Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La República del Perú surgió a la vida independiente teniendo como fundamento histórico los
pueblos y territorios que en el momento de la Independencia formaban el Virreinato del Perú y
constituyeron la nación peruana. Dichos territorios eran los de las Intendencias de Trujillo, Tarma,
Lima, Huamanga, Huancavelica, Arequipa, Puno y Cuzco, más el Gobierno y Comandancia General
de Maynas que comprendía el Gobierno de Quijos. A estos territorios se unió el de la Provincia de Jaén
de Bracamoros, en el actual Departamento de Cajamarca, que integrando el Virreinato de Nueva
Granada, se incorporó al Perú por libre determinación de sus habitantes.
Se reconoce que todo pueblo que rompe sus lazos con la antigua metrópoli dominadora o estado
dominador, tiene el derecho de expresar libremente su opinión para constituir la nueva nacionalidad.
Este derecho lo ejerció el pueblo del Perú, como lo ejercieron los demás pueblos americanos, al triunfo
de la guerra emancipadora. También se reconoce que todo pueblo que se emancipa tiene derecho a
ejercer su soberanía sobre el territorio que habitaba en el momento de la separación. El ejercicio de
estos dos derechos dio lugar a la formulación de dos principios jurídicos que han servido de norma
para la constitución de los nuevos Estados americanos: el de la LIBRE DETERMINACION DE LOS
PUEBLOS o SOBERANIA DE LOS PUEBLOS EMANCIPADOS, para constituir su nacionalidad, y
el del UTI POSSIDETIS para la determinación de su territorio, los que vamos a estudiar a continuación.
A).- El principio de la Libre Determinación de los Pueblos o soberanía de los pueblos
emancipados es el que rige la constitución inicial de la nacionalidad.
Este derecho lo ejerció el pueblo del Perú a medida que iba triunfando el movimiento
emancipador. En el momento de liberarse los diferentes pueblos del Virreinato del Perú de la
dominación española, iban expresando libremente su determinación de constituir una nueva
nacionalidad que era el Perú. Así lo dicen las Actas de Independencia, de los pueblos de Ica, Trujillo,
Piura, Lambayeque, Tumbes, Jaén, Maynas, Lima, etc. En realidad, todos los pueblos que integraban
el antiguo Virreinato del Perú, ejerciendo su derecho soberano a la libre determinación, expresaron su
voluntad de constituir la nación peruana, libre e independiente, con un solo caso de excepción:
Guayaquil, que presionado por Bolívar, determinó constituir la Gran Colombia. El caso inverso fue el
del pueblo de Jaén, en el actual Departamento de Cajamarca, que perteneciendo al Virreinato de Nueva
Granada, determinó formar parte del Perú. Este derecho soberano de todo pueblo a su libre
determinación para constituir su nacionalidad, es Ley del Derecho Internacional Americano, que nadie
puede tener el atrevimiento de desconocer ni discutir. Así, pues, repetimos una vez más, el Perú quedó
constituido como resultado de la guerra de la independencia por la libre y soberana voluntad de los
pueblos que integraban el Perú en ese momento de su historia, entre los que se encontraban los de Jaén,
Tumbes y Maynas, sin lugar a la menor duda.
B).- El principio del Uti Possidetis, es el que rige para la posesión y delimitación de los
territorios de las nuevas naciones. Surgió este principio por aplicación a la realidad americana de un
principio del Derecho Romano en virtud del cual se acordaba por el Pretor la continuación de la
posesión hasta el término del litigio La fórmula del Pretor era: "uti possidetis, ita possideatis" (como
poseéis, así poseáis). Aplicado al Derecho Internacional americano significa que se reconocía las
nuevas naciones el estado posesorio de los territorios que tenían cuando eran colonias y que seguirían
poseyendo en su vida independiente, por voluntad de sus habitantes. Por acuerdo de los líderes del
movimiento y políticos de cada país, se terminó por aceptar que ese uti possidetis, o estado posesorio
colonial, debía de referirse al momento en que se inicia la lucha por la independencia, esto es, el
año 1810. Esta fue la formulación más general que se hizo de este principio, aunque algunos se refieren
a él señalándolo "al momento de la independencia" o "al término de la independencia"; pero repetimos,
la aceptación general fue referido al año 1810.
Este principio del uti possidetis es un principio de posesión y sobre todo de delimitación de
territorios referido al año de 1810, pero siempre subordinado al de la libre determinación por el cual se
constituyeron las nacionalidades. No se puede invocar para reivindicar territorios, en contra de la
voluntad y libre determinación de sus habitantes. Así, por ejemplo, el Perú no puede cometer la tontería
de reclamar Guayaquil porque ese territorio formaba parte del Virreinato del Perú en 1810, y no lo
puede reclamar porque los pueblos de ese Gobierno de Guayaquil expresaron su libre determinación
de incorporarse a Colombia; mucho menos puede reclamar el territorio del Alto Perú, por las razones
antes dichas. Así pues, lo que cuenta en este hecho grandioso de la independencia, es la voluntad de
los pueblos y una vez declarada ésta, lo que hay que ver es hasta dónde llegaba su territorio en 1810, o
sea, cuáles eran sus límites o fronteras de entonces.
Ahora, ¿cómo conocer la extensión del territorio de un Estado y los límites o fronteras que deben
separarlo de otro?, pues por el estudio de sus "títulos coloniales", esto es, por lo que dicen las Reales
Cédulas, Reales Ordenes y demás disposiciones de las autoridades españolas. Por eso, en los litigios
para fijar sus límites, las repúblicas latinoamericanas han tenido que hacer gran búsqueda de
documentos coloniales en pos de los títulos que amparan sus derechos territoriales
En la aplicación del Uti Possidetis se ha hecho, una distinción entre lo que se denomina el Uti
Possidetis jure y el Uti Possidetis facto. Según lo primero, los Estados tienen derecho al territorio que
les pertenecía en 1810 según sus "títulos coloniales", o sea según la delimitación hecha por el Rey de
España y vigente en 1810 aunque no lo ocuparan. Según lo segundo, los Estados tienen derecho al
territorio que ocupaban sus habitantes en 1810 y no a lo que señalaban sus títulos Esta segunda
interpretación ha sido la defendida por el Brasil en sus litigios de límites
A estos principios jurídicos, tenemos que agregar el derecho de conquista que se basa en la
fuerza, y por el cual nuestro país tuvo por el Sur fronteras con la República de Chile, al conquistar ese
país el territorio boliviano de Atacama con el cual limitábamos por el Sur hasta 1879, y luego
arrebatarnos los territorios del Departamento Litoral de Tarapacá y de la Provincia de Arica.
3.- Problemática limítrofe del Perú con los países vecinos.
Al iniciar el Perú su vida independiente nuestros gobernantes tenían por delante la delicada labor
de determinar el patrimonio territorial de la nacionalidad fijando nuestros límites o fronteras con los
países vecinos. Este fue un azaroso momento de nuestra historia, no tanto porque fuera difícil demostrar
la peruanidad de esos territorios así como las fronteras de los mismos, sino porque el Estado Peruano
careció, las más veces, de conciencia territorial y nuestros gobernantes, muchas veces, no supieron
salvaguardar los derechos del Perú a sus legítimos territorios, disponiendo de ellos como si fueran cosa
propia, o no dando importancia a la defensa de esos territorios por considerarlos de escaso valor para
el país.
Los problemas territoriales que tuvo el Perú fueron los siguientes:
a).- Con el Ecuador, por la absurda discusión que hacía el Ecuador de la peruanidad de los
territorios de la antigua Tenencia de Tumbes, el Partido de Jaén de Bracamoros y la Comandancia
General de Maynas. El Ecuador sostuvo equivocadamente desde 1841 en que le iniciaron las
negociaciones, hasta 1942 en que se firmó el Protocolo de Límites, no un problema de fijar los límites
o fronteras entre los dos países, de acuerdo a los territorios con que cada uno de ellos surgió a la vida
independiente, sino un problema de desintegración de la nacionalidad peruana y de cambio de
nacionalidad de los peruanos que vivían en Tumbes, Jaén y Maynas y cuyos antepasados decidieron
en 1821 y 1822 ser peruanos y no ecuatorianos (grancolombianos, entonces).
b).- Con Colombia, por la fijación de los límites en el río Yapurá o Caquetá, según el Perú, y
por la fijación de los límites en el río Putumayo, según Colombia. La zona disputada era la de las
misiones mercedarias del Putumayo, pero nunca Colombia disputó al Perú la zona baja entre el
Putumayo y el Amazonas, zona que se ha denominado el "trapecio Amazónico" y que fue un generoso
regalo del señor Augusto B. Leguía y su Ministro de Relaciones Exteriores don Alberto Salomón
Osorio, a la hermana República de Colombia en 1922. Seguramente que no hubieran sido tan generosos
si esos territorios hubieran constituido alguna chacra o hacienda de ellos.
c).- Con el Brasil, en el siglo pasado, por los territorios del triángulo formado por la
desembocadura del río Yapurá o Caquetá en el Amazonas y luego el Amazonas mismo, aguas arriba
hasta Tabatinga, y luego desde fines del siglo pasado y en los primeros años del presente siglo, por los
territorios comprendidos entre el Ucayali y el río Madera, y especialmente por los territorios de las
cuencas de los ríos Yuruá y Purús. La frontera en el río Yavarí fue respetada como algo tradicional
desde los tiempos de la dominación española y portuguesa. Además con el Brasil se trataba de definir
el problema de la navegación en el Amazonas, ya que era la única vía que ponía en comunicación a la
amazonía con el mundo.
d).- Con Bolivia, por la fijación de la frontera al norte del Lago Titicaca hasta la frontera con el
Brasil. De acuerdo al Uti Possidetis de 1810, el Perú reclamaba todo el territorio de la cuenca del río
Madre de Dios y la parte occidental de la cuenca del río Madera. Bolivia, en cambio, reclamaba que le
pertenecían los territorios hasta las nacientes del Ucayali. La frontera al sur del Titicaca, en la zona de
la Cordillera de los Andes, no fue objeto de disputa porque era tradicionalmente conocida desde los
tiempos de la dominación española. Sólo se trataba de colocar los hitos correspondientes para delimitar
la frontera entre las antiguas Audiencias de Lima y Charcas.
e).- Con Chile, por la usurpación que hizo este país de nuestros territorios del Departamento
Litoral de Tarapacá y el de las provincias de Tacna y Arica, por 10 años, según el Tratado llamado de
Ancón de 20 de octubre de 1883 que consagró la conquista y nos obligó a tener frontera con Chile.
Durante cerca de 45 años, Chile se negó a resolver el problema de la devolución de Tacna y Arica al
Perú, quedándose finalmente con Arica.
4.- Paralización y decadencia de las actividades productivas como consecuencia de la larga
guerra de la independencia. Los impuestos y el comercio. Problemática económica.
Los impuestos que se pagaban en las aduanas por el comercio de importación y exportación
constituyó para el Estado su mejor renta.
5.- Problemática política. Preponderancia del caudillaje militar. Pugna entre los caudillos
militares y entre políticos liberales y conservadores.
Después de las luchas y polémicas habidas durante el proceso de la emancipación sobre la forma
de gobierno que tendría el Perú, en 1827 se definió resueltamente como un Estado de gobierno
republicano democrático, al igual que los demás Estados hispanoamericanos que surgieron a raíz del
movimiento Emancipador.
Las fuerzas que entonces intervinieron en la política del país fueron principalmente el militarismo
y los políticos liberales y conservadores.
Se denomina militarismo al predominio del elemento militar en el gobierno del Estado. Este
fenómeno político se produjo en el Perú al iniciarse la República y también se produjo en los demás
Estados que acababan de emanciparse de España con excepción de Chile.
Según el distinguido historiador peruano doctor Jorge Basadre, el militarismo surge debido a tres
causas: "como reconocimiento nacional a los triunfadores en contiendas decisivas; como escarmiento
después de la derrota, o en situaciones de indecisión política y social (liquidación de una dictadura,
defensa desesperada contra la revolución social)”. Al iniciarse la República el Perú se encontró bajo la
influencia del primer tipo de militarismo: militarismo después de la victoria. Esto está perfectamente
explicado, porque la independencia dejó un ejército numeroso, y este ejército significó la más poderosa
de las fuerzas sociales, según estudiamos anteriormente. Frente al escaso poder de los grupos civiles
para intervenir en la vida del Estado, la clase militar resultó la más fuerte, y como tal intervino en
primer plano en la política peruana.
Los jefes militares que habían peleado en las batallas de la Emancipación, sobre todo los que
habían peleado en la batalla de Ayacucho, se convirtieron en los caudillos más importantes de la
política nacional. Estos caudillos llamados los “mariscales de Ayacucho” mantuvieron su
preponderancia hasta principios de la mitad del siglo, cuando por efecto natural de la edad, empezaron
a desaparecer del escenario nacional. El Perú republicano, durante sus primeros decenios, vivió bajo el
influjo del primer tipo de militarismo. Cerca del final del siglo conoceríamos el segundo tipo de
militarismo: el militarismo después de la derrota (guerra con Chile). En el presente siglo
conoceríamos el tercer tipo de militarismo.
BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA