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LAS MANOS DEL ASISTENTE

Benditas sean las hermosas manos de la asistente


Que con su sonrisa alivia temores y soledades.
Sin mirar clases sociales, regalando amor a caudales
acogiendo a quien recién llega y
doliéndose con quien emprende el viaje.
No la juzgues con tus ojos o con la razón que tienes,
no sabes que la lastimas o tal vez la hieres.
Admiración y respeto debes, a quien hace tu trabajo cuando tú no puedes,
ella camina muy de prisa, Aunque viva sin sabores.
Yo admiro su carácter, su temple y su fuerza,
tiene un corazón noble y de dios adquirió paciencia
para sembrar en corazones que no saben de indulgencia.

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