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De otra parte, se ha demostrado que es válido correlacionar la función

cerebral con la psicopatología: se sabe que, por ejemplo, hay relaciones entre
disfunciones de los ganglios basales con el trastorno obsesivo compulsivo, dis-
funciones temporales y límbicas con cuadros de manía depresión. En el sentido
opuesto, es también válido señalar que, por ejemplo, la psicopatología moto-
ra observada en el paciente puede señalar la localización de una enfermedad
cerebral; hay evidencia de que tanto la apatía como el síndrome amotivacional
señalan una disfunción de los circuitos frontales; o que las alteraciones en la
expresión emocional, de carácter súbito y pasajero, se han asociado con lesiones
subcorticales y límbicas12. Sin embargo, estas observaciones deben ser cuida-
dosamente analizadas, contextualizadas y validadas en cada caso, evitando ge-
neralizaciones innecesarias y contraproducentes, porque en la mayoría de los
procesos psicopatológicos, en la actualidad, se desconocen elementos claves
de la patofisiología del funcionamiento cerebral anormal.

12. M. Taylor and N. Vaidya, ibidem.

Lo sensomotor y lo afectivo como núcleos organizadores del psiquismo • 39

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