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Masones… ¿No políticos?

Ruben Preschel, V:. M:. P:.

R:.L:. LA FRATERNIDAD 62

Masones políticos…

Con mucha frecuencia se formula la pregunta de si la Masonería desarrolla actividades de índole


político. Y esto es lo primero que se le ocurre a quien lee en las páginas de la historia, la larga lista
de estadistas, reformadores, revolucionarios y patriotas que fueron masones.

La Masonería no es una asociación política ni puede confundir su actividad con la de ningún


partido político, pero el masón no debe estar al margen de los grandes problemas políticos del
mundo entero. En el seno de la Masonería conviven hombres de diversos partidos democráticos y
diversas concepciones de mundo, mientras sean respetuosos y tolerantes.

Generalmente, por ignorancia o mala fe, se asocia a la Masonería en acciones políticas


determinadas. En realidad, fue la tarea del hombre masón imbuído de nuestros principios e
ideales, quien actuó protagónicamente para promover los grandes movimientos transformadores
de la humanidad.

Tanto la Revolución Francesa, como la lucha por la emancipación de los pueblos coloniales de
América, hasta la estructura jurídica política de la República que adoptaron todas sus
Constituciones, llevan el innegable sello de las ideas y acciones masónicas.

El masón conserva fuera de la Logia toda su libertad de ciudadano y puede dedicar su ardor y
entusiasmo al servicio de sus ideales. Losmasones como tales, no irrumpimos a la vida pública
como institución, sino cuando se hace necesaria nuestra acción conjunta para atemperar los
espíritus y fijar la senda del progreso dentro de la fraternidad y convivencia humanas.

Cuando el historiador se acerca al fenómeno sociológico que es la masonería, lo hace con la


intención de evaluar la influencia real que esta institución a podido ejercer sobre todo en aquellos
acontecimientos que han ido posibilitando la emancipación de los pueblos. Este interés viene
inducido por las habladurías que siempre han circulado en torno a nuestra institución, pero hay
que decir una vez más y de esto dan fe investigadores como el ilustre profesor Don Leandro Ivarez
Rey, y otros como los profesores Gómez Molleda, Pedro Alvarez, Ferrer Benimeli o Juan José
Morales Ruiz, que el interes de la masonería no ha sido nunca la actividad política. Lo que
preocupa al masón es su formación personal y su compromiso social con los valores de libertad,
igualdad, fraternidad y tolerancia que, por ser constitutivos del ser del individuo deben ser
también constituyentes esenciales del tejido social.

Quienes piensen que la Masonería es una organización política están equivocados, como suele
equivocarse quien examina superficialmente las cosas y no penetra tras las apariencias para
aquilatar su verdadero significado.

La Masonería no es desde luego, una actividad política, entendida como una confrontación, con
ese lenguaje de amigo / enemigo, nuestro / vuestro que se da en el discurso partidista. La Logia se
constituye como un centro de unión, y pretende plantear la reflexión en un nivelmás profundo, en
el que ya no caben etiquetas ni eslóganes, pero en el que sí se precisa una comunión en los valores
que exceden lo político: Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Para muchos es pues la Masonería una actividad complementaria de su compromiso político, en


su sentido más profundo, en un contexto más libre y menos condicionado por exigencias de
inmediatez. No hay, por supuesto, competencia entre partidos y Masonería. La iniciación no se
opone a la militancia, aunque necesariamente ha de afectar al estilo y a la calidad de esa militancia
haciéndola más consciente.

Pero así como nadie construye una casa para que permanezca deshabitada, ni un barco si nunca
ha de navegar, ni se prepara un banquete si nadie ha de comerlo, ni ejercita el atleta sus músculos
si no ha de emplearlos, así también, carecería de sentido alguno la actividad masónica del
desarollo de las facultades superiores del ser humano, sino desembocara en forma natural y lógica
en los múltiples cauces de la actividad social desempeñada por cada uno de sus miembros, dentro
de la esfera de influencia personal y como resultado de su iniciativa propia.

Por ello es que, aún no siendo la Masonería una organización política, y ocupándose como lo hace,
principalmente de la evolución personal de cada uno de sus miembros, resultaría absurdo que
forjase obrero del progreso y heraldos del porvenir y, al mismo tiempo, les prohibiese toda
actividad política, ya que en la realización de logros concretos está la justificación histórica de la
Institución.

De lo cual resulta que, indivudualmente, los masones sí pueden intervenir activamente en la


política de sus países cuando así sus conciencias y aptitudes se lo aconsejan.
Como es históricamente conocido que Hermanos Masones políticos importantes en todos los
tiempos y en diferentes lugares del mundo. San Martín, O’Higgins, Miranda, Garibali, Bolívar son
algunos ejemplos de ello.

También es históricamente conocido que la Masonería por intermedio de sus miembros, ha tenido
gran influencia en diferentes tipos de legislaciones en diferentes países relacionados con la
libertad de pensamiento, derechos humanos, educación libre, gratuita y laica, seguro social y
otras, todos temas que son parte integral de la concepción social y moral masónica.

Es por ello que podemos decir que, la Masonería, tiene la expectativa que sus miembros sean
buenos y fieles ciudadanos del país en que residen, que intervengan activamente en la vida social,
económica y política comportándose fuera de los muros del Templo, aun con sus contrarios o
enemigos, con tolerancia, sabiendo escuchar con paciencia al prójimo y manteniéndose con
firmeza fieles a sus principios.

Hay quienes han sostenido que la Revolución Francesa fue obra de la Masonería. Cabe destacar
entre que los que sostuvieron esa tesis, al abate Agustín Barruel, con su obra antimasónica.
Memoria para servir a la Historia del Jacobismo, refutada por Bernard Fay, otro autor
antimasónico, Hoy en día, podemos con claridad decir, que ningún autor serio sostendría esta tesis
que no tiene fundamento histórico para ser defendida.

A continuación transcribiré las palabras del Gran Maestro del Gran Oriente de Francia Roger Leray
y que son significativas sobre el tema:

No es la Masonería la que ha hecho la revolución americana contra el imperialismo inglés. Más,


los francmasones fueron los actores más determinantes. Washington fué así como fué, por que
era francmasón, al igual que Franklin y La Fayette. Toda la geopolítica sudamericana fue diseñada
por francmasones. Fue el masón O’Higgins que hizo a Chile. Fue el masón San Martín que hizo la
Argentina, como Bolívar fue quien construyó la Gran Colombia y Juárez, el México moderno. Todos
fueron francmasones. Estos hombres tradujeron el espíritu masónico en acciones políticas”.

Pese a los esfuerzos de quienes en ciertas épocas han pretendido desentenderse del carácter real
de la Institución y han hecho esfuerzos por transformarla en bandera política, la Masonería ha
conservado, hasta ahora, su verdadera naturaleza de escuela y taller en donde se forja la
personalidad y evolucionan las facultades más nobles del hombre. Es un laboratorio en donde se
ejercita el análisis y la síntesis de todas las ideas y de todos los nuevos conceptos filosóficos, en el
ambiente propicio para el claro y recto pensar, y en donde se funden el crisol del trabajo
mancumando y de la lucha constante, los más diversos metales, para obtener la amalgama y la
aleación con que se forjan los hombres capaces de dedicar sus vidas al progreso de la humanidad,
sin distinción de raza, credo o nacionalidad.

La Masonería nos ha enseñado a luchar primero con nosotros mismos, para limar nuestras
asperezas y fortificar nuestros espíritus. Nos ha mostrado el camino de la convivencia fraternal, el
respeto muto, la dignidad y el heroísmo.

Ha inflamado nuestros corazones con el amor a nuestros semejantes y la irrevocable indignación


contra la injusticia y la tiranía que degradan al hombre y encadenan su pensamiento. Por eso es
que en nuestro seno se han gestado tantas iniciativas trascendentales para el adelanto de la
humanidad.

Es fruto de mi experiencia, la convicción de que el Iniciado Masón no puede sino adherirse a la


democracia política, y al valor de la libertad. La adhesión de la Masonería a la democracia no viene
probada sólo por la marcada significación de masones políticos a lo largo de la Historia a las
diferentes formas históricas de la democracia, sino también como una consecuencia del valor
gremial de la fraternidad que acompaña necesariamente la adhesión al ” fraternalismo ”
democrático, es decir a la idea de que, en efecto, como dice Fernando Savater, ” nadie nace con
púrpura ” y que, por la misma razón, nadie está excluido de antemano del mando, siendo esta una
posición relativa y no absoluta, dependiente siempre de una forma u otra de consentimiento.

La historia nos enseña que de la Masonería han salido en todos los tiempos, hombres de gran
visión, acrisolado altruísmo e inagotable energía que han dado a la humanidad sus más grandes
impulsos de progreso. Para descubrir estos nuevos caminos necesitaron nutrirse de la duda
filosófica, no de la certeza dogmática, precisaron examinar lo que no es típico, en vez de
conformarse con lo usual y corriente. Tuvieron que desechar los cartabones, los textos
consagrados y los manuales establecidos, decidiéndose a recorrer sendas supuestamente
prohibidas para el pensamiento y aportando las soluciones a los problemas no resueltos. Para
esto, dispusieron de una maravillosa facultad: la imaginación creadora.

La Masonería ha sido, a través de los tiempos, unas de las pocas instituciones que han percatado
de la importante función que tiene esta imaginación creadora en la evolución de la humanidad, y
ha descubierto y aplicado un método sencillo y eficaz para desarrollarla. Por eso ha sido y seguirá
siendo un semillero de nuevas ideas y una escuela en la que se forman los hombres que viven y
piensan entre el hoy y el mañana.

La Masonería contiene una filosofía educativa propia, basada en el estudio imaginativo y profundo
de símbolos y alegorías, que persigue con finalidad el desarrollo del pensamiento propio, original y
constructivo, con el resultado de que cada masón palpa pronto los frutos de este
perfeccionamiento personal al notar que se ensancha extraordinariamente su manera de ver la
vida, se despiertan aptitudes dormidas, y surgen perspectivas de mejoramiento.

Llego a la conclución que la Masonería no puede actuar como una institución política universal
debido a la diversidad de ideas políticas de sus integrantes pero sí, a mi entender sería más
fructífero que tomara una política de apertura, para así contrarrestar toda la información negativa
que circula por internet y en todo tipo de medio de información, ya que de institución secreta
poco le queda, y cualquier persona que se interese puede enterarse de ellos. Por lo general la
información que con mas facilidad le llega al profano no es la verdadera, a veces haciendo creer
que es una secta misteriosa y hasta con fines demoníacos.

Por último creo que el masón como individuo debería intervenir en forma activa en la política de
su país, para de esa forma tratar de influir con sus ideales.

Fuente: Logia La Fraternidad nº 62 (Tel-Aiv)

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