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MAESTRO, HAMBRE, LETRAS Y PAN

Profesor Fredy Rolando Chinchilla

Azadones como lápiz, cuadernos de tierra


Genios de la nada no por que quisieran
Si halla en la montaña, la aldea, la sierra,
Tan sólo un maestro nunca lo tuvieron.

Así fue el principio, ese fue el inicio,


Por eso es que tantos ni leen ni escriben,
Muchos se extraviaron, hermanos del vicio,
Y así analfabetas por siempre es que viven.

Niños desnutridos, comida que no iguala,


Vida que no es vida la que llevan hoy,
Parte de la historia de mi Guatemala,
Porque la conozco, pues maestro soy.

Perdón señor por llamarme maestro;


Porque tú fuiste primero en la historia,
Instruir nos toca, ese es el pan nuestro,
Nuestro camino y nuestra trayectoria.

Tantas veces nos equivocamos,


Somos humanos y sentimos miedo,
Porque no todo muy bien lo abarcamos,
Pero con tu ayuda decimos: Yo Puedo.

Bienvenidos sean, gritan las montañas,


Quebradas que apagan la sed nuestra,
Maestros camina todas las mañanas,
Y otro camino, camina a mi diestra.
La educación es luz, es lumbre
Y debe ser el gran comienzo,
Debe ir del plan hasta la cumbre,
Y elevarse a Dios como el incienso.

Yo quisiera que en mi patria


Todos se levantarán, como aquel
que, a un gran ideal idolatra,
Como el maestro que así mismo es fiel.

Escuela de la vida, la vida es escuela,


Donde se aprende de nada y de todo,
Pero las letras cambian y la instrucción vela,
Por cambiar en algo, por cambiar un modo.

En mi patria grande existen problemas


Y las soluciones se ven muy lejanas,
Las niñas bonitas luciendo diademas
Se van a la escuela, se van como hermanas-

Maestros rurales y del área urbana,


Barracas y jacales que sirven de escuela,
Por mucho que piensen en la raza humana
No tienen trabajo, ése es el problema.

Laica, gratuita y obligatoria


Pero a muchos detiene el hambre,
Se ve muy lejana, lejos la victoria,
No, no se aprende cuando existe el hambre.

La gran caravana se marcha… y a dónde,


Sin duda muy lejos, a buscar trabajo,
Y allá el ex alumno a su padre responde,
Al cortar la caña de un solo tajo.
Verticales líneas y horizontales,
Las que va dejando el arado en el suelo,
En donde mañana veréis maizales
Que son su sustento y su gran consuelo.

Escúchame Señor, yo te lo ruego,


Pues soy el eje que a mi aldea mueve,
Hoy vengo, voy, regreso y llego,
Porque en un sol jamás cuaja nieve.

Pan del saber que aquel tanto espera,


Y de tanto hacerlo ya se ha marchado,
Quien diera la vida porque así no fuera,
Porque sin quererlo se ha equivocado.

A ti compañero mi llamado es fiel,


Si trabajas lejos o quizás muy cerca,
Amargas comidas se te vuelven miel,
Piedras del camino vuélvanse azulejos.

Que la educación sea lo primero,


Que abarque la tierra en su inmensidad,
Que lean y escriban es lo que más quiero
Y si no se logra, es tu voluntad.

Allá va el maestro y va bien cargado


De conocimientos y de una oración,
Para combatir lo que ha descuidado,
Minuto en silencio por la educación.

La vida en mi tierra se ha vuelto muy dura,


Y como maestro he sentido el engaño,
Si esto es eterno y por siempre perdura,
No llores mi patria, pues Yo te acompaño.

FIN

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