbitraje de tal naturaleza no se vean
restringidas por la definición de “actividad comercial” contenida en el Código de
Comercio Peruano.
b) Se establecen las formalidades que debe cumplir todo escrito o petición que se
encuentre dirigido a una autoridad judicial (artículo 96 de la LGA).
c) El artículo 8 de la Ley Modelo se adecúa a la legislación interna en lo que se
refiere a controversias sometidas a tribunales peruanos, pese a la eventual
existencia de convenios arbitrales.
d) Las disposiciones sobre impugnación del laudo arbitral y su reconocimiento y
ejecución contenidos en los capítulos VII y VIII de la Ley Modelo han sido adecuadas
a la legislación interna peruana.
Otras Disposiciones Internas Relevantes
Además de la LGA, existen distintas disposiciones de derecho interno peruano que
establecen aspectos relevantes en materia arbitral. A continuación mencionamos
aquéllas de mayor importancia:
a) Decreto Legislativo N° 662, norma por la cual se regula el Régimen de Estabilidad
Jurídica a las Inversiones Extranjeras (publicado el 2 de setiembre de 1991).
Luego de establecerse la posibilidad de que el Estado celebre con inversionistas
extranjeros convenios de estabilidad en el régimen tributario, la libre disponibilidad
de divisas y/o la no discriminación con relación a las inversiones nacionales (artículo
10), se agrega que el Estado podrá someter las controversias derivadas de los
convenios de estabilidad a tribunales arbitrales constituidos en virtud de tratados
internacionales de los cuales sea parte el Perú (artículo 16).
b) Decreto Legislativo N° 702, Ley de Promoción a la Inversión Privada en
Telecomunicaciones (publicado el 7 de noviembre de 1991), que designa al
Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (OSIPTEL),
organismo público estatal, como la entidad encargada de ejercer funciones de
arbitraje en los casos de controversias entre empresas prestadoras de servicios de
telecomunicaciones.
c) Decreto Legislativo N° 714, Ley sobre el Transporte Multimodal Internacional
(publicado el 8 de noviembre de 1991), que establece que las partes podrán pactar
por escrito que toda controversia relativa al contrato de transporte multimodal
internacional sea sometida a arbitraje (artículo 44). Asimismo, se regulan
determinados criterios para la determinación del lugar en que se desarrollará el
arbitraje (artículo 45).
d) Decreto Legislativo N° 716, Ley sobre Protección al Consumidor (publicado el 9
de noviembre de 1991), que prevé la necesidad de que el Instituto Nacional de
Defensa al Consumidor y Propiedad Industrial (INDECOPI), organismo público
estatal, establezca directamente o por convenios con instituciones públicas o
privadas, mecanismos alternativos de resolución de disputas, como es el caso del
arbitraje, la mediación, conciliación o mecanismos mixtos, para lograr, mediante
procedimientos sencillos y rápidos, que se atiendan y resuelvan con carácter
vinculante y definitivo para ambas partes las quejas o reclamaciones de los
consumidores (artículo 38).
e) Decreto Legislativo N° 757, Ley Marco para el Crecimiento de la Inversión Privada
(publicado el 13 de noviembre de 1991), que prescribe que el Estado en sus
relaciones con particulares podrá someter a arbitraje nacional o internacional, de
acuerdo a la legislación nacional o a los tratados internacionales de los cuales el
Perú es parte, toda controversia referida a sus bienes y obligaciones, siempre que
se deriven de una relación jurídica patrimonial de derecho privado o de naturaleza
contractual.

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