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ALUMNO:
2018 – I
1. EXPLIQUE LAS CONDICIONES AMBIENTALES EN QUE SE ORIGINO LA VIDA EN LA
TIERRA
La Tierra se formó hace 4.600 millones de años. Cerca de 1000 millones de años más tarde
ya albergaba seres vivos. Los restos fósiles más antiguos conocidos se remontan a hace
3.850 millones de años y demuestran la presencia de bacterias, organismos rudimentarios
procariotas y unicelulares.
Las condiciones de vida en esa época eran muy diferentes de las actuales. La actividad
volcánica era intensa y los gases liberados por las erupciones eran la fuente de la atmósfera
primitiva, compuesta sobre todo de vapor de agua, dióxido de carbono, nitrógeno,
amoníaco, sulfuro de hidrógeno y metano y carente de oxígeno. Ninguno de los organismos
que actualmente vive en nuestra atmósfera hubiera podido sobrevivir en esas
circunstancias. El enfriamiento paulatino determinó la condensación del vapor y la
formación de un océano primitivo que recubría gran parte del planeta.
Características:
Los nucleótidos de cada una de las dos cadenas que forman el ADN
establecen una asociación específica con los correspondientes de la
otra cadena. Debido a la afinidad química entre las bases, los
nucleótidos que contienen adenina se acoplan siempre con los que
contienen timina, y los que contienen citosina con los que contienen
guanina. Las bases complementarias se unen entre sí por enlaces
químicos débiles llamados enlaces de hidrógeno.
Los seres humanos destacan por tener un ADN conformado por dos moléculas. Se trata de
dos filamentos entrelazados formando una hélice doble, que se mantiene estable gracias a
los distintos enlaces de hidrógeno de las bases. Cada una de estas moléculas, a su vez,
puede descomponerse en unidades más pequeñas, llamadas nucleótidos. De igual manera, si
descomponemos un nucleótido, encontraremos los distintos grupos fosfatos, bases
nitrogenadas y azúcares que lo conforman.
Una de las propiedades que definen el ADN, es precisamente su famosa dualidad de bases
que las empareja de dos en dos, también conocido como un mecanismo de copia, y que
forman un apareamiento específico en función de la base. Por ejemplo la base de adenina
sólo puede juntarse o emparejarse con una base de citosina. Del mismo modo, una base de
citosina sólo puede aparearse con una base de guanina. Estas propiedades suponen una
característica importantísima para la conformación del ADN.
Otra propiedad que define la naturaleza del ADN se basa en un tipo de estructuras, en
contacto con las bases, que permite la formación de dos tipos de ranuras cuyo desempeño
resulta esencialmente importante para su funcionamiento. Estas ranuras permiten que las
proteínas puedan unirse a las bases, y en ocasiones, algunas de estas proteínas tienen sus
propias funciones específicas. Son las denominadas proteínas de factor de transcripción.
El factor de transcripción, entre otras cosas, tiene una gran cantidad de funciones
importantísimas para las células. Por ejemplo, puede marcar las directrices de crecimiento
de un grupo de células, constituyendo para bien el crecimiento de un tejido, o en su defecto
desarrollando, para mal, la formación de un tumor. El factor de transcripción también tiene
una propiedad importantísima en el desarrollo de la comunicación entre las células.
Las ranuras del ADN facilitando por tanto la unión de las proteínas, ya sea factor de
transcripción o no, y por tanto sirven para mantener los procesos celulares de manera
efectiva dentro del cuerpo.
Agua y oxígeno
Aunque el agua es importante para iniciar la germinación, hay que tener cuidado de no
inundar o sobrepasarse con la cantidad de agua de riego, puesto que un exceso de agua en el
sustrato, reduce el oxígeno necesario para la respiración de la semilla. En paralelo a la
imbibición, la semilla comienza a respirar (usando el oxígeno disponible), dando paso a la
reactivación del metabolismo de la semilla (Fase II de la germinación), en la que se usan y
se queman las reservas guardadas como carbohidratos, lípidos o proteínas, según sea la
naturaleza de la semilla. En el caso de las
oleaginosas, la reserva principal son las grasas o
lípidos, en las leguminosas las proteínas y
carbohidratos, mientras que en el caso de los cereales
es el almidón. Con el uso de estas reservas es que
posteriormente crecerá el embrión (Fase III de la
germinación) generándose en inicio una radícula, con
lo que termina el proceso.
Radiación
Por lo general (no en todos los casos), las semillas muy pequeñas tienen poca cantidad de
reserva energética en el endospermo o en cotiledones, por lo que necesitan detectar la
presencia de luz para germinar y garantizar así la sobrevivencia de la futura plántula.
Ejemplo de lo anterior lo constituyen algunas variedades de lechuga (buscar otras semillas
fotoblásticas positivas). Por otro lado, las semillas grandes como por ejemplo las del maíz,
tienen suficiente reserva energética como para germinar en luz y oscuridad (buscar otras
semillas afotoblásticas o neutras) mientras hay otras especies que solo germinan en
oscuridad (buscar fotoblásticas negativas).
Las semillas de malezas generalmente son fotoblásticas positivas, razón por la cual
germinan aquellas que quedan expuestas a la radiación solar después de voltear el suelo con
el paso de maquinaria agrícola. Que no germinaran a profundidades mayores en el suelo
responde a un tipo de latencia, que garantiza la germinación escalonada del banco de
semillas del suelo, y por ende, también la sobrevivencia de la especie en el tiempo. Para
semillas con estas características la radiación estimula la germinación debido a que fomenta
la reactivación del metabolismo, y a la posterior producción de hormonas que estimulan la
germinación, como por ejemplo las giberelinas
Muchas veces la latencia de semillas tiene que ver con este factor. En el caso de semillas de
cereales, la germinación se ve estimulada por la síntesis de la hormona giberelina, mientras
que el ácido abscísico es un potente inhibidor de la germinación. Si se pretende propagar
plantas haciendo uso de semillas que tienen este “problema”, se deben realizar tratamientos
previos como la lixiviación o lavado de las mismas con agua corriente o estratificación.
Cubierta seminal
Puede ser otra causa de latencia en semillas. Si la cubierta seminal es muy gruesa o dura, el
proceso de imbibición puede hacerse lento o casi nulo, o la radícula tendrá que hacer
mucho esfuerzo para atravesarla. En ambos casos, el proceso de germinación puede
detenerse. Para las semillas gruesas o duras, se hace necesaria la aplicación de tratamientos
de escarificación química o mecánica, con fines de reducir el espesor de la cubierta seminal
y favorecer el proceso.
4. ESQUEMATIZAR Y EXPLICAR LAS CARACTERISTICAS DE UN ECOSISTEMA MINERO
Oligoceno:
Plioceno:
El Plioceno es la época geológica que comienza hace 5 332 000 años y termina hace
2 588 000 años. El Plioceno sucedió al Mioceno y es anterior al Pleistoceno. Es la
segunda época del periodo Neógeno. Anteriormente comprendía también
el Gelasiense (finalizando hace 1 806 000 años), pero una revisión en 2009 de
la Comisión Internacional de Estratigrafía ha pasado esta etapa al Pleistoceno.
Las fronteras del Plioceno no están establecidas como un evento mundial fácilmente
identificable, sino como una serie de fronteras regionales entre el Mioceno, cálido, y el
Plioceno, más frío.
Ardipithecus ramidus
Australopithecus afarensis
Lucy
Pleistoceno:
Comienza con grandes cambios en el clima de la Tierra, los océanos, y la biota que se
produjeron entonces (2588 millones de años) y que corresponden al límite
magnetoestratigráfico Gauss-Matuyama (cuando se invirtió el campo magnético de la
Tierra). Finaliza con la última glaciación Würm, hace unos 11 800 años. Se divide en
cuatro edades o pisos: Gelasiense, Calabriense, Ioniense y Tarantiense.
Homo rudolfensis
Holoceno:
Homo sapiens