Sumario
EDITORIAL: «Hacia la luz»
DIDÁCTICA
DOSIER: LA VIDA INTRAUTERINA
«Perspectivas orgonterapéuticas de la vida intrauterina».
Xavier Serrano
«Apuntes sobre embriología». Genovino Ferri «Las Biopatías». Federico
Navarro
«La experiencia del embarazo. Orgonterapia prenatal».
Maite S. P/nuaga
«Aproximación al mundo sonoro intrauterino». María Montero
OPINIÓN
«Estudio sobre la sicología del embarazo y sus repercusiones emocionales en
relación a las variables 'Deseo de embarazo' 'Rol sexual' y 'Satisfacción
marital'».
Yolanda González
«Apuntes sobre la relación parento filial en la autorregulación». Vicenta
Gilabert
EDITORIAL
«HACIA LA LUZ»
PUNTOS A DESARROLLAR:
I) Aproximación histórica.
II) Período crítico biofísico.
III) El Potencial orgonómico en el O.l.
IV) El triángulo interaccional de la vida intrauterina
V) Biopatías y vida intrauterina
VI) Aportaciones clínicas
VII) APROXIMACIÓN HISTÓRICA
EC.O.I.
P.O.I. *-
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
GENOVINO FERRI(2)
Observación
El fin de esta observación, que adjunta una breve e incompleta síntesis de los
sucesos más significativos de la vida intrauterina, es inducir a una relectura en
clave de funcionalismo orgonómico, de la fisiología y desarrollo de dicho
período presentando la perspectiva y las consideraciones-conclusiones
siguientes.
Perspectiva
El hombre viviente, núcleo focalizado de energía cósmica, muy organizado y
especializado, en su crecimiento vital (progresión del estado energético
biofisiológico siempre mayor) se encuentra en un juego de separación-
aproximación a un sistema estático, tendiendo siempre a una mayor
funcionalidad y utiliza medios apropiados para la economía energética de cada
estado siendo proporcional y especificad cada uno de ellos.
En esta progresiva evolución biofisiológica vemos, además del suceso
fundamental que apunta más claramente el momento de separación-
aproximación, los momentos del pasaje a este estado que definen
consecuentemente la fase.
Con esta óptica orgonómica sistémica, espero aportar algo más de claridad a
la vida intrauterina, zona un poco oscura de la literatura analítica.
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(1) Comunicación en el Congreso de la S.E.O.R. 1984 en Grenoble. Traducido por Miquel García y Rosa Clemente.
(2) Neuropsiquiatra, orgonterapeuta de la S.E.OR.
Morfogénesis
1) Del ectodermo:
a) Epiblasto.
— Epidermis y piel, uñas, epitelio de las glándulas sudoríparas.
— Epitelio del revestimiento glandular del vestíbulo de la boca,de la parte interior
de la cavidad oral y de la cavidad nasal.
— Epitelio de los últimos trozos del canal digestivo, genital y urinario.
— Cresta dental.
— Silla de Rathke que formará la adenohipófisis.
— Lente del cristalino, epitelio corneal y epitelio externo de la membrana del
tímpano.
— Epitelio sensorial olfativo.
— Órgano de Corti para la audición y crestas ampulares para el equilibrio.
b) Tubo neural:
— Encéfalo y médula.
— Vesículas ópticas, retina y nervios ópticos.
— Músculo liso del iris.
c) Cresta ganglionar.
— Ganglio sensitivo y espinal con el nervio sensitivo y raíz posterior de la médula
espinal.
— Ganglio simpático y su nervio.
— Sustancia medular de la cápsula suparrenal.
— Células de Schwann del nervio periférico.
2) Del Endodermo:
— Epitelio del revestimiento y glándula del canal alimentario tracto inicial y final.
— Epitelio de la trompa auditiva y de la cavidad del oido medio.
— Epitelio de la amígdala, parótidas, timo, tiroides.
— Epitelio del hígado y del páncreas.
— Epitelio de la laringe, tráquea, bronquios y alveolos pulmonares.
— Epitelio de la vejiga urinaria, uretra femenina, parte basal de la vejiga, parte de
la uretra masculina, próstata.
3) Del mesodermo:
a) Mesenquima.
— Aparato esquelético, óseo, cartilaginoso, fibroso.
—Dermis e hipodermis cutáneos, sustento de todos los órganos, membranas y
músculos, de los tendones, de los expansivos nerviosos periféricos, de la
cavidad sinovial de las articulaciones.
Gran parte del tejido vascular sanguíneo y linfático, médula de los órganos
hematopoyéticos.
— Musculatura lisa de los diversos aparatos.
b) Músculos estriados del cuerpo.
c) Riñón.
d) Miocardio.
e) Epicardio.
f) Gónadas.
g) Aparato genital.
Organogénesis
Órgano: Médula espinal; semana de formación completa: 20.
Cerebro; 28.
Oído; 20-24.
Olfato; 8.
Gusto; 24-28.
Sistema respiratorio; 24-28.
Corazón; 6.
Sistema gastro-intestinal; 24.
Hígado; 12.
Riñón; 12.
Genitales; 7. '
Cara; 8.
Otros puntos significativos
A los 30 días se reconoce la cabeza y la estremidad caudal.
A los 18 días esbozo del corazón y de la placa auditiva.
A los 24 días esbozo del tubo neural.
A los 26 días esbozo del tubo superior.
A los 28 días placa óptica, pulmones, páncreas inferior.
A los 30 días, placa olfativa.
A los 42 días, mano.
41
A los 60 días, cordón umbilical. La función sináptica está suficientemente
desarrollada, se puede flexionar el cuello y el tronco.
A los 70 días, tenues ondas peristálticas intestinales, los estímulos locales
pueden provocar respuestas como: apertura de la boca, cierre incompleto de
los dedos de la mano y flexión plantar de los dedos del pié.
Al 4.° mes, movimientos de deglución.
Al 6.° mes, reflejo de succión.
Una última anotación: sobre la precocísima particularidad de una estructura
especial.
En el origen el embrión está unido a la pared por el pedúnculo abdominal
(17-18 día). Este se encuentra primero en la continuación del extremo caudal
del embrión, después se sitúa ventralmente en el ombligo cutáneo.
El pedúnculo abdominal será la parte fundamental del cordón umbilical (el
cual ya será distinguible al 60 día) y origen de otras estructuras, en especial de
los vasos umbilicales que unen embrión y placenta, o mejor dicho, embrión y
trofoblasto.
BIBLIOGRAFÍA
LAS BIOPATÍAS1
MAITE S..PlNUAGA(1)'
INTRODUCCIÓN
La experiencia del embarazo es, sin duda, una de las más hermosas y
plenas. Su inicio habrá que establecerlo en el momento mismo en que un
hombre y una mujer, que se aman, expresan su «decisión de tener un hijo».
Personalmente pienso que la sensación intensamente emotiva, cálida y alegre
de «elegir» ser padres teniendo en cuenta responsablemente los cambios que
tendrán que afrontar, supone un serio compromiso con la VIDA.
Amarte con ternura, sin reservas, dándose al compañero-a y compartir juntos,
en el abrazo genital orgástico, el deseo consciente de crear la vida de un hijo-a
a quien ya han preparado un lugar en sus vidas, en su casa, al que disponen
ya un buen pedazo de su amor, es sin duda la manera de empezar esa gran
aventura de ser padres.
«La superposición sexual va acompañada de la luminación orgonótica de las
células corporales, de la penetración y fusión de dos sistemas de energía
orgonótica en una sola unidad funcional. En el momento culminante de la
excitación ( = luminación) los dos sistemas orgonóticos convertidos en uno,
descargan su energía en convulsiones clónicas. En este proceso se liberan
sustancias sumamente cargadas (c. espermáticas) las cuales continúan a su
vez la función de superposición, penetración, fusión» (Reich, 49). A partir de
tiste encuentro fusional de las dos células germinativas creando el zigoto, que
irá desarrollándose hasta el embrión y luego el feto (lo que en términos
globales, Serrano denomina Organismo Intrauterino), la fascinante sensación
de crear una vida humana empieza.
Son muchos los estudios, sobre todo sicodinámicos, realizados en torno a la
experiencia del embarazo. Yo me atrevo, no obstante a afirmar, que al igual
que para el estudio del desarrollo sicoafectivo del bebé y niño, los datos a
estudio v, así los resultados hablan de la situación normal ( = neurótica) y
patológica. Con este estudio pretendo contribuir a la tarea de establecer las
bases profilácticas adecuadas que permitan la autorregulación del niño-a desde
el momento mismo del embarazo.
Veamos, por tanto distintos tipos de embarazo, de sensaciones y
sentimientos ligados a ese estado, sus causas y consecuencias. Conociendo
la situación real de la «pareja embarazada» (padre-madre) y el desarrollo
físico y emocional del embarazo, como experiencia bioenergética de la madre,
podemos conocer además la dimensión auténtica de la vida intrauterina del
O.I., base, o de una buena disposición sicofísica vital o de-deficiencias
energéticas estructurales y biopatías posteriores.
(1) Psicóloga. Orgonterapeuta de la S.E.OR, miembro de la E.S.T.-E.R.
EL EMBARAZO EN UN ESTADO NUEVO
Por una parte tienen lugar cambios hormonales (la acción de estrógenos
sobre el mecanismo de las catecolaminas y la acción hipnógena y depresiva de
la progesterona...) que participan en la dinámica sicoafectiva de la futura
madre.
Por otra, dentro de un contexto «normal», como bien denotan serios estudios
sicoanalíticos, acontecen también factores síquicos importantes: la mujer
reactiva viejos fantasmas relacionados con su fase oral y/o su propio desarrollo
neonatal (regresiones, dependencia, infantilismo...), o con su fase edípica (la
sensación física de tener el feto dentro puede reactivar el miedo al castigo por
antiguos deseos incestuosos, así como el sentimiento de estar «completa», no
castrada).
Y por último, ya desde la perspectiva orgonómica se puede hablar de que, en
base al proceso de luminación (ver artículo de X. Serrano en este número),
existe un quantum energético mayor en el biosistema materno, siendo la
capacidad de excitación mayor y también el campo energético externo y su
capacidad de contacto orgonótico.
Es por ello de destacar la importancia de la propia función del orgasmo de la
madre en este período, pues es precisamente la posibilidad de descarga del
excedente energético por medio de las convulsiones orgásticas en el abrazo
genital la que asegura su autorregulación. Y el buen estado energético-
emocional de la madre es el todo para el buen desarrollo del O.l.
Antes de continuar es fundamental establecer claramente las diferencias
entre el embarazo próximo a la salud y el embarazo normal y/o clínico.
50
Yo sigo utilizando un baremo diagnóstico, básicamente igual al utilizado ya
en los años 40 por W. Reich y el equipo de colaboradores en el «Orgonomic
infant research center». (Reich, 1951).
Expuestas de manera breve, las siguientes serían las características que se
observan en un buen embarazo:
A) La mujer embarazada está cercana a la genitalidad con:
- Existencia de una coraza flexible.
- Respiración libre.
- Buen contacto ocular, mirada móvil y brillante.
- Pulsación bioplasmática positiva y capacidad de contacto.
- Ausencia de bloqueo diafragmático y pélvico: potencia orgástica.
- Poseedora de sentimientos cálidos y tiernos hacia su partner y su bebé
deseado.
B) El futuro padre cuenta, así mismo con una buena capacidad de contacto y
de entrega amorosa y orgástica.
C) Se cuenta con unas condiciones infraestructura/es adecuadas para
afrontar las necesidades del nuevo miembro familiar.
Describiré a continuación lo que considero un embarazo normal y/o
patológico:
A) Características de la mujer embarazada:
- Existencia de una coraza rígida o hipoorgonotica.
- Dificultades de contacto o ausencia del mismo.
- Mirada vacía, huidiza, fija, etc.
- Respiracion controlada ( bloqueo cérvico-diafragmatico) o reducida.
- Bloqueo diafragmático hiper o hipoorgonótico.
- Pelvis bloqueada, sexualidad disminuida o distorsionada. Impotencia orgástica,
etc.
B) Disponibilidad negativa por parte del partner por aparición de conflictos
dinámicos, y límites sexuales, padre ausente o inexistente,etc.
C) Condiciones socioeconómicas, médicas y familiares adversas a la llegada
de un nuevo hijo-a.
OPINIÓN
«Estudio sobre la sicología del embarazo y sus repercusiones emocionales en relación
a las variables 'Deseo de embarazo' 'Rol sexual' y 'Satisfacción marital'».
Yolanda González
«Apuntes sobre la relación parento filial en la autorregulación». Vicenta Gilabert
Oí ..... :xmtN<>: iiTojíf los sonidos Oilio Oílm irm.lINIi Nntvio Alüiinvn
No existe en el cuerpo humano ningún órgano cuya función básica sea el habla. La
boca y la lengua tienen como misión de glutir, la nariz y los pulmones respirar, el oido
mantener el equilibrio y proporcionar estimulación. Parece como si la importancia de la
palabra en nuestra especie hubiera inducido a una adaptación y coordinación de todo
este conjunto a favor del lenguaje, es decir, de la comunicación y la socialización-
humanización.
Analizando un poco más. detenidamente estas funciones del oido, nos acercaremos
a comprender las razones de su rápida evolución y puesta a punto en el período
intrauterino.
El sistema vestibular se desarrolla ya en la fase embrionaria; su función se relaciona
con la movilidad tanto a nivel de la tonicidad
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muscular como de los movimientos y ritmos en general. Gracias a él se irá integrando
la noción de equilibrio a nivel corporal condición imprescindible para preparar el
acceso a la postura vertical. Así mismo posibilitará el desarrollo de la orientación
espacial y de la noción de esquema corporal.
La aparición de la cóclea acontece en la etapa fetal, y su función será la de analizar
los sonidos o mejor los paquetes sonoros que recibe el vestíbulo. Para conseguir un
equilibrio que posibilite un análisis fino del sonido es necesario establecer un sistema
de regulación que permita que la presión del interior del caracol se mantenga
constante. Precisamente será esta la función del estribo, que gracias a la elasticidad
de su musculatura actuará como un amortiguador. La distribución de las células
sensoriales de Corti no será regular a lo largo de la coclea. Encontramos que los
sonidos graves correspondientes a ondas frecuenciales largas se analizan en la parte
terminal en donde existen alrededor de 3.500 células de Corti, mientras que en la zona
de los agudos, son ondas frecuenciales cortas situadas a la entrada del caracol
encontramos de 20 a 21.000 células de Corti. A través del nervio coclear y respetando
esta repartición la información se proyectará sobre el área temporal del Córtex. De ahí
que los agudos sean considerados sonidos de mayor carga frente a los graves. Para
Tomatis el oído asegura una gran parte de energía, el 60% más respecto a los otros
órganos sensoriales; si a esta aportación añadimos la respuesta de la piel ya que la
función sensorial se encuentra ligada filogenéticamente, a la auditiva y además las
musculares y sensitiva articulares tienen su punto de origen a nivel auditivo a través
de las vías aferentes y eferentes del VIII par/craneal, observaremos un porcentaje del
90% de estimulación aportada por el aparato cocleo-vestibular.
Como vemos el sistema auditivo aparece responsable de múltiples funciones que le
otorgan el derecho a ser analizado desde una perspectiva global. De ellas, las más
arcaicas, se relacionan con el movimiento y corresponden al vestíbulo laberíntico, las
otras más recientes son las destinadas a la audición o mejor a la escucha y son
propias de las cócleas y sus anexos, y del oído medio y externo.
No es lo mismo oír que escuchar. Para oír es necesario que los mecanismos físicos
auditivos funcionen correctamente, que no exista ningún problema que impida esta
capacidad, pero ello no va implicar que la persona quiera escuchar. El acto de
escucha exige el deseo de entrar en contacto con el otro, con el exterior, esto le con-
fiere una dimensión psicológica y emocional. El órgano es el oído, pero la escucha
necesita de la voluntad de integrar, memorizar, incarnar la estimulación recibida.
Escuchar es, pues, un acto activo de apertura del ser al otro y a uno mismo.
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Volviendo a recoger el discurso sobre lo que acontece en la vida intrauterina
podemos afirmar que el feto oye y más aún que mantiene una verdadera
comunicación con su entorno. Siguiendo esta línea podemos reflexionar sobre la
existencia de una cierta memoria intrauterina que irá nutriéndose de voces, música,
ritmos y tantos otros sonidos.
En este sentido recuerdo la experiencia que Negus realizó con aves cantoras, y le
permitió demostrar cómo cuando los huevos eran incubados por pájaros de canto
diferente las crías tendían a modular su canto según el de ellos. Y si eran incubados
por pájaros no cantores un gran número corría el riesgo de perder su propia facultad.
El universo intrauterino no es de ninguna manera un mundo de silencio. Todo lo vivo
se mueve, todo sonido es una vibración. Para ni doctor Tomatis es la vibración propia
de la molécula o sin ir tan lejos de la célula, tomada individualmente la que podemos
considerar como el elemento primero de la vibración orgánica. Los fenómenos
acústicos serán percibidos por el feto como rupturas del campo resonancial primero.
Cualquier ruido, sea el que sea, rompe el listado de equilibrio al mover el campo
molecular presente en ese lugar. Todo fenómeno sonoro según Tomatis, puede ser
considerado como una modulación del silencio.
Las vibraciones infinitesimales resultado del movimiento propio de la actividad tanto
celular como de los líquidos (movimientos brownianos) constituyen un ambiente sutil
de onda frecuencial muy corto ya que se trata de agitaciones mínimas que Tomatis
define como el murmullo de la vida.
Según él, a la banda pasante donde se sitúa este sonido que anima todo el conjunto
celular corresponde una pendiente ascendente que va de 800 Hz hasta 8.000 Hz, y
que en audio-psico-fonología denominamos sonidos filtrados.
Podemos imaginar al feto expuesto a una gran variedad de estímulos provenientes
tanto del interior de la madre: movimientos cardíacos, digestivos, respiratorios,
articulares... como del exterior: voces, ruidos, música y otros.
De entre todos ellos, la voz de la madre destaca por la fuerza de un carga
emocional, verdadera inductora del lenguaje futuro en la medida que a través de este
diálogo primario y fundamental la madre transmita a su hijo un profundo deseo de
comunicar y contacto! con él y esto se producirá a través de la voz, no de la palabra.
Ya que será el contenido energético y emocional lo que llevará a Vibrar en resonancia
a estos dos biosistemas. Y en esta relación comenzará a sentarse la calidad de la
comunicación.
En experiencias con neonatos llevadas a cabo por TB. Brazelon se observó que
existe una sutil adaptación de sus movimientos al
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ritmo del lenguaje de la madre, actuando, como una retroestimulación sobre ella.
Comprobando la importancia de este sincronismo en las comunicaciones afectivas
posteriores. Su comunicación se convierte en una especie de danza de apareamiento
si se analiza cuadro por cuadro a través de un film cinematográfico.
La madre es el primer entorno donde se establecerá un diálogo bien de amor, bien
de rechazo, ya de armonía o de desequilibrio. De ahí la importancia de cómo la pareja
viva el embarazo, puesto que cuanto más positivo y equilibrado sea su entorno
aparecerán menos sobresaltos que alteren el ritmo cardíaco, respiratorio, hormonal y
mensajes de información y contrainformación que obliguen a reaccionar al feto con el
fin de conseguir su homeoestatis con el consecuente gasto energético a favor de la
contracción y no de la expansión. El amor y el deseo será la pieza clave, el estímulo
que invite a vivir, que comunique la alegría de existir.
Frente a los otros sonidos que pueblan el universo intrauterino la voz de la madre
constituye una necesidad, y a diferencia de los movimientos y ruidos propios de la
actividad neurovegetativa, que serán transmitidos por el impacto sobre la membrana
uterina haciendo vibrar el líquido amniótico, la voz también llegará al útero y al oido del
feto, pero a través de la columna vertebral de la madre, es decir por transmisión ósea.
Esta transmisión por vía osea va a constituir un importante elemento de filtro
favorecedor del paso de los sonidos agudos, que permitirá la estructuración de las
funciones superiores por la proyección de la información coclear directamente sobre el
córtex. Para que esta proyección pueda acontecer es necesario que no encuentre
obstáculos ni bloqueos a su paso, fundamentalmente a nivel de los núcleos grises,
situados en el tálamo y que son los intermediarios entre la estimulación de los órganos
sensoriales y las vías que ascienden al encéfalo. Una vez más remitimos a la
importancia de la profilaxis de cara a posibilitar las mejores condiciones en la ges-
tación que permitirán un buen desarrollo madurativo. En este sentido no quisiera dejar
de apuntar la influencia de la voz del padre, tanto como estímulo estable que el feto irá
reconociendo como por las variaciones emocionales que provocan en su entorno, es
decir en la madre.
Para analizar que es lo que oye el feto, debemos hacer referencia a la capacidad de
selección propia de la fisiología auditiva, que conducirá a establecer una cierta
elección. Es decir todos los sonidos que forman la banda de percepción no van a ser
aprendidos de la misma manera. Como dice el doctor Tomatis lo propio del oído no es
oír sino saber que es lo que oímos.
70
Por otra parte, el feto vive en un medio acuático lo que marcará una importante
diferencia entre la escucha «acuosa» propia de la vida intrauterina y la escucha aérea.
El sonido va a quedar filtrado por el líquido amniótico favorecedor de los sonidos
agudos, y que actuará en general, como un amortiguador.
Estamos rodeados por un medio acústico que va desde los infrasonidos a los
ultrasonidos. La capacidad auditiva de los hombres se sitúa entre 16 y 16.000 Hz.,
mientras que la gama, digamos conversacional o más usual está entre 1 25 Hz
sonidos graves a 8.000 Hz sonidos agudos. Al período intrauterino corresponden
frecuencias medias en adelante. Como vemos para acceder a la transmisión aérea el
oído va a tener que hacer una acomodación. Después del nacimiento el oido aún
permanece lleno de líquido, lo que da una especial tonicidad muscular al recién
nacido, a la vez que permite la identificación de las voces familiares y otros estímulos
a los que ha estado acostumbrado, favoreciendo una adaptación gradual y no violenta
al nuevo medio. El vaciado del oído sucederá durante las dos primeras semanas a
través de la trompa de Eustaquio, que comunica la caja del tímpano con el sistema
rinofaríngeo. En este momento un buen contacto a través del olfato, la vista, la piel y el
pecho permitirá que el período de confusión auditiva, debida a la adaptación a la
escucha aérea no se convierta en una situación de pérdida o escisión.
Con el fin de aproximarse al mundo sonoro intrauterino se han realizado múltiples
experimentos. En los años cincuenta el doctor Tomatis llevó a cabo una serie de
mediciones utilizando micrófonos colocados en el vientre de embarazadas según el
siguiente esquema.
Estas y otras investigaciones confirman un privilegio de los sonidos agudos en este
período, frente a los graves. Las razones en este sentido abogan —a parte del efecto
del filtraje de la pared uterina, del que ya hemos hablado — , por el poder
dinamogeneo de los agudos, que como también dijimos estimulan gran cantidad de
células sensoriales frente al menor estímulo de las frecuencias graves. El importante
gasto energético debido al desarrollo y al crecimiento contará por esta vía con una
valiosa aportación. Por su parte Goran Bieolberg y otros autores demostraron que el
desarrollo del órgano de Corti comienza a estructurarse por la zona de los agudos.
Hoy sabemos que el embrión y el feto están sometidos a estímulos sonoros que
grabarán en él influencias e impresiones que van a marcar sus propios ritmos y
cadencias vitales, y facilitarán la capacidad de apertura y contacto energético, o en el
peor de los casos bloquearán la estructuración del carácter. El bloqueo del primer
segmento va a impedir o condicionar la formación de los posterio-
71
ESQUEMA N.° 4
72
OPINION
YOLANDA GONZÁLEZ(2)
79
Sin entrar en investigaciones biológicas, que demuestran las lagunas en la defensa
del supuesto instinto, la maternidad es una Opción, que como tal puede resultar
altamente satisfactoria en función de las condiciones psicosociales inmediatas, pero
bajo ningún concepto, representa la consecuencia inevitable de un condiciónamiento
institivo previo al ejercicio de dicho deseo. Este aspecto no: llevaría a la profundización
sobre el Rol Sexual y Rol Maternal, que por razones de espacio, dejo para otra
ocasión.
Centrándonos ya en la Psicología del Embarazo, podemos observar que en las
últimas décadas se han producido diversas investígaciones de tipo empírico, dirigidas
principalmente a analizar el aspecto Sintomatológico que acompaña al periodo
Perinatal. Sin embargo, y debido a la inclinación científica que busca la cuantificación
y medición de los estudios realizados, existen pocas investigaciones destinadas a la
comprensión del mundo Afectivo Subyacente, que quizá, podría explicar el Dinamismo
de estos Síntomas: La dificultad de estos estudios, estriba fundamentalmente en la
Corroboración experimental. A pesar de esta Dificultad, la tendencia Psicoanalítica
trata de contemplar estos aspectos, aportando datos de gran relevancia a través del
método de la Observación Clínica En este sentido, cada vez son más destacables los
estudios destinados a las Relaciones Primarias entre madre e hijo, como elemento
vital para un adecuado desarrollo Psicosexual Infantil, así como los análisis de la
Influencia de la Actitud Emocional de la mujer embarazada y sus repercusiones en el
recién nacido, que demuestran la importancia de la vida intrauterina, paralelamente a
la existencia del entorno prenatal, aunque todavía se manejen especulaciones al
respecto. Es éste, uno de los aspectos que requieren mayor atención y que constata
la importancia de una adecuada Psicoprofilaxis durante el Embarazo.
Una revisión Bibliográfica basada en los estudios relacionados con el Embarazo,
evidencia como premisa básica universalmente aceptada, que el Embarazo es una
etapa de importantes cambios Psicofisiológicos, en donde la interacción de factores
como las alteraciones hormonales, y las modificaciones en la Imagen Corporal, junto
con los aspectos ambientales y Culturales, quedan reflejados en la vida Psíquica de la
mujer embarazada. Este proceso se expresa habitualmente, traducido en una intensa
Labilidad Emocional
Desde el P. V. Biológico, son muchas las transformaciones que sufre el organismo
para adaptarse a la nueva situación. Por citar brevemente algunas, hay un aumento
considerable de los Estrógenos destinado a incrementar el Metabolismo Energético,
interviniendo
80
en el crecimiento del útero y estimulando el aumento de secreciones del tiroides y de
la adrenalina. Por otro lado la Progesterona actúa fundamentalmente sobre los senos
y el Endometrio. Th. Benedek (1973), aunque como señalan Colman y Colman (1971),
los cambios hormonales no son los responsables directos de las alteraciones
emocionales, ya que aunque determinen la intensidad de un sentimiento, su calidad
dependerá de la historia personal de la mujer. En este sentido, a pesar de que está
demostrado que la Progesterona y los Estrógenos afectan directamente al
Metabolismo de las Catecolaminas (agentes químicos que juegan un papel importante
en la mediatización de las emociones, como la depresión y la euforia), cabría
relativizar la influencia hormonal, ante la presencia de otros factores importantes como
los cambios en el Esquema Corporal, el contexto, etc.
Desde el P. V. Psicológico, y partiendo de la incuestionable interacción Físico-
Psíquica, existen divergencias a la hora de analizar Ia incidencia de esta interacción.
De forma muy esquematizada, podrían agruparse en las siguientes concepciones:
1) Etapa de Bienestar. Considerado como de «calma vegetativa», debido a los
altos niveles hormonales y Metabólicos necesarios para el mantenimiento normal del
desarrollo fetal, generando como consecuencia un aumento de la energía vital de la
madre. En esta línea se encuentran autores como Benedek (1973), Sherman (1 978),
N.Murai y Cols. (1975), etc.
2) Periodo Crítico. Estos autores conciben la Gravidez como una crisis evolutiva
en el proceso madurativo de la mujer, que dependiendo de las condiciones
psicosociales, pueden desencadenar situaciones delicadas a nivel Psicológico. Entre
ellos cabe destacar a Cáplan (1960), que define el Embarazo como «Crisis de
Personalidad a gran escala», E. Erikson (1961) como una «crisis de identidad», D.
Pines (1972) «Período crítico en la búsqueda de su identidad femenina»etc,. Algunos
autores como Freedman, Clifford, etc.,matizan el factor Stress como desencadenante
de conflictos psicosomáticos. Son varios los autores que consideran el factor Pre-
embarazo, como determinante presente en las dificultades de la Gestación, hallando
que las mujeres con antecedentes de desórdenes emocionales, (Depresión, Ansiedad,
e indicios de Neuroticismo), son Ias más predispuestas a sufrir alteraciones
emocionales en embarazo. Wolkins (1974), Stander (1945), etc.
La dificultad para realizar este tipo de estudios, estriba en la necesidad de contar
con muestras repetidas de sucesos Psicológicos y Fisiológicos con anterioridad al
periodo de Embarazo, para poder finalizar con mayor precisión los cambios
actitudinales y emocionales durante el mismo.
81
3) Respuesta individual. Conectando con esta dificultad, y partiendo de la base del
peligro que supone realizar excesivas generalizaciones, existe una serie de autores
que plantean la importancia del Factor Individual es decir, defienden que la respuesta
Emocional de la Embarazada, está inseparablemente ligada a su Personalidad Total,
siendo su estructura la definidora de una saludable o deficitaria adaptación a la
Maternidad. P.M. Shereshjsky (1973). Ampliando esta concepción, A.D. Colman
(1969), resalta la conveniencia de estudiar todo el complejo sistema que supone el
embarazo, resaltando como elemento central la figura del compañero. En la misma
línea, son varios los estudios realizados sobre la actitud de la mujer embarazada sobre
las relaciones sexuales en relación con el embarazo y previo al mismo, que podrían
explicar muchos trastornos psicosomáticos.
Ya en este punto, y antes de entrar en la Perspectiva Analítica, conviene recordar a
M. Mead (1976), quien a través de sus estudios antropológicos comparativos,
concluye que cada cultura tiene sus preceptos frente a las funciones procreativas de
la mujer, existiendo una adaptación a los mismos en función de si son considerados
como peligrosos y dolorosos o sencillos y naturales.
M. Langer (1973), parte de este condicionamiento social, señalando la vivencia en
nuestra sociedad, de las funciones femenina: como dolorosas y llenas de peligros. En
concreto el Embarazo, siendo un episodio procreativo normal en las mujeres sanas, se
convierte en toda una vivencia con dificultades. Este fenómeno lo explica en función
de la identificación de la mujer gestante con su propia madre. El análisis profundo de
estos trastornos constataría que el Embarazo representa la activación de antiguos
conflictos no resueltos: en la que emergen Temores y angustias incluso, en los
embarazos deseados. Es decir, que la mujer adulta, repite toda la conflictiva infantil,
especialmente la relación primitiva con su propia madre. Helene Deutsch, considera
que la mujer aporta a la preñez situaciones conflictivas y emocionales previas al
mismo, e interpreta este hecho, a través de las observaciones profundas de
tratamientos Psicoanalíticos, como un Fenómeno de Doble Identificación. Según es-
tas autoras, estos fenómenos se dan en toda mujer embarazada siendo el grado y su
intensidad lo que determinará su patología
De acuerdo con M. Langer, la educación basada en un mínimo de angustia y
sentimientos de culpa, con una aceptación gozosa de la feminidad, permitirá vivir el
embarazo y parto, como el máximo logro de las facultades biológicas y experienciales:
gestar, alimentar y dar vida a un nuevo ser.
Desde esta Perspectiva, y una vez analizadas las diferentes concepciones sobre la
Psicología del embarazo, describir las diferentes
82
FASES del Embarazo, llevaría excesivo espacio, por lo que esquematizaré
brevemente. J.S. Kestenberg (1977), plantea que existe una regresión considerable
durante el embarazo, con tendencia a conflictos orales en el primer trimestre, anales
en el segundo y uretrales en el tercero. En el primer trimestre la tendencia es incorpo-
rativa, reflejando la ligazón del feto a la madre. El segundo trimestre, la tendencia anal
retentiva facilita el reconocimiento del feto como un objeto separado, siendo el tercer
trimestre la tendencia expulsiva la que actúa como ayuda para la conversión
anticipada de un objeto interno en externo. La Ansiedad se ve incrementada en el
primer y tercer trimestre.
R. Soiffer (1976), recalca que pese a la existencia de embarazos deseados y
aceptados por la madre y el medio, la observación clínica detecta que ciertos
movimientos específicos incrementan la ansiedad durante el embarazo, que clasifica
de la siguiente manera:
a) En el comienzo de la gestación.
b) Durante la formación de la placenta (2 y 3 meses).
c) Ante la percepción de los Movimientos fetales (3 y medio mes).
d) Por la instalación franca de los movimientos (5 meses).
e) Por la versión interna (6 y medio meses en adelante).
f) y g) En el comienzo del noveno mes. Los últimos días del parto.
Cada uno de estos accesos de Ansiedad que pueden durar días o
semanas acompañados probablemente de una sintomatología propia, se
caracteriza por fantasías bien determinadas, que Soiffer considera
interesante sean conocidas por el Profesional y la Interesada, de cara a
realizar una adecuada Psicohigiene.
Una vez realizada esta breve exposición de los aspectos más importantes,
paso a señalar el objetivo de esta investigación: Fundamentalmente se
centra en un intento de mayor comprensión de la Psicología del Embarazo, a
través de dos aspectos centrales:
a) Descripción de los cambios emocionales operados a nivel Piscológico
en la mujer gestante y detallado a lo largo de los tres trimestres.
b) Análisis Descriptivo de la Psicopatología del Embarazo (no expuesto en
este resumen). Posteriormente, estos objetivos, pueden ampliarse desde
una Práctica preventiva, en dos sentidos:
1) Detección e Identificación de los Embarazos de alto riesgo, en el sentido de T.
Vemy y John Kelly (1982)
83
(aquellos, en los que el alto nivel de intensidad síntomatológica, coloca en situación
de peligro el equilibrio psíquico de la gestante y su futuro hijo).
2) Prevención. Situando la labor profiláctica en:
a) Atención específica a las alteraciones emociónales vividas durante el
embarazo y sus repercusiones en la salud Psíquica de la futura madre.
b) Atención a las repercusiones en el estado psicofisiológico del desarrollo fetal,
que como está siendo demostrado, afectan directamente al entorno prenatal.
c) Atención a las Disfunciones en el desarrollo Post-Natal, como consecuencia de
la vivencia negativa del estado de gestación y que alteran la relación vincular
materno-filial.
d) Consecuencia inmediata de esta labor psicoprofiláctica: Garantía de una
óptima interacción madre-hijo como base indispensable para un adecuado
desarro infantil.
e) La Metodología que considero adecuada al respecto, sería:
1) Comprensión por parte de la Embarazada y su entorno inmediato,, de los
cambios producidos por su estado de gestación a través de los Grupos Dinámicos de
Encuentro, con participación activa de la pareja.
2) Posterior seguimiento del Proceso Post-Parto, en evitación de Depresiones o
alteraciones emocionales.
Teniendo en cuenta la relevancia del Contexto Sociocultural, como factor
condicionante, así como la inexistencia de antecedentes preembarazo, planteo la
siguientes HIPÓTESIS centrales:
1. Experimentarán MAYOR NIVEL DE ANSIEDAD, las mujeres que presenten un
BAJO DESEO de Embarazo
2. Experimentarán MAYOR NIVEL DE ANSIEDAD, las mujeres embarazadas con
ajuste «marital» insatisfactorio.
3. Experimentarán MAYOR NIVEL DE ANSIEDAD, las mujeres con una auto-
percepción más «expresiva» (afectivo-pasiva) de su rol sexual.
4. Disminuirá el DESEO DE EMBARAZO, en las mujeres con una relación de
pareja insatisfactoria.
5. Disminuirá el DESEO DE EMBARAZO, en las mujeres con una auto-percepción
más «instrumental» de su rol sexual (activa).
84
Para la comprensión de las Hipótesis planteadas, considero importante
realizar una breve explicación sobre el Rol Sexual, no reflejada en este
resumen por razones de espacio.
La Clasificación tradicional de Parsons (1955) respecto al rol sexual en
papeles Instrumentales (activo, resolución de problemas, responsabilidades
sociales, etc.) atribuido socialmente al hombre, y papeles Expresivos (inte-
reses afectivos, armonía grupal, responsabilidades familiares, etc.); atribuido
socialmente a la mujer, es superado por la Teoría de la Androginia
defendido por Sandra Bem (1976), que admite y potencia la coexistencia de
ambas cualidades en un mismo individuo. Es desde esta perspectiva, desde
donde están planteadas las hipótesis.
Una hipótesis no planteada y de gran relevancia, es la influencia ejercida
por la relación con la propia madre. La causa de no ser formulada, radica en
la dificultad de obtener datos retrospectivos que indiquen fiablemente el gra-
do de identificación con la imagen materna.
La muestra, se ha obtenido de un total de cuarenta mujeres que acuden a
los C.P.F. y Ambulatorios. La edad abarcada es de 18-40 años, siendo su
media de 27. El nivel cultural es heterogéneo, así como el lugar de origen,
existiendo tanto Primíparas como Multíparas, trabajadoras y sin trabajo
remunerado. Las respuestas obtenidas son voluntarias, siendo mujeres que
no presentan una patología específica, por lo que son consideradas como
población «normal».
A través de los análisis Estadísticos adecuados (que no explícito), se han
obtenido los siguientes resultados:
1) El resultado más sorprendente en la presenta muestra, lo ofrece el hecho de que
las mujeres embarazadas no presentan Diferenciación significativa del nivel de
Ansiedad, en función del mayor o menor deseo Explícito de Embarazo.
Causas orientativas de este resultado, podrían resumirse en:
a) El instrumento utilizado no recoge aspectos inconscientes, relacionados con el
rechazo o la ambivalencia, sino la explicitación consciente del deseo.
b) La influencia socio-cultural, a pesar de una mayor permisividad en la elección de
la maternidad, ejerce una considerable presión moralizante que impide la.expresión
de sentimientos negativos hacia el embarazo, con la consiguiente aparición de
sentimientos
85
de Culpabilidad. Es decir, las mujeres temen expresar sus auténticas sensaciones,
hecho que se agrava por la dificultad de conecta, consigo mismas, al margen de las
expectativas sociales.
c) Desde una perspectiva analítica, y recordando a R. Soiffer, Ia ansiedad puede
manifestarse en los embarazos deseados y aceptados, coincidiendo con ciertos
movimientos específicos, siendo la intensidad lo que determina su patología.
2) Efectivamente existe correlación entre Insatisfacción «marital y Ansiedad,
confirmando la hipótesis inicial y corroborando las posiciones que defienden la
importancia de la figura del compañero en la vivencia más o menos gratificante del
embarazo. A nivel preventivo, es fundamental resaltar la atención del entorno
psicoafectivc
3) Sería lógico pensar que una deficiente relación afectiva, produjera un descenso
en el deseo de Embarazo. Sin embargo, los resultados no destacan diferencia entre
los grupos estudiados. Quizá, aunque resulte paradójico, la explicación se pueda hallar
en las múltiples parejas que deciden tener hijos como medida compensatoria a la
vivencia deficitaria de su propia relación, proyectando en el futuro hijo, la solución a
sus conflictos afectivos y personales Son muchos los motivos neuróticos
(comprobación de fertilidad, deseo de identificación materna, proyecciones,
compensaciones, realizaciones fantaseadas, etc.), que pueden llevar a una mujer o
pareja a decidir tener un hijo, con las consiguientes repercusiones graves para el
posterior desarrollo psicosexual y social del niño.
ARTÍCULOS - ABSTRACTS
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89
99
La calidad del contacto con la madre, como primer objeto, va a ser determinante en
la personalidad del niño. Los bloqueos que pueden establecerse durante los primeros
meses, a nivel de ojos, nariz, boca y oídos, van a incidir sobre la posterior
estructuración del resto del cuerpo, y van a limitar y trastocar la percepción del niño en
el contacto con el mundo exterior.
Durante la primera etapa después del nacimiento, el bebé debería ser el centro de
la atención materna, y ésta será el único objeto que reclamará para la satisfacción
de sus necesidades físico emocionales. Esto puede agotar a la madre, que debería
encaminar o dirigir su energía al bienestar de ambos, y olvidarse de tareas do -
mésticas y compromisos sociales. Es una etapa de adaptación mutua madre-hijo. Esto
puede entrar en conflicto con la opinión de muchas mujeres para quienes la
maternidad supone esclavitud y servilismo. Obviamente, la etapa de maternidad, que
abarcaría hasta los dos años, edad en la cual se podría incorporar progresivamente a
la relación afectiva maternofilial una sustituta materna, no está reconocida
socialmente; por esta razón la madre que desempeña una profesión, no tiene las
facilidades suficientes, para ocuparse adecuadamente de su hijo. Sin embargo, la
maternidad es algo que se debe reivindicar, en vez de negarse a ella. Como dice
Margarette Ribble: «Sobre la relación que se establece entre madre e hijo va a
descansar la posterior adaptación emocional y social del niño»'
Cuando el padre entra en la dinámica del niño directamente, éste ya lleva una
estructuración energética determinada por la relación con la madre. Una forma
particular de reaccionar ante las frustraciones, de pedir las cosas. Tendrá una manera
peculiar de relacionarse con el objeto. Las frustraciones que el niño reciba en la satis-
facción de sus necesidades durante este período, van a crear una profunda huella en
el sistema biofísico del niño. Es decir cuando mayor es la inmadurez, peor serán las
consecuencias de las frustraciones.
La falta de conocimiento de la psicología humana, reflejo de la inmadurez afectiva,
lleva a muchas mujeres a maltratar indirecta e inconscientemente a su hijo. Tienen
ideas absurdas, como que hay que acostumbrar al niño a que desarrolle ciertos
hábitos, a no mimarlo, a no ceder ante sus demandas; cuando para todo esto no hay
reglas fijas, y lo único que cuenta es la capacidad de contacto en todo momento, y el
efecto. Habrá que esperar que el niño adquiera cierta madurez en su desarrollo, que
permita introducir ciertas frustraciones. Las cosas se confunden hasta tal punto, que
se cree que el niño debe adaptarse a las exigencias de la madre desde
1) Margarette Ribble. «Los derechos psicológicos del niño», Cap. I, pág. 12.
100
el primer momento, en vez de adaptarse la madre a las necesidades del hijo. Por
supuesto, que el niño no tiene más remedio que adaptarse al sistema biofísico de la
madre, esto ya lo hace desde la misma concepción. A lo que yo me refiero al decir
«adaptación de la madre al hijo», es respetar el ritmo biológico que lleva el niño, y no
dejarse imbuir por ideas preconcebidas provenientes de la abuela o de algún
mercachifle, como dice W. Reich. Cuando el niño no tiene la suficiente madurez,
entonces esto se convierte en una lucha constante de la madre por sobrevivir ante las
impetuosas demandas del hijo, que al no ser satisfechas, pronto renunciará a ellas en
detrimento de su salud.
Muchos padres entrenan severamente a sus hijos en períodos tempranos, con el
concepto erróneo de que así se adaptarán mejor a la vida social, sin tener en cuenta
que la infancia tiene sus propias características, y que hay que vivirlas plenamente
para esa posterior adaptación. «Frustrado en una dirección el bebé tomará otras para
expresarse y aliviar la tensión, desarrollando hábitos protectores que pueden
deformar el crecimiento normal.» (M. Ribble2). Estas actitudes denotan una falta de
amor y comprensión hacia las necesidades del niño, que pueden no estar en
consonancia con lo que los adultos esperan de él.
Me gustaría distinguir aquí la frustración negativa de la frustración positiva. Si la
primera impide la satisfacción de una necesidad vital para el bebé, la segunda puede
ser considerada como un estímulo para que el niño abandone cierto hábito y pase a
la etapa siguiente, cuando este hábito solo sirve para dispersar la energía que
debería ser encaminada hacia la genitalidad.
Una buena relación entre madre e hijo supone la presencia de un padre,
imprescindible en la estabilidad emocional de ambos, algo que muchas mujeres
menosprecian. En caso de que el padre biológico no exista por alguna causa, siempre
existe la posibilidad de que el niño mantenga una relación afectiva con algún adulto
varón, amigo o familiar, con el que pueda identificarse. El bebé se verá afectado por
la relación emocional entre sus padres, sus tensiones, su insatisfactoria relación
sexual, etc. «La falta de una relación con el padre en la primera edad, puede dejar un
penoso vacío en los sentimientos infantiles». (M. Ribble3).
Es bastante común en el hombre quedarse rezagado, cuando su mujer queda
embarazada o cuando nace su hijo. Sentir que su presencia no es importante y
adoptar una actitud de huida; estas actitudes negativas abrirán una brecha en la
relación con su mujer y
2) M. Ribhle. «Los derechos psicológicos del niño», Cap. IX, pág. 89.
3) M .Ribhle. «Ios derechos psicológicos del niño», Cap. X, pág. 99.
101
su hijo. La conducta de estos hombres puede estar determinada por la no superación
del complejo de Edipo, bien pueden sentir envidia por la mujer o por el hijo, o por
ambos a la vez. Aunque también puede ser debido, entre otras causas, al cambio de
conducta de su mujer; ya sabemos que durante el embarazo se va abriendo progre-
sivamente la pelvis, y esto puede llevar a vivir las emociones que en ella están
bloqueadas, emociones de rabia, de miedo... que si se proyectan al marido, éste
puede sentir con razón el rechazo, que le hará revivir a su vez el rechazo de su
madre.
Durante el embarazo y el amamantamiento, algunas mujeres dan muestra de
necesitar mayor afecto y satisfacción genital, dada la mayor carga energética, que tal
vez el marido no esté capacitado ni dispuesto a dar plenamente. La sinceridad, la
comunicación, el amor y el considerar el tener un hijo como una empresa difícil para la
que se necesita dedicación y esfuerzo, son necesarias para un buen desenlace.
El complejo de Edipo es algo característico de nuestra sociedad, aunque el
problema no es que se dé el complejo, sino el que éste llegue a superarse o no. La
competencia que vive el hijo hacia el progenitor de sexo contrario, se suma a la
aversión que inconscientemente puede vivir el progenitor hacia el hijo (el padre hacia
el hijo y la madre hacia la hija); en cuanto que el adulto no superó positivamente dicho
complejo en la relación con sus padres. Pues aun que bien se dé una atracción hacia
el progenitor de sexo contrario dependerá del ambiente en que se desarrolle, de la
reacción de los padres hacia este hecho, el que el niño se estanque en este período o
lo supere positivamente. «El factor patógeno básico no es, por consiguiente el conflicto
sexual infantil y el complejo de Edipo como tal, sino la manera en que estos conflictos
se resolvieron.» (W Reich 4). Cuando la niña recibe una negativa de su padre, la
madre puede pensar para sus adentros «¡muy bien, ahora te jodes, ¿crees que lo vas
a conseguir todo?! Esta situación está demostrando que la madre está en contra de
las demandas afectivas de la hija hacia el padre, que revive su propia competencia
con su padre, y esto le hace resurgir emociones que no quiere aceptar, por lo que
puede permitírselas en su hija. Y viceversa, el padre puede vivir una situación de
competencia con su hijo, negando la relación afectiva de éste con su esposa. El tono
de voz y la emoción ligada al lenguaje, son expresiones sutiles que están
transmitiendo al hijo: «¡la mamá es sólo para mí, o desapareces, o te voy a hacer
mucho daño»!, con lo cual el niño queda atemorizado, y su necesidad de afecto a la
ma-
102
dre va a presentarse unida a un sentimiento de culpa, por estar haciendo algo que no
debe.
El encontrar los límites en la expresión de afecto a nuestros hijos, la diferencia entre
seducir o simplemente «estar» es difícil sin una revivencia y análisis del desarrollo de
nuestra sexualidad, de las represiones de las que hemos sido víctimas, de la relación
con nuestros padres.
En el «Desarrollo del instinto de saber en un niño» de Vera Schmidt, se nos revela
el error que se comete al evadir las preguntas de los niños sobre temas sexuales, ya
que despiertan la desconfianza hacia los padres, al mismo tiempo que da a entender
al niño el tabú de tales temas, al no hablar de ellos con naturalidad. El por qué pre-
cisamente los temas sexuales y no otros nos infunden tanto temor y nos
desconciertan, vienen explicados por la propia represión que hemos sufrido.
Que la represión sexual es el resultado de la sociedad patriarcal, lo demostró
Wilhem Reich basándose en el análisis que Malinowski hizo de la sociedad
trobiandesa. En la sociedad trobiandesa, el padre no es el cabeza de familia ni se le
reconoce ninguna autoridad sobre su mujer ni sus hijos, ya que esta autoridad la
representa el hermano de la mujer; por lo que la relación con sus hijos es de com-
pañero, amigo y protector. El padre en esta sociedad se esmera por demostrar a los
hijos de su mujer ternura y amor, juega con ellos y les enseña tareas que les agradan.
En su relación, no hay cabida para el deber, ni para enseñanzas moralizantes; todo se
basa en el agrado. En cuanto que el padre tiene que merecerse el amor de su mujer y
el de los hijos de ella, pues no hay ninguna ley social que se lo otorgue por derecho,
se esmera en este sentido por conseguirlo; así mismo como no es el proveedor
económico no tiene posibilidad de culpabilizar a su familia si su negocio va mal. Sus
afectos parentales se ven libres de cualquier interferencia de deber económico y de
educación.
Deberíamos preguntarnos, si el período de latencia es algo que se da por
naturaleza o si por el contrario es consecuencia de la represión sexual que el niño
sufre desde el nacimiento; y llamo represión no sólo a la inhibición directa de prohibir
el contacto con los genitales sino también a la no potenciación de este contacto, a no
favorecer el desarrollo sexual, a no poner los medios para que el niño viva su
sexualidad de forma natural, en suma a la pasividad de los padres frente a este tema.
«Hasta que conocí a. Reich creí que bastaba con darles libertad a los niños. Reich
dijo: —No, eso no es suficiente — . Tenía razón.
103
Con el enemigo en la puerta tenemos que ser positivos, no sólo, por ejemplo, tomar el
juego sexual como algo normal (como haríamos en una sociedad sana) sino mostrar
positivamente al niño que estamos luchando por sus derechos naturales para el
autojuego sexual y el juego heterosexual.» (Neill5.)
Esto nos llevará a pronunciarnos abiertamente sobre los derechos de nuestros hijos,
tanto en la escuela como en la calle y donde se dé la oportunidad para ello. Esta
actitud puede llevarnos a enfrentamientos y hostilidades por parte de vecinos,
maestros, etc. si no tenemos la posibilidad de elegir tanto a unos como a otros, lo
mejor que podemos hacer es hablar con nuestros hijos sobre las deficiencias
caracteriales y humanas de estas personas, y de esta forma ir introduciéndolos en la
comprensión de la realidad social, y evitar que se sientan seres extraños. Hay que
explicar detalladamente y a su nivel cada duda y confusión del niño. Conviene sobre
todo no dejarse llevar por la rutina y modos convencionales de comportamiento, elegir
en lo posible a nuestros amigos.
No se puede entender la libertad y la autorregulación como dejar que el niño saque
sus propias consecuencias con las relaciones con los demás, en edades en que no
tiene el carácter aún formado, ya que estas relaciones no propician la autorregulación,
son en su mayor parte negativas. Esto se podría comparar como dejar al niño suelto
en la jungla cuando todavía no es capaz de valerse por sí mismo.
La libertad de los hijos es algo que muchos padres se plantean Padres que han
vivido en un ambiente autoritario y que desean para los suyos mayor libertad, pero que
encuentran dificultades para encontrar los límites. ¿Dónde termina la libertad? ¿En un
ambiente protector y permisivo, cómo se adaptarán posteriormente a la sociedad? Son
dudas que muchos padres se plantean sin encontrar respuesta. El contacto con la
situación nos ayudará a decidir. Tan nocivo es inhibir cualquier conducta del niño
como permitírselo todo dando como resultado en ambos casos un desarrollo del carác-
ter que se alejará de una regulación energética sana: «...debe señalarse que la
formación del carácter no depende sólo de que el instinto y la frustración crean un
conflicto, también depende de la índole de este conflicto, del período en el cual tienen
lugar los conflictos de formación del carácter, y de cuáles son los impulsos implicados
en ellos... El resultado de la formación del carácter depende de los siguientes factores:
— El momento en el cual se frustró el impulso.
— El alcance y la intensidad de la frustración.
— Contra qué impulsos se dirigió la frustración central.
5) Neill. «Autorregulación y mundo exterior», pág. 3.
104
— La relación entre tolerancia y frustración.
— El sexo de la principal persona frustrante.
— Las contradicciones de las frustraciones mismas.
...Lo opuesto del carácter impulsivo es el carácter de instintos inhibidos. El primero
muestra en su historia el impacto de un instinto plenamente desarrollado y de una
repentina frustración; el segundo la frustración constante, desde el principio hasta el
fin, del desarrollo. instintivo.» (Reich6).
105
nos hemos negado. Esta sinceridad con él y la explicación de nuestro punto de vista le
ayudarán a madurar.
Desde luego, el niño también tiene derecho a decir ¡NO!, a su vez, y los padres
deberán ser dispuestos a aceptarlo y a escuchar sus motivos.
Con esto se cuestiona el autoritarismo de los padres, que mandan y ordenan con la
acatación incondicional de sus hijos. También se cuestiona en la escuela el
autoritarismo del maestro, que dirige a sus alumnos, diciéndoles lo que en cada
momento tienen que hacer. Los niños acostumbrados a que les dirijan la vida, se ven
con dificultades y verdaderos problemas, cuando se les da la oportunidad de
responsabilizarse de sus actos, de hacer aquello que les apetezca, pueden
desbordarse en su destructividad o bien quedar inhibidos esperando órdenes.
Cierto llamar la atención sobre los efectos negativos que pueden causar en el niño
la imposición de conductas y la no aceptación de sus necesidades, la inhibición de sus
iniciativas, en suma la falta de amor que recibe el niño. Entre las secuelas, podemos
enumerar falta de seguridad en sí mismo, y por tanto inhibición de la AGRESIVIDAD
diferente de la DESTRUCTIVIDAD. Esta inseguridad va a llevar entre otras cosas,
como dice Vera Schmidt a una inhibición del desarrollo del saber; también puede
resultar por el contrario una persona muy destructiva, que busca en su conducta la
provocación del otro.
Para entender las reacciones y mecanismos de los niños, hay que ponerse en su
lugar, hay que intentar ver las cosas como ellos las viven, es decir hay que tener una
capacidad de contacto y desinhibición que nos permitirá comprender los motivos del
niño. A partir de esta comprensión se podrán poner los medios para solucionar la
situación problemática. Tenemos que tener en cuenta que nuestras propias
inhibiciones, frustraciones, incapacidades, están impidiendo el desarrollo armónico de
nuestros hijos, y que sus incipientes bloqueos son reflejo de los nuestros. «...Frente a
cualquier manifestación instintiva del niño, recuerdan (los padres) sus propios deseos
infantiles reprimidos, y las instancias instintivas del niño, representan un peligro para la
subsistencia de las represiones propias» (Wilhem Reich7).
Cuando un niño tiene celos de su hermano, está expresando que no obtiene todo el
amor que desea de sus padres, e imagina que el otro sí que lo obtiene (sea en
realidad cierto o no). El amor que piden los niños es tan desbordante, que en
cualquier momento que
106
no estés emocionalmente capacitado para prestarle atención, puede vivirlo como un
rechazo; y si tiene hermanos desarrollará la tendencia a fijarse en la relación que los
padres mantienen con ellos, y cualquier desliz que se tenga, puede ser reclamado por
el niño celoso. Está claro que el niño celoso busca el afecto y la dedicación de sus
padres, por lo que se siente insatisfecho. Por supuesto no podemos decir que hayan
padres que satisfagan totalmente y plenamente a sus hijos, teniendo en cuenta el
entorno social en que vivimos y los bloqueos que en mayor o menor grado existen en
los padres.
Los celos y la expresión de los mismos pueden ser un signo de salud en la medida
que significan no querer compartir el objeto amado. En cuanto que estos celos no se
manifiestan abiertamente en los niños «normales», significa que hay una resignación
a la falta de amor.
La definición que da A. Tallaferro de los celos es la siguiente: «Los celos se basan
en la envidia, pero comprenden una relación de por lo menos dos personas y
conciernen principalmente al amor que el sujeto siente que le es debido y le ha sido
quitado o está en peligro de serlo por un rival.»
A. Neill por su parte, propone revolear una moneda en caso de desacuerdo entre
hermanos, como forma más imparcial de tomar una decisión. «Los niños tienen muy
desarrollado el sentido de la justicia auténtica.»
La diferencia de edad entre hermano es definitiva en el desarrollo de los celos. Un
niño que ha disfrutado del amor de sus padres, de forma exclusiva, durante sus
primeros años y que haya formado su carácter sin tener que compartir la dedicación
de sus padres con otra persona, tendrá menor predisposición a desarrollar los celos.
Cuando se tiene un segundo hijo, el papel del padre es fundamental. Debería dedicar
más tiempo al hijo mayor, hacerle sentir un hombrecito o mujercita. Habrá que
explicar al niño que sus necesidades son diferentes de las del bebé.
Según Th. Lidz, para que la familia permita a los niños un desarrollo armónico, los
esposos deben permanecer unidos en calidad de padres, preservar la frontera entre
generaciones y asumir de modo continuo la función de su sexo.
La identidad sexual de los padres, facilitará la identificación del niño al progenitor
del mismo sexo y evitará muchos trastornos de la personalidad. La madre machista,
dominante, y el padre afeminado y débil son individuos que se encuentran por
doquier. El padre moralista y demasiado exigente, crea temor en el niño hacia la in-
dependencia, por lo que seguirá buscando la protección materna.
107
Por otro lado, la madre sobreprotectora, que protege a sus hijos incluso del padre,
impidiéndole que haga presencia de su autoridad, anulándolo, busca en el fondo
seguir mandando en la educación de sus hijos; estas mujeres buscan como
compañero un hombre débil de carácter que subordina su autoridad a la de la mujer.
«El padre que no tiene ganas de jugar con sus hijos, pero que lo hace porque
piensa que ese es su deber, es un mal compañero de juegos, fastidiado e irritable.»
(Dr. Spock8).
El padre no puede ser, un buen padre por el simple hecho de leer manuales de
educación y comportarse con sus hijos de una determinada forma que se cree la
adecuada, si realmente su actitud hacia ellos no es sincera, si emocionalmente no
está dispuesto a ello, pues tarde o temprano aflorará la hostilidad hacia sus hijos. Es
preferible aceptar los propios límites, desempeñar una paternidad realista,
renunciando a lo que fastidia y aprovechar los momentos de placer, aunque sean
escasos, en la convivencia con los hijos. En la paternidad como en cualquier relación
interpersonal, lo que cuenta no es la cantidad, el estar continuamente dispuesto a dar,
sino la calidad de la relación.
¿Qué pasa cuando el niño se empeña en conseguir algo que no es viable en la
opinión de los padres? Parece ser que el niño varón se siente más seguro cuando la
negativa viene del padre, aunque proteste y coja un berrinche, pasado este momento,
se siente más tranquilo. Si la negativa procede de la madre es posible que la rebelión
del niño varón se prolongue, y el conflicto perdure, como esperando que alguien más
poderoso que él ponga los límites.
Muchas madres deberían ceder el sitio al marido en numerosos asuntos referentes
a sus hijos y que sea él quien decida, aunque esta decisión no sea la adecuada en
opinión de la madre. En todo caso más vale tener un padre autoritario o exigente que
no tenerlo; pues con un padre presente, el niño varón tendrá la posibilidad de
enfrentarse a él. Si el padre no existe, tal enfrentamiento no se podrá dar, ni podrá
identificarse mínimanente con él.
Los puntos que destacaría para favorecer la autorregulación, son los siguientes:
a) Conocer y aceptar las propias limitaciones, sin que esto signifique resignarse a
ellas, pues el curso de la vida pueden hacerlas cambiar.
b) Tener un contacto permanente con nuestras emociones y analizar las
situaciones que las provocan, sin dejarse llevar por lo que «debería» o «no debería
ser».
8) Dr. Spock. «Tu hijo en tiempos difíciles», pág. 237.
108
c) No cerrarse en la actitud de culpa, que en el fondo es una actitud masoquista y
buscar los medios adecuados para salir de la situación.
d) Tener presente, que los niños necesitan unos padres con «autoridad» y
protectores, no unos amigachos, que aunque muy modernos le harán sentirse
inseguro.
e) No ponerse en un plano de superioridad, de padres que lo tienen todo superado
y a quienes los hijos deben admirar y «respetar», sino ser humanos con nuestras
debilidades, nuestros sentimientos. En suma ser accesibles. Los dioses no son
humanos ni accesibles. Merecerse el respeto sin imponerlo, ya que cuando es
impuesto por la fuerza, ese supuesto respeto es más bien miedo que amor.
f) No impedir la creatividad del niño ni sus libres manifestaciones. «No podemos
decir a nuestros hijos qué tipo de mundo sería o habría que construir, pero podemos
equipar a nuestros hijos con el tipo de estructura caracterial y con el vigor biológico
que les harán capaces para tomar sus propias decisiones y encontrar sus propios
caminos para construir, de una manera racional, su propio futuro y el de tus hijos».
(W. Reich9).
g) Propiciar que el niño, progresivamente y de acuerdo con su madurez, vaya
responsabilizándose de sus actuaciones, es decir,vaya conociendo las consecuencias
de sus actos. Sin la necesidad de sermonear, ni moralizar. Sin la necesidad de
adelantar conclusiones: «Niño, no hagas esto porque sucederá aquello.» El niño
necesita experimentar y sacar sus propias conclusiones para que su aprendizaje sea
verdadero, con conocimiento del hecho, siempre, por supuesto, que no exista un
peligro real para su persona. («...Somos solo los transmisores de un pasado
depravado, hacia un futuro eventualmente mejor. No debemos ser los que edifican
este futuro.¡No tenemos derecho a decir a nuestros hijos como construir su futuro! Ya
hemos demostrado que somos incapaces de construir nuestro propio futuro. Lo que
podemos hacer como transmisores, no obstante, es contar a nuestros hijos, dónde y
cómo fracasamos. Podemos, además, hacer todo lo posible para remover los
obstáculos que están en el camino de nuestros hijos, para que construyan un mundo
nuevo y mejor para ellos mismos.») (Wilhem Reich10).
h) Tener en cuenta que los niños perciben la vida tal como los padres se la
transmiten.
9) W. Reich. «Los niños del futuro», pág. 2.
10) W. Reich. «Los niños del futuro», pág. 1.
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i) No forzar a los hijos a que se comporten de una forma determinada para regocijo
de los padres. Ellos tienen sus propias razones para actuar de una forma u otra.
También tienen los hijos derecho a rebelarse, a sentir miedo, a sentir vergüenza de
sus genitales, por ejemplo.
Finalmente y de forma global destacaría que la incorporación del hijo a la pareja
hombre-mujer, supone una ampliación del campo relacional y comporta una
adecuación a la nueva situación, ya que se introduce un nuevo elemento (el hijo). El
hijo va a sentirse influenciado por la estructura caracterial y energética de cada uno de
los progenitores, por un lado y, por otro por la relación que ambos progenitores
mantienen entre ellos.
En la relación interpersonal que se da en la tríada:
Me queda agradecer a W.Reich y a todos los que han hecho posible la práctica de la
vegetoterapia, el que por medio de ella sea una realidad posible el reencuentro con
nuestra infancia, que permite poner de relieve experimentalmente las vivencias que
habían trastocado nuestro natural equilibrio energético y recuperar, cada uno según
sus posibilidades, un poco de felicidad que en una sociedad menos represiva hubiese
sido seguramente mayor.
Abrigamos la esperanza de que progresivamente las nuevas generaciones de
padres sean individuos más sanos, que harán posible un mejor desarrollo hacia la
genitalidad y la autorregulación de sus hijos. «El niño recién nacido, el eterno hijo del
futuro. La tarea
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consiste en salvaguardar sus potencialidades innatas para que encuentre el camino.
El niño aún por nacer se convierte en el foco de atención. Es el principio común de
funcionamiento de toda la humanidad pretérita, presente y futura. Teniendo en cuenta
su flexibilidad y el hecho de que esté dotado de ricas potencialidades naturales, es la
única esperanza viva que nos queda en este holocausto de infierno humano.» (W.
Reich11).
BIBLIOGRAFÍA
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