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Werner Miiller y Gunther Vogel Atlas de arquitectura 2. Del romanico a la actualidad Version espafiola de Maria Condor Tlustraciones de Inge e Istvan Szasz Alianza Editorial Titulo original: Dtv-Atlas zur Baukunst - Band 2 - Baugeschichte von der Romanik bis zur Gegenwart ©1981 Deutscher Taschenbuch Verlag GmbH & Co. KG., Miinchen (Ed, cast.: Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1985 Calle Milin, 38; tele 2000045 ISBN: 84-206-6997-0 (Obra completa) ISBN: 84-206.6206-2 (Tomo I) Depésito legal: M.12.474-1986 ‘Compuesto en Fernandez Ciudad, S. L. Impreso en GREFOL, S. A., Poligono Il, La Fuensanta Mostoles (Madrid) Printed in Spain Prefacio Este segundo tomo del Atlas de la Arquitectura debe proporcionar al lector informacion acerca de los periodos de la historia de la Arquitectura que en especial determinan nuestra propia conciencia historica, Como en el primer tomo, la abundancia del material impide una exposicién completa, aunque sea aproximativa, de la evolucién, los problemas y las obras de la arquitectura en el periodo de 1500 atios comprendido entre los inicios de la Edad Media y el presente. Se oftece al lector la sistematizacion del libro con el fin de que pueda descubrir por si mismo la arquitectura y la historia de las épocas y paises coneretos La presentacion de los diferentes periodos, siguiendo la divisién acostumbrada, conduce, rebasando el siglo xix, hasta el presente. Las clasificaciones generales de las formas constructivas segiin los «estilos» y la tipologia resultan cada vez mas problematicas. Por esta razon se ha tratado de poner de manifiesto personas y corrientes de forma paralela y a veces enfrentadas en conflicto. La Historia desemboca en las cuestiones y en los problemas del presente. Esto sugiere una invitacion a imaginar las épocas pasadas como menos homogéneas y continuadas de lo que la suposicién aiin hoy habitual referida a la «sucesién en fila india» de los estilos hace aparentar. Los autores solicitan comprensién por causa de la limitacion de espacio, exigida por el volumen de un libro de bobsillo; aceptan gustosamente indicaciones, correcciones y criticas, y manifiestan en este lugar su gratitud a todos aquellos que les han ayudado. Bielefeld y Titisee-Neustadt, primavera de 1981 Sobre este libro El segundo tomo del Atlas de Arquitectura de Alianza Editorial se divide en tres partes: Edad Media / La nueva época I La nueva época II. Al principio se menciona la gran transformacion del modelo de edificio piblico romano en la basilica cristiana, asi como el periodo en que se construyeron monasterios y fortalezas. Las ciudades muestran conscientemente su poderio a través de las edificaciones. En la Alta Edad Media, la piedad popular dio lugar a la catedral «goticay partiendo de la basilica. En el Renacimiento, por fin, el arte de la construccién fue objeto —como todos los sectores— de una investigacién cientifica, de una sistematizacién y de una descripeién tedrica. Los artesanos de antafo se convirtieron en audaces arquitectos que en el Barroco dieron forma a los palacios, jardines y ciudades de los sefiores absolutos para su mayor gloria La industrializacién del siglo x1x, con la formacién de las grandes ciudades modernas como consecuencia, acumulé problemas casi insolubles. Nuevos materiales de construccién, como el acero y el hormigon, hicieron posibles unas formas arquitectonicas revolucionarias, un desarrollo que hoy no ha concluido todavia. «Para las iltimas décadas del siglo xx hay que esperar apasionadas controversias acerca de los principios de la arquitectura. Esta se encuentra actualmente entre el optimismo —poder hacerlo todo— y la duda de si es preciso hacerlo todo». Esta es la conclusion de la obra Indice Prefacio Introducciér La arquitectura como forma historicamente condicionada EDAD MEDIA Edad Media/La nueva formacién de Europa — /Los fundamentos de la cultura — [Europa en torno al afio 800 — [Tabla cronolégica 400-900 — [Europa en torno al aiio 1000 — [Tabla cronoligica 900-1200 — [Francia en torno a 1250 — JTabla cronolégica 1150-1450 [Formas arquitectonicas I: La tradicion de fines de la Antigiedad y la Edad Media — [Formas arquitecténicas II: Elementos constructivos en el rominico [Formas arquitecténicas IMI: Articula- cin de superficies y masas en el romani- co! [Formas arquitecténicas TV: Articula- ccién de superficies y masas en el romani- co 2 [Formas arquitecténicas V: Detalles y ‘ornamentos en el roménico [Formas arquitectonicas VI: La estructu- ra constructiva del gotico 1: Pilares y bovedas /Formas arquitectonicas VII: La estruc- tura constructiva del gotico 2: Sistemas de contrarresto — /Formas arquitectonicas VIII: La estruc- tura constructiva del gotico 3: La pared de la nave central /Formas arquitectonicas IX: La estructu- ra constructiva del gético 4: Ventanas y traceria /Formas arquitecténicas X: Estructura y ‘ornamentacién en el gético /Urbanismo 1: Funciones y estructuras cen las ciudades primitivas /Urbanismo 2: Ciudades feudales /Urbanismo 3: Ciudades comerciales /Urbanismo 4: Murallas, torres y puertas /Urbanismo 5: Callesy bloques de edificios /Urbanismo 6: Centros urbanos La vivienda rural La vivienda urbana 2 — [Edificios municipales 1: Ayuntamientos |Edificios municipales 2: Edificios repre- sentativos urbanos [Edificios municipales 3: Hospitales y escuelas — (Fortalezas y castilos 1 293 297 298 300 301 302 303 305 307 308 310 312 314 316 318 320 322 324 326 328 330 332 334 336 338 340 342 344 348, 350 352 — [Fortalezas y castillos 2 — [Palacios y residencias — JEl_ monasterio 1: Disposiciones _pri- mitivas — /E] monasterio 2: Monasterios reforma- dos de la Alta Edad Media — [El monasterio 3: Cartujas y monasterios urbanos /Los recintos de la arquitectura profa- nal — Los recintos de la arquitectura profa- na 2 — /La arquitectura religiosa: Espacios y ‘cuerpos arquitecténicos de la época rimitiva /Basilicas e iglesias de una nave de la €poca primitiva — /La Capilla Palatina de Aquisgran — /Elementos tipolégicos — [El cuerpo longitudinal — /Transepto, presbiterio y coro — /Cuerpo occidental y fachada occidental Las torres La basilica romanica 1 /La basilica roménica 2 La basilica romanica 3 Iglesias de planta de salén e iglesias con cipula en el romanico — /Ielesias con capula de Europa Oriental — Iglesias de madera — JEl deambulatorio gético — /[Tipos de fachada en el gético — La torre gotica ‘La basilica gética 1 ‘La basilica gotica 2 — la basilica gética 3 /Melesias de una nave y de planta de salon del gético 1 — [Iglesias de planta de salén del gotico 2 — Iglesias de las rdenes mendicantes — JEpocas y transformaciones de la ar- quitectura La nueva época T La nueva época/Humanismo y Renacimiento — /Mapa y tabla cronolégica 1350-1650 — [Mapa y tabla cronolégica 1650-1850 — /Renacimiento: Fases estilisticas — /Elementos constructivos y formas deco- rativas del Renacimiento — /Articulaciones murales en el Renaci- miento — /Articulaciones murales en el Barroco — /Elementos constructivos y formas deco- rativas en el Barroco — [Elementos constructivos y formas deco- rativas en el Clasicismo — [Urbanismo I: Las ciudades ideales del Renacimiento — /Urbanismo 2: La planificacién urbana del absolutismo 394, 358 368 370 372 374 376 378 380 382 384 386 388 390, 392 394 398 402 410 412 44 4is 416 418 420 42 424 426 428 430 432 434 Indice 296 Urbanismo 3: Calles, ees y plazas 1 /Urbanismo 4: Calles, ejes y plazas 2 Urbanismo 5: La plaza en el Rena- cimiento Urbanismo 6: La plaza en el Barroco /Urbanismo 7: El edificio aislado y la configuracién de la plaza [Edificios municipales de la autonomia administrativa urbana [Edificios municipales 2: Teatros La vivienda urbana 1 La vivienda urbana 2 urbano en el Renacimiento urbano en el Barroco Las villas del Renacimiento ‘Los palacios con jardin, casas de recreo ¥y pabellones de caza del Barroco (Castillos y residencias | /Castillos y residencias 2 (Castillos y residencias 3 /Castillos 4: Elementos de la planifica- cién 1 (Castillos 5: Elementos de la planifica- cién 2 (Castillos 6; Elementos de la planifica- cién 3 (Edificio y paisaje El monasterio 1 /E] monasterio 2 /La arquitectura religiosa: Edificios de planta central 1 /Edificios de planta central 2 /Edificios de planta central 3 idificios de planta longitudinal 1 /Edificios de planta longitudinal 2 /Edificios de planta longitudinal 3 Unidn del edificio longitudinal y el centralizado /La configuracién de la fachada nueva época I/Renacimiento, Barroco, Clasicismo: Renovacidn y estancamiento nueva época II nueva época II/Las bases de una nueva arquitectura (Tabla cronologica 1 Tabla cronolégica > 450 497 498 [Tabla cronolgica 3 /Estilo y forma 1 — (Estilo y forma 2 iConstruccion y forma 1 — /Construccién y forma 2: El plistico — /Construceién y forma 3: de acero 1 — /Construccién y forma 4: de acero 2 — /Construccién y forma 5: de hormigén 1 /Construccién y forma 6: de hormigén 2 — |Geometria y organicidad 1 /Geometria y organicidad 2 ~ /Urbanismo 1: Ejes y sistema de bloques — /Urbanismo 2: La ‘ciudad jardin y ta ciudad satélite — /Urbanismo 3: Alineaciones y grupos de edificios Urbanismo 4; La configuracién del espacio /Urbanismo 5: Centros urbanos 'Viviendas exentas — Casas alineadas /La vivienda urbana — Las casas de pisos — /Construcciones industriales 1 — /Construcciones industriales 2 — /Edificios administrativos 1 /Exificios administrativos 2 — /Edificios administrativos 3 /Rascacielos [Torres para la técnica /Teatros alas de conciertos /Salas deportivas y estadios El siglo xx/La transformacién del concepto de ciudad El siglo xx/Tres generaciones de la arquitec- ‘ura moderna — La actualidad: Corrientes y tendencias El constructi- estilo La estructura La estructura La estructura La estructura Bibliografia Indice de materias 302 508 510 312 314 516 518 520 522 524 526 528 530 532 534 536 538 342 344 346 348 350 552 354 556 558 560 562 563 565 574 En la historia del arte se han introducido para todas las épocas denominaciones estilisticas a mo- do de nociones auxiliares y conceptos de trabajo. Tras la logica y retrospectivamente visible evolu- cin (entelequia) de los grandes estilos de época se ocultan la existencia auténtica de grupos ¢ indiv duos, nunca plenamente aprehensible para intel gencias posteriores, y frecuentemente controverti dos modos de interpretacién. Las obras arquitecto- nicas hist6ricas son sus testimonios directos. En tanto son accesibles, aun fragmentariamente, posi- bilitan el contacto directo con las fuerzas creadoras de la Historia. La historia de la arquitectura ha de ser concebida —igual que todas las historias— tanto a modo de contimaum como de cambio incesante. El cardcter fragmentario del material arquitecténico histérico, incluso de época reciente; la incompleta y contra- dictoria informacién y en ocasiones el cambio brusco en los juicios de valor determinan la imagen de las épocas historicas, que refleja sus oscilaciones en el espejo de Ia historia del arte. Cada generacion establece su propia actitud con respecto a la histo- ria: continuar, rechazar o recuperar las tradiciones, La discusién actual sobre la arquitectura «moder- nna» est marcada por un violento rechazo de! funcionalismo racionalista de la primera mitad de nuestro siglo por una estimacion repentinamente surgida y apenas critica del historicismo del siglo xix. Esto no ha quedado en meros debates acadé- micos que hicieran tardia justicia del historicismo, despreciado por el funcionalismo en el que ahora ‘conocidos arquitectos, ademas, van en la practica hacia un nuevo eclecticismo historicista, con inclu- sién de motivos «modernos». En esta concepcién, designada como «postmoder- na» en una inversién de los conceptos, subyace un nuevo regionalismo junto al rechazo del «estilo internacional». Igualmente, otros continiian en la tercera generacidn las tradiciones constructivas, no s6lo repitiendo dogmaticamente sus principios, sino también transformandolos con nuevos impul- sos ¢ ideas. La lucha respecto a la arquitectura en cada nacién Ja hubo también en las «La palabra moderno fue utilizada por primera vez a fines del siglo v para diferenciar el presente oficial, recientemente cristianizado, del pasado romano y pagano. Con un contenido variable, “modernidad” expresa siempre la conciencia de una época que se plantea a si misma en relacién con el pasado de la Antigtiedad para definirse como resultado de un paso de lo antiguo a lo nuevo. Esto es vilido no solamente para el Renacimiento, con el cual comienza para nosotros la nueva época. El hombre se concebia como ‘“moderno” también en Ios tiempos de Carlomagno, en el siglo xi y en la época de la Tustracién; es decir, cada vez que en Europa se ha constituido la conciencia de una nueva época por medio de una renovada relacién, con la Antigtiedad. No obstante, la antiquitas ha Introduccién: Constancia, cambio, modernidad 297 servido como modelo de recomendable imitacién Sélo con los ideales de la Tlustracién francesa a través de la cual los modernos cientificos inspiran Ja nocién de un incesante progreso del conocimien- toy de un avance hacia una mejora social y moral, se deshizo la fascinaci6n que las obras clisicas del mundo antiguo habian ejercido sobre el espiritu de quienes en cada periodo eran los modernos. Moderno es lo que ayuda a la actualidad del espiritu de la época a expresarse objetivamente, La firma de una obra tal es lo Nuevo, lo que ¢s superado e inutilizado por la renovacion del estilo iguiente. Pero mientras que lo que esta simple- mente de moda se pierde en el pasado al pasar de ‘moda, lo moderno conserva una referencia oculta a lo clisico. Siempre se tiene por clisico lo que perdura a través del tiempo: esta fuerza toma el testimonio moder- no —en sentido enfitico— ya no desde luego, de la autoridad de una época pretérita, sino tinicamente de la autenticidad de una actualidad pretérita.» JORGEN HABERMAS La referencia oculta a lo clisico significa, hasta la revolucién industrial, el apoyo en la Antigiiedad. Cuando, tras la censura espiritual que supuso la invasion de los barbaros en la recientemente cons- tituida Europa, casi todo tiene que ser definido, los jovenes estados tratan de incorporar las antiguas tradiciones. Tal cosa ha ocurrido en todo nuevo impulso desde el «renacimiento carolingio» hasta el «gotico». En éste se sitda la Edad Media en plena contrapo- sicion a la Antigtiedad. Pero sus creadores no eran conscientes de ello. Su «Antigiiedad» consiste en una fecunda incomprension de las teorias antiguas, que interpretan desde el punto de vista moderno. Los mismos fundamentos teéricos son validos ya para la arquitectura «rominica». Nos encontra- ‘mos aqui con los niveles de interpretacion que son respectivamente modernos. El humanismo y el Renacimiento reconocen el error del gético e interpretan de forma nueva las fuentes de la Antigiiedad. Lo nuevo es ante todo el espiritu racional y cientifico, que se sobrepone al predominio de la teologia, ia «oscura Edad Me- diay. Pero el retorno a la Antigiiedad se muestra a su vez como otro fecundo error. Con él comienza el dualismo de la nueva época, con un arte orienta- do hacia lo clasico y una nueva técnica basada en las ciencias naturales y en vias de emancipacién. Y conducird, tras la revolucién industrial, al conflicto que la arquitectura moderna del siglo xx trata de resolver por medio de la completa inclusién de la técnica, 298 La arquitectura como forma histéricamente condicionai a catedcal de Reims desde ols. v hasta ol x0 (ulate p. 73) Merovngo Caraioge TB romsrico HB sic primitive ‘Ao tic y geo trio Barco Gls « CConstuccién orginariaeartingia Edicios anejos gicos El monasterio de Aquisgrin desde al, vii hasta el xix (wate p. 372) La catedral de Reims y el monasterio de Aquisgran La arquitectura como forma La perspectiva histériea simplifica los complejos procedimientos que toman forma en una arquitec- tura significativa. En su época, muchos edificios son considerados como revolucionarios y dan lu- gar a controversias. Después de pocas décadas son olvidados 0 tenidos por «clésicos». La subsistencia total o en gran parte de un edificio es debida frecuentemente a la casualidad, y el testimonio que nos puede dar —considerindolo aislado— sobre su auténtico significado en la época es de poco valor: solamente puede ser apre- ciado en comparacién con otros edificios. La investigacién se esfuerza en relacionar los particu- lares conocimientos extraidos de unos edificios con otros, con fragmentos excavados, planos conserva- dos y crénicas contemporaneas. De esta manera, la imagen global de las épocas historicas y su arqui- tectura va adquiriendo mayor precision. Los condicionamientos histérieos suponen transfor- maciones: destruccién y reedificacién, reconstruc- cién total o parcial, largos periodos de edificacién con modificaciones en el programa de construccién y en las formas arquitectnicas, revestimiento se- ‘win nuevos estilos, buenas y malas restauraciones. El edificio individual adquiere caricter documental no s6lo como tipico de una época sino tambien como realizacién individual de programas arqui: tecténicos y conceptos formales dentro de los cambios historicos. La catedral de Reims, un conjunto que data del siglo xu, cubrié toda ‘huella del edificio anterior. Durante su edificacién, que duré mil aftos, la iglesia episcopal de Reims pas6 por importantes Epocas y tipos de la arquitectura religiosa de la Edad Media, desde el espacio y los cuerpos ciibicos, de los tiempos primitivos y la agrupacién de edificios del roménico hasta Negar a la uniformi- dad de la estructura en miembros del gatico (p. 368 y ss). Hacia el afio 400, Nicasio traslada la sede episcopal a las termas romanas que se encontraban ene centro de la ciudad galoromana. En el siglo v, bajo los merovingios, se levanta la primera cons- truccién del baptisterio y la catedral, una basilica sobre columnas segiin el modelo romano. El bautis- mo y la consagracién de Ctovoveo por REMIGIO inician su tradicién como iglesia francesa de coro- nacién, La nueva construccion carolingia, consa- grada en el afio 862, sigue el modelo de la iglesia monastica de Centuta (p. 370). En el siglo x es «modernizaday radicalmente: entre otras cosas. se reemplaza el cuerpo occidental por una torre sobre el portico. En el siglo xit, Reis se suma, tras St Dents y CHaatRes, a la serie de «onstrucciones fundadoras» del gético primitivo, con la edificacion de una fachada de doble torre y coro con galeria («coro de Sanson»), Después de un incendio sigue, de 1211 a 1287, una reconstruceién de la catedral por etapas desde el coro hasta la fachada, asimilando y reinterpretan- do el ejemplo de la primera catedral «clisica de CuarrRes (véase, p. 72). La siguiente amplifica- cién, tras un nuevo incendio y una nueva recons- truccién, no se concluye hasta el siglo xv. Las istoricamente condicionada_ 299 torres quedan inacabadas. Durante los siguientes cinco siglos la catedral hubo de sobrevivir a la modemizacién barroca, junto con la pérdida de sus vidrieras policromas, la iconoclastia, la revolu- in y las restauraciones del siglo xix. Entre 1914 y 1918, el bombardeo aleman destruy6 la ciudad y la catedral. El siglo xx necesitara décadas para llevar a cabo medidas de seguridad, reconstruccion y exploracién arqueol6gica. La catedral de Aquisgrin incorpora cuerpos de edificios y ambitos de diferentes épocas, formando un conjunto de ricos contrastes. El edificio centralizado fue construido por Caro: MAGNO a fines del siglo vut para sustituir a una capilla relicario de su padre como capilla real del palacio imperial de Aquisgran (pp. 356, 372). Su cuerpo superior es dotado a mediados del siglo xn de una galeria ciega: en 1224, de ocho altos timpanos ciegos, Y, sustituyendo a la cubierta pira- midal, una alta ctipula plegada. Esta es reemplaza- da en 1684 por una ctipula barroca de la misma altura con una linterna. En su construccién primitiva, el euerpo occidental representa un elemento completamente nuevo (p. 380). En el siglo xiv se le afiade una alta torre central con elevadas capillas laterales que sirven para depositar las reliquias de las peregrinaciones en aumento. La torre se convierte en el simbolo de la ciudad libre. En el siglo xix se peralta la capula en una renovacién historicista El coro se construye en 1355-1414 como amplia- cién para el cabildo, las coronaciones imperiales y las peregrinaciones. Una alta sala de una nave y con vidrieras policromas, construida segin el mo- delo de la SaINTE-CHaPeLte De Paris, mantiene el equilibrio con el cuerpo occidental. Diferentes construcciones anejas completan desde el periodo carolingio el complejo arquitecténico, Se han conservado las eapillas géticas y el antecuer- po barroco. La variacién de las formas debido al crecimiento historico responde al cambio de funciones y estilo desde la época carolingia hasta el Barroco: primero iglesia real, luego monasterio libre con iglesia para reliquias y peregrinaciones, entre 936-1531 sede de la coronacién de los emperadores alemanes e iglesia principal y bautismal de la ciudad libre (1336); desde 1930, iglesia episcopal. Las catedrales de Reims y AQUISGRAN son edificios claves en la historia de la arquitectura. En Aous. ‘GRAN se crea bajo Carlomagno una nueva tradicion en la arquitectura monumental de Occidente. Cua- trocientos afios mas tarde, en RIMS, esta tradicidn © se amalgama con las tradiciones locales, regionales y nacionales para formar la arquitectura mas moderna de la época. Ambas obras estin vincula- das con muchas otras e irradian su impulso dentro de su época y en el futuro. Encarnan la historia de diferentes modos: Reims en una homogénea obra capital: historia como culminacién. AQUISGRAN en tun nicleo historico que fue completado en diferen- tes épocas a través de la arquitectura entonces moderna: historia como transformacién. 300 Edad Media/La nueva formacién de Europa: El Occidente cristiano La inyasiin de los barbaros destruye el Imperio romano, La parte occidental del Imperio cae en el siglo v bajo el dominio de los germanos. La oriental, el Imperio bizantino, logra mantener su posicién como potencia terrestre y maritima du- ante 900 afios. Hasta 1453 los turcos no toman Constantinopla. El Islam, procedente de Arabia, penetra en los siglos vit y vit, hacia el N. y O. y'rompe la unidad politica y cultural de la region mediterrinea. Bi- zancio y el reino de los francos sefialan su limite de expansién. Africa del Norte y el Oriente Préximo constituyen ahora un ciclo cultural propio. Frente a él se va formando una nueva Europa, cuyo centro de gravedad es transferido hacia el Na los pueblos germanos en el O. y los eslavos en el E. Los jévenes pueblos que se hacen sedentarios Hlegan a formar en la temprana Edad Media orga- nizaciones estatales permanentes. El modelo del estado romano como omnipotente institucién de un sistema legal de obligaciones objetivado y pi- blico no se puede aplicar a estos reinos primarios La tinica de sus instituciones que sobrevive es la Iglesia. El estado se convierte en un sistema perso- nal de obligaciones en el cual todos se ligan individualmente a otras personas. Todos, hasta el rey, tienen derechos y obligaciones dentro de unas relaciones personales de lealtad hacia determina- dos individuos; no existe una jurisdiccién publica. Las formas de gobierno tipicas se institucionalizan en el sistema feudal. Sus inicios tienen lugar en el reino de los francos bajo los carolingios. Después de la expansién territorial por medio de conquistas surge la nueva aristocracia feudal de la nobleza guerrera y ministerial, que en la Alta Edad Media se fusiona con la orden de caballeria; la nueva aristocracia feudal surge en la defensa ante las invasiones de sarracenos, vikingos y hiingaros. Sus méritos son recompensados con propiedades territoriales que al principio son cedidas en présta- mo y luego se hacen hereditarias. En la cima de la irdmide feudal se sitia el rey, que carece de poder central propiamente dicho. Su poder depende, como el de toda la aristocracia, de la extensién de sus dominios y de la antigtiedad y ramificaciones de su familia, pero ante todo de sus éxitos en la guerra y en la politica y de su carisma personal. La sociedad aristocritica se mantiene en constante ‘competencia y muchas veces en abierta hostilidad interna. Su interdependencia en toda Europa se superpone a las fronteras familiares y nacionales en formacién y desencadena repetidamente contfic- tos dindsticos que conducen con frecuencia, segiin su amplitid y caricter, a guerras nacionales (por gj., la de los Cien Afios, entre Inglaterra y Fran- cia). La divisién politica de Europa se perfila tras cel desmoronamiento del Imperio carolingio. La vida econémica de la temprana Edad Media depende de la economia natural y del comercio de intercambio. La agricultura es la base. Junto a algunos campesinos libres, tienen preponderancia Jos grandes dominios en manos de la nobleza. En las granjas, en las haciendas nobiliarias, en los palacios y en los monasterios domina la cerrada economia doméstica en la que se claboran los productos biisicos de elaboracién propia y destina- dos al propio consumo (economia de consumo). Sélo pocos artesanos especializados trabajan para el consumo general. En los palacios y monasterios se da al principio una tendencia al almacenamiento para las grandes agrupaciones y para los pertre- cchos de los contingentes de tropas. Aqui se hallan los rudimentos de la produccién planificada para el mercado. En el vértice estin los monasterios, con una division organizada del trabajo. Hasta la’ Alta Edad Media, el sistema feudal, con la alta nobleza, el clero y la caballeria, determina la vida en todos sus aspectos incluido el econémico. El sistema comercial y burgués no se manifiesta como fuerza antagonista hasta la Alta Edad Me- dia, y verd su apogeo a fines del Medioevo. En el siglo xi, el crecimiento de la poblacién da lugar a grandes movimientos de cultivo y colonizacién. En Europa occidental comprenden él nuevo cultivo de comarcas despobladas y la roturacién de bosques; en el NE. la ampliacién de territorios aparece en Jas costas y en los pantanos. En la Europa Central aparece al lado de las extensas roturaciones y dentro de las antiguas fronteras, la colonizacién expansiva hasta el Vistula y el Baltico. En gran medida, la orden reformadora de los cistercienses contribuye a las labores de cultivo. La expansién territorial es acompaiiada por la. fundacién de numerosas ciudades. Una red de ciudades comer- ciales cubre en rapida sucesién la Europa Central y Oriental; las antiguas ciudades episcopales y civiles se amplian con nuevos barrios de artesanos y comerciantes. El movimiento alcanza su punto ‘maximo en el xi y decae en el xiv. En esos siglos nace el equilibrio entre ciudad, campo y naturaleza libre que determinaré la cultura paisajistica de Europa hasta el comienzo de la época industrial. En toda Europa se trasladan a las ciudades la produccién de bienes de consumo, el comercio y os mereados. La economia monetaria urbana, orientada hacia el comercio, sustituye a la econo- ‘mia natural del feudalismo. Los grupos que toman Ja iniciativa son los comerciantes, y a su frente los {que manejan el comercio exterior. Ellos organizan y dominan, mas alla de los mercados locales y Tegionales, el trifico de mercancias en vastas ex- tensiones de territorios apenas poblados. En los gremios y en las hermandades de los comerciantes se origina el patriciado urbano, que determina oligirquicamente la politica de las ciu- dades y lucha por conseguir los derechos de la burguesia como tercer estado tras el clero y Ia nobleza, asi como la participacién politica. Con la produccién y el comercio, el capital financiero mévil le proporciona una creciente influencia En la Baja Edad Media, la sociedad es dominada or una general subversién social que desencadena ‘numerosas crisis. A ellas corresponde la inquietud religiosa que se exteriorizara en escisiones y en reformas. En el siglo 1v —poco antes de la caida del Imperio romano— aparece el cristianismo. convertido en religién oficial, como nueva fuerza dentro de la cultura de fines de la Edad Antigua. Habri de sobrevivir al hundimiento del Imperio. El Imperio bizantino puede continuar sin ruptura la tradicion imperial y la cultura antigua tardia. En los primitives reinos germadnicos, los reyes son proclamados como continuadores de los césares Fomanos, pero tienen que organizar sus dominios, de forma nueva. Les instruye la ayuda de la Iglesia, que, junto a su autoridad espiritual como instit cién individual, cuenta con una administracién ordenada cuyos experimentados funcionatios pue- den poner a la disposicién de las jévenes monar quias. El clero ocupa los puestos clave de la administracién Roma y Bizancio, separados por el cisma religi aparecen como competidores en su papel de mi neros entre los jévenes pueblos. La Iglesia latina supera el arrianismo y se extiende por todos los reinos germénicos y parte de los eslavos. La Iglesia griega ejerce con éxito su misién en los Balcanes y en el reino ruso. Se perfila la polariza- cién de Europa entre E. y O., mientras permanece la contraria entre N. y S. En el siglo vi, los carolingios consiguen con ayuda de los papas proclamar el Imperio occidental como fuerza con- trapuesta a Bizancio. Al no haber en los jévenes pueblos una cultura profana y urbana, recae durante siglos sobre la Iglesia el monopotio de Ia ensefianza. Presenta como doble herencia la religion cristiana y la cultura de la Antigiiedad tardia. El latin es adopt do como lengua sacra y administrativa, La litera- tura, las artes figurativas y la arquitectura enlazan con la tradicién antigua. Los representantes de la sociedad reciben su educa- cién en las escuelas monacales y catedralicias. Estado e Iglesia, Nobleza y Clero se compenetran: los clérigos ocupan altos puestos administrativos, la nobleza ingresa en las posiciones dirigentes de la Iglesia. Las crecientes propiedades territoriales de la Iglesia constituyen no s6lo un importante factor de poder politico y econémico, sino también la base material para su misién cultural. Los carolingios adjudican la parte principal de su programa cultural a los monasterios benedictinos. La situacidn y la estructura econdmica y social de los monasterios corresponde a la forma de vida agrario-feudal de la Edad Media temprana. Econo- mia, cultura y arte se retiran de las ciudades y vuelven al campo. Si bien las escuelas catedralicias prestan una significativa contribucién al desarrollo cultural, éste se efecta esencialmente en los mo- nasterios, diseminados por todo el territorio. Su significacién y poder alcanza su mas alto grado entre los cluniacenses en el siglo xt La estrecha interdependencia de Iglesia y Estado fortalece por una parte la posicién del rey, pero conducira en el futuro a graves conflictos. El Estado se vera comprometido en las querellas Edad Media/Los fundamentos de la cultura 301 intestinas de la Iglesia o enfrentado a sus ambicio- nes. En la lucha de las investiduras entre el empe- rador y el papa, en los siglos x1 y xi, fracasa definitivamente la aspiracién al poder universal de los emperadores alemanes; el poder central, en Alemania, se debilita en beneficio de los principes. Por el contrario, la monarquia francesa consigue poco a poco iniciar un proceso de centralizacion. La comunidad de regnum y sacerdotium se rompe. El ascenso de las ciudades en la Alta Edad Media preludia la transformacién de la sociedad medie- val. La vida cultural y econémica se concentra ahora en las ciudades: ia burguesia se convierte en portadora de una nueva cultura urbana y de una religiosidad diferente. Las Ordenes mendicantes rompen con las tradiciones benedictinas y desarro- llan su actividad en las ciudades. Surgen las prime- ras universidades. Las corporaciones de arquitec- tos y los talleres de pintura y escultura se organi- zan en forma civil y cooperativa. La arquitectura acompafa las fases evolutivas de la sociedad con la transformacion de los tipos y estilos constructivos. Desde los principios hasta la Alta Edad Media, el rey, la nobleza y el clero deciden y financian los programas constructivos. El poder espiritual de la Iglesia y la ambicion de mando del clero nobiliario se manifiestan en la autoridad sobre la arquitectu- ra religiosa. El papel de los monasterios va acorde con su influencia sobre los tipos y las formas estilisticas del romdnico, En su situacién dominan- te, en la disposicién cerrada a modo de fortaleza y con las iglesias frecuentemente dotadas de varias torres, se manifiestan de la misma forma dichas tendencias. Como demostracién de poderio univer sal surgen desde el siglo x11, en Francia, las eate- drales goticas. Al lado de iglesias y monasterios hhacen su aparicién en la Alta Edad Media los castillos. En sus tipos se fusionan la arquitectura con las finalidades politicas y militares y el estilo de vida representativo de la nobleza. En las ciudades, la posicién dominante de las edificaciones religiosas es subrayada atin mis por la tendencia vertical del gético. La burguesia con- tribuye a la financiacién de las catedrales con grandes sumas y en algunos casos se ocupa total- mente de ella. El tipo de la basilica altogética deja pronto de responder a las necesidades e ideales espaciales de la sociedad urbana. En época tardia prevalece la iglesia de planta de salin como tipo de iglesia parroquial urbana en muchas regiones de Europa. Por primera vez desde la Antigiiedad aparecen nuevos tipos de arquitectura urbana: ayuntamien- 108 y edificios para festejos, mercados, almacenes y hospitales, y finalmente los primeros colegios para las universidades. En algunas ciudades surgen to- rres urbanas como dominante junto a las torres de la iglesia. En general, sin embargo, los edificios religiosos definiran la silueta de las ciudades hasta el final de la Edad Media, 302 Edad Media/Europa en torno al aio 800 [Di Nicioo det rina franco Di eoensin bj Caromagne El imperio carolingio Edad Media/Tabla cronolégica I: Edad Media primitiva, prerromanico 303 H. 375, comienzo de las invasiones de los 595, division det Amperio romano; federacio- bicharos nes de tribus germanas, formacién de reinos 395-610, Imperid bizantino primitivo. _eerminicos 476, fin del Imperio romano de Occidente. H. 450, francos entre el Rhin y el Somme, anglos y sajones en Inglaterra. HE 500, los ostrogodos en Italia, los visigodos en el S., burgundios en el S.O. de Galia, francos entre el Rhin y el Loira ‘867-711, el reino visigodo en Espatia. 368-774, reino longobardo SIVA, ascenso del papado romano. Creciente enfrentamiento con Ia iglesia griegs SS V-¥i, expansidn del monacato: Martin de Tours y Honorato en Galia, Patricio y Columbano en Irlanda, en 529, Benito en Montecasino. ss, VeVi, cristianizacion de Europa: s. V, misin franca en Galia, Irlanda y Escoci Desde principios del s. vit, misin irlandesa en el continente: ‘Columbano, Quiliano, Galo, Pirmino, ‘=, VILy Vill. misién anglosajona en el continente: Willibrord, Bonifacio, Ansgar. 570-632, Mahoma; 622, Egira; 650, Corin, Ss. VILViL, expansin del Islam: 630, Si ; 638, Jerusalén, Antioquia; desde 639 Egipto y Africa del Nz; 711, Espatia; 732, derrota en Galia; 756-1031, Emirato, después Califato de Cordoba: ‘omeyas, almoravides, almohades. Reino merovingio 482-511, Clodoveo; 498, bau- tismo. Expansion’ del” reino franco: 468, hasta el Loira; 507, hasta los Pirineos; 496, haasta el Lago de Constanza; en els. Vi, sobre Turingia, Borgo- Ley Silica Gregorio de Tours, Isidoro de Sevilla, Venancio Fortunato Tluminacién de libros, or- febreria Borgo (630, introduccién de la regla Inicio del feudalismo benedictina en los monasterios 732, guerra con los érabes en- tre Tours y Poitiers ‘carolingio 751-168, Pipino, protector de | 673-754, Bonifacio 4a Iglesia romana 744, fundacién de Fulda 768-814, Carlomagno Reforma administrativa Sometimiento de longobardos, Reforma monetaria sajones y bavaros 791, Libri Carotini Mareas fronterizas contra esla- Reforma de la escritura: mi- ‘vos, avaros y sarracenos ‘miisculas Onganizacién de una ad minstacin imperial. $0, co Escuela cortesana de Aquis- ronacién imperil ran: Aeuino, Teodulf, Einhard, Angilberto, etc. Talleres cortesanos: —ilumi- nacin de libros, artes me- nores, fundicién de bronce cedificis, sistema de adicion Capilla palatina de Aquisgrin, iglesias conventuales de Fulda, Centula, catedral de Colonia, Paderborn, etc. Plano del’ monasterio de S. 911, division de los carolingios en reino oriental; en els. X en reino occidental Invasiones de los normandos, hningaros y sarracenos Programa cultural _bene- Espatia: iglesias visigodas del (610-1204, Imperio bizantino ‘medio, Lucas defensivas con- tra arabes, persas, bilgaros, sslavos IX, época de los variagos en Rusia; centros principales, Novgorod y Kiev 304 Edad Media/Europa en torno al afio 1000 Eadie det emproalamén Nice del as ot oe a cute 4 [1 Freno de Francia 2 Porn aan Rin | (ea eee 3 haurana $A y Mose J none expat Centros del romanico Edad Media/Tabla cronolégica 2: Alta Edad media, rominico 305 Sx Consolidacién de Europa, for- ‘cin de ducados por linaje y 919-1024, casa imperial sajo- J cios ‘na; 955, batalla de Lechfeld tianizacién de Europa del E. y N. 1024-1125, emperador silico, smxima expansion del Impe- rio alemén. 1033, anexién de Borgofia (Arelat) {Los Capetos en Francia Desde 1031, reconquista en Es- alia 1059, estado normando en et S. de Italia Escolistica primitiva: dialéti- ca, comentarios, discusién so- bre los universales Anselmo de Canterbury, “Berengario de Leal eens, 1059, sinodo de Letrin: decre- to sobre la eleccién de Papa Reforma papal; 1040, procla- ‘macién de la Tregua de Dios 1054, ruptura definitiva entre Ja iglesia romana y la griega Desde 1075, lucha de las inves- tiduras Auge de la caballeria 1096-1099, 1° cruzada. Esta- dos de los cruzados en el Me- diterrineo oriental s.xu 1122, Concordato de Worms 113751268, emperador _Ho- | je ‘nueva la oposicién al Papa 1158, Dieta de Roncagli ‘Auge de las ciudades: 1167. federacién de ciudades. lo bardas. 1143/1158, fundacion de Liibeck Inicio de la colonizacién orien- tal 1091-1153, Bernardo de Clara val 1079-1142, Pedro Abelardo Universidades: h. 1150, Pac 1167, Oxford hh, 080-1151, Suger des. Denis Miisica eclesistica: escuelas de Limoges y Nuestra Sefiora de Paris 1147, 2* cruzada. Fundacion de las Srdenes militares 1189, 3° cruzada de salon y con cipulas en cl SO. Torres! Bovedas de cruceria en Nor- ‘mandia e Inglaterra Primeras iglesias goticas en las regiones del reino de Francia ‘Auge del poder del reino de Francia. Ampliacin de los dominios de la corona, admi- nistracin central Escultura monumental y pin- tura vitrea del gatico primitive Iimperio bizantino medio: ma- imo despliegue de poder Feudalizacion. Burocracia 1071, batalla de Manzikert Variantes del esquema cruci- forme con caipula ‘Monasterio del Monte Athos Mosaicos de gran extension; en parte, clasicismo; en pare, realismo expresivo Reino ruso de Kiev Tglesias eruciformes con cipu- | Recepeién y asimilacion de las ‘988, bautismo de Viadimir 1 | la segiin el modelo bizantino. | tradiciones bizantinas en culto Unidad de Estado e Iglesia |Variantes regionales.|y arte Verticalidad 306 Edad Media/sector central de Francia hacia 1250 FLANDES @ Trérouarne ‘Aras Valenciennes @ NORMANDIA Stes BoRGonA Caan qurena HEB een pve, sn Rites ecestneas ——Q_mporanca eins EB Wo pita nwt Spee ncooeen Qtr snmgind Conners prilen Monastwrics retormados ~[] Vasalios en els. xt © < ae Centros del gético en los siglos xm y xi Edad Media/Tabla cronolégica 3: Alta y Baja Edad Media; el Gético 307 ‘nopla por Impeni latino h. 1261 1208-1224, guerra con los albi- genses 1215, Carta magna 1210-1250, Federico Hen Ale- Talia 1309-1377, exilio de los Papas en Aviton ores ‘Gien Atos 308 Formas arquitecténicas I: La tradicién de fines de Ia Antigiedad y la Edad Media CCorvey: Capitel del cuerpo occidental Transformacién del legado formal de la Antigiiedad Edad Media/Formas arquitectonicas 1: La tradicién de fines de la Antigiedad y la Edad Media 309 Los estados de la Alta Edad Media intentan en su mayoria acreditarse como continuadores del Impe- rio romano. Se mantienen las nociones de una arquitectura. monumental y representativa, pero s6lo por lo que respecta a los edificios religiosos. La arquitectura se remonta a las formas de fines de la Antigiedad; a .pesar de ello la polifacéti unidad del mundo de las formas antiguas se desin- tegra cada vez ms. La arquitectura religiosa bi zantina tiende a la desmaterializacion de los ele- menios tecténicos plisticos y de las superticies murales por medio de técnicas refinadas (L, p. 256) En los paises del Mediterrineo occidental y en la Galia, la arquitectura monumental llega al agota- miento; los vinculos con los centros se quiebran; el arte romano se hace provincial y barbaro. La contribucién de los pueblos jévenes se refiere nicamente a la ornamentacién. En el terreno de las artes menores llegan a significativos resultados; en la arquitectura, a menudo, a equivocaciones. Sus dotes para la ornamentacién abstracta provo- can una falta de comprensién hacia las leyes de la construccién monumental en piedra. Muchos de los edificios —pequefios en st mayo- ria— de los comienzos de la Edad Media ofrecen ejemplos caracteristicos de las refinadas formas tardias y del estilo constructivo provincial. En la iglesia de Sta, Marfa de Lara en Quintanilla (40 km. al S. de Burgos) se han dispuesto en el exterior del muro de silleria, bandas decoradas horizontales. En las representaciones simbélicas de fines de la Antigiiedad y en los arabescos que las enlazan se perciben todavia la seguridad y la elegancia de la tltima Edad Antigua. En los capi- teles ornamentados del interior. de la misma épo- ca, se impone ya un lenguaye formal barbarizado y simplificado que anuncia la plistica constructiva romdnica. Algo semejante ocurre en la Espaiia visigoda (Et Capito, p. 368), en Lombardia (Civipate) y en la Galia merovingia (JovARRE). La tendencia al decorativismo y a la abstraccién —que dominaron en el arte durante la invasién de los birbaros y después de ella— se destaca_y refuerza también en las formas arquitectonicas. En cl Aula Regia visigética de Sta. Maria del Naranco, en Asturias (I, p. 44), construida hacia 842-850, los fustes de las columnas, por ejemplo, estin cubier- tos de espirales que contradicen su funcidn estatica y hacen que los soportes aparezcan como elemen- tos decorativos. Los capiteles de hojas de acanto han sido estilizados en forma abstracta También en la arquitectura carolingia, las tentati- vas de transcribir los modelos romanos y bizanti- Juego, sin solucion de continuidad, a un estilo claro (el renacimiento carol El portico del monasterio de Lorsch, del iltimo tercio del siglo vi, es uno de fos pocos edificios pliblicos de la época de Carlomagno que se han conservado. Una arquitectura de piedra arenisca blanca y roja articula ambas fachadas segiin el modelo del arco de triunfo romano (I, p. 210), En el piso bajo hay pilares, arcos y medias colum- nas auin en mutua relacién tectonica. Por encima del perfil de los arcos, hay una hilera de pilastras acanaladas con timpanos triangulares (abstracta disposicién en arqueria”). Sobre sus vértices parece planear la ménsula final. Esta decoracién ciega a modo de «citas arquitecténicas» sigue en la super- ficie una pauta a la manera de una alfombra, a base de bloques pétreos rojos y blancos. En tres bandas horizontales se suceden cuadrados, rombos y hexiigonos. La fachada se compone de dos zonas ordenadas con independencia y tomadas de modetos diferen- tes. La arquitectura frigida romana flota incorpo- rea sobre la policroma y desmaterializada superfi- cie. Una articulacién semejante en muchos raszos se conserva en la torre del EARL DE BARTON (p. 382) El reforzamiento, el eardcter macizo y la geometri- zacién de las formas conduce finalmente a la pérdida de la plasticidad antigua (p. 310). Surgen formas cerradas y simplificadas que dan una im- presién general cibica. Una tipica forma de la época tardocarolingia esta trabajado a modo de capitel corintizante, segan el modelo antiguo. Sin embargo, no domina el propio capitel arcaizante sino el bloque de imposta, mas escalonado, ocupa placa de cubierta, sobresale como una cornisa. Su apariencia es la’ de una rudimentaria pieza de vigueria sobre la cual pueden unirse los anchos areos del muro. No obstante, la tradicién antigua se mantiene viva enel S. de Europa durante la Edad Media, y cobra ‘nueva significacién en diversas épocas también al N. de los Alpes. Ejemplos caracteristicos presentan una continuacién de las formas individuales de la Antigiiedad en la arquitectura romanica alemana durante la lucha de las investiduras y bajo el dominio de los emperadores silicos. En ia catedral de Spira aparecen, en la reconstruccion efectuada bajo Enrique IV (Spira II), los capiteles, molduras y perfiles de basas y zécalos arcaizantes tipicos de los equipos de constructores lombardos. Aqui se presenta de nuevo la pretensién de una «arquitec tura romana imperial», con el recurso del porme- nor a la antigua. También en el S. del reino de Francia y en Borgo- fia, la arquitectura romanica reanuda las formas de los edificios antiguos en algunas particularidades. Obras aisladas especialmente en Provenza, se dis- tinguen en su caricter global por una sensible proximidad a la Antigiiedad (ARLES, St. GiLLes. St. Rey) En la Edad Media se mantienen elementos de la Antigiedad —totalmente opuestos a la actitud general de aquélla—, suftiendo numerosas trans- formaciones hasta su reanudacién en el Renaci- mienio (p. 318, FLORENCIA, STA. CROCE), 310 Formas arquitecténicas II: Elementos constructivos y formales del roménico ‘St. Bonoltsur-Loire: a Haz do pilaros de la torre sobre ol atrio (v-p 314) (| ‘Spira: Catedral, articulacion mural 4) Neve central (y. pp. 312,376) b) Cnpta Columnas, pilares, arcos y sus combinaciones ee Edad Media/Formas arquitect6nicas II: Elementos constructivos y formales en el romanico 311 El historiador francés De Gervinte formula en 1818, con el concepto arquitectura roménica, un principio importante: la arquitectura medieval sur- se a partir de la base de la romana. La arquitectura civil de la Antigiedad tardia, con su libertad de disposicién y decoracién (p. 210) no es facil de transcribir a los recursos de la Edad Media tem- prana. Un proceso de siglos conduce, tras la incomprensién, deformacién y transformacién de las formas antiguas, a la creacién de la arquitectu- ra roménica. La pared de silleria determina su caricter. Segin la tradicién romana, el arco de medio punto es utilizado casi exclusivamente para ccubrir los vanos y unir los soportes, siempre dentro de la sencilla técnica del arco formado por piezas en forma de cufa, sin la separacién y trabazén en la unién de los sillares, tipicamente romana (p. 206). Las arquivoltas, superpuestas y escalonadas. En los huecos pequefios y en los frisos decorativos, los arcos estin frecueniemente labrados en. una sola pieza (pp. 32. 216). El cambio de color de las ileras de piedras esta entre los medios de confi- guracién elementales. El arquitrabe 0 travesafio de Piedra es eliminado; no es adecuado para la cons- truccién del muro. Solamente las columnas permanecen como elemen- tos representativos de la arquitectura clisica de carga y soportes. Nuevos tipos se constituyen segiin los modelos de la Antigiiedad tardia con los tipos de capitel de imposta (p. 256), desarrollados para las arquerias sobre columnas. La reduccién y la geometrizacién conducen a unos tipos arquitec- ‘t6nicos puros, prefigurados ya en dicho bloque de imposta. Los capiteles trapeciales equilibran la diferencia entre el fuste redondo de las columnas y Jos amplios arcos del muro, dispuestos rectangu- larmente; los capiteles caliciformes lo hacen pot ‘medio de un cono (p. 36, BURDEOS, St. SEURIN). Los capiteles ciibicos mas antiguos que se pueden fechar, de principios del siglo xi, son los de San Miguel de Hildesheim y se constituyen a partir de una penetracién exacta de dado y cono. Las super- ficies visibles forman perfectos semicirculos. La unién de las cortas y casi rectas columnas con el collarino y la basa dtica recuerda los antecedents, antiguos. Las partes restantes muestran el reforza- miento de las formas tipicamente medieval y su ensamblaje por adicidn, En la composicion mate- ‘matica, la columna corresponde al cardcter de la obra en conjunto (p. 384). Se presentan como un prototipo cuyas leyes se formulan para el desarro- Ilo ulterior con sus miitiples variantes, Sus nume- rosas variaciones estdn entre los elementos impor- tantes de la critica estilistica del romanico en Alemania. La abundancia de capiteles figurativos ‘con sus diversas formas se opone a estos capiteles tectonicos en el S. y SO. del mundo roménico (p. 316). Los pilares se adaptan a la estructura del muro ‘mejor que las columnas y reemplazan a éstas como forma habitual de soporte. La basilica sobre pilares se convierte en tipo bisico del edificio religioso rominico. Los pilares cuadraneulares forman con la pared una unidad constructiva. Los pilares cilindricos se establecen como forma independiente ‘mas sélida fuera del muro, pero se mantienen igual en la estructura (p. 34, LONSLe-SAUNIER; p. 386, Tournus). Ninguno de ellos requiere capiteles sobre las arcadas; una placa de cubierta 0 una imposta pueden ser intercaladas para trabar 0 acentuar. A menudo les corresponde en la parte inferior una placa de base 0 un perfil de zécalo. ‘Complejas formas de soporte corresponden en el conjunto a la progresiva articulacién de la pared y a la extensidn de la béveda (p. 312) En la cripta de la iglesia de Abindghof en Pader- born, fechada hacia 1025, los pilares llevan adosa- das respectivamente cuatro columnas con capiteles trapeciales. La fusion crea una forma plastica y extiende el apoyo de la ciipula (p. 000). Los pilares cruciformes, con niicleo cuadrangular y pseudopilastras © medias columnas en los cuatro lados, pueden adaptarse a distintas situaciones ‘mediante variadas combinaciones. Los nervios y fajas de la boveda se fijan en un principio a una gran placa de cubierta; mas tarde continiian como medias columnas y pscudopilastras hasta el suelo. Los pilares de la torre del atrio de St. Benoit-sur- Loire (p. 314), de la primera mitad del siglo xt, y los del cuerpo longitudinal de la eatedral de Pader- born, de principios del xin, muestran la prepara- cién de la articulacién de la pared y de la boveda cen la disposicién de las secciones de pilar, asi como el progreso del ensamblaje por adicién de los elementos para formar formas complejas y la tendencia creciente a la verticalidad. La accién conjunta de muro, arco y pilar constituye el fundamento del estilo roménico. La columna va perdiendo su cardcter de elemento independiente y de plena corporeidad y adquiere, a tono con las diferentes condiciones del pilar 'y la cipula, el ccardcter de columna adosada. Es el primero de los elementos que tienen que abandonar su valor intrinseco en favor de un sistema generalizador y de una homogeneidad estilistica, mientras que el principio de adicién determina aun la construccién a partir de espacios y cuerpos parciales (p. 375), En la catedral de Spira aparece, ya en la primera mitad del siglo x1 (Spira 1), el mismo sistema de articulacién en espacios de tamafio y altura total- mente diferentes: en la cripta, en las naves laterales y en la central, Con el aumento de la altura crecen también, aunque poco, el didmetro, las distancias axiales y la anchura de los compartimentos, mien- tras que la altura realiza grandes avances. Por «ejemplo, en las columnas adosadas la proporcién de didmetro y altura (=longitud) aumenta desde aproximadamente 1:10 en la cripta a 1:48 en la nave central. En los pilares y en las arquivoltas aumenta la proporcién de manera parecida. Aqui se hace evidente un caracter opuesto al de la arquitectura antigua, de la cual han sido extraidos los elementos: una transformacién de la construc- cidn estatico-horizontal en dindmico-vertical, y del elemento plistico-corpéreo en lineal-abstracto. 312 Formas arquitecténicas III: Articulacién de superficies y masas en el romanico 1 Spira: Catedral I, reconstuccin eins del s x1 (vp. 310), Novers: St. Etienne, 2* mitad dels. x1 [a Ne conta [a hie tr TB ota Pemrtoronf Goel 1 ml Alzado y articulacién de la pared del cuerpo longitudinal en el romanico Edad Media/Formas arquitecténicas III: Articulacién de superficies y masas en el rominico 313 La arquitectura romanica procede técnica y estét camente de la tradicién romana de consiruccién mural. Los prototipos para la arquitectura religio- sa, las basilicas de la Antigiedad tardia, son edificios de ladrillo de gran amplitud y construc- cin ligera. La Edad Media carece de los prest- puestos para un modo de edificacién parecido, vuelve a la pesada construccién maciza de gruesos muros. Los espacios del rominico temprano estin limitados por compactas secciones de muro que en el interior parecen superficies carentes de estructu- ra, En su mayoria se revocan y pintan, producien- do un efecto desmaterializado como en la arquitec- tura bizantina (p. 256). Las pequefias ventanas y las esbeltas arquerias se recortan en aristas vivas. La sucesién de arquerias y de zonas con decora- cidn o ventanas se mantiene en un principio. Como la pintura ocupa también la zona de las ventanas La pared sobre las arquetias se cierra en una superficie aislada sin una relacién axial vertical de conjunto, Muchas iglesias de la época oténida muestran esta construccién mural, como San Miguel de Hildes- heim (p. 384) y la catedral de Fssen. En cllas aparece una hilera horizontal de angostas ventanas sin relacién con las arquerias, en las que ya se muestran los primeros rudimentos de disposicién en tramos, es decir, la constitucién del espacio por adicién a partir de’fragmentos iguales, y la articu- lacién de las paredes en secciones verticales estan en estrecha conexién. Dicha formacién comienza con la alternancia de los soportes en la zona de las arquerias, de momento sin relacién constructiva con la pared y la cubierta. En la alternancia de soportes «sencilla» o «renana», los pilares y colum- nas cambian regularmente. Los pilares aparecen ‘como componentes de la superficie mural, las columnas como elementos aislados mas ligeros que se elevan en los espacios intermedios. Las dos secciones de arco entre los pilates se reiinen fre- cuentemente en una doble arqueria. Su fusi6n se hace evidente cuando la cubre un arco de descarga entre dos pilares. Los pilares marcan las superficies arquitect6nicas, En la eatedral de Essen se recons- truyé una combinacion de arquerias semejante en la modificacién oténica. La alternancia de soportes «doble» 0 «sajona», que se manifiesta por primera vez en San Miguel de Hildesheim (p. 384), lleva a un ritmo mas friamen- te diferenciado, pero acentiia més la construccién horizontal. Se convierte en un rasgo caracteristico de la escuela arquitecténica Sajona, que, con una actitud conservadora. sigue aferrada a una organ zacién de los espacios plana a modo de caja. Desde principios del siglo x1, el muro de la nave central, hasta entonces dispuesta horizontalmente, se articula en progresidn vertical. Desde los pilares de las arquerias se elevan fajas hasta el arranque de la armadura de cubierta o de la boveda (p. 310), Del entrecruzamiento con la disposicin horizontal de los pisos resultan diversas posibilidades de formacion de relieves murales articulados en sec- ciones (arcos ciegos, en hornacinas, arquerias cie- gas o enanas). En las basilicas con tribuna (p. 388) aparecen las superficies perpendiculares a modo de piso caladas con arquerias y ventanas. En San Esteban de Nevers se conserva esta construccién mural en las sencillas formas de mediados del x1. En las grandes iglesias de peregrinacién del SO. y en Normandia, los motivos encuentran un rico desarrollo La sucesin perpendicular de las arcadas es adop- tada también en iglesias sin tribuna; 0 bien la oscura cubierta se abre con falsas tribunas, 0 bien las naves laterales se clevan hasta la central con un segundo arranque de arcos sobre la arqueria supe- rior (por ejemplo, en Vignory) El cambio de efecto de la compartimentacién de las superficies y de la construccién de la béveda favorece la disposicién en tramos, la articulacién del espacio en partes iguales. En la béveda de cain, las divisiones del muro se continian en la béveda como arcos torales y unen ambos muros, en la mayoria de los casos con estrechos tramos rectan- gulares que serdn caracteristicos de la arquitectura religiosa francesa, (Para la comparacién con SAN Estenan, vease NARANCO, p. 44). En la béveda de arista, mediante el trazado semicir- cular de los arcos formeros y torales, resulta una construceién del espacio a partir de los arcos diagonales sobre una planta cuadrada, y, como consecuencia posterior, el sistema ligado caracte- tistico del romanico alemiin, en el que cada tramo de la nave central se enlaza con dos tramos de las laterales. La alternancia de soportes acentia el enlace bilateral y el ritmo de los tramos. El paso al sistema ligado, con abovedamiento y variacin de los soportes, se muestra visiblemente en la catedral de Spira. Los muros del cuerpo longitudinal del primer periodo constructivo, con una sucesion de altas hornacinas y arcos ciegos, se alza desligada (Spira I, pp. 310 y 376). En la reconstruccién y abovedamiento a base de bévedas de aristas, a fines del siglo xt, se forma un enlace transversal por encima de la nave central, Las columnas adosadas reforzadas cada dos pilares y los dos arcos formeros dan lugar a un relieve mural diferenciado en el ritmo de los tramos. La articulacién constructiva y plastica de las pare- des caracteriza al roménico tardio en toda Europa, especialmente en el O. y el SO. El romanico anglonormando se destaca por su predileccién por la alineacién decorativa de los elementos; evidencia| que la construceién de la béveda no produce como efecto primario la compartimentacién del muro, sino que ésta aparece también independientemen- te, la construccién sin naves laterales. En la catedral de Peterborough se experimenta en el crucero N. la elevacidn de un muro de tres pisos con ventanas muy enmarcadas, columnas adosa- das y arcos escalonados, El espesor del muro se aprovecha para insertar una galeria normanda mediante una construccién de doble cubierta. La division de los pafios por medio de columnas adosadas continiia en la cubierta de madera 314 Formas arquitecténicas IV: Articulacién de superficies y masas en el romsnico 2 Sc] VF ie \\ / Uf KSLA] Gatera onan Florencia: Articulacién 2) Aimé, 8. Mann. b) Maina, Catedral ‘mural dal baptistorio Alzado y articulacién de los cuerpos arquitecténicos Edad Medi: La disposicién general de los cuerpos arquitecténi- cos sigue el principio de adicién. A la constitucién del espacio en partes corresponde la de los cuerpos arquitecténicos (p. 374). Incluso en los edificios Pequeiios, como la capilla de Todos los Santos de Ratisbona, levantada hacia 1150 en un claustro, tiene origen en los cuerpos estereométricos un pequefio complejo afiadido, una disposicién en tres conchas alrededor de un micleo cuadrado, que termina en el piso superior en un octégono con cubierta piramidal (pp. 266, 378) Dentro del alcance de la tradicién antigua, se mantiene la preferencia por los voliimenes unita- rios y cerrados; por ejemplo, el baptisterio de Floreneia (siglos xi-xit) renuncia al fraccionamien- to de las masas en cuerpos parciales. Caracteristica comin a ambos edificios es la unidad de las superficies. Los elementos adosados —en Floren- cia también tos incrustados— que tenian origina- riamente funcién constructiva, estn solamente al servicio de la articulacién y de la decoracién. En RaTissona aparecen pseudopilastras, consolas, molduras y dinteles en piedra oscura, sobresaliendo del muro solo algunos centimetros en correspon- dencia con las pequeilas dimensiones del edificio, Las ventanas, encuadradas en pseudopilastras, ha- ‘cen ver que la articulacién no debe revelar ninguna relacién constructiva. Los muros revocados y encalados, tradicionales en muchos edificios me- dievales, acentuan lo cristalino de la construccién, El baptisterio de FLORENCIA, un octogono de am- plias superficies, conserva Un revestimiento que presenta una arquitectura ideal dentro de la tradi cin regional toscana de la decoracién mural a base de piedras talladas de distintos colores. Esta edificado en dos pisos: elementos plisticos en resalte articulan 8 superficies de 2 pisos con 3 pafios de pared cada uno. Entre los pilares angula- res, de dos colores, pilastras verticales soportan en el piso bajo una cornisa. Sobre ellas se alzan columnas poligonales, las cuales soportan una disposicién en arcos de medio punto. Sobre la cornisa superior, un elevado dtico con pilastras planas oculta el arrangue de la cipula. La propia superficie mural esta decorada a base de incrustaciones marméreas: bandas oscuras intarsia- das componen una arquitectura fingida que juega de manera deliberadamente ornamental con los motivos: por ejemplo, en las arcadas ciegas, los arcos actian de modelo grifico sin apoyo entre los pilares perpendiculares a ellos, que sefialan los soportes. La forma de las ventanas y su enmarca- miento en resalte plistico alternan ja linea curva, con un arco de abovedamiento, y la rectangular, con un timpano triangular en forma de ediculo. La fachada, ejecutada en la técnica antigua de la incrustacion, es caracteristica del desarrollo espe- cial del roménico toscano, conocido como «proto- rrenacimiento, una ruptura con la tradicional arquitectura civil romana (p. 210) y una anticipa- cidn de la ordenacién de la fachada propia del Renacimiento (pp. 420 y ss.) La arquitectura roménica del Occidente europeo Formas arquitecténicas IV: Articulacion de superficies y masas en el rominico 2 315 aspira a la unidad de construccién y articulacién, De la boveda parten significativos impulsos. Los ‘muros no estan coneebidos como piezas fijas, sino ‘como cuerpos estructurados segiin leyes constructi- vas y compuestos de bloques, pilares y arcos que se soportan y refuerzan mutuamente. La articulacion no esta establecida desde el exterior, sino que deri- va plésticamente de la estructura y es idéntica a ell. La torre del portico de St. Benoit-sur-Loire, de la primera mitad del siglo x1, ya no aparece como un volumen estereométtico fijo perforado por venta- nas, como la torre de PADERBORN (p. 382), sino que std constituida en pisos mediante la diferenciacion de las masas murales como un cuerpo determinado por fuerzas constructivas. En el piso bajo, los nervios de la béveda de arista forman con los pilares fasciculados el vestibulo abierto (p. 310). En los dngulos de las torres se elevan en linea recta y.con severas aristas, a fin de delimitar con clari- dad el contorno de las torres. Los pilares restantes tienen un niicleo cruciforme y medias columnas y estan entre las arquerias abiertas, en contraste con sus arquivoltas escalonadas. Con este piso contras- ta a su ver el superior, que conserva gran sobrie~ dad. Las ventanas se’adentran en_profundidad. Columnas adosadas soportan en el inferior los arcos de las ventanas, que aboveda concéntrica- mente los arcos de descarga situados a clara dis tancia del frente de la torre. La ambiciosa articulacién plistica y el aligera- ‘miento de las masas del romanico tardio, asi como la concepcién arquitecténica de la construccién mural se evidencian en los corredores y galerias. Aparecen a menudo en el exterior como cierre superior en los absides, donde, bajo la cubierta, arrancan las bévedas de las conchas. En forma més sencilla aparecian ya antes como corona de nnichos en las iglesias del SO., por ejemplo, a principios del siglo x1, en San Martin de Aime, Saboya. Como galeria enana transitable se dan en las catedrales silicas imperiales de Spira, Mainz y Worms, asi como en Alsacia en las iglesias influi- das por ellas y en Renania en los coros orientales y oceidentales; en Spina, incluso, en todo el cuerpo longitudinal. Sobre los travesafios pétreos, cortas bévedas de cafién se abren al exterior como gale- rias con arcadas. Junto a la posible funcién pricti- ca como ronda junto a la zona del tejado, su principal funcidn es la subdivisin del muro; comti- nian en proporciones disminuidas el sistema de pilares y arcos y cierran en lo alto con una zona de luz y sombra los grandes cuerpos arquitecténicos. En las iglesias de Normandia ¢ Inglaterra, las escalerillas penetran la zona del muro de forma semejante por encima de tribunas 0 arquerias a lo largo de las naves (p. 312). La transformacion del «muro macizo» en una pared de dos capas, en sus posteriores consecuencias, llevar la articulacion rominica y las condiciones constructivas de los muros macizos a la disolucién de la trabaz6n del ‘muro en una estructura en miembros como la que el gotico hard posible en los siglos xit y Xi 316 Edad Media/Formas arquitecténicas V: Detalles y ornamentos en el rominico Casto de Burg Wikdonberg: ‘Arcada de Ventana gee ee Riqueza de inventiva y de variacién: gozo de la ornamentacién Edad Media/Formas arquitecténicas La unidad del estilo roménico se basa en las leyes de la construccién mural. Los maestros construc~ tores aprenden, en un proceso de siglos, a aplicar- las con mayor perfeccién y libertad. Los detalles y ornamentos reflejan el proceso de la transformacién. Como en otras épocas, en parte corresponden a la estructura de los propios edifi- cios y en parte son transferidos a otros dominio La adopeién de Ia mayor parte de las soluciones antiguas lleva en la primitiva Edad Media, con frecuencia, a modificaciones_y combinaciones eclécticas, como en el pértico de Lorscit 0 en el Auta Reata pet. NaraNco (pp. 308, 44), En gene- ral, el muro se presenta como una «obra de fabricay cuyas superficies sirven como soporte para la pintura mural. También las articulaciones se cubren a menudo con pinturas (Osenze, en la isla de ReIcHENAU, SAN MiGuet DE Hitpesiety). Al principio, como kis corporaciones de construc- tores dominan totalmente la técnica de la construc- cién mural y del corte de la piedra, se constituye un canon propio de formas decorativas en relacion con la articulacidn de las superficies (pp. 312 y ss.). En los frisos y cornisas —fundamentales para la articulaci6n horizontal aparecen, en lugar de las antiguas formas solidamente modeladas, bandas ornamentales divididas en pequefias partes y cons- tituidas por motivos geomeétricos abstractos, por ejemplo: Friso dentado (friso almenado, banda alemana), formado por pequeiios bloques dispues- tos diagonalmente y ampliamente difundido a causa de su. sencilla técnica de colocacién (cons- truccién en ladrillo, véase p. 256). Friso en tablero de ajedrez, 0 de dados, con peque- fios dados de piedra en’ resalte y en retroceso. Emparentado con el friso de rollas y el de escamas. Friso de puntas de diamante, con hileras de peque- fios sillares piramidales aguzados. Friso de arcos de medio punto, en forma de una pequefia arcada ciega en resalte del muro; el motivo decorativo del arco de medio punto pene- tra hasta en la omamentacién. A menudo se retinen varios frisos para formar bandas decorativas de mayor anchura, sobre todo en las cornisas superiores. Muchas veces, un friso de arcos de medio punto forma, en ocasiones sobre las consolas, la base de los frisos superiores. Las consolas tienen frecuentemente una decoracién figurativa. En a fibrica de silleria se continéa el corte de las junturas del muro generalmente en un friso; ambos forman un cuerpo homogéneo. Portales y yentanas se recortan de la pared, en la época primitiva, en aristas vivas y rectas; después se adaptan al grosor del muro con un intradés biselado o escalonado, y en parte con columnas adosadas que se continiian en el arco como perfiles curvos. Cada miembro lleva frecuentemente una decoracién figurativa o puramente ornamental. Una ventana de la iglesia de San Abundio de Como, de la segunda mitad det siglo x1, muestra una rica ornamentacién con racimos de uva, ani- males herildicos, bastones curvos ¢ hileras de piedras de distintos colores. Estos motivos se Detalles y ornamentos en el romanico 317 hallan también en la catedral de Spira y se difun- den —seguramente por medio de los equipos de constructores ambulantes de Lombardia— por el centro y el N. de Europa (Alsacia, Renania; cate- drales de ScutteswiG y Luxp), E] portal columnado de San Esteban de Nevers sirve con sus pocos escalones en retroceso, sus columnas adosadas y arquivoltas y su timpano, soportado por el dintel, modelo basico para los grandes portales figurativos tardorrominicos. Arcadas y galerias perforan los muros para alige- rar y articular su masa, como sucedia en las ‘galerias ciegas y enanas (p. 314), 0 para unir espacios entre si, como en las tribunas y naves laterales. Se mantienen también en los claustros de los monasterios (pp. 358 y ss) y, fuera de la arquitectura religiosa, en la edificacién de palacios de gran importancia. En las salas de reunién de palacios y castillos (pp. 352 y ss.), junto a las acostumbradas ventanas geminadas, aparecen gale- rias con largas arquerias abiertas. Su ejecucion, rica en ornamentos, contrasta con el caricter de aluarte de las residencias de la nobleza La arqueria abierta del castillo de Wildenberg, en Odenwald, se compone de 3 dobles arcadas en las cuales se retinen columnas exentas, pilares fascicu- lados y soportes en alternancia en las formas del romanico tardio (del mismo modo, en WiMPrEN, MoNzENBERG, WARTBURG y otf0s). Dicha arqueria esté construida a pesar de sus pequefias dimensiones, partiendo del mismo prin- cipio que una gran arqueria de claustro. Como modelos basicos para el trazo se utilizan en absoluta medida los que se adaptan en Ia medida respectiva. El constructor queda en gran libertad para desplegar sus personales dotes artisticas. En estas ejemplares obras basadas en una ordenacién geométrica esta uno de los fundamentos de la unidad estilistica del edificio exento y, en suma, de la homogeneidad de la arquitectura roménica, En el mismo espacio de tiempo en que la arquitec- tura romgnica conforma los cuerpos arquitecténi- cos de un modo plistico-constructivo surge tam- bign la primera escultura monumental cristiana. Los capiteles han estado siempre entre los elemen- tos elaborados ornamental o figurativamente. Su nimero se multiplica debido a la introduccién de pilares fasciculados, columnas adosadas, arcadas ciegas y galerias. Ofrecen la posibilidad de variar las formas bisicas 0 de obtener ritmos mediante la alternancia de los tipos de capil. Los capiteles figurativos aumentan en mimero en el rominico tardio. En el S. y O. de Francia, principalmente en Borgofia, se retnen en grupos mostrando escenas narrativas del Antiguo y Nuevo ‘Testamento y figuras simbdlicas (CLuNY, VEZELAY, Autun). Estos ciclos de capiteles del interior com- pletan la escultura monumental de los portales Por primera vez desde la construccion de los templos antiguos, los cuerpos arquitecténicos se convierten en portadores de una plastica figurativa ~estrechamente ligada con su estructura global. 318 Formas arquitecténicas VI: La estructura constructiva del gético 1: pilares y bovedas Wolts: Pilar contral | ‘deta Sala Capitular Pilares y bovedas Edad Media/Formas arquitecténicas VI: La estructura constructiva del gético 1: pilares y bévedas 319 Los escritores y artistas del Renacimiento conside- ran la arquitectura de la Alta y Baja Edad Media como barbara practica artistica de los conquista dores géticos, con la cual habjan aniquilado 1 arquitectura antigua, En este erréneo juicio histo- rico se esconde un fondo de verdad: con el estilo denominado gatico, la arquitectura europea alcan- za el polo opuesto a la Antigiedad clasica, y son los paises germanicos del N. de los Alpes los que dirigen el avance desde la obra de silleria del romanico hasta la construccién articulada del goti- co. Su légica constructiva y formal Tleva en el siglo xia una nueva estética de la arquitectura. Contrariamente a la antigua arquitectura de carga y soporte, el gotico desea oponerse a la fuerza de la gravedad y suprimir dpticamente la contradiccion entre soportes y carga descomponiendo las masas constructivas en lineas de fuerza ascendentes en apariencia. Con la construccién de bovedas de nervios se logra un medio decisivo de constituir un sistema totalizador. Pilares y bévedas se funden indisolublemente. La pared pierde su cardcter de elemento macizo y sustentador; se convierte en una armazén estitica s6lo con superficies de cierre, casi transparentes. Los pilares constituyen los puntos de empalme con los nervios de la boveda, hacia los que conducen las presiones (pp. 26, 64). En la basilica g6tica, los pilares de las arquerias se elevan en los iingulos de la boveda de arista. Su cardcter y problematica resultan de las distintas relaciones entre espacios y superficies: primero, con la pared de la nave, en la que la béveda de descar- ga sobre los pilares, por encima de las columnas dadosadas (p. 322), después, con las arquerias, cuyos arcos soporta directamente, Finalmente, con la nave lateral, cuya boveda encaja con las arquerias y a su misma altura en la zona de los capiteles La forma de los pilares debe adaptarse a estas relaciones e igualmente seguir el principio gético del aligeramiento de las masas, verticalidad y transparencia. Debe actuar como cuerpo exento plistico e insertarse en el sistema general. El modelado se mantiene en el pilar fasciculado romi- nico (p. 310). Se elimina su carécter mural; el mnicleo se hace esbelto. Las fajas se continiian en la pared de la nave central como colunnas adosadas y se ramifican como nervaduras en la béveda. En las bovedas sexpartitas del gotico primitivo alterna el nimero de columnas adosadas y también, en correspondencia, las formas de soporte. A menudo aparece un pilar cilindrico como soporte interme- dio, que recoge las columnas adosadas sobre la placa cubierta que corona el capitel. La evolucién tiene como meta la unificacién; se abandona la alternancia de soportes, En importan- tes edificaciones de la segunda mitad del siglo xu aparecen ya solamente pilares cilindricos como soporte de las arquerias; por ej.. en Paris y Laon (p. 322). En los coros dominan desde un principio, pues las limitadas distancias axiales no admiten los gruesos pilares fasciculados (pp. 46, 322). F1 pilar acantonado, un niicleo cilindrico 0 poligo- nal con 4 columnas adosadas en los ejes principa- les, aparece en 1194 en la catedral de CHanTRes y ¢s inmediatamente adoptado en Reims y Amiens. Se opone en ldgica constructiva y solide plistica a Ja unidad esencial del pilar fasciculado y cilindrico.. Las semicoluranas, que se elevan desde la base, incorporan tas 4 fundamentales lineas de fuerza, Jas cuales definen el sistema. En AMIENS se consi- ‘gue introducir el pilar acantonado también en el ‘coro, alcanzando asi la total unidad del sistema de articulacidn. Los cambios en el sistema modifican las formas del pilar. Las fases posteriores al gdtico clisico, por ¢j. el estilo radiante, diversifican las lineas ‘de fuerza procedentes de la boveda en maineles cada vez mas delgados que descienden casi sin trabas a lo largo de la pared de la nave y cubren los micleos de los pilares (St. De EstRasiunGo, COLONIA, NoRMANDIA, INGLATERRA). También las bovedas de cruceria se resuelven en formas diferentes, por ejemplo, bévedas estrelladas de abanico. En un posterior desdoblamiento de las nervaduras se forman, en el gotico tardio, las bévedas compartimentadas. Especialmente en In- glaterra y Alemania domina el juego ornamental del entrelazamiento de los nervios (boveda de abanico, de embudo, reticulada, enceldada, sinuosa). En los dmbitos sin proyecciones laterales, por ejemplo en iglesias de planta de salén de varias naves (p. 408), en naves laterales duplicadas, en salones de dos naves (p. 364), no existe la acentua~ cién direccional que proporciona la nave central; todas las bovedas arrancan a la misma altura y los soportes se elevan exentos en todas sus caras. A los espacios armonizados por su homogeneidad y diafanidad corresponden pilares neutrales respecto a la direccién, cilindricos o poligonales y de super- ficies lisas mejor que complejas formas plisticas Aparte de las homogéneas aristas de la. béveda, especialmente en los compartimentos ornamenta- dos del gético tardio, no desciende hasta el pie de los pilares ninguna linea de fuerza patente. A ‘menudo, las nervaduras arrancan de los pilares con agudos perfiles apenas por debajo de la cubierta, La construccién de pilares y bavedas en ambitos con un pilar central es muy significativa (p. 364) Ejemplos notables son las salas capitulares de las catedrales inglesas, en su mayoria octogonos perfo- rados con ventanales de traceria y en los cuales el motivo de la béveda estrellada irradiada desde un pilar central reviste variadas formas. En la basilica de Santa Croce en Florencia, los pilares de las arquerias se yerguen en la gran elevacién de las naves laterales casi como pilares exentos en el espacio limitado por superficies lisas. El cuerpo octogonal es totalmente liso; sobre el capitel, que sigue un modelo antiguo, se asientan Jas arcadas y las fajas de los muros a modo de bandas planas y rectangulares. La unidad gotica de Ja estructura es reemplazada por la unidad del espacio claramente definido, en el que los pilares se alzan como cuerpos exentos bien visibles. En lugar de la béveda aparece de nuevo la armadura de madera con los cabrios al descubierto. 320 F, arquitecténicas VII; La estructura constructiva del gético 2: sistemas de contrarresto ‘de descarga: 2) Chanas, cuerpo longitudinal vp 326). b) Rem, coro, 1." proyecto ‘Sistema manifiest {segin Remar) El esqueleto estitico como cuerpo arquitecténico F, arquitect6nicas VII: La estructura constructiva del gotico 2: sistemas de contrarresto 321 La articulacién constructiva del gético convierte la pared que limita el espacio en un esqueleto de piedra (p. 322) que soporta fuertes cargas resultan- tes del peso de la béveda en el interior. de la presidn del aire en cl exterior, del propio peso de los elementos arquitecténicos. Como la esencia estabi- lizadora del muro es absorbida, aparece en su lugar el sistema de contrarresto en forma de arbotante (véase pp. 26, 64). Muros de descarga, contrafuertes y arbotantes eran conocidos ya en la Antigtiedad, pero sélo en el gotico se fusionan en un esqueleto {que proporciona apoyo exterior a las paredes y a la ver determina la configuracién del cuerpo arqui- tecténico. Los contrafuertes se unen directamente a la pared la soportan. Aparecen en la época roménica con incremento de extension de la boveda, sobre todo en las ciipulas de las torres (p. 380, CAEN) y de las capillas del coro (p. 378, Oncivat). Va surgiendo la tipica forma a modo de lengua de muro en resalte, escalonada en retroceso por sec- ciones de abajo arriba y con canalones. Los contrafuertes dominan los muros exteriores de las iglesias goticas de planta de salén (pp. 408 y ss.). Un dibujo del arquitecto que dirigia las obras de la catedral de San Esteban de Viena alrededor de 1440, Hanns Pucisraus, muestra la planta de un contrafuerte con todos. sus escalonamientos hasta el piniculo superior. El corte efectuado a la altura de las ventanas evidencia que una «pared» gética consiste de hecho y bisicamente en los pilares, cuya parte externa es visible como contra- fuertes y la_interna como pilastras talladas 0 fasciculadas. Se comtiniian en los labrados intrado- ses de las ventanas, cubiertos por la armazén férrea de éstas. Los arbotantes descargan el peso de la parte cons- tructiva de los contrafuertes en direccién contraria a las fuerzas que los empujan fuera de la perpen- dicular. La fusion de contrafuertes y arbotantes en un complejo sistema de desearga se lleva a cabo, a través de varias fases, en la transformacién de la basilica romantica en el prototipo altogotico. La pared de la nave central se alza por encima de las laterales; esta perforada por las ventanas de la zona alta y su. peso es limitado. Desde el interior, las nervaduras diagonales se inician en el punto de arranque de los arcos torales. La compensacién por medio de un contrafuerte es imposible; no puede elevarse a tanta altura en el interior de la nave central, En las basilicas con tribuna, predilectas del alto gotico, las tribunas se encargan de apuntalar la nave central, A menudo, sus arcos torales soportan adicionalmente un muro de descarga oculto en el techo de la nave central o bien un arco de descarga, como en la iglesia abacial de San Germer. Los contrafuertes de la pared de la nave lateral sirven de contrapeso exterior. Este sistema oculto de contrarresto de descarga no aleanzara la altura cada vez mayor de la nave central. Los puntos criticos se localizan a mayor altura que la cubierta de las naves laterales. Lit supresién de las tribunas de las basilicas altog6ti- cas, ademas, cambia esencialmente la situacion, que exige una nueva concepcién técnica y artistica. El sistema descubierto de contrarresto traduce consecuentemente el caricter de esqueleto que posee el conjunto arquitecténico. En la primera gran edificacién del alto gotico, la catedral de Chartres, iniciada en 1194, no aparecen ya como tuna construccién auxiliar puramente tectonica, sino como elemento didfano y configurador del cuerpo arquitecténico, Su forma manifiesta la desviacién de las fuerzas. El contrafuerte se destaca de la nave lateral y se eleva exento. Dos arcos de descarga en forma de puente alcanzan la zona alta en el centro, unidos entre si mediante una arcada de medio punto que pone de manifesto la accién de apuntalamiento contra el empuje de la béveda, como los radios de una rueda. Bajo la cubierta de la nave lateral se apoya un muro de descarga adosado a la pared de la nave central, sobre el que descansa el arco toral; con él se ensambla una columna adosada que termina en la comnisa con una ménsula (p. 326). Esta concepcién es desde el punto de vista téenico, tun experimento, En el siglo xiv se completa con un) tercer arco que va desde la cuna del contrafuerte hasta la cornisa. Las catedrales altogéticas posteriores siguen en: principio el modelo de CHarrres. En Amiens, en construccién desde 1220, el sistema descubierto de contrarresto logra su forma «clisica» liberada de todo peso (p. 64) En lo referente a la eatedral de Reims, iniciada en 1211, el libro de dibujos arquitecténicos de V1 LLARD D'HONNECOURT conserva el auténtico pro- yecto original de Jeaw p'Oraas (p. 72) para el sistema de descarga del coro. En éste, la desviacién de las fuerzas de la béveda debe efectuarse sobre la doble distancia, como en las naves laterales. El sistema de contrarresto puede sin embargo ser aligerado, pues la presién se distribuye sobre la girola en un doble sistema de descarga con pilares adicionales. En Reims, los contrafuertes se elevan por encima de las naves laterales como delgadas secciones de torre, articulados con comnisas y ter- minados por taberndculos abiertos con agujas ¥ cresterias, y entre ellos 2 pares de arcos de descarga paralelos. Las realizaciones posteriores siguen una planifica- cidn diversa, Los contrafuertes exteriores, largos y agudos, son conjo sostenidos por columnas por encima de la galeria o bien de la nave lateral en toda su altura, formados por taberndculos corona- dos con agudos pindculos ricamente ornamenta- dos, en los cuales se sittan angeles de tamaiio superior al natural. El sistema de descarga es incluido en el programa figurativo que abarca toda la catedral. Nada podria manifestar mejor la alta Jerarquia del sistema de descarga dentro de la configuracién global de la catedral altogstica 322 F. arquitecténicas VIII; Estructura constructiva del gético 3: La pared de Ia nave central Chartres 1194-1220 Estrasburgo 1250-1275, Sistemas de alzado de las catedrales géticas F. arquitectonicas VIII: La estructura constructiva del gotico 3: La pared de la nave central 323 Enel ambito de la iglesia gotica, la oposicion entre soportes y carga se anula Spticamente. Todas las formas parecen elevarse en contra de la fuerza de la gravedad. El espacio parece poseido por un ‘movimiento incesante: sus limites, casi inaprehen- sibles. Los arquitectos goticos realizan sus nuevas concepciones espaciales, al principio, dentro del tipo dominante de la basilica. Su clevada nave central posibilita de forma éptima la descada verticalidad y el aumento de la incidencia de luz. «Las nuevas posibilidades de efecto resultan princi- palmente de la configuracién de la pared del cuerpo longitudinal. Estructuralmente, dicha pared esta entre las formaciones arquitecténicas mas notables y mas voluntariosas y diferenciadas de la arquitectura europea» (H. JANTZEN), Los elementos individuales no son totalmente nue~ vos, pero aparecen dentro de una ordenacién de conjunto de una nueva y muy definida relacién con un diferenciado juego de alternancia de horizonta- les y verticales. En hileras horizontales se superpo- nen arcadas, tribunas y triforios y la zona de las, ventanas altas. Desde los pilares de las arquerias se alzan verticalmente medias columnas fasciculadas -columnas adosadas—, que articulan la pared en estrechas seociones verticales, engendran una din- mica vertical y acentan las relaciones axiales y los compartimentos de las bovedas. Las lineas de fuerza corren por las nervaduras de la béveda hasta la clave, donde se fusionan con los nervios de los arcos torales en el eje oblicuo y, cruzindose con ellas, con las nervaduras diagonales, que ascienden desde ef muro de enfrente (pp. 46, 64). En lugar del esquema espacial aditivo del roméi co aparece una ordenacién de engranaje: la situa- cién enfrentada de las paredes, la sucesin de sus secciones, el movimiento vertical y en profundidad del espacio se entretejen en una red de lineas de fuerza y puntos de empalme. La pared de la nave central adquiere un caracter de superficie en relieve plisticamente articulada, defi- nida en parte por el ritmo de las columnas adosa- das verticales y su conformacién fasciculada, en parte por la desmaterializacién de las aberturas y la situacién de éstas respecto a la sucesion de los espacios. Unas estan en la misma pared. como las ventanas y triforios, y otras detris de ella, en los mbitos iaterales, como las tribunas (estructura digfana, segiin Jantzen), Las superficies abiertas, en aumento constante, determinan cada vez mis el efecto espacial por medio de las vidrieras policromas. La luz que penetra por ellas transforma el esqueleto de la nave central en el muro «on luz propia» del mbito sagrado del gotico, cuya altura es cada vez mayor. istematizacion de la arquitectura gotica se configura en las catedrales francesas de los siglos xi_y xin (mapa, p. 306). El alzado del segmento individual de pared es caracteristica de! sistema ivo (véase p. 312, rominico), El gético primitivo utiliza principalmente sistemas ‘murales de 4 pisos, en unién casi siempre con bévedas sexpartitas. Su alzado esta ricamente arti- culado, pero en partes pequefias, y corresponde al tipo de la basilica con tribuna. Por ejemplo, en los, segmentos de pared de la catedral de Laon, cons- truida entre 1160 y 1210, se superponen una arcada con pilares cilindricos lisos, una tribuna con doble arqueria, un triforio y una ventana ojival. La béveda sexpartita retine, con fuertes columnas adosadas fasciculadas dos segmentos en una espe- cie de doble tramo y conserva asi algo del ritmo de la alternancia de soportes. En la catedral de Chartres (p. 404), con sus bdvedas cuatripartitas y su trazado mural de 3 pisos, surge en 1194 la ordenacién monumental del gético clisico con arquerias y zona alta del mismo tama- fio y el triforio en medio. El pilar acantonado recién formulado, inicia el movimiento vertical de las columnas adosadas ya en el zécalo (p. 318). Los grupos de ventanas de la zona alta ocupan toda la parte superior de la pared (p. 324). Este sistema se impone ripidamente en la mayoria de las corpora- ciones de constructores y se completa con la invencién de las ventanas de traceria, en 1210, en Rens (p. 324) Una importante variante del sistema clisico surge en la misma época que CHaRrris en la catedral de Bources, con su alzado en 5 naves (p. 402). El escalonamiento basilical también en las naves late- rales (véase, p. 264, Tesatonica) hace posible la repeticién del alzado en 3 zonas en las naves laterales interiores; aparece una vez mds en el marco de la arcada principal, fuertemente peralta- da. El alto pilar, guarnecido por 8 delgadas colum- nas adosadas, aumenta la tendencia vertical. La boveda sexpartita, aplicada también aqui, y las distintas formas de ventanas y triforios correspon- den a la ripida sucesién de las etapas estilisticas, Las catedrales de Le Mans, Coutancts y TOLEDO adoptan el sistema. Adopcién significa casi siem- pre variacién, En el gotico hay que admirar la riqueza en las soluciones individuales junto con la coherencia de la configuracion del estilo. La articulacién plistica de las catedrales clisicas sigue en el estilo radiante originado en Paris, una progresiva disolucién de la pared en finas tracerias y maineles. En 1231 aparece por primera vez. en Sr. Denis, el triforio acristalado y el recién conhi- gurado pilar fascieulado con anchas bandas de columnas adosadas que corren desde el zécalo hasta la boveda, Todos los elementos importantes de esta fase estilistica pueden verse en el cuerpo longitudinal, construido en 1235-1275, de la catedral de Estras- burgo, Las amplias arquerias, los seementos igua- les de traceria en la zona alta, el triforio y las naves laterales y, por otra parte, las arcadas ciegas de la zona del zicalo determina la armonia del alzado. La estructura de la nave central evoluciona, mas alla del gotico clasico, en una direccién de mayor transparencia y disolucién de la estructura plastica, hacia la abstraccién lineal (iglesias de TRoves, Normandia, Inglaterra, p. 324). 324 Edad Media/Formas arquitecténicas IX: Estructura constructiva del gético 4 Ornemento de veiiga de pez ‘Amiens: Capilla del coro Disolucién de la pared: ventanas y traceria Edad Media/Formas arquitect6nicas IX: La estructura del gotico 4 325 Cada ambito es definido por la estructura de la superficie que lo limita. Los recintos religiosos deben su caricter a menudo misterioso ¢ irracional a la luz coloreada de variable intensidad segin el tiempo y la hora del dia, que irradia a través de las ventanas, La transformacién de las paredes en una estructura a modo de esqueleto esta, ante todo, en funcidn de este efecto luminoso. La proporcién entre superticies abiertas y cerradas se invierte totalmente, En las iglesias romiinicas viene a ser 1:10; en las catedrales altogéticas, por ejemplo en Cotonia, aprox. 10:6,5. Ya en CHartres —donde ain no hay una traceria completa ni triforio acristalado— las vidrieras ocupan unos 5.000 m2. Las ventanas lanceoladas y circulares del g6tico Primitivo no se distinguen en un principio de las del roménico; siguen siendo aberturas aisladas en la pared. El aligeramiento del muro por medio de la progresiva contraccién en segmentos de pilastra conduce al aumento de la extensién de las abertu- ras 0 a la formacién de grupos de ventanas, por ejemplo, de varias ventanas ojivales bajo un arco de medio punto (p. 322, Bourcts), El paso a la «arquitectura de cristal» se evidencia en los comienzos del alto gético. En la catedral de Chartres, iniciada en 1194, aparece una nueva concepcion de la agrupacién de ventanas en la zona alta del cuerpo longitudinal (pp, 322, 326, 404), con dos grandes ventanas ojivales, separadas sélo por una jamba, y una ventana de medio punto que ocupa todo el arco formero y recoge, simplifi- cado, el motivo del rosetén del muro occidental: en el centro, un circulo con 8 Iébulos, rodeado de una corona de otros 8 intermedios y 8 pequefios de 4 lébulos (trebolados). Con esta «caja pétrea perfo- rada», la edificacion mural llega al limite de sus posibitidades. Hacia 1210, JEAN D’ORaAIS proyecta para la catedral de Reims la primera ventana de traceria, que se difundiré por toda Europa tanto en versin literal como en miitiples variantes. Bajo un arco apuntado entre dos contrafuertes hay dos, ventanas lanceoladas y un rosetén de 6 \sbulos como unidad independiente, finamente tallado en la piedra segin el mismo principio que el gran esqueleto de soporte de la iglesia. La articulacién gana con él una homogeneidad perfecta (p. 64), Destaca no sélo en las paredes de la nave central (p. 322), sino mas atin en los recintos de Ia girola, mas intimos. En las capillas del coro de la catedrai de Amiens, por ejemplo, la traceria de las ventanas, de aproximadamente 14 m de altura, y de sus pretiles se corresponden con la articulacién de la nave central y de las laterales. La técnica del corte de la piedra, elevado en la traceria a la maxima perfeccidn, posibilita la reali- zacion de un juego de formas atrevido y Meno de fantasia en la arquitectura de las ventanas. Los grandes rosetones de las fachadas del cuerpo longi- tudinal y del crucero ocupan el primer lugar. Aqui, el muro exterior se abre en toda Ia extensidn de los tramos de la biveda. Los rosetones fijan los ejes principales de la construccién. En el exterior cen- tran las fachadas (p. 398, SAN Nicasto; p. 326, Estrassuroo). En el interior dominan como cabs za de coro la nave central y el crucero. Casi ningiin otro clemento individual alcanza mayor rango en el sistema de conjunto. Las ventanas circulares y de rueda, herencia romi- nica, aumentan de tamaiio en el gotico primitivo 0 se combinan con otras pequefias de medio punto para formar grupos circulares (Lao, crucero: Cuarrees, fachada oce.). En los comienzos del g6tico aparecen los rosetones de traceria (cruceros de CHARTRES y REIMS, coro y fachada de Lao), EI gran rosetén occidental de ta catedral de Nues- tra Sefiora de Paris presenta una nueva concepcién de la ventana circular con los recursos de la construccién gotica. La superficie de 9,60 m de didmetro esta articulada en 2 circulos concéntricos en 12 segmentos interiores y 24 exteriores, y cons- truida plisticamente en todos los detalles como una arqueria de columnas dispuesta alrededor de un punto central. Esta composicién de arqueria, circulo y rosetdn, repetida y variada en las Tacha- das del crucero de dicha catedral dentro del estilo radiame, es imitada en Europa con variantes cons- tantemente renovadas (Sr. Denis, DuRHAM, Pot ‘Tiers, Estrassurco). Recorre todas las fases del 26tico hasta los rosetones del gotico flamigero (Santa Capita, AMIENS, SENS, SENLIS, BEAUVAI). La traceria, al principio, esta en total armonia con la articulacin plistica del alto gotico. Dentro del esqueleto estitico, posibilita todos los modelos deseables de compartimentacién de la superficie, tanto dentro de lo estrictamente tecténico como de lo ornamental El gotico inglés aprovecha en el estilo decorado, ya en el siglo xm, la posibilidad de enriquecer la decoracién. A este estilo sigue, en el primer cuarto del siglo xv, el perpendicular. Las amplias paredes abiertas se articulan en estrechos segmentos verti- cales que se prolongan en las partes cerradas. La catedral de Gloucester es una de las obras que configuran el estilo. Las capillas del coro se abren segiin una reconstruccién del siglo xiv, en una gran superficie vidriada independiente, la ventana Crécy Es la mayor ventana de Inglaterra, construida como una reja de piedra con 3 calles verticales principales subdivididas horizontal y verticalmente en numerosos segmentos estrechos. Prevalece el linealismo vertical. En el resto de Europa, las variantes de traceria orginicamente entretejida que predomina en el gotico tardio determinan el estilo. En muchas tegiones, sobre todo en Francia, se dif unde el estilo flamigero con su caracteristico follaje lameante («traceria fluyente»).. El elemento basico mis importante de la traceria ornamental tardogética lo constituyen las llamas o vejigas de pez (traceria ondulada). A pesar de su apariencia organica, se originan en la geometria del circulo mediante segmentos de circulo trazados desde diversos puntos. Incluso en las fases tardias de la ornamentacién, la Edad Media se aferra asi a los fundamentos de ia geometria, 326 Edad Media/Formas arquitecténicas X: Estructura y ornamentacién en el gotico Principio de un modelado unitario Edad Media/Formas arquitecténicas X: Estructura y ornamentacién en el gético 327 El sistema gético se manifiesta en una configura- cidn unitaria que comprende toda la construccién hasta en los menores detalles. A pesar de la intervencién de varias generaciones, esta unidad se sigue pereibiendo en gran medida también en las grandes catedrales. Se basa primariamente en el principio de divisién, dominante en el g6tico, seguin el cual todas las partes dependen del todo. La logica del sistema iniciado exige conclusion, no cambio. El sistema constructivo del gético requiere gran precisin en todas las partes para su acoplamiento posterior. Como no existe un sistema métrico decimal universal, se utilizan figuras geométricas ‘basicas, principalmente el cuadrado y sus subdivi- siones y relaciones métricas. Segiin eilas se estable- cen al principio los ejes principales y los puntos cardinales del edificio y la posicién de los elemen- tos de soporte. Dentro de este sistema de relaciones surgen los planos, las proyecciones, desde el traza- do de conjunto a escala muy reducida, en pergami- rno y papel, hasta el de los elementos en su tamaiio original, en el suelo 0 sobre la mesa. Los planos originales y albumes de croquis conservados de- muestran que las formas y relaciones de todas las partes van explicadas con precisién por medio de una vasta labor de dibujo. Tipica del modelado, juntamente con la aplicacién de figuras geométricas simples y escalas absolutas (véase p. 310, SriRa), es la prictica de la construc- cion de maquetas. Partes grandes y pequeiias con diferentes funciones o significaciones surgen como ampliacién o disminucién de los modelos basicos. El pequeiio pinaculo copiado en el baldaquino de Puchheim de la catedral de San Esteban de Viena, por ejemplo, corresponde en contornos y decora- cidn de cresteria a los grandes de las fachadas y en principio incluso al de la torre gotica (p. 400). Los origenes del gético y su evolucién hasta la fase clasica en los estrechos limites de los territorios de la corona francesa favorece Ia formacién de un sistema cerrado como fundamento del estilo, el cual, a partir del solar de las catedrales altogsticas, invade toda Europa. En las corporaciones de constructores se asocian la prctica y los estudios teéricos. La tradicién conti- nuada garantiza la constitucién de reglas obligato- tias y de un canon general de formas. Pero las producciones individuales no son obra de grupos anénimos. Su estilo esta determinado en igual medida por el estilo general de la época y por el estilo personal de los arquitectos directores (p. 72) La unidad constructiva del edificio no permite caprichos, pero deja a las necesidades personales de expresion y a las dotes artisticas del maestro constructor suficiente espacio para desarrollarse. Su universalidad ofrece un mayor campo de accién desde la proyeccién del edificio completo hasta la ejecucién de la escultura (portales con ornamenta~ cidn figurativa) y de la decoracién del interior con altares, coros altos, cancelas, sillerias de coro y sepuleros. En la catedral de Chartres se manifiesta objetiva- mente, con mayor claridad que en otras grandes iglesias, la fusion como forma subjetivamente de- terminada en el propio caricter del edificio. E] sistema de la catedral altogética aparece aqui por primera vez plenamente desarrollado. Las rela- ciones entre esqueletos interno y externo y las fuerzas que actian en el edificio se hacen visibles. Contrariamente al estilo de partes pequefias del g6tico primitivo, el estilo de tos principales maes- tros se caracteriza por unas formas monumentales y escuadradas y por una fuerte plasticidad. Dentro de la nueva concepcién esta el sistema descubierto de descarga y \a agrupacién de ventanas en la zona alta (pp. 320 y ss.) Se han conservado diferentes estudios para la fachada de la eatedral de Es 1. El boceto A, dibujado en estilo radiante alrededor de 1260, se considera el mas antiguo. La unidad del edificio no debe ser lograda, como en la etapa clisica, por medio de un equilibrio de fuertes tensiones entre sélidos miembros constructivos plisticos, sino por medio de la unién del esqueleto de soporte (ele- mentos verticales principales) con tracerias y mai- nneles extendidas en la superficie. En las fases subsiguientes del gotico, a las que también pertene- ce la ejecucién de la fachada, se impulsa esta tendencia; el edificio adopta una estructura unifi- cada y linealmente definida. Ornamentacidn geo- métrica y construccién se fusionan en un estilo de traceria homogénea. En la estructura, muchos edificios mezclan cons- truccién, articulacién plistica y ornamentacién. Toda forma funcional puede convertirse en forma artistica 0 decorativa, por ejemplo, los sencillos canalones (p. 42) se transforman en monstruos diabslicos 0 grotescos que abarrotan las cubiertas de muchas grandes iglesias. La omamentacién explota en el gotico nuevas fuentes: unas veces el mundo formal de las figuras geométricas a base de segmentos de circulo (p. 324), otras el organico de animales y plantas naturales son incluidos, en parte de una forma naturalista y en parte abstracta, en el mundo de formas que se destacan por todo el ambito de las grandes iglesias como una segunda creacién, a ‘menudo en un lugar inaccesible ¢ incluso invisible ‘Muchas veces, los ornamentos parecen brotar di- rectamente en los miembros constructivos, por ejemplo, las cresterias de los pindculas y los gable- tes, los capiteles de las pilastras, las claves de las nervaduras de la boveda, que en el gético tardio se transformarin también en elementos decorativos (p. 318), Una clave de la nave central de la catedral de Nawmburg, del siglo xin, ordena motivos florales y de follaje sobre una laja redonda ¢ incluye en la ‘ornamentaci6n el eje principal de la nervadura de la béveda. Refleja nuevamente el principio gético de la repeticién de la subdivisién del todo en la parte 328 Edad Media/Urbanismo 1: Funciones y estructuras en las ciudades primitivas WEBB Zoras riiivas (EE) bonies G re WBE sector espirituat NI eaicos principales (cates, plazas Hildoshoim on ol. x08 Edad Media/Urbanismo 1: Funciones y estructuras en las ciudades primitivas 329 La antigua cultura urbana se mantiene intacta al principio durante las invasiones barbaras en el S. y SO. de Europa; en el O. y NO. decae ripidamente. Las ciudades en decadencia siguen siendo puntos clave en el sistema viario romano y en las sedes episcopales cristianas. Al N. del Danubio y al E. del Rhin y el Neckar no hay ciudades. El proceso de urbanizacién se desarrolla, con inten- sidad variable, de O. a E. y de S. a N. Esta en correspondencia con la progresiva consolidacién de los estados. Alcanza su mas alto punto en los Ss. Xill y XIV en el territorio colonizado, el Rhin y el Vistula, los Alpes y los mares Béltico y del Norte. Los gérmenes de la formacién de ciudades son 1. Ciudades, fortalezas y asentamientos militares romanos. 2. Cortes reales. castillos, sedes episcopa- les. 3. Puntos clave del trinsito, depésitos del comercio exterior, mercados regionales. La fusion de diferentes funciones en un lugar, por ejemplo de la administracién politica y espiritual, del castillo y el centro comercial, requiere la constitucién de una ciudad, La condicin juridica de las ciudades es al principio dependiente del poder protector (rey, nobleza, clero, como «seftor de la ciudad»). A partir de los privilegios concedidos y de la organizacién corpo- rativa de la poblacién (Guildas, Gremios) se cons- tituye un derecho municipal propio. Las organi ciones juridicas modélicas de las ciudades impor- tantes Son adoptadas por otras (familias juridicas de ciudades). El objetivo y el estatuto de ciudad libre, poseedora de los mismos derechos que los demas estamentos, nobleza y clero. El rey y los principes reinantes las utilizan cada vez mas contra aquéllos como contrapeso politico, La forma originaria de las ciudades se comprende por el plano muchas veces s6lo fragmentaria 0 hipotéticamente. La red de calles, por lo general, se mantiene constante en sus rasgos principales a través de todas las modificaciones. De la compara- cién de los planos de las ciudades primitivas pueden extraerse dos principios conductores. El principio geomérfico obedece a la situacion topogrifica, la aprovecha o la mejora a través de la urbanizacion, comparable al tipo antiguo del urba~ nismo griego (p. 164). MILTENBERG es un ejemplo de ciudad desarrollada enteramente a partir de su situacion. Entre el declive escarpado del Odenwald y el Main, el transbordador ofrece el punto de partida, Alli surgen, bajo el castillo, un muelle para Ja navegacidn y un mercado. En la estrecha faja de tierra junto al meandro del rio crece la pequefia Ciudad, a lo largo del cauce, en forma de cuerno. El principio geométrico opera con un sistema métrico reglamentado. Los puntos de vista del funcionalismo y de la uniformidad conducen en la distribucion de la superficie a una divisién en bloques iguales entre calles trazadas formando rectingulos, sobre todo en las ciudades mercantiles y coloniales, comparables al urbanism hipodamico de la Antigiedad (p. 166). Estos principios, ejecutados mas bien pragmatica ‘que tedricamente, determinan la ordenacion fun- damental respectiva de la ciudad, en parte aislado. en parte complementindose y compenetrandose. La configuracién de la ciudad depende de manera decisiva del predominio, el cambio y la fuerza creadora de las funciones. La sociedad, la polari dad y competencia de los grupos, el cambio en las necesidades, hacen que surja una pluralidad de imagenes urbanas. La mayor parte de ellas puede ser ordenada dentro de 2 grupos: Las eiudades monocéntricas se organizan de acuer- do con un centro. Una funcién domina y permane- ce constante. Por el principio geomérfico, las lineas estructurales de su asentamiento recuerdan un fendmeno de la naturaleza orgiinica. En campo abierto, su silueta se aproxima a veces al circulo, Por el’ principio geométrico, la mayoria de los trazados urbanos rectangulares se constituyen con un agrupamiento de lugares y edificios. La silueta se aproxima a menudo al cuadrado. Brive, en el O. de Francia, es el ejemplo tipico de una ordenacién radicalmente concentrada con for- ma geométrica. La ciudad fundada en el s. xit adopta los principios de su predecesora gala y se atiene a ellos durante todo su crecimiento. Las ciudades bipolares o polieéntrieas manifiestan en su disposicién diferentes funciones. A éstas acompafan a veces, dentro de la ciudad, diferentes formas de colonizacién. Al principio, la disposi- cin se mantiene andloga, pero espacialmente divi- dida, segin diversos principios, en asentamientos juridicamente independientes que mas tarde, a ‘menudo tras larga rivalidad, crecerin adheridos, Hitoesiteim surge como sede episcopal. Sobre la iglesia episcopal fortificada carolingia y el primer establecimiento mercantil surge, en los siglos xt y xl y sobre las colinas de un terreno pantanoso, el corazén de una agrupacién mondstica cruciforme espacialmente dividida. En el siglo xm se agrega la ciudad antigua, monocéntrica y geomérfica, como producto independientemente planificado; en el siglo xt, la ciudad nueva, monocéntrica y geomé- ttrica. Estas partes y las agrupaciones de edificios con fortificacién propia (ciudad archipiélago) se fusionan en el siglo x1v con un anillo comin de murallas y forman una ciudad policéntrica global. La multiplicidad de imagenes urbanas en a Edad Media se debe ante todo a la competencia de los grupos sociales. Clero, nobleza, burguesia rural y artesanos viven con frecuencia como grupos cerra- dos en determinados edificios, calles 0 barrios, que ‘mantienen tradicionalmente una fisonomia propia. La necesidad de representacién se expresa en la construccién de iglesias, capillas, ayuntamientos y casas gremiales propias. Ponen’ el acento en la tipologia de asentamientos acuftada a partir de la tradicién local y de los materiales constructivos. En el curso de la historia, los tipicos y relativamen- te neutrales marcos de la planificacion urbana se convierten en su configuracién caracteristica «La ciudad fue durante siglos un biotipo: un lugar en el que la vida lleva diferentes formas al equili- brio y las conserva en él» A. MITSCHERLICH smo 2: Ciudades fortificadas Las cindades feudales tienen su origen en la fusin de funciones civiles y militares. El castillo, el instrumento del poder terrenal o espiritual, ofrece proteccion al asentamiento, pero ejerce también un control sobre él. En la temprana Edad Media las luchas constantes con normandos, hiingaros, éra- bes y eslavos en grandes zonas de Europa obligan a construir castillos que ofrecerin en los escasos territorios eolonizados el punto de partida para el desarrollo urbano. Con la consolidacién general florecen las ciudades y aspiran a la independencia. Sin embargo, las luchas de la nobleza por el poder, con los castillos como puntos clave, frenan a ‘menudo su avance. Este depende de la funcién que prevalece. La preponderancia de la funcién estraté gica conduce a la paralizacién de la civil; el crec miento de la ciudad, al debilitamiento de la posi- cién militar. Dicha funcién es ejercida cada vez en mayor medida por las propias ciudades, con fre- cuencia como compensacion por los privilegios concedidos. La evolucin se desarrolla de forma semejante en las ciudades feudales, las dependientes de un monasterio y las sedes episcopales. El aspecto de las ciudades feudales se define princi- palmente por la situacién topogrifica y por las relaciones politicas Para la funcién del castillo es esencial la eleccién de un emplazamiento militarmente ventajoso, pero con frecuencia obstaculiza el florecimiento de la ciudad. La primitiva ventaja de la fusion se con- vierte en lo contrario. En tales casos se recurre muchas veces a. una nueva fundacién en un lugar proximo mis adecuado, por ejemplo, se traslada la ubicacion de la montafia al valle. Castillo y ciudad continiian estrechamente unidos cuando ambas funciones se complementan y son favorecidas por la situacién. La configuracién de las ciudades feudales es determinada por los dos tipos basicos de castillo (p. 354) 1. Castillo en terreno elevado, sobre una colina 0 en las estribaciones de una montafia y a mayor altura que la ciudad, que se extiende en un valle 9 repecho. Castillo junto al agua, rodeado por un pantano, rio 0 lago, con la ciudad al mismo nivel o lige~ ramente elevada mediante una colina artificial La ciudad no debe obstaculizar las funciones mil tares: el castillo necesita campo libre para la observacién y las operaciones. Los castillos se ubican por ello, muchas veces, en la periferia como fortalezas aisladas o entre los cinturones de la ‘muralla mis alejados de la ciudad como fuertes bastiones. La fusién de los sistemas de defensa provoca el fortalecimiento respectivo, pero tambien la mutua dependencia de los oponentes. En la imagen de las ciudades feudales en el sentido exacto de la palabra domina el castillo. Numerosas publicaciones desde el siglo xvi (Merian y otros) los presentan dentro del contexto de la Edad Media tardia. A pesar de mermas sustanciales, se han conservado en todas partes muchas ciudades en las que el moderno desarrollo no ha cambiado en lo esencial la situacién medieval originaria, Edad Media/Urbanismo 2: Ciudades feudales 331 Carcasona encarna un tipo de ciudad feudal de ubicacidn elevada que ha adoptado en conjunto un cardcter de fortaleza. E1 promontorio fortificado sobre el valle del Aude juega desde la época galo- romana un importante papel en todas las contien- das habidas en el SO. de Francia (visigodos, fran- cos, arabes, albigenses). En el siglo x1 se convierte en sede episcopal y solar de una dinastia regional. En el siglo xitt se incorpora a la corona francesa; en 1262, la poblacién sublevada es evacuada por la fuerza a una nueva ciudad (Bastide ). El anillo interior de la muralla, constantemente reforzado desde la época goda, se completa en el siglo xi con un anillo exterior, al tiempo que se aumenta su altura, Las torres defensivas sobresalen de ambos anillos en intervalos adecuados al tiro y se articulan en segmentos visibles. Como acceso la Ginica via transitable se utiliza la «Porte Narbon- raise», una construccién de doble pértico situada en la parte posterior de la muralla, cerca de la «To- rre de Treseau», ambas de gran poder defensivo. El castillo de los Condes domina la parte de la ciudad que da sobre el Aude a modo de ciudadela, protegida por una avanzada que se eleva en la pendiente de la montafia. El castillo, la catedral y las grandes torres dominan el paisaje. Caernarvon forma parte de un grupo de fortalezas edificadas por Eduardo I desde fines del siglo xit hasta la conquista de Gales. Dicho castillo ofrecia un baluarte ideal para su estrategia, basada en la combinacién de fortalezas, ejéreito y flota. El rey inglés contraté como maestro de obras al conocido experto francés Jacques DE SAINT GEORGE. Una antigua mora en el arranque de una peninsula situada entre las desembocaduras del Seiont (Saint) y del Cadnant (hoy seco), en el Menai Strait, oftece un firme punto de partida. El nuevo castillo blo- quea la peninsula en toda su anchura. 2 particos de doble torre y 7 torres poligonales refuerzan su anillo de murallas; la «torre noble», especialmente solida y elevada, domina la desembocadura de! Seiont; el Cadnant es interceptado mediante presas. El prin- cipio de defensa agresiva, dominante aqui, se ma- ifiesta particularmente en la disposicidn y el tipo de construccién de los pérticos. Se parecen mas a fortalezas de asalto que a entradas del castillo. La ciudad forma con el castillo una unidad técnica defensiva. Se extiende por toda la peninsula; su anillo de murallas garantiza un control en todas direcciones. Calles y pérticos posibilitan, gracias a su sistema rectangular, el rapido movimiento de tropas y utensilios bélicos. El eje longitudinal conduce al portico fortificado; el perpendicular va de una orilla a otra y se extiende entre los dos porticos de la ciudad, dobles como los del castillo La disposicién recuerda al esquema del Castrum Romanum (p. 214). totalmente regido por especula- ciones militares. Puede considerarse como tipico de un cierto niimero de ciudades fortificadas. Su rigida dependencia de la funcién oculta muchas veces una vida urbana. Sélo algunas (CaLais) desarrollan comercio, industria y otras funciones. ‘banismo 3: Ciudades comerciales HH 08 rtgosos TE ction munis [Eo baros residencies HB ccad vie (i Cates tacos oo 400m Haithabu 1 Fortalena 2 Toraplen 3 Cementerio rchstoco 7 Hospital de Esprit Sento 8 Ayuntamiento 9 Moto 10 Monasterio de S. ven 11 Monastono de Sta. Ana 12 Monesteria do Sia, Catina les, emporio y mercado: metrépolis de la Edad Media Las ciudades comerciales aleanzan en la Edad ‘Media su mas elevada forma en cuanto a organiza~ jén y a apariencia como comunidades indepen- dientes. Pueden compararse con las polis griegas (p. 151); esto puede aplicarse en cuanto a constitu cin politica, a 2 grupos: Ciudades-estado con territorio propio, por ejemplo en Italia, Rusia o Suiza (VENECIA, FLORENCIA, Novcorop, Brea) Cindades libres, esp. en Alemania, con pocas tie- rras circundantes 0 aun ninguna, independientes gracias a privilegios concedidos por los principes. Otras ciudades de importancia, por ¢j. en Francia, Inglaterra o Flandes, se sitiian en una escala de independencia de los poderes dinisticos. Utilizan su fuerza econémica como factor de poder. Comercio, industria y economia piblica constitu- yen la base para el desarrollo de la ciudad. El comercio exterior es en la Edad Media temprana una aventura tanto por tierra como por mar. Se asemeja a las operaciones militares, con las cuales tiene en comiin la dependencia de las estaciones del aio. En las guildas y hermandades de comerciantes se originan los grupos que guian la lucha por las constituciones ciudadanas. Los gremios, como or- ganizaciones de artesanos, se afladen mas tarde. Los centros del comercio exterior (emporios) sur- gen en la primitiva Edad Media cerca de las costas en su mayoria. Su reducido nimero y su ubicacién en lugares casi cerrados les asegura una gran significacion y un bienestar creciente; su monoes- tructura_y su habilidad politica las ponen en peligro. Solo algunas (por ejemplo, Novcorop) se convierten en auténticas ciudades; la mayor parte no sobrevive al fin de la Edad Media temprana (por ejemplo, QueNtovic, en la costa del Canal de Ja Mancha; Dorestap, en el Bajo Rhin; HAmTHABU, cn el Schlei; Birka, en el Nalarsee). Haithabu, centro del comercio exterior entre el Mar del norte y el Baltico en los siglos 1x1, es conocida en parte por el foso. Un eastillo controla la via fluvial desde Suecia (Brrxa) hacia Holanda (Dorestap), asi como la via terrestre de Jutlandia hacia 1a Baja Sajonia. La colonia comercial, esta- blecida exactamente al S. a la orilla de un fiordo ano. cubre un area de aproximadamente 28 ha. y la rodean en semicirculo un foso, una muralla y empalizadas. Perpendicularmente a la orilla se extienden calles paralelas que posibilitan el répido transporte entre el embarcadero y el castillo y constituyen el esqueleto basico de un plan de colonizacién aparentemente unitario. Ciudad y cas- Lillo constituyen el extremo oriental, sistema de dique danés y de un trayecto de remoique para los barcos entre el Schlei y el Eider. Las ciudades comerciales de la Alta Edad Media se establecen a menudo siguiendo principios semejan- tes. Se siguen prefiriendo la ubicacién junto a una via fluvial y la proximidad de un castillo. La funcién protectora, sin embargo, retrocede en Eu- ropa central desde el siglo xin. Los planos se basan en algunos tipos ya ensayados: 1. Tipo de calles paralelas, con las calles en la Edad Media, Jrbanismo 3: Ciudades comerciales 333 misma ordenacién; sobre todo en colonias para el comercio exterior. ‘Tipo de calles oblicuas, con pocas calles princi- pales (0 incluso una sola) y secundarias que con- ducen perpendicularmenté a ella; principalmen- te en asentamientos comerciales y artesanales. Tipo en reticulo cuadrado, en el cual la super: cie se divide en bloques cuadrados de edificios mas 0 menos iguales situados entre calles gene- ralmente de la misma categoria; es el tipo preferido para las ciudades con mercados regio- nales en Europa central y oriental Estos sistemas varian y difieren segiin las necesida- des locales; se complementan y compenetran. Constituyen una ordenacién basiea general para la vida urbana. Junto a rigidas planificaciones geo- métricas (por ejemplo, la colonizacion alemana oriental) se encuentran miiltiples variaciones adap- tadas al terreno y a las estructuras del asentamien- to y de las comunicaciones. Liibeck, fundada en 1158 por segunda ver y ciudad libre desde 1226, escapa muy pronto a la subordi nacién politica y sucede a Haithabu en la hegemo- nia comercial en todo el ambito del Baltico. Domi- na el comercio maritimo de Flandes a Novgorod, de Escandinavia a Europa Central; es ciudad de reuniones de la Hansa y, con sus 25.000 habitantes, una de las mas grandes de Europa en el s. xv Su trazado urbano muestra varios tipos bisicos tipicos de las ciudades comerciales y diferenciadas por su historia y sus relaciones territoriales. Las fases evolutivas pueden reconocerse en el plano. En una peninsula con varias elevaciones de terre no, situada entre el Trave y el Wakenitz, se confi- guran a lo largo de la antigua via comercial 3 centros de gravedad: el castillo condal en el N., el episcopal y la catedral en el S., el centro del comercio exterior en el medio. El primer asenta- miento comercial (p. 336), entre el Trave y la plaza del mercado sigue, como su posterior ampliacion, el sistema de calles paralelas entre las orillas dese- cadas de los rios. El asentamiento fortificado y la ciudad episcopal estan ordenados, segiin sus demas funciones, de forma radial concéntrica. Entre estos nticleos coloniales surgen_secciones dedicadas a artesanos, marinos y pescadores; en ellas, el rigido esquema de la ciudad comercial se adapta a la superficie y necesidades de la ciudad insular y desemboca en las restantes estructuras. Iglesias parroquiales, monasterios y hospitales cons- tituyen puntos basicos individuaies en los barrios en ripido crecimiento. La espina dorsal del con- junto urbano forma una doble hilera de calles en la direccién de la antigua via N.-S. El centro con el ‘mercado, el ayuntamiento y la iglesia permanece a un lado en su situacién originaria propia de una ciudad para el comercio exterior; su anchura es de 4 bloques (p. 336). En la preponderancia de la doble via N.-S. (puerta del castillo-puerta del muelle), enfrente al eje oblicuo de una via E.-O. con eruces junto al Trave (Holstentor) y al Wake- nitz, se manifiesta el predominio del comercio exterior sobre la funcién de mercado regional 334. Edad Media/Urbanismo 4: Murallas, torres y puertas ‘Ait (sogtn Simo) Construcciones defensivas como proteccién de la libertad de las ciudades Edad Media/Urbanismo 4: Murallas, torres y puertas 335 Murallas, torres y puertas definen la silueta y la apariencia externa de las ciudades medievales. La contraposicién mantenida desde la Antigiiedad entre campo abierto y ciudad cerrada se manifiesta claramente en las murallas. Todas las ciudades han de estar preparadas siem- pre para la defensa. Dedican gran parte de sus rentas a la construccion, conservacion y reforza- miento de las fortificaciones. Con ellas hacen gala al exterior de su poder econémico y de su indepen- dencia politica. La destruccién de las murallas significa el fin de la libertad urbana. Hacia el interior, las murallas limitan el espacio vital de los ciudadanos. Cuando el crecimiento es rapido, las ciudades resultan en muchas ocasiones demasiado reducidas; entonces, o bien se alza un mero anillo de muralias o bien se funda una nueva ciudad fortificada, a menudo como unidad independiente (véase Hitbestseim, p. 328) Ya las ciudades romanas del S. y ©. de Europa poseian murallas (p. 216). La técnica romana de fortificacién se pierde, no obstante, durante las invasiones de los barbaros; al E. del Rhin y al N. del Danubio no hay defensas de piedra. En los comienzos de la Edad Media se utilizan fosos, muros y empalizadas. Pero la construccién en piedra reemplaza a la de madera en las edificacio- nies defensivas antes que en las viviendas. En la Alta Edad Media, época de la mayoria de tas fundaciones urbanas, la técnica defensiva vuelve a alcanzar en toda Europa una elevada categoria. La disposicién y la técnica de las murallas urbanas se adaptan a los modelos y experiencias de la construccién de castllos (pp. 352 y ss.), que precede cronolégicamente a la de ciudades, y son ademis perfeccionadas gracias al progreso de las técnicas belicas. Las murallas se adeciian o bien a la configuracién del terreno —sobre todo cuando éste es llano— o bien al principio de encerrar la mayor superficie posible en el menor perimetro posible. El circulo y el cuadrado estan por ello entre las formas baisicas preferidas para las ciudades. El espesor y la altura de las murallas son determinados esencial- mente por el material de construccién y por la capacidad econémica de la ciudad. A causa de la carestia de los transportes se prefieren materiales disponibles a corta distancia; en el O. y el S., la iedra de mamposteria; en el N. y E., el ladrillo. La cara exterior (hacia el enemigo) esta siempre reali- zada de forma especialmente cuidadosa. La mura- Ila tiene frecuentemente almenas, salidizos, mataca- nes y troneras, equipadas muchas veces con un tejado protector. El muro esti reforzado por con- trafuerte: en el lado que da a la ciudad. Las torres sirven: 1. Como refuerzo constructivo del muro (efecto de contrafuerte). 2. Como consolidacién de los puntos especialmen- te expuestos, por ejemplo, puertas, puentes, puertos, muelles, presas 0 localizaciones auxi- Tiares para el ataque. 3. Como flanqueamiento en los ataques. Las torres sobresalen del muro a intervalos determinados por el alcance de las armas. 4, Para dominar el campo al disparar. Plataformas defensivas situadas a gran altura, para colocar las armas de gran alcance. Las formas basicas, la torre rectangular y la cilin- drica, suften numerosas modificaciones, por ejem- plo la torre semicircular y la poligonal. A veces las formas varian segin los pisos, por ejemplo, paso del cuadrado al poligono y después al circulo. En la Edad Media tardia aparecen con frecuencia pisos superiores conformados con gran fantasia y cubiertas con torrecillas y salidizos en lugar de sencillos cuerpos constructivos Las torres son siempre edificadas esmeradamente; muchas veces se refuerzan o reemplazan por otras nuevas. Desde la Baja Edad Media torres blindadas especiales, con muros de gran espesor, fuertes bévedas y troneras de varios tipos, tienen que combatir desde la altura a la artilleria de los posibles sitiadores. Sélo ciudades muy poderosas dan este paso en el progreso de las técnicas bélicas. Las puertas son el lugar de unién con el mundo exterior, el punto de insercion de las calles distar tes, el punto de control para personas y mercan- cias. Por lo que a la técnica defensiva se refiere, presentan una brecha en la muralla Estas aberturas —a menudo una para carruajes y otra pequefia para personas— se consolidan de diversas formas. Se destacan torres que la flan- {quean en uno o ambos lados, o también se eleva en el muro una torre sobre la puerta, Las puertas dobies, con ala anterior y posterior, sustituyen a las sencillas; los muros se fefuerzan en corresponden- cia y son dotados de salidizos en una u otra cara Las torres-puerta presentan una amalgama de puerta y torre formando una unidad defensiva. Las voluminosas torres se abren en ambos lados con puertas dotadas a menudo con un rastrillo adicio- nal para seguridad contra los ataques por sorpresa. El espacio interior entre las puertas es utilizado para el control o el trinsito y en la defensa como paso de ronda. Puede set observado desde el piso superior y defendido por medio de troneras. Otros pisos sirven para la observacién del campo. La union de las funciones conduce a la construccién de bastiones independientes en forma de volumi nosos eastillos-portico con torres sobre puerta, ‘antepérticos, rondas exteriores ¢ interiores, fosos ¥ puentes levadizos. De cerca producen un efecto intimidatorio con su volumen compacto y sus detalles de aire militar y son representativos por su esmerada ejecucién, su articulacién a menudo imponente y su gusto artistico. De lejos, la disposi- cidn generalmente vertical de los cuerpos arquitec- ténicos destaca de la silueta urbana. Las torres en el interior de la ciudad, exentas 0 unidas a apartamentos 0 a mercados cubiertos, aparecen en la Baja Edad Media compitiendo con las grandes edificaciones religiosas y alzindose como dominante y simbolo de orgullo comunal en barrios y plazas (SIENA, BRUIAS, p. 348). 336 Edad Media/Urbanismo 5: Calles y bloques de edificios BuEPEPNID eIoUD)SIXe v] ap solUsMEPUTY K soos :o[gonuIU! prpoidord ‘uoroEZUGAN ‘ojans [oP UOIDeUEPIC, ‘911 op opespens (cee més bajas. Estas incluyen los establos por ejemplo, a la izquierda bueyes y a la derecha caballos, y comunican estancias y almacenes y estin parcialmente abiertas al vestibulo. El esque: leto de pilares y travesaiios soporta el entramado del techo, construido en grandes secciones triangu- lares (p. 58). En el suelo de la planta baja se deposita gran parte de la cosecha, que sirve al propio tiempo como aislante térmico. Delante de la hilera de ventanas del hastial posterior arde el fuego a la vista en el hogar. En la casa con vestibulo principal, de forma mas tardia (plano B), la parte de vivienda se amplia en la cabecera por medio de un vestibilo transversal hasta las paredes exteriores de ambos lados, cuyos compartimentos se abren con ventanas. El espacio para vivienda y trabajo a ambos lados del hogar std asi mejor iluminado y definido. En época tardia aparecen en la prolongacién de la casa recintos cerrados que en parte pueden calen- tarse; estan junto al hastial posterior. La vivienda rural se asemeja asi a la urbana. Las casas de grandes espacios aleanzan sus mayo- res dimensiones y su miis rica decoracion en los S. XVIII y XIX. Conservan el modelo prehistérico del megarén (pp. 134, 144) hasta la era industrial. 342 Edad Media/La vivienda urbana 1 edosng ap auON jap stueqin sepuatal, peegtzinziee a 7 7 a nls 3.0 me : = mop toons = | ome cea oe onan 8 chines we mo Sem stern wp nye ome Soe coms) Hae Ba =] sou0yo1 086 eid Je0ugF3 304M OP od, "ugDEe UOD ese Una vivienda, como propiedad privada, presupone uuna diferenciacién del modo de vida. Aparece en Europa central y nordica, entre el clero y la nobleza. En fundaciones, monasterios, castllos y palacios surgen edificios, zonas de edificios y recin- tos para determinados dominios de la vida y el trabajo. Nobleza y clero ocupan, en las ciudades de la temprana Edad Media, los puestos importantes de la administraciGn y la justicia. Introducen en la Ciudad elementos de la résidencia feudal. La torre-vivienda y los aposentos de las mujeres son originariamente parte de los castillos nobilia- rios. En las ciudades estin entre las primeras cons- trucciones en piedra y aparecen como cuerpos ar- quitecténicos independientes. Las torres, origina- Tiamente construcciones defensivas, se van convir- tiendo en viviendas eventual o permanentemente. En Europa central aleanzan raras veces el nimero y la significacién que tienen en las ciudades italia- nas (p. 344). Los aposentos de las mujeres, templa- dos con chimeneas (caminata), aparecen en los castillos como primeros recintos habitados con cardcter privado. En las ciudades se alzan a modo de edificios separados de forma rectangular, con aspecto de torre. Sobre la bodega se elevan uno 0 dos pisos habitables que contienen, generalmente, un solo recinto con ealefaccién, a menudo accesi- ble tinicamente a través de una escalera o galeria Una cubierta piramidal 0 de copete acentia este cardcter exclusivo. Los aposentos de las mujeres siguen largo tiempo reservados a la clase superior nobiliaria. Al conseguirse plenamente los derechos ciudadanos se convierten en parte constituyente de las casas burguesas de calidad como gran salén. Los tipos de casas burguesas surgen en su mayoria de la adaptacién de las casas rurales al nuevo espacio vital de la ciudad. La tradicional unidad de vivienda y trabajo lleva, en la estrechez de la ciu- dad, a uria mayor concentracién y a un aprovecha- miento mas intenso. La imposibilidad de extension horizontal se compensa con la adicién de pisos. Las easas con vivienda y almacén, de gran difusion en el N. de Europa, equivalen a las casas rurales con vivienda y establo (p. 340). La easa de planta de sal6n del NO. de Europa es un tipo de conforma- cidn particularmente clara. Su construccién sen lla y de amplio trazado, la convierte en un marco casi neutral incluso para las necesidades urbanas. El alto salén (vestibulo) ocupa toda la planta baja; forma el ambito unitario para el trabajo y la vivienda, Los recintos laterales de escasa altura se suprimen en la versién urbana. En las easas de Ia burguesia rural (p. 58), los reducidos establos se instalan en la parte trasera o junto a una pared longitudinal a media altura. Fi espacio del entre- suelo originado se aprovecha de diversas formas. Las casas de los comerciantes equivalen en un) principio a almacenes en los que también se vive EI vestibulo sobre el sotano sirve como ambito para vivienda, depésito y venta. El hogar, junto a una pared longitudinal, constituye el punto donde empieza la vivienda, que sigue circunscrita a pocas cmaras en el piso superior. La creciente necesidad Edad Media/La vivienda urbana 1 343 de espacio para depésito impone la progresiva adicion de pisos a la zona de almacén. Mas tarde se constituyen, primero a un lado y luego a ambos, espacios separados para la oficina comercial, la cocina y el comedor, y se aprovecha la altura del vestibulo con un piso formado por una galeria (cimaras colgantes). En muchas ciudades y tras numerosos incendios se afinca la construccién en piedra; en los niveles inferiores el ladrillo, el entramado tradicional. La estrecha casa-almacén, con su fronton a la calle y sus numerosas ventanas, tragaluces y la viga para fa potea bajo et pice del timpano, domina en largas hileras el trazado urbano de muchas ciuda- des comerciales al N. de los Alpes. Las viviendas diferenciadas surgen en la Baja Edad Media a consecuencia del creciente bienestar; los ciudadanos tratan de crear un dominio privado: 1. Por medio de la divisién del espacio en ambitos, aislados o en grupos de recintos. 2. Por medio de la ampliacién de Ia casa o de la construccién de un edificio posterior a lo largo del patio, generalmente de forma longitudinal El tipo basico se complementa con un cuerpo mas pequefio que la casa y semejante a ella; el aspecto hacia la calle no varia. 3. Por medio de la separacién y unién de espacios y partes de edificio para obtener una nueva forma de conjunto. En este proceso de transformacién se llega a un intercambio de elementos entre las distintas solu- ciones regionales, por ejemplo, la adopcién del aposento templado con estufa (Stube) del N. y centro de Alemania, en la casa de planta de salén de la Baja Alemania. Las formas de vivienda caracteristicas de una clase social son transcritas a otra, por ejemplo, la fusién de la casa burguesa con vestibulo y de los aposentos de las mujeres 0 el salén, antes reservados a la nobleza. Ambos fenémenos se completan y superponen frecuentemente y llevan a las clases acomodadas a la configuracion de ambitos diferenciados para trabajo, administracion, vida social y descanso. En Goslar se manifiestan claramente dichos fend- menos en los edificios del siglo xv. La easa con vestibulo de la burguesia rural, originariamente con el frontén a la calle (p. 336) y consistente por Jo general en un entramado, se fusiona con las construcciones en piedra de los aposentos de las mujeres y de los recintos anejos (por ejemplo, la cerveceria) bajo un tejado paralelo a la calle. El vestibulo se atraviesa lateralmente; su altura se aprovecha por medio de una galeria con una escalera, que sirve de acceso a los recintos del piso superior y al desvan. Los elementos conservan en parte su cardcter propio, por ejemplo, la construc- cién en madera, la construccién en piedra, las formas de las ventanas, pero constituyen un orga- nismo global que satisface la diversidad de deman- das y la manifiesta en su apariencia. Para la mayoria de la poblacion, permaneceré durante siglos en las formas sencillas de vida y de casa. 344 Edad Media/La (9 Espacio de vivionds [a Enc pra a economia dobsta se Gates EBB Pot con ereron Asi e-viends [Zone de sniguas ‘onsvuciones on rose ‘San Gimignano: Grupo de casas y torres (vp. 338) a os b Tipo toscana de palacio ‘Siena: Palacio Tolome! ar pic. b) Pao nteroe Casas urbanas y palacios nobiliarios del Sur de Europa El sistema urbano antiguo del S. de Europa entra en crisis con las invasiones barbaras, iskimicas y normales. La sociedad urbana se transforma; en los inicios de la Edad Media se establece el sistema feudal. Contrariamente al N. de Europa, muchas familias nobles viven permanentemente en las ciudades. Sus formas de vida, ambiciones de poder y partidismos politicos determinan la vida piblica ¥ los estilos constructivos en las ciudades. Las easas de salas superpuestas y las torres familia- res son los tipos dominantes en la construccion de viviendas de la Edad Media temprana. La tipica verticalidad medieval de la arquitectura sustituye a la antigua horizontalidad, En el reducido terreno de cimentacién de las ciudades, los edificios se elevan hacia lo alto. Las easas de salas superpuestas, tipo habitual de la casa nobiliaria urbana, consiste en un alto muro sobre un estrecho trazado rectangular, subdividido en pisos por medio de techos de vigueria 0 bove- das. Generalmente constan de un solo mbito: en la planta baja, la sala de acceso con puertas a la calle y al patio; en el primer piso la sala principal, y sobre ella I 0 2 pisos més con recintos para la vivienda y la administracién, unidos entre si en el interior a través de escaleras o escalerillas (ver aposentos de las mujeres, p. 340) Las unidades de vivienda, verticalmente dispues- tas, forman grupos de pared a pared. Estin rodea- das por edificaciones mas bajas o por consolas de piedra con construcciones en madera que sobresalen a modo de galerias. Las torres familiares se destacan de los grupos de dichas casas como torres reglamentariamente forti- ficadas. En las querellas permanentes entre fami- lias y en los numerosos incendios se utilizan como seguros refugios para familias y mercaderias y provisiones valiosas y para combatir al adversario desde una posicién mas elevada. La construccién de torres es una prerrogativa de os miembros de la nobleza, que tratan sobrepujar- se unos a otros con un mimero cada vez mayor de torres iudad toscana SaN GiMIGNANO, por ejemplo, su nimero se eleva a 72 y su altura hasta 51 m. Como en las ciudades es la ambiciosa clase de los comerciantes y artesanos, organizada en gremios, la que llega all poder, se prohibe la edificacién’ extremada de torres. En FLoreNcia, la altura es limitada a 50 varas (aprox., 26 m) en 1251; el reglamento es levado a la practica de inmediato. Junto a la cexigencia de seguridad general aparece la necesidad de casas habitables. Las torres desaparecen. El palacio urbano de las nuevas clases superiores Gomo tipo arquitectonico determina desde ¢l siglo xm el aspecto de las calles de forma progresiva. Aparece en forma de un gran bloque cuadrangular sustituyendo a la estrecha casa de pisos en forma de sala. Desde el patio central, soportales y galerias hacen accesibles los grupos de recintos dispuestos en pisos. La planta baja recoge la alta sala de ‘acceso, los recintos para guardia, establos y alma- Edad Media/La vivienda urbana 2 345 cenes. En el patio, una escalinata conduce a los dimbitos para recepcién y vivienda del primer piso (piano nobile). Los pisos restantes estan en funcion, de las necesidades de la familia y la economia doméstica. Escaleras ‘interiores unen los pisos € igualan las diferencias de altura, por ejemplo en los entresuelos. Las regiones del S. de Europa aportan respectivas variaciones al tipo del palacio (véase p. 32). En Toscana, sobre todo en FLORENCIA y SIENA, las superficies murales, en parte de silleria y en parte de ladrillo, definen los elevados bloques constructi- vos, cada vez mis cerrados a modo de fortaleza. La gran puerta de acceso, situada preferentemente en el eje central, coloca un acento tinico en el muro casi sin ventanas del piso bajo. Las galerias que se destacan por encima siguen siendo habituales du- rante largo tiempo. Los vanos del piso superior se alinean en el muro de silleria con grandes arcos de descarga y acentiian el aire de fortaleza. Las arque- rias (dobles 0 triples) situadas en los vanos son caracteristicos del palacio-vivienda, A partir del patio y la fachada que da a la calle, el tipo del palacio es sometido poco a poco a una organizacién més clara; se acentiia la simetria interior y exterior. Se impone la fachada dispuesta en ejes perpendiculares; la construccién de las ‘masas arquitecténicas colocadas en pisos es subra- yada ademis por corisas. En lo alto cierra el cuerpo arquitecténico bien una corona de almenas sobre una cornisa 0 un alero en gran voladizo. En VENECIA no es Ia cerrazén sino la apertura lo que determina el aspecto exterior. Una triple divi- sién simétrica sirve de base para la edificacion de los grandes palacios: patio y alas centrales de la misma anchura una tras otra en el eje central; alas estrechas a los lados. Esta disposicién se transmite a la articulacion de la fachada principal en tres secciones verticales. La central, ancha y perforada en la planta baja por el gran portal (0 portal doble) y pocas ventanas grandes, se disuelve en el piso superior por medio de logias. Sus ligeras arguerias sobre columnas contrastan en articulacién y material con los parios laterales de pared, que a pesar de sus ventanas, casi tan altas como todo el piso, producen un efecto de superficie cerrada. La compartimentacién vertical basica aparece en un juego de alternancias con la alineacién horizontal por pisos de los elementos individuales. La alternancia entre apertura y cerra- z6n, luz y sombra, el contraste de materiales y el reflejo en el agua favorecen el caricter «pictérico» y transparente de esta arquitectura. En Venecta surgen también grandes casas de alquiler, construidas segin reglas establecidas y con clementos en parte prefabricados (ventanas, cornisas, chimeneas), casi sin parangén en la Euro- pa medieval. Con el palacio-vivienda, concentrado alrededor de un patio interior, la Europa meridional continia el tipo de la gran vivienda urbana, originada en la época imperial romana (p. 224). El Renacimiento y el Barroco levarin dicho tipo a la perfeccion, 346 Edad Media/Edificios municipales 1: Venecia: Pion A Lad del pags B Lado de a laguna © Canal San Marcos 1 Perea Foscar 2 Escala do los Ggontes 23 Juste 4 Puente de los Suspios 5 Nowarise 6 Sala de conteroncas 7 Sala aber HB Asrinistracion, epresentacion WB vp. area HE corer, xcatos GW cate, pir, pao Agus | Plaza dol mercado B Pato dela igisa de Sta. Maro 1 Vestbula 2 Sala dl Concejo 23 Sala de Audience 44 Pato 5 Lonja de las Patios 6 Porche 7 Case Lage Leck: Ayuntamiento (v. 9. 332) Plana iso infer Tipos de edificios para la autonomia ciudadana Edad Media/Edificios municipales 1: Ayuntamiento 347 La autonomia administrativa se configura junto con la ciudad medieval en un proceso de siglos. Los ciudadanos logran la independencia s6lo poco 4 poco y no en todas partes. Segiin el tamafto y la significacién de la ciudad y el grado de libertad con, respecto al poder territorial, surgen sistemas admi- nistrativos unas veces simples, como en las ciuda- des de la burguesia rural, y otras complejos, como cen las grandes ciudades comerciales. Los edificios municipales no aparecen como tipos especiales hasta la Alta Edad Media. 1A partir de los tipos de las casas burguesas regionales y generalmente con mayores dimen- siones. 2. A partir de los tipos y elementos de los edificios nobiliarios y clericales modificados y mezclados en correspondencia con las funciones. 3. A partir de las construcciones para el comercio y Ia industria; frecuentemente provisionales al principio; después, como edificios independien- tes 0 como grandes edificios combinados. Los ayuntamientos son en su mayoria, al principio, edificios sencillos de grandes dimensiones. Al con= seguirse la libertad ciudadana se convierten en centro y simbolo de la autorrepresentacion ciuda- dana. Las diferentes tradiciones del N. y del S. de Europa tienen como consecuencia tipos distintos. Las funciones y los programas espaciales se dife- rencian principalmente en las grandes ciudades. El concejo es la corporacion mas importante de una ciudad; su lugar de reuniones, la sala del concejo, suele ser el ambito mas significativo junto con los religiosos. Esté generalmente en el piso superior (Piano nobile, p. 345) y se utiliza también como sala de audiencias para ¢l tribunal supremo de la ciudad y como salén de actos (p. 366). Forman parte de su mobiliario los bancas y sillas para los concejales y escabinos y las insialaciones para archivos y enseres (plateria del concejo). Una escalinata sirve generalmente de acceso representa tivo, y un estrado, un baleén o una logia para anunciar las decisiones del concejo o del tribunal. ALN. de los Alpes, la planta baja sigue a menudo reservada para funciones industriales. Hace de ‘grandes almacenes» de la ciudad; es una sala de 2 © 3 naves dedicadas a industrias importantes (mer- cado de! paio, bancos del pan). Por lo general la justicia tiene aqui su lugar también, ademas de ia audiencia mercantil (juzgado ciudadano), con porche propio. La sala del merca- do forma ‘una infraestructura bajo la sala del consejo; ambos terminan en gran cuerpo arquitec- tonico sencillo. El conjunto se articula tanto insti tucional como espacialmente en gremios y domi- nios especializados de la administracién Guntas, procuradurias, cancillerias); necesitan ambitos pro- pios para su constante labor. La arquitectura debe adecuarse a esta diferenciacidn de funciones: © por ‘medio de un aumento de tamafio a base de edifi- caciones anejas 0 superpuestas, 0 por medio de la articulacién de las funciones parciales y sus recin- tos correspondientes en edificios independientes. Ambas vias producen una multiplicidad de solu- ciones segin la situacién concreta en cada ciudad. El palacio de los Dux, en Venecia, y el ayuntamien- to de Liibeck son ejemplos del establecimiento de grandes administraciones en una metropolis del N. y otra del S. Ambos aparecen como elevacién de la ‘casa burguesa a arquitectura oficial. En Venecia es tipica la separacidn de las funciones comerciales y administrativas: en Liibeck, su fusién. En Venecia se inicia en 1340 la transformacién del castillo del Ducx, frecuentemente renovado desde el siglo rx, en un complejo para la administracién estatal conjunta. En la disposicién de 3 alas alrede- dor de un gran patio porticado, que copia la eatedral de San Marcos, se fusionan el tipo de la construccidn urbana a base de un salén y el del palacio administrativo (p. 348). Las alas contienen en 3 0 4 pisos la vivienda y los despachos oficiales de los Dux. las salas de delibe- racién para el gobierno, la administracién y la justicia de la ciudad-estado, sus cancillerias, los Colegios de abogados y notarios. En el exterior yen el interior, pérticos abiertos dan paso en sentido horizontal al piso bajo y al primero; grandes y pequetias cajas de escalera unen verticalmente los pisos y los grupos separados de recintos. Las galerias tienen en sus fachadas una funcién repre- sentativa como tribunas en los escenarios principa- les de la vida piblica. Como zonas abiertas de luz y sombra, forman la infraestructura de los pisos de superficie cerrada y unen el espacio interior del edificio y el exterior de la ciudad. En 1226 comienza en Liibeek la construceién de un nuevo ayuntamiento, al prin: iguales paralelos a los lados de un patio; las fachadas dan por un lado a la plaza del mercado y por el otro a la iglesia de Nuestra Sefiora (p. 332). En etapas posteriores de la construccién surge un grupo de edificios de tres partes alineadas unido a las fachadas con arguivoltas y torres a modo de pilares para construir fachadas ciegas monumenta~ les. El ala del ayuntamiento abarca en el piso bajo el vestibulo y la sala del concejo, y en el piso superior la sala de la Hansa para las conferencias de la ciudad hanseatica. En el ala industrial, ambos pisos tienen funcion de mercado textil. Un portico gue da a la plaza del mercado une ambas alas La ampliacién del ala del ayuntamiento hacia el S. con la «casa larga» h. 1300 y el «edificio de las oficinas de la guerra» h. 1442 posibilita la separa- cidn de las funciones importantes. En la sala abierta del piso bajo se encuentran las tiendas de los orfebres y la sede de la justicia del consejo, en el piso superior, la gran sala de actos («Sala de los Leones») y la pequefia sala de festejos y conferen- cias (oficina de la guerra). Esta iltima termina el conjunto, en correspondencia con el edificio princi- pal, con una fachada ciega con torrecillas El ‘edificio principal y la casa larga, ejemplos tipicos de agrupacién’ medieval de edificaciones, forman en angulo 2 muros de plaza enfrente de las hileras de estrechas casas de comerciantes. 348 Edad Media/Edificios municipales 2: Edificios representativos urbanos Brujas: Lonja del tj y campanerio Arquitectura como simbolo del poder ciudadano y de la prosperidad burguesa Edad Media/Edificios municipales En Ia Baja Edad Media crecen el niimero de habitantes, la produccién y el comercio, ¥ con ellos, Ja riqueza’y la influencia de las ciudades, que se convierten en centros de atencidn de la alta politica (parlamentos, concilios, conferencias), Los gastos de administracién y las obligaciones representati- vas van en correspondiente aumento. La arquitectura burguesa urbana aparece, més alla del cumplimiento de las funciones, en una compe- tencia ideal con la arquitectura feudal y religiosa. Acoge elementos y simbolos de la construccién nobiliaria y esta bajo la influencia de las corpora- ciones de constructores de las catedrales, en gran parte financiadas por los ciudadanos. El surgi- miento de una arquitectura urbana representativa es un signo de la transformacién de la sociedad feudal-agraria en una sociedad burguesa. En la mayoria de las ciudades, el ayuntamiento sigue siendo el edificio profano mas importante. El Palazzo Pubblico de Siena, ayuntamiento de esta ciudad-estado, consiste en su parte central en el tipico bloque constructivo de un palacio nobilia- rio (p. 344) con 4 pisos, 4 ejes de ventanas, cornisas y almenas. Las alas laterales, iguales en disposi- cién, se escalonan en altura y anchura, El cuerpo arquitecténico produce, gracias a la igualdad de los elementos y de su ordenacion, la impresiém de gran palacio unitario y, gracias al escalonamiento, la de un edificio por agrupamiento. Junto a las casas de la plaza aparece como su superacién, sin aplastarlas por su masa excesiva La pequeia capilla ante el palacio tiene la forma de la tradicional logia concejal o familiar. Esta icamente decorada como edificio independiente, pero se integra perfectamente con el bloque del ayuntamiento. La esbelta torre de 102 m, situada a un lado, rival de la torre de la catedral y emblema de soberania de la comunidad libre, acentia el efecto por el contraste con el blogue del edificio. Palacio y torre son la superacion de los tipos habituales toscanos enriquecida por el tradicional uuso del ladrillo en el estilo del gotico sienés. En la unidad ciibica se manifiesta la tradicién mediterra- nea; en el escalonamiento, la verticalidad y la composicién de los grupos, las tendencias de la Edad Media. Los edificios aislados y las alas independientes se adaptan principalmente a los mercados. FI pleno aprovechamicnto de los monopolios y de los dere- chos de comercio y depésito por los artesanos y comerciantes organizados, exige superficies cubier- tas 0 salas cerradas para el almacenamiento de mercancias fragiles. Los mercados de tejidos estin entre los edificios especializados mas importantes de esta clase. Sus dimensiones y su arquitectura, con frecuencia prodiga, va de acuerdo a la impor- tancia de esta industria, sobre todo en los merca- dos y centros de produccién suprarregionales. En las grandes ciudades de Flandes y Brabante, con su economia textil orientada a la exportacion, ‘aparecen a menudo en primer lugar, por delante del ayuntamiento, y en ocasiones acogen en el piso : Edificios representativos 349 superior © en un ala lateral la_administracion. Junto al mercado aparece la torre de la ciudad, que paso de las regiones nordicas al reino francés. Simboliza el status juridico de la comunidad: ésta esta de jure bajo el sefior territorial, pero cs independiente de facto gracias a su poder econémi- co. Toman de la arquitectura de la nobleza y de los sefiores territoriales el simbolo de poder de Ta torre y la elevan hasta convertirla en dominante urbana, El mercado del tejido y la torre de Brujas, construi- dos desde mediados del siglo x1 hasta fines del xv, son un ejemplo de la mezcla de elementos de la arquitectura burguesa, feudal y religiosa en una forma comin. Las almenas, las torrecillas de las esquinas y el Bloque de la’ torre proceden de la arquitectura_palacial burguesa; los pindculos, el ‘ctégono de la torre (con carillén) y los arbotantes, de la religiosa. Se unen con el tipo del mercado urbano y sus largas galerias abiertas con arcadas y troneras bajo un alto tejado para constituir una gran construceién del N. de Europa. El mercado de Brujas hace el efecto de un gran zécalo sobre el cual se eleva la torre de 108 m de altura, que domina edificio, plaza y ciudad. ‘Al igual que la torre de Siena dentro de la tradi- cién del cumpanile y la torre familiar (pp. 344, 382), Ja de Brujas esta dentro de la tradicion de la torre occidental y de la torre sobre ta interseccién de ta nave del N. de Europa, asi como de la torre del omenaje (pp. 352, 382). La masa de estos cuerpos arquitecténicos puede dominar a lo lejos en las llanuras de la Europa septentrional. Tambien en la arquitectura religiosa del gético tardio en el N., las torres exentas empiezan a clevarse cada vez a mayor altura (p. 400). Los salones para fiestas y recepciones como con- traposicién del ayuntamiento aparecen sobre todo en ciudades grandes y muy pobladas. En la cons- truccidn de estos «salones de baile» es decisiva no sélo la escasez de espacio sino también la separa- cién de las funciones nobles y administrativas del ayuntamiento y los escabinos. El Giirzenich de Colonia, comenzado en 1437, retine dos funciones importantes bajo un mismo techo. Fl piso bajo, abovedado y de poca altura, es utilizado como mercado y almacén; el piso supe- rior, alto y con cubierta de madera, como salén de _festejos. Como el gran recinto de 23/53 m no era suficiente, el concejo adquirié ademas la vieja «casa de bodas», situada al otro lado de la calle. y Jo unié al salon del Girzenich por un puente La arquitectura, sencilla y cerrada en el piso bajo, se hace mas ligera y ambiciosa en el superior. Grandes ventanas de vigas cruzadas (p. 32) entre estrechas jambas, disuelven la pared. El tejado desaparece detris de una corona de almenas; en las 4 esquinas hay torres a modo de saledizo; en las jambas de las ventanas, escudos. También aqui se fusionan elementos de la arqui- tectura feudal y religiosa con los cuales las casas burguesas se convierten en una arquitectura urba- na representativa. 350 Edad Media/Edificios municipales 3: Hospitales y escuelas HB cota, ese ists comunes TE Attsincvidunen [2 Economia. sdmiisacion TH cate, ci, soto TH Poco, causno 1 Emvads 2 Enfermatia 3 Relectoro 4 Cala de ia oscalora 5 Puente Beaune: Hospital 29) Viet desde SE. b) Panta Oxford: Magdalen College La educacién y el cuidado de los enfermas como tareas municipales Edad Media/Edificios municipales 3: Hospitales y escuelas 351 El cuidado de los ancianos y enfermos incurables entra en la Edad Media en la jurisdiccién de la cura de almas. Se dedican a ello 6rdenes religiosas de diverso género. La funcién de los hospitales urbanos se centra mas en el cuidado de los ciuda- danos ancianos y pobres que en la curacién de enfermedades graves. La construceién y la infraes- tructura provienen de fundaciones caritativas de ciudadanos acomodados con capital y propiedades territoriales. Un consejo administrativo supervis el mantenimiento de los estatutos y la contabilidad. La situacién se elige en las proximidades del centro de la ciudad. Los ancianos y enfermos permanecen dentro de la vida urbana; sélo los hospitales. de incurables se sitian fuera de las murallas. Los hospitales se destacan del resto como grandes y complejos grupos de edificios. El tipo arquitecténico del hospital se prefigura en los monasterios. Aparece ya en el plano de St. Gall (p. 358) como recinto separado con todos los elementos esenciales. La construccién de hospitales recibe importantes impulsos de: 1. Las grandes eregrinaciones (hospitales de peregrinos). 2. Las ‘cruzadas (6rdenes militares para el cuidado de los enfermos, conocimiento de la medicina oriental). 3. La fundacién de escuelas superiores y facultades, de medicina, 4. Las érdenes mendicantes. La sala del hospital, por lo general un alto recinto unitario rectangular, alcanza con frecuencia las dimensiones de una gran iglesia; consta 0 de una nave cubierta por una béveda de madera 0 por un entramado al descubierto, o de dos naves cubiertas por un techo de vigas sobre soportes centrales, mas Taramente por bovedas. Las camas se disponen junto a la pared longitudinal en compartimentos a modo de alcobas, a veces bajo una galeria circun- dante dedicada a la observacién de los enfermos. A fin de posibilitar a todos la participacion en los diarios servicios religiosos se acota al fondo de la sala un espacio para el altar o se levanta una capilla como pértico abierto en el eje longitudinal 0a un lado, en dngulo recto, de manera que el altar sea visible desde la sala. Los reeintos especiales 0 administrativos se agru- pan en tres alas, p.c}., los cuartos para los médicos, las sangrias 0 la farmacia; las viviendas para el personal y enfermos distinguidos; ademas, cocina y despensas, graneros y establos. El Hétel-Diew de Bearne, fundado en 1443 como hospital para pobres por el canciller borgonén Nicotas Ron, cumplid su funcién hasta 1945. En la disposicién en 3 alas, la gran sala del hospital, de 14/72 m, con el sitio del altar en el extremo O. y el portal, el corredor y el refectorio en el extrema E., ocupa el ala S. Esta edificada como una sol construccién en piedra. Las otras dos alas contrastan con ésta; son edifica- cciones a base de entramado con arcadas de dos pisos delante de las habitaciones privadas de las enfermeras y de los enfermos distinguidos. En los ngulos se elevan torres con escaleras. ES una arquitectura representativa mas alli de su final dad, determinada por la voluntad del fundador de conservar su nombre unido a una obra «agra- dable a Dios» en el otro mundo. La edueacidn esta en manos de la Iglesia casi como monopotio desde Ia temprana Edad Media. Las escuelas monacales transmiten las bases de la formacién; las eatedralicias educan a la élite. Aleanzan su florecimiento en el siglo x1. Las primeras universidades coinciden con la fusion de las escuelas libres y corporaciones de estudian- tes en BOLONIA, PARIS y OXFORD. Siguen el modelo de las asociaciones urbanas, sin barreras estamen- tales, como corporaciones auténomas (wniversita- tes) con estatutos y privilegios propios. Las ciudades, al proporcionar el alojamiento, ob- tienen diversos heneficios. Obtienen ingresos de los. estudiantes (en Bolonia, por ejemplo, 5.000) aco- gen visitas y personal especializado para la admi- nistracion, personal docente para las escuelas de la ciudad, consiguen mayor prestigio. Las fundacio- nes y Corporaciones compran 0 alquilan espacios libres casas. Los monasterios proporcionan luga- res para las escuelas. Estos se concentran en zonas, coneretas (p. ¢j., el Barrio Latino de Pars). Los colegios constituyen el primer tipo especializa- do entre las edificaciones universitarias. Surgen sin una forma definida como internados para estudian- tes pobres, y siguen en su organizacién el modelo del monasterio. Un nimero limitado de becarios vive en comunidad bajo la vigilancia del rector y los decanos. Poco a poco van alcanzando la cate- goria del estamento docente, con creciente influen- cia sobre todo el establecimiento. El Collegio di Spagna de Botonia, construido en’ 1364-1369, puede servir de ejemplo del tipo plena- ‘mente desarrollado. En Oxrorp y CaMarinGe de- terminardn pronto el caracter de la imagen urbana. En Oxroap, el New College da en 1386 el modelo para otros muchos mayores y menores, principal mente el Magdalen College (1480) En el tipo oxoniano de colegio, los grupos de recintos se ordenan en una disposicién en 4 alas alrededor de un patio interior, al igual que en Bolonia. Una de las alas contiene la capilla con la aniecapilla para las ceremonias académicas, y el salén para reuniones y comidas. Una de las alas de cierre es ocupada por la porteria, las viviendas del rector y los decanos, el archivo’ y la cémara del tesoro. Su distintivo es la torre sobre la puerta, construida como dominante. En la tercera ala se encuentran la cocina, la administracién y la biblio~ teca, asi como las habitaciones de los becarios. Los edificios para el personal y graneros, establos, letrinas, completan la disposicion central. Un muro circunda todo el conjunto de edificios, incluido el cementerio: un complejo de articulacién claramen- te funcional con un caricter exclusivo y elitista. Los edificios para clases y reuniones, con aulas y auditorios, no se configuran como tipos hasta mis tarde. No se llegard a una disposicién de conjunto armonizada hasta después de la Edad Media 352 Edad Media/Fortalezas y castillos 1 Etampes: Torre del homnonaje a} Seccgn’B) Panta fer 1 Terapién HE Tore entra ol aoa 2 Foeer on 3 Deposicién detensiva HB Wivioncs adelntods (a cate esis Castillo de Burg 4 Fortaleza intermedia — ei ’ Munzenbers 5 Fortra principal TE conetuccions delesivas 6 Tone del homens, toreén ire 1 Pate. camino B copila 9 Fuente ‘Chateau Gaitlars La fortaleza: Forma de vivienda e instrumento de poder En los inicios de la Edad Media surgen al N. de los Alpes castillos de refugio contra las invasiones de NORMANDOS Y HUNGAROS. La mayoria decaen; algu- nos evolucionan hasta convertirse en ciudades. Durante las guerras con los Arasrs en la Europa meridional, ambos bandos construyen fortalezas siguiendo el modelo romano y bizantino. En la Baja Edad Media, los colonos del SE. de Europa levantan easas de labranza e iglesias fortificadas contra los TuRCoS. El niimero total de construccio- nes puramente defensivas sigue siendo escaso. Los castillos feudales y dinimicos surgen como consecuencia del sistema feudal. El feudum y los privilegios ligados a ella constituyen la base econé- mica de la nobleza, que utiliza los castillos como vivienda y al mismo tiempo para su seguridad La configuracién del castillo varia con las épocas. Sélo permanece constante la ubicacién en el terre- no: castillo en 1a altura, en el ano o colgante. El programa constructive depende de los diversos objetivos estratégicos 0 sociales: p. ej... construc- cién puramente defensiva o vivienda fortificada, fortaleza fronteriza, puesto militar central o ciuda- dela urbana, castillo feudal, palacio principesco, castillo de orden religiosa. Cambian los ocupan- tes y los estilos; la técnica defensiva se especializa. Para las disposiciones axiales sirven de precedentes y modelos: 1. las fortalezas romanas con muralla, adarves y torres (p. 215). Para las centrales: 2. castillos de refugio, con anillo de muralla, torre sobre el portico y monticulos defensivos, 3. la corte real con sus reguladas estructuras rectangulares, 4. torres de vigilancia de las fronteras romanas (Bur gus), con adarves y tejado piramidal y sobre una colina con empalizadas y fosos de estacas. Los primeros tipos de fortaleza medieval consisten fen pocos elementos en una ordenacién simple. El castillo consistente en una torre sobre una eminencia (mota), una de las formas basicas euro- peas, equivale al burgus complementado por una disposicién defensiva adelantada, con edificios ane- jos. La torre central contiene a planta superior principal; la planta baja queda abierta o sirve ‘como almacén, La torre del homenaje, en Francia «donjon» y en Inglaterra «keep», adopta tipo y funcién de la torre anterior. Desde el paso a la construccién en piedra a fines del siglo x, las torres rectangulares y poco articuladas alcanzan impor- tantes dimensiones. Un salidizo rectangular comu- nica con el acceso y lo defiende al mismo tiempo. Como tipo especial surge del amurallamiento de antiguas torres de madera, el llamado «shellkeep». Entre las torres més antiguas se han conservado entre otras, en Francia, LaNGEAIS (hacia 990), Locues (3 pisos de vivienda, 37 m de altura) y BEAUGENCY; en Inglaterra, Witte ToweR, Loves y Cotcnster (hacia 1070, y después Pevexsay, RiciMonb, HepinaniaM, NEWCASTLE. Para perfeccionar el flanqueo se afaden al tipo rectangular torres en resalte en las esquinas (moti- vo importante), p. ej., en Dover. Desde el s. xit se configuran, sobre todo en Francia, formas de Edad Media/Fortalezas y castillos 1 353 transicién entre la torre rectangular y la cilindrica. La torre del homenaje de Etampes, construida hacia 1140 como castillo real, esta con'su planta en forma de trébol entre los tipos perfeccionados. Los 3 pisos parcialmente abovedados, la refinada solu- cidn del acceso y de la conduccién de la escalera dentro del espesor del muro muestran la avanzada técnica arquitecténica y defensiva. Torres anilogas de la misma época se encuentran en HOUDAN y Provins. EI punto mas alto de este desarrollo podria ser la torre cilindrica de Coucy, comenzada en 1254, con 35 m de altura y 31 m de diémetro, En la Alta Edad Media, el aumento de los conflic- tos dindsticos activa el desarrollo de nuevos tipos, que se desligan de las figuras geométricas biisicas y de los estrictos ideales formales ¢ incluyen la conformacién del terreno en la planificacién. Los eastillos con cinturén de murallas tienen éste como elemento biisico comin. Sélo raras veces se encuentran exentos los edificios. En los castillos en que estin adosados al cinturén de murallas estin consiruidos directamente junto al muro y dentro de él, El patio central queda libre, las torres en arte son exentas y en parte estén unidas a los edificios 0 a la muralla. El castillo de Miinzenberg, castillo ministerial cons- truido en 1170, aprovecha para su amurallamiento la conformacién natural de una cima de basalto que domina en sentido longitudinal las Hanuras del Wetterau. Los edificios principales. tipicos de los grandes castillos alemanes, palacio, capilla y casa Jeudal, se extienden junto a la muralla; las dos torres estin exentas en parte o totalmente. Los castillos compuestos por secciones unen, para aprovechar todas las ventajas del terreno, todos los elementos conocidos de la construccién defensiva para obtener disposiciones defensivas complejas y variadas. Se organizan en circulos separados alre- dedor de una fortaleza central, en secciones sucesi- vas. La solidez y la potencia defensiva aumentan de fuera hacia dentro; los edificios importantes se sittian en el anillo interior o en la iiltima seccién. Con correceiones del terreno w obras (trincheras, etc.) se aumenta la inaccesibilidad Chiteau-Gaillard, comenzado en 1195 por RIcAR. bo CoRazon DE LEON sobre una estribacién de la montafia por encima del Sena, se compone de 3 secciones claramente diferenciadas. Se siguen uno a otto el foso mas ancho, la construccién delantera con torres en fuerte resalte, el segundo foso, la explanada, el tercer foso y la muralla como fortifi- cacién principal alrededor de la torre del homenaje, insertada en el muro. La muralla se compone de una hilera de torres cilindricas apretadamente colocadas. La torre del homenaje, cilindrica, con paredes de 4 m de espesor, se destaca con fuerza en la explanada interior y se eleva sobre una infraes- tructura en talud que hace rebotar los disparos contra el enemigo y dificulta el ser socavada. Un conjunto de disposiciones defensivas posteriores, ‘que se prolonga hasta el rio, completa el castillo. 384 Edad Media/Fortalezas y castillos 2 comodidad y de la Incremento del poder defensivo La antitesis de fortaleza y vivienda configura el problema especial de la construccién de castillos en la Edad Media. Su accién reciproca sobre la arqui- tectura responde a la estructura de la sociedad feudal. La consecucién, conservacién y acrecenta- miento del poder obligan a una constante adapta- cién a la técnica bélica en progreso. La influencia y Ja posicién dirigente exigen un modo de vida «onforme al rango» en palacios y_residencias representativas. En Inglaterra y Francia, 1a construccién defer y la residencial alcanza ‘una total interpenetracién ‘con el tipo de la torre del homenaje. El desarrollo posterior requiere la diferenciacion de ambas fun- ciones. En Alemania, los edificios para vivienda las disposiciones defensivas se separan desde muy pronto. El tipo del eastillo con anillo de murallas se establecera ripidamente (p. 352). Las cruzadas transmiten nuevos conocimientos € impulsos. Las tradiciones romano-bizantinas. y arabes, unidas a las propias experiencias de los cruzados y a las nuevas construcciones goticas, conducen en los siglos xi y xi a un rapido aumento de la potencia defensiva. En las edificaciones aristocriticas —torres del homenaje o castillos con cinturén de murallas— se introducen nuevos elementos: por ejemplo, altos ‘muros defensivos, es decir, muros frontales dispues- tos oblicuamente para bloquear pendientes, pasos © lomas, a veces con torres en la fachada 0 en las esquinas 0 casamatas reforzadas por su inclusién en aceidentes naturales y muchas veces por un foso excavado en el suelo. Otros anillos defensivos, bastiones, torres blindadas, cisternas, troneras y salidizos para disparar, adarves, muros en talud, forman complejos sistemas defensivos. Sélo puc- den costearlos las grandes familias nobles, sefiores territoriales u Grdenes militares. Las fortalezas de los eruzados en Palestina y el Mediterrineo oriental representan altos logros en. esta arquitectura, dominada por la defensa. El Krak de los Caballeros, cerca de Hows, en el S. de Siria, fue heredado en 1142 por la orden de San Juan y convertido en una de sus fortalezas capita les. Los edificios para vivienda y administracion (sala, torres-vivienda, capilla), vastos y en parte comodos, estén totalmente dentro del sistema defensivo, realizado a partir de diversos fragmen- tos y ctapas. La disposicion, de un tipo compuesto, reiine el tipo del castillo con doble cinturén de murallas y otros elementos logrando un baluarte casi inaccesible. Las experiencias de los cruzados son aprovechadas en Europa en los siglos xin y xiv, por una parte, en los castillos con cinturén de Murallas y en los compuestos por fragmentos; por otra, se reemprenden esquemas geométricos y tipos orientales antiguos de construccion y fortificacién (castllos, earavansares). La forma del castillo con un patio a cuyos 4 lados se elevan construcciones y con torres defensivas a intervalos iguales aparece en diversas regiones de Europa con variantes caracteristicos, por ejemplo: Edad Media/Fortalezas y castillos 2 355 En Inglaterra, en las fortficaciones de EDUARDO I para la conquista de Gales, por ejemplo HaRLEcH- Caste, comenzado en 1283, 0 CAERNARVON-CasT- Lt (p. 330); en Franeia, en disposiciones como las de ANGERS y TaRAscON: en Italia y Sicilia, bajo Fepenico II, HoueNstauren. En sus castillos, por ejemplo Sikacusa, CATANIA, PRATO, CASTEL DEL Monte, la arquitectura alcanza de nuevo la total compenetracién de construccién defensiva y resi- dencial junto con el acrecentamiento del caricter representativo. En Prusia Oriental y en las regiones bailticas, aparece, en los eastillos de las érdenes alemanas, un tipo especial compuesto por elementos tomados del castillo y del monasterio, con tendencia formal al primero, alrededor de un patio con arquerias (por ejemplo MaRiensunc, iniciado en 1247; ALLENSTEIN, HEILSBERG). Frente a estas agrupaciones de tipos estan innume- ables castillos singulares que o bien asimilan nuevos elementos o bien se aferran a una etapa y no se adaptan a la técnica bélica (artilleria). La fortificacion de las ciudades, la estrategia a base de grandes ejércitos (mercenarios), el advenimiento de la artilleria y la decadencia de la orden de caballe- ria solicitan un cambio general. Los eastillos fortifieados equilibran de nuevo las dos funciones, defensiva y residencial. En muchos casos ambos sistemas se separan. Un sistema exterior de muros, trincheras, fosos, bastiones, gale- ras y torres blindadas se encarga de la defensa. El cenemigo tiene que ser mantenido a distancia por medio de armas de fuego. El palacio sigue siendo tuna «casa fortificada» con reducido valor defensi- vo, pero esta planificado para ser una morada cémoda y diferenciada. En el castillo de Sully (Loira) se reconoce clara- ‘mente el paso al palacio-vivienda. El edificio princi- pal, tradicionalmente designado «torre del home- naje», surge hacia 1360: un palacio de planta rectangular con 2 pisos sobre un zécalo ligeramen- te achaflanado y bajo un alto tejado de travesafios, guarnecido en las esquinas por 4 elevadas torres cilindricas con los tipicos tejados de escaraguaita. Grandes ventanas arquitrabadas perforan el muro exterior, clara adaptacién al aspecto propio de un edificio para vivienda. Los adarves, que se extien- den bajo el arranque del tejado, se utilizan para la defensa; estan unidos al tejado y al muro con tal perfeccién técnica que tienen ta funcién y el caric- ter de una cornisa superior. El agua tiene también un papel referente a la seguridad, como en todos Jos castillos con foso. El acceso esta protegido por tun portico elevado de doble torre: el patio del castillo, por torres cilindricas. La organizaciin se listingue por la regularidad, dentro de lo acostum- bbrado en los castillos, Se anuncid el tipo propio del Renacimiento. Una construceién en alas del siglo XM1, con una alta torre sobre el pértico, se mantiene en el marco trazado. 356 Edad Media/Palacios y residencias rendes urs igtowjuassudas A vosodioutsd epusiata ap seULLO| La denominacién «palacioy designa el lugar de residencia y gobierno de los reyes. principes terri- toriales y obispos Nombre y funcién derivan del palacio imperial romano (p. 228). Los reyes de la primitiva y Alta Edad Media no cuentan por lo general con una capital o residencia central. El sistema econdmico, basado en la propiedad territorial, les obliga a un constante cambio de base de aprovisionamiento. Los obispos son sedentarios: sus palacios constitu- yen, como lugares centrales de gobierno de las didcesis, puntos de partida para el desarrollo de las ciudades. Los palacios reales han de cumplir dife- rentes funciones; edificios especiales se ocupan de: 1. La administracién fija dela correspondiente propiedad territorial. 2. El gobierno provisional. 3 La residencia provisional de la corte. 4. La repre- sentacién oficial: recepciones, reuniones, audien- cias, torneos. 5. Los servicios religiosos de la corte. El programa espacial y la configuracién arquitect6- nica continiian al principio, en el aspecto econémi: co ¥ residencial, los de las casas solariegas de la alta nobleza germanica. La tradicion imperial romana se establecera en la administracion, en la representacion y en el culto. Los earolingios aspiran a renovar el Imperio roma- no bajo el dominio franco; Carlomagno empezar con un amplio programa constructivo destinado a los palacios. El centro de gravedad esta entre el Mosela, el Mosa y el Rhin, sobre todo en la linea del Rhin con los palacios de Nimeca, AQuIscRAN, INGELHEIM. WoRMs, La construccién de una disposicién de planta rectangular con claras relaciones axiales es, junto con la especulacién de la regularidad, caracteristica de la idea del Estado y el programa cultura! de los carolingios (véase planos de monasterios, p. 358). Al palacio imperial de Aquisgriin se le adjudica a fines del s. vit la funcidn de residencia permanente y de centro administrative para todo el Imperio. Un programa constructivo de significacién funda- mental corresponde a su posicién superior. El plano se basa en cuadrado de 120 m de lado (360. pies), orientado con arreglo a los puntos cardinales. La calle principal, segin el modelo romano, lo divide de E. a O. en el eje central. Una calle transversal, a 10 largo del patio anterior, la cruza de N. a S. en el tercio occidental. 16 segmen- tos cuadrados forman el esqueleto del plano. Los edificios para la representacién oficial, los grupos de construcciones con la capilla palatina y el bloque de la sala real, construidos al lado del cuadrado basico, se elevan unos frente a otros como dominantes. Un corredor cubierto de dos pisos los une y al mismo tiempo separa el patio interior del palacio del exterior. La sala sobre el Portico, en 1 medio, sirve, al parecer, con su piso superior, como sala de audiencia. En el E., un paso paralelo limita el patio interior. Junto a él se alinean los edificios de vivienda y administracién de la corte, dispuestos oblicuamenie. La demarcacion residencial de la familia imperial continia en el E. Los grupos de edificios que rodean la capilla Edad Media/Palacios y residencias 357 palatina, organizados en cruz latina, evidencian el, papel dominante de la religion y la fusion de iglesia oficial y palacio (p. 372). Los palacios altomedievales continiian en Alema- nia el programa carolingio y el modelo de AQuis GRAN. Junto a sus elementos principales, capilla, sala, puerta, aparece el palacio-vivienda, general- mente en estrecha relacién con la sala. Sélo Gos LAR, bajo los saLios, alcanza a corto plazo una categoria comparable a AQUISGRAN. El gran programa constructivo de los Honensrav FEN se utiliza para el establecimiento de posiciones estratégicas en la lucha por el poder con las potencias particulares. Los palacios, por ejemplo HaGENAU, GeLNHAUSEN, WinPFEN, EGER, son in- cluidos en el sistema estratégico de fortalezas y sélidamente fortificados. Junto a los palacios im- periales aparecen, con rango equivalente, los casti- llos ducales (BRAUNSWEIG, WaRTHURG). Los casti- os de Feperico I en Apuuta y Siciuia adoptan un emplazamiento especial (355). . En Francia e Inglaterra no hay tipos especiales de castillo real. Los monarcas y la alta nobleza com- piten en la edificacion de grandes castillos y torres del homenaje (p. 352). En la Baja Edad Media, la evolucién conduce en toda Europa por una parte a construceiones pura- mente defensivas, por otra al palacio. La liberacién respecto de la finalidad defensiva lo hace posible, al igual que la solucién de las masas en la arquitectura religiosa. La rigida articulacién del alto gético llega poco a Poco a una arquitectura que acentiia superficies y espacio. Los estilos tardios de pequeias piezas y virtuosa ornamentacién (flamigero, Tudor, plate~ resco, gotico aleman) cumplen ta funcién de la arquitectura como fondo y marco del escenario de las personas principescas (ceremonial borgofién). El Albrechtburg de Meisen fue construido por ARNOLD DE WESTFALIA en 1471-1485, como pala- cio-residencia para el conde de Sajonia. Se encuen- tra al lado de la catedral en el borde de una alta meseta sobre el Elba. El trazado aprovecha las lineas de demarcacién de la montafia para consti- tuir una ordenacién de los grupos de Ambitos en 2 alas reiteradamente escalonadas y plegadas, ambas aceesibles verticalmente desde ei patio a través de escaleras de caracol situadas ante el muro. El primer piso contiene los recintos oficiales, el segun- do , los residenciales, mais pequefios. Se alinean unidos directamente por puertas; slo entre las alas se desliza un corredor. El espesor del muro se aprovecha para la escalera intermedia, Las notas individuales configuran los recintos con tun abovedamiento caracteristico y los nichos con ventana entre los contrafuertes, retraidos hacia dentro. La forma peculiar de las «entanas de cortina» posibilita la maxima iluminacién. La arquitectura est concebida en el interior y en el exterior como un conjunto unitario, ya no como adicién y articulacién de cuerpos parciales. 388 Edad Media/E1 monasterio 1: Disposiciones primitivas Monasterio de Nendrum, corea se Downpatrick (irianda) HI Estes eigiosos BE cause [Ed Morateio TH Huts v peregrinos (2 eats ances, tates HE vce (EB Zonas verdes. jardin (Dy cate, patio Monte Athos: Monasterio «Gran Lauran 1 necepcionpormia Boden. iracén 16 Cate abc 2 hresn 5 Reco provisos 17 Eon estas 3 Gas 10 Demone 18 Esntlos ieee 1° Bates 18 Totes Soecs 12 Foes 2 Haro 5 Sootnta 13 fea es 8 Receiono 1 Moses 21 Sern 4 Cone 18 Neves 2 Genemero Plano ideal de San Gl Pe caroingio. Conjuntos conventuales y planificacion reglamentada Edad Media/E1 monasterio I: Disposiciones primitivas 359 EI monacato eristiano se extiende desde el préximo oriente (p. 260) por el ambito grecorromano y alcanza Galia a mediados del siglo 1v. Dos princi- ios, soledad (monacos, monje) y vida en comin, se influyen reciprocamente. Las aldeas de monjes, con cabafias individuales y algunas casas para comidas en comtin, reuniones y servicios religio- sos, constituyen los rudimentos del monasterio. En Europa, surgen importantes asentamientos aisla- dos al principio en Galia, por ejemplo Tours (SaN Marrin), h. 360; Lerins, h. 410; después en gran cantidad, en Irlanda, desde los s. v-vi. EI monasterio de Nendrum, cerca de DowNParnick muestra que a mediados del siglo vit, en Irlanda, sélo se permite un minimo en la base material de la Vida monacal: pequeias cabafias circulares de piedra o madera, una mayor para el abad y algunos almacenes’ La pequefa iglesia en el centro y el circulo de muros como defensa contra los ataques por sorpresa son los primeros elementos de una ordenacién espacial Las grandes drdenes monacales surgen de la biis- queda de un guia sobresaliente y de una ordena- cién general y permanente de la vida en comin Alcanzan significacién especial Basttio (hacia 330- 379) para el monacato griego y AGusTiN (354-430) y Bentro (hacia 480-552) para el latino. Los monasterios griegos presentan concentraciones programaticas y arquitectonicas de ermitas y al- deas de monjes. La repiiblica de monjes del Monte Athos ofrece aiin hoy ejemplos de formas de vida y arquitecturas monsticas desde la ermita hasta el gran monasterio. Los monasterios de Athos fueron fundados en su mayoria en el siglo x y construidos conforme a los, mismos principios. Los edificios se retinen a modo de fortaleza al exterior. La forma basica preferida es el rectingulo; la adaptacién al terreno montafio- so conduce a menudo, no obstante, a la formacién de complejos poligonales. Las celdas de los monjes se alinean en 3 alas (Khordai), frecuentemente con un clausiro alrededor del patio interior. La iglesia conventual (Katholikon) se eleva generalmente exenta en el centro; el comedor (Trapeza) esti enfrente de ella, la fuente de la purificacién (Phiale), entre ambos. Se afiaden la vivienda del abad, la biblioteca y otros recintos, a veces con patio propio. La haspederia, los edificios para la administracion y la porteria rodean ¢l patio exterior. Una atalaya domina con frecuencia ef monasterio, El monasterio «Gran Lavra» es considerado como el mas antiguo de Athos; en él los monjes, que primitivamente vivian separados, se retinen en un ‘modo de vida «idiorritmico». La disposicién origina- Tia (esquematizada segiin el antiguo plano) sirve de modelo a los dems monasterios de Athos. Los monasterios latinos avanzan en la reglamenta- ccidn de la vida en comin. Las reglas de San Benito para su monasterio de Monte Cassino, fundado en 1 529, se difunden rapidamente como fundamento esencial del monacato latino, favorecidas por el papa GREGORIO MAGNO (540-604). Es decisiva la adopcién de la regla en todos los monasterios franceses bajo CaRLOMAGNO. El monacato benedic- tino se convierte en sostén de la politica carolingia. En la Europa nérdica comienzan a establecerse los planteamientos romanos en la planificacion del monasterio en el papel de centros misionales y culturales. Desde el siglo vit aparecen disposiciones globales planificadas junto a las aldeas de monjes ¥ a las «familias parroquiales». A fines del s. vit surge la primera arquitectura religiosa oficial de la Edad Media (pp. 356, 370 y ss.). Muchos monaste- rios son incluidos en este programa constructivo, Pp. ej. St. Denis, Fuupa, Centuta, Lorsci, Cor. vey (véase pp. 372 y ss.). Las disposiciones regla- mentadas, la arquitectura monumental y la protec- cidn de la familia imperial son rasgos distintivos, del papel director del monasterio en el estado franco. El plano ideal para San Gall presenta la tentativa de traducir a una ordenacién arquitectonica la regla benedictina y la tarea politica y las tendencias reformadoras del sinodo de Aquisgran de 816-817. Este plano, el tinico de la temprana Edad Media conservado, es seguramente una copia elaborada cen el monasterio de Reichenau de un trazado ideal: tun modelo mental «para ejercicio del espiritu». como el remitente (;el arzobispo Haito?) escribié al abad de St. Gall Los grupos de edificios, en los que cada funcidn dispone de una sede propia, se adaptan a los fines de un gran monasterio carolingio. Juntos, constituyen un gran complejo rectangular. La organizacion en 4 jurisdieciones principales parte del eje E.-O., destacado por la orientacién de la iglesia; divide el plano en 2 partes desiguales, el N. con 1/3 y el S. con 2/3; al S. esti el patio interior, rodeado en 3 lados por la zona adminis- trativa; al N., los edificios de funcion piblica: hospederias, escuelas, la casa del abad. Al E. de la iglesia, como una cuarta jurisdiccién, se encuen- tran el noviciado y el hospital. La iglesia y el patio interior, nticleo de la estructu- ra, estin rodeados de las restantes zonas y protegi- dos del mundo exterior. El dormitorio, el refectorio y el almacén rodean, como una maciza construc ion en piedra de 2 pisos, el jardin con el claustro, ‘un cuadrado de 100 pies de lado: espacio abierto en cl interior y, al mismo tiempo, sistema de unién, protegido al N. por la iglesia y ligado a ella. Este esquema, ya experimentado en la construccion monistica, el peristilo, tomado de la Antigtiedad (pp. 176, 222, etc.), encuentra aqui un ordenamien- to exacto y una posicién clave. La organizacién de todo el monasterio parece determinada por él. La iglesia, cuerpo arquitecténico dominante, tiene un trazado de doble coro con dos torres y un atrio semicircular al O., un iransepto y una galeria semicircular al E.: un tipo que no es tinico en las iglesias carolingias (catedral de Covoia) EI noviciado y cl hospital repiten la disposicién de la gran clausura como pequefio monasterio doble (;tipo italiano?), 360 Edad Media/E! monasterio 2; Monasterios reformados de la Alta Edad Media Monasterio cisterciense Ter Duinen, demercacién del monasterio interior 1 Santuatio 2 Coro de los monies 43 Coro alt. 4 Coro de los conver 5 Nanex 6 Puerta funeraria 7 Sacra 8 Biblioteca 9 Sole capitulr * 30 Auctoriom 14 Refectono de los monies 15 Coane 16 Calle de los Conversos 17 Aimacse 18 Reectorio de los convertos 19 Levinas | Monasterio cieterconse, plano ides, monesiio intior (sgt an Brauntls) Caplas det coro [caro Ta Suseze ionatucinal y [7] Zone de tos monjes [1 Zona 6e tos tegos Puesta en prictica de la regla conventual a través de la arquitectura Edad Media/EI monasterio 2: Monasterios reformados de Ia Alta Edad Media 361 Los planos de monasterios ideales y las reformas de las érdenes guardan mutua correspondencia. El ‘monacato benedictino engendra en la Edad Media muchas reformas y nuevas érdenes. La regla de San Benito sigue siendo la base. Su aplicaciOn y la orientacidn de las metas actuales subyacen en las cambiantes corrientes espirituales. La reforma cluniacense determina en los siglos Xx! y xi no sélo la vida en unos 1.500 monasterios, sino también las discrepancias entre el poder terrenal y elespiritual acerea de la primacia en Europa (lucha de las Investiduras). Su centro, el monasterio de CCLUNY, experimenta varias fases constructivas de importancia. Cluny If, iniciado hacia 950 con una iglesia orientadora (p. 388), se desarrolla hasta constituir un monasterio modelo. El plan general parece trazado a partir de un cuadrado beisico de 300 pies=aproximadamente, 100 m; se distingue del plano ut6pico y teorico de San Gall por su rigidez de organizacién. En lugar de miltiples edificios pequefios hay una fusion de las jurisdic- ciones individuales en grandes alas alrededor de varios patios. En la parte interior del monastetio aparece la sala capitular, en oposicién al programa carolingio; en la exterior, la separacién de novicia- do y hospital, y ademas el gran edificio para los hermanos. legos (conversos). Aparecen como un nuevo estamento en el monasterio, junto a los monies sacerdotes, y se hacen cargo de las tareas cotidianas, en aumento a causa del incesante creci- miento de las propiedades. Los monjes sacerdotes se dedican exclusivamente a las tareas espirituales © politicas de la gran sociedad conventual. CLuny se convierte en centro de la orden determinante de la vida religiosa de Europa. Cluny II, ampliacién y superacién de la segunda disposicién, reemprende hacia 1088 la construccién de la mayor iglesia concluida en la Edad Media (p. 386). Todos los edificios adquieren unas dimensio- nes representativas y a veces colosales. La influenci de ambas iglesias en la arquitectura religiosa de la época romanica es grande. no obstante, CLUNY no parece haber establecido reglamentaciones cons- tructivas para los monasterios subsiguientes. Los monasterios cistercienses destacan del impreci- sable mimero de los monasterios medievales como un grupo cerrado con una tipologia propia. Un grupo de monjes reformadores inicia, oponigndose a la secularizacién de los cluniacenses, una nueva ascética en 4 terrenos principales: pobreza, huida del mundo, orden, filiacién. A Ia fundacién del monasterio matriz de Crreaux en 1098 siguieron, en 1113-1115, los conventos filiales de La FeRT#, PoNTIGNY, MARIMOND y CLAIRVAUX, matrices a su vez de una larga serie de filiales. La orden recibe su forma decisiva gracias a BERNARDO DE CLARAVAL (1091-1153). El movi- miento se difunde con rapidez por toda Europa. En el siglo xit se fundan cada afio nuevos monaste- rios con | abad y 12 monjes. El establecimiento en el desierto convierte a los cistercienses en precurso- res de la colonizacién y el cultivo de la tierra, Del cumplimiento de la regla de la orden se originan perfectas disposiciones conventuales y un funcio- namiento modélico de la agricultura y la artesania. EI plano unitario bsico para casi todos los monas- terios de la orden aparece, probablemente aiin en vida de BERNARDO, en la construccién de FoNtr- Nay ent 1130 y CLAIRVAUX en 1133 (ambas sustitu- yendo a las primitivas e insuficientes estructuras) y de los primeros monasterios filiales ingleses, Rie. vaux en 1132 y FOUNTAINS en 1135. Como conse~ cuencia de la répida difusion de la orden, fuerte- mente centralizada y organizada, la mayoria de las fundaciones de toda Europa adoptan un esquema fundamental y unos tipos de edificio. El trazado del monasterio interior aparece como equivalencia arquitecténica de la estricta regla que sujeta la vida conventual a un horario exacto de dia y de noche. La serie de los grupos de recintos desde la iglesia por un lado hasta las letrinas por otro corresponde a la jerarquia de las funciones, sin descuidar una sola. Los elementos del plano son conocidos y probados. La organizacién econémica es nueva. El refectorio presenta una de sus fachadas estrechas al claustro, en lugar de la longitudinal; junto a él estan el caldarium y ta cocina. Es nueva sobre todo la «alle de los conversos», paralela al ala occidental del claustro. Separa la zona de los monjes del almacén y posibilita al mismo tiempo la unién de este convento de legos con el apartado mundo del monasterio interior. Sirve de proteccién respecto del patio exterior y cuenta con acceso propio a la iglesia. La organizacién estamental, la conciencia medieval de clase, no se pierde en el monasterio sino que se institucionaliza visiblemente. Legos y monjes se mantienen separados incluso en la iglesia. Sélo el cementerio es comin. Los tipos de edificio son, al igual que el plano baisico, esmeradamente ejecuta- dos. Asentamiento, medicién, iluminacién, con- duceién del agua, se adaptan a las funciones. En la jerarquia de edificios, la iglesia ocupa el primer lugar incluso cuando s6lo es un «oratorio» (p. 376). En segundo lugar estd el refectorio de los monjes, una sala de 2 naves y 2 pisos con altas Ventanas, Los demas edificios tienen varios pisos: sobre la sala capitular y la sala de los monjes esta 1 dormitorio de éstos, con una escalera de acceso directo a la iglesia, sobre el refectorio de los legos (p. 364), su dormitorio; ambos reciben luz de ambos lados, por encima del claustro. Las zonas restantes no siguen un esquema fijo. El hospital se sitia lo mas al E. posible, el gran patio de la administracién, al O. A causa del abasteci- miento de agua los monasterios se ubican casi siempre a orillas de los rios y arroyos, que son canalizados en la zona del monasterio. La disposi- cidn libre de la parte exterior contrasta a menudo vivamente con la estricta regularidad de la interior, 362 Edad Media/El monasterio 3: Cartujas y monasterios urbanos 3 Copia Pazs EE Covo copies neces [Eli noes oe iglesia Cteusvo HE ceces 60 tos monies, ivonastee TB Hetspedes estos ancios y admnstiavos [Ei zones verdes, iin Hn cate 5 Componie 6 Loge W. | Florencia: ilasia y convento Sta, Croce (p42). | ° 40m 1 Iglesia, zona de los monies 2 Iglesia, sona de lor logce 3 Cosa Gel prior | Casa cet subpior 5 Pequefo patio conventual 6 Capile fundciona 8) Disposicién general 1) Caldas de los cartjos » {oe Hagenau: Priorato dominico Huida del mundo y contemplacién, popularidad y predicacion Edad Medi: La vida eremitica es suprimida en el monacato benedictino en favor de la vida comin. Pero las ermitas, aisladas 0 formando colonias, siempre resurgen. Los intentos de institucionalizarlas que- dan generalmente insatisfechos (CaMAtDoL1, VA- LLOMBROSA). Sélo en la orden de los cartujos se ogra la unién de ambas posibilidades en una organizacién conventual. Las eartujas —monaste- rios de dicha orden— siguen en su disposicién el modelo de la Gran Cartuja de GreNosti, fundada en 1084 por SAN BRUNO. Probablemente conserva, tras la reconstruccién de 1132, la ordenacién ar- quitecténica genuina. La estructura global de una cartuja abarca 3 zonas principales, trabadas entre si por la iglesia, situada en el centro. 12 pequeftas casas aisladas, 24 en las cartujas dobles, alineadas en derredor de un exter- no claustro, forman el elaustrum maius.Cada mon- je habita en una de dichas casas, que consta de vestibulo, celda-dormitorio, edmara contigua, alma- cén y retrete, rodeados por un pequeiio jardin murado. El grupo adyacente de edificios, el elaustrum mi nus, reiine los recintos comunes, iglesia, sala capi- tular, refectorio, biblioteca y la casa del superior alrededor de un pequeiio patio, accesible sélo desde el claustrum maius. La porteria, las celdas de los rnovicios, la hospederia y los edificios anejos consti- tuyen el patio exterior, que rodea la casa del prior. Las variantes en la construccion de cada cartuja estan determinadas por la ubicacién, la voluntad del fundador y el estilo de la época, pero no afectan a lo esencial. La cartuja de’ Clermont Gegiin ViotteT-te-Duc) se adapta al esquema fun- damental con una ampliacién de 18 celdas. En el claustrum minus se levanta una capilla fundacional, La disposicién fortificada a modo de castillo, destaca por su ordenacién axial hasta en la entra- da, situada lateralmente; tal ordenacién no es impuesta por la regla Cartujos y cistercienses hacen realidad el «monas- terio ideal» de maneras opuestas. Sus organizacio- nes responden al espiritu del siglo x1, en el cual la Edad Media configura un sistema racional y totali- zador de pensamiento y programas educativos constructivos (escolistica primitiva, g6tico primiti- yo). Todas las érdenes de la temprana y Alta Edad Media edifican sus monasteries como unidades autarguicas con produccién agricola y artesanal propia, como corresponde a una sociedad agrario- feudal. Franciscanos y dominicos rompen con esta tradi- cién, Obedeciendo a los deseos de sus fundadores, se consagran a la cura de almas de la mayoria (Dowco, 1170-1221; Francisco, 1181-1226). Su actitud, en un principio hostil_a la propiedad, desaparece ante la obligacién de constituir una organizacién con puntos de apoyo para tener eficacia en la iglesia y en la sociedad. Los monasterios de las érdenes mendicantes surgen en las ciudades apretadamente urbanizadas. La EI monasterio Cartujas y monasterios urbanos 363 sociedad urbana las favorece y financia con funda. ciones piadosas. A causa de la renuncia a autarquia econémica se eliminan los edificios ane- jos, los almacenes y los talleres. La supresién de las diferencias estamentales, la individualizacién de los monies y su actuacién piblica anulan la rigida esquematizacidn de los planos. Aparecen celdas individuales en lugar del dormito- rio y la sala de trabajo comunes; alineadas por lo general alrededor de claustros de 2 pisos, forman, por una parte, el grupo de recintos central para la vida comin, y, por otra, una importante zona semipiiblica de paso a la ciudad; esté abierta también en cierta medida a laicos influyentes (fundadores, protectores). Las iglesias, en tanto que lugares de predicacién, son importantes focos de la vida publica. A la influencia en ésta de la orden se adecia una arquitectura conventual de cardcter burgués y abierto al mundo. El monopolio cultural y educativo de la iglesia ya no existe. La cultura urbana bajomedieval determina el progra- ma constructivo y la configuracién del monasterio. Los primeros establecimientos en las grandes ciu- dades comerciales del N. de Italia destacan ya por sus amplias planificaciones. E1 monasterio y Ia iglesia de Santa Croce en Florencia surgen en 1295 como reconstruccién del establecimiento franciscano existente desde 1211 ante la antigua muralla de la ciudad, Se convierten en centro de un nuevo barrio de la ciudad en expansién. La colocal iglesia y el monasterio no responden a los descos de San Francisco sino al orgullo de los fundadores urbanos en una doble situacién de competencia: por una parte, con los domiinicos de Santa Maria Novetta dentro de la ciudad; por otra, con las iglesias de la orden en ‘SteNA, la rival acerca del predominio en Toscana La estructura consta de 4 zonas en relacién gradual con la vida piblica: la iglesia, originariamente con un coro incorporado, es utilizada como iglesia de predicacién para toda la poblacién. La clevada ‘masa arquitecténica determina de forma decisiva la silueta de la ciudad. La fachada forma una pared de una plaza urbana, escenario para la predicacién a las masas y para fiestas populares (p. 412). El primer claustro, junto a la iglesia, es prolongado por la unién de dos patios interiores mds pequefios para constituir un antepatio despejado con arque- tias de dos pisos. El eje que parte de la entrada apunta exactamente a la sala capitular, la famosa capilla Pazzi, construccién aparte como capilla fundacional (p. 481), en angulo entre la iglesia y la tercera zona con sacristia y noviciado, El segundo claustro, con las celdas, conserva en su uunidad algo del caracter de un monasterio interior altomedieval. No obstante, ya no es un lugar para huir del mundo, sino un punto de apoyo y reposo para la labor de la cura de almas y la educacién, 364 Edad Media/Los recintos de la arquitectura profana 1 { iin Cm Marienburg: Palacio del Gran Maestre, corredior de verano ee Pocos tipos biisicos para milltiples finalidades Edad Media/Los recintos de ta arquitectura profana 1 365 Es caracteristica de la primitiva y Alta Edad Media Ja ausencia de una sociedad urbana con grandes edificios y recintos profanos para toda la pobla- cién. Palacios y monasterios son los primeros que requieren grandes espacios para la representacién y Ja vida en comiin. La reconstruccién de los primiti- vos recintos profanos es con frecuencia hipotética Probablemente, los modelos de la Baja Edad Me~ dia vuelven a utilizar en parte formas bisicas muy imitivas. Su perfeccionamiento se realiza bajo el influjo de la arquitectura religiosa Los tipos biisicos de la mayor parte de los grandes recintos se originan a partir de la distribucion de la carga del tejado o cubierta. La arquitectura religio- sa sobre todo requiere amplitudes con construccio- nes abovedadas o de madera; para los ambitos profanos se eligen soluciones més econdmicas. Salas de 2 naves, generalmente de trazado rectan- gular, se encuentran en los programas constructi vos de casi todos los grandes complejos, por ejemplo, en palacios y castllos, la sala de ceremo- rnias y la del trono; en monasterios, el refectorio, el dormitorio, la sala capitular, taller; en los hospi- tales, Ia enfermeria; en los ayuntamientos y casas gremiales, la sala de juntas y el mercado. Todos son construidos en grandes dimensiones e incluso co- mo edificios independientes (pp. 346-362). La hile- ra central de soportes refuerza la linea direccional de estos imbitos. Los recintos de varias naves, principalmente de 3, se prefieren en espacios que no se pueden sostener con una hilera central de soportes. La doble hilera, contraria al sentido longitudinal, produce la im- presién de un espacio estitico, como en algunas iglesias de planta de salén (véase p. 410). Los recintos centralizados con soportes centrales, de planta rectangular 0 poligonal, son los preferi- dos como lugares mas intimos de reunién, por ejemplo salas capitulares (la «Chapter House de las catedrales inglesas, p. 318) y pequeiios comedo- res y salas del consejo. Construccién, proporcién ¢ iluminacién determinan cel caracter del recinto. La mayoria de los modelos proveden de la adicién de los mismos elementos: soportes, vigas, bovedas, paiios de pared abiertos 0 continuos. La base de la técnica constructiva sigue siendo la eleccién entre madera y piedra, La cubierta de travesafios de madera ofrece la ventaja de una construccién sencilla con pleno aprovechamiento de una altura relativamente pe- quefia. La imagen del recinto es definida por la clara y equilibrada delimitacién y por el contraste entre soportes y carga (véase p. 36). La eleccién de soportes de piedra 0 de madera y el perfecciona- miento de la cubierta con vigas principales y secundarias, cuadriculas de artesonado 0 paneles proporcionan, junto con la ornamentacién adicio- nal, miiltiples posibilidades de variacién, La eubierta abovedada, mas ambiciosa técnica y artisticamente, requiere mayor altura, pero ofrece Ja ventaja de una duracién también mayor. De la multiplicidad de las formas de bovedas y soportes desarrollados en la Edad Media se derivan nume- rosas combinaciones y variaciones. Las proporciones deben adaptarse no solamente a las exigencias practicas, sino también a la significa cién del recinto. Los dmbitos representativos son dotados de gran altura y altas ventanas, aparte de la perfeccién artistica de los miembros individua- les, Como ejemplo caracteristico pueden servir los refectorios de algunos monasterios: el de los cand- nigos, con una altura de 2 pisos y efecto casi religioso, y el de los legos, con techo mis bajo y cardcter modestamente profano. La iluminacién es otro medio elemental de configu- racién espacial. La altura de las ventanas, es decir, el Angulo de incidencia de la luz directa, es ya decisiva, y después su tamafio desde las claraboyas hasta las ventanas de traceria de altura igual a la pared, la situacion de sus ejes, el efecto de luz y sombra resultante y la posible insercién de vidrie- ras de colores El refectorio de los legos del monasterio de Maul- bronn, de comienzos del siglo xm, esté dominado por la relacién entre la estrecha planta rectangular y la reducida altura; corresponde a la zona de la bbéveda desde casi la mitad de la altura (proporcién horizontal). La eleccién de bévedas de arista sobre ménsulas pone de relieve las superficies. Las co- lumnas geminadas se oponen a la direccién en profundidad y favorecen la iluminacién procedente de los grupos de ventanas encajados exactamente en los tramos (proyeccién de sombras). El espacio entre los dobles soportes les da un cardcter separa- dor y hace transparente el recinto, Las ventanas, rigurosa y profundamente talladas, evidencian la potencia del muro exterior. Sobriedad y solidez caracterizan el recinto, El refectorio de verano del castillo del Gran Maes- tre de Marienburg, edificado en 1393-1407, sirve como comedor y sala del consejo del Gran Maestre de la Orden alemana y sus consejeros y huéspedes; 5 un sucesor tardio de los recintos de las torres del homenaje francesas y de los castillos ingleses (p. 352). El ambito adquiere su caracter representativo gracias a la altura (proporcion vertical) y su acento gracias a la esbeltez de las formas, especialmente de los nervios que se elevan desde el pilar central como un surtidor y se despliegan en una boveda estrellada (p. 318). Dos paredes se disuelven en una combinacién de ventanas de vigas de piedra y de traceria (pp. 32, 324). La hilera de ménsulas y su unién con una’ cornisa continwan el recinto en sentido horizontal y se oponen al cardcter casi religioso del conjunto. La ornamentacién se mat tiene dentro del marco de la construccion. La arquitectura se conserva claramente ligada a las leyes de la estitica y de la geometria. La fusion de estilo residencial principesco y arquitectura de una orden produce el caracter peculiar de este recinto,

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