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Fundamentos de la terapia Gestalt

La terapia Gestalt se enfoca más en los procesos que en los contenidos. Pone
énfasis sobre lo que está sucediendo, se está pensado y sintiendo en el
momento, por encima de lo que fue, pudo haber sido, podría ser o debería
estar sucediendo.

Utiliza el método del darse cuenta ("awareness") predominando el percibir,


sentir y actuar. El cliente aprende a hacerse más consciente de lo que hace. De
este modo, va desarrollando su habilidad para aceptarse y para experimentar el
"aquí y ahora" sin tanta interferencia de las respuestas fijadas del pasado.

Se prefiere usar el término cliente que paciente, ya que un paciente es alguien


enfermo que va a que otro le cure, mientras que cliente es un término más
neutro, el cual sólo indica que es alguien que acude a la consulta del terapeuta.
En esta terapia, el paciente es quien tiene que "autocurarse", el terapeuta sólo
le guía y le ayuda para que lo consiga, haciendo más bien una función de
observador externo y no tanto de "el que cura".

El objetivo de la terapia Gestalt, además de ayudar al cliente a sobreponerse a


síntomas, es permitirle llegar a ser más completa y creativamente vivo y
liberarse de los bloqueos y asuntos inconclusos que disminuyen la satisfacción
óptima, autorrealización y crecimiento. Por tanto, se ubica en la categoría de
las terapias humanistas.

Conceptos principales

Se basa en:

 El aquí y ahora: vivir y sentir el presente. Vivir y sentir


la realidad.
 El darse cuenta ("awareness", en inglés): es el cliente
quien ha de darse cuenta de lo que le pasa. Sólo se
necesita ser consciente para cambiar (si se quiere)
una conducta.
 Aceptar lo que uno es: no buscar ídolos, no aceptar
los "deberías", ser responsable de los propios actos.
 Enfatizar en el cómo o en el para qué más que en el
porqué (típico enfoque psicoanalítico freudiano):
¿Cómo me siento?, ¿Cómo me siento en esta
situación?, ¿Cómo me siento ahora?, ¿Para qué estoy
haciendo esto?, ¿Para qué me sirve sentirme de este
modo?
También es importante el uso de la primera persona, puesto que una de las
fortalezas de la terapia Gestalt es, como se ha mencionado, el asumir la
responsabilidad de nuestros propios pensamientos, sentimientos y
acciones: el cliente no tiene que ocultarse usando un sujeto colectivo. Por
ejemplo, al decir "los jóvenes bebemos mucho" en vez de "yo bebo mucho" se
hace uso del plural, y por lo tanto se desvía la responsabilidad personal.

El terapeuta gestalt tiene la función de guiar al cliente para que se haga


consciente de su situación (el darse cuenta). Hay una interacción de yo, tú,
nosotros; se rompe la dicotomía médico-paciente. El cliente se expresa tanto
verbalmente como con gestos y movimientos.

El término la silla caliente ("hot chair" en inglés) ha sido comúnmente asociado


con la práctica de la terapia Gestalt, consiste básicamente en crear
mentalmente un personaje con el cual se quiere confrontar algún problema,
entonces asumir su rol en su lugar y después contestar en el lugar del cliente
con el rol que le pertenece a él mismo.

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