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[1]
B ERGSTEIN , El delito de violación del secreto
bancario (1987), p. 12.
[2]
M ALAGARRIGA , Código Comercial Comentado , t. 2, p. 96.
[1]
M ALAGARRIGA , Código Comercial Comentado , t. 2, p. 96.
[2]
Art. 68 del CT:
“(Facultades de la Administración). La Administración dispondrá
de las más amplias facultades de investigación y fiscalización y
especialmente podrá:
A) Exigir a los contribuyentes y responsables la exhibición de los
libros, documentos y correspondencia comerciales, propios y
ajenos, y requerir su comparecencia ante la autoridad
administrativa para proporcionar informaciones.
B) Intervenir los documentos inspeccionados y tomar medidas de
seguridad para su conservación.
C) Incautarse de dichos libros y documentos cuando la gravedad
del caso lo requiera y hasta por un lapso de seis días hábiles; la
medida será debidamente documentada y sólo podrá prorrogarse
por los órganos jurisdiccionales competentes, cuando sea
imprescindible para salvaguardar los intereses de la
Administración”.
[5]
A LBANELL M AC C OLL , La Justicia Uruguaya, año 56, p.
36. B OLAFFIO , p. 255.
[6]
A LBANELL M AC C OLL , íd. ibíd..
[7]
A LBANELL M AC C OLL , íd. ibíd., B OLAFFIO , Parte General, t. 2,
in: Colección Bolaffio, Rocco & Vivante, pp. 264/265.
[8]
B OLAFFIO , íd., p. 264.
[9]
Al respecto, debemos aclarar que la comunidad es incompatible
con la existencia de una actividad comercial. Si un
establecimiento comercial es adquirido por dos o más personas
para dedicarse a su explotación habrá entre ellas una sociedad y
no una comunidad.
[10]
Dispone el art. 75:
“Los socios podrán examinar los libros y documentos sociales así
como recabar del administrador los informes que estimen
pertinentes, sin perjuicio de las limitaciones que se establecen
para determinados tipos sociales.
Este derecho no corresponderá a los socios de las sociedades en
que la Ley o el contrato social imponga la existencia de un
órgano de control sin perjuicio de lo establecido en el artículo
339.”
Como contrapartida, el órgano de control tiene el deber de
suministrar a los accionistas que representen no menos del 5 %
(cinco por ciento) del capital integrado, en cualquier momento que
éstos se lo requieran, información sobre las materias que sean de
su competencia, entre las cuales se encuentra la exhibición de
libros (art. 402, n. 7, Ley 16.060).
[ 11 ]
B OLAFFIO , íd., p. 266. Obsérvese que el art. 71 CCom no
contenía esta limitación en cuanto a la legitimación activa.
[12]
B OLAFFIO , íd., pp. 276 y 267.
[13]
Fuente: Proyecto P ÉREZ F ONTANA .
[14]
En el régimen del CCom, no se restringía el derecho de los
accionistas a pedir la exhibición de libros. No obstante, existían
discrepancias en la doctrina. Algunos autores sostenían que los
accionistas no podían pedir la exhibición general de los libros de
la sociedad anónima a la cual pertenecían por las siguientes
razones: la necesidad de la rapidez y celeridad en la celebración
de negocios mercantiles. Ambas necesidades se verían perturbadas
si cada accionista pretendía ver la contabilidad, pues se
perturbaría la administración social, ya que mientras los libros
son examinados, se dificulta la posibilidad de asentar operaciones.
También, se argumentaba con el interés mínimo que puede tener el
accionista frente a la importancia de la empresa social y a la
necesidad que tiene ésta de unidad de dirección y de vigilancia.
Podemos poner un ejemplo: en una sociedad formada por miles de
accionistas, ocasionaría graves trastornos el deseo de cada uno de
ellos, de examinar la contabilidad y se manifiesta el absurdo de la
situación cuando el accionista tiene, por ejemplo, una sola acción
de $ 100 en una sociedad varias veces
millonaria. B OLAFFIO sostiene que los accionistas tienen derecho a
pedir la exhibición general de libros; pero que no pueden ejercerlo
directamente, sino por medio de los síndicos. El régimen
excesivamente liberal del CCom en materia de sociedades
anónimas se ha visto limitado con la norma establecida en el
artículo 339 de la Ley de Sociedades, que hemos analizado.
[16]
R ODRÍGUEZ O LIVERA , íd., pp. 47 y 48.
[18]
A LBANELL M AC C OLL , op. cit., p. 38.
[19]
A LBANELL M AC C OLL , íd. ibíd.
[20]
P ÉREZ F ONTANA , Manual de Derecho Comercial , t. 1, p. 106.
[21]
B OLAFFIO , op. cit., p. 258.
[22]
R IPPE K AISER , Los libros de comercio..., pp. 85 y 86.
[23]
B OLAFFIO , op. cit, p. 259.
[28]
El art. 169 del CGP prevé la prueba de libros y demás
documentación comercial pero no la regula. Dicho artículo
contiene una remisión a las disposiciones de las leyes mercantiles.
No obstante la remisión procesal a la legislación comercial, se ha
entendido que son también aplicables las demás disposiciones
procesales en lo pertinente y en cuanto sea compatible con la
normativa sustantiva (R IPPE K ÁISER , Los libros de comercio..., p.
86).
[29]
GARRIGUES, op. cit., p. 1.366.
[30]
Marcamos una excepción, en lo que acabamos de exponer. El
libro de correspondencia, en que se conservan copias de las cartas
enviadas y se guardan las cartas recibidas, pueden probar la
celebración de contratos, puesto que muchos negocios jurídicos se
celebran por un intercambio de propuestas y aceptaciones de
propuestas formuladas por cartas cursadas entre comerciantes.
[31]
A LBANELL M AC C OLL , op. cit., pp. 36 y 33, en que se hace
síntesis de la doctrina al respecto.
[32]
B OLAFFIO , op. cit., p. 433.
[33]
GARRIGUES, op. cit., p. 1.365.
[34]
B OLAFFIO , op. cit., p. 218.
[35]
B OLAFFIO , íd., p. 217.
[36]
B OLAFFIO , íd., p. 271.
[37]
B OLAFFIO , íd. ibíd., p. 271.
[38]
B OLAFFIO , íd., p. 399.