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HANS KELSEN LA TEORIA PURA DEL DERECHO ,INTRODUCCION A LA PROBLEMATICA CIENTIFICA DEL DERECHO EDITORIAL EPOCA, S.A, DE C.V. Emperadores 185 | Col. Portales C.P, 03300-MEXICO, D.F. 1. DERECHO Y NATURALEZA La “pureza”™ La Teoria pura del Derecho es una teoria del Dere- cho positive, Del Derecho positivo, a secas, no de un orden juridico especial. Fs teoria general del Derecho, no interpretacién de normas juridicas patticulares, na- cionales o internacionales. Como teoria, quiere conocer inica y exclusiva- mente su objeto. Procura responder a las preguntas so- bre qué es y como ¢s el Derecho, pero no a Ja cuestion de cémo debe ser 0 cémo debe elaborirselo, Es Ciencia del Derecho y no Politica del Derecho. Si ella se califica como Teoria “pura” del Derecho cs porque ptetende garantizar un conocimiento diti- gido solamente hacia el Derecho, y porque pretende ‘liminar de este conocimiento todo lo que no pertenece al objeto exactamente sefialado como Derecho. Es de- cir: quiere librar a la Ciencia juridica de todos Jos dlementos extrafios, Tal es su principio metédico fun- 2 damental, que parece ser de por si bien comprensible, Pero una mirada sobre Ja Ciencia juridica tradicional, tal como se ha desenvuelto en el curso de los siglos XIX y XX, muestra claramente cuin distante se halla de cortesponder a la exigencia de pureza. En forma desprovista de todo espiritu critico, hase mezclado la Jurisprudencia con la Psicologia y la Biologia, con la Etica y la Teologia. Hoy en dia casi no hay ciencia especial en cuyo recinto el jurisperito se considere incompetente para penetrar. Desde luego, él cree poder realzar au prestigio cientifico precisamente tomando en préstamo de otras disciplinas, cor lo que esté perdida, naturalmente, Ia verdadera Ciencia juridica, 2. Hecho natural (acto) 9 significacién La Teoria pura del Derecho trata de deslindar cla- ramente el objeto de su conocimiento de las dos direc~ cciones en que el sincretismo metédico dominante, pone ‘en peligro su autonomia, El Derecho es un fendmeno social, pero la Sociedad es un objeto completamente diferente de la Naturaleza, en tanto conexién, comple- tamente diferente de elementos. Si la Cieneia juridica no ha de disolverse en Ia Ciencia Natural, el Derecho tiene que ser distinguido de la Naturaleza con toda lez, Esto es bien dificil debido a que el Derecho —o lo que en principio sucle tomarse como tal— pa- 26 eee sece estar en el dominio de la Navuraleza, tener una exisvencia del todo natural, por fo menos en parte de gu ser. Si se analiza cualquiera de los estados de cosas (Sachverhalte) tenidos por Derecho, como por ejem- plo, una resolucién parlamentaria, un acto adminis- trativo, una sentencia judicial, una delito, puédense distinguir dos elementos: tuno de ellos es un acto senso- jalmente perceptible, que tiene lugar en el tiempo y en dl espacio, un suceso exterior, las mis de las veces conducta humana; el otro es un sentido asi como inma- nente o adherente a ese acto 0 suceso, una significacién ‘specifica. En una sala se reunen hombres, pronuncian discursos, unos se levantan de sus asientos al paso que ‘otros permanecen sentados; tal es el suceso exterior. Su sentido: que es votada wna ley. Un hombre vestido de toga pronuacia desde un sitial determinadas palabras ppara otto que esta de pie delante suyo; este suceso exte- rior importa una sentencia judicial. Un comerciante escribe una carta de contenido determinado a otro que le contesta con Ja suyas esto significa: han cerrado un contrato, Alguien causa la muerte de otro por medio de alguna accién; esto significa juridicamente ‘un asesinato, ” 3. La autoexplicacién del material social (EL sentido subjetive y ob sentido objetivo) Esta “significacién” no puede verse 0 notatse asi, sin més, en el acto, en tanto situacién de hecho (Tat- bestand) exterior, tal cual se perciben en un objeto sus propiedades y funciones naturales como el color, la dureza o el peso. Es cierto que el acto —en tanto se exprese por palabras habladas o escritas— puede enun- ciar algo sobre su significacién, denunciar su sentido propio. Es mds, en esto estriba una singular particu- Tava del material dado al conoctmisnto socal y a juridico en expe Una planta no puede comunicar nada sobre si misma al inyestigador que la califica ientificamente; no hace tentativa alguna de expli- curse en forma cientifica. Un hecho social, empero, puede muy bien Hevar consigo una explicacién de si mismo, es decir, un enunciado sobre lo que significa. Pues el hombre que realiza el acto, liga él mismo a su acto un determinado sentido que se traduce en alguna forma y que es comprendido por los otros a quienes el acto se dirige. Los hombres reunidos en un parlamento pueden declarar expresamente que votan una ley; dos particulares manifiestan la intencién de querer ultimar un negocio juridico, EJ conocimiento que aprehende al Derecho encuentra ya, Jas més de las veces, una 2 ee ere ee autoexplicacién del material que se adelanta a Ja inter~ pretacién que ha de efectuar Ia Ciencia juridica. De aqui se infiere Ia necesidad de distinguir entre el sentido subjetivo y el objetivo de un acto, El sentido subjetivo puede, pero no tiene que coincidit con el sentido objetivo que corresponde a ese acto en el sis- tema de todos los actos juridicos, es decir, en el sistema del Derecho. Lo que hizo el famoso capitin de Koepe- nick fué ua acto que, de acuerdo con su sentido subjetivo, quetia ser una orden administrativa. Pero objetivamente no fué esto, sino un delito. Si, con el propésito de librar a Ia patria de elementos perjudicia~ les, una organizacién secreta condena a muerte a alguno tenido por traidor y hace ejecutar por un hombre de confianze lo que subjetivamente considera y denomina sentencia de muerte, esto no es objetivamente, es decir, ‘en dl sistema del Derecho objetivo, la ejecucién de una sentencia de muerte, sino un asesinato secreto, no obs~ tante que su estado de cosas exterior en nada difiere de la ejecucién de una sentencia de muerte, 4, La norma como esquema de interpretacion Ese estado de coms exterior es, pues, en todos los ‘casos, como acontecimiento sensorialmente percepti- ble que se desenvuelve en el tiempo y en of espacio, un trozo de Nacuraleza, y como tal es determinado segiin co eyes causales. Sélo que este acontecimiento como tal, como elemento del sistema de Ia Naturaleza, no es ‘objeto de conocimiento especificamente juridico, y no © por tanto, nada juridico. Lo que convierte a ese suceso en acto jutidico (0 antijuridico) no es su facti- cidad (Tatsichlichkeit), no os su “ser” natural, esto ¢s, su “ser” causalmente determinado y contenido en el sistema de la Naturaleza, sino al sentido objetivo que esti ligado a ese acto, la significacién que él tiene. El hecho en cuestién recibe el sentido espectficamente juridico, su peculiar significacién juridica, mediante tuna norma que se tefiere a él con su contenido, que le confiere la significacién juridica de suerte tal que el acto puede ser interpretado de acuerdo con esta norma, La norma hace las veces de esquema de interpretacién, Ella misma es producida por un acto juridico que a su vex recibe su significacién de otra norms. Que una sivuacion de hecho sea ejecucién de tna sentencia de muerte y no asesinato, cualidad es ésta —no perceptible por los sentidos —que resulta mediante un proceso logico: por la controntacién con el eédigo penal y con |a ley de enjuiciamiento criminal. Si la corsesponden- cia antes mencionada importa la celebracién de un contrato, resulta Gnica y exclusivamente de que ese estado de cosas cae bajo ciertas prescripciones del eédigo civil. El que sea parlamento una reunién de hombres y el resultado de su actividad una ley, en oteos tér. rinos, el que dichos sucesos tengan esa “significacién”, 30 PEPE ee ituaci yecho integral corres jndica s6lo que Ia situacién de heel 7 aie a determinados precepts de la Constitucién, age er efectivo i un acaec s decir: que el contenido de un acaei ci eoae con el contenido de una norma cualquiera supuesta. 5. La norma como acto ¥ como substrato de sentido* conocimiento juridico dirtgese pues a estas nor tae confer a certs hechos el eareter de actos juridicos (0 antijuridicos), y que a su vez, son pi on cides por sctos juridios semejante. En punto a esto hha de repararse en que la norma, como especifico sul trato de sentido, com dstinta del ato psfguico en gue es querda o reprseatada, Hay que separar tae mente el querer o el reprsensarse [a norma, de la por. ma en cualquier forma querida o representada. Si se habla de Ja “produccién”” de waa norma, piénsanse siempre con ello sucess del set que eustenta Ta norma camo subsrato de sentido, Cuando ls Teoria pure d Derecho trata de conocer normas o de concebir algo juridicamente, no se dirige a ningin proceso animico ‘o suceso corporal. Concebir algo juridicamente aaa de significar otra cosa que concebirlo: como Der 10. Gon I tei de que solamente las norma juridias pue- den constituir el objeto del conocimiento juridico, afir~ 8) Sangha. uM muse silo una tautologia, Pues el Derecho, tinico objeto del conocimiento juridico, es norma; pero la norma es una categoria que no encuentra aplicacién alguna en el dominio de la Naturaleza, Cuando se caracterizan ‘como sucesos juridicos los actos naturales, esto no sig- nifica sino que se afirma la validez de normas cuyo contenido est4 en detetminada correspondencia con el acontecer efectivo, Cuando el juez comprueba que se hha dado una situacién de hecho concreta —un delito, Por gjemplo—, su conocimiento se se, en primer término, a un ser natural. Pero su conocitiento se torna juridico sélo después de poner en rclacién a situacién de hecho verificada con la ley que ha de apli- car, tan pronto la interpreta como “robo” 0 como “estafa”. Y puede interprecarla asi sélo en caso de Feconocer, en forma bien especifica, que el contenido de esa situacién de hecho es contenido de una norma, (Ha de repararse en que Ia actividad del juez no se agota en manera alguna cn un acto cognoscitivo; éste sélo la preparacin de un acto de voluntad por ef que se dicta Ia norma individual de la sentencia judicial). 6. Validex y dmbito de validex de la norma Cuando en lo que precede se habla de una “vali- dex” de la norma, no debe con eso expresarse, por de Pronto, mis que la existencia especifica de la norma, 32 i modo singular en que se da, a diferencia del ser de Ja realidad natural que tiene su curso en el espacio y en el tiempo. La norma, como tal, no ha de ser con- fundida con el acto en que es establecida; no esta en cl espacio ni en el tiempo, ya que no es hecho natural. ‘Mas como quiera que el contenido posible de la norma es el mismo que el contenido posible del acontecer efec~ tivo, y que la norma se refiere con su contenido a este acontecer ¢fective, sobre todo a conducta humana, preciso es que tanto el espacio como el tiempo en que se realiza —en que debe realizarse— en el sentido de Ia norma la conducta humana por ella prescripta, estén también decerminados en el contenido de la norma. La valide de las notmas que regulan Js conducta huma- na en general, y por consiguiente Ia de las normas ju- rridicas en particular, es una validez. tempo-espacial, en tanto que esas normas tienen por contenido suzesos tempo-espaciales. Que la norma vale, significa siempre que vale para algiin espacio y. para algtin iempos e decir, que se refiere a sucesos que sélo pueden tener lugar en alguna parte y en algiin momento. La rela- cién de la norma con el espacio y el tiempo es el ém- bito espacial y temporal de validez de la norma. Este Ambito de validez puede ser limitado, pero también imitado, Puede que Ja norma sélo valga para un e5- pacio determinado por ella por otra norma y para un tiempo determinado, esto es, que sdlo regule suce- sos dentro de determinado espacio y dentro de deter- 33 et minado tiempo. Pero también puede valer —de acuer- do con su sentido— por doquiera y por siempre, es deci, referirse a sucesos que puedan acaecer dondequie- ray cuando quiera, Tal es su sentido cuando no con- tiene determinacién particular de espacio 0 de tiempo. Noes que entonces valga acaso sin espacio y sin tiempo, sino que no yale para un espacio determinado ni para un tiempo determinados su Ambito espacial y temporal de valider. es ilimitado. Junto al espacial y temporal puede distinguirse un mbito de validez. de las normas en cuanto 2 los hechos (achlichen) o Ambito material, en tanto se tienen en vista los objetos particulares, las diversas direcciones de Ta conducta humana que son normadas: asi, la conduc- ta religiosa, la econémica, la politica, etc. Y si se pre- gunta por los hombres cuya conducta es regulada, pué~ dense también distinguir las normas de acuerdo a sa Ambito personal de validez. ‘También el Ambito mate- rial de validez puede ser limitado o ilimitado, en el sen- tido de que unz norma determinada, esto es, que ha de producirse en determinada forma y perteneciente a un ‘iden determinado, puede referisse con su contenido a cualquier objeto que fuere, o sélo a objetos integramen- te determinados, lo que ocurre si, de acuerdo con la constitucién de un Estado federal, el émbito material de valide es repartido entre Jas normas del orden que representa al Estado superior y las normas del que repre- senta al Estado miembro. Y lo mismo cabe respecto del a Ambito personal de validez, Asi, Jas normas de una moral universal se ditigen decididamente a todos los hombres, es decir, tienen un 4mbito personal de validez por principio ifimitados mientras que determinadas normas juridicas s6lo obligan o autorizan a ciertas ca- tegorias de hombres, es decir, slo tienen un dmbito personal de validez de cardcter limitado, 7. Conocimiento juridico normative y Sociologia del Derecho ‘Al determinar el Derecho como norma y limitar la Ciencia juridica (que es una funcidn diferente de Ji de los drganos que establecen y aplican el Derecho) al conocimiento de normas, deslindase el Derecho res- pecto de Ia Naturaleza, y deslindase la Ciencia jurtc ca, como ciencia de normas, respecto de todas las otras ciencias que tienen por mira la explicacién legalista causal de sucesos naturales, En particular, respecto de una ciencia que se impone como misién indagar Jas causas y efectos de aquellos sucesos naturales que, in- terpretados desde las normas juridicas, se presentan co- mo actos juridicos. Nada ha de objetarse si se quiere designar tal indagacién como Sociologia, y en espe como Sociologia del Derecho. Aqui no ha de abrirse juicio ni sobre sus probabilidades de éxito ni sobre su valor, Consignase solamente, que dicho conocimiento 3s sociolégico-juridico nada tiene que ver con las normas juridicas como especificos substratos de sentido (Sinn- gehalten), sino con ciertos sucesos considerados sin re- lacién con cualquier norma reconocida 0 supuesta ci mo valida. La Sociologia del Derecho no pone en rela~ cin las situaciones facticas del ser que ha de capturar ‘con normas vilidas, sino con otras situaciones fcticas del ser, como causas y efectos. Pregunta quizés por qué motivos determinados un legislador ha promulga- do precisamente estas normas y no ottas, y qué efectos han tenido sus disposiciones. Preguata en qué forma los hechos econdmicos 0 las repeesentaciones religiosss han influido en forma efectiva en In actividad de los tribunales; por qué motivo los hombres ajustan 0 no su conducta al orden juridico. Para este modo de con- sideracién el Derecho sélo entra en cuenta como hecho del ser, como factum en Ia conciencia de los hombres que establecen, cumplen e infringen el Derecho. Por tanto, no es propiamente el Derecho mismo lo que constituye el objeto de este conocimiento, sino ciertos fendmenos paralelos de la Naturaleza. Del mismo mo- do, el fisiblogo que investiga los procesos quimicos 0 fisicos bajo cuya condicién, 0 acompaiiados por los cuales, aparecen ciertos senciinientos, tampoco capta estos sentimientos mismos, que —como fendmenos psi- coldgicor— no se dejan aprehender ni quimica ni fi- joldgicamente, La teorla pura del Derecho, como ncia juridica espectfica, no dirige su atenciéa a las 36 Be normas juridicas como hechos de conciencia, no al que- rer o al representarse estas notmas jutidicas, sino a las normas jutidieas como substratos de sentido queridos o representados. Y sélo abarca cualesquiera sicuaciones de hecho en tanto son el contenido de normas jurfdicas, esto es, en tanto estin determinadas por normas juri- dicas, Su problema es ol de la espect ica legalidad pro- pia de una esfeta de sentido. IL DERECHO Y MORAL 8. Derecho y Justicia Puesto que la ‘Teoria pura del Derecho deslinda al Derecho respecto de la Naturaleza, busca el limite que separa a la Naturaleza del Espiritu. La Ciencia jutidica es ciencia del Fspiritu y no ciencia de-la Naturaleza: Puede discutirse si la antitesis de Naturaleza y Espi- rritu coincide con la de realidad y valor, de ser y deber ser, de ley causal y norma; o si el reino del Espiritu es mis dilatado que el reino del valor, del deber ser 0 de Ja norma. Mas no podria negarse que, en tanto norma, el Derecho es una realidad espiritual y no natural. Y por eso, plantéase la misidn de distinguir el Derecho, tanto de la Naturaleza como de otros fendmenos espi rituales, pero en particular, de las normas de otro g a7 nero, Importa aqui, ante todo, desligar al Derecho de aquel contacto en que desde antiguo fué puesto con Ia ‘Moral. Naturalmente, en manera alguna se niega por esto la exigencia de que el Derecho debe ser moral, ¢s decir, bueno. Compréndese bien esta exigencia; Io que verdaderamente signifique es otra cuestién. Solamente se rechaza la concepcién de que el Derecho sea, como tal, parte integrante de la Moral; de que todo Dere- cho, por tanto, sea en cuanto Derecho, en algéin senti- do y en algtin grado moral, Al presentarse al Derecho como dominio parcial de la Moral sin elucidar si esto sélo significa la muy comprensible exigencia de que ‘el Derecho deba ser moralmente configurado, 0 si con ello quiere decirse que el Derecho tiene, como parte integrante de la Moral, carécter positivamente moral, procirase conferir al Derecho aquel valor absoluto que reclama Ia Moral. Como categoria moral, el Derecho equivale a la Justicia. Es ésta la expresién para el orden social abso- lutamente justo; un orden que logea perfectamente su objetivo en cuanto satisface a todos. El anhelo de jus- i Ldgicamente considerado— el eterno an- helo del hombre por Ia felicidad, que, como ser indi= vidual, no puede encontrar, y, por lo tanto, busca en Ja sociedad. Llimase “Justicia” a Ja felicidad social. ‘A decir verdad, Ia palabra es a veces empleada en el sentido de conformidad positiva con a Derecho 3 ee eae (Rechtmiszigkeit) 1), especialmente, en el de lega- dad, Entonces parece “injusto” que una norma ge- speral sea aplicada en un caso, pero no en otro que es, fn embargo, semejante; y esto parece injusto sin con- Sideracién al valor de la norma general misma, Con frreglo 2 este ws0 fingilaticn, el juicio de justicia sélo expresa el valor relacivo de confotmidad con la norma (Nomngemiszheit). “Justo” es aqui sélo otra palabra para “juridico” (recht). En su auténtico sentido, diverso del de Derecho, “Justicia” significa un valor absohuto, Su contenido no puede ser dgterminado por la “Teoria pura del De- echo, Fs més, en ningin caso es asequible al conoci~ miento racional, como lo prueba la historia del expiritu yrumano, que desde hace siglos se afana en vano por la solucién de este problema. Pues Ja Justicia, que ha de sepresentarse como un orden superior, diverso y frente al Derecho positivo, est en sui validez. absoluta mds alla de toda experiencia, asi como la idea platénica ‘més alld de Ia realidad, 0 como la cosa en si erascen- dente mis alli de los fenémenos. iene ef mismo ca~ tacter metafisico de este dualismo ontoldgico, el dua 4 Ne wee Te—Se fabs ado Ia pslsben Recht sxe Cor a contend 9 cneraneh cae Dek paral Tee ag foumecniane oe weiko ne aie tn y S Soplis is gue cn aon ss dip con Rerilebtaly ato oe rane ids de ces can devs de haber id pve Po TSE precindnen a ls cour 0 aun edn 70 Stare cn fae lin 38 | lismo de Justicia y Derecho, Y como aquél, también é&te tiene, segin la tendencia optimista o pesimista, conservadora o revolucionaria con que aparezca, una doble funcién: afirmar unas veces lo dado (die gege- benheit), esto es, el orden del Estado o de la Sociedad, en tanto concuerda con el ideal, o negarlo otras veces, en tanto lo contradice. Y asi como ¢s imposible —se- sin puede ya presumirse— precisar ta exencia de la dea o de Is cosa en si en conocimiento cientifico, es decir, en conocimiento racional orientado hacia la ax. Periencia, también es imposible responder por igual camino a la pregunta sobre aquello en que la Justicia comsista. Toda tentativa de esa indole sélo ha condu. ido hasta ahora a férmulas completamente vacias, co- ‘mo: “haz el bien y evita el mal”, “a cada uno lo suyo”, “guarda el justo medio”, eve. También el imperative categérico esti totalmente desprovisto de contenido, Si para la determinacién del deber ser, como valor ab. solute, nos dirigimos a la Ciencia, no sabe ella decir otra cosa que: ta debes lo que febess tautologia ésta detrés de Ia cual se oculta —en forma variada con esmerado disfraz— el principio Ie gico de identidad, In evidencia de que lo bueno es buen> y no malo, de que 4o justo es justo y no injusto, de que @ es igual aa y no 2 no a. Convertida la Justicia, ideal del querer y del obrar, en objeto del conocimiento, viene que transfor- maree inadvertidamente en la idea de verdad, que ens cuentea su expresién —negativa— en el principio de 0 identidad. Esta desnaturalizacién del problema es la oe cauaanaue deta logificacién de un objeto de antemano extra-ldgico. : Desde ef punto de vista del conocimiento racional sélo hay intereses y, por tanto, conflictos de intereses cuya solucién es dada por un orden de intereses que, © bien satisface un interés contra el otro y a costa del otro, o bien instituye una compensacién, un compro- miso entre intereses contrapuestos. Mas por via del conocimiento racional no puede fundarse que sélo uno de los drdenes tenga valor absoluto, es decir, que sea el “justo”. Si se diera una Justicia en el sentido en que sucle invocarse su existencia cuando se quiere que pre- valezean ciertos incereses respecto de otros, fuera en- tonces por completo superfluo el Derecho positive y del todo inconcebible su existencia. Ante la presencia de un orden social absolucamente bueno, resultante de Ia Naturaleza, de la razén, 0 de la voluntad divina, la actividad del legislador estatal seria fa insensata tenta- tiva de una iluminacién artifical a la luz solar. Pero In objecién corriente: hay sin duda una Justicia, slo que no se deja determinar —o lo que es fo mismo, de- terminar univocamente—, es en si misma una contra- diccién, y en esta contradiccién ests el encubrimiento tipicamente ideoldgico del verdadero estado de cosas, asaz doloroso. La Justicia es un ideal ieracional. Por indispensable que sea al querer y al obrar del hombre, no es accesible al conocimiento. A éste slo se le da a el Derecho positive, o més correctamente: sélo el Derecho positivo se le plantea como problema, Cuane + menos se esfuerza por separar claramente a éste de aquélla, cuanto més complaciente se es con el empeiio Provenieate del poder que establece el Derecho, en aceptarlo 2 todo trance como justo, tanto mis se favo- rece aquella tendencia ideoldgica que caracteriza a la teorfa conservadora clisica del Derecho Natural: no Je interesé a ésta tanto un conocimiento del Derecho valedero, sino més bien una justifi¢acién del mismo, tuna glorificacién lograda por la comprobacién de que el Derecho positivo es sélo emanacién de un orden na tural, divino.o racional, es decie, de un orden absolute, recto y justo, En cambio, Ja teoria revolucionaria del Derecho Natural, que juega un papel relativamente modesto en Ia historia de la Ciencia juridica, persigue 1k mira opuesta: poner en tela de juicio la validez del Derecho positivo al afiemar su contradiccién con un orden absoluto supuesto en alguna forma; y por eso presenta a veces Ia realidad jutidica con wna luz tafe desfavorable de Ia que corresponde a la verdad, 9. La tendencia antiideoldgica de la Veorta pura del Derecho Estas tendencias ideolégicas, cuyos designios y efec- tos politicos son evidentes, dominan todavia la Ciencia juridica actual, aun después de Ia aparente superacién a2 fee gear e gee gE Perea gee gE gg eee dela teoria del Derecho Natural. Contra ellas se ditige la Teoria pura del Derecho. Quiere éts exponer el Derecho tal cual es, sin legitimarlo por justo o descali- ficarlo por injusto; pregunta por el Derecho real y posible, no por el Derecho justo. En este sentido es una teoria juridica radicalmente realista. Rehusa va- lorar el Derecho positive. En cuanto ciencia, no se considera obligada més que a coneebir al Derecho posi- tivo con arreglo a su esencia y a comprenderlo por un anilisis de su estructura, Ba particular, rehusa ponerse al servicio de cualesquier intereses politicos suminis- trindoles las ideologias mediante las cuales es legitimado 0 descalificado el orden social existente, De este modo, pénese en la mas aguda oposicién con la Ciencia jur- dica tradicional, que —consciente 0 inconscientemen- ‘ts, en mayor o menor grado— tiene ua caricter ideo- légico. Por su tendencia antiideolégica, precisamente, revélase Ia Teoria pura del Derecho como verdadera Ciencia juridica. Pues como conocimiento, la Ciencia tiene [a tendencia inmanente a descubrir su objeto, La ideologia, en cambio, encubre la realidad, euando con intencién de conservarla o de defenderla la transfigura, © con intencidn de atacarla, de destruirla y de reem- plazarla, fa deforma. ‘Toda ideologia tiene su raiz en el querer, no en el conocer; proviene de ciertas invere- ‘ses, 0 mejor atin, de otros intereses que el interés por Ia verdad; con lo que, naturalmente, no quiere expre- serse nada sobre el valor o la dignidad de estos otros “a intereses, El conocimiento desgarcaré cada vez mis el velo que ef querer extiende sobre las cosas, La autori- dad que crea al Derecho y que por eso procura conser- varlo, acaso se pregunte si seria til un conocimiento ideolégicamente libre de su productos y tampoco es mucho lo que aprovecharian de semejante conocimien- to del Derecho las fuerzas que quieren destruir el or- den existente y reemplazarlo por otro considerado me- jor. Sin embargo, una ciencia del Derecho no puede preocuparse ni por la una ni por las otras. Y la Teoria pura del Derecho quiere ser una ciencia del Derecho de ese género. HL EL CONCEPTO DEL DERECHO Y LA TEOREA DE LA PROPOSICIGN JURIDICA 10. La teoria del Derecho natural y et Positivismo juridico EI caricter ideolégico de la doctrina juridica tra dicional combatida por la Teoria pura del Derecho, pénese ya de manifiesto en la definicién usual del con- cepto del Derecho. Todavia hoy se encuentra ésta bajo Ja influencia de la teoria conservadora del Dere- cho natural, que —como ya se indieé anteriormente— opera con un concepto trascendente del Derecho, Este concepto corresponde plenamente al cardcter metafi- a a sico fundamental que tenia la Filosofia durante el se- fiorio de Ia teoria del Derecho Natural; periodo éste ‘que politicamente coincide con el desenvolvimiento del Estado policta de Ja monarquia absoluta. Con la vic toria de la burguesfa liberal en el siglo XIX, comienza una pronunciada reaccién contra la Metafisica y la teoria del Derecho natural, Coincidiendo con el pro- greso de las ciencias empiricas de Ja Naturaleza y con una disolycién critica de In ideologia religiosa, se eje- cuta {a virada de la ciencia juridica burguesa desde ol jusnaturalismo hacia el positivismo, Emvero, por radi cal que fuera, esta mudanza nunca fué completa. Es cierto que ya no se supone mas que el Derecho sea una categoria eterna y absoluta; se reconoce que sv conte- nido est4 sometido a mutacién histérica y que, come Derecho pasitivo, es un fenémeno condicionade por circunstancias de tiempo y de lugar. Pero el pensa- miento de un valor absoluto del Derecho no se ha per- dido del todo, sobrevive en Ia idea ética de Justicia, con- servado aiin por la Jurisprudencia positivista. Aunque es enérgicamente acentuada la distincién entre Justicia y Derecho, quedan sin embargo ligados entre si por hilos mas o menos visibles. Para ser Derecho, se enseéia, el orden estatal positive ha de tener alguna participacién en la Justicia, bien haya de realizar un minimun ético, bien tenga que ser un intento —aunque sélo deficien- te— de ser Derecho recto, es decir, cabalmente justo. Para set “Derecho”, el Detecho positive ha de respon- “5 der en alguna medida, por modesta que sea, a la Idea del Derecho, Pero como el caricter juridico del orden cestatal del caso es supuesto como evidente, su legitima- cién es también asegurada por esa teoria juridica del minimum moral, que s6lo es teoria “minimizada” del Derecho Natural. Y este minimun de garantia satis- face a los tiempos relativamente sosegados del dominio consolidado de la burguesia, en un periodo de relativo equilibrio de las fuerzas sociales. No se han extraido las iltimas consecuencias del principio positivista ofi- ialmence reconocido; a decir verdad, la Ciencia juri- dica no esté orientada en sentido positivista de mado integral, aunque si preponderante. U1. El “deber ser” como categoria del Derecho 8) El deber ser como idea traccendente Esta situacién espiritual se expresa claramente en el concepto bajo el que es subsumido ef Derecho posi- tivo: el concepto de norma a de deber ser, Es de nue- vo acentuada, por cierto, Ja no identidad de las normas juridicas y de las morales; pero desde el lado juridico no se cuestiona un valor absoluco de la Moral. Y aun- que esto parece ocurtir sélo para que ef valor mera- mente relativo del Derecho resalte tanto més claramen- te en ese fondo, ya el simple hecho de que la existencia, de-un valor absoluto no se: cia, que no se siente competente para ello, no carece de repercusién sobre su concepto del Derecho. Y, en efec- +10, si se consideran como norma tanto el Derecho como la Moral, y si el sentido de la norma juridica como ad de la norms moral es expresado en un “deber sex”, ha de quedar adherido al concepto de norma juridica y al deber ser jutidico, algo del valor absoluto que es pro- pio de la Moral. El juicio de que algo sea juridicamen- te normado, de que algin contenido sea debido por cau- sa del Derecho, nunca ext’ del todo libre de la repre- sentacién de que asi es bueno, recto o justo. Y en este sentido, la definicién conceptual del Derecho como norma y deber ser por Ia Jurisprudencia positivista del siglo XIX, no carece, en efecto, de cierto elemento idealdgico. bb) El deber ser como categoria trascondentel Librar a dicha definicién de ese elemento es el em- pesto de la Teoria pura del Derecho, que desliga por ‘compleco el concepto de norma juridica del de norma moral, de que provino, y asegura la Jegalidad propia del Derecho frente a la ley moral. Esto ocurre en forma tal, que la norma juridica no es comprendida como im- perativo, a semejanza de la norma moral, como las mis de las veces lo hace la doctrina tradicional; sino como juicio hipotético que expresa el enlace especifico de una sitvacién de hecho condicionante con una consecuencia condicionada. Ia norma juridica se convierte en pro- a posicién juridica que acusa la forma fundamental de ta ley, Asi como la ley natural enlaza una determina- da sitwacién de hecho como causa con otra como efec- to, la ley juridica enlaza la condicién juridica con la consecuencia juridica (es deci, con la llamada conse- cuencia de fo antijuridico) *). En un caso la forma del enlace de los hechos es la causalidad, en el otro la imputacién, que es conocida por Ia Teoria pura del Derecho como la legalidad particular del Derecho, Asi como el efecto es atribuido a su causa, In consecuencia juridica lo es a su condicién juridieas pero aquélla no puede ser considerada como causalmente producida por ésta, La consecuencia juridiea (antijuridica) es impu- tada a la condicién juridica, Tal es el sentido del enun- ciado: alguien sera castigado “a causa” de un delito, la ejecucién contra algin Patrimonio tiene lugar “a causa” de una deuda no pagada. La referencia de la pena al delito, de la ejecucién a la sitwacién de hecho antijuridica civil, no tiene significado causal, tiene sige nificado normativo. La expresién de esta referencia designada como ‘imputacién”, y por tanto la expre- sidn de Ia existencia especifica del Derecho, de su va- 2) UL roca Unrstrfeler de Uaracis mo Deeech, lo anc Ison fate comeeunci, aoe Hinde dee oe “comecvrcit de Io sores, i sero cos “onan ol fairs De ae ode se [No taduce por “enoovrncin atid’ prgoe pols Incr yee ‘ave lo antijuridico es calificative de Ly comecuese bts he a i f | | lidez, es decir, def sentido peculiar en que son puestos en reciprocas conexién los hechos pertenecientes al sis- tema “Derecho”—y no otra cosa— es el deber sey con que Ja Teoria pura del Derecho presenta al Derecho positivos ast como la expresién de Ia legalidad causal es ol “tener que sex”. ‘Trétase en ambos casos slo de a expresién de Ja conexién especificamente funcional de elementos para dl sistema respectivo, aqui la Naturaleza, alli el De- recho. La causalidad, en particular, eampoco significa otra cosa si se la fibera del sex que originariamente le est adherido, cuando —en for- ‘ma atin totalmente animista— se representa en la causa cualquier fuerza secreta que produce de por si el efee- to, Pero la Ciencia Natural no puede renunciar a un principio causal asi depurado; pues en él se manifiesta sélo el posculado de la conceptuabilidad de la Nacura- leza, al que no puede coctesponderse de oto modo que por un enlace de los hechos planteados a nuestro co- nocimiento. Si la ley natural dice: si A es, tiene que ser B, dice la ley juridica: si A es, deber ser B, sin que con eo se enuncie alguna cosa sobre el valor, es decir, sobre el valor moral o politico de esta conexién. El deber ser limnitase a existir como una categoria relat vamente aprioristica para Ja aprehensién del macerial juridico empirico. En este respecto es imprescindible, sia de ser en general concebido y expresado el modo especifico con que el Derecho positivo pone en rela- 9 ién unos hechos con otros. Pues es notorio que esta unién no es Ia de causa y efecto. No como efecto de vuna causa es puesta la pena al delito; un encadens- miento de estos hechos bien diferente de la causilidad es el que crea el legislador. Completamente diferente, pero con todo, tan inviolable como aquella. Pues en el sistema del Derecho, es decic, por causa del Derecho Ja pena sigue siempre y sin excepcién al delito, aun cuando en el sistema de Ja Naturaleza la pena pueda faltar por cualquier razén, Cuando no falta, no ti que verificarse precisamente como efecto del delito que acta de causa, sino que puede ser producida por causas bien diferentes; y en verdad, también aun cuan- do el delito no haya en realidad acontecido. $i se di cuando acontece Jo llamado antijuridico “debe” acon- tecer la consecuencia juridica, este “deber ser” sélo significa —como categoria del Derecho— el sentido especifico en que la condicién juridica y Ja consecuen- cia juridica se cottesponden en la proposicién juridica, Esta categoria del Derecho tiene un caricter puramen- te formal, y por ello se diferencia principalmente de tuna idea trascendente del Derecho. Permanece aplica- ble cualquiera sea el contenido que tengan los hechos asi enlazados, de cualquier modo que fueran los actos 4 concebirse como derecho. A ninguna realidad, social puede discuvirsele Ia compatibilidad con esta categoria juridica por causa de la estructuracién de su conteni- do. Es categoria gnoseolégico-trascendentel en el sen- 50 tido de Ia filosofia kantiana, no mevafisico-trascenden- te, Justamente por esto conserva su tendencia radical- mente antiideolégica; por lo que cunde, precisamente en este punto, la més violenta resistencia de parte de a doctrina juridica tradicional, que dificilmente pue- de soportar que el orden de a Repiblica soviética deba ser concebido, como orden juridico, del mismo modo que el de la Ttalia fascista o al de la Francia de- mocritico-capitalista, €) Bl retorno al Derecho Natural y a la Metaftsice A partir de la conmocién social ocasionada por la Guerra Mundial, la teoria juridica tradicional esti en vias de retornar en toda la linea a la teoria del Derecho Natural; del mismo modo, también la Filosofia tradi- ccional se encuentra en pleno retorno hacia In metafi- sica prekantiana. En la misma situacién politica que Ja nobleza feudal a principios del siglo KIX, la burgue- sia recurte, a mediados del sigho XX, a las mismas ideo- logias politicas que est nobleza feudal defendia just: mente en Ja lucha contra esta burguesia. Y precisa- mente porque I Teoria pura del Derecho extrac las cconsecuenciastiltimas de la filosofia y Ja teotia juridi- ca del siglo XTX, originariamente antiideolégicas y po- itivistas, incurre en la mas enérgica oposicién con los ‘epigonos que reniegan de la filosofia trascendental kan- tiana y del positivismo juridico. sn 12, El Derecho como norma coactiva Con Ia categoria formal del deber ser o dela norma sélo se ha logrado, sin embargo, el concepto supremo, no la diferencia especifica del Derecho. La teotia ju- ridica del siglo XIX estuvo en Jo general acorde en cuanto a que la norma juridica seria una notma eo tiva en el sentido de una norma que manda Ia coaccién, ¥ que justamente por «xo se dstingue de otras normas. En este punto la Teoria pura del Derecho prosigue la tradicién de la teoria juridiea positivista del siglo XTX. Para ella, Ia consecuencia enlazada en le proposicion juridica a una determinada condicién es el acto conc tivo estatal, esto es, Ia pena y la ejecucién coactiva vil o administrativa, y solamente por eso la situacién de hecho condicionance e ealificada como To antijuri- dico, y la condicionada, como consecuencia de lo anti- juridico (Unrechtsfolge). No es ni guna cualidad in- ‘manente ni tampoco ninguna referencia a wna norma metajuridica, a un valor moral, es decir, trascendente al Derecho postivo, lo que hace que una determinada conducta humana haya de valer como antijuridica, ‘como delito en el mis lato sentido del vocablos sino tinica y exclusivamente, ef que esté puesta en la pro- posicibn juridica como condicién de una consccuen- cia especifiea, el hecho de que el orden jtiridico Positive reaccione contra esta conducta con un acto coactivo. 2 13. El concepto de lo antijuridico Considerado desde ef punto de vista inmanente que acepta Ia Teoria Pura del Derecho, el concepto de Io antijuridico experimenta un cambio esencial de sentido, Lo determinante para el concepto de lo antijuridien no @s el motivo del legislador, no es la ciccunstancia de ue un hecho sea contrario a los deseos de la autorided que establece las normas, de que sea —como se expresa incorrectamente— socialmente nocivo (aunque séle fuera licito decir: que sea tenido por tal por el legis. lador)s sino tiniea y exclusivamente, la posicién del ‘hecho cuestionado en ta proposicién juridiea: el ser la condicion para la reaccién especifica del Derecho, para el acto coactivo (que es la accién del Estado). Lo an. tijuridico es Is conducta, determinads en Ia propos. cién juridiea como condicién, de aquel hombre contra uien se dirige el acto coactivo estacuido en la proposi.

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