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3.2.Peligro de Fuga.-
El peligro de fuga, no cabe presumirlo sino tiene que ser objeto de verificación , toda vez
que se situa entre el deber estatal de perseguir eficazmente el delito y el deber estatal de asegurar
el ámbito de la libertad del ciudadano, por tratarse de una institución cuyo contenido material
coincide con el de las penas privativas de la libertad pero que recae sobre ciudadanos que gozan
de la presunción de inocencia, por lo que su configuración y adopción debe partir de indicios
razonables y perseguir un fin constitucionalmente legitimo que responsa a la necesidad de
conjurar ciertos riesgos relevantes para el proceso que parten del imputado; es asi que el articulo
269 del C.P. P. enumera los siguientes criterios a tener en cuenta por el Juez para calificar el peligro
de fuga:
Se toman en cuenta los vínculos que el imputado tiene en el territorio nacional, sean éstos
de carácter familiar, amical y de negocios, así como el grado de influencia que éste puede
ejercer en determinados ámbitos socio-políticos. No sólo los vínculos de la especie
anotada, sino que incidirá sobre manera, su situación económica, es decir, quien goza de
una pudiente solvencia económica, está en mejores posibilidades de abandonar el país
que un reo que a duras penas cuenta con una choza para vivir. Asimismo, el arraigo al país,
puede también valorarse conforme a los lazos familiares que el imputado mantiene en el
exterior, de forma concluyente cuando éste cuenta con una doble nacionalidad o más de
dos, situación legal que le permite abandonar el país con mayor facilidad y refugiarse en su
doble nacionalidad para evitar ser extraditado.
Prognosis de pena que es el mismo que hace alusión el artículo 268.1, b, con la única
diferencia que el segundo de ellos, prevé el quantum de pena a mas de cuatro años de
pena privativa de libertad. Vaticinar la gravedad de la pena, a comienzos del
procedimiento, es una visión muy subjetiva, pues, las circunstancias valorativas que
rodearon al hecho punible, trascenderán en etapas posteriores, cuando se realice la
actividad probatoria, no antes, a menos que el imputado haya sido aprehendido en
flagrancia, y se cuente con los elementos de juicio para formar un juicio de esta naturaleza
en esta etapa preliminar del procedimiento.
Cabe advertir que las razones que en un principio podrían presagiar una sanción punitiva
grave, pueden modificarse en el transcurso del procedimiento, y con ello, la medida de
coerción podría ser legalmente variada por el juzgador. Lo que se quiere decir, es que las
primeros elementos que se recojan para adoptar la prisión preventiva, no son de ningún
modo definitivos y concluyentes, como para estimar cerradamente una sanción
determinada.
Con esta sentencia se marco un precedente penal muy importante ya que antes de la
promulgación de la sentencia in examine, en los juzgados de Huara, no se podía realizar una
audiencia de prisión preventiva si antes el inculpado no se encontraba sufriendo detención en
cualquiera de las modalidades, es decir, la detención no es, en principio, una medida necesaria
o imprescindible para que se dicte, ulteriormente, mandato de prisión preventiva. No siempre es
del caso pedir detención preliminar en arras, luego de instar la prisión preventiva; y menos que si
se intenta esa medida provisionalísima y el juez no la acepta, está vedado requerir la medida de
prisión preventiva.Otro de los precedentes importantes contemplados en la Sentencia es la
procedencia de realiza la audiencia de prisión preventiva (y para mi en todas las Audiencias) sin
la presencia del imputado, cuando este se niega a asistir ya sea porque huyó, porque no es
habido o porque sencillamente, no quiere hacerlo, en este extremo la audiencia se lleva a cabo
con la representación del abogado defensor, de confianza o de oficio, esto en interpretación de
la figura contemplada en el penúltimo extremo del apartado dos del examinado articulo 271º del
NCPP señala que si el imputado se niega por cualquier motivo a estar presente en la audiencia
será representado por su abogado o el defensor de oficio, según sea el caso, por lo que no sería
obligatoria la presencia del imputado en la audiencia de prisión preventiva si es necesaria su
debida citación en su domicilio real o procesal, o su conducción al juzgado cuando esté
efectivamente detenido.
El hecho de constituir mandatos imperativos, las formas y plazos que este precepto prevé,
desencadena la atribución de una responsabilidad de naturaleza funcional por parte del
juzgador, claro esta, podrían acontecer causales ajenas a su persona. De igual manera, se
establecen sanciones para el Fiscal y Abogado ausentes, siempre y cuando la ausencia haya
determinado la frustración de la audiencia. Por otro lado, el desarrollo y conclusión de la
audiencia no están supeditados a la presencia del imputado, pues, puede bien adoptarse la
medida bajo esta circunstancia, en cuyo efecto será notificado en la forma prevista por la
ley.
Ahora bien, la excesiva dilación del proceso judicial tiene un significado muy latente en la
prisión preventiva, pues, por lo general se pretende mantener esta situación jurídica hasta
que no se resuelva el principal. Fundamentalmente, es de recibo, que en un proceso
donde prima la celeridad y la eficacia, no habrá problema en este estadio, mas en sistemas
procesales como el nuestro, donde rige la morosidad y la demora, es a veces muy difícil
alcanzar los tiempos que el mismo ordenamiento prevé. Por consiguiente, el plazo de la
prisión preventiva no puede estar sujeto al plazo que durará el proceso principal, pues, si
éste último no se resuelve de forma impronta, sus efectos no pueden cargar
negativamente sobre la esfera de libertad del imputado.
La ineficacia y lentitud del sistema no tienen porque recaer sobre los hombros del
imputado. Si pasado cierto tiempo su situación jurídica no es resuelta, éste tiene derecho a
que su libertad sea reivindicada. De ahí que sea necesario establecer normativamente un
plazo de duración de la prisión preventiva.
4.1. Duración:
Al vencimiento del plazo sin haberse dictado sentencia de primera instancia, el Juez de
oficio o a solicitud de las partes decretará la libertad del imputado, sin perjuicio de dictar
concurrentemente las medidas necesarias para asegurar su
presencia en diligencias judiciales, incluso las restricciones a que refieren los numerales 2)
al 4) del artículo 288º (comparecencia con restricciones).-Este apartado debe entenderse
de común idea con el 272 (in fine), que establece un plazo máximo de prisión preventiva,
sin haberse dictado sentencia de primera instancias. Habiendo transcurrido el plazo
previsto en el 272.1 y 272.2, el Juez de la causa, deberá ordenar la inmediata excarcelación
del imputado, bajo responsabilidad. La orden de excarcelación puede decretarse de oficio
o a solicitud de cualquiera de las partes (imputado y del Ministerio Público).
En estos casos, el juzgador, en el mismo auto que decreta la libertad del imputado, deberá
de adoptar las medidas de coerción personal que aseguren la comparecencia del
procesado a la instancia, vía comparecencia con restricciones.
Una vez condenado el imputado, la prisión preventiva podrá prolongarse hasta la mitad de
deben obedecer estrictamente a una morosidad judicial producto de una serie de factores
internos al Sistema de Justicia, delación que no puede tener incidencia valorativa de quien
se encuentra privado preventivamente de su libertad. Sin embargo, pueden coexistir otros
factores que desencadenen una delación en el proceso. El imputado, a través de su
defensa, puede activar una serie de mecanismos legales artificiosos y obstruccionistas, que
a la larga afectan el normal desenvolvimiento del procedimiento. Importa, entonces, una
conducta procesal maliciosa del imputado que no puede convalidar una situación jurídica a
favor de sus intereses.
El cómputo del plazo, cuando se hubiera declarado la nulidad de procesos seguidos ante la
jurisdicción militar y se ordene el conocimientos de los hechos punibles imputados a la
jurisdicción penal ordinaria, el plazo se computará desde la fecha en que se dicte el nuevo
auto de prisión preventiva.
Contra una medida de esta intensidad privativa, es lógico que se arbitren derechos
subjetivos de control jurisdiccional, plasmados en derecho a la doble instancia, a efectos
de que la libertad individual sea reivindicada.
5.1. APELACIÓN:
La Sala Penal se pronunciará previa vista de la causa, que tendrá lugar, dentro de las
sesenta y dos horas de recibido el expediente, con citación del Fiscal Superior y del
defensor del imputado. La decisión debidamente motivada, se expedirá el día de la vista de
la causa o dentro de las cuarenta y ocho horas, bajo responsabilidad.-La resolución que
expida la Sala Penal Superior sobre este extremo, esta condicionada a la realización de una
Audiencia bajo las reglas de la oralidad y la bilateralidad, primando a estos efectos, el
principio de celeridad y de economía procesal.
Si la Sala declara la nulidad del auto de prisión preventiva, ordenará que el mismo u otro
Juez dicte la resolución que corresponda con arreglo a lo dispuesto en el artículo 271,
siendo así, la Sala Superior no podrá actuar como un Tribunal de Instancia, al limitarse su
competencia a la declaratoria de nulidad. Situación que no se condice con el principio de
economía procesal, pues, si el Tribunal advierte ciertos defectos o vulneraciones a la
legalidad procesal, debería en ese mismo acto, aplicar el derecho que corresponda,
revocando el auto de prisión preventiva, y ordenando en ese mismo extremo, la libertad
del imputado.
Los presupuestos materiales que dan soporte legitimante a la prisión preventiva no sólo
pueden advertirse al inicio de la Investigación Preparatoria, sino también pueden aparecer
en el transcurso de la investigación. En este orden de ideas, puede que el imputado haya
sido sometido a la persecución penal bajo un régimen de comparecencia, y
posteriormente aparecen circunstancias producto de la investigación, que reflejan mayores
indicios de criminalidad, una conducta obstruccionista por parte del imputado, o indicios
de que vara eludir la acción de la justicia. Ante estas circunstancias, a fin de asegurar los
fines penales del procedimiento, el juzgador podrá dictar prisión preventiva, previa
solicitud del Fiscal.
Contra la resolución que se emite procede recurso de apelación, que se concederá con
efecto devolutivo, al igual que en el caso de la impugnación de la prisión preventiva, la
apelación que se interponga en contra del auto que revoca la comparecencia, se elevará al
Superior Jerárquico – A quem, quien sólo podrá declarar la nulidad, ordenando al A quo
que emita la resolución que corresponda.
CAPÍTULO V – LA INCOMUNICACIÓN
7. GENERALIDADES.-
La Ley Fundamental establece normativamente que nadie puede ser incomunicado sino en
caso indispensable para el esclarecimiento de un delito, y en la forma y por el tiempo
previstos por la ley. La autoridad esta obligada bajo responsabilidad a señalar, sin dilación y
por escrito, el lugar donde se halla la persona detenida. La libertad es un derecho
consustancial a un estado de máximas garantías que el Estado se encuentra obligado a
tutelar. Sin embargo, las máximas del Estado de Derecho hace impensable la configuración
de un derecho absoluto, pues, irrumpen otros intereses de equivalente valoración que
deben ser sopesados a efectos de determinar un estado de cosas. El interés social en la
persecución del delito y la realización de la justicia, imponen determinados deberes a los
órganos de persecución a fin de tutelar los valores antes reseñados.
La incomunicación aparece como una medida coercitiva de naturaleza personal por la cual
se impide a la persona detenida por mandato judicial se comunique, sea verbalmente o
por escrito, con terceras personas, cuando existe motivo fundado de entorpecimiento de la
actividad investigadora del delito.
7.1. Incomunicación:
La resolución que adopte esta medida de plus coercitiva, deberá estar debidamente
motivada, exponiendo en su resolución el juzgador los fundamentos de hecho y de
derechos así como los dispositivos legales que corresponda. En caso de que la medida sea
impugnada por los sujetos procesales, se seguirá el trámite previsto en el artículo 276
(apelación de la detención preliminar incomunicada).
7.2. Derechos:
El incomunicado podrá leer libros, diarios y revistas y escuchar noticias de libre circulación
y difusión. Recibirá sin obstáculos la ración alimenticia que le es enviada.-El estado jurídico
de incomunicación preventiva, no puede afectar más allá de su fin esencial, que es cortar
los vínculos del imputado con el exterior.
7.3. Cese:
Una característica principal de la prisión procesal es su naturaleza preventiva, esto es, los
fines que sustentan esta medida de coerción son estrictamente procesales, por lo que su
duración esta limitada a un tiempo prudencial.
Los presupuestos que dieron sustento justificativo a la prisión preventiva, puede que hayan
desvanecido o el peligro de fuga haberse diluido por circunstancias objetivamente
demostrables. Son nuevos elementos de convicción que inciden sobre la solidez de la
imputación delictiva, debilitando las bases argumentativas de la sospecha criminal.
Situaciones todas ellas, que deben ser valoradas positivamente, a fin de graduar la
intensidad de la reacción procesal. Procediendo una variación coercitiva, por una medida
de menor alcance. Ahora bien, el Juez deberá imponer las reglas de conducta que sean
necesarias para asegurarla comparecencia del imputado a la instancia, v.gr, ordenando el
impedimento de salida del país, obligación de no ausentarse de la localidad o de
presentarse ante la autoridad en los días señalados.
8.2. Impugnación:
8.3. Revocatoria:
Estando incurso el imputado en las inobservancias antes anotadas, el Juez deberá revocar
la cesación de la prisión preventiva, a menos que el imputado justifique debidamente su
inasistencia, para lo cual deberá adjuntar los medios probatorios que correspondan. No
sólo se le sancionará con la pérdida de su libertad, sino que además, el juzgador decretará
la pérdida de la caución empozada por el imputado, la cual será destinada a un fondo de
tecnificación del Poder Judicial, fondo que a efectos legales debe ser creado por los
órganos de gobierno del PJ.