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Febrero 2017

Alfonso Calcáneo Sánchez


Noticia Derecho Humanos Explicación
Cuando el presidente Habyarimana (Presidente de Ruanda en 1994) murió, gente vino a nuestra casa a preguntar si sabíamos
por qué había sido asesinado. Ellos vinieron realmente con un solo propósito – violar a mi hermana mayor. Tenían granadas y
muchas otras armas, con las cuales nos amenazaron. Ellos querían meter a mi hermana en uno de los cuartos, pero nosotros
les gritamos. Entonces los soldados vinieron y logramos escapar por las ventanas.
Regresamos al siguiente día porque escuchamos por la radio que como el presidente había sido asesinado por personas
desconocidas era mejor no aventurarse. En cambio, se nos recomendaba quedarnos en nuestras casas donde estaríamos más
a salvo. En el camino pudimos ver personas afilando sus machetes y cortando árboles para usarlos para bloquear los caminos
[…].
No tardó mucho y nuestra casa fue atacada por dos personas. Yo conocía sus nombres. Violaron a mi hermana y a mi madre.
La última cosa que mis padres dijeron fue que no lo intentáramos y que escapáramos porque era inútil. […] Los otros se
quedaron en la casa y fueron asesinados.
[…] Después decidimos que lo mejor sería escondernos en una iglesia. Nuestros padres no pudieron escapar tan fácilmente
como nosotros. Fueron capturados. Después un vecino nos contaría como fueron asesinados nuestros padres.
Camino a la iglesia, pasamos muchos bloqueos. Logramos tirarnos para pasarlos. En uno de los bloqueos, la interahamwe
(grupo paramilitar formado en Ruanda) estaba ocupada matando y violando mujeres. Por suerte logramos pasar y llegar a la
iglesia. Le rogamos al sacerdote que nos dejara entrar pero él se negó, diciendo que ya había muchas personas. Acampamos
afuera junto con muchos otros refugiados. La interahamwe me violó a mí y a otras mujeres. Nos quitaron la ropa y nos
compartieron entre ellos.
Eventualmente el cura nos dejó entrar. Pero la vida allí no era fácil. Había niños que habían sido traídos y que no tenían
padres. Otros estaban enfermos e igual fueron traídos allí porque no había quien los cuidara y muchos simplemente murieron.
Todos los días los asesinos regresaban para tomar personas para asesinarla […].
Por momentos me hubiera gustado escuchar a mis padres […].
TESTIMONIO DE THELMA, SOBREVIVIENTE DE DEL GENOCIDIO DE RUANDA. Disponible en
http://www.un.org/en/preventgenocide/rwanda/education/survivortestimonies.shtml

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