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R:.L:. LA FRATERNIDAD 62
Masones políticos…
Tanto la Revolución Francesa, como la lucha por la emancipación de los pueblos coloniales de
América, hasta la estructura jurídica política de la República que adoptaron todas sus
Constituciones, llevan el innegable sello de las ideas y acciones masónicas.
El masón conserva fuera de la Logia toda su libertad de ciudadano y puede dedicar su ardor y
entusiasmo al servicio de sus ideales. Losmasones como tales, no irrumpimos a la vida pública
como institución, sino cuando se hace necesaria nuestra acción conjunta para atemperar los
espíritus y fijar la senda del progreso dentro de la fraternidad y convivencia humanas.
Quienes piensen que la Masonería es una organización política están equivocados, como suele
equivocarse quien examina superficialmente las cosas y no penetra tras las apariencias para
aquilatar su verdadero significado.
La Masonería no es desde luego, una actividad política, entendida como una confrontación, con
ese lenguaje de amigo / enemigo, nuestro / vuestro que se da en el discurso partidista. La Logia se
constituye como un centro de unión, y pretende plantear la reflexión en un nivelmás profundo, en
el que ya no caben etiquetas ni eslóganes, pero en el que sí se precisa una comunión en los valores
que exceden lo político: Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Pero así como nadie construye una casa para que permanezca deshabitada, ni un barco si nunca
ha de navegar, ni se prepara un banquete si nadie ha de comerlo, ni ejercita el atleta sus músculos
si no ha de emplearlos, así también, carecería de sentido alguno la actividad masónica del
desarollo de las facultades superiores del ser humano, sino desembocara en forma natural y lógica
en los múltiples cauces de la actividad social desempeñada por cada uno de sus miembros, dentro
de la esfera de influencia personal y como resultado de su iniciativa propia.
Por ello es que, aún no siendo la Masonería una organización política, y ocupándose como lo hace,
principalmente de la evolución personal de cada uno de sus miembros, resultaría absurdo que
forjase obrero del progreso y heraldos del porvenir y, al mismo tiempo, les prohibiese toda
actividad política, ya que en la realización de logros concretos está la justificación histórica de la
Institución.
También es históricamente conocido que la Masonería por intermedio de sus miembros, ha tenido
gran influencia en diferentes tipos de legislaciones en diferentes países relacionados con la
libertad de pensamiento, derechos humanos, educación libre, gratuita y laica, seguro social y
otras, todos temas que son parte integral de la concepción social y moral masónica.
Es por ello que podemos decir que, la Masonería, tiene la expectativa que sus miembros sean
buenos y fieles ciudadanos del país en que residen, que intervengan activamente en la vida social,
económica y política comportándose fuera de los muros del Templo, aun con sus contrarios o
enemigos, con tolerancia, sabiendo escuchar con paciencia al prójimo y manteniéndose con
firmeza fieles a sus principios.
Hay quienes han sostenido que la Revolución Francesa fue obra de la Masonería. Cabe destacar
entre que los que sostuvieron esa tesis, al abate Agustín Barruel, con su obra antimasónica.
Memoria para servir a la Historia del Jacobismo, refutada por Bernard Fay, otro autor
antimasónico, Hoy en día, podemos con claridad decir, que ningún autor serio sostendría esta tesis
que no tiene fundamento histórico para ser defendida.
A continuación transcribiré las palabras del Gran Maestro del Gran Oriente de Francia Roger Leray
y que son significativas sobre el tema:
Pese a los esfuerzos de quienes en ciertas épocas han pretendido desentenderse del carácter real
de la Institución y han hecho esfuerzos por transformarla en bandera política, la Masonería ha
conservado, hasta ahora, su verdadera naturaleza de escuela y taller en donde se forja la
personalidad y evolucionan las facultades más nobles del hombre. Es un laboratorio en donde se
ejercita el análisis y la síntesis de todas las ideas y de todos los nuevos conceptos filosóficos, en el
ambiente propicio para el claro y recto pensar, y en donde se funden el crisol del trabajo
mancumando y de la lucha constante, los más diversos metales, para obtener la amalgama y la
aleación con que se forjan los hombres capaces de dedicar sus vidas al progreso de la humanidad,
sin distinción de raza, credo o nacionalidad.
La Masonería nos ha enseñado a luchar primero con nosotros mismos, para limar nuestras
asperezas y fortificar nuestros espíritus. Nos ha mostrado el camino de la convivencia fraternal, el
respeto muto, la dignidad y el heroísmo.
La historia nos enseña que de la Masonería han salido en todos los tiempos, hombres de gran
visión, acrisolado altruísmo e inagotable energía que han dado a la humanidad sus más grandes
impulsos de progreso. Para descubrir estos nuevos caminos necesitaron nutrirse de la duda
filosófica, no de la certeza dogmática, precisaron examinar lo que no es típico, en vez de
conformarse con lo usual y corriente. Tuvieron que desechar los cartabones, los textos
consagrados y los manuales establecidos, decidiéndose a recorrer sendas supuestamente
prohibidas para el pensamiento y aportando las soluciones a los problemas no resueltos. Para
esto, dispusieron de una maravillosa facultad: la imaginación creadora.
La Masonería ha sido, a través de los tiempos, unas de las pocas instituciones que han percatado
de la importante función que tiene esta imaginación creadora en la evolución de la humanidad, y
ha descubierto y aplicado un método sencillo y eficaz para desarrollarla. Por eso ha sido y seguirá
siendo un semillero de nuevas ideas y una escuela en la que se forman los hombres que viven y
piensan entre el hoy y el mañana.
La Masonería contiene una filosofía educativa propia, basada en el estudio imaginativo y profundo
de símbolos y alegorías, que persigue con finalidad el desarrollo del pensamiento propio, original y
constructivo, con el resultado de que cada masón palpa pronto los frutos de este
perfeccionamiento personal al notar que se ensancha extraordinariamente su manera de ver la
vida, se despiertan aptitudes dormidas, y surgen perspectivas de mejoramiento.
Llego a la conclución que la Masonería no puede actuar como una institución política universal
debido a la diversidad de ideas políticas de sus integrantes pero sí, a mi entender sería más
fructífero que tomara una política de apertura, para así contrarrestar toda la información negativa
que circula por internet y en todo tipo de medio de información, ya que de institución secreta
poco le queda, y cualquier persona que se interese puede enterarse de ellos. Por lo general la
información que con mas facilidad le llega al profano no es la verdadera, a veces haciendo creer
que es una secta misteriosa y hasta con fines demoníacos.
Por último creo que el masón como individuo debería intervenir en forma activa en la política de
su país, para de esa forma tratar de influir con sus ideales.