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Woolf La sefiora Dalloway vis "iar Traduccién de José Luis Lopez Mutioz El libro de bolsillo Biblioteca de autor Alianza Editorial acon Ms Baloway Primera edicinen Elbo detail: 1954 Primera dicen elites design 005, Seat eipresin: 2004 (mayo) Diet de cob: Alana Earl lisa: James MeN Whisr, Detyune vl art agent) ligase nen yma Seeded ‘enna rion gg eon pgs eter dif, osu aoa, eye eecuenat ‘evculer tipo Lyre commerce ea etn © Theta Virginia Wot 125 © dolar Joes sper Medon © fc: Aina iri A Mai), 03,2008 Cale ian gna Lacs de easy 5 28027 Madan 1393888 evaluat Tsien. Depts: M. 20.5208 nus aoe Cua. Ct Sa, 18,207 Mads Prntein Span Torgue Lacy tela trabajo sufcent Hable gue dex ona la putas venan bs opertns de Rump semis pod Gli allow rnaana elas tangpeeaiaquessuveredesadaaunoe sion ea playa. ue emocén! {Qué abl Pogue noe senso que tena sempre en Bourton, anda con a Ise cir dels genes -quctodara ra capa def, tirade paren pals purias con cristae uc dasa jain y sumer clare del campo aie my te pron fra mana ertranparenty tranquil, seh {ama gue ea, desde aegoy como estado deuna la ‘oodles de una ly cortante yin cbr pars ane muchas de dicioco anos cmo erences) acide sentially nada ms sai letra, | gocsabs punto dc oneer algo rel conenplaras Tess oles con cthumo etorcindow esuaiedor | iment asceni, os rj, que remantaban vio y | volvian a bajar; mirindolo todo sin moverse, hasta que Peter | Walthije edtand ences hort. haba 8 Veins Woot 30 0, misbien «prefiero las personas alas coliflores? Tuvo {que decirlo una matiana ala hora del desayuno, cuando ella soli ala terraza Peter Walsh ibaa regrsar de a India cual ‘uier dia, junio o julio, ya no se acordaba del mes, porque sus catas eran terriblemente aburridas; se recordaban las cosas que deca; sus ojos, su navaja, su sonrisa, su malhumor ¥,cuando millones de cosas habian desaparecido por com Pleto -iquéextranoresultabal-,algunas desusfrases, como aquéllasobrelascoles. Le senora Dalloway seinmovili en el bordillo, speran «doa que pasaralacamioneia de reparto de DurinallSerope Purvisla consideraba una mujer encantadara (conociéndo- {a como se conoce en Westminster alas personas que viven en la casa de al lado}; habia en ella un algo de pijac, de arrendajo verde azulado; Carissa Dalloway era delcada, y también vivaracha, aunque tuviera mis de cncuenta aos y Inubiera encanecido mucho desde su enfermedad, Ali esta be, como posada sobre el bordill, sin ero, esperando para cruzar, muy erguida, Y es quesise habiavividoeen Westminster —juéntos anos Yat, mds de veinte- Clarissa estaba convencida deque inclu. soen medio dl tréfco, ol despertase por la noche, seacn- ‘faun silencio especial, un no se sabia qué de solemne, una Pause que no era posible describir, una ansiedad (aunque «so podia ser sucoraz6n, tocado, decian, porla grip) que atenazaba antes de que el Big Ben dera las horas. Ya habia Hegado ef momento! Ya resonaba, Primero, un aviso musi «al luego, ahora, irrevocable. Los cireuls de plomo dissl- vidos en air. Por quésomos an neion?, se pregunt, ‘mientras cruzaba Victoria Steet. Slo Dios sae por qu lt amamos tanto, por qué la vemos como la vemos, invent dola, construyéndola a nuesto alrededor, derribindol,

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