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PRISIÓN PREVENTIVA

3.2.Peligro de Fuga.-

El peligro de fuga, no cabe presumirlo sino tiene que ser objeto de verificación , toda vez
que se situa entre el deber estatal de perseguir eficazmente el delito y el deber estatal de asegurar
el ámbito de la libertad del ciudadano, por tratarse de una institución cuyo contenido material
coincide con el de las penas privativas de la libertad pero que recae sobre ciudadanos que gozan
de la presunción de inocencia, por lo que su configuración y adopción debe partir de indicios
razonables y perseguir un fin constitucionalmente legitimo que responsa a la necesidad de
conjurar ciertos riesgos relevantes para el proceso que parten del imputado; es asi que el articulo
269 del C.P. P. enumera los siguientes criterios a tener en cuenta por el Juez para calificar el peligro
de fuga:

 El arraigo en el país del imputado, determinado por el domicilio, residencia habitual,


asiento de la familia y de sus negocios o trabajo y las facilidades para abandonar
definitivamente el país o permanecer oculto.

Se toman en cuenta los vínculos que el imputado tiene en el territorio nacional, sean éstos
de carácter familiar, amical y de negocios, así como el grado de influencia que éste puede
ejercer en determinados ámbitos socio-políticos. No sólo los vínculos de la especie
anotada, sino que incidirá sobre manera, su situación económica, es decir, quien goza de
una pudiente solvencia económica, está en mejores posibilidades de abandonar el país
que un reo que a duras penas cuenta con una choza para vivir. Asimismo, el arraigo al país,
puede también valorarse conforme a los lazos familiares que el imputado mantiene en el
exterior, de forma concluyente cuando éste cuenta con una doble nacionalidad o más de
dos, situación legal que le permite abandonar el país con mayor facilidad y refugiarse en su
doble nacionalidad para evitar ser extraditado.

 La gravedad de la pena que se espera como resultado del procedimiento, constituye un


elemento de mucha carga subjetiva dado que (que se encuentra mas en la esfera del
imputado), al considerarle la relevancia de la gravedad del delito y de la pena con que se le
amenaza para la evaluación del riesgo de fuga - y con ello la frustración de la acción de la
justicia - resulta innegable por el hecho de que a mayor gravedad mas intensa cabe
presumir la tentación de huida cuanto por el hecho de que a mayor gravedad de la de la
acción cuya reiteración o cuya falta de enjuiciamiento se teme , mayor será el perjuicio que
en el caso de materializarse la fuga , sufrirá los fines perseguidos por la justicia , sin
embargo, no puede operar como único criterio a tener en cuenta para la ponderación del
peligro de fuga sino se debe colocar en relación con las otras carecteristicas personales
del imputado.

 Prognosis de pena que es el mismo que hace alusión el artículo 268.1, b, con la única
diferencia que el segundo de ellos, prevé el quantum de pena a mas de cuatro años de
pena privativa de libertad. Vaticinar la gravedad de la pena, a comienzos del
procedimiento, es una visión muy subjetiva, pues, las circunstancias valorativas que
rodearon al hecho punible, trascenderán en etapas posteriores, cuando se realice la
actividad probatoria, no antes, a menos que el imputado haya sido aprehendido en
flagrancia, y se cuente con los elementos de juicio para formar un juicio de esta naturaleza
en esta etapa preliminar del procedimiento.

 Cabe advertir que las razones que en un principio podrían presagiar una sanción punitiva
grave, pueden modificarse en el transcurso del procedimiento, y con ello, la medida de
coerción podría ser legalmente variada por el juzgador. Lo que se quiere decir, es que las
primeros elementos que se recojan para adoptar la prisión preventiva, no son de ningún
modo definitivos y concluyentes, como para estimar cerradamente una sanción
determinada.

 La importancia del daño resarcible y la actitud que el imputado adopta,


voluntariamente, frente a él, se introduce de esta forma, un elemento extraño a la
punibilidad, que ingresa al ámbito resarcitorio, es decir, con respecto a la responsabilidad
civil generado por el daño producido por la conducta criminal. Al analizarse el bien jurídico
protegido , su da;osidad, los efectos producidos, significandose el hecho de que haya huido
de la escena del delito abandonando a la victima o quizás socorriéndola o prestándole
auxilio.

Dentro de la investigación preparatorio, difícilmente se advertirá un imputado muy


voluntarioso en satisfacer la deuda civil, mas aun si su defensa se dirige a enervar la
punibilidad de la conducta atribuida. Si conducimos la valoración coercitiva, sobre la base
del daño ocasionado y en base a la actitud del imputado hacia su responsabilidad
indemnizatoria, estaríamos vulnerando un precepto constitucional: la proscripción de
prisión por deudas. Bastaría a nuestra consideración, que se adopten las medidas
precautorias de naturaleza real idóneas, según el caso concreto, que sirvan para asegurar
la indemnidad del patrimonio del deudor.

 El comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro procedimiento


anterior, en la medida que indique su voluntad de someterse a la persecución penal,
situación que refiere a la conducta procesal del imputado con respecto a la relación
jurídico-procesal que se configura en el Proceso Penal, asumiendo éste una posición
pasiva. Conducta que se manifiesta en el interés de aquél para esclarecer el objeto de la
investigación, no necesariamente confesando su culpabilidad, sino a partir de una
participación positiva en cuanta diligencia u acto procesal que fuese llamado a intervenir
por la instancia judicial. Su negativa a participar en un acto procesal, su inasistencia a una
audiencia a la que fue emplazado, su voluntad dilatoria en el procedimiento, etc., son
manifestaciones de una inconducta procesal, que pueden colegirse también de un
procedimiento penal anterior.

3.3. Peligro de obstaculización.-


Para calificar el peligro de obstaculización se tendrá en cuenta el riesgo razonable que el
imputado:

 Destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de prueba, en este caso,


el imputado es portador de elementos de prueba importantes para acreditar la imputación
delictiva, v.gr., quien es el administrador de una empresa, involucrado en un delito fiscal,
podrá destruir o ocultar los libros contables que reflejan el estado financiero de la persona
jurídica; quien se ha apoderado ilegítimamente de un bien mueble, como un vehículo, lo
ocultara en un paradero desconocido, o le cambiará ciertas piezas o registros a efectos de
variar su identificación. Puede también falsificar un documento, a fin de acreditar una
situación inexistente, que estuvo fuera del país al momento de cometerse el asesinato, o
también cambiar su apariencia física, por medio de una operación quirúrgica.

 Influirá para que coimputados, testigos o peritos informen falsamente o se comporten


de manera desleal o reticente, las maniobras más usuales para desvirtuar una acusación
de forma ilícita, es comprando testigos o peritos, esto es, corrompiendo voluntades, a fin
de que se tuerza la verdad de los hechos. Claro esta, que la influencia puede ser también
ejercida bajo violencia o amenaza, sobre todo, en caso de delitos graves (terrorismo,
narcotráfico, etc.), sirviéndose de los mecanismos coccionadores de la organización
criminal. Para evitar estos supuestos, debe fortalecerse la protección a testigos, peritos y
colaboradores, tal como se sostuvo en el Título V del Código.

 Inducirá a otros a realizar tales comportamientos. La influencia hacia otros sujetos


procesales, la puede ejercer el imputado de forma personal o mediando otra persona,
cabe entonces la posibilidad, cuando el imputado es parte de una organización delictiva y
hace uso de dicho poder para que otros ejerzan esta conducta manipuladora. La inducción
puede ser directa o por medio de interposita persona, quien la ejecuta materialmente
podría desconocer la ilicitud de la conducta o ser llevado a esta situación bajo amenaza.

3.4. Audiencia y resolución:

 El Juez de la Investigación Preparatoria, dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al


requerimiento del Ministerio Público realizará la audiencia para determinar la
procedencia de la prisión preventiva. La audiencia se celebrará con la concurrencia
obligatoria del Fiscal, del imputado y su defensor. El defensor del imputado que no asista
será reemplazado por el defensor de oficio.-Recalcando el papel que cumple la oralidad
en el nuevo Código Procesal Penal, se enfatiza la necesidad de actuar en una audiencia
pública, los sustentos (en contra y a favor), que deberá tomar en cuenta el Juzgador para
resolver el pedido de prisión preventiva por parte del Fiscal. Máxime, al tratarse de la
medida de coerción de mayor intensidad sobre los bienes jurídicos del imputado, ésta
debe adoptarse con todos los elementos de juicio que sean necesarios para garantizar su
legalidad.
 Rige lo pertinente, para el trámite de la audiencia lo dispuesto en el artículo 8 (trámite de
los medios de defensa - incidentales), pero la resolución debe ser pronunciada en la
audiencia sin necesidad de postergación alguna. El Juez de la Investigación Preparatoria
incurre en responsabilidad funcional si no realiza la audiencia dentro del plazo legal. El
Fiscal y su abogado defensor serán sancionados disciplinariamente si por su causa se
frustrara la audiencia. Si el imputado se niega por cualquier motivo a estar presente en la
audiencia, será representado por su abogado o el defensor de oficio, según sea el caso. En
este último supuesto deberá ser notificado con la resolución que se expida dentro de las
cuarenta y ocho horas siguientes a la conclusión de la audiencia.-Si bien la tramitación
procesal sigue lo previsto para los medios de defensa, en vista de la importancia de la
resolución, la decisión judicial que a este respecto se emita, deberá ser pronunciada como
epilogo de la audiencia, no pudiendo postergarse este acto bajo ningún motivos.

 Respecto a la concurrencia del imputado a la Audiencia de Prision, Preventiva, es


relevante observar la Casación N`01-2007 –Huaura, mediante el cual fue declarado fundado
por la causal contemplada en el apartado dos del artículo 429º del NCPP, y en consecuencia se
declaro nulo el auto de vista e insubsistente el auto de primera instancia y se ordenó que el Juez
de la Investigación Preparatoria realice la audiencia de prisión preventiva y se pronuncie sobre el
fondo del asunto, ya que no constituye presupuesto material de prisión preventiva, que el
imputado se encuentre sujeto a la medida provisionalísima de detención, en sus diversas
modalidades5. Solo se exige la existencia de una investigación preparatoria formal. No existe, ni
puede configurarse presupuesto adicional al que dicha noma prevé

 Con esta sentencia se marco un precedente penal muy importante ya que antes de la
promulgación de la sentencia in examine, en los juzgados de Huara, no se podía realizar una
audiencia de prisión preventiva si antes el inculpado no se encontraba sufriendo detención en
cualquiera de las modalidades, es decir, la detención no es, en principio, una medida necesaria
o imprescindible para que se dicte, ulteriormente, mandato de prisión preventiva. No siempre es
del caso pedir detención preliminar en arras, luego de instar la prisión preventiva; y menos que si
se intenta esa medida provisionalísima y el juez no la acepta, está vedado requerir la medida de
prisión preventiva.Otro de los precedentes importantes contemplados en la Sentencia es la
procedencia de realiza la audiencia de prisión preventiva (y para mi en todas las Audiencias) sin
la presencia del imputado, cuando este se niega a asistir ya sea porque huyó, porque no es
habido o porque sencillamente, no quiere hacerlo, en este extremo la audiencia se lleva a cabo
con la representación del abogado defensor, de confianza o de oficio, esto en interpretación de
la figura contemplada en el penúltimo extremo del apartado dos del examinado articulo 271º del
NCPP señala que si el imputado se niega por cualquier motivo a estar presente en la audiencia
será representado por su abogado o el defensor de oficio, según sea el caso, por lo que no sería
obligatoria la presencia del imputado en la audiencia de prisión preventiva si es necesaria su
debida citación en su domicilio real o procesal, o su conducción al juzgado cuando esté
efectivamente detenido.

 El hecho de constituir mandatos imperativos, las formas y plazos que este precepto prevé,
desencadena la atribución de una responsabilidad de naturaleza funcional por parte del
juzgador, claro esta, podrían acontecer causales ajenas a su persona. De igual manera, se
establecen sanciones para el Fiscal y Abogado ausentes, siempre y cuando la ausencia haya
determinado la frustración de la audiencia. Por otro lado, el desarrollo y conclusión de la
audiencia no están supeditados a la presencia del imputado, pues, puede bien adoptarse la
medida bajo esta circunstancia, en cuyo efecto será notificado en la forma prevista por la
ley.

 El auto de prisión preventiva será especialmente motivado, con expresión sucinta de la


imputación, de los fundamentos de hecho y de derecho que lo sustenta, y la invocación de
las citas legales correspondientes.-La motivación de la resolución es imprescindible para
sujetar la medida de coerción al marco de la legalidad, exponiendo las razones que
justifican la prisión preventiva, a partir de una ponderación valorativa de los intereses que
se pretenden amparar, de los fines que se pretende alcanzar, así como la obligación de
exponer correlativamente la concurrencia de los presupuestos –formales y materiales-
previstos en los arts. 268-270, adecuándolos debidamente a las circunstancias que rodean
el caso concreto.

 El Juez de la Investigación Preparatoria, sino considera fundado el requerimiento de prisión


preventiva optará por la medida de comparecencia restringida o simple según el caso.-En
un Sistema garantista propio del Estado de Derecho, se debe preferir la libertad a su
privación efectiva, la prisión preventiva debe constituirse en la ultima ratio, dándose
preferencia a las otras medidas de coerción menos lesivas para la esfera de libertad del
imputado.

 Capítulo II - La duración de la Prisión Preventiva.

 De conformidad a lo esgrimido en apartados anteriores de esta titulación, la legitimidad


material (constitucional) de la prisión preventiva está condicionada a la concurrencia de
presupuestos materiales (fumus bonus iuris y periculum in mora), formales
(jurisdiccionalidad, motivación) y que se adopte la medida bajo la reglas del principio
acusatorio. Empero, la legitimidad sustancial de la prisión preventiva supone también
someter su duración en el tiempo al principio de provisionalidad. No se puede apartar la
valoración de esta institución, de las particulares circunstancias en las cuales se adopta,
esto es, recaen sus efectos privativos sobre una persona jurídicamente “inocente”, sobre la
cual pende una incertidumbre procesal de culpabilidad. En efecto, los fines de la detención
preventiva son de asegurar la pretensión punitiva estatal, que se materializan a través de la
condena, así como de realizar una actividad probatoria que pueda reconstruir el hecho
punible tal y como aconteció en la realidad. No es un fin de la prisión preventiva generar
estados psicológicos de amenaza penal, de rehabilitar socialmente al imputado, y menos
de propiciar un sufrimiento de naturaleza represiva. Los dos primeros sólo pueden cobrar
vigencia efectiva, en el estadio de la condena y no antes.

 La prisión preventiva, entonces, para no vulnerar el principio de legalidad debe durar lo


estrictamente necesario para alcanzar los fines propuestos en el proceso. Si ésta rebasa el
tiempo estrictamente razonable, la medida se convierte en arbitraria e inconstitucional. La
seguridad jurídica de los ciudadanos depende que las injerencias estatales se encuentren
debidamente normadas, delimitadas en su aplicación operativa, y que se arbitren
mecanismos que garanticen la vigencia de la libertad individual como derechos subjetivos
de los individuos.

 El carácter provisorio de la prisión preventiva esta relacionado directamente con el


derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, es decir, el derecho que tiene todo
justiciable a que su situación jurídica sea resuelta en un plazo razonable, de acuerdo a lo
estipulado en los Convenios Internacionales. Se trata de un concepto que trasciende la
propia norma para convertirse en una verdadera garantía procesal cuya finalidad es
proporcionar un mínimo de tutela a toda persona que directa o indirectamente
interaccione con un órgano jurisdiccional.

 Ahora bien, la excesiva dilación del proceso judicial tiene un significado muy latente en la
prisión preventiva, pues, por lo general se pretende mantener esta situación jurídica hasta
que no se resuelva el principal. Fundamentalmente, es de recibo, que en un proceso
donde prima la celeridad y la eficacia, no habrá problema en este estadio, mas en sistemas
procesales como el nuestro, donde rige la morosidad y la demora, es a veces muy difícil
alcanzar los tiempos que el mismo ordenamiento prevé. Por consiguiente, el plazo de la
prisión preventiva no puede estar sujeto al plazo que durará el proceso principal, pues, si
éste último no se resuelve de forma impronta, sus efectos no pueden cargar
negativamente sobre la esfera de libertad del imputado.

 La ineficacia y lentitud del sistema no tienen porque recaer sobre los hombros del
imputado. Si pasado cierto tiempo su situación jurídica no es resuelta, éste tiene derecho a
que su libertad sea reivindicada. De ahí que sea necesario establecer normativamente un
plazo de duración de la prisión preventiva.

 En un Proceso Penal entran en tensión el interés social en la persecución así como la


eficacia estatal y la libertad individual, tensión que en el caso de la prisión preventiva debe
ser resuelta a favor de la libertad. La prisión preventiva no tiene porque convertirse en un
receptáculo de seguridad cognitiva, de aspirar a una seguridad ciudadana a expensa de un
derecho fundamental. Cuando las medidas procesales que facilitan la aplicación del ius
puniendi entren en colisión con el ius libertatis deberán ser ponderados el interés estatal
de persecución penal y los intereses de los ciudadanos en el mantenimiento de más
amplio grado de eficacia de sus derechos fundamentales.

4.1. Duración:

 La prisión preventiva no durará más de nueve meses.

 Tratándose de procesos complejos, el plazo límite de la prisión preventiva no durará más


de dieciocho meses.

4.2. Libertad del Imputado:

 Al vencimiento del plazo sin haberse dictado sentencia de primera instancia, el Juez de
oficio o a solicitud de las partes decretará la libertad del imputado, sin perjuicio de dictar
concurrentemente las medidas necesarias para asegurar su

 presencia en diligencias judiciales, incluso las restricciones a que refieren los numerales 2)
al 4) del artículo 288º (comparecencia con restricciones).-Este apartado debe entenderse
de común idea con el 272 (in fine), que establece un plazo máximo de prisión preventiva,
sin haberse dictado sentencia de primera instancias. Habiendo transcurrido el plazo
previsto en el 272.1 y 272.2, el Juez de la causa, deberá ordenar la inmediata excarcelación
del imputado, bajo responsabilidad. La orden de excarcelación puede decretarse de oficio
o a solicitud de cualquiera de las partes (imputado y del Ministerio Público).

 En estos casos, el juzgador, en el mismo auto que decreta la libertad del imputado, deberá
de adoptar las medidas de coerción personal que aseguren la comparecencia del
procesado a la instancia, vía comparecencia con restricciones.

4.3. Prolongación de la prisión preventiva:

 Cuando concurran circunstancias que importen una especial dificultad o prolongación de la


detención, y que el imputado pudiera sustraerse a la acción de la justicia, la prisión
preventiva podrá prolongarse por un plazo no mayor al fijado en el numeral 2) del artículo
272. El Fiscal deberá solicitarla al Juez antes de su vencimiento.-Ante una investigación
criminal compleja, ora por la cantidad de procesados ora la magnitud del evento delictivo
ora por pruebas que se pretende acopiar ora por un peligro de fuga, podrá prolongarse el
plazo de detención a un límite no mayor de dieciocho meses. La prolongación de la prisión
preventiva podrá ser solicitada por el Fiscal, quien deberá motivar debidamente su pedido,
en razón a los presupuestos antes mencionados.

 El Juez de la Investigación Preparatoria se pronunciará previa realización de una audiencia,


dentro del tercer día de presentado el requerimiento. Ésta se llevará a cabo con la
asistencia del Ministerio Público, del imputado y su defensor. Una vez escuchados los
asistentes y a la vista de los autos, decidirá en ese mismo acto o dentro de las setenta y
dos horas siguientes, bajo responsabilidad.-Bajo las reglas del contradictorio y de la
oralidad bilateral, el Juez deberá resolver la solicitud de prolongación de la prisión
preventiva, en el mismo acto de la audiencia o dentro de las setenta y dos horas
siguientes, como plazo perentorio.

 La resolución que se pronuncie sobre el requerimiento de prolongación de la detención


preventiva podrá ser objeto de recurso de apelación. El procedimiento que se seguirá será
el previsto en el numeral 2) del artículo 278 (impugnación de la prisión preventiva). La
prolongación de la detención supone la permanencia del imputado bajo un estado
privativo de la libertad. De hecho, entonces, una medida de esta naturaleza debe ser
objeto de una revisión jurisdiccional por un Tribunal a quem.

 Una vez condenado el imputado, la prisión preventiva podrá prolongarse hasta la mitad de

la pena impuesta, cuando ésta hubiera sido recurrida.

4.4. Cómputo del plazo de la prisión preventiva:

 No se tendrá en cuenta para el cómputo de los plazos de prisión preventiva, el tiempo en


que la causa sufriere dilaciones maliciosas atribuibles al imputado.-Las dilaciones indebidas
que puede sufrir el procedimiento en su desarrollo,

 deben obedecer estrictamente a una morosidad judicial producto de una serie de factores
internos al Sistema de Justicia, delación que no puede tener incidencia valorativa de quien
se encuentra privado preventivamente de su libertad. Sin embargo, pueden coexistir otros
factores que desencadenen una delación en el proceso. El imputado, a través de su
defensa, puede activar una serie de mecanismos legales artificiosos y obstruccionistas, que
a la larga afectan el normal desenvolvimiento del procedimiento. Importa, entonces, una
conducta procesal maliciosa del imputado que no puede convalidar una situación jurídica a
favor de sus intereses.

 En consecuencia, las dilaciones que a estos efectos se produjere, no serán tomadas en


cuenta para el cómputo del plazo de prisión preventiva. Debe quedar claro que las
dilaciones son producto de una defensa obstruccionista, para no reconocer como válidas
delaciones exclusivamente jurisdiccionales.

 El cómputo del plazo, cuando se hubiera declarado la nulidad de procesos seguidos ante la
jurisdicción militar y se ordene el conocimientos de los hechos punibles imputados a la
jurisdicción penal ordinaria, el plazo se computará desde la fecha en que se dicte el nuevo
auto de prisión preventiva.

 La regulación en referencia sigue los dictados de la sentencia del Tribunal Constitucional,


de carácter vinculante, que se expidió como resultado de la acción de Inconstitucionalidad
que se interpuso contra la Legislación Anti-terrorista sancionada por la Dictadura de los
años 90, en mérito a su abierta inconstitucionalidad con los principios rectores del
Derecho Penal y del Debido Proceso.

4.5. Revocatoria de la libertad:

 La libertad será revocada, inmediatamente, si el imputado no cumple con asistir, sin


motivo legítimo, a la primera citación que se le formule cuando se considera necesario su
concurrencia. El Juez seguirá el trámite previsto en el numeral 2) del artículo 279
(revocatoria de la comparecencia por prisión preventiva).-Habiéndose producido la
excarcelación del imputado por exceso de detención, podrá revocarse el régimen de
comparecencia, cuando éste demuestra con su conducta procesal una voluntad evasora y
obstruccionista del procedimiento en su contra. La revocatoria procede ante una
inasistencia presencial de especial relevancia para el proceso, vg.r, una confrontación o la
actuación de una prueba anticipada.

4.6. Conocimiento de la Sala:

 El Juez deberá poner en conocimiento de la Sala Penal la orden de libertad, su revocatoria


y la prolongación de la prisión preventiva, el control jurídico por parte de las instancias
jurisdiccionales superiores, requiere un conocimiento efectivos de las incidencias más
significativas que acontecen en el desarrollo del procedimiento.

 CAPÍTULO III – LA IMPUGNACIÓN DE LA PRISIÓN PREVENTIVA.-

 Contra una medida de esta intensidad privativa, es lógico que se arbitren derechos
subjetivos de control jurisdiccional, plasmados en derecho a la doble instancia, a efectos
de que la libertad individual sea reivindicada.

5.1. APELACIÓN:

 Contra el auto de prisión preventiva procede recurso de apelación. El plazo para la


apelación es de tres días. El Juez de la Investigación Preparatoria elevará los actuados
dentro de las veinticuatro horas, bajo responsabilidad. La apelación se concede con efectos
devolutivos.-La apelación como recurso impugnativo ordinario será de conocimiento de la
Sala Penal Superior, pero lo resuelto en esta instancia, deberá ser devuelto al Tribunal a
quo para lo que corresponda según ley.

 La Sala Penal se pronunciará previa vista de la causa, que tendrá lugar, dentro de las
sesenta y dos horas de recibido el expediente, con citación del Fiscal Superior y del
defensor del imputado. La decisión debidamente motivada, se expedirá el día de la vista de
la causa o dentro de las cuarenta y ocho horas, bajo responsabilidad.-La resolución que
expida la Sala Penal Superior sobre este extremo, esta condicionada a la realización de una
Audiencia bajo las reglas de la oralidad y la bilateralidad, primando a estos efectos, el
principio de celeridad y de economía procesal.
 Si la Sala declara la nulidad del auto de prisión preventiva, ordenará que el mismo u otro
Juez dicte la resolución que corresponda con arreglo a lo dispuesto en el artículo 271,
siendo así, la Sala Superior no podrá actuar como un Tribunal de Instancia, al limitarse su
competencia a la declaratoria de nulidad. Situación que no se condice con el principio de
economía procesal, pues, si el Tribunal advierte ciertos defectos o vulneraciones a la
legalidad procesal, debería en ese mismo acto, aplicar el derecho que corresponda,
revocando el auto de prisión preventiva, y ordenando en ese mismo extremo, la libertad
del imputado.

 CAPÍTULO IV -LA REVOCATORIA DE LA COMPARECENCIA POR PRISIÓN PREVENTIVA

6.1. CAMBIO DE COMPARECENCIA POR PRISIÓN PREVENTIVA:

 Si durante la investigación resultaren indicios delictivos fundados de que el imputado en


situación de comparecencia está incurso en los supuestos del artículo 268, el Juez a
petición del Fiscal, podrá dictar auto de prisión preventiva.

 Los presupuestos materiales que dan soporte legitimante a la prisión preventiva no sólo
pueden advertirse al inicio de la Investigación Preparatoria, sino también pueden aparecer
en el transcurso de la investigación. En este orden de ideas, puede que el imputado haya
sido sometido a la persecución penal bajo un régimen de comparecencia, y
posteriormente aparecen circunstancias producto de la investigación, que reflejan mayores
indicios de criminalidad, una conducta obstruccionista por parte del imputado, o indicios
de que vara eludir la acción de la justicia. Ante estas circunstancias, a fin de asegurar los
fines penales del procedimiento, el juzgador podrá dictar prisión preventiva, previa
solicitud del Fiscal.

 El Juez de la Investigación Preparatoria citará a una audiencia para decidir sobre el


requerimiento Fiscal. La audiencia se celebrará con los asistentes que concurran. El Juez
emitirá resolución inmediatamente o dentro de las cuarenta y ocho horas de su
celebración.

 Contra la resolución que se emite procede recurso de apelación, que se concederá con
efecto devolutivo, al igual que en el caso de la impugnación de la prisión preventiva, la
apelación que se interponga en contra del auto que revoca la comparecencia, se elevará al
Superior Jerárquico – A quem, quien sólo podrá declarar la nulidad, ordenando al A quo
que emita la resolución que corresponda.

 CAPÍTULO V – LA INCOMUNICACIÓN

7. GENERALIDADES.-

 La Ley Fundamental establece normativamente que nadie puede ser incomunicado sino en
caso indispensable para el esclarecimiento de un delito, y en la forma y por el tiempo
previstos por la ley. La autoridad esta obligada bajo responsabilidad a señalar, sin dilación y
por escrito, el lugar donde se halla la persona detenida. La libertad es un derecho
consustancial a un estado de máximas garantías que el Estado se encuentra obligado a
tutelar. Sin embargo, las máximas del Estado de Derecho hace impensable la configuración
de un derecho absoluto, pues, irrumpen otros intereses de equivalente valoración que
deben ser sopesados a efectos de determinar un estado de cosas. El interés social en la
persecución del delito y la realización de la justicia, imponen determinados deberes a los
órganos de persecución a fin de tutelar los valores antes reseñados.

 La incomunicación aparece como una medida coercitiva de naturaleza personal por la cual
se impide a la persona detenida por mandato judicial se comunique, sea verbalmente o
por escrito, con terceras personas, cuando existe motivo fundado de entorpecimiento de la
actividad investigadora del delito.

La detención y la prisión preventiva, se constituyen en medidas coercitivas personales que


privan a un sujeto de su libertad, a fin de asegurar la persecución penal estatal en su dimensión
punitiva, y lógicamente, en la actividad probatoria que debe desarrollarse en el seno del Proceso
Penal.

 La Incomunicación tiende a establecer un mayor control sobre la vida carcelaria del


imputado, que al consistir en una afectación más intensa, debe estar justificada con
motivos de especial relevancia, y su duración no debe exceder el tiempo estrictamente
necesario para la concreción de los fines investigatorios.

7.1. Incomunicación:

 La incomunicación del imputado con mandato de prisión preventiva procede si es


indispensable para el establecimiento de un delito grave. No podrá exceder de diez días. La
incomunicación no impide las conferencias en privado entre el Abogado defensor y el
preso preventivo, las que no requieren autorización previa ni podrán ser prohibidas. La
resolución que la ordena se emitirá sin trámite alguno, será motivada y puesta en
conocimiento a la Sala Penal. Contra ella procede recurso de apelación dentro del plazo de
un día. La Sala Penal seguirá el trámite previsto en el artículo 267.-Como primer punto de
inflexión, debemos diferenciar esta Incomunicación, con la prevista en el artículo 265.1
(detención preliminar incomunicada), pues, la primera de ellas, tiene como presupuesto
formal la vigencia de un mandato judicial de prisión preventiva, mientras que le segunda,
refiere a un estado de coerción incomunicativo del imputado, que se adopta
preliminarmente por parte de la judicatura en el caso de delitos graves. La procedencia de
la Incomunicación radica en una necesidad persecutoria, de asegurar que el imputado no
vaya a

 perturbar el éxito de la investigación, a fin de que se pueda esclarecer debidamente su


objeto. Su duración es temporalmente corta, en vista de su naturaleza restrictiva. Por otro
lado, su adopción no podrá afectar las comunicaciones personales que el imputado deba
establecer periódicamente con su Abogado defensor, pues, de ningún modo el estado de
incomunicación puede restringir el derecho de defensa.

 La resolución que adopte esta medida de plus coercitiva, deberá estar debidamente
motivada, exponiendo en su resolución el juzgador los fundamentos de hecho y de
derechos así como los dispositivos legales que corresponda. En caso de que la medida sea
impugnada por los sujetos procesales, se seguirá el trámite previsto en el artículo 276
(apelación de la detención preliminar incomunicada).

7.2. Derechos:

 El incomunicado podrá leer libros, diarios y revistas y escuchar noticias de libre circulación
y difusión. Recibirá sin obstáculos la ración alimenticia que le es enviada.-El estado jurídico
de incomunicación preventiva, no puede afectar más allá de su fin esencial, que es cortar
los vínculos del imputado con el exterior.

 El derecho a la información, a la libertad de opinión y difusión del pensamiento oral o


escrito, son derechos fundamentales de la persona que no pueden ser limitados por esta
medida. La comunicación social y el derecho la cultura, forman parte de las libertades
ciudadanas más importantes del orden democrático de derecho. Los alimentos también
forman parte de un derecho

 fundamental a la subsistencia, que no pueden ser negados, y deben ser proveídos al


imputado cuando son enviados desde el exterior, máxime conociendo el nivel deprimente
de alimentación que reciben los internos por parte de la Administración Penitenciaria.

7.3. Cese:

 Vencido el término de la incomunicación señalada en la resolución, cesará


automáticamente.-Pasados los diez días, que el legislador ha previsto como plazo máximo,
la incomunicación del imputado debe cesar de inmediato, sin necesidad de realizar trámite
alguno que retarde su adopción. Vencido este plazo la incomunicación sería arbitraria e
ilegal.

 CAPÍTULO IV - LA CESACIÓN DE LA PRISIÓN PREVENTIVA.

 Una característica principal de la prisión procesal es su naturaleza preventiva, esto es, los
fines que sustentan esta medida de coerción son estrictamente procesales, por lo que su
duración esta limitada a un tiempo prudencial.

8.1. CESACIÓN DE LA PRISIÓN PREVENTIVA.-

 El imputado podrá solicitar la cesación de la prisión preventiva y su sustitución por una


medida de comparecencia las veces que lo considere pertinente.
 El Juez de la Investigación Preparatoria decidirá siguiendo el trámite previsto en el artículo
274 (prolongación de la prisión preventiva).

 La cesación de la medida procederá cuando nuevos elementos de convicción demuestren


que no concurren los motivos que determinaron su imposición y resulte necesario
sustituirla por la medida de comparecencia. Para la determinación de la medida sustitutiva
el Juez tendrá en consideración, adicionalmente, las características personales del
imputado, el tiempo transcurrido desde la privación de la libertad y el estado de la causa.

 El Juez impondrá las correspondientes reglas de conducta necesarias para garantizar la


presencia del imputado o para evitar que lesione la finalidad de la medida.-El derecho a
recobrar la libertad personal, debe estar ampliamente garantizado con mecanismos
procesales que el imputado pueda invocar, a fin de reponer las cosas al estado anterior a la
afectación. El imputado, entonces, podrá solicitar el cese de la prisión preventiva y su
sustitución por una medida de comparecencia, las veces que sea necesario, es decir, es un
derecho ilimitado.

 Los presupuestos que dieron sustento justificativo a la prisión preventiva, puede que hayan
desvanecido o el peligro de fuga haberse diluido por circunstancias objetivamente
demostrables. Son nuevos elementos de convicción que inciden sobre la solidez de la
imputación delictiva, debilitando las bases argumentativas de la sospecha criminal.
Situaciones todas ellas, que deben ser valoradas positivamente, a fin de graduar la
intensidad de la reacción procesal. Procediendo una variación coercitiva, por una medida
de menor alcance. Ahora bien, el Juez deberá imponer las reglas de conducta que sean
necesarias para asegurarla comparecencia del imputado a la instancia, v.gr, ordenando el
impedimento de salida del país, obligación de no ausentarse de la localidad o de
presentarse ante la autoridad en los días señalados.

8.2. Impugnación:

 El imputado y el Ministerio Público podrán interponer recurso de apelación, dentro del


tercer día de notificado. La apelación no impide la excarcelación del imputado a favor de
quien se dicto auto de cesación de la prisión preventiva.-La impugnación, entonces, que se
interponga contra el auto de cesación favorable, se concederá sin efectos suspensivos,
garantizándose de esta forma la libertad del imputado.

 Rige lo dispuesto, en lo pertinente, lo previsto en el artículo 278, numerales 1 y 2


(Impugnación de la prisión preventiva).

8.3. Revocatoria:

 La cesación de la prisión preventiva será revocada si el imputado infringe las reglas de


conducta o no comparece a las diligencias del proceso sin excusas suficiente o realice
preparativos de fuga o cuando nuevas circunstancias exijan se dicte auto de prisión
preventiva en su contra. Asimismo perderá la caución, si la hubiere pagado, la que pasará a
un fondo de tecnificación de la administración de justicia.

 El hecho de que el imputado haya recobrado su libertad, no lo exime de seguir cumpliendo


los mandatos de la majestad jurisdiccional y de comparecer a la instancia, cuantas veces
sea requerido. Por consiguiente, las reglas de conducta o la comparecencia restrictiva, que
haya adoptado el Juez en su contra, son mandatos de imperativo cumplimiento, cuya
inobservancia puede incidir en una decisión desfavorable a sus intereses.

 Estando incurso el imputado en las inobservancias antes anotadas, el Juez deberá revocar
la cesación de la prisión preventiva, a menos que el imputado justifique debidamente su
inasistencia, para lo cual deberá adjuntar los medios probatorios que correspondan. No
sólo se le sancionará con la pérdida de su libertad, sino que además, el juzgador decretará
la pérdida de la caución empozada por el imputado, la cual será destinada a un fondo de
tecnificación del Poder Judicial, fondo que a efectos legales debe ser creado por los
órganos de gobierno del PJ.

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