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Aborto

El aborto (del latín abortus) es la interrupción y finalización prematura del


embarazo de forma natural o voluntaria. En un sentido más amplio, puede referirse
al fracaso por interrupción o malogramiento de cualquier proceso o actividad.

Tipos de aborto
Aborto espontáneo
El aborto espontáneo es un aborto no provocado intencionalmente. Es cuando un embrión o feto
muere antes de la semana 20 de embarazo; cuando la pérdida es posterior, se habla de muerte
fetal.1 Al criterio del tiempo gestacional, la OMS añade como criterio el peso: debe pesar menos
de 500 gramos. Sin embargo, este criterio ha de ser interpretado con prudencia, ya que a veces un
feto de menos de 500 g. expulsado puede ser reanimado y sobrevivir.2 Si falleciera
posteriormente, se registra como muerte neonatal.

Se distingue el aborto precoz, cuando tiene lugar antes de las 12 semanas de gestación, y el aborto
tardío, con 12 o más semanas.2

Los factores que pueden producir aborto espontáneo son muy variados: genéticos o
cromosómicos del mismo feto, la exposición a toxinas ambientales, problemas hormonales de la
madre, y otros como el tabaquismo, la drogadicción o el alcoholismo.1
Entre los signos y síntomas se encuentran el sangrado vaginal, el lumbago, dolor abdominal sordo,
agudo o cólico o la presencia de coágulos que salen de la vagina. Todos ellos deben ser valorados
por un ginecólogo.1

Ante los síntomas, existen diversas pruebas y exámenes para verificar o prevenir este tipo de
abortos, como son el ultrasonido vaginal o abdominal que ayuda a examinar el desarrollo del
bebé, los latidos cardíacos y la cantidad de su sangrado. En caso de aborto, es fundamental para la
salud de la mujer comprobar si queda algún tejido fetal o placentario en el útero. El tejido
expulsado debe ser analizado para determinar si la causa del aborto espontáneo es tratable y
prevenirlo en el futuro.

Aborto inducido
El aborto inducido consiste en provocar la muerte del embrión o feto. Puede tratarse de un aborto
terapéutico cuando se realiza desde razones médicas, o de un aborto por decisión personal
(interrupción voluntaria del embarazo), cuando se realiza a petición de la mujer embarazada.3

A su vez, según la técnica empleada para inducir el aborto, se puede hablar de aborto médico o
aborto con medicamentos4 y de aborto quirúrgico.5

Dependiendo de los países, existen diversas legislaciones sobre el aborto inducido, desde aquellas
que lo permiten con pocas restricciones por considerarlo como una ampliación de los derechos
reproductivos hasta legislaciones que lo prohíben por considerarlo una forma de homicidio.

Aborto terapéutico
El aborto terapéutico es la interrupción provocada del desarrollo vital del embrión o feto (por lo
que se trata de un aborto inducido), pero al que preceden razones estrictamente médicas. Entre
estos motivos cabe si la salud de la madre (física o mental) se encuentra directamente
comprometida con dicho embarazo o, en su caso, si la vida de la madre corre riesgo.

Aborto indirecto

El aborto indirecto es cuando se produce la muerte del feto en una intervención médica en que se
deben cumplir dos condiciones:6

La intervención va destinada a salvar la vida de la madre embarazada en situaciones en las que


ésta corre peligro cierto.
Cesárea
Una cesárea es un tipo de intervención quirúrgica el cual se realiza una incisión quirúrgica en el
abdomen (laparotomía) y el útero de la madre para extraer uno o más bebés. La OMS suele
recomendar su uso cuando un parto vaginal podría conducir a complicaciones médicas, que según
la NOM-007 debiera ser utilizada únicamente en el 15% de los embarazos.

No se debe confundir con la episiotomía, que es una incisión en el periné para facilitar el parto. La
cesárea se hace por encima de la pelvis.

La Organización Mundial de la Salud estima que la tasa de cesáreas entre todos los nacimientos en
los países desarrollados está entre el 10 % y el 15 %, comparado con cerca de 20 % en el Reino
Unido y 23 % en Estados Unidos. En 2003, la tasa de cesáreas en Canadá fue de 21 %, con
variaciones regionales.

En años recientes se han generado preocupación porque la operación se realice frecuentemente


por otras razones diferentes a la necesidad médica. Por ejemplo, a los críticos les preocupa que las
cesáreas se realicen porque económicamente dan más utilidad para el hospital, o porque una
cesárea rápida es más conveniente para un obstetra que un largo parto vaginal. Se han formado
organizaciones para aumentar la conciencia pública sobre las cesáreas y su incidencia que crece
considerablemente. Los partos atendidos por parteras y fuera del hospital se asocian a una tasa
mucho menor de cesáreas, controlada por todos los indicadores maternales y fetales relevantes.

La incisión clásica es longitudinal en la línea media (vertical), lo que permite mayor espacio para el
parto. Desde finales del siglo XX Se usa rara vez, porque es más susceptible de complicaciones.

La más común hoy en día es la del segmento inferior (horizontal), en la cual se hace un corte
transversal justo por encima del borde de la vejiga. La pérdida de sangre es menor y la reparación
más fácil.

Una cesárea histerectomía es el parto mediante cesárea y posterior extracción del útero, que se
puede realizar en casos de sangrado intratable o cuando la placenta no se puede separar del
útero.

Algunas veces se han practicado otros tipos, como la extraperitoneal.

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