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DONNA HARAWAY ESPE, vp Ce, ee. Q “> o “Especies de compafia” es una categoria mis grande y heterogénea que “animal de compafia’, y no sdlo porque la primera deberia incluir seres or- ginicos rales como el arroz, las abejas, los tulipanes y la flora intestinal, todos los cuales hacen de la vida humana lo que es ~y viceversa~. Quiero escribir el santo y sefia de las “especies de compafiia” para in- sistir en cuatro tonos que resuenan simulténeamen- te en la laringe lingiiistica e histérica y que posibi- litan pronunciar este término. Primero, como una responsable hija de Darwin, insisto en los tonos de la historia de'la biologia de la evolucién, con sus categorias de poblaciones, tasas de flujo genético, variacién, seleccién y especies bioldgicas. Los de- bates en los iiltimos ciento cincuenta aos giran en corno a si la categoria especi tidad bioldgica real o simplemente representa los tonos altos ~y bajos- de una convenience caja de ” denota una en- resonancia taxonémica. La especie trata acerca del tipo biolégico y son necesarios los conocimientos cientificos para ese tipo de realidad. Lo postciborg, 30 UNsvueuctatueas ewes que cuenta como un tipo biolégico, problematiza las categorias previas de organismo. Lo maquinico y lo textual son internos a lo orginico, y viceversa, de formas irreversibles Segundo, educada por Tomas de Aquino y otros aristotélicos, entiendo las especies como un tipo y una categoria filoséfica genéricgs. La especie trata de definir la diferencia, enraizada en fugas polivo- cales de doctrinas de la causa. ‘Terceto, con mi alma indeleblemente marcada por una formacién catélica, escucho en las especies la doc- trina de la Presencia Real bajo las dos especies, el pan y dl vino, los signos transubstanciados de la carne, La especie trata sobre la unién corpérea de lo material y lo semidtico de formas inaceprables para las sensi lidades protestantes seculares de la academia nort mericana y para la mayoria de versiones de la ciencia humana de la semiética Cuarto, convertida por Marx y Freud, y tenien- do debilidad por las etimologtas amBiguas, escu- cho en la especie el lucro indecente, las monedas, el oro, la mierda, la suciedad, la riqueza. En Loves Body {El cuerpo del amor), Norman O. Brown me 31 — Divina Hasna | mostré la unién de Marx y Freud en la mierda y el oro, en la caca primitiva y el metal civilizado, en especie. Me encontré con esta unién otra vez en la moderna cultura canina estadounidense, con su exuberante cultura de la mercancia, sus vibrantes pricticas del amor y del deseo, sus estructuras que ligan al estado, a la sociedad civil y al individuo liberal, sus tecnologias mestizas de creacién del su- jeto -y del objeto de pura raza. Mientras enfundo mi mano en el film de plistico ~cortesia de los im- perios de investigacién de la industria quimica— que protege mi matutino New York Times, para recoger los ecosistemas microsc6picos, llamados caca, produ cidos de nuevo cada dia por mis perros, encuentro las bolsas para cacas de perro casi un chiste, que me hace aterrizar de vuelta a las historias sobre la encarnacién, la economia politica la ecnociencia y la biologia. En suma, las “especies de compafia” tratan so- bre una composicién en cuatro partes, en la que la co-constitucién, la finitud, la impureza, la histori- cidad y la complejidad son lo que hay. El manifiesto de las especies de compara trata, en- tonces, sobre la implosion de la nacuraleza y de la 32 | Narvaucurtunas evensentes cultura en la incansable e histéricamente especifica vida compartida de los perros y las personas, los cuales estin vinculados en la alteridad significativa Muchos son interpelados en ese relato, y el cuento «s instructivo también para aquéllos que tratan de mantener una distancia higiénica. Quiero conven- cer a mis lectores de que los habitantes de la tec- nocultura nos convertimos en lo que somos en el tejido simbiogenético de la naturocultura, en relato yen acto. Tomo la palabra “interpelacién” de la teoria del fildsofo francés postestructuralista y marxista Louis Althusser para explicar cémo los sujetos son consti- tuidos desde la individualidad concreta siendo éstos “aclamados” a través de la ideologia dentro de sus posiciones de sujeto en el estado moderno. Hoy los, animales nos “aclaman”, a través de nuestras ideo- logicamente cargadas narrativas sobre sus vidas, para dar cuenta de los regimenes en los que ellos y nosotros debemos vivir. Nosotros los “aclamamos” dentro de nuestros constructos de naturaleza y cul- ‘ura, con importantes consecuencias para la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, la longevidad ‘ y la extincién. También vivimos unos con otros en carne y hueso, de maneras no agotadas por nuestras ideologias. Los relatos son mucho mas grandes que > las ideologias. En ello estd nuestra esperanza, En esta larga introduccién filoséfica, estoy vio- lando Ia mayor norma de Notas de la hija de un iperiodista deportivo, mis caninos apuntes en honor a mi padre, periodista deportivo, que salpican este manifiesto. Las Notas requieren que no haya des- viacién de los propios relatos de los animales. Las lecciones tienen que ser una parte inextricable del relatos es una norma de la verdad como género para aquéllos de nosotros —catélicos practicantes y no practicantes, y sus compafieros de viaje~ que creen — que el signo y la carne son uno. Para reportar los hechos y contar una historia verdadeta escribo Notas de la hija de un periodista deportive. El trabajo de un periodista deportivo es, © al menos lo era, reportar el relato del juego. Lo sé porque cuando era nifia me sentaba hasta bien ‘entrada la noche en la cabina de prensa del est: del equipo de beisbol de la Triple-A Denver Bears, viendo a mi padre escribir y archivar sus relatos 3 del juego. Un periodista deportivo, quiz mas que otros periodistas, tiene un trabajo curioso ~contar qué pasé hilando un relato que s6lo esti en los he- chos-. Cuanto mas vivida la prosa, mejor; efecti- vamente, si esté fielmente elaborado, cuanto mas potentes sean los topos, mas veridico es el relato. Mi padre no queria tener una columna de deportes, tuna actividad mas prestigiosa en el negocio de los, periddicos. Queria escribir los relatos de los juegos, permanecer cercano a la accién, contatlo tal cual ra, no indagar en los escandalos y en los dngulos del merarrelato: la columna. La fe de mi padre esta- ba en el juego, donde el hecho y el relato cohabitan. Creci en et seno de dos grandes instituciones 4que argumentan la creencia moderna en el divorcio no contencioso, basado en diferencias irrevocables, entre el relato y el hecho, Ambas instituciones la Iglesia y la Prensa— son célebremente corruptas, cé- lebremente despreciadas (pero constantemente usa- das) por la ciencia y, no obstante, indispensables a la hora de cultivar la insaciable hambre de verdad de la gente. Signo y carne; relato y hecho, En mi casa natal, las parejas generativas no se podian separar. 35 Divina Hanan Estaban atados, caninamente hablando, de forma {/sueia y sin cuartel. Con raz6n la culeuray la natura- leza implosionaron para mi de adulta. Y en ningin sitio tuvo esa implosién més fuerza que viviendo la relacién y pronunciando el verbo que pasa por ser \ un sustantivo: especies de compaiia, Es eso lo que San Juan quiso decir al afirmar: “el verbo se hizo carne"? Al final de la novena entrada, los Bears van abajo por dos carreras, con tres en la base, dos eli- minados y dos strikes, zcon la fecha limite para ar- chivar el relato cinco minutos después? “También creci en la casa de la ciencia y aprendi, en corno a la época en la que empezaron a entrar en erupcién mis pechos, cudntos pasajes subterraneos existen conectando los Estados Unidos y cuantos enganches mantienen juntos el signo y la carne, el relato y el hecho, en los palacios del conocimien- to positivo, la hipdtesis falsable y la teoria sinté- tica. Dado que mi ciencia era la biologia, apren- ronto que teniendo en cuenta la evolucién, el desarrollo, las funciones celulares, la complejidad del genoma, el moldeamiento de la forma a través del tiempo, la ecologia comportamental, los siste- % Nerutucuerunas aucune * mas de comunicacién, la cognicién ~resumiendo, teniendo en cuenta cualquier cosa digna del nom- bre de biologia no era tan diferente archivar un relaco de un partido que vivir con el misterio de la encarnacién. Para hacer biologia con algin tipo de fidelidad el practicante debe contar un relato, debe conseguir los hechos y debe también tener el valor para permanecer hambriento de verdad y para abandonar un relato favorito, un hecho fa- vorito, que se muestra para ser, de algtin modo, toralmente innecesario, El practicante debe tam- bign tener el valor para permanecer con un relato en las buenas y en las malas, para heredar sus re- sonancias discordantes, para vivir sus contradic- ciones, cuando ese relato logre una verdad sobre la vida que importe. No es ese tipo de fidelidad lo que ha hecho florecer la ciencia de la biologia evolutiva y alimentar el hambre corpérea por el conocimiento de mi gente durante los tltimos, ciento cincuenta ais? + Etimologicamente, los hechos se refieren a la re- presentacién, ala accidn, a las obras realizadas ~a las hazafias, en resumen-. Un hecho es un participio 37 pasado, un cosa hecha, terminada, fija, mostrada, representada, consumada. Los hechos han creado la fecha | a edicidn del petiddico. La ficcién, etimoldgicamente, esti muy cerca, peto difiere en la categoria gramatical y en el tiempo verbal. Como los hechos, la ficcidn se refiere ala accién, peto la ficcién trata sobre el acto de fa- bricar, formar, inventar, ast como simular 0 amagar. ite para entrar en la pré Extraida de un participio presente, la ficcién esta en proceso y todavia en juego, inacabada, atin propensa a entrar en conflicto con los hechos, pero también susceptible de mostrar algo que todavia no sabemos que es verdadero, pero que se sabra. Vivir con animales, habitar sus/nuestros relatos, tratar de contar la verdad sobre la relacién, una historia co-habitada y activa: és es el trabajo de las ‘especies de compaia, para las que “la relacibn’” es la unidad de andlisis mas pequeia posible. Entonces, archivo relatos sobre perros para vivir en estos dias, Todos los relatos trafican con tropos, es decir, con figuras del discurso necesarias para de- cir cualquier cosa. Tropo (griego: srapés) significa virar 0 viajar. Todas las lenguas viran y viajan; nun- I Narumevutueas euemsentes ca hay un significado directo; sélo el pensamiento dogmitico cree que una comunicacién libre de tro- os es nuestro campo, Mi tropo favorito para los relatos de perros es el “metaplasmo”. El metaplasmo significa un cambio en el mundo, por ejemplo, afia- diendo, omitiendo, invirtiendo o transponiendo sus letras, silabas 0 sonidos. El término viene del griego metaplasmés, que significa remozar 0 remodelat. El metaplasmo es un término genérico para casi cual- quier tipo de alteracién en una palabra, intencionada © inintencionada. Uso el meraplasmo para referirme al remozamiento de la carne canina y humana, al re- mozamiento de los eédigos de la vida en la historia de la relacidn entre especies de compaifa. Comparad y contrastad “protoplasma’, “cito- plasma’, “neoplasma” y “germoplasma’, Hay un gusto biolégico por el “metaplasmo” ~precisamen- te lo que quiero en las palabras acerca de las pa- labras-. Carne y significante, cuerpos y palabras, relatos y mundos: todos ellos estin unidos en las naturoculturas. E] metaplasmo puede significar un error, un traspié, un tropo que crea una diferen- cia carnal, Por ejemplo, una sustitucién en una ca- ed Dans Hasna dena de bases en un acido nucleico puede ser un meraplasmo, cambiando el significado de un gen y alterando el curso de una vida. O una prictica remozada entre los criadores de perros, como hacer mas cruces y menos crias endogimicas, podria ser el resultado del cambio en los significados de palabras como “poblacién” o “diversidad”. Invertir los signi- ficados, transponer el cuerpo de la comunicacién, remodelar, remozar, virar para contar la verdad: cuento relatos sobre relatos, todo el rato. Guau. Implicitamente, este manifiesto trata sobre mis cosas que la relacién entre los perros y las perso- nas, Los pertos y las personas configuran un uni- verso, De forma clara, los ciborgs ~con sus solidi- ficaciones historicas de lo maquinico y lo orginico en los cédigos de informacién, donde los limites tratan menos sobre la piel que sobre las densidades, estadisticamente definidas de signos y ruido~ enca- jan dentro del taxén de las especies de compaiia. Es decir, los ciborgs suscitan todas las preguntas, sobre historia, politica y ética que los perros requie- ren. Mantenimiento, crecimiento, diferencias de poder, escalas de tiempo —todo ello les atafe a los 0 I Nevunseuctonas emeaaente ciborgs-. Por ejemplo, ;que tipo de escala temporal podria dar forma al régimen laboral, alas estrategias de inversin y a los patrones de consumo en los que el tiempo generacional de las méquinas de informa- cin se convierta en compatible con el tiempo gene- racional de las comunidades y ecosistemas humanos, animales y vegetales? Gus es el tipo correcto de bol- sita de caca de perro para un ordenador un asiste te personal digital? Como poco, sabemos que no es un vertedero de electrnica en México 0 en la India, donde a los carrorieros humanos se les paga mas que nada por procesar los desechos ecolégicamente toxi- 0s de los que estin mejor instruidos, El arte y la ingenieria son pricticas naturales hermanas para acoplar especies de compafiia. De este modo, el enganche del paisaje humano en- caja de forma ajustada dentro de la categoria de especies de comparifa, evocando todas las cues nes sobre las historias y las relaciones que sueldan las almas de los perros y sus humanos. El escultor escocés Andy Goldsworthy comprende bien esto. Las escalas y los flujos de tiempo que atraviesan la carne de las plantas, de la tierra, del mar, del hielo a Downs Hasanar y de la piedra consumen a Goldsworthy. Para él la historia de la tierra esta viva, y esa historia esti compuesta fuera de las relaciones polimorfas de la gente, los animales, el barro, el agua y las rocas. El trabaja a las escalas de los cristales de hielo es- culpidos entrelazados con ramiras, de los estratos de roca cénicos del tamaiio de un hombre construidos cn zonas intermareales con gran oleaje de la costa y de los muros de piedra que atraviesan largos tramos de campifia. Tiene un conocimiento de ingeniero y de artista de fuerzas como la gravedad yy la friccién. Sus esculturas aguantan a veces segundos, a veces décadas, pero nunca pierde la conciencia de la mor- talidad y el cambio. El proceso y la disolucién -y las agencias tanto humanas como no humanas, asi ‘como animadas ¢ inanimadas~ son sus compafieros y sus materiales, no s6lo sus temas. En la década de los noventa, Goldsworthy rea- lizé una obra llamada Arch. Ely el escritor David Craig rastrearon una vieja ruta de pastores de ovejas desde los pastos escoceses hasta una ciudad de mer- cado inglesa. Fotografidndolo mientras lo seguian, ensamblaban y desensamblaban un arco de arenis- | Nerumccuruas evenoenre Teta Se tere Fig. 1 Elinfierno border colle. El adiestrador en esta fotogra fia es el famoso autor inglés y participante en competiciones de perros pastores Thomas Longton «a rojo autosustentante en lugares que marcaban la historia pasada y presente de los animales, la gente y la tierra. Los drboles que faltaban y los aldeanos, el relato de los cercados y los crecientes mercados de lana, los tirantes lazos entre Inglaterra y Escocia durante siglos, las condiciones de posibilidad del trabajo de los perros pastores y los pastores asala- riados escoceses, las ovejas comiendo y marchando hacia el esquileo y el matadero -todo ello se con- memora con el arco de piedra mévil que atina geo- agrafla, historia e hist natural-, rons Haar | El collie implicito en el Arch de Goldsworthy no es tanto un “Lassie ven a casa” como un “largo, aldeano”. Esta es una de las condiciones de posibi lidad del inmensamence popular programa de te- levisién briténico de finales del siglo XX sobre los, brillantes y trabajadores perros pastores, los border collies de Escocia. Conformados genéticamente por los competitivos concursos de perros pastores desde finales del siglo XIX, esta raza ha hecho este deporte merecidamente famoso en varios continen- ma raza de perro que domina el deporte agility en mi vida. Es también la raza que se abandona en grandes cantidades para ser rescatada por dedicados voluntarios o para ser asesinada en los refugios de animales porque la gente que veia esos famosos programas de televisién sobre aquellos, perros talentosos querian comprar uno en la tienda de animales, criados como champifiones para sa- tisfacer la demanda, Los compradores compulsivos pronto se encontraron con un perro serio al que no podian satisfacer con el trabajo que un border collie necesita, :Dénde estd acaso el trabajo de los pasto- res asalariados y de la oveja productora de alimento tes. Esta es la mi 4 | Neuavcuctueus etenaentes ¥ tejido en este relato? ;De cudntos modos distintos heredamos en nuestras carnes la turbulenta historia del capitalismo moderno? ‘Cémo vivir éticamente en estos flujos mortales y finitos que tratan sobre las relaciones heterogéneas ~y no sobre el “hombre” es una cuestién implici- en el arte de Goldsworthy, Su arte esté inexora- blemente en sintonia con las especificas formas de habitar la tierra de los humanos, pero no es ni un arte humanista ni naturalista, Es el arte de las na- turoculturas. La relacién es la unidad mas pequefia de aniilisis, y la relacién trata acerca de la alteridad significativa en todas sus escalas. Este es el modo de atencién ético, 0 quizd el mejor, con el que debe- ‘mos aproximarnos a las largas cohabitaciones de la gente con los perros. Entonces, en El manifiesto de las especies de com- aviéa, quiero contar relatos sobre la relacién con la alteridad significativa, a través de la cual los com- pafieros se convierten en lo que somos en carne y signo. Los siguientes relatos de perros peludos so- bre evolucién, amor, entrenamienco y tipos de razas me ayudan a pensar sobre cémo vivir bien juntos, s Devins Hasaer con el huésped de las especies con las cuales los se- res humanos emergen en este planeta en cada esca- la de tiempo, cuerpo y espacio. Las informaciones que oftezco son mis idiosinerdticas ¢ indicativas que sistemdticas, tendenciosas mas que juiciosas, y enrai- zadas en cimientos contingentes mas que en premi- sas claras y distintas. Los perros son aqui mi relato, pero son sélo un tinico jugador en el amplio mundo de las especies de compaiia. Las partes no suman el todo en este manifiesto -o en la vida, en las naturo- culturas-. En su lugar, estoy buscando las “conexio- nes parciales” de Marilyn Strathern, que cratan sobre las geometrias contraintuitivas y las traducciones incongruentes necesarias para llevarnos bien, donde inos de la los trucos jencia y la comunién in- mortal no son una opcién. 46 Relatos de evolucion A todo el mundo que conozco le gustan los relatos sobre el origen de los perros, Arestados de significado para sus avidos consumidores, estos re- latos son el macerial del que estan hechas tanto las grandes historias de amor como la sobria ciencia, todo mezclado al mismo tiempo. Las historias de las migraciones humanas y de los intercambios, la naturaleza de la tecnologia, el significado de lo salvaje, y las relaciones de los colonizadores y los colonizados baftan estos relatos. Problemas como juzgar si mi perro me ama, organizando escalas de inteligencia entre los animales, o entre los animales y los humanos, y decidir silos humanos son los que mandan 0 los ingenuos se sostienen en el resulta- Divine Hasan do de una sobria investigacién cientifica. Evaluar la decadencia de la progresividad de las razas, juzgar siel comportamiento del perro es cosa de los genes fo de la crianza, escogiendo entre las afirmaciones de los anaromistas y de los arquedlogos desfasados, co entre las de los hechiceros moleculares de moda, establecer los origenes en el Nuevo o en el Viejo Mundo, figurar el ancestro de los chuchos como el noble lobo cazador que persiste en las modernas especies en peligro o como un carrofero rastrero teflejado en los simples perros de pueblo, buscar a una o a varias Evas caninas sobreviviendo en su ADN mitocondrial 0 quizés a un Adin canino a través de su herencia del cromosoma Y se entiende ‘que esti en juego todo ello y mucho més-. El dia que escribi esta seccin de El manifieso de las especies de compara, las grandes cadenas, desde la PBS hasta la CNN, daban la noticia de tres art calos de la revista Science sobre la evolucién de los perros y la historia de la domesticacién. En cues- tién de pocos minutos, empezaron a bullir las dis- cusiones sobre las implicaciones de la investigacién en numerosas listas de correo electrdnico sobre el 43 | Rexatos ve evoweion mundo de los perros. Las direcciones de paginas web volaron a través de los continentes llevando las noticias al mundo ciborg, mientras que los mera- mente alfabetizados seguian la historia en los dia- tios de Nueva York, Tokio, Paris 0 Johannesburgo Qué esta en juego en este floreciente consumo de Jos relatos cientificos sobre el origen, y cémo pue- den estas explicaciones ayudarme a entender la re- lacién que hay entre especies de compatiia? Las discusiones sobre la evolucién de los prima- tes, y especialmente de los hominidos, pueden ser el més importante ring de pelea de gallos de las ciencias biolégicas contemporineas, pero al campo de la evo- lucién canina raramente le fatan las peleas de perros entre los cientificos humanistas y los escritores popu- lares. Todo ello sin contar con que la aparicién de los perros en la tierra sigue sin ser discutida y que sigue cestando fuera de lugar para sus partidarios. Tanto en los mundos caninos populares como en los profe- sionales lo que esti en juego es doble: 1) la relacién. entre lo que se considera como naturaleza y lo que se considera como cultura en el discurso occidental yen el de sus primos, y 2) la cuestién relacionada de ” Dirovs Hasan quién y qué cuenta como actor. Estas cosas impor- tan para la accién politica, ética y emocional en la tecnocultura. Como partidaria del mundo del perro dentro de los relatos evolucionistas, busco formas de conseguir la co-evolucién y la co-constitucién sin desnudar al relato de sus brutalidades ni de sus belle- zas multiformes. Se dice que los perros son el primer animal do- méstico, desplazando al cerdo de ese honor primor- dial, Los recnéfilos humanistas representan la domes- ticacién como el acto paradigmético delo masculino, Jo monoparental y la aurogestacién, por medio de la catal el hombre se hace asi mismo repetitivamente, de Ja misma manera que inventa (crea) sus herramien- tas. Fl animal doméstico es la herramienta que cam- bia una época, haciendo realidad la meta humana en, carne y hueso, en una corpérea versién canina del onanismo. El hombre cogié al lobo (libre) y lo con- virtié en perro (servil) y aquello hizo la civlizacién posible. ;Un cruce entre Hegel y Freud en la perrera? Dejemos al perro simbolizar a todas las plantas y a las expecies de animales domésticas, sometidas a los objetivos humanos en los relatos de progreso ascen- 30 1 Rexatos oc ewaucion dente o de destruccidn, segtin el gusto. A los ecolo- ts profundos les encanta creer en estos relatos para odiarlos en nombre de lo Salvaje, que existia antes de la Caida en la Cultura, precisamente del mismo modo como los humanistas creen en ellos para eludie las intrusiones biolégicas en la cultura. Estas teorias convencionales han sido absolura- mente revisadas en los iltimos afios, cuando la dis- tribucién de cualquier cosa es el quid de la cuestin por encima de todo, incluyendo en la perrera. A pesar de que sé que son pasajeras, me gustan es- tas versiones metaplismicas y remodeladas que les otorgan a los perros (y a otras especies) los prime- ros movimientos en la domesticacién y mas tarde la coreografia de una danza sin fin de agencias distei- buidas y hererogéneas. Aunque son pasajeros, creo que los relatos més recientes tienen mayores posibi- lidades de ser verdaderos, y desde luego que tienen mayores posibilidades de ensefiarnos a prestar aten- cidn a la alteridad significativa como algo distinto del reflejo de las intenciones propias. Los estudios sobre ef ADN mitocondrial de los perros, como si fuera un ¢etof molecular, han indi- 51 ona Hana | lies i cado la emergencia de los perros antes de lo que an- teriormente se ctefa posible, El experimento del la boratorio de Carles Villi y Robert Wayne en 1997 defendic la segmentacién de los pertos de entre los lobos hace ciento cincuenta mil afios ~es deci, en el origen del Homo Sapiens Sapiens Esa fecha, no corroborada por evidencias isiles o arqueolégicas, ha cedido el paso en los subsiguientes estudios de |ADN a algin momento entre hace cincuenta mil ¥ quince mil afos atris, siendo favorecidas por los cientifcos los datos més recientes porque per- riten la sintesis de todos los tipos disponibles de evidencias, En ese caso, parece como si los perros hubieran emergido primero en algiin lugar del este de Asia durante un tiempo bastante breve en un paquete de eventos distribuido y luego se hubieran propagado velozmente por el mundo entero, yendo ‘va cualquier lugar adonde fueran los humanos. Muchos analistas argumentan que el escenario mis probable de aparicién se compone de unos lo- «bos aspirantes a perros que van adquiriendo ventajas por primera vez de las bonanzas caldricas proveidas por los vertederos de desechos humanos. Debido a 82 ( Reuss ue evouueon sus movimientos oporcunistas, aquellos perros emer- gentes podrian haberse adaptado en su comporta- miento, y finalmenceen su genética, a una reduccién de las distancias de colerancia, a una huida menos agresiva, a una coordinacidn temporal del desarrollo de los cachorros con mayores oportunidades para la socializacién entre especies y a una ocupacién para- lela mas confiada de dreas también ocupadas por los peligrosos humanos, Los estudios sobre el pelaje de los zorros rusos seleccionados durante generaciones en base a una docilidad diferencial muestran mu- chos de los rasgos morfolégicos y comportame: tales asociados con la\domesticacién] Estos zorros podrian ser el modelo de ia emergencia de un tipo de proto-"perro de pueblo”, genéticamente cercano a los lobos, como ocurre en todos los perros, pero bastante distinto en cuanto al comportamiento y receptivo a los intentos humanos de llevar atin més Iejos el proceso de domesticacién, Tanto por un control deliberado de la reproduccién de los perros (por ejemplo, matando a los cachorros indeseados © alimentando a unas hembras y a otras no) como Por consecuencias inintencionadas, pero no obs- 53 Devens Hana | tante potentes, los humanos podrian haber contri- buido a dar forma a los numerosos tipos de perros que aparecieron al principio de la historia. Los mo- dos de vida humanos cambian significativamente con los perros. La flexibilidad y el ‘oportanismo son el quid de la cuestion para ambas especies, que se dan forma la una a la otra a través del, todavia en curso, relato de la co-evolucién. Los académicos usan versiones de este relato para poner en cuestién las nitidas divisiones entre la na- turaleza y la cultura para dar forma a un discurso mas generativo para la tecnocultura. Darcy Morey, 1a y arquedloga, cree que la distincidn entre la seleccién natural y la artificial es vana, porque desde el principio hasta el final el re- lato trata sobre la reproduccidn diferencial. Morey desenfatiza las intenciones y ubica en primer plano a la ecologia comportamental. Ed Russell, un histo- riador medioambiental, historiador de la tecnolo- gia c investigador en ciencias naturales, argumenta que la evolucién de las razas de perro es un capitulo en la historia de la biorecnologia. Enfatiza las agen- cias humanas y tiene en cuenta a los organismos 56 Revaos ue ewan como tecnologias ingenieras, pero de un modo que considera a los perros actives, poniendo también en primer plano la co-evolucién en curso entte las culeuras humanas y los perros. El esctitorcienifco Stephen Budiansky insiste en que la domesticacién cen general, incluyendo la domesticacidn de los pe- ros, ¢5 una estrategia evolutiva exitosa que benefi- cia a los humanos y a sus especies asociadas afines, Se pueden multiplicar los ejemplos. Estas explicaciones, tomadas en su conjunto, re- quieren reevaluar el significado de la domesticacién, y de la co-evolucién. Laiomesticacidn es un proce- so emergente de cohabitacién, que involucra agen- cias de muchos tipos y relatos que no se prestan a si mismos ni para una sola versién mas de la Caida ni para un resultado asegurado para nadie. Cohabitar iar. Las especies de compaiia no son camaradas solidarios prestos a las discusiones anarquistas de principios del siglo XX en Greenwich Vi n es multiforme, esti en juego, es inacabada y significativa. La co-evolucién tiene que ser definida de forma mas amplia de lo que los bidlogos generalmente lo 55 Doris Hasna hacen. Por supuesto, la adaptacién mutua de las morfologias visibles, como las estructuras sexuales de las flores y los drganos de sus insectos polini: zadores, es co-evolucién, Pero es un error ver las alteraciones de los cuerpos y las mentes de los pe- ‘tos como bioldgica, y los cambios en las vidas y ‘cuerpos humanos, por ejemplo en la emergencia de las sociedades agricultoras y ganaderas, como cul- turales y no tanto como co-evolucién. Cuanto me- nos, sospecho que el genoma humano contiene un registro molecular considerable de los patogenos de sus especies de compafia, incluyendo a los pe- ros, Los sistemas inmunolégicos no son una parte menor dentro de las naturoculeuras; determinan dénde pueden vivir los organismos, incluyendo las personas, y con quién, La historia de la fiebre es inimaginable sin el concepto de la co-evolucién de humanos, cerdos, aves y virus. Pero la enfermedad no puede abarcar todo el re- lato biosocial. Algunos comentaristas piensan que incluso algo tan fundamental como la hipertrofiada capacidad biolégica humana para el habla emergié como consecuencia de las labores de los perros aso- 96 | Rexatos 0€ exveion ciados de seguir el rastro y de alertar con sonidos, Jo cual liberd el rostro humano, su garganta y su cerebro para conversar. Soy escéptica ante tal ex- plicacién, pero estoy segura de que una vez que fe- duzcamos nuestra propia reaccidn de lucha o huida ante las naturoculturas emergentes, y dejemos de ver sélo el reduccionismo biolégico o la singulasi- dad cultural, tanto las personas como los animales se verin diferentes. Me siento alentada por las recientes ideas sobre la biologia ecoldgica del desarrollo 0 “eco-devo", en términos del bidlogo del desarrollo y del hiscoria- dor de la ciencia Scott Gilbert. Los detonantes y el ritmo del desarrollo son los objecos clave para que esta joven ciencia sea posible gracias a las nuevas técnicas moleculares y a los recursos discursivos de varias disciplinas. Lo habitual son las plasticidades, diferenciales y especificas del contexto, a veces ge- néticamente asimiladas y otras veces no. Como los onganismos integran la informacién ambiental y genética a todos los niveles, desde lo muy peque- fio hasta lo muy grande, determina en lo que se convierten. No hay tiempo ni lugar en el que la 9 Devin Havanay genética termina y comienza lo ambiental, y el de- terminismo genético es, en el mejor de los casos, tuna palabra local para las estrechas plasticidades ecolégicas del desarrollo. E] ancho y largo mundo estd leno de vida pre- suntuosa. Por ejemplo, Margaret McFall-Ngai ha mostrado que los érganos forosensibles del calamar Euprymna scolopes se desarrollan normalmente slo si el embrién ha sido colonizado por la bacteria luminiscente Vibrio, De forma similar el tejido cstinal de los humanos no se puede desarrollar normalmente sin su colonizacién por la flora in- testinal. La diversidad de las formas animales de la tierra emergié en la sopa bacteriana de los salados cocéanos. Todos los escenarios de las historias de la vida de los animales en evolucién tienen que adap- tarse a las ansiosas bacterias que los colonizan por dentro y por fuera. Los patrones del desarrollo de las formas de vida complejas son propicios a mos- trar la historia de estas adaptaciones, una ver que los cientificos averigiian cémo buscar la evidencia. Los setes terrestres son prensiles, oportunistas, pre parados para unirse con compaferos disimilares en algo nuevo, algo simbiogenético, Las especies de compaiia co-constitutivas y la co-evolucién son la norma, no la excepcidn. Estos argumentos son tré- picos para mi manifiesto, pero la carne y la figura no estén alejados. Los tropos son lo que nos hace querer mirar y necesitar escuchar las sorpresas que nos hacen salir de nuestras casllas heredadas, ° Relatos de amor Habitualmente, en los Estados Unidos, a los pe- sr0s se les atribuye la capacidad del “amor incon- dicional”. De acuerdo con esta creencia, la gente, cargada de incomprensién, contradiccién y com- plejidad en sus relaciones con otros humanos, en- cuentran consuelo en el amor incondicional de sus perros. A cambio, la gente ama a sus pertos como a nifios. En mi opinién, ambas creencias no estén s6lo basadas en errores, sino mentiras, sino que también son en si mismas abusivas ~para los pe- in répido vistazo mues- rros y para los humanos-~ tra que los perros y los humanos siempre han te- nido una amplia gama de formas de relacionarse Pero incluso entre la gente que tiene mascotas en Disins Havnay las culturas consumistas contemporineas, 0 quiza especialmente entre estas personas, la creencia en el “amor incondicional” es perniciosa. Si la idea de que el hombre se hace a si mismo Ilevando a cabo sus intenciones a través de sus herramientas, como animales domésticos (pertos) y ordenadores (ciborgs), es la evidencia de una neurosis que yo llamo narcisismo humanista tecnofilico, entonces Ia idea superficialmente opuesta de que los perros restablecen las almas de los seres humanos por su amor incondicional puede ser la neurosis del nar- cisismo caninofilico, Porque encuentro precioso el amor de y entre perros y humanos histéricamente situados, me parece importante disentir del discur- so del amor incondicional Laestrafalaria obra maestra de J.R. Ackerley, My Dog Tilip (impresa por primera vez en Inglaterra en 1956), sobre la relacién entre el escritor y su perra alsaciana durante los affos cuarenta y cincuenta, me da una via para pensar a través de mi discrepancia. La historia titila en la vision periférica del lector desde el principio de su gran relato de amor. Des- pués de dos guerras mundiales, en uno de aquellos 7 1 Reusce ve anor cxasperantes ejemplos de rechazo y sustitucién que nos permite ir de un lugar a otro de nuestras vi- das, al petro pastor aleman se le lamé alsaciano en Inglaterra. Tulip (Queenie, en la vida real) fue el gran amor de la vida de Ackerley. Importante nove- lista, homosexual reconocido y espléndido escritor, Ackerley honré aquel amor desde el principio re- conociendo su tarea imposible -ingeniar, primero, alguna manera de averiguar qué necesitaba y queria «ste petto y, segundo, mover cielo y tierra para ase- sgurarse de que lo consegui: En Tulip, rescatada de su primer hogar, Ackerley dificilmente tenia su objeto de amor ideal. También sospechaba que él no era su idea del amado, La saga que siguié no era sobre amor incondicional, sino so- bre procurar habitar un mundo intersubjetivo en el que se trata de conocer al otro en todos los detalles mundanos de una relacién mortal, Barbara Smuts, la bioantropéloga del comportamiento que escribe con coraje sobre la incersubjetividad y la amistad con y entre animales, lo aprobaria. Sin ser bidlogo det ‘comportamiento, pero en sintonia con la sexologia de su cultura, Ackerley pretendié encontrar, de for- 83 vis Han ma cémica y emotiva, una pareja sexual adecuada para Tulip en sus celos periédicos. La feminista ambiental danesa Barbara Noske, quien también Ilamé nuestra atencién por el es- cindalo de la produccién de carne del “complejo animal-industria’, sugirié pensar sobre los animales como “otros mundos”, en un sentido propio de la ciencia ficcién. En su inquebrantable dedicacién. ala alteridad significativa de su perra, Ackerley lo habria comprendido. Tulip era importante y eso les cambisi a los dos. El también importaba para ella, de formas que sélo pueden ser lefdas bajo la aluci- nacién propia de cualquier prictica semidtica,lin- gilistica 0 no. Las incomprensiones fueron tan im- portantes como los fugaces momentos de entender bien las cosas. El relato de Ackerley estaba leno de detalles cotidianos y significativos de un amor de este mundo y cara a cara. Recibir amor incondicional de otro es una fantasia neutotica casi nunca excusable; esforzarse en satisfacer las desordenadas condiciones del amor es otra cuestién distinta, La permanente biisqueda del conocimiento de la intimidad del otro, ¥ los errores cémicos y tragicos inevitables en esa mi- a | Restor of anos sién, exigen mi respeto, tanto si el otro es animal 0 humano, o incluso inanimado. La relacién de Acker- ley con Tulip se gané el nombre de amor. Me he beneficiado de los consejos de algunas per- sonas con perros de toda la vida, Estas personas usan la palabra amor con moderacién, porque aborrecen ccémo los perros se toman por dependientes peluches con pelo semejantes a los nifios. Por ejemplo, Linda ‘Weisser ha sido criadora de perros guardianes de ga- nado de la raza de montaia del Pirineo durante més de treinta afos, una activista de la salud en la cria y tuna maestra en todos los aspectos del cuidado, com- portamiento, historia y bienestar de estos pertos. Su sentido de la responsabilidad hacia los pertos y hacia las personas que los tienen es deslumbrante. Weisser enfatiza el amor a un tipo de perro, a una raza, y habla de lo que se necesita hacer si la gente se preo- cupa de estos perros en su conjunto, y no sdlo de su propio perro. Sin un gesto de dolor, ella recomienda matar aun perro de rescate agresivo 0 a cualquier perro que ha mordido a un nifio; hacerlo podria sig- nificar salvar la reputackin de una raza y las vidas de ‘otros perros, por no mencionar a los nifios. Para ella, 6

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