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Antífonas

Las antífonas son más numerosas que cualquier otra clase de canto llano; en
el Antifonario moderno se hallan alrededor de 1 .250. (Véanse, por ejemplo,
en NAWM 4, las antífonas para las segundas vísperas de la Natividad: 4b, Te­
cum principium; 4d, .Redemptionem; 4f, Exortum est in tenebris; 4h, Apud Do­
minum). Sin embargo, en muchas antífonas se emplea el mismo tipo melódi­
co, tras hacerse ligeras variaciones para acomodar el texto. Puesto que las
antífonas estaban originalmente destinadas a un grupo de cantantes más que
a un solista, las más antiguas suelen ser silábicas o sólo ligeramente ornamen­
tadas, con movimiento melódico gradual, ámbito sonoro limitado y ritmo
relativamente sencillo. Las antífonas de los cánticos son un poco más elabo­
radas que las de los salmos (por ejemplo, la del Magníficat, Hodie Christus
natus est, NAWM 4m).
En un principio es probable que la antífona -versículo o sentencia con
melodía propia- se repitiese después de cada versículo de un salmo o cánti­
co, como la frase «pues su bondad perdurará siempre» del salmo en latín 1 3 5
( 1 36 e n inglés). En tiempos más recientes, sólo la entonación o frase inicial
de la antífona se canta en primer lugar; tras el salmo se escucha la antífona
completa.
El estilo de la mayoría de las antífonas es bastante sencillo y refleja su ori­
gen melódico con carácter responsorial por parte d� la asamblea o el coro;
por ejemplo, las antífonas Redemptionem y Exortum est in tenebris de las se­
gundas vísperas de Navidad (NAWM 4d y 4f) . Algunas piezas bastante más
elaboradas, que en un principio fueron antífonas, dieron pie a cantos inde­
pendientes -por ejemplo, el introito, el ofertorio y la comunión de la misa,
y conservaron un solo versículo del salmo (véase el introito Puer natus est no­
bis, NAWM 3a) o ni siquiera éste (por ejemplo, el ofertorio Tui sunt caeli,
NAWM 3f, o la comunión Viderunt omnes, en NAWM 3i) . Las cuatro antí­
fonas marianas (llamadas de este modo, aunque en realidad son composicio­
nes independientes más que antífonas en el sentido litúrgico estricto) son de
una fecha relativamente tardía y sus melodías, en especial, hermosas (véase el
ejemplo 2. 1 ) .
Muchas antífonas fueron compuestas para las fiestas adicionales que se
introdujeron entre los siglos IX y XIII; a este mismo período pertenece cierto
número de antífonas no vinculadas a ningún salmo en particular; trátase de
piezas independientes para su empleo en procesiones y otras ocasiones espe­
ciales.

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