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Sistema Digestivo de los Bovinos

La deglución puede verse dificultada o impedida en caso de enfermedades en la faringe o el


esófago. Generalmente son obstrucciones con cuerpos extraños romos, heridas, edemas,
flemones, abscesos o linfonódulos agrandados, ocasionalmente también espasmos o parálisis.
Estos trastornos de la deglución se manifiestan por sialorrea, arcadas, quejidos, tos y acumulo de
alimento en los carrillos o la faringe (llamado “mascar tabaco”). Circunstancialmente el alimento
vuelve a caer de la boca o sale parcialmente por la nariz. En bovinos con trastornos deglutorios
siempre hay que pensar en rabia.

Si en un paciente se observan algunos de los citados trastornos de la ingestión, debe intentarse


determinar su causa por examen de la cavidad bucal, faringe y esófago. En caso de sospecha de
rabia debe prescindirse de este control si no se posee vestimenta protectora adecuada (guantes
gruesos de goma o de plástico) o el animal no puede ser fijado con seguridad.

Los bovinos adultos en climas templados y recibiendo alimentación seca requieren diariamente
entre 50 y 80 litros de agua, comida verde solamente entre 25 y 40 litros, pero en días soleados
con temperatura alta el requerimiento es notablemente superior. Se observa aumento de la sed
en animales con alta producción de leche, diarrea o padecimientos exudativos-febriles y en
pacientes con insuficiencia renal. Los bovinos enfermos de rabia pueden demostrar excitación a la
vista del agua. En terneros lactantes la reducción en la ingesta de la leche muchas veces es el
primer síntoma de una enfermedad orgánica o generalizada; en los estadios más avanzados la
negativa a “mamar” por lo general es más manifiesta.

Cavidad Oral

La cavidad oral está protegida por un par de belfos. Los belfos están altamente vascularizados, el
tejido es de músculo esquelético con una gran abundancia de terminaciones sensitivas de
nerviosas.Los belfos ayudan a retener el alimento cuando se mastica y juegan un papel importante
en la fonación (modificación del sonido).

El paso inicial en la digestión es prehension, o el transporte de alimento en la boca. La vaca hace


más uso de la lengua para tomar y romper la hierba y pastos.

La función de los dientes es el primer proceso de digestión mecánica, la molienda de partículas


grandes de los alimentos en partículas más pequeñas.Los herbívoro tienen dientes compuestos
llamados dientes Hypsodontes y otros animales tienen dientes simples o Brachydont.

Las papilas gustativas son usadas principalmente para encontrar y reconocer el alimento, están
también relacionadas en la interacción sexual y conductual. El sabor se detecta por racimos de
células en forma barril llamadas papilas gustativas. Las papilas gustativas son abundantes en los
mamíferos. La mayoría se asocian con papillas sobre la lengua, pero se pueden encontrar sobre el
paladar, la faringe y epiglotis.

Regurgitación y vomito.
El vaciado activo del contenido estomacal por contracción de los preestómagos y simultánea
contracción de la prensa abdominal es relativamente rara en el bovino. El animal se muestra
intranquilo, camina hacia atrás y se queja con la cabeza y el cuello extendidos, a: veces la lengua
“sale” de la boca. Luego, bruscamente se vuelcan grandes masas de alimento (5 a 20 litros) en
forma de catarata por la boca y ocasionalmente también por la nariz. El examen de esta masa
aclara si proviene de los preestómagos (consistencia pastosa o liquida, desmenuzado, color y olor
característico del rumen) o si es regurgitado del esófago (masas poco masticadas, “frescas”,
mezcladas con saliva transparente) o si está muy mezclado con sangre, pus o trozos de tejidos que
indicarían heridas de esófago. Solo en el primer caso se trata de vómito (verdadero) en cambio en
los otros es una regurgitación (vomito aparente), que se presenta en casos de irritación, dilatación,
estenosis o tumoraciones de faringe o esófago.

Patofisiológicamente solo se puede comparar al reflujo abomaso-ruminal con el vómito en el ser


humano y al igual que éste, dependiendo de su magnitud y duración conduce a la
hemoconcentración y a la alcalosis hipoclorémica.

Cavidad bucal y faringe

Debe evitarse la revisión de las mismas en pacientes sospechosos de rabia por el peligro que esto
representa para el veterinario y sus ayudantes. En los otros cases: el examen se realiza por
inspección y palpación externas e internas, si es necesario previo suministro de un neuroléptico y
por evaluación del olor de la cavidad. En la inspección y palpación se presta atención a la salivación
(sialorrea), deformaciones y heridas en las mejillas, mandíbula y espacio intermandibular.
Normalmente el bovino produce diariamente entre 100 y 190 litros de saliva transparente,
levemente viscosa que es deglutida permanentemente. La salivación profusa (ptialismo) puede
deberse a una producción excesiva o a trastornos de la deglución. Lo primero se encuentra en
inflamaciones primarias o sintomáticas de la mucosa bucal (glosopeda, fiebre catarral maligna,
diarrea viral y enfermedades de las mucosas, etc.) o en ciertas intoxicaciones (por ejemplo con
ésteres fosfóricos) en los trastornos de la deglución, pero especialmente en la obstrucción de
esófago. La saliva es examinada en cuanto a su consistencia, mezclada con alimentos, sangre, pus
y trozos de tejidos, así como olor anormal. Las muestras de saliva se extraen sobre todo para
comprobar la cantidad de cloruro de sodio que recibe el animal. Las deformaciones se evalúan en
cuanto a su consistencia (edema, flemón, flemón gaseoso, absceso, actinobacilosis, actinomicoma,
exostosis); y las heridas externas para ver si tienen comunicación con la candad bucal o faríngea.

Para la inspección de la parte delantera de la cavidad bucal se abre la misma introduciendo la


mano en forma plana, en el borde desprovisto de dientes del maxilar y "levantando” el paladar
con los dedos hacia arriba; también lateralizando la lengua puede observarse la parte anterior de
la cavidad bucal. La observacién de la parte aboral de esta cavidad es posible mediante la
colocación de un abrebocas en forma de cufia, anillo, etc. Dado que el dorso de la lengua suele
impedir la visualización de la faringe se recomienda para ello, al igual que para la laringoscopia,
utilizar un espéculo tubular. Para la exploración palpatoria de ambas cavidades es imprescindible
la utilización de alguno de los instrumentos para mantener abierta la boca; además, el animal
debe estar bien fijado mediante cadena, cepo o en el potro con lazo por los cuernos y/o mocheta.
Un ayudante provisto de un trapo extrae la lengua hacia lateral; la mano del veterinario se
introduce en forma de cuña (como en las maniobras obstétricas) para evitar heridas, entre las
hileras de molares. Al palpar las cavidades bucal y faríngea se evalúa: cierre de los maxilares
[normalmente moderadamente fuerte; muy fuerte o imposible de abrir en espasmos de los
músculos masticatorios (notablemente flácido en las parálisis), mucosas (eritema, inflamación,
herida, ulceración, vesículas, sensibilidad a la palpación), dientes y maxilares (posición anormal,
desgastes o colores anormales, dientes desviados, molar de leche “a caballo” del permanente,
fractura dentaria, alteración de alveolos, exostosis maxilar), lengua (herida, ulceraciones,
vesículas, movilidad o consistencia anormal, así como glándulas salivales y nódulos linfáticos
(inflamación, abscedación). Hay que prestar especial atención al alimento no deglutido y a cuerpos
extraños encuñados o clavados. Las lesiones óseas o dentarias pueden radiografiarse
adicionalmente. El olor bucal de bovinos sanos es ligeramente dulzón-mohoso; la halitosis pútrida-
urinosa es patológica y puede provenir de la boca (alveolitis dentaría, necrosis de la mucosa), la
faringe o el esófago (supuraciones, necrosis), de los preestómagos (contenido descompuesto) o de
los pulmones (gangrena). Los pacientes con una insuficiencia renaI manifiesta tienen un aliento
amoniacaI-urémico. En la acetonemia el olor es aromático, a cuerpos cetónicos.

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